Repercusiones
- Y bien, ¿este es el muchacho que ayudó a All Might a salvar nuestros pellejos?
- Sí, este es Son Gohan.
Gohan abrió lentamente un ojo al oír que mencionaban su nombre, para encontrarse con un despreocupado Aizawa que se encontraba al lado de un hombre de baja estatura y con aspecto de ratón gigante vestido con un traje formal. Subconscientemente levantó una ceja ante la extraña visión, y para mayor sorpresa, la figura desconocida hizo una reverencia.
- En nombre de todos en la U.A., quiero expresarte mi más profunda gratitud por tus impecables esfuerzos. De no ser por tu ayuda, me dan escalofríos pensar en lo catastrófico que podría haber resultado todo esto.
Gohan se levantó hasta quedar sentado, más confuso que antes. - Umm... ¿no fue nada? - replicó, rascándose tímidamente detrás de la cabeza.
- Son, este es el Director Nedzu. - lo presentó Aizawa, haciendo que los ojos del híbrido saiyajin se ensancharan. - Es quien está a cargo de la U.A. Harías bien en demostrarle algo de respeto.
- P-por supuesto. - respondió rápidamente Gohan, poniéndose de pie de un salto y dándole al director una reverencia. - Es un placer conocerlo, señor.
Los ojos de Nedzu de pronto se iluminaron. - ¡Ahora te recuerdo! ¡Eres el estudiante que terminó con la puntuación más alta en el examen de admisión!
- Sí... Son es realmente un estudiante muy "capaz". - agregó Aizawa con voz calmada, que hizo que el chico se sintiera nervioso.
Nedzu se rio. - Bueno, creo que debemos considerarnos afortunados de tener un talento tan prodigioso en nuestros salones. Espero con ansias seguir tu progreso, jovencito.
- Me halaga escuchar eso, señor. - admitió Gohan nerviosamente. Sabía que eventualmente iba a captar la atención de alguno de los mandamases de la escuela, pero no esperaba que fuese tan pronto.
Echó una mirada cansada a sus alrededores, viendo que varios de los otros profesores estaban haciendo labores de limpieza. Algunos estaban reuniendo a los villanos inconscientes, otros limpiaban los escombros del conflicto y otros tantos le echaban miradas curiosas, si bien no recelosas. Eso de alguna manera le hizo tomar conciencia de sí mismo.
- Disculpen señores, ¿pero dónde está All Might-sensei? - les preguntó.
Si había un profesor con el cual se sentiría cómodo ahora, ese sería All Might. A pesar del comportamiento cordial de Aizawa hacia él, nunca tenía una buena idea de lo que podría estar pensando su profesor guía, y eso nunca dejaba de ser inquietante. Nedzu, por otra parte, se veía demasiado alegre para lo que había sucedido, y eso también era inquietante de otra manera.
Los dos educadores intercambiaron una breve mirada antes de que Aizawa le respondiera. - All Might tenía otros compromisos, así que tuvo que marcharse. Te lo habría dicho en persona, pero no quiso molestarte mientras descansabas.
Gohan tuvo que resistirse el impulso de fruncir el cejo. - Ya veo. En ese caso, ¿puedo volver con el resto de la clase?
- Claro, adelante. - replicó Aizawa, y una sonrisa tenebrosa se apoderó de su cara. - Pero si esperas tener algo de privacidad, se te acabó la suerte. Tus compañeros tendrán un montón de preguntas para ti. Están allá afuera en la entrada, por cierto.
Gohan sintió un tic en el ojo, pero se forzó a sonreír a pesar de todo. - Gracias, sensei. Lo veré después, Director Nedzu.
- ¡Hasta luego, muchacho! - dijo alegremente Nedzu, despidiéndose del chico son con la mano.
Gohan se alejó de los dos adultos y se dirigió hacia la salida del edificio, pisando con pesadez y trepidación mientras se preguntaba cómo reaccionarían sus compañeros a su despliegue de ese día. Haberse deshecho de los matones que eran carne de cañón y sus compañeros podían haber manejado por sí mismos era una cosa, pero luchar lado a lado con All Might contra una amenaza legítimamente mortal, eso estaba en otro nivel totalmente.
Dejando de lado al Super Saiyajin, ya había resuelto que no iba a ocultar sus poderes de sus compañeros, y aún mantenía esa decisión. No merecían que él les mintiera. Sin embargo, ahora que era momento de confrontarlos, no pudo evitar sentirse algo ansioso por el resultado. ¿Lo respetarían? ¿Tendrían miedo de él? ¿Sentirían una mezcla de ambas cosas? ¿Cómo afectaría esto su vida de estudiante de preparatoria?
Luego de subir las escaleras y llegar a la puerta, se detuvo un momento para quitarse el sudor de la frente. Fuera de su estamina, se encontraba perfectamente bien, pero el día de hoy había sido agotador mentalmente. Lo único que quería ahora era irse a casa, preparar algo de té verde un desahogarse con él. Quizás hasta podría ponerse a ver Bloodsport para desconectar su cerebro por un par de horas.
Pero, antes de que eso pudiera pasar, tenía que enfrentarse a la música. Así, con un suspiro de resignación, abrió la puerta y salió del edificio. En el momento en que su pie tocó la gravilla del camino, cualquier conversación que estuviera ocurriendo se detuvo abruptamente, y dieciocho pares de ojos se voltearon en su dirección. Gohan levantó una mano temblorosa y les saludó.
- Hey, chicos.
Tras unos momentos de silencio en los que nadie movió un músculo, Kirishima fue el primero en acercársele, con la cara dura e imperturbable. Fijó su mirada en los ojos de Gohan por unos tensos segundos, antes de mostrar una amplia sonrisa de tiburón.
- ¡Tienes que enseñarme cómo lo haces!
Gohan echó un paso atrás del shock. - ¿Huh?
- ¿Cómo que "huh"? - exclamó Kirishima, apretando un puño que temblaba. - ¡Viejo, pudiste pelear lado a lado con All Might! ¡ALL MIGHT! ¡¿Tienes una idea de lo insanamente loco que es eso?!
- Sí, amigo, eso fue condenadamente salvaje. - agregó Kaminari con una sonrisa propia.
Gohan adoptó una expresión sombría. - Ya lo sé.
- ¿Entonces cuál es tu secreto? - presionó Kirishima con excitación. - ¿Es solo tu Quirk? ¿Algún entrenamiento especial que estás haciendo? ¿Acaso te está entrenando algún absoluto monstruo?
Un Kaminari igualmente entusiasta rápidamente se unió al interrogatorio. - ¿Te hicieron experimentos cuando eras niño? ¿Tus huesos están hechos de adamantio? ¿Acaso eres completamente humano?
Ojiro sonrió con confianza y cruzó los brazos. - Los dos se equivocan totalmente. Todo es gracias a la habilidad y al trabajo duro. ¿No es así, Son?
Una enorme gota de sudor rodó por la sien de Gohan, y tuvo que suprimir el deseo de tragar saliva. En ese momento le estaba dando un serio caso de déjà vu, una sensación que se vio magnificada cuando la enorme figura de Iida le bloqueó la visión.
- ¡Creo que con eso basta por el momento! - declaró el chico de gafas en su típico tono severo. - ¡Todos hemos tenido un día muy agotador, y estoy seguro de que para Son-kun fue peor que cualquiera de nosotros! ¡Y créanme, entiendo perfectamente su curiosidad, yo me siento igual, pero démosle algo de espacio para respirar por todos los cielos!
Kirishima y Ojiro tuvieron la decencia de bajar la cabeza avergonzados, mientras Kaminari simplemente se enfurruñaba. Gohan, entretanto, soltó un suspiro de alivio.
- Tienes razón, Iida. Perdón por eso, Son. - se disculpó Kirishima, rápidamente recuperando su sonrisa dentuda. - ¡Pero es que ese despliegue de super masculinidad sin filtros me emocionó tanto que no pude evitarlo!
- Es-está bien. - respondió Gohan, levantando la mano en gesto de pacificación. - Responderé a sus preguntas después, ahora solo... necesito algo de espacio para respirar, ¿saben?
- Lo sé, hermano. - dijo el pelirrojo, sonriéndole amablemente. - Tómate el tiempo que necesites.
Con eso, Kirishima se alejó hacia donde estaba Ashido, quien Gohan notó que ni siquiera lo había mirado. Antes de poder pensar en por qué sería, Iida se volvió hacia él, con preocupación visible en sus rasgos. - ¿Te sientes bien, Son?
