1. Pinochito.
Hoy era el día en que todo iba a cambiar. Año nuevo, casa nueva, escuela nueva. Estaba emocionado por comenzar de cero, sin conocer a nadie. Tenía la esperanza de que nada pudiera salir mal.
Siguiendo el consejo de mi abuela, realicé un ejercicio para prepararme mentalmente. Me sentía listo y decidido a enfrentar cualquier desafío.
Esta vez, tenía un plan: pasar desapercibido. No hablaría, no levantaría la cabeza y evitaría el contacto visual con cualquiera que no fueran los directivos o profesores. Además, me había impuesto la regla de no mentir bajo ninguna circunstancia.
Mi objetivo era convertirme en un ente invisible ante mis compañeros. Si lograba cumplir estas reglas, mi primer día sería un éxito, sin contratiempos ni humillaciones.
Bajé las escaleras con cuidado, procurando no tropezar. Mi torpeza combinada con mi tendencia a tener hipo me convertían en una presa fácil para las burlas. Pero esta vez, estaba determinado a evitar cualquier situación embarazosa.
Llegué a la cocina sin incidentes y encontré a mi mamá canturreando mientras preparaba el desayuno.
— ¡Bu! —grité, haciendo que ella diera un salto.
— ¡Oh, Pinochito! ¿Acaso quieres asustar a tu pobre madre? — exclamó dramáticamente, llevándose la mano al pecho.
— No seas exagerada, mamá. Y no me llames así, no soy ningún Pinocho… *hipo*—maldito hipo… A veces aparece sin previo aviso.
El hipo cesó y mi mamá sonrió.
— Como quieras, cariño. Ahora desayuna rápido, que tu hermano te llevará al colegio.
— ¿Qué? ¿Por qué? —exclamé sorprendido.
Mi hermano SeokJin no era precisamente conocido por su discreción. Era vanidoso y siempre llamaba la atención. Esto arruinaba mi plan de pasar desapercibido.
— Tu padre salió antes y no puede llevarte, así que SeokJin se ofreció a hacerlo. Al final, ambos van al mismo lugar —explicó mi mamá.
Intenté oponerme, pero sabía que era inútil. Mi mamá era una mujer de palabra.
SeokJin bajó diez minutos después, con el pelo húmedo y de mal humor. Su expresión lo decía todo. Teníamos una conexión especial como hermanos.
— ¡Kim SeokJin! Te he dicho mil veces que no salgas con el pelo mojado, puedes resfriarte — gritó mamá, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño.
— Y yo te he dicho mil veces que no me llames SeokJin, pero parece que nadie tiene lo que quiere, mamá — contestó, y sonreí para mis adentros.
Era una de las pocas cosas en las que no estábamos de acuerdo. A él le gustaba que le llamaran en diminutivo, mientras que a mí me encantaba mi nombre tal cual era. Aunque según él, debieron haberme puesto: "El demonio del hipo." Era un apodo interesante y, desde mi punto de vista, bastante innovador.
No se podía esperar menos de mi dulce hermano. Seguramente, si existiera una materia sobre cómo encontrar formas de molestar a tu hermano, Jin sacaría matrícula.
— ¡Taehyung! ¡Vuelve a la realidad! —alcancé a leer los labios de Jin, aunque en mi lapsus de estupidez solo alcancé a decir "ah" y mirarlo con cara de idiota—. Nos vamos, es tarde.
— ¿Tarde? —murmuré mirando mi teléfono y viendo que, efectivamente, faltaban 15 minutos para que sonara la campana—. ¡Vamos tarde, Jin! ¡Corre, corre! — grité mientras tomaba a mi hermano y lo arrastraba hacia su auto.
— ¡Andiamo, Jin, andiamo! —gritó mamá burlonamente desde la puerta—. ¡Buongiorno!
— ¡Buongiorno! —gritamos al unísono mientras ponemos en marcha el auto.
El viaje fue más corto de lo que esperaba. Los aullidos de Jin me distrajeron. Estaba en una época oscura en la que se creía miembro de Coldplay, aunque debía admitir que no lo hacía nada mal. Solo te dejaba sordo momentáneamente.
— ¿Puedes dejarme aquí? —Interrumpí su pseudo concierto.
— ¿Una calle antes?, ¿Por qué? ¿Acaso te avergüenzas de mí? —me miró desafiante.
— ¡No, claro que no! — respondí sin titubear.
— Entonces, Taehyung, estar conmigo es lo mejor que te podría pasar. Después de todo, siempre soy el centro de atención — sonrió pensados en sí mismo —. Te ayudaría a encontrar amigos.
— Ese es el problema. Te dije que este año no quiero llamar la atención, y eso significa estar a tres metros de distancia de ti, si es posible.
— ¿Y también vestirte así de feo? Porque eso, querido, va más allá de la fealdad y el mal gusto — interrumpió, mirándome con desaprobación.
Lo miré ofendido y revisé mi vestimenta: unos jeans holgados, una remera de un gato, una camisa a cuadros suelta y mis converse favoritos.
—¿Qué tiene de malo? — le lance una mirada juzgadora.
— El existir, Taehyung —negó con la cabeza—. Ahora sal de mi auto antes de que alguien te vea y piense que ando con mendigos.
Bufé enojado y salí del auto, dando un portazo. Mi ropa era divina, iba acorde a mis reglas.
—¡Ciao, Taehyung!
—¡Ciao! — grité mientras caminaba hacia la entrada.
El colegio se encontraba justo en una esquina, tenía un tamaño moderado y se percibía que era exclusivo.
Mientras mi mente divagaba, el sonido del timbre me sacó de mi ensimismamiento. Me di cuenta de que aún estaba en medio del camino y con rapidez, aceleré el paso abriéndome paso entre los alumnos y los autos. Sin embargo, en un instante de distracción choqué con una motocicleta, haciendo que esta cayera al suelo.
Para mi sorpresa y desgracia, la motocicleta resultó ser una costosa y reluciente máquina. Sí, yo, Kim Taehyung, había sido el responsable de tirarla en mi primer día… Adiós a mi gran plan.
Varios transeúntes me observaron fijamente, lo que hizo que mi nerviosismo se intensificara. ¿Debería huir? Me quedé paralizado hasta que escuché una queja.
— ¡Rayos! ¿Quién fue? —chilló alguien a mis espaldas. — Me di la vuelta para encontrarme con el dueño de la motocicleta. Dios, estaba en serios problemas.
(...)
¡Hola Pinochitos! Y muchísimas gracias por darle una oportunidad a esta historia. Es un historia que cree con el objetivo de que puedan divertirse, reírse a carcajadas y, quizás, incluso derramar alguna que otra lágrima.
Acompañen a Taehyung en la aventura que es su vida, ; ¡les aseguro que no se arrepentirán!
📍Datos extras:
Tae y su familia vivieron unos años en Roma debido al trabajo de su padre. Por eso, a veces se comunican en italiano, ¡les parece muy divertido creer que es un idioma secreto solo para ellos! (Aunque, claro, todos sabemos que no es así ). Cada vez que usen italiano, pondré su traducción al lado para que puedan seguir la historia sin problemas.
Cualquier otro dato importante, se los haré saber al final de cada capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro