Capítulo 1 (¿quién es?)
Las gotas de sudor recorren mi cuerpo, empapado de sudor. Me acabo de ejercitar, me siento el cuerpo delicioso. Me despojo de la ropa dejándola en el cesto de la ropa sucia, adentrándome en la ducha. Solté un sonoro suspiro al sentir el agua fría caer sobre mi cuerpo como las gotas de lluvia, en verdad la siento tibia debido al calor que emana de mi cuerpo. Me coloqué el traje formal para ir a trabajar.
-¡Uy, que guapo!- sonreí ante el elogio de la chica con la que amanecí.
-Lo sé, no cualquiera amanece en mi cama- bromeó intentando hacerla reír.
Lo cual funciona porque una carcajada sale de desde lo profundo de su garganta radiando la habitación. Es hermosa, su rostro de muñequita, su sencillo cuerpo pero curvilíneo. Su cabello castaño café igual a sus ojos, lo hace sencillamente hermosa. Me acerco tomándola del rostro dejando un suave beso sobre su frente y cabello.
-Nos vemos hermosa, cuídate- una sonrisa de ternura pinta su rostro, más una mirada cariñosa.
Una la cuál nunca nadie me a dado, desde aquella pequeña niña. Se ve tierna y contenta, es muchísimo más de lo que pediría.
-Gracias a ti por la maravillosa noche, cuídate mucho. Eres un súper hombre- me halaga con una dulzura que me hace sonreír cálidamente.
-Tú eres la que te mereces el mundo entero, no dejes que ningún otro estúpido te haga creer lo contrario, o me harás verme obligado a volverle a romper la cara como hice ayer. - digo con sinceridad, para darme la vuelta y desaparecer de la habitación.
Al verla ayer como el inútil la insultaba me enojo tanto que lo mandé a urgencias, luego la llevé a su casa para consolarla, allí en el momento sensible pues ocurrió.
Salgo de la casa, me subó en mi coche conduciendo de camino a la empresa. Suena mi celular: My Love.
Me coloco los manos libres, contestando.
-¿Qué sucede mi amor?-suelta la respiración.
-Estas vivo, menudo susto. ¿Dónde estuviste?- su pregunta me toma hace enfadarme.
-¿No es obvio?- digo como su fuera evidente.
-Con otra zorra de algún club, ¿Cierto?-respondió con molestia.
-Primera no era ningúna zorra, segunda si hubiera algún zorro en ese caso sería yo ¿No creés?, Tercera si lo sabes para que preguntas- la siento bufar del otro lado- además...no soy el único que ayer se revolcó con alguien.
-Ah, eso...¿Sabes qué?, No pasa nada cariño. Somos una pareja disfuncional que se ama- si no fuera porque la conozco como lo hago, no sabría que ella ahora acaba de guiñarle un ojo a la persona a su lado.
-Adiós cariño, yo también te amo-cuelgo con una sonrisa triunfal.
Marqué a Lee para ponerme al día con las cosas que tenía que hacer hoy en lo que iba de camino.
(...)
Parqueé el coche en el parqueo, me acomodé la corbata adentrándome en la inmensa empresa que fue de mi padre, ahora es mía. La elegante empresa cristalizada que el sol se ilumina en los cristales dándole un toque magistral. Enseguida que entré Lee se posicionó a mi lado, cada empleado que pasa por mi lado hace una reverencia a modo de saludo. Yo solo asistí en lo que Lee me explica. Nos adentramos en el elevador, justo cuando las puertas se cerraron me giré hacia él con una sonrisa.
-tienes buena cara, ¿Un buen polvo?- menciono más informal.
-Buenas para ti también, mejor amigo, ¿No serás tú él que tuvo semejante polvo?- arqueó una de sus cejas sugerente.
