Capitulo 2
Las altas expectativas, el alto estándar y la clase social es algo importante en la ciudad de la moda, Natouch era consciente de ello y aun así, con su traje de color marrón, su bufanda y sus zapatos de marca se sentía fuera de lugar, no creía encajar con la alta costura de esa sociedad.
Salió del aeropuerto y se colocó un abrigo para cubrirse un poco de frió maldiciéndose internamente por haber usado una camisa fina para ese clima tan frió, siempre había estado acostumbrado a la cálida California y ahora tendría que cambiar su guardarropa por uno más cálido. Miro su reloj de pulsera por tercera vez y gruño, nadie había ido a buscarlo aun y tenía media hora esperando.
-¿Señor Siripongthon? –Natouch levanto la mirada para ver un hombre alto, su cabello algo alborotado, ojos increíbles y una sonrisa coqueta.
-Si soy yo, ¿y usted es?- pregunto algo cohibido, es un hombre increíblemente hermoso y apuesto, debía tener la edad de su nuevo jefe ¿acaso era él?
-Soy Boun, vengo de parte de Ohm- el solo asintió aun escéptico- quiere que lo disculpes por no haber venido por ti pero tuvo que asistir a una reunión de último minuto que... bueno, era urgente.
-¿Eres su chofer?- pregunto algo confuso, lo hubiera mandado mucho antes, el hombre ríe y el siente que tiembla un poco, su risa es dulce electrizante y deliciosa.
-No, no lo soy. Ohm no tiene ningún tipo de personal de servicio, tu serás el primero y solo porque su tío ha insistido- Boun lo mira de arriba abajo impresionándose de su belleza-Debes ser excelente en lo que haces.
-Gracias, ahora... podría llevarme a donde sea que debo ir, estoy congelándome- musito abrazándose a su cuerpo.
-Oh, lo lamento, tengo entendido que eres de clima cálido-Boun tomo sus maletas y las guardo en el baúl del auto negro y brillante, luego le abrió la puerta del copiloto y lo ayudo a subir- así que, señor Siripongthon...
-Por favor dígame Natouch- le insto el sonriéndole mientras mira al interior del elegante auto, las palabras BMW brillan en el volante y la música clásica suena por los altavoces.
-Lindo nombre Natouch, entonces dime... ¿cómo es que pasaste de la cálida California y hombre anciano y enfermo a la fría Nueva York y un agrio joven?- pregunto con cierta burla, haciendo que Natouch lo mirara confundido.
-¿Agrio?, ¿el señor Thitiwat es un hombre agrio?, ¿Cómo?- devolvió la pregunta con curiosidad, Boun tamborileaba los dedos en el volante tocando las notas de piano de la sonata que escuchaban.
-Ohm es... complicado- respondió encontrando una palabra sutil- Kao nunca conoció de verdad a Ohm, lo vio durante su infancia mientras su hermano estaba vivo, luego de que Ohm se quedara solo en el mundo Kao se negó a quedarse con él; Ohm no quería ir a California, Kao no quería venir aquí, él fue tratado como un adulto pero legalmente seguía siendo un niño, estuvo en una casa de acogida por un año hasta que eligió ser adoptado.
-¿Adoptado?, pero su tío me dijo que se crió solo, que tomo la riendas de su empresa mientras estudiaba y se ha hecho de una vida él solo- Boun solo bufo mientras negaba con la cabeza.
-Kao nunca conoció la vida de Ohm, solo supo lo que él quería que supiera- Boun volvió a suspirar y miro de reojo a Natouch cuando se detuvo en un semáforo en rojo- debes entender una cosa Natouch, la vida de Ohm fue realmente dura, sufrió mucho y eso lo convirtió en un hombre frió, controlador y muchas veces despiadado. Debes tener paciencia, va a tratarte mal, quizás va a correrte en algunas ocasiones o siempre, pero hagamos algo...
-¿Qué?- musito el chico asustado y asombrado, Boun solo sonríe volviendo a conducir.
-Tu contrato está en la casa de Ohm sobre la mesa del recibidor, vas a leerlo y si te parecen bien las condiciones lo firmas. Si no se renegociara, de eso me encargo yo, por ahora tu trabajas para mí y...
-No voy a trabajar para nadie más, Kao...
-Espera, tranquilo- le interrumpió Boun- no vas a trabajar para mí, te estoy contratando yo de palabra, así Ohm no podrá despedirte, además de que incluí una clausula en el contrato que para ser despedido debe haber una aceptación por parte de Ohm y mía, si él te despide pero yo me niego, aun seguirás aquí.
-¿Qué ganas tú con eso? ¿También debo trabajar para ti?- pregunto él confundido, Boun niega tranquilamente.
-Tengo mi propio personal de servicio en mi casa, Natouch. Es para protegerte de Ohm, así no podrá echarte a menos que yo lo acepte- término la conversación deteniéndose a una inmensa mansión, Natouch se quedó asombrado, era increíblemente más grande que la de Kao.