- Sí. Solo estoy exhausto. - reveló Gohan, sonriendo ligeramente. - Por cierto, gracias por eso. Es la segunda vez que me ayudas.
- No te preocupes por eso, amigo mío. - exclamó Iida. - Todos estamos juntos en este viaje, así que es imperativo que nos cuidemos las espaldas en cada paso que demos por el camino. Como futuros héroes del más prestigioso instituto de héroes en el país, ese comportamiento debería ser el mínimo que se espera de nosotros.
A pesar de las circunstancias, Gohan no pudo evitar reírse ligeramente. - Te doy toda la razón.
Saludándolo con la mano, Iida se fue a atender sus propios asuntos, dejando al híbrido saiyajin libre para dirigirse hacia donde estaba su mejor amigo. Satou se encontraba apoyado contra el edificio del U.S.J. con los brazos cruzados, y Tsuyu estaba a su lado. Los dos estaban enfrascados en una conversación muy tranquila, lo que le hizo alzar una ceja. Aunque él y Tsuyu rápidamente compaginaron entre sí, no tenía idea de que se hablara con Satou. ¿Habría sido algo reciente?
Cuando Gohan llegó hasta donde estaban, ellos cesaron su discusión y desviaron su atención hacia él, ambos con expresiones variadas en el rostro. Tsuyu le sonrió cálidamente, mientras que Satou hizo lo propio de oreja a oreja.
El ver eso le hizo fruncir el cejo a Gohan. - ¿Por qué estás tan feliz?
Satou simplemente ensanchó la sonrisa todavía más, como si quisiera irritarlo. - Solo que es muy gracioso. Has logrado mantener un bajo perfil durante seis años en primaria y secundaria, y aun así no llevas ni una semana en la U.A. antes de hacer algo totalmente de locura. - Silbó de manera apreciativa. - Eso es legítimamente impresionante.
Gohan gruñó y se inclinó contra la pared, no queriendo tener que encarar el rostro burlón de su amigo. - Esa nunca fue mi intención. - gruñó.
Satou se rio en respuesta. - Oh, ya lo sé. Pero sigue siendo gracioso.
- Yo creo que es algo bueno que nuestros compañeros puedan ver al verdadero tu. - intervino Tsuyu, atrayendo la atención de ambos chicos.
Gohan se mordió los labios. - ¿Qué te hace decir eso?
- Tú inspiras a la gente, Gohan-chan. - continuó Tsuyu, haciendo que se le ensancharan los ojos. - Apenas nos conocemos desde hace menos de una semana, pero aun así has logrado destacar por encima del resto de la clase. Ahora que todos saben lo increíble que eres a pesar de que tienes la misma edad, se sentirán más motivados a igualarte o superarte, así para algún día poder estar contigo lado a lado... como héroes. Al menos, así es como me siento yo.
Gohan no pudo ocultar la sorpresa en su rostro, ni tampoco ignorar la forma en como sintió inflársele el corazón por el cumplido. - Tsuyu-chan... no sé qué decir...
Ella le sonrió adorablemente, sacando ligeramente la punta de su lengua por la boca. - No tienes que decir nada. Solo ten eso en mente si alguna vez te sientes mal o algo.
Gohan se quedó sin habla. ¿Era tan fácil de leer? ¿O esta chica era extraordinariamente perceptiva? Como fuera, le sonrió de una manera que no llegó hasta sus oídos, pero con toda sinceridad. - Gracias, Tsuyu-chan. Significa mucho para mí.
De verdad así era. No tenía dudas de que la chica rana le hablaba desde el corazón y tenía las mejores intenciones. Era un alma amble, y él se encargaría por todos los medios de ayudarle a mantener su inocencia tanto tiempo como fuera posible.
Pero por más perceptiva que fuera Tsuyu, tal vez tenía demasiada fe en la gente. Cualquier artista marcial que se respetara tenía cierta habilidad de leer a quienes les rodeaban. Después de todo, estar al tanto de las intenciones de los demás les ayudaba a mantenerse con vida, tanto en combate como fuera de él. Gohan no era capaz de leer las mentes, pero sí era lo bastante atento como para notar las reacciones de todos cuando salió del edificio.
Siendo así, no se le escapó la forma en como Aoyama y Kouda rápidamente desviaron la mirada de él cuando saludó a la clase, lo cual fue más de lo que consiguió de Ashido. No podía ignorar las miradas casi asesinas que le echaban Bakugou y Jirou, aunque pudo ver que la segunda solo estaba un poco molesta con él por lo que había sucedido antes. Midoriya le sonreía nerviosamente pero no se atrevía a mirarlo a los ojos, en vez de eso optando por garabatear algo furiosamente en su libreta.
Yaoyorozu brevemente lo miró a los ojos, pero sus mejillas adoptaron un tinte carmesí y rápidamente desvió su mirada. Él sinceramente esperaba que solo era por la vergüenza de haber quedado con el pecho expuesto, y no algo más severo. El pensamiento de que ella tuviese miedo de él y de su poder se sentía como una puñalada.
Sero, Uraraka, Tokoyami, Shouji y Todoroki no parecían nada molestos con él, e inclusive los dos primeros le saludaron con la mano. Los otros tres, sin embargo, eran expertos en mantener sus emociones bien ocultas, así que no tenía idea de lo que estaban pensando. También estaba Hagakure, pero ella era invisible.
En resumen, no era la peor de las recepciones, pero seguía sin ser lo ideal. Sabía que sus compañeros de clase tendrían cierto grado de sospecha con él luego de revelar sus poderes, ¿pero al grado de ni siquiera mirarlo? ¿Sería cosa de miedo o algo más? Fuera cual fuera el caso, en verdad lo incomodaba enormemente, y no tenía idea de qué hacer al respecto.
Afortunadamente, su atención se vio desviada de ese tema tan estresante gracias a Aizawa, que acababa de salir del U.S.J. - ¡Muy bien, todo mundo, de vuelta al autobús! - les ordenó.
Los estudiantes ingresaron al vehículo sin mucho alboroto. Deseando algo de privacidad, Gohan tomó asiento hasta atrás, donde se le unió Satou. Le dio a su mejor amigo una cabezada de gratitud, y este le dio un pulgar arriba como respuesta.
El viaje de regreso a la U.A. fue significativamente más tranquilo que el de ida. Unos pocos estudiantes se pusieron a charlar, pero la mayor parte del tiempo todos se quedaron en silencio. Aunque algunos habían estado más involucrados en las actividades del día que otros, quedaba claro que todos necesitaban un descanso. Héroes en entrenamiento o no, seguían siendo adolescentes en su primera semana de preparatoria.
Al mismo tiempo, Gohan se mantenía sacudiendo su cerebro tratando de descubrir cómo diablos Nomu podía usar ki, aunque a cada tanto sus pensamientos se desviaban hacia sus compañeros. ¿Habría otra persona en este mundo que podía utilizar ki? ¿Acaso alguien habría podido conseguir algo de su ADN? ¿Sería un castigo divino por perturbar el orden natural de las cosas? Cada posibilidad le inquietaba más que la anterior.
Lo que más le molestaba, sin embargo, fue el hecho de que no había podido sentir a Nomu antes del día de hoy. Si alguien estaba experimentando con el uso de ki, él debería haber podido sentirlo. El hecho de estar totalmente ignorante de ello le levantaba una enorme cantidad de preguntas cuyas respuestas temía saber. Desafortunadamente, sabía que no tenía más opción que tratar de llegar al fondo de todo eso.
Gohan de pronto se vio sacado de sus pensamientos cuando el autobús se detuvo y Aizawa se colocó junto al asiento del conductor, encarando a los pasajeros. - Vayan todos a cambiarse, regresen al salón y esperen a que suene la campana. - les instruyó. - El director cree que es mejor dejar que todos se vayan temprano.
Unos pocos estudiantes saltaron de alegría, y otros chocaron los puños por las noticias. Gohan no lo mostró abiertamente, pero se sentía muy feliz de poder salir más temprano. Se puso de pie y se movió para seguir al resto de la clase fuera del autobús, pero antes de poder abandonar el vehículo, la mano de Aizawa en su hombro lo hizo detenerse.
Sorprendido, Gohan volteó a ver a su profesor. - ¿Necesita algo más, sensei?
- Cuando suene la campana, ven a verme a mi escritorio. Necesito hablar contigo. - replicó Aizawa, con un tono tranquilo que no delataba ninguna emoción discernible.
Gohan se quedó rígido ante la petición, pero asintió a pesar de todo. - Está bien.