Lee Muñoz: mi mejor y secretario. ¿Quién dijo que la amistad no se puede mezclar con trabajo? quien lo dijo mintió. Todos estos años hemos salido adelante juntos. Somos el equipo perfecto. Él es exigente, mente brillante, serio, perceptivo y divertido. Su estatura de 1.80 cm hace que imponga aunque la verdad es bastante dulce. Su cabello negro, peinado perfectamente hacia atrás le da el aspecto serio que él posee. Ojos café, parece como que lo analizará todo. En resúmen, mi mejor amigo es el mejor del mundo.
-Tan cierto...pero cuéntame, ¿Cómo está Ana?- cambié el tema, se que a Lee no les gusta hablar de mis aventuras.
-Ella está bien, aún no quiere que salga contigo. Dice que eres una mala influencia-respondió con una risa traviesa pero divertida.
-¡Ay!- llevé una mano al corazón- eso dolió- me voltee a verlo directo a los ojos para estallar en una sonora carcajada los dos a la vez.
-Hace bien, ¿cierto?-colocó una mano en mi hombro.
-sabes que sí, por más que no quiera dañar lo vuestro. Lo haría sin querer, aún no me acostumbro a que tengas pareja-advierto en lo que miro mi reloj.
-Eres un desastre- miró su reloj-estamos en tiempo.
-La verdad demasiado- pronuncio cuando la puerta se abre.
Nos bajamos, entro en mi oficina y él en la suya. Aunque no quiso aceptar el puesto de vicepresidente solo el de secretario por no conseguirlo gratis, no pudo deshacerse de mi condición de que tuviera una oficina personal. Me senté en la silla mirando los papeles que debía de firmar.
(...)
Estuve buen rato entre firmando, analizando y creando las propuestas. Una risa hizo que dejará todo de lado.
-¡Ja, ja, ja!- una risa maldita que hace eco en la habitación.
Un escalofrío recorrió mi espina dorsal, el ambiente se siente pesado u incómodo.
-¡¿Quién anda ahí?!- pregunto a la nada.
-¡Ethaaan!- el desgarrador grito de una chica mientras grita mi nombre me hace levantarme de la silla de un salto.
Miré la habitación en cada punto sin poder encontrar nada.
<<¿Me estoy volviendo loco?>>
Es demasiado trabajo seguro, no es real. Agito la cabeza intentando aclarar mis pensamientos.
-Ethan, estoy aquí- la voz proviene del espejo.
<<Esa voz la conozco>>
Me acerco viendo algo que me hizo pegar un fuerte grito, caí al suelo del susto. El rostro de un chico igual a mí, solo que un año mayor. Llora sangre, posee una sonrisa siniestra que se ensancha cada vez más como si fuera un monstruo intentando devorarme.
-¿¿Ethan, estás bien??- entró Lee corriendo hacia mi lado.
El hombre del espejo miro a Lee y la palabra: Mueré, con sangre que gotea de cada letra hasta el final del espejo y se pierde, me hizo levantarme e impactar el puño contra el cristal del espejo rompiéndolo. Mi puño comenzó a sangrar pero aún con la imagen agrietado puedo verlo reír, lo escucho burlarse. Lee me sujetó del los hombros.
-¡¿Estás bien?!, ¡¿qué súcede?!...-Lanzó una pregunta detrás de la otra, pero dejé de escuchar.
Solo puedo verlo, me mira a lo ojos. Las lágrimas sangrientas no paran de caer de sus ojos al contrario solo aumentan. A pesar del horror y el terror que me provoca conozco esa mirada de dolor, de perdida porque es la misma que la mía. Me quedo estático, paralizado viéndolo algo asustado.
La puerta se abrió y ambos nos sobre saltamos, una chica de cabellos rojos con una trenza que llegaba casi hasta la rodilla, ojos dorados. Desnuda se abalanzó sobre mí, lo extraño no fue solo lo que dijo sino también que nunca en mi vida la he visto. Peor que de alguna forma rara hace latir mi corazón y no para circular sangre en mi segunda cabeza, sino por algo como se puede decir nervios.
-¡Principe, lo extrañé!- musitó con lágrimas en los ojos en lo que me sujeta con fuerza contra mi pecho.
¡Uy empezó fuerte!, Ya me diréis vosotr@s. Los quiero.♥️😘
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