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Bautismo



Lamentos llenos de pánico y absoluto terror resonaban por las paredes del Banco Nacional Ratharu, mientras la gente indefensa adentro de él buscaba desesperadamente una forma de salir. Sus intentos de escape inmediatamente se vieron frenados por el sonido de unos disparos impactando en el concreto sólido, y sus voces terminaron siendo silenciadas.

De entre los seis intrusos que llevaban seis pasamontañas, que eran la fuente del terror, un sujeto gigantesco con piel reptiliana se acercó al frente y le apuntó con su pistola a la pobre recepcionista que lloriqueaba. Intercambiaron unas cuantas palabras antes de que en medio de lágrimas la empleada del banco sacara algo de detrás del escritorio, con las piernas temblando, y el asaltante se dirigió hacia la enorme bóveda de metal en la pared al otro extremo de la sala.

Mientras esto sucedía, los compinches del criminal con aspecto de lagarto decidieron divertirse haciendo sufrir a sus rehenes, llegando incluso a apuntarles peligrosamente con sus armas. Lágrimas corrían por los rostros de algunas de las víctimas, mientras otros estaban demasiado conmocionados para reaccionar, y en vez de eso se quedaron con los rostros pálidos y los ojos muy abiertos, sin poder siquiera parpadear.

Encima de un edificio, Gohan se mordió los labios y puso los ojos en rendijas, observando la situación, mientras su cabello se tornaba dorado y sus ojos turquesas.

- Seis asaltantes armados, treinta y tres rehenes. Por suerte no hay niños, gracias al cielo. – dijo con voz firme. Observó su reloj y suspiró. – Apenas el segundo día de clases y parece que voy a llegar tarde de nuevo. Ojalá esto no se vuelva costumbre...

Con una expresión determinada, el cuerpo de Gohan desapareció en un borrón dorado, y salió disparado desde el edificio para atravesar la puerta del banco, moviéndose tan rápido que rompió los vidrios cercanos. Con el mundo a su alrededor moviéndose en cámara lenta, Gohan se desplazó de un criminal a otro, aplastándoles los cañones de sus pistolas con sus manos y dándoles toques en la nuca para dejarlos fuera de combate.

Una vez que se encargó de los cinco criminales en el área principal, Gohan se movió rápidamente hacia su líder, que notó que había quitado de un manotón a la recepcionista y estaba a punto de meterse en la ahora abierta bóveda, hacia una enorme cámara llena a tope de lingotes de oro sólido.

Dándole una mirada furiosa al sujeto, Gohan atrapó a la recepcionista antes que hiciera contacto con el suelo y suavemente la dejó recostada. Luego corrió hacia el villano de piel escamosa, partió en dos su rifle de asalto con un karatazo, y lo golpeó en el pecho con una suave palmada. Habiendo ya terminado con los criminales en el banco, se dio la vuelta y decidió cerrar la bóveda solo para estar seguro.

- "Uno pensaría que en un mundo donde hay tantos superpoderes, los bancos grandes tendrían mejor seguridad." – musitó internamente.

Completada su obra heroica, Gohan evacuó el área en un flash, dejando atrás ese rastro dorado que se había vuelto sinónimo de su alter ego, y se dirigió hacia la Preparatoria U.A. en su estado de Super Saiyajin. Normalmente habría buscado un lugar oculto para volver a su forma base, pero realmente no quería llegar tarde.

No muy lejos de la escena del crimen, Gohan alcanzó a ver a un All Might con expresión sombría en medio de una carrera, vestido con un traje a rayas amarillo y un maletín en la mano. Parecía también ir corriendo en dirección del Banco Nacional Ratharu, y para asombro de Gohan, las extremidades del famoso héroe se movían con mucha claridad en vez de verse ralentizadas (todavía iban algo lento, pero igualmente se podía notar). Y para mayor sorpresa, podría haber jurado que vio que la mirada de All Might se movía sutilmente en su dirección cuando pasaron cerca uno del otro.

Una vez que creyó estar lo suficientemente lejos de All Might, Gohan viró hacia la izquierda hacia un callejón solitario y se apoyó contra la pared, tratando de calmar su corazón acelerado. Ese fue todo un choque al sistema, y uno que lo atrapó totalmente desprevenido. Desde que fue arrancado a la fuerza de su mundo y arrojado en este, no había encontrado a ningún alma que pudiera siquiera igualar una fracción de su velocidad como Super Saiyajin. Y estaba también la posibilidad de que All Might potencialmente reaccionara a su presencia, lo cual era una idea aterradora. No era de extrañarse que el hombre fuese tan respetado entre amigos y enemigos por igual.

