Capítulo 5
Natouch se había dedicado a asear la cocina, y a sacar un poco de polvo aquí y allá, la mansión de por si se mantenía limpia por estar sola, eso no era parte de su trabajo pero estar solo sin hacer nada lo estaba volviendo loco.
A la hora del medio día había aseado casi toda la planta baja, aprovechó de comer algo ligero y se dio una ducha tibia, se vistió con un pantalón deportivo blanco y una camisa del mismo color, ni se preocupó en ponerse zapatos y arreglar su cabello; lo que le encantaba de su jefe era la puntualidad y el orden, así que estaba libre de hacer lo que quisiera durante las próximas siete horas a su regreso.
Con entusiasmo se fue a la tercera planta encontrándose con la enorme biblioteca, caminó sobre la suave alfombra verde oscuro que cubría toda la enorme habitación y deslizó sus dedos por los lomos de los libros. Vio libros de historia, geografía, guerras, biografías, poesías, romance y demás, había leído mucho durante toda su vida, le fascinaba leer y ahora justo tenía apego hacia la poesía.
Se decidió por tomar un libro de Charles Bukousky no había leído el que estaba en esa biblioteca, era un libro viejo, al parecer de 1980, tomó el ejemplar y salió en dirección al salón de abajo, no quería quedarse ahí, sentía que estaba invadiendo un espacio muy privado.
Fue a la cocina y se preparó una taza de té, el que había en la casa no era su favorito, pero era bueno para pasar el resto de la tarde leyendo, se recostó en el mullido y cómodo sofá de la sala y comenzó a leer fascinado, sumergiéndose de lleno en la lectura olvidando su al rededor mientras se desconectaba del mundo, mientras eso sucedía cuatro autos aparcaron fuera de la mansión de Ohm Thitiwat; de estos bajaron el dueño de la casa junto con los inversionistas y sus parejas. Natouch levantó la mirada confundido cuando escuchó voces en el recibidor, maldijo para sus adentros asustado por su atuendo y el libro pero aun así se levantó rápidamente y se fue a recibir a su jefe y a quien quiera haya llegado con él, era mejor que esconderse y enfrentarse a la furia de su patrón, aunque sabía que hoy mismo lo despediría.
Al llegar al recibidor se encontró con su jefe sonriéndole a un grupo de seis personas que hablaban animadamente, no había visto sonreír antes y le pareció una maravilla, era una hermosa sonrisa la que ocultaba ese hombre bajo la fachada fría y tosca que suele mostrar. Se acercó lentamente sabiendo que no era el atuendo para recibir a las visitas, su pantalón deportivo, su camisa blanca, su cabello algo alborotado, el libro de poesía en la mano y sobre todo descalzo, debía ir a arreglar sus maletas para cuando lo eche.
-Natouch, Cielo... Qué bueno que estas en casa. - Ohm se acercó a él y dejo un beso en su frente, con la mirada confundida busco una explicación en su jefe, el cual lo abrazo por la cintura y acerco su boca a su oído - sígueme la corriente, luego te explico - y dejo un beso en este antes de levantar la cara y ver a los invitados - Él es Natouch, mi prometido. Cariño, ellos son Samantha y Bosston Suppadach, Mew y Gulf Suppasit, y Off y Gun Jumpol, son mis nuevos Inversionistas - los presento mientras lo apretaba hacia su cuerpo.
Natouch miro al grupo aun aturdido y en shock, su jefe lo había abrazado, besado y ahora dice que es su prometido. En seguida entendió de qué se trataba, lo hizo varias veces para Kao.
-Buenas tardes, bienvenidos a nuestra casa - Natouch sonrío dulce y amablemente - Disculpen mi atuendo pero no esperaba recibir visitas, Ohm siempre me avisa cuando trae invitados - el hombre apretó el agarre en su cadera y dejó un beso en su cabeza, la cual ahora le llegaba justo al pecho al no llevar zapatos, era casi del tamaño de Gun.
-Lo lamento, cariño. Estaba ansioso por volver. - murmuro Ohm mirando sus ojos, el asintió sonriéndole.