Tres pisos, grandes ventanales de cristal, un inmenso balcón en el último piso, cuatro enormes columnas redondeadas de concreto sosteniendo los cimientos de la entrada, un jardín con fuente gregoriana en la entrada, hectáreas de jardín alrededor, pasto verde recién cortado y una inmensidad de rosas blancas, toda una belleza arquitectónica y la residía un solo hombre.
-Vamos te enseñare la casa- Boun bajo con Natouch tomando las maletas, para luego entrar a la casa de la cual él tenía sus propias llaves.
Natouch se quedó de piedra al ver la enorme mansión, solo el recibidor era una hermosa obra de arte, pisos del más hermoso mármol pulido, paredes impolutamente blancas, techos blancos con adornos en oro, obras de artes colocadas estratégicamente en paredes y mesas, alfombras persas y adornos de cristal, plata y oro, rosas en floreros esparcidos por toda la casa y el exquisito sonido de la música de Mozart sonando por todos lados.
-Es impresionante, jamás había visto tanto... lujo ¿Quién mantiene todo esto así de impecable y hermoso?- pregunto el muchacho a lo que Boun se encogió de hombros, mientras Natouch caminaba lentamente revisando toso a su alrededor, se quitó el abrigo cuando el calor de la casa lo envolvió.
Boun caminaba detrás de él observándolo, no podía evitar mirar el exquisito cuerpo del doncel que se movía delante de el en ese traje hecho a la medida no pasando por alto ese hermoso trasero sensual que destacaba dentro de esos pantalones.
-Vamos, arriba esta tu habitación- se aclaró la garganta para ahora adelantarse, subieron el primer piso por la escalera de caracol y caminaron al pasillo izquierdo, al final de este había una puerta doble, Natouch la abrió y se impresiono por la enorme habitación que estaba frente a él, era el doble de grande la que tenía en la casa de Kao.
Una enorme cama vestida de blanco, dos mesas de noche igual de blancas, dos puertas lateral, una para el baño y otra para el armario donde Boun está dejando ambas maletas, una pequeña salita con muebles blancos y oro, al otro lado de la habitación un televisor de pantalla plana, un ventanal hasta el piso que lleva a un pequeño balcón, un escritorio con una laptop y un teléfono de casa todo en blanco.
-Mucho blanco, ¿cierto?- murmuro Boun al ver la cara de perplejidad de Natouch, el cual solo sonrió y asintió- Ohm tiene una afinidad por el color blanco y la pulcritud, casi toda la casa es así.
Ambos salieron de la habitación para terminar de conocer la casa, diez habitaciones incluyendo la de Natouch, la principal que es la de Ohm que está en el segundo piso, quince baños, la enorme cocina pulcra y limpia, la sala de estar, el recibidor y el salón de reuniones, la biblioteca, el despacho de Ohm, un gimnasio y una piscina climatizada a parte del jardín.
-Creo que ya lo tengo todo- dijo Natouch mientras volvían a la cocina por un vaso de agua, Boun abre la nevera y él no pudo dejar de echar un vistazo, no hay absolutamente nada, más que unas botellas de agua y té helado, lo cual lo hizo revisar la alacenas encontrando absolutamente nada, para luego preguntar:-¿acaso el señor Thitiwat no como aquí?
-No, Ohm desayuna, almuerza y cena en la empresa, por eso te necesita- el asiente lentamente, es un trabajo duro el cual debe empezar a organizar, él no es un sirviente, es un amo de llaves que sabe controlar mansiones, personal y a los jefes de la casa, será duro pero podrá hacer el trabajo de cocinero por unos días.
-Yo me encargare de coma bien ahora.
-Bien- respondió Boun mirando la hora de su reloj para luego pasar una mano por su cabello –imagino que no has cenado, ¿cierto?-Natouch niega lentamente con la cabeza-Ok yo debo irme, tengo una cena de trabajo pero mandare un delivery para ti, Ohm debe regresar alrededor de las siete, así que no hay mucho que hacer ahora, no va a necesitar comida hoy, quizás llegue despidiéndote si no le fue bien en la reunión, no le prestes atención, solo pregúntale que quiere que hagas en su ausencia y listo, lo demás será pan comido, pasa más tiempo en la oficina que en casa así que...
Boun lo palmea en la espalda y le sonríe-Me voy, suerte y...-lo mira una última vez sin completar la frase para luego salir de la casa rápidamente.
Natouch quedo pensativo, Boun no termino de hablar y simplemente salió, con un suspiro resignado sube nuevamente hasta la habitación que le fue dada para su estadía, se quita la ropa que traía y se coloca un pantalón de vestir color negro, una camisa del mismo color y zapatos cómodos que combinan a la perfección con el conjunto, no sabe si su nuevo jefe querrá que use un uniforme por ahora lo que tenía puesto debía servir, así que prefiere ir poco a poco.
Ya eran las seis y cincuenta y cinco, según Boun su jefe llegaría a las siete, tiene entendido que el hombre es un obseso del control y el orden así que tiene horarios para todo, solo espera aprender rápidamente los horarios y seguir las reglas. Con calma bajo las escaleras y se dirigió a la cocina, cinco minutos después tocaron el timbre, con cautela abrió la puerta para ver a un joven con una bolsa blanca.