Pero antes de poder pensar más en ello, el reloj de Gohan comenzó a pitar, y los ojos se le salieron. – ¡Maldición, es la primera campana! ¡Se supone que a esta hora ya estemos en clase!

La cara sonriente de All Might desapareció de la mente de Gohan, reemplazada por la mirada fulminante y desconfiada de Aizawa. En cuestión de segundos, el callejón fue abandonado, dejando como único rastro de que alguien estuvo allí un borrón dorado que rápidamente se evaporó.

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Gohan irrumpió en el salón con la menor cantidad de fuerza que pudo, y rápidamente corrió hacia su asiento, ignorando las miradas curiosas de sus compañeros. Al sentarse, Satou levantó una ceja curiosa en su dirección, causando que el chico Son gruñera.

- Me quedé dormido. – le dijo a su amigo.

Antes de que Satou pudiera responderle, la puerta se abrió y Aizawa entró, caminando hacia su escritorio con la más extraña combinación de propósito y resignación. Al llegar a él, se detuvo momentáneamente, y luego dirigió su mirada somnolienta a sus estudiantes, algunos de los cuales prefirieron evitarla. Luego olfateó en el aire un par de veces, y entrecerró los ojos.

- Me huele a absentismo.

Gohan tragó en seco, y unas gotas de sudor le bajaron por la sien. Pasaron unos pocos segundos, y su terror lentamente se incrementó ante la idea de que fueran a delatarlo. Miró a sus compañeros por la esquina del ojo, aferrándose desesperadamente a que no fueran a abrir sus bocas. Afortunadamente, nadie lo delató, así que Aizawa eventualmente suspiró y se encogió de hombros.

- Bueno, como sea. Todavía me pagan así vengan o no, así que el daño es solo para ustedes al final. – dijo arrastrando las palabras, sentándose en el escritorio y abriendo una carpeta.

Gohan soltó el suspiro que venía conteniendo y se reclinó en su asiento. Eso estuvo demasiado cerca apara su gusto. Hizo una nota mental de darles las gracias a sus compañeros más tarde; de no ser por su silencio y el letargo de Aizawa, seguro el profesor lo habría anotado en su lista negra por segundo día consecutivo. Entretanto, el siguiente movimiento de Aizawa fue sacar el rollo de la clase y poner una pila de papeles frente a él.

- El día de ayer solo era para darles la bienvenida a su nueva vida escolar; un día de orientación, si lo desean. El verdadero trabajo duro empieza hoy. – les explicó sonriendo amenazadoramente. – Aquí traigo sus horarios. Son iguales para todos así que todos tomen una copia. Léanlos bien y familiarícense ellos, lo van a necesitar. Si tienen preguntas, háganlas.

Con eso fuera del camino, se dejó caer en su asiento, se metió entre su saco de dormir y cerró los ojos. Esto le ganó varias miradas de extrañeza de los estudiantes, pero aun así hicieron lo que les dijo.

Después de coger su horario y regresar a su asiento, Gohan lo miró detenidamente. El día de escuela comenzaba 8:25 am con diez minutos de orientación, seguidos de cuatro períodos de cincuenta minutos. El almuerzo empezaba a las 12:30 pm y también duraba cincuenta minutos (el estómago de Gohan gruñó al llegar a ese bloque). Después del almuerzo, habría dos períodos más hasta concluir las clases a las 3:10 pm.

La mayoría de sus clases eran materias regulares como Japonés, Inglés, Historia, Matemáticas y Literatura, como en cualquier escuela preparatoria tradicional. Sin embargo, la clase que más destacaba era la de Entrenamiento Básico de Héroes, y por los murmullos que Gohan podía escuchar entre la clase, era la que sus compañeros estaban esperando más que ninguna, y él estaba de acuerdo.

- Será muy duro tener solo libres los domingos. – gruñó Satou, sacudiendo la cabeza al ver el horario. – Creí que Japón ya había dejado de hacer seis días de escuela a la semana hacía décadas.

- Quizás sea porque la U.A. tiene estándares más altos que otras preparatorias. – razonó Gohan.

- Supongo, pero es difícil sentirse entusiasmado con eso. – suspiró Satou. – La escuela sigue siendo la escuela después de todo.

Eso provocó que Gohan levantara una ceja. – Nadie dijo que aprender a ser héroe fuese sencillo.