-No hay cuidado, puedo cambiarme ahora. Pero adelante, están en su casa - los invito y el primero en adelantarse fue Gun que se acercó y lo abrazo, luego lo soltó y comenzó a estudiar el aura del doncel.
-Tienes un aura muy hermosa, resplandeces... Eres sencillo y estas lleno de bondad. Me agradas, Natouch. - Gun lo miro de arriba a abajo y sonrío - por tu atuendo puedo deducir que hacías yoga o ¿me equivoco? Amo el yoga.
-En realidad leía pero iba a empezar a practicarlo, soy bastante flexible pero nunca me he animado a hacerlo. - Gun chilló feliz y fue a susurrarle cosas al oído a su esposo.
-Gun, deja de planear. No vas a instruir al chico en tus artes locas - murmuro Samantha mientras se acercaba estudiándolo minuciosamente, era un hermoso doncel, delicado pero fuerte y se veia bastante desaliñado aunque de sus poros brotaba la elegancia, era raro ver a una persona que aun desarreglada pueda verse elegante - Es un placer, Natouch. Lamentamos irrumpir tan sorpresivamente pero Gun estaba ansioso de conocerte.
-Está bien. Sean bienvenidos, adelante. ¿Gustan algo de beber? - los invitados comenzaron a caminar y entrar a la sala de estar - cariño, no seas grosero ofrécele algo de whisky a tus invitados. - Ohm reacciono soltándolo enseguida, no quería dejar de tocarlo pero sus invitados habían llegado a la sala sin guía, eso no estaba bien.
-Tú mandas, me agradas, Natouch. - murmuro Samantha mientras se sienta en uno de los sillones. Gulf sonríe y los demás le siguen.
-Lo siento, cariño. Caballeros... Gustan un whisky, un brandi tal vez - los hombres siguieron a Ohm al bar que está en la esquina de la sala para servirse entre ellos y hablar, aunque el pelinegro no perdía de vista a Natouch y lo que decía.
-Dime, Fluke. Por favor... Ese es mi apodo, Solo mi padre me decía Natouch y lo hacía para reprenderme. - murmuro el castaño hacia Samantha, sus tres oyentes fruncieron el ceño al oírlo hablar en pasado.
-¿Tu padre murió, Fluke? - pregunto Gun con semblante triste, a lo que él solo asintió haciendo una mueca con los labios - Oh, ¡lo siento tanto! - Gun se acercó y lo abrazo fuerte.
-Está bien... Fue hace un tiempo ya - murmuro el castaño con voz triste, Gun lo miro y le sonrío - Todos necesitamos un abrazo fuerte de vez en cuando.
-No hay problema. Yo...
-Nada, Natouch. Un abrazo - ordeno Gun y Samantha y Gulf sonríen cuando el castaño se quedó confundido.
-Hazlo, Fluke. Si no, no te dejará en paz. - hablo Gulf sin dejar de reír. Natouch se encogió de hombros y lo abrazo. Gun lo apretó fuerte a su cuerpo, el tenía razón, si necesitaba un abrazo, años sin sentirse querido y ahora un desconocido hace eso... Siente un nudo en la garganta que trata de controlar.
-Bien, ¿te sientes mejor? - pregunto el pelinegro, Fluke asintió. Luego de recuperar su voz los ve y pregunto:
-¿Algo de beber? Soda, jugo, vino...
-yo acepto el vino... Blanco si no es molestia - le dijo Samantha.
-yo igual, Fluke. - continuo Gulf.
-Jugo, por favor. No puedo beber.
-Bien, volveré en un momento con todo y...
-¿No tienes empleados? - pregunto Samantha. Ohm enseguida mira al grupo sentado en la sala con atención mientras los hombres bebian brandi y hablaban de la última competencia de Bosston que era dentro de una semana.
-Sí, pero les he dado la semana libre. Han trabajado mucho y también me gusta atender la casa, odio no tener que hacer -Ohm suspiro ante la inteligente respuesta de su sirviente y vuelvio a hablar con los hombres.
-En ese caso te acompañamos a la cocina - dijo Gulf levantándose del sofá.