Al no recibir otra respuesta, el híbrido saiyajin salió del autobús y se dirigió hacia los vestidores, frunciendo ligeramente el ceño. Sabía que algún profesor querría hablar con él sobre lo que pasó en el U.S.J. eventualmente, pero esto era más pronto de lo que esperaba. Se había imaginado que le darían a la clase por lo menos un día o dos para recuperarse.
De nuevo, tal vez era mejor salir de eso lo más pronto posible. Así tendría una nube menos atormentándole su cabeza, y eso podía aceptarlo. Ya había tenido que lidiar con suficientes problemas luego de aquel espectáculo de día que tuvo.
Gohan caminó por los corredores de la escuela a un paso relativamente tranquilo, y para cuando puso un pie dentro del vestidor de los varones, notó que la mayoría de sus compañeros de clase ya llevaban sus uniformes escolares y estaban a punto de marcharse. Sin ponerles mucha atención, sacó su propio uniforme de su casillero y buscó un cubículo vacío para cambiarse. Como antes, no tenía prisa.
Una vez que terminó, salió del cubículo y se dio cuenta que solo quedaba una persona más aparte de él: Bakugou, que extrañamente también se estaba tomando su tiempo. Un mal presentimiento lo invadió, pero lo dejó de lado y se dirigió hacia la puerta. Sin embargo, su sospecha se vio confirmada cuando encontró su camino bloqueado por el iracundo rubio, con los brazos cruzados peligrosamente y una mirada tóxica en su rostro.
Gohan suprimió el deseo de gruñir. Lo último que necesitaba era tener que lidiar con Bakugou y su mala actitud. - ¿Te importaría hacerte a un lado?
- ¿A qué estás jugando, Son? - gruñó el rubio.
Gohan se sorprendió. ¿Desde cuándo Bakugou no lo llamaba por algún apodo derogatorio? - ¿Discúlpame?
- Ya deja esa mierda del acto de niño bueno, nerd. Estoy harto de tus tonterías.
Gohan ahora de verdad se sentía totalmente confundido. - Oye, ¿de qué diablos estás hablando? - le preguntó con calma, esperando aliviar la tensión antes que se saliera de control. - Si estás molesto por lo que te dije hoy, lo siento. Me dejé llevar por el calor del momento.
Bakugou se rio sin humor alguno. - O eres tan idiota como una tabla de madera, o de verdad estás tratando de joderme. Bien, te lo pondré en términos sencillos para un idiota como tú. Dime. Qué. Estás. Haciendo. Aquí. - anunció como si estuviera hablando con un niño.
Gohan sintió un tic en el ojo ante las implicaciones, pero mantuvo la calma. - Intento ir a clase. - replicó fríamente.
- ¡Quiero decir en esta escuela, retrasado! - explotó Bakugou. - ¿Por qué estás en la U.A.?
Esta vez, el híbrido saiyajin no pudo evitar devolverle la mirada desafiante al volátil rubio. - ¿Qué no es obvio? Estoy aquí por la misma razón que tú: para ser un héroe profesional.
Bakugou resopló burlonamente. - Pues por los mil demonios no parece que te lo estés tomando con seriedad.
- Entonces ilumíname. ¿Qué es lo que parece? - cuestionó Gohan, alzando gradualmente la voz.
- ¡Lo que parece es que todo es un maldito juego para ti! - gritó Bakugou, soltando mini-explosiones en sus puños apretados. - ¡He estado matándome el trasero toda la semana mientras tú solo te paseas sin preocuparte por nada en el mundo, mintiéndoles a todos!
Gohan abrió los ojos apenas una fracción, pero contuvo sus emociones. - Tú no sabes nada.
- Sé que has estado conteniéndote con nosotros. Eso que hiciste con All Might más temprano lo confirmó. ¿Qué diablos pasó durante la prueba de Quirks de Aizawa? ¿O en la simulación de batallas con All Might? - Diciendo esto, Bakugou se le acercó tanto que su nariz quedó apenas a centímetros de la de Gohan, permitiéndole al híbrido saiyajin ver la casi tangible furia que ardía en sus irises carmesís. - ¿Eres tan creído que crees que puedes esforzarte a medias para ser un héroe?
Gohan se mantuvo implacable y le echó una mirada de acero propia. - Estás malinterpretándolo todo.
- ¡Entonces dímelo de frente, hijo de perra! - escupió Bakugou, y el chico Son sintió su aliento caliente, haciendo que curvara el labio inferior con asco. - ¡¿Qué demonios pasa contigo?!
Eso ya fue más de lo que Gohan estaba dispuesto a soportarle. - ¡¿Y qué demonios esperabas que hiciera?! ¡¿Atravesar de un puñetazo a Todoroki?! ¡¿Enterrar a Shouji de cabeza en el concreto?! ¡¿Acaso entiendes los conceptos de control y trabajo en equipo, imbécil adicto a la violencia?! ¡Solo porque no estoy tratando de mandar a mis compañeros al hospital no significa que me lo esté tomando con menos seriedad que tú! ¡¿Qué diablos es lo que quieres de mí, Bakugou?!
- ¡Quiero que dejes de estar jodiéndome y empieces a tomarme con seriedad! - gritó Bakugou, puntualizando su furia con más traqueteos explosivos. - ¡Yo no estoy por debajo de ti a diferencia del resto de los gusanos de nuestra clase! ¡No tienes derecho a verme desde arriba!
- Verte desde... estás demente. - suspiró Gohan, sabiendo que era una causa perdida. ¿Cómo pudo alguien así de demente ser aceptado dentro de la U.A.? Sintió que su furia lentamente se evaporó y sacudió la cabeza con tristeza. Esto no valía las molestias.
- Voy a convertirme en el próximo Héroe Número Uno, Son. - declaró Bakugou, sin un solo ápice de duda en su proclamación. - No me importa qué tan fenómeno seas, no eres más que otro obstáculo en mi camino que voy a aplastar como a un insecto. Pero por tu bien, espero que te saques la cabeza de tu trasero y empieces a poner empeño. Convertirme en el mejor no valdrá una mierda si mi competencia me lo pone fácil.
- Ya solo apártate de mi camino, imbécil. - gruñó Gohan cansinamente.
- Oblígame. - lo retó Bakugou, entrecerrando los ojos y fijándolos en los orbes color ónix del híbrido saiyajin.
Por unos pocos segundos, Gohan aceptó el desafío, pero al extinguirse las últimas ascuas de su furia, desvió la mirada. Esa estupidez y actitud de macho alfa estaba por debajo de él. En vez de sucumbir a la provocación, simplemente empujó suavemente a Bakugou a un lado y abandonó el vestidor, ignorando las maldiciones de indignación que le siguió gritando.
Encendió su ki y desapareció en un estallido de velocidad, apareciendo rápidamente enfrente de su salón de clases. Deslizó la puerta gigante para abrirla y entró, y caminó lentamente hacia su asiento. Al sentarse, cerró los ojos y comenzó a respirar por la nariz y a exhalar por la boca, tratando de aclarar su mente de cualquier pensamiento distractor. La meditación era una disciplina realmente infravalorada.
Cuando sonó la campana, Gohan abrió los ojos y se quedó sentado en su lugar mientras todos los demás se levantaban de los suyos. Satou le envió una mirada inquisitiva, a lo cual él sacudió su cabeza. - Tú adelántate. Aizawa quiere hablar conmigo sobre algo. No sé cuánto tarde, así que no me esperes.
Un raro gesto fruncido se apoderó del rostro de Satou. - De acuerdo. Mándame un mensaje de texto cuando hayas terminado, así sabré que no te enviaron a un laboratorio para pruebas secretas.
Cualquier otro día, Gohan se habría reído de la broma, pero esta vez estaba demasiado cauteloso para tratarlo de esa forma. - Lo haré.
Satou le dio una última mirada antes de despedirse con la mano. Gohan se quedó sentado, empacando sus cosas lentamente en su mochila hasta que quedó a solas con Aizawa, que se encontraba leyendo un libro en su escritorio.
Preparándose, Gohan se levantó y caminó hacia el profesor. - Dijo que quería verme, sensei.
- Eso dije. - replicó Aizawa, dejando de lado su libro y fijando sus ojos en su pupilo. - Lamento echarte esto encima tan repentinamente, pero la policía necesita hablar contigo.
Gohan sintió que se le paraba el corazón. - ¿Q-qué?
- No es nada serio. - le aseguró Aizawa. - Solo quieren hacerte algunas preguntas sobre el incidente en el U.S.J. Estamos tratando de llegar al fondo de lo que pasó, y ya que estuviste en el medio de toda la acción, cualquier información que puedas darles sería de gran ayuda.
Gohan apretó la mandíbula. Por mucho que quisiera ayudar, no podía sacudirse la sensación de que igualmente sería como una especie de interrogatorio. Lo más triste, era que podía entender las preocupaciones de parte de la policía.
Ignorante de las preocupaciones de su estudiante, Aizawa continuó. - Haremos esto en la sala del personal. Ya que eres menor de edad, tendré que acompañarte. Actuaré como tu soporte moral si lo necesitas. - Puntualizó su declaración con un pulgar arriba, que solo sirvió para poner más nervioso al chico Son. - Oh, olvidé mencionarlo... el oficial con quien hablarás se llama Tsukauchi Naomasa. Lo conocen como el Detector de Mentiras Humano. Interpreta eso como quieras.
En cuanto le soltaron esa bomba, Gohan sintió que se le helaba la sangre. Tragó saliva de un golpe, tratando de evitar que el pánico llegara a su rostro. Por fuera, asintió al comprender, pero por dentro, el corazón le latía a toda velocidad. Si esa persona Tsukauchi era legítimamente capaz de saber quién mentía y quién no, el menor paso en falso sería un desastre.
Aizawa bostezó y se levantó de su silla. - Vámonos entonces, salgamos de esto para poder tener mi siesta de la tarde. - dijo mientras abandonaba el salón y guiaba al chico Son por el pasillo.
Gohan siguió al profesor, mientras su mente corría tratando de encontrar una forma de salir de este predicamento. Una parte de él, sabía que estaba sobreactuando, pues nada de lo que hizo en el U.S.J. había quebrantado la ley. Había demostrado una capacidad mayor que la de su edad, pero eso había sido con la bendición de sus profesores, y solo con el propósito de salvar a sus compañeros. Teóricamente, no había hecho nada malo.
Y aun así, sabía que no estaba a salvo. Si el haber sido un vigilante en los últimos seis años le había enseñado algo, era que tenía que estar alerta constantemente... y ahí venía su mayor miedo. Si Tsukauchi indagaba demasiado, tal vez sobre su pasado o sus poderes, las cosas podrían ponerse peliagudas, y eso no lo podía permitir.
- Umm, sensei, ¿cómo hace este oficial para detectar las mentiras? - le preguntó de repente, tratando de parecer despreocupado.
- ¿Por qué? ¿Tienes algo que ocultar? - espetó Aizawa, mostrando una sonrisa peligrosa en su cara desaliñada.
- ¡N-no, por supuesto que no! - tartamudeó Gohan. - Solo tengo curiosidad.
- Me imaginé que la tendrías. - gruñó Aizawa. - Tiene algo que ver con su Quirk, pero fuera de eso no lo sé. Seguro entenderás por qué el Oficial Tsukauchi se guarda esa información.
- Sí, lo entiendo. - dijo Gohan tratando de no delatar su incomodidad. Eso quería decir que tendría que hacerlo sobre la marcha.
Le dolía, saber que lo mejor que podía esperar era que Tsukauchi hiciera las preguntas correctas. Odiaba tener que depender de su suerte, pero esta vez la situación estaba totalmente fuera de sus manos. Lo único que podía hacer era tratar de adaptarse sobre la marcha dependiendo de lo que le preguntaran, pero incluso entonces, el poder estaba en manos del oficial de policía.
- Por cierto, esos movimientos que mostraste allá no estuvieron nada mal. - comentó Aizawa, sacándole un gesto sombrío a su estudiante.
- Solo hacía lo mejor que podía para ayudar. - explicó Gohan.
- ¿Recuerdas la conversación que tuvimos el día de la orientación?
Gohan se quedó rígido. - Por supuesto, sensei.
Aizawa volteó la cabeza hacia un lado, fijando sus ojos oscuros en el chico Son. - Tal vez no haya acertado con exactitud cuánto te estabas conteniendo, pero mi punto original todavía se mantiene. Solo hay algo que quisiera agregar.
Ahora Gohan quedó confundido. - ¿Señor?
- Sigo esperando que hagas tu absoluto mejor esfuerzo cuando estemos evaluando tu Quirk. - comenzó Aizawa. - Sin embargo, si están tomando parte en un ejercicio de combate contra uno de tus compañeros de clase, también espero que te contengas a un nivel razonable para que no lastimes seriamente a tu compañero. - Luego soltó un suspiro cansinamente. - Tu situación es verdaderamente única, Son, y no puedo decir que la envidie. Nunca he enseñado a un alumno de primer año que tenga tanto poder, y eso trae consigo un camión lleno de problemas.
Gohan no pudo evitar tragar saliva ante la admisión. Sonaba demasiado ominosa para su gusto.
- No te voy a mentir. Tu fuerza es extraordinaria para alguien tan joven, y si la cultivamos apropiadamente, podrías llegar a ser uno de los héroes más grandes del mundo. - continuó Aizawa. - Dicho eso, todavía no eres un héroe. Igual que todos los demás que asisten a la U.A., tienes que graduarte y recibir una licencia de héroe profesional antes de que puedas patrullar las calles por tu cuenta. Como tu profesor guía, continuaré guiándote por cada paso que des por el camino lo mejor posible... pero si dejas que el poder se te suba a la cabeza y pierdes el control, no dudaré en expulsarte en el acto.
Gohan se quedó pasmado. - ¡Sensei, yo jamás haría tal cosa!
La expresión de Aizawa se mantuvo firme. - Las acciones hablan más fuerte que las palabras, Son. Independientemente de tu potencial, si resultas ser un peligro para tus compañeros, estás fuera. - Su tono entonces se suavizó ligeramente. - Tendrás un verdadero desafío en las manos. El curso para héroes de la U.A. ya es el más comprensivo de todo el país, pero aparte de todo el trabajo regular que te tendrá ocupado los próximos tres años, también tendrás que aprender a regular tus poderes dependiendo de las circunstancias.
»Yo, All Might y el resto del personal te ayudaremos a que aprendas a controlar tus poderes lo mejor que podamos, pero al final dependerá de ti mantener tu fuerza bajo control cuando realmente importa. Desafortunadamente, por la delicada naturaleza de tu situación, si metes la pata no habrá segundas oportunidades. ¿Podrás afrontar el desafío, Son?"
Gohan ni siquiera dudó antes de responder. - Claro que puedo. - declaró con confianza.
Inicialmente no creía que ese fuera el caso, pero luego de que su profesor puso las cosas en perspectiva, al parecer tenía una tarea difícil entre manos. El trabajo secreto que hacía como vigilante solo complicaría más las cosas. Pero a pesar de todo, Gohan no iba a echarse para atrás. No podía echarse para atrás. Todo dependía de esto. Si fallaba... no tendría nada en qué apoyarse nunca más.
- Espero que tengas razón. - admitió Aizawa. - Ya llegamos, ¿estás listo?
Los dos se encontraron frente a una puerta corrediza similar a la de su salón de clases, solo que mucho más pequeño, con un letrero arriba que denotaba que se trataba de la sala de personal. Gohan exhaló profundamente para recobrar la compostura, y luego asintió a su profesor que abrió la puerta para entrar.
Gohan lo siguió, encontrándose en una sala razonablemente grande con alfombra de color violeta y varias mesas de madera esparcidas por todo el lugar. Había un sofá gigantesco frente a la sala, junto con varios sillones de aspecto cómodo, todas de cara a un enorme televisor de pantalla plana. Una cocina completa se localizaba en la parte trasera de la sala, tan limpia y moderna como la que más. Eso dejaba su propio apartamento en vergüenza, pero eso era de esperarse. En resumen, habría parecido un lugar realmente acogedor de no ser por el individuo bien vestido que estaba sentado en uno de los escritorios.
Si ese era Tsukauchi, Gohan fácilmente lo habría etiquetado como un policía aunque no supiera nada de él de antemano; el hombre de cara sencilla parecía un detective salido de las películas norteamericanas de los años treinta. Llevaba un traje negro con zapatos a juego, y una enorme gabardina que le llegaba hasta las rodillas, inclusive con un sombrero fedora. La única parte de su traje que se veía algo inusual eran los guantes blancos que llevaba en las manos.
- Yo. - lo saludó Aizawa de forma casual.
Tsukauchi levantó la mirada de los papeles que estaba revisando, y le sonrió al profesor. - Es bueno verlo, Aizawa-sensei. - Sus ojos se desviaron hacia un lado, aterrizando en el híbrido saiyajin. - Y es un placer conocerte al fin, Gohan. He escuchado mucho de ti de parte de All Might.
Eso atrapó a Gohan desprevenido. - Gusto en conocerlo también, Oficial Tsukauchi. ¿Usted conoce a All Might?
Tsukauchi sonrió todavía más. - Es mi mejor amigo. Hemos trabajado en muchos casos juntos.
Gohan sintió que podía relajarse ligeramente. Saber que este hombre era amigo de All Might le ayudó a calmarse los nervios un poco. - Oh, eso es genial.
- Sí, hacemos un gran equipo. - señaló Tsukauchi con nostalgia, antes de señalar la silla en el lado opuesto al suyo. - Como sea, por favor toma asiento. ¿Quieres tomar algo? ¿Un vaso de agua tal vez? ¿Café o té?
- No gracias. - replicó Gohan mientras se sentaba en la mesa, y Aizawa tomaba el asiento junto a él.
Tsukauchi juntó las manos y le dio al chico Son toda su atención, mostrando una expresión de simpatía en su rostro. - ¿Cómo te sientes, Gohan? ¿Te encuentras bien? Experimentar un ataque de villanos en tu primera semana de escuela... no puede haber sido nada fácil.
- Estoy exhausto mentalmente. - admitió Gohan. - Solo quiero irme a casa a descansar.
Tsukauchi lo miró con tristeza. - Lo entiendo, y me disculpo por arrastrarte aquí. Desafortunadamente no tenía alternativa. Como tu profesor debe habértelo dicho, quisiéramos algo de información de lo que sucedió en el U.S.J. hoy temprano y esperábamos que pudieras ayudarnos.
Gohan sacudió la cabeza y se las arregló para sonreír un poco. - Está bien. Entiendo lo importante que es su trabajo. Estaré feliz de ayudarles. - Eso lo dijo con toda sinceridad. La policía no eran sus enemigos después de todo.
Tsukauchi sonrió. - Excelente. Ahora, antes de que me des un recuento de lo que sucedió, ¿podrías contarme algo sobre tu Quirk? Me han informado que el humano artificial al que se enfrentaron tú y All Might es capaz de utilizar numerosos Quirks, incluyendo el tuyo. Cualquier información que puedas darnos sobre tu Quirk sería invaluable en caso de que nos enfrentemos a alguien similar.
Gohan tomó un profundo respiro y se preparó. La honestidad completa era su mejor opción aquí. - Puedo manipular la energía que reside en mi cuerpo, o ki, y usarla de maneras muy variadas. - comenzó. - Puedo volar, incrementar mi velocidad, lanzar rayos de energía y potenciar la fuerza de mis golpes. También puedo aumentar o disminuir mi salida general de energía, o en términos más sencillos, mi nivel de poder. Además de eso, puedo percibir la presencia del ki de otras personas. Así fue como supe que Nomu estaba usando mi poder.
Mientras hablaba, Tsukauchi frenéticamente transcribía la información en una libreta. - Sorprendente. Simplemente asombroso. Es un Quirk verdaderamente versátil. - comentó. Una vez que terminó de escribir, le sonrió a Aizawa. - Realmente tienen suerte de tener al joven Gohan en este lugar.
El profesor soltó un resoplido. - Tal vez. El potencial está allí, pero queda ver qué tan bien podrá llevarse Son con el resto del currículum. Ser un héroe no se trata solo de ser el más fuerte.
Tsukauchi se carcajeó. - Siempre tan serio, sensei. - Se aclaró la garganta y volvió a enfocarse en Gohan. - Mencionaste algo de poder percibir el ki de otros. ¿Podrías elaborar sobre cómo funciona eso?
- Puedo calcular qué tan fuerte es alguien basándome en cuánta energía emite. También puedo ubicar dónde se encuentra. - explicó Gohan calmadamente..
- Interesante. ¿Alguna vez has sentido el ki de otra persona antes de hoy?
Gohan tragó saliva pesadamente, sintiendo que se le aceleraban los latidos rápidamente. Se preguntaba cuándo le preguntarían algo como esto. Frunció la cara y cerró los ojos, deseando aparentar que estaba concentrando profundamente antes de emitir una respuesta apropiada. Cuando los abrió de nuevo, se encontró con un par de ojos color carbón que no parpadeaban. A pesar del semblante calmado de Tsukauchi, su rostro simple y tranquilo proyectaba una extraña intensidad que le envió un escalofrío por toda la espina al híbrido saiyajin.
Respirando profundamente para controlar sus nervios, Gohan respondió. - Desde que desperté en aquel hospital hace seis años, el único ki que he podido percibir hasta el día de hoy es el mío. Por eso me sorprendió sentirlo en Nomu. No tengo idea de cómo es eso posible, y honestamente me pone muy nervioso.
Tsukauchi suavizó la mirada. - Ahh, es cierto. Recuerdo que leí en tu archivo que tienes amnesia. Mis disculpas por traer eso a colación. - suspiró. - Entiendo que te sientas alarmado, Gohan, créeme. Pero puedes estar tranquilo, haremos todo lo que podamos para llegar al fondo de esto.
Gohan no dudaba que lo harían. - Lo sé. Gracias.
Tsukauchi le dio al chico Son una ligera sonrisa antes de endurecer de nuevo su semblante. - Continuemos, ¿quieres? Ahora, quisiera que me hagas un recuento, paso por paso desde tu punto de vista, de todo lo que pasó cuando los villanos aparecieron en el U.S.J. Tómate todo el tiempo que necesites. No tenemos prisa.
Gohan saltó directo a la explicación. - Me sentí furioso de que los villanos cayeran tan bajo como para atacar una escuela llena de niños, y me preocupé por la seguridad de mis compañeros de clase.
- ¿Estabas preocupado por tu propia seguridad?
- No.
Tsukauchi pareció meditar sobre esta respuesta un poco, pero mantuvo bien guardada su reacción. - Ya veo. Por favor continúa.
- All Might-sensei y Aizawa-sensei nos dijeron que evacuáramos con Trece-sensei mientras ellos se encargaban de los villanos. - explicó Gohan. - Yo quería ayudarles así que protesté, pero no cedieron. Me sentí molesto, pero sabía de dónde venían, así que dejé de intentarlo.
Tsukauchi miró a Aizawa. - En retrospectiva, ¿te arrepientes de tu decisión de rehusar la ayuda de Gohan?
- No. - respondió Aizawa tajantemente. - Por muy fuerte que sea Son, sigue siendo un niño. Como profesor, es mi responsabilidad mantener a salvo a mis estudiantes y evitar que salgan lastimados. Independientemente del resultado de los eventos de hoy, fallé en mi deber.
Gohan sintió que se le hundía el corazón, y de pronto tuvo una oleada de respeto por el educador de aspecto desaliñado. Pero por mucho que simpatizara con su profesor, no se arrepentía de sus acciones. Aizawa y All Might tal vez estuvieran cuidándolos a él y a sus compañeros, pero él también estaba haciendo lo mismo. Esa situación era un completo desastre.
- Muy bien. - asintió Tsukauchi, y luego volvió su atención hacia el chico. - Por favor continúa, Gohan.
- Antes que pudiéramos llegar hasta la puerta, un portal apareció enfrente de nosotros, y de él salió el villano de sombras responsable de transportar a todos los demás al U.S.J. - declaró Gohan. - Nos dijo que no permitiría que nos fuéramos, y que su objetivo principal con ese ataque era matar a All Might.
Aizawa frunció el cejo. - Ese fue Kurogiri. - Ante la mirada inquisitiva de su estudiante, continuó. - El que vimos con él era el líder de los villanos, Shigaraki Tomura, y realmente tiene una gran bocota. Parecía que no entendía el concepto de la sutileza.
Gohan ensanchó los ojos. - ¿El sujeto con la mano cubriéndole la cara? ¿Lo tienen en custodia?
Tsukauchi adoptó una expresión sombría. - Cuando llegamos para aprehender a los villanos cautivos, no encontramos rastro ni de Kurogiri ni de Shigaraki. Podemos asumir que Kurogiri los teletransportó fuera del área mientras todos estaban distraídos.
Gohan rechinó los dientes y apretó el puño. Había tenido a esos dos en las manos (literalmente) y aun así se las arreglaron para escurrirse y evitar la captura. Quería gritar de frustración pero logró mantener su sangre fría. No era hora de descontrolarse. - Qué mala suerte. - murmuró, tratando de evitar que se filtrara la rabia en su voz.
- No te preocupes, Gohan. Los atraparemos eventualmente. - le aseguró Tsukauchi con la voz calmada. - Ten fe en la policía, muchacho.