- Es verdad. – admitió Satou. – Aun así, admito que siento bastante hype por la clase de Entrenamiento Básico de Héroes. ¿Quién crees que la vaya a enseñar?

Gohan se detuvo al oír la pregunta y se rascó el mentón. Quienquiera que la U.A. hubiese asignado para enseñar entrenamiento para héroes tenía que ser alguien con íntimo conocimiento de lo que significaba ser un héroe profesional. Ser una figura pública lo bastante grande como para inspirar a generaciones enteras de aspirantes a héroes también sería un rasgo valioso.

El híbrido saiyajin ensanchó los ojos al recordar su carta de aceptación que recibió de la U.A., y su boca se curvó en una pequeña sonrisa al recordar exactamente con quién se había cruzado por el camino más temprano esa mañana. Satou lo notó y frunció el cejo en su dirección.

- Me late que sabes algo que yo no. Escúpelo.

Gohan simplemente se rio y se reclinó en su silla, descansando las manos por detrás de su cabeza. – ¿Y arruinar la sorpresa? ¿Qué hay de divertido en eso?

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La clase de Inglés bajo el tutelaje de Present Mic demostró ser una forma bastante aburrida y monótona de iniciar el día. El sentimiento era compartido por la gran mayoría de la Clase 1-A, salvo por Yaoyorozu Momo e Iida Tenya, que se veían bastante animados de participar en las actividades que su profesor les tenía preparadas. A Gohan no le molestaba la clase, pero se le hizo difícil mantener la mente enfocada cuando estaba más ocupado especulando cómo sería estudiar bajo el tutelaje de All Might.


La clase de Historia la daba la atractiva, seductora y extremadamente provocativa Midnight, más conocida como la "Heroína solo para Mayores de 18". Muchos de los hombres de la clase estaban embobados con su belleza, e incluso Gohan no pudo evitar sonrojarse y desviar la mirada cuando esta le guiñó el ojo. Su estilo de enseñanza era poco ortodoxo pero extrañamente efectivo, y resultó un contraste interesante con el de Present Mic.


Ectoplasma y Cementoss, que enseñaban Matemáticas y Literatura respectivamente, resultaron más tradicionales en sus métodos de enseñanza, y sus clases pasaron sin mucha fanfarria. Sin embargo, como después seguía el almuerzo, y después el Entrenamiento de Héroes, los estudiantes ya estaban muy impacientes y nerviosos.

El almuerzo se servía en una cafetería gigantesca con mesas ordenadas en filas bien arregladas. Al frente de la pared llena de ventanas se encontraba el área de servicio, donde los estudiantes ordenaban y pagaban su comida, preparada por el increíblemente talentoso Lunch Rush, uno de los héroes favoritos de Gohan.

El híbrido saiyajin se encontró compartiendo una mesa con Satou, Midoriya, Iida y Uraraka, tres de los cuales se encontraban lo observaban estupefactos mientras devoraba su almuerzo como un compactador de basura con esteroides.

- ¡Cielos, esta comida está increíble! – dijo alegremente.

- ¿P-para d-dónde va todo eso? – murmuró Midoriya casi sin aliento.

- No preguntes. Solo acéptalo como uno de esos misterios para los que nunca encontraremos una respuesta. – replicó Satou con una voz sabia, echando algo de azúcar en su curry. Gohan dejó el tenedor, se limpió la boca, y se rascó detrás de la cabeza mientras sonreía nerviosamente a sus compañeros.

- No lo escuchen. Solo dice tonterías. – les explicó fulminado con la mirada a su mejor amigo. – Mi Quirk consume mucha energía, así que tengo que comer mucho para compensar.

- ¿Es en serio? – dijo Iida con entusiasmo tras oír la explicación. – ¡Qué fascinante! ¡Espero con muchas ansias ver de qué otras cosas es capaz tu Quirk!

- A mí me suena a que eso cuesta mucho dinero. – intervino Uraraka. – ¿Cómo te las arreglas? ¿Vienes de una familia adinerada?

Satou dejó de comer y le dio a Gohan una mirada de preocupación, pero el chico Son le restó importancia con una sonrisa. – De hecho soy huérfano. – replicó, haciendo que Uraraka se tapara la boca. – He estado viviendo solo desde los nueve. Recibo una ayuda quincenal del gobierno mientras siga mis estudios y no me meta en problemas, pero no basta para cubrir las necesidades de mi dieta, así que a menudo tengo que salir de cacería.

Uraraka inclinó la cabeza. – De verdad, de verdad siento mucho haber preguntado. No tenía idea de que fueras huérfano. – murmuró con tristeza,

- No te preocupes. – respondió Gohan amablemente. – Como dijiste, no tenías idea. Además, ya me acostumbré a vivir solo, así que no es la gran cosa, en serio.

El humor alrededor de la mesa se puso bastante pesado en ese momento, y todo mundo se enfocó en sus almuerzos. Luego de unos minutos, sorprendentemente fue Midoriya el que rompió el silencio.

- M-me sorprende que el gobierno le permita a un niño t-tan pequeño vivir solo. – le dijo. – Yo no podría imaginarme en la misma situación.

- Bueno, técnicamente tengo un guardián legal, pero el Doctor Shuzenji es un hombre muy ocupado y solo me visita una o dos veces a la semana para asegurarse de que todo esté bien. – explicó Gohan. – Pero no me siento tan solo. Satou viene a visitarme a menudo, y yo también paso bastante tiempo en su casa.

- ¡Aww, la amistad que tienen es algo muy dulce! – sonrió Uraraka, para vergüenza de ambos.

- Son es más un ayudante que otra cosa. – murmuró Satou, con un ligero rubor en las mejillas.

- En tus sueños. – replicó Gohan, terminándose lo que quedaba de su curry para ocultar su propia cara roja.

Esto les sacó unas risas a los otros tres, y Gohan no pudo evitar alegrarse de que se quitara el humor sombrío de antes. No se sentía realmente incómodo al hablar de las circunstancias de sus condiciones de vida, pero también sabía que no era el mejor tema de conversación. Lo último que quería era que le tuvieran lástima, o hacer que otros se sintieran miserables.

- Debe ser genial tener a un amigo de la infancia tan cercano asistiendo a la misma escuela. – comentó Uraraka jugando con sus pulgares. – Ninguno de mis amigos de la secundaria o de la primaria vinieron a la U.A.

- Tampoco los míos. – agregó Iida.

- Supongo que eso ayuda a encajar mejor. – admitió Gohan. – Yo definitivamente me sentiría mucho más nervioso el primer día si no conociera a nadie más.

- Para mí fue exactamente lo contrario. – gruñó Midoriya, cogiendo su arroz con los palillos. Esto captó la atención de Satou.

- ¿Y qué onda contigo y Bakugou de todas maneras? Parece que hay mucha mala sangre entre ustedes dos.

Gohan, junto con Iida y Uraraka, enfocaron toda su atención en Midoriya. Desde su interacción la mañana de ayer, había sentido bastante curiosidad de saber más sobre la historia de Midoriya y Bakugou. El peliverde dejó de lado sus palillos y suspiró.

- K-Kacchan y yo solíamos ser amigos cuando éramos pequeños. Pero cuando su Quirk se manifestó, él c-cambió totalmente. Empezó a ver por encima del hombro a todos. Yo... ahh... no obtuve mi Quirk sino hasta mucho después de lo normal, así que me tocó mucho peor que a los demás. – dijo sacudiendo la cabeza. – ¡P-pero eso no tiene importancia! Los estudiantes lo admiraban, y los profesores no hacían nada con su comportamiento porque veían que tenía potencial como héroe. Eso continuó incluso durante la secundaria hasta que nos graduamos.

Gohan frunció el cejo. Algo allí no encajaba. Fuera cual fuese el problema que tenían esos dos, parecía mucho más personal que eso. Pero por más curiosidad que tuviera, no quiso insistir demasiado, especialmente ya que los demás tuvieron la gentileza de no insistir en saber más de la vida de él. Si Midoriya quería compartirlo lo haría. Si no, tenía derecho a guardarse esa información para sí mismo.

Lo que sí quedó claro, sin embargo, fue que a Gohan empezó a caerle mucho peor ese chico explosivo. La gente que presumía de sus poderes victimizando a los más débiles le recordaba a muchos de los villanos a los que enfrentó durante su niñez. Afortunadamente, él no creía que pasara mucho tiempo antes de que a Bakugou lo tirasen de su pedestal. Ya no era el pez más grande en un estanque pequeño.

- Ya no tienes que preocuparte por él, Deku-kun. – dijo amablemente Uraraka. – Nos tienes a todos nosotros para cuidarte las espaldas, ¿verdad, muchachos?

- Por supuesto. – dijo Satou. Gohan también asintió estando de acuerdo. Jamás iba a soportar a los abusones.

- ¡Bien dicho, Uraraka-kun! – exclamó Iida, golpeándose la palma con el puño para enfatizar su punto. – ¡No hay lugar para semejante comportamiento en los sagrados pasillos de esta prestigiosa institución! ¡Siendo de los pocos cualificados para estudiar en la U.A., debo dar todo de mí para defender el código de ética que nos han legado nuestros profesores!

El repentino arranque de Iida atrajo algunas miradas de las otras mesas, haciendo que un Midoriya con la cara escarlata se enterrara en su asiento, con la vergüenza palpable. – G-gracias por el apoyo, amigos, pero de verdad no es necesario. Ya me acostumbré al comportamiento de Kacchan; ya no me molesta en absoluto. Y a pesar de cómo actúa, su meta es sobrepasar a All Might como el mejor de los héroes.

- ¡Tienes que estar bromeando! – exclamó Iida, con la quijada cómicamente abierta. – ¡¿Qué clase de héroe actúa como un rufián?!

- ¡N-no, de verdad, lo digo en serio! – chilló Midoriya.

Mientras esto ocurría, Satou puso los ojos en rendijas y miró a Iida, adoptando una pose de pensador. – Hey, ya que hablamos del tema, hay algo que me he estado preguntando. ¿No asististe a una escuela privada de super élite o algo así? – le preguntó despreocupadamente, atrayendo la atención del chico de gafas. – Me sorprende que no haya más de ustedes en la U.A.

Iida tosió ligeramente, pero rápidamente recuperó la compostura. De inmediato se ajustó las gafas y le dio a Satou una mirada severa. – Si deseas saberlo, muchos de mis compañeros en Soumei no estaban interesados en perseguir el heroísmo como profesión. En cuanto a los otros, no fui tan cercano con ellos como para conocer sus futuras aspiraciones.

- Oh. Eso tiene sentido. – respondió Satou, volviendo a su almuerzo y dejando desconcertado a Iida.

Aunque los demás alrededor de la mesa no sabían qué hacer con eso, Gohan sonrió para sus adentros. Fuese intencional o no, su mejor amigo, en su típica manera de ser siempre directo, había logrado desviar la atención del pobre y claramente abrumado Midoriya.

- C-como sea, ¿están listos para el siguiente p-período? – preguntó el peliverde, visiblemente más calmado. Iida rápidamente puso atención, olvidando su confusión previa.

- ¡Por supuesto! ¡Ha sido la clase que más he estado esperando desde que vi los horarios!

- Me pregunto quién será nuestro profesor. – dijo Uraraka.

- Yo también quisiera saberlo. – agregó Satou, dándole una mirada cómplice a Gohan. El híbrido saiyajin pretendió no haberla visto, y cogió una bolsa de patatas fritas para abrirla y empezar a comer.

- Bueno, quienquiera que sea, no me cabe duda de que será una clase práctica. – declaró Iida. – Sin embargo, espero totalmente que nuestro profesor nos dé una lección simple y directa a modo de introducción, solo para familiarizarnos con el tema.

- Eso sería el enfoque más razonable. – dijo Gohan estando de acuerdo, mordiendo una patata particularmente curva y degustando su sabor salado. – "Y es precisamente por eso que estoy seguro de que será exactamente lo contrario."

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- Aquí estoy... ¡entrando por la puerta como una persona normal!

El grito colectivo de todos en la Clase 1-A resonó cuando la imponente figura de All Might ingresó al salón lleno de confianza, y su sola presencia bastó para que todos se calmaran y se sintieran mucho más tranquilos.

Mientras sus compañeros expresaban su asombro, Gohan sonreía. Ya sabía que esto iba a pasar, y aun así se sintió bastante emocionado. All Might era el héroe al que más admiraba, y no solo por su gran fuerza, sino por los valores que defendía, su disposición inspiradora y su habilidad de irradiar alegría incluso a las masas más desafortunadas.

- Yo les enseñaré Entrenamiento Básico de Héroes. – declaró el Héroe Número Uno desde detrás del escritorio. – En esta asignatura todos entrenarán de diferentes formas para aprender los fundamentos para ser un héroe profesional. Durante todo su tiempo aquí, ¡todos aprovecharán al máximo esta asignatura! – Enfatizó su declaración posando como un fisicoculturista de eras pasadas, haciendo que sus enormes músculos abultaran contra su ajustado traje. – ¡Vamos a comenzar! El día de hoy haremos... ¡entrenamiento de combate!

La revelación de esto arrancó gritos de emoción de toda la clase, siendo el más entusiasmado cierto rubio de temperamento volátil.

- ¡Y para que vayan para la ocasión, tendrán estos! – agregó All Might, señalando a la pared, de la cual comenzaron a deslizarse varios estantes con cajones numerados. – Trajes hechos a la medida basado en la información registrada de sus Quirks y las peticiones que enviaron antes de comenzar la escuela. – Esto atrajo un rumor todavía más entusiasmado de todos los estudiantes, y la sonrisa de Gohan se ensanchó. – ¡Después de que se cambien, reúnanse en el Terreno Beta!

- ¡SÍ SEÑOR! – coreó toda la clase.

- Dicen que las ropas hacen al hombre, señores y señoritas. Ténganlo en cuenta porque a partir de ahora... ¡todos ustedes son héroes! – declaró All Might, culminando su discurso con otra pose de músculos.

Mientras Gohan recolectaba su cajón y se dirigía al vestidor, se puso a reflexionar en los detalles que le llevaron a elegir el traje que quería usar.

La primera idea que le vino a la mente fue un conjunto colorido similar a los de los shows Super Sentai que le encantaba ver en televisión, completo con un casco y una capa. Sin embargo, aunque le gustaba la apariencia en su cabeza, no se sentía... bien para lo que quería lograr. Tal vez un traje como ese funcionaría en un mundo donde los superhéroes no eran la norma, pero ese no era el mundo en el cual vivía. No tendría el efecto deseado en la gente.

Los siguientes trajes que consideró fueron los típicos gis de artes marciales que había usado en el pasado. El primero fue una réplica del gi estilo namekiano que llevó en los Juegos de Cell, y el segundo fue una copia del gi color naranja de su padre. Aunque el prospecto de llevar el mismo traje que sus dos mentores de manera oficial le daba cierta emoción, no eran apropiados para este mundo tampoco. Eran demasiado simples, directos, y desafortunadamente fáciles de olvidar.

Pasó por varias ideas sobre varios trajes basándose en los que llevaban los héroes más populares de hoy en día, pero esas no iban con él. Llevar solo spandex se sentía incómodo en el cuerpo, y tampoco se sentía cómodo en cómo resaltaba sus regiones inferiores. Eso era más propio de Vegeta.

Así, después de muchos planes meticulosos, incontables horas de investigar por internet, y más ensayos y errores de lo que querría admitir, Gohan finalmente encontró un diseño que no podía dejarlo más satisfecho.

Al entrar a un cubículo vacío y abría su cajón con su traje, una sonrisa se apoderó de su rostro, y sintió oprimir el corazón al extraerlo.

Fijó la vista en el gi púrpura oscuro sin mangas, que era un tributo a su primer mentor, que lo arrojó al mundo de las artes marciales para quitarle su naturaleza blanda y mimada, infundiéndole una sabiduría que superaba por mucho su edad, pero que era necesaria para sobrevivir la dura realidad que había caído sobre ellos. Gohan siempre se iba a sentir muy agradecido por ello. Aunque fuese un gesto insignificante y tal vez hasta idealista en el gran panorama de las cosas, el híbrido saiyajin esperaba que llevar los colores de uno de sus más grandes amigos le daría fuerza cuando más la necesitara.

Luego pasó un dedo por el obi color naranja, junto con las muñequeras y tobilleras, un tributo a su padre, a quien siempre había admirado y deseaba imitar. Los momentos que pasaron juntos estaban entre sus recuerdos más atesorados, y no pasaba un día en que no deseara volver a experimentarlos. Goku fue un maestro distinto a Piccoro, pero bajo su tutela Gohan alcanzó el nivel de fuerza necesario para proteger a la gente y al planeta que amaba cuando nadie más pudo hacerlo. Nunca olvidaría la fe que su padre demostró en él durante la hora más oscura, y esperaba que el naranja de su traje le sirviera como un siempre presente recordatorio de lo que era capaz de hacer al enfrentarse a posibilidades totalmente en contra e insuperables.

La última pieza del atuendo eran unos zapatos de artes marciales negros y una réplica de la capa de Piccoro, porque después de todo, las capas eran geniales y nadie podía convencerlo de lo contrario.

Una vez que se vistió completamente Gohan sintió una subida de confianza recorrerlo de pies a cabeza, y se encontró con una mirada aprobatoria de parte de Kirishima cuando este salió de su cubículo.

- Ese es un atuendo bestial, hermano. – le dijo el pelirrojo. – No te sorprendas si se te caen las bolas por segunda vez cuando lo uses.

- G-gracias, Kirishima. – Gohan se sonrojó y se rascó detrás de la cabeza. – Tu atuendo también es genial. Los colores te quedan bien, y la... ausencia de una camiseta va contigo.