-Sí, aquellos ya están hablando de deportes y solo Dios sabe cuándo se callaran - murmuro Samantha rodando los ojos. Los cuatro se fueron a la cocina a tomar algo y comer algún tentempié que tuviera Fluke mientras se ponen al día de sus cosas. Ohm por su parte estaba ansioso, una socia estaba con él, no quiere perderle de vista... A ninguno, sabe que las esposas juntas son un peligro.
-Que les parece si en vez de ir a comer a un restaurante hacemos una parrilla aquí en el patio, o podemos usar el área de la piscina que es cerrada. Creo que a sus esposas les encantaría la piscina, a Fluke le encanta.
-Es una estupenda idea. - acoto Mew que se había sentado en el banquillo del bar.
-Pasar un momento agradable sin tanto protocolo, me gusta. - Dijo Off. Bosston solo bebió un sorbo de brandi y río.
-Ya se te está pegando la cosa loca de Gun. Dentro de poco te veremos en harapos repartiendo paz y amor. - los cuatro hombres rieron, Bosston vio a Ohm - me agrada tu prometido.
-Sí, es un doncel hermoso y bastante dulce - comento Off - pensé que sería uno de esas personas de "solo me gusta ir al club y a pilates" - hablo imitando la voz de uno de ellos - Samantha era así, gracias a Dios Bosston la cambió.
-que te digo... -Bosston se encogió de hombros - tengo un don.
-Creo haberlo visto antes en algún lado - comento Mew confundido mirando hacia la nada, Ohm se tensó levemente - ¿Alguna revista tal vez?
-No - Ohm se rio- Natouch no es doncel de sociedad. Jamás le ha gustado nada de eso. Clubes, fiestas, entrevistas... Es totalmente irritante para él, se mantiene en el anonimato, es un chico humilde. Prefiero mantenerlo lejos de la atención pública, solo para mí. - Mew hizo una mueca de confusión y suspiro.
-Su cara me es conocida. No importa, vamos por esa parrilla.
-Iré a buscar las cosas a la cocina y a avisar a los demás. El área de la piscina es por allá - señala un largo pasillo - al final después del gimnasio. - Ohm dejo que los hombres se vallan y camina hasta la cocina sorprendiéndose de encontrar a los cuatro riendo y bebiendo vino, excepto Natouch y Gun, el primero tomaba agua, el otro jugo, le sonríe al grupo reunido y entra hasta la alacena y comienza a revisar. - ¿Cariño, tenemos comida para preparar una parrilla en la piscina?
-Ham... Si, si tenemos - murmuro Natouch aun aturdido por el trato que le da su jefe, sabe que actúa y que más tarde hablarían sobre ello, mientras, debe seguirle la corriente. - en el refrigerador hay carne y pollo ya picado - Ohm fue directo allá mientras Natouch va a la alacena - aquí hay pan, y para preparar ensalada.
-Nosotros nos encargamos de la ensalada - Dijo Gulf ayudándolo.
-Bien... Los esperamos en la piscina - Ohm se acercó a su sirviente y le quito la bolsa de panes, luego le da un beso en la mejilla y salió de la cocina rumbo a la piscina.
-Ujumm... Es un lindo hombre oculto bajo un aura de oscuridad - hablo Gun viendo a Ohm salir.
-¿Qué? - pregunto Fluke confundido, Samantha suspiro con resignación mientras Gulf sonríe.
-Gun es raro, extraño y algo loco - el pelinegro le saco la lengua al otro hombre que hablaba -El ve el aura de las personas y esas tonterías espirituales, una vez que te acostumbras aprendes a ver que él tiene algo de credibilidad. Es un buen chico aunque está algo ido.
-Gracias por la breve descripción de mi ser - comento con sarcasmo el muchacho.
-Dejen de chismear y hagamos la ensalada, solo Dios sabe que Bosston se comerá todo lo que preparen sino vamos ahora - interrumpió Samantha que comenzó a picar el pepino y el tomate.