- Lo intentaré, señor. - dijo el híbrido saiyajin.
Sabía que por ahora estaba fuera de sus manos, pero si esos dos bastardos volvían a atreverse a atacar a su clase, él personalmente se encargaría de capturarlos. Shigaraki era poco más que una broma, pero claramente tenía algo de influencia para poder reunir un ejército de matones de poca monta. Kurogiri, por otra parte, era demasiado peligroso para dejarlo suelto.
- Eres un buen muchacho. - sonrió Tsukauchi. - Ahora, ¿dónde estábamos?
- Después que Kurogiri dijo que su plan era asesinar a All Might, me lancé contra él y traté de golpearlo en la cabeza, pero mi puño lo atravesó. - continuó Gohan. - Rápidamente me di cuenta de que tenía algún tipo de intangibilidad, así que traté de encontrar una forma de contrarrestarla. Noté de inmediato que tenía una especie de placas de metal en su cuello que parecían sólidas, así que lo agarré por allí y funcionó. Lo que hice fue lanzarlo contra el suelo.
Tsukauchi frunció las cejas imperceptiblemente. - Aunque no apruebo que hayas atacado a un villano sin estar preparado, admiro tu valentía. ¿Qué tenía el villano que te hizo reaccionar de ese modo?
Gohan suspiró. - All Might es uno de mis ídolos... la clase de héroe que aspiro a ser algún día. - admitió sin poder ocultar su admiración por el hombre. - Escuchar que los villanos querían matarlo me hizo explotar, y mi cuerpo se movió sin pensar en nada.
- ¿Qué pasó entonces? - presionó Tsukauchi.
Gohan tragó en seco. No se sentía orgulloso de la siguiente parte. - Yo... quería mantener a Kurogiri atrapado mientras mis compañeros escapaban, así que apreté el agarre en su... cuello o lo que fuera de metal. - reveló mientras desviaba la mirada de los dos adultos. - Siguió provocándome hasta que dijo implícitamente que le había hecho algo a mis compañeros. Eso me preocupó, así que me di la vuelta y vi un domo gigantesco de sombras donde antes estaban mis compañeros. Me enfurecí y volví a apretar el agarre exigiéndole saber qué había hecho. Él amenazó con matarlos si no lo soltaba.
En un raro despliegue de emociones, la quijada de Aizawa se abrió de par en par, mientras Tsukauchi se vio ligeramente perturbado. - ¿Y qué hiciste? - preguntó el oficial, manteniendo la calma en su tono.
- Lo solté. - replicó Gohan, con la voz ligeramente tambaleante al recordar ese traumático incidente. - Retrocedí y él se puso de pie. Lo siguiente que dijo fue "ups" e hizo desaparecer el domo. - Cerró los ojos y soltó un profundo y largo respiro, mientras su puño cerrado temblaba. - Cuando miré donde antes estaba el domo, no había nadie en él. Empecé a ver en rojo y me temí lo peor, así que mandé a Kurogiri a volar por la pared con una ráfaga de ki.
»No sé dónde fue a parar y en ese momento no me importó. Lo único que quería hacer era noquearlo y averiguar qué le había hecho a mis compañeros. Luego descubrí que Trece-sensei y unos pocos de los demás habían escapado del domo. Me alegré de que estuvieran bien, pero me sentí muy preocupado por los otros.
De pronto se produjo una extraña tensión en la sala. Aizawa parecía como si hubiera envejecido varios años en cuestión de segundos, mientras Tsukauchi se frotaba las sienes cansinamente. Entretanto, Gohan había empezado a meditar de nuevo, tratando de forzar esas horribles memorias a salir de su mente. Ahora todo estaba bien. Sus compañeros estaban sanos y salvos, y aunque Kurogiri había escapado, seguramente su humillación a manos de un niño le haría pensárselo dos veces antes de volver a atacar a la Clase 1-A. Era un pensamiento bastante reconfortante.
Tsukauchi tomó un sorbo de su vaso de agua, lo que al parecer era todo lo que necesitaba para recuperar la compostura. - Trece nos contó como Shouji Mezo utilizó su Quirk para descubrir que el resto de tus compañeros habían sido esparcidos por todo el edificio. - empezó. - También dijo que colaboró contigo e Iida Tenya para coordinar un plan de ataque. Tu papel sería ir por todo el U.S.J. y reunir a tus compañeros, y decirles que se retiraran a un lugar seguro. ¿Tuviste alguna reserva por tener una tarea tan importante?
- Ninguna en absoluto. - Gohan negó con la cabeza. - Lo único en mi mente era asegurarme que mis compañeros estuvieran a salvo.
Tsukauchi se sintió tranquilo al oír eso. - Una buena actitud para un héroe. ¿No estás de acuerdo, Aizawa-sensei?
Aizawa resopló, al parecer recuperando su usual humor agrio. - Hasta cierto punto.
Tsukauchi se rio. - ¿Cómo hiciste para rescatar a tus compañeros, Gohan?
- Midoriya y Tsuyu-chan estaban en un bote en el lago rodeado por villanos. Yo... - Le echó una mirada a Aizawa por la esquina del ojo y tragó saliva antes de continuar la historia. - Les dije que fueran con Trece-sensei y los demás mientras me encargaba de los villanos. Luego de que se marcharon, creé un remolino gigante que atrapó a los villanos.
Tsukauchi pareció estupefacto. - ¿Cómo lograste hacer eso?
- Disparé una ráfaga de ki hacia el lago.
El oficial de policía se puso un dedo en el mentón, como si intentara hacerse una imagen mental de lo que había hecho. - Impresionante. Por favor continúa.
- Lo siguiente que hice fue salvar a Ojiro en la zona de incendios, luego a Tokoyami y Kouda en la zona de tormentas. Luego volé de regreso con Trece-sensei, le di un reporte breve, y volví por los demás. - explicó Gohan.
- ¿Cómo te encargaste de los villanos? - inquirió Tsukauchi intrigado. - Había muchos de ellos.
El oficial de policía ahora se veía bastante emocionado, lo que puso al híbrido saiyajin al borde de su asiento. Sin embargo, no tenía más opción que responder con la verdad. - Moví mi mano tan rápido que creé una ráfaga de viento para noquearlos a todos.
Tsukauchi silbó de manera apreciativa. - Ahora veo por qué All Might habló tan bien de tus habilidades. ¿Has tenido algún entrenamiento formal?
Gohan sintió que se le volvían a acelerar sus latidos y tuvo que suprimir el deseo de tragar saliva. Ahí estaba. Sabía que esta pregunta le iba a llegar, pero por más nervioso que se sintiera al estar en esa situación, su éxito con una pregunta similar hacía tiempo lo había salvado, y ya tenía una respuesta en mente.
- Desde que me diagnosticaron la amnesia, he estado entrenando. - replicó tranquilamente, sin perturbarse con la expresión del Detector de Mentiras Humano pese a que el corazón amenazaba con salírsele del pecho. - A veces tenía combates de práctica con mi mejor amigo, pero nunca usamos nuestros poderes.
Tsukauchi lo miró fijamente por unos segundos, que parecieron estirarse como una eternidad. Gohan de pronto se sintió como si los dos estuvieran atrapados en un vacío donde no había otros habitantes, donde la única cosa que los rodeaba era una oscuridad permanente. Se mantuvo fijo en su asiento, con la espalda derecha, sin moverse ni temblar intentando resistir la mirada del oficial que parecía atravesarle todo su ser. No sabía lo que estaría pasando por la mente del hombre, pero no retrocedió ni un ápice. Nada de lo que dijo había sido mentira. No había razón para preocuparse.
Eventualmente, Tsukauchi sonrió y el mundo a su alrededor volvió a la normalidad. - Remarcable. Espero con ansias ver cuánto se desarrollarán tus habilidades ahora que tienes expertos para guiarte.
Gohan inclinó la cabeza, esperando que el oficial no notara el ligero temblor de sus brazos y piernas. - Me halaga, señor.
Tsukauchi se rio, pero hubo un extraño brillo en su ojo que mantuvo al chico Son al filo. - Aparte de tu fuerza, has demostrado una valentía ejemplar al enfrentarte a villanos despiadados. ¿Es por confianza en ti mismo? ¿Te has enfrentado antes a villanos en el pasado?