Kirishima se rio entre dientes y le dio una palmada a Gohan en la espalda. – ¡Eso es a lo que voy! Aunque parece que tengo seria competencia en ese departamento, ¿eh? – dijo señalando los brazos expuestos del híbrido saiyajin. – ¿Qué comes para el desayuno, metal? ¡Qué macizo!

- ¡No, para nada! – respondió Gohan, todavía sin acostumbrarse a los halagos. – Solo entreno bastante, es todo.

- ¿Eso es todo? – replicó Kirishima levantando una ceja. – Viejo, alguna vez tenemos que ir juntos al gimnasio. Lo que estoy haciendo claramente no está dando resultados conmigo.

- C-claro, podemos hacerlo. – aceptó Gohan, con una gota de sudor bajándole por la sien. No sabía cómo decirle a Kirishima que jamás había puesto un pie en un gimnasio en su vida. Todo el entrenamiento siempre había sido en lo salvaje, y lo demás lo hacían sus genes.

- ¡Grandioso! – sonrió el pelirrojo. – ¡Lo esperaré con ansias!

- "Sí, grandioso." – pensó Gohan con resignación. Tendría que preguntarle a Satou sobre algunos de los dispositivos que usaban en los gimnasios, porque de esos no tenía ni idea.

Y hablando de eso, ¿dónde estaba su mejor amigo? Sus ojos negros observaron toda la habitación en busca de alguien de físico similar, pero al único al que vio fue a un sujeto alto con un traje de spandex amarillo brillante que le cubría todo el cuerpo, que estaba jugando con su cinturón de utilidades en una esquina de la habitación. Le tomó unos pocos segundos reconocer el pelo de punta y los labios masivos, pero al hacerlo casi se le van los ojos.

- "Esperen... ¿qué?" – pensó. Y al oír los pasos de Gohan en su dirección, Satou levantó la mirada y le sonrió al híbrido saiyajin.

- Te ves bien, Son... por una vez en tu vida.

- Por una vez en mi... – Sacudió la cabeza antes de volver a enfocarse. – ¿Qué demonios es eso? Siempre te burlas de cómo me visto, ¡pero aquí estás disfrazado como una banana gigante!

Satou se enfurruñó. – ¿Qué hay de malo con mi traje? ¿No has visto nunca a Kid Músculo? – Ante la negativa de Gohan, exhaló con rabia. – Bueno, ahí está tu primer problema. No voy a perder mi tiempo explicándole a un plebeyo que no entiende el glorioso arte de la lucha libre.

- Lo que tú digas, colega. – espetó Gohan, despidiéndose de su amigo y dirigiéndose hacia el Terreno Beta. – Solo trata de que nadie se resbale contigo cuando salgas.

Ignorando los tartamudeos indignados de Satou, el chico Son se rio por dentro, sintiéndose orgulloso de sí mismo por ese comentario.

No tardaron mucho en llegar al túnel que llevaba al Terreno Beta, donde se estaba reuniendo el resto de la clase. Mientras esperaban a los rezagados, se tomó el tiempo para echar un ojo a los trajes que habían ideado sus compañeros, algunos de los cuales rápidamente llamaron su atención.

Iida llevaba un traje de cuerpo completo con aspecto de armadura, solo que más moderno y acomodado a su Quirk de Motor. Hacía un contraste interesante con Aoyama, que llevaba un estilo más de armadura de la época medieval. El traje de Bakugou también le quedaba bien, por mucho que Gohan odiara admitirlo. Los guanteletes con forma de granadas y la tela estilizada a modo de bengalas en su espalda iban como anillo al dedo con su personalidad explosiva.

Con respecto a las chicas, lo primero que Gohan notó fueron que todas las féminas en su clase eran bastante atractivas cada una a su manera, y eso quedó más en evidencia con sus trajes. Asui, Ashido y Uraraka, para su gran sorpresa, todas llevaban trajes ajustados al cuerpo que acentuaban sus curvas. Sin embargo, ninguna de ellas se comparaba con Yaoyorozu, cuyo traje consistía en un leotardo rojo muy revelador que exponía bastante su piel. De no ser por el cinturón de utilidades alrededor de sus caderas, casi parecería que iba a la playa en vez de a entrenar.

A pesar de todo, Gohan se aseguró de mantener la mirada lejos de las curvas de la chica y su atractivo atuendo, para no sucumbir a sus instintos básicos y evitar que sus ojos vieran más de lo que deberían. Él no era ningún pervertido después de todo.