-¿El señor Siripongthon?- pregunto el joven educadamente.
-Sí, soy yo- musito él cauteloso, a lo que el joven le tendió la bolsa.
-Envió del restaurante Parisino, de parte del señor Boun Noppanut- él tomo la bolsa inmediatamente, el hambre se hacía presente cuando le llegó el aroma de la comida.
-¡Oh gracias!, ¿Cuánto le debo?- pregunto mientras dejaba la bolsa en la mesa del recibidor.
-Nada señor. El señor Noppanut ha dejado la cuenta paga, que tenga buenas noches y buen provecho.
-Gracias- fue lo último que dijo y el joven se fue, lo que sea que contenía la bolsa olía delicioso, la recogió y se fue a la cocina y cuando estaba a punto de abrirla escucho las ruedas de un auto en la grava de la entrada, maldiciendo en silencio dejo la bolsa, respiro un momento y se acercó a la puerta abriéndola cuando vio al hombre subiendo las escaleras buscando las llaves para abrir.
El levanto la mirada al ver la puerta abierta, molestándose levemente de que Boun haya irrumpido en su casa nuevamente, las palabras se atoraron en su garganta al ver que no era el, era un hermoso y muy sensual hombre el que lo recibía en la puerta con una sonrisa tímida, que no concordaba con ese cuerpo hecho para el sexo, su mente se bloqueó por un segundo pero se obligó a reaccionar, él es dueño de esa casa y no sabe quién es él.
Natouch por su parte quedo aún más impresionado, esa mandíbula tensa, esos ojos oscuros tan fríos llenos de ira, unos labios apretados y rosados, vistiendo de traje negro y corbata verde, zapatos de cuero negro, cabellos semi peinado y cuerpo sexy, también era alto, mucho más que Boun.
-¿Quién eres tú?- gruño su pregunta Ohm mirando al hombre que al su parecer era un doncel, y que se había atrevido a escanearlo de arriba abajo.
-Soy Natouch Siripongthon, señor Thitiwat, su nuevo amo de llaves, recomendado por el señor Kao...
-Sí, si-Ohm lo interrumpe para no escuchar lo que sigue y pasa por su lado inhalando el aroma dulce del hombre, no sabe que es pero le gusta el aroma de él mezclado entre sus rosas-Ahórrate el discurso- encarándolo en el recibidor, estando lo bastante cerca como para darse cuenta que el que el muchacho le llega apenas a los hombros –estas aquí porque mi tío prácticamente me rogó, no necesito de ti ni de nadie, se cuidarme solo, así que solo te limitaras a limpiar la casa y desaparecer de mi vista- gruño nuevamente Ohm girándose para irse.
-Disculpe usted, señor- le dijo Natouch un poco molesto haciendo que el hombre se detenga; Ohm se giró y lo miro enarcando una ceja impresionado, nadie jamás se había atrevido a contestarle ni replicarle nada –Yo no soy un sirviente, soy un administrador del hogar o un amo de llaves como usted quiera llamarlo.
-Y, ¿Cuál es la diferencia?- pregunto bruscamente Ohm, haciendo que el muchacho levantara la barbilla y le mirara con ojos de desafío.
-Mi deber es mantener la casa, al personal haciendo su trabajo y hacerme cargo de las necesidades del jefe de la casa y sus invitados.
-Para eso son las esposas, señor Siripongthon- le respondió con sarcasmo-y si no se ha dado cuenta es lo único que no va a ver aquí; no tengo personal porque no me gusta que nadie se meta en mi vida privada, viene una compañía de limpieza cada semana y se encarga de ellos y mi madre es la que manda mi ropa a la lavandería. No necesito nada más, así que no tiene nada que hacer aquí.
-Tengo que, señor Thitiwat- vuelve a replicar cuando el hombre pretende retirarse nuevamente, Ohm gruñe y se le vuelve acercar
-Mire usted...Señor Siripongthon, o se adapta a lo que hay o se larga, he tenido un maldito mal día y necesito descansar. Haga lo que le dé la gana pero aléjese de mi vista, ¿entendido? –Natouch asintió lentamente y el suspiro, paso una mano por su cara y volvió a mirar a su nuevo empleado de arriba abajo, odia esa ropa que llevaba puesta, le cubre mucho y el negro no combina con el- Tan solo no se cruce en mi camino, haga los deberes de la casa y estaremos bien. Buenas noches.
-Buenas noches, señor Thitiwat- musito el al verlo partir, frunciendo los labios mientras lo ve subir las escaleras y suspira. Así mismo fue empezar a trabajar para Kao, así que hará hasta lo imposible para que su jefe se dé cuenta de su eficiencia y de que lo necesita. Fue al recibidor y guardo el abrigo del señor Thitiwat junto con su maletín, fue a la cocina y tomo la caja que decía "compras" que estaba en la alacena, saco algo de dinero y salió para comprar comida en algún mercado, iba amansar a su jefe a como dé lugar y si era pasando desapercibido también lo logrará.
Hola aquí está el segundo capítulo de la historia espero que les haya gustado
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