La tarde y parte de la noche la pasaron entre risas, comentarios triviales y experiencias de vida en pareja de las que Ohm fue tomando nota, Gun y Gulf se metieron en la piscina pues ambos tenían bañador debajo de la ropa, nadie sabía porque pero los tenían, Samantha no quería meterse y Fluke se excusó diciendo que no estaba de ánimos, pero en realidad no tenía bañador, jamás había usado uno, mientras que los hombres por otro lado estaban centrados en hacer la comida, beber cerveza y hablar de deportes, negocios y sus parejas.
Luego de una amena cena sin protocolo exigido por Gun, Natouch y Ohm despidieron a los invitados en la puerta de la casa deseándoles un buen viaje al hotel y siguiendo el protocolo anunciaron una próxima invitación sin fecha. Cuando los tres autos de lujo se alejaron Ohm soltó a Natouch y se adentró a la casa. El cerro la puerta bastante nervioso y encaro a su jefe el cual está en el recibidor con porte serio y frió, todo lo contrario a él que casi tiembla y está a la espera de algún desaire.
-Vamos a mi despacho, Natouch- La orden de Ohm los pone en marcha y con paso decidido él le sigue hasta que entran a la oficina del hombre al otro lado del pasillo que guía a la piscina.
Ambos entran y Ohm cierra detrás de él, le indica que se siente y rodea el escritorio para sentarse y mirarlo. - Vas a fingir que eres mi prometido hasta que estos inversionistas regresen a Londres - Natouch solto el aire cuando su jefe le dijo aquella frase sin anestesia.
-¿Cómo? - Susurra asombrado sin dejar de mirarle, Ohm se inclinó sobre el escritorio para mirarlo más de cerca, su mirada fría y sus facciones toscas no le agradan, aun así se da valor para seguir hablando. - Yo solo sirvo de amo de llaves, ¿cómo puede proponerme algo así?
-Vas a hacerlo, Natouch. Tú mismo dijiste que tu deber era "atender las necesidades de tu jefe" pues, esta es una necesidad, ellos requieren de mi como hombre de familia y esas porquerías para poder financiar mi próximo proyecto. ¿Quién más apto que tú para hacerlo?
-Pero podría pedírselo a alguna amiga o novia o... No sé! - Exclamo levantándose de la silla y caminando de un lado a otro. - No soy bueno mintiendo, no se mentir.
-Lo hiciste bien hoy... Fingiste de maravilla. - dijo con sarcasmo.
-No estaba mintiendo, estaba pasando el tiempo con personas agradables que no hablan de viajes ni clubes. Solo charlábamos de temas impersonales. No se fingir una relación, jamás he tenido una.
-Yo tampoco he estado en una relación, al menos no una sería como la que les he dicho, aprenderemos sobre la marcha. Igual no será mucho tiempo, más tardar un mes hasta que se vallan, aumentaré sus honorarios y se contratará un personal para que la ayude en la casa, además de darle un extra para que compres ropa y accesorios adecuados, mi futuro esposo no puede andar en esas... Fachas. -dijo sin sutileza mientras lo mira de arriba a abajo. - Está dicho. Mañana los veré nuevamente en la oficina y sé que Gun querrá verte pronto, así que has todo eso mañana temprano, ¿entendido?
-Sí, señor. ¿Algo más? - pregunto el rendido, es su jefe y por un demonio, va a aumentarle su exuberante salario y a comprarle ropa. Ohm lo miro durante un momento y niega antes de bajar la mirada a su teléfono, pues, estaba sonando.
-Retírate. -lo despidió viendo el número.
-Sí, señor - Natouch salió del despacho de su jefe con el corazón latiéndole en la garganta. Iba a fingir ser su prometido. Ha hecho muchas cosas por sus jefes anteriores pero nada tan personal, exceptuando al maldito de Karim él no ha tenido un trato tan... Ni siquiera sabe cómo explicarlo. Con un suspiro de cansancio subió a su habitación para ducharse y meterse a la cama, fue demasiado por un día y quizás mañana sea peor.
-¿Qué quieres, Boun? - gruño Ohm al contestar el teléfono luego de que Natouch saliera de su despacho dejando detrás de él su aroma a uvas. La risa de Boun era sarcástica pero feliz al otro lado del teléfono.
-¿Esa es la forma de tratar a tu hermano mayor? - río mientras hablaba, Ohm suspiro y se recostó en su silla de cuero marrón.
