6. Llamado de solidaridad.
El fastidioso lunes había llegado, y yo prefería seguir acostado viendo Game of Thrones que volver a clases, pero la vida de un adolescente es cruel y, sobre todo, las madres no tienen ni una pizca de consideración.
—¡Hora de levantarse, si llegan tarde, les juro que voy a escupir en su almuerzo! —gritaba mamá desde la planta baja.
Esa mujer tenía un fetiche por hablarnos en rumano, sobre todo por la mañana, cuando uno aún está inconsciente y no entiende si me está diciendo amablemente que despierte o si es una amenaza de muerte.
Pero como aprecio mi vida, me levanté de un salto y comencé a alistarme.
—Buen día, mamá —dije mientras me sentaba en un sillón a esperar a la diva de Jin.
—Es tarde, viven durmiendo, son unos vagos —decía molesta, mientras fregaba un plato.
—Perdón, en mi defensa, anoche me quedé mirando GOT y se me pasaron rapidísimo las horas —intenté excusarme, solo logrando que me sacara la lengua.
Sí, mi mamá resultaba ser mucho más infantil que yo a veces, mejor dicho, siempre. Ella y Jin eran tal para cual, aunque no lo admitían.
—No voy a pagar por sus llegadas tardías —continuó, para luego poner una mueca rara y escanearme de pies a cabeza—. ¿Qué es ese outfit?
La miré por unos momentos confundido; no podía creer que hasta mi madre estuviera más actualizada con las palabras que yo.
—Lo eligió Jin, ¿te gusta? —pregunté temeroso.
Hasta hace cinco minutos, mi ropa no me importaba en lo absoluto, pero en este momento, cuando mi madre me mira como si fuera un alienígena, estaba dudando seriamente sobre mi outfit, o lo que sea.
La noche anterior, Jin dio vueltas a mi pequeño armario, para buscarme algo decente, porque, según él, tenía el mismo sentido de la moda que mi tío.
Pero no se dejen llevar por su edad; era un hombre de gran estilo y casi todas mis prendas eran regalos suyos. Yo estaba seguro de que mi estilo era una mezcla entre algo casual y vintage, pero según mi hermano era una mezcla entre un hippie y mi tío, que era la peor ofensa a la moda, pero no me importaban sus comentarios; yo pensaba que mi estilo marcaba la diferencia y me hacía único.
—¡Por fin, pareces alguien decente! —gritó emocionada, mientras se levantaba de su asiento y me observaba desde todos los ángulos—. ¡Tienes buena figura! Pensé que eras un flacucho —soltó, haciendo que mi cara se pusiera completamente roja.
—¡Yo también tengo un cuerpazo, mamá! —interrumpió Jin burlesco, mientras corría hacia mi madre, quien le dio un golpe en la cabeza por ser tan idiota.
Y así, básicamente, empieza la mañana normal en la vida de un Kim: gritos, risas, golpes y outfit nuevo.
Me encontraba caminando por los pasillos, esquivando miradas de odio, mientras Jin los fulminaba con la mirada. Sabía que después del problema en el comedor, tendría algunos enemigos, pero no sabía que tantos.
Bueno, Jin sí lo supuso y por eso estaba más insoportable de lo normal. Tenía prohibido quedarme solo, por si alguna de las plásticas o sus fans me atacaban.
—Aquí me quedo yo —dije, tocando la puerta de mi aula.
—Muy bien, Tae, como acordamos, te vengo a buscar a la salida de tu clase. No te vayas sin mí —amenazó. Él estaba en plan "Hermano protector, pesado y celoso"; solo asentí y me despedí con la mano.
—¡Taehyung! —llamó Yuna desde un asiento al final, emocionada por encontrar una cara conocida.
Me senté a su lado.
—Tanto tiempo —dije con una sonrisa, a lo que ella asintió y comenzó a contarme el motivo de su desaparición la semana pasada.