Gohan forzó una mueca sombría e ignoró la sensación de nauseas en su estómago. - Ambos. - admitió, para gran sorpresa de ambos adultos. - A riesgo de sonar arrogante, tengo bastante confianza en mis habilidades para enfrentar a villanos normales como los que atacaron el U.S.J. Ya he tenido algunos encuentros de primera mano con algunos de ellos, así que sabía que no tenía nada de qué preocuparme.
- ¿Puedes explicarme sobre estos encuentros? - pidió Tsukauchi tranquilamente.
Gohan asintió. - Claro. Hubo una ocasión en que salí a hacer mis compras cuando un grupo de rufianes armados con cuchillos me arrinconaron y trataron de llevarme a un callejón. Me ordenaron que les entregara mi teléfono y mi billetera, pero me rehusé. Cuando intentaron atacarme, encendí mi ki y los noqueé a todos.
Tsukauchi ensanchó los ojos, pero mantuvo la compostura. - ¿Cuándo ocurrió esto, Gohan?
- Cuando tenía nueve años. - explicó quedamente.
La cara de Tsukauchi palideció, y la de Aizawa se tornó sombría. - ¿Asumo que esto fue un incidente aislado? - presionó el oficial.
Gohan negó con la cabeza. - Vivo en un sector bastante pobre de Tokio, así que esa clase de escorias son bastante comunes. Ya perdí la cuenta de las veces que hubo gente que trató de asaltarme cuando me ocupaba de mis asuntos. - Se encogió de hombros, pues encontraba todo el asunto mórbidamente divertido. - No es que yo vaya a propósito buscando meterme en estas situaciones.
- Es decir... ¿cada vez que alguien trató de asaltarte, lo enfrentaste fácilmente por tu cuenta? - Ante la cabezada del chico Son, Tsukauchi continuó. - ¿Alguna vez reportaste estos incidentes a la policía?
Gohan se mordió los labios. - Cuando era pequeño no lo hacía, porque me preocupaba meterme en problemas si usaba mi Quirk en público. Cuando me hice mayor sí empecé a llamar a la policía, aunque jamás me quedaba a ver cómo arrestaban a los villanos después de que los golpeaba.
Tsukauchi se hundió en su asiento y se frotó la frente con un pañuelo. - Santo cielo. De verdad eres un joven extraordinario. Normalmente te regañaría por tomar ese asunto en tus propias manos, pero puedo ver que no tuviste otra opción. - Se bajó el resto de su agua, y luego fijó la mirada con el híbrido saiyajin. - Aun así, te aconsejo que tengas cuidado si alguna vez te encuentras en un predicamento similar. Tienes suerte de que hasta ahora nadie de los que han tratado de asaltarte han sido amenazas serias, pero no hay forma de saber qué clase de monstruos te podrías encontrar en el futuro.
- Lo tendré en mente, señor. - declaró Gohan.
Por dentro se sintió más que aliviado. No lo creyó posiblemente, pero algo bueno había salido de vivir en un lugar donde había tantos criminales en las calles: le daban la coartada perfecta para explicar su familiaridad con los villanos sin profundizar en sus acciones de vigilante. Dicho eso, seguía siendo horrible que hubiera basuras allá afuera dispuestas a caer tan bajo como para asaltar a un niño. Quizás en su próxima patrulla como la Mancha Dorada mantendría un ojo abierto por si había más de esos cretinos.
Tsukauchi se aclaró la garganta. - Como sea, de vuelta al tema. ¿Qué pasó luego de que te reportaste con Trece?
- Me encontré con Bakugou y Kirishima en la ciudad en ruinas, pero ellos ya habían sometido a los villanos en su área, así que les dije que regresaran con Trece-sensei. - continuó Gohan. - Luego encontré a Todoroki en la zona de derrumbes, pero él tampoco necesitaba ayuda. Tuvimos una breve discusión sobre los planes de los villanos y llegamos a la conclusión de que los matones de poca monta que estaban atacando eran solo una distracción mientras Nomu peleaba con All Might. Lo siguiente que hice fue volar a la zona de montañas, donde ayudé a Kaminari, Yaoyorozu y Jirou a terminar con los villanos que quedaban.
Gohan suspiró fuertemente, temblando con nervios sobre su asiento. Se sentía cada vez más inquieto; ya no quería estar más en ese lugar. Aizawa se percató de esto y frunció el cejo. - Mantén la compostura, Son. Todavía no terminamos.
- Ya casi terminamos, Gohan. - le aseguró Tsukauchi amablemente. - Solo un poco más, te lo prometo.
Gohan asintió y volvió a enfocarse. - Fue allí cuando percibí que Nomu estaba usando ki, y eso fue lo que me dejó en shock hasta la médula. En cuanto recuperé el sentido, salí disparado hacia donde estaba Nomu y vi a All Might a la defensiva, con los brazos ensangrentados... asumo que fue por tratar de bloquear una ráfaga de ki. Como sea, en cuanto Nomu disparó un segundo ataque, me atravesé enfrente de All Might y lo desvié hacia el cielo, donde explotó.
Tsukauchi guardó silencio por unos segundos, y el único sonido en la sala eran sus dedos tamborileando en el escritorio. - Si no te molesta, ¿podrías mostrarme qué aspecto tiene el ki? - le preguntó.
Gohan asintió. Extendió una mano y generó una pequeña bola de ki azul que flotó inofensivamente sobre su palma. Tsukauchi se inclinó al frente, con los ojos salidos ante lo mesmerizado que estaba por la energía flotante. Incluso Aizawa parecía en trance, aunque lo ocultaba mejor.
- Increíble... - dijo Tsukauchi sin aliento. - Si no supiera todo lo que me has dicho, se me haría difícil creer que alguien de aspecto tan amable sea capaz de tanta destrucción... simplemente increíble.
- Sí, sé que lo es. - agregó Gohan, sintiéndose algo raro por el comportamiento del hombre. - El pensamiento de que esté en las manos equivocadas me aterra.
Tsukauchi suspiró y volvió a reclinarse en su asiento, lo cual el híbrido saiyajin tomó como señal para disipar la energía. - También yo, muchacho. También yo. Ahora, ya All Might me contó los detalles sobre su pelea, así que podemos saltarnos esa parte. Sin embargo, hay una pregunta que quiero hacerte.
Gohan se sintió aliviado y exasperado, pero viendo que ya estaban llegando al final, asintió. - Adelante.
- ¿Por qué quieres convertirte en un héroe?
Lo que fuera que Gohan se esperaba, era todo menos eso. Al parecer la suerte se puso de su lado, pues esa era la pregunta más fácil de responder. Ni siquiera las miradas inquisidoras de Aizawa y Tsukauchi le hacían temblar. - No me gusta pelear, pero he sido bendecido con un poder inmenso que mucha gente mataría por tener. - respondió con calma. - Siendo así, lo correcto es usar mi poder para ayudar a quienes lo necesitan. Antes les dije que All Might era uno de mis ídolos, y no estaba bromeando. Quiero convertirme en el próximo Símbolo de la Paz.
Tsukauchi hizo una pausa momentáneamente. - Una noble meta, pero que muchos comparten.
- Eso lo sé, pero no cambia nada. - replicó Gohan, con decisión en su voz.
Tsukauchi se rio. - No, no creo que lo hiciera. Dime, Gohan, ¿qué tan fuerte crees que eres?
Gohan tembló ligeramente. ¿No se suponía que ya había terminado? - Así como estoy ahora, creo que podría darle a All Might una buena pelea. - admitió.
Tsukauchi tarareó pensativamente. - Ya veo. Bueno, eso será suficiente por ahora. - Le sonrió al chico Son e inclinó su fedora. - Has sido de gran ayuda, y te ofrezco mis más sinceras disculpas por quitarte tanto de tu tiempo. Ve a casa y descansa, Gohan. Te lo mereces.
Gohan se puso de pie e hizo una reverencia al oficial de policía. - Me alegra haber sido de ayuda, señor. Buena suerte con su investigación.
Aizawa se mantuvo en su asiento, pero le echó una mirada muy severa a su alumno. - Te veré en dos días, Son.
Gohan levantó una ceja. - ¿En dos días?
- Las clases de mañana fueron suspendidas.
- Ahh. Tiene sentido. - Por fin buenas noticias. - Nos vemos más tarde, sensei. Adiós, Oficial Tsukauchi. - Y de inmediato agregó para sus adentros. - "Espero no tener que lidiar con usted en un futuro cercano."
- ¡Hasta luego, Gohan! - se despidió Tsukauchi, casi arrancándole una expresión sombría al chico.