-Boun, no estoy de humor. ¿Qué quieres?
-Tu nunca estas de humor, Ohm. ¿Qué tal Natouch? ¿Aún no lo despides, cierto? Trátalo bien, se ve que es bueno en lo que hace... Además de que es ardiente - Ohm apretó la mandíbula por la repentina punzada de molestia, no le gusto como su hermano hablo de su sirviente.
-Deja de hablar así de él, es un doncel primero que todo, no un trozo de carne. Y sigue aquí, no voy a despedirlo para que lo lleves a tu casa como a los demás que han pasado por tu cama - la voz de Ohm era dura y fría pero eso no le afecta en nada a su hermano, es inmune a sus arrebatos.
-Soñar no cuesta nada. En fin, te llamaba para decirte que Del ha salido en el jet a África hace una hora, la muy idiota no llevó guardaespaldas, ¿qué hacemos? - Ohm bufo y se levantó de la silla para caminar por su despacho.
-Manda a un equipo de cuatro en un vuelo privado, pon a disposición el jet de mi compañía, si mamá se entera que se ha ido sin protección nos cortará las bolas a ambos - la molestia del pelinegro era palpable, Del siempre ha sido impulsiva, rebelde y malcriada, con el pasar de los años se volvió algo responsable pero ahora es un dolor de cabeza constante para sus hermanos que deben andar detrás de ella cuidándola para no causar molestias a sus padres.
-Lo sé, Aun estoy en la mira de papá después de que encontró mi auto lleno de botellas de whisky vacías y la bolsa de hierba. Ya sé que mandó a analizar mi sangre y orina, aunque no sé cómo lo obtuvo sin darme cuenta. - la voz de Boun se escuchaba perpleja y llena de asombro, su padre, Dean Noppanut ex combatiente en Irak, Rusia y Chechenia, jubilado con honores también fue un espía en Corea del Sur y estuvo trabajando para el servicio secreto de la casa blanca, un hombre de muchas destrezas y habilidades, de buena posición y acomodado en la alta sociedad sabe cómo entrar y salir sin ser notado.
-Si no tienes nada de qué preocuparte, déjalo tranquilo. Ahora envía ese equipo a que la siga, no debe pasarle nada allá. Esa maldita excursión al Congo la tiene loca. -Ohm suspiro rasco su cabeza - ¿Es todo?
-Si, por ahora. - suspiro Boun- ¡ah! Mamá pregunta si vendrás mañana a cenar - el pelinegro se rió mientras negaba.
-¿Aun te escondes en casa de mamá? ¿Acaso no sabes librarte de una conquista? - se burló y Boun gruño.
-Es que no entiende que estoy soltero y pretendo serlo unos años más - murmuro cansado - ¿vas a venir?
-No, no puedo, tengo reunión con unos inversionistas, yo la llamo mañana.
-Bien. Hablamos luego - Boun colgó sin esperar una despedida, su hermano nunca se despide.
Ohm soltó el aire y dejo su teléfono en el escritorio. Su cabeza zumbaba terriblemente, tiene demasiado en que pensar, justo ahora estaba metido en demasiados problemas, le ha mentido a esos inversionistas con su supuesto prometido y futura familia, ha metido a su sirviente en el embrollo y lo ha obligado a participar, no sabría qué hacer si él se hubiera negado por eso le ordenó hacerlo y no se lo pidió, con lo poco que lo conoce sabe que es un joven que no teme decir lo que quiere.
Miro la hora en su reloj de pulsera y suspiro nuevamente, con razón se sentía tan cansado, eran más de la diez de la noche y mañana debía madrugar para otra reunión con los inversionistas, solo espera estar con los tres y no con los seis, son un grupo bastante peculiar y muy agotador.
Tomo su teléfono y subió al segundo piso directo a su habitación, tomo una ducha rápida y se metió bajo las sabanas pero tiene un problema, el sueño se ha esfumado y lo único que pasaba por su cabeza era Natouch, su demasiado caliente sirviente, cuando llegó a su casa no esperó ver al doncel sin su uniforme, a pesar de verlo en pantalones anchos, una camisa holgada, cabello desarreglado y descalzo, se veía demasiado sexy, y más con esos aires de hombre intelectual, no había pasado por alto el libro en su mano.