Resulta que ella y Kai habían discutido porque él le regaló un hámster.
Si bien ella se había negado al principio a aceptarlo, después de un tiempo cedió y aceptó tener al hámster como mascota.
Pero mientras discutían sobre quién se encargaría de su cuidado, Kai cometió un descuido: dejó la puerta abierta de su habitación y el hámster, llamado Carlos, aprovechó la oportunidad para escaparse.
Yuna me contó que se había sentido devastada al darse cuenta de que el hámster había desaparecido.
Pasó días yendo a la casa de su novio y buscando al pequeño hámster por toda la casa, revisando cada rincón y llamándolo por su nombre.
Estaba preocupada y triste, pensando que nunca volvería a ver a su pequeña mascota.
Pero la historia tuvo un giro inesperado cuando finalmente encontró al hámster debajo de la cama de su hermano.
Resulta que el travieso animalito se había escondido allí durante la discusión y se había quedado atrapado mientras su hermano estaba fuera.
Kai estaba emocionado y aliviado al encontrarlo sano y salvo.
Hoy, Yuna y el estaban felices y aliviados de tener nuevamente a su hámster en casa. Lo cuidaban con mucho amor y se aseguraban de que no volviera a escaparse. La experiencia les había enseñado la importancia de la responsabilidad y la comunicación entre pareja; ahora eran unos padres responsables.
Mientras Yuna me contaba esta historia, no pude evitar sonreír. Estaba contento de ver a Yuna feliz y reunida con su pequeño amigo peludo.
[Inserto foto de Carlos, en el momento de ser encontrado, sacado por el mismísimo Huening Kai]
Nuestra charla tuvo un final cuando un hombre alto, con ojos negros y el pelo engominado hizo su aparición y se presentó como Park Seo Joon, nuestro profesor de historia moderna.
Contrario a lo que su apariencia sugería, la materia no era aburrida ni pesada. De hecho, debo decir que el hombre tenía su encanto. Era bastante guapo y tenía cierto carisma que hacía que hablar sobre temas pesados fuera sumamente divertido.
Gracias a nuestra participación en clase, nos dejaron salir veinte minutos antes. Así que ahora me encontraba con una sonriente Yuna, admirando una foto de Carlos, su hámster, y Kai mientras tomábamos un helado. Ella de chocolate y yo de limón. Sí, ya sé, no soy el típico chico amante del chocolate ni de los sabores tradicionales.
A mí me gustaban los sabores frutales. ¡Déjenme ser!
Pero mi felicidad duró lo que dura un helado al caer al suelo: segundos.
De los altavoces resonó una voz gruesa y fuerte que yo conocía muy bien.
¡Llamado de solidaridad. Se perdió Kim Taehyung del aula 306. Si alguien lo vio o lo secuestró, necesito que lo devuelvan, porque tiene un hermano que los va a cortar en pedazos...!
—¡Señor Kim, ¿qué cree que está haciendo?! —intervino la voz del vicedirector, retumbando por los pasillos y haciendo que mi rubor subiera.
—¡Está perdido, lo secuestraron! —chillaba Jin, y así comenzaron una corta discusión sobre no entrar a lugares sin permiso, mientras Seokjin le planteaba la posibilidad de conseguirme un guardaespaldas personal.
Finalmente, los altavoces fueron silenciados, dejando a todo el alumnado murmurando disimuladamente sobre el espectáculo de Jin.
Por mi parte, sentía una mezcla de vergüenza y enojo. Quería cavar un agujero hasta Narnia y perderme. Juro que cuando vea a Kim Seokjin, lo mataría con mis propias manos.
¡Hola Pinochitos!, ¿Cómo les va?
¡Seokjin siempre haciendo de las suyas! 🤣 Pero hay que admitir que fue gracioso. Pobre Tae, su plan de ser un ente no duró ni un mes y ya lo conocen hasta los conserjes con esos gritos. Ahaha.
¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
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