En cuanto salió de la sala del personal, Gohan corrió al baño más cercano. Abrió el grifo a todo lo que daba y se echó agua en toda la cara. Una vez que quedó lo bastante empapado, la cerró con la mano temblando y miró su reflejo en el espejo. Eso estuvo muy cerca... demasiado cerca. Tsukauchi Naomasa no lo parecía, pero era un individuo realmente aterrador.
Gohan se colocó la mano en el pecho, sintiendo que su corazón latía a una milla por minuto. No quería volver a experimentar esa clase de tensión nunca más. No tenía la más remota idea de cómo funcionaba el Quirk de Tsukauchi, ni tampoco pudo ver qué tanta información podría haber asimilado dentro de su cabeza el oficial o lo que planeaba hacer con ella. Lo único que sabía era que no quería volver a ver al hombre nunca más.
Con las manos temblando, sacó su teléfono y tecleó un mensaje de texto para Satou: Sigo vivo, no me enviaron a ninguna parte todavía.
Unos segundos después su teléfono zumbó, indicando que había recibido respuesta. Dales tiempo.
A pesar de todo, Gohan dejó salir una pequeña risita. Cuando las cosas se iban a pique, siempre podía contar con una buena broma de amigos para recuperarse. Guardó el teléfono y se secó la cara con una toalla de papel, para luego abandonar el baño.
Con la escuela mayormente vacía, se sintió con libertad de correr por los pasillos, y al llegar a la salida del campus, salió disparado hacia el cielo y voló de regreso a casa. Por mucho que amara la U.A., en ese momento era el último lugar donde quería estar en ese momento. Ahora anhelaba el confort y la privacidad de su apartamento.
(--0--)
Tratar de quedarse dormido esa noche fue un esfuerzo infructuoso. No importaba cuanto tiempo mantuviera los ojos cerrados, el sueño no le llegaba.
No importaba cuántas ovejas contara, se mantuvo despierto. La meditación no lograba calmarlo, y los estresantes pensamientos de las últimas veinticuatro horas seguían corriendo en su mente. Lo único que Gohan podía hacer era retorcerse y dar vueltas bajo sus cobijas, con todo el cuerpo cubierto de sudor, y tratando de ignorar esa soledad abrumadora que sentía en este mundo extraño que no era el suyo. Estas noches eran las peores.
Incapaz de soportarlo más, se quitó las cobijas de encima en un arranque de furia y gritó una maldición ahogada bajo la almohada. Se levantó hasta quedar sentado y miró al frente, agradecido de ver los rayos de la luz de la luna iluminando algunas partes de su dormitorio. En ocasiones como esta odiaba la oscuridad.
Movió la cabeza de lado a lado para probar su visión, solo para encontrar que todo el mundo a su alrededor estaba extrañamente borroso y sus movimientos se sentían antinaturalmente torpes. Frunció el cejo: los mareos apestaban. No sabía lo que se sentiría estar borracho, pero asumió que debía ser algo muy parecido a esto. Lo detestaba: le hacía sentirse como un desastre falto de coordinación, lo cual no iba con ser un guerrero.
Se llevó las rodillas al pecho y se abrazó las piernas. No sirvió mucho para aliviar el temblor de sus manos y pies, pero al menos le dio a sus extremidades algo que hacer. Enfurruñándose todavía más, sintió que los temblores hoy estaban peores de lo usual.
Gohan no supo cuánto tiempo se quedó sentado en esa posición. Lo único que sabía era que no sirvió de nada para mejorar su humor; más bien, lo hizo sentirse peor. Se sentía como una pila de mierda inútil, y no podía soportarlo más.
Movió las piernas fuera de su cama y caminó algo mareado hacia la cocina, encendiendo las luces y gimiendo mientras sus ojos se ajustaban al brillo repentino. Una vez que recuperó la visión, abrió el refrigerador y sacó una jarra de agua, que se llevó a la boca y se bajó casi de un solo trago.
Satisfecha su sed, dejó la jarra ahora vacía en el fregadero y se fue al baño, sacándose sus pijamas empapadas de sudor por el camino. Diez minutos y una ducha fría después, salió vestido con un gi azul oscuro, botas de piel y una capa abrigadora. El mareo casi se había ido por completo, pero los temblores todavía no se iban. Eso estaba bien, de todas maneras usualmente tardaban más en irse.
Caminó hacia el balcón y abrió la puerta, donde inmediatamente lo recibió un sofocante calor. Llevar ropa de invierno en primavera no era recomendable, pero eso también estaba bien. La iba a necesitar hacia donde iba. Salió afuera y cerró la puerta tras de sí, y despegó hacia el cielo, volando hacia el norte. No necesitaba un mapa; ya había estado allí suficientes veces para saberse de memoria la ubicación.
La brisa fría que sintió al elevarse a través de las nubes fue una sensación bien recibida, pero todo eso cambió unos minutos después al descender por debajo de la neblina. Vientos helados le golpearon furiosamente en la cara, pero un estallido rápido de ki resolvió ese problema al instante. Aun así, pese a tener la barrera de energía cubriendo su cuerpo, a cada tanto algo de frío lograba atravesarla. Siberia era una tierra fría y cruel después de todo.
Y aun así, por eso precisamente le encantaba. No había mejor choque al sistema que ponerte a entrenar en uno de los ambientes más hostiles en toda la Tierra. Gohan aterrizó en el suelo e instantáneamente dejó que sus botas se hundieran varios metros en la nieve. Su sonrisa se curvó en la más minúscula de las sonrisas. Nunca se cansaba de eso.
Sus ojos negros escanearon sus alrededores, más por costumbre que por cualquier otra razón. Sabía que no había ningún ambiente habitable en cientos de kilómetros, pues la impenetrable barrera natural de varios metros de nieve y montañas monolíticas eran demasiado para la gente normal. Estaba por supuesto la población local de lobos, pero a estas alturas sabían que era mejor mantenerse bien lejos de él. El pensamiento hizo que su gesto fruncido retornara: a él le gustaban los lobos. Él no iba a lastimarlos, pero claro, ellos no sabían eso, y honestamente no podía culparlos.
Abrió las piernas y apretó los puños enfrente de su cuerpo. Unos ligeros hilillos de viento y energía se revolvieron a su alrededor, lentamente dispersando la nieve que cubría sus pies. Su cabello levantado en punta comenzó a flashear entre dorado y negro, y los hilos se expandieron en un remolino que rugía y lo cubría completamente de la vista. Tras un desgarrador grito, una esfera brillante de energía pura de color dorado estalló desde donde se encontraba, brevemente iluminando lo negro de la total oscuridad de la noche.
Su cabello ahora era de color dorado sólido, ondeando de ida y vuelta mientras una armadura de llamas doradas cubría su cuerpo, pero aun así no cesó de gritar. La tierra retumbó peligrosamente bajo sus pies, pero no le prestó atención. El temblor en sus manos y pies todavía no cesaba, pero eso simplemente lo motivó más a seguir.
Siguió gritando mientras su poder continuaba incrementándose, solo para que los cielos pudieran escuchar lo que pensaba de ellos.
Vio a Nomu preparando una ráfaga de ki antes de dispararle, con unos delgados hilos atados a su cuerpo como si estuviera siendo manipulado por una enorme figura sin rostro. Vio a sus compañeros alejándose de él asqueados, aterrados y a la vez sintiendo envidia de su gran poder. Vio las pupilas carmesís de un gigantesco Bakugou Katsuki mirándolo desde las nubes, y como el monstruoso rubio alzaba su pie para aplastarlo.
Vio a Aizawa Shouta ordenándole que abandonara los terrenos de la U.A. para siempre, expresando una abyecta decepción por su fracaso. Vio la cara inexpresiva y estoica de Tsukauchi Naomasa mirándolo directamente, como si los ojos de color carbón del oficial de policía le atravesaran hasta el alma.
Con cada visión, su furia, frustración y resentimiento se incrementaban, al punto que no le importaba en lo más mínimo que se le estaba quebrando la garganta. Solo fue cuando alcanzó su tope máximo que dejó de gritar.
Por un breve instante, consideró ascender, pero supo que era mejor no hacerlo. No había necesidad. Esto era suficiente.
Jadeando del agotamiento, Gohan tomó unas profundas bocanadas de aire para calmarse un poco, y luego miró al frente, con sus ojos turquesas poniéndose en rendijas ominosas ante la frígida oscuridad. El temblor en sus miembros ya había cesado significativamente, dejándolo ahora como si solo hubiese pequeños insectos arrastrándose por su piel.
Sus labios se curvaron en un gesto irritado mientras adoptaba una postura de combate básica. Tenía una larga noche por delante.
Esta historia continuará...
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