Mientras apagaba la lámpara recordaba mientras lo agarraba de la cintura, el calor de su cuerpo y el dulce aroma a uvas, no quería dejar de tocarlo, al besar su mejilla y su cabello se impregnaba más del olor de su sirviente. Su risa, sus sonrojos, la forma tan familiar como se trataban sin siquiera proponérselo, le gustaba estar cerca de él y eso en cierta forma le incomodaba, no debería sentir nada por él ni por ninguna persona, no puede y no debe... Con un suspiro cansado se decidió a no pensar en él y cerró sus ojos para dormir.
Cuando bajó a la cocina la mañana siguiente vio su desayuno preparado, eran tostadas con mermelada, jugo de naranja, café y bacón, también vio el periódico debajo del plato pero Natouch no estaba por ninguna parte, en silencio tomo su desayuno mientras leía el periódico un poco más alegre puesto que la bolsa subió un quince por ciento, esas eran buenas noticias, cuando terminó se fue hasta el recibidor y tomó su correo dándose cuenta que junto a este había una nota escrita en una exquisita caligrafía.
"Señor Thitiwat, tuve que salir de madrugada por un problema personal si necesita que haga algo tan solo déjemelo por escrito o llámeme a la casa, estaré de vuelta antes de las ocho de la mañana. Lamento las molestias causadas." Natouch S.
Sin tomarle mayor importancia tomó una hoja de notero del recibidor y escribió las indicaciones que él debía seguir, dejó su tarjeta negra justo al lado y salió de la mansión rogando que solo estuvieran los inversionistas sin sus parejas, al llegar al edificio de Thitiwat Co.
Dejó su auto en su lugar de estacionamiento privado en todo el frente y entró directo al ascensor, nadie se atravesaba en su camino, ni siquiera lo miran, saben que una palabra fuera de lugar o un saludo en un día de malhumor puede acarrear a un despido inmediato, para todos es mejor evitarlo.
Subió hasta el piso de presidencia y enseguida fue recibido por su secretaria la cual ya tenía su café con vainilla de Starbucks en una mano y el itinerario del día en la otra, caminaba detrás de él diciéndole que asuntos tenía para ese día y que eventos había movido y cancelado, Ohm tomó un sorbo del café y suspiró dándose fuerzas, al llegar a la puerta de su oficina su secretaria lo detuvo.
-Señor, ya están ahí - murmuro la chica, Ohm enarco una ceja, le impresiona lo temprano que llega esa gente, quizás el cambio de horario les afectaba.
-¿solos? - pregunto ansioso, la secretaria niega mientras hace una mueca de burla, Ohm suspiro y asintió - te llamaré si necesito algo. - Ohm abrió la puerta encontrándose con Samantha y Mew sentados en sofás individuales y con Off y Gun en un sofá compartido viéndose y tocándose de manera extraña las manos mientras se miran a los ojos "¿no se cansan de estar siempre tan pegados?". Pensó Ohm viéndolos de manera extraña, sacudió la cabeza y termino de entrar a la oficina donde las cuatro personas se voltearon a verlo.
-Buen día, dama, donceles y caballeros- saludo para seguir a su escritorio y dejar su maletín.
-Sin protocolo, Ohm -dijo en un gruñido feliz Gun el cual ese día vestía con una camisa amplia blanca holgada con muchos collares de colores, pantalones anchos y sandalias bajas, bastante hippie sin perder el glamour, aunque completamente diferente a Samantha vestida de ejecutiva, su traje beige de chaqueta y falda muy ajustada combinaba con sus tacones del mismo color aunque demasiado altos, su cabello suelto pero meticulosamente peinado.
-Lo lamento, Gun. ¿Donde están Bosston y Gulf? - pregunto viendo a las parejas de los que no asistieron.
-Mi Bii se sintió bastante mal luego de llegar al hotel, el muy exagerada me hizo pasar por Mc Donald porque quería seguir comiendo, quedó en la habitación - Mew suspiro y se recostó, estaba preocupado por su esposo, no quería dejarlo solo.
-Bosston está alistándose para pasear Time Square - comento Samantha viendo su reloj - cada vez que venimos a Nueva York él tiene que ir ahí. - aparto la vista de su reloj y miro a Ohm - mejor comencemos... Vamos a evaluar la magnitud del proyecto, los márgenes positivos y negativos y toda esa mierda. - Ohm suspiro y asintió, va a ser un día largo.
Natouch volvió a la mansión exactamente a las ocho de la mañana encontrándose con un plato y tazas vacías en el desayunador, no hay rastros de su jefe ni de alguna nota al rededor. Se encogió de hombros y sin cambiarse de ropa decidió arreglar la cocina, limpio lo que ha quedado sucio y recogió aquí y allá, aseo un poco la sala y el área de la piscina, la visita del día anterior había traído algo de polvo y suciedad, nada grave pero esa inmaculada mansión debe mantenerse cual tacita de porcelana.
Al rededor del medio día se desocupo y se extrañó de no haber recibido ninguna llamada de su jefe, quizás se ha arrepentido de tenerlo de prometido falso, tal vez encontró alguna amiga que pueda ayudarle así lo dejaría a él hacer su trabajo en paz o ya se fueron los inversionistas, sería mejor ya bastante tiene con mantener semejante casa solo. Caminó al área del recibidor para limpiar un poco y frunció el ceño al ver una tarjeta negra sobre una nota, tomó la tarjeta y acarició el nombre en relieve "Ohm R. Thitiwat" dejó la tarjeta a un lado y tomó la nota, tenía una linda y estilizada caligrafía, bastante parecida a la suya.
"Señor Siripongthon. Me hubiera gustado discutir esto en persona pero dadas las circunstancias tendrá que ser a través de esto. Como verá le he dejado mi tarjeta sin límite de costos, necesito que compre ropa, zapatos, pijamas, bañadores y demás atuendos necesarios para un doncel de sociedad, usted obviamente, puede hacerlo en la quinta avenida, todo de marcas reconocidas, confío en que elegirá lo mejor. Además, debe comprar joyas estrictamente en "Cartier" en ningún otro lugar, ningún doncel de sociedad y menos mí prometido, debe andar con joyas que no sean de "Cartier".
Necesito su número de teléfono personal, si no tiene o su teléfono es obsoleto, tómese la libertad de adquirir uno nuevo y mandarme el número enseguida, al final de esto le dejaré mi teléfono personal y el de mi oficina. También debe llamar a una agencia y contratar al personal de mantenimiento de la mansión, como ya le dije antes "aprecio mi privacidad" procure que sean discretos y se mantengan alejados de mí, un máximo personal de tres, no quiero demasiada gente.
Debe adquirir un anillo de compromiso, todos deben ver que me pertenece y esa es la prueba exacta, tómese la libertad de elegir el que más le guste, eso sí, debe tener específicamente, oro o platino, y estrictamente y sin excepciones debe tener una piedra de diamante, usted sabrá elegir lo mejor, como doncel es un don.
Por último, debe andar siempre bien arreglado, nunca se sabe cuándo se puedan recibir visitas inesperadas, el atuendo de ayer no era el adecuado para recibir a las visitas, cuento con su completa discreción en este tema, haga lo que le pida y actúe debidamente frente a la gente que me rodee, como también deberá recordar su puesto dentro de mi casa, sigue siendo mi sirviente a pesar de fingir ser algo diferente."
E. C. Tfno.: 85 695312
Oficina: 555-4120
Pd: Tire esto al leerlo, no lo deje a la vista.
-Maldito Bastardo - Gruño arrugando el Papel en su mano.
Aqui esta el capitulo de hoy y quiero aclarar que deje la palabra esposas debido a que en las series siempre vemos que a la parte pasiva de la relacion la llaman esposa con toda naturalidad, por lo que aclaro que no es que se me paso sino que lo deje asi a proposito. Y como saben es una adaptacion donde la historia original es hetero entonces los inversionistas tienes son esposas. Me despido hasta mañana y espero que la historia les este gustando.
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