Afortunadamente, pudo enfocarse en otra cosa cuando sus compañeros empezaron a moverse por el túnel, al final del cual pudieron ver la figura imponente de All Might esperándolos a todos.

- ¡Grandioso! ¡Todos se ven geniales! – declaró el Héroe Número Uno cuando todos se detuvieron frente a él, ampliando su gran sonrisa. – Ahora, ¿listos para comenzar, mis queridos cigotos?

Antes de que la clase le pudiera responder, se oyeron unos pasos apresurados detrás de ellos. Curioso, Gohan se dio la vuelta, solo para ver cómo llegaba corriendo Midoriya por el túnel llevando lo que parecía un disfraz de conejo verde. Ciertamente era poco convencional, pero se veía mejor que el de Satou. A Uraraka también pareció gustarle, lo que puso muy nervioso a Midoriya.

- ¡Ahora, es tiempo para el entrenamiento de combate! – anunció All Might luego que el peliverde rezagado se unió al grupo, atrayendo la atención de todos. Como cosa rara, Iida levantó la mano.

- ¡Sensei! Este es un centro de batallas como el del examen de admisión, ¿acaso vamos a tener batallas urbanas de nuevo? – le preguntó.

- ¡No, vamos a ir dos pasos más adelante! – replicó All Might. – La mayor parte del tiempo, las peleas contra villanos ocurren afuera, pero si miran las estadísticas, los villanos más atroces aparecen en lugares cerrados con más frecuencia. Secuestros, arrestos domiciliarios, tratos ilegales en las sombras... en esta sociedad llena de héroes, los villanos más inteligentes se ocultan en la oscuridad. Para esta clase, los dividiremos en equipos de héroes y villanos, y pelearán dos contra dos dentro de un edificio.

- ¿Sin entrenamiento básico? – preguntó Asui.

- ¡Esta es una batalla real para entender lo básico! – declaró All Might. – Sin embargo, la clave ahora es que no tendrán ningún robot al cual destrozar.

- ¿Cómo se determinará quién gana y quién pierde? – inquirió Yaoyorozu, desatando una ráfaga de preguntas de varios de los estudiantes.

Entretanto, Gohan se puso a pensar en el razonamiento de su profesor. Era un enfoque bastante arriesgado, arrojar a un puñado de niños con superpoderes y sin entrenamiento al límite y ponerlos a pelear entre ellos. Si no tenían cuidado, muchas cosas podían salir mal. Piccoro seguramente aprobaría las tácticas de All Might, pero eso era porque el namekiano era un gruñón socialmente inepto cuyos propios métodos de entrenamiento eran de todo menos convencionales.

Dicho eso, Gohan podía ver el beneficio de un bautismo por fuego. Era una excelente forma de que el profesor tuviera una idea de en qué nivel estuvieran sus estudiantes, y en cuanto a ellos, podrían recibir una demostración de primera mano de lo que podían hacer sus compañeros. Ignorando la alta posibilidad de que hubiera heridos, todos los participantes tenían mucho que ganar. Tal vez los ejercicios como este eran una de las razones por las cuales la U.A. había logrado sacar a tantos héroes excepcionales a través de los años.

- La situación es: los villanos han ocultado un arma nuclear en alguna parte de su escondite. – explicó All Might, leyendo un pequeño libro que sacó de su bolsillo. – Los héroes intentarán detenerlos, ya sea capturándolos o recuperando el arma nuclear dentro del límite de tiempo. Los villanos deben proteger el arma nuclear durante ese tiempo o capturar a los héroes. – Al terminar, cogió una caja que estaba a sus pies. – ¡Los equipos se determinarán por sorteo!

Aunque varios de los estudiantes parecieron felices con la revelación, Gohan se mordió los labios. Las probabilidades de terminar con alguien desagradable (hablando específicamente de Bakugou) eran increíblemente bajas, así que no creía que tuviera que preocuparse. Aunque tenía confianza en que sus poderes serían más que un desafío para cualquiera de sus compañeros independientemente de con quién le tocara hacer equipo, de verdad esperaba no tener que aguantarse una mala actitud.

Antes de que cualquiera pudiera acercarse a la caja, Iida saltó enfrente de All Might y le levantó la mano a toda la clase. – Sé que todos están emocionados para saber con quién harán equipo, pero como estudiantes de esta respetable institución, debemos hacer las cosas de manera ordenada. – les dijo severamente. – Siendo así, debo pedirles a todos que se formen en una fila y esperen su turno.

- ¡Bien dicho, joven Iida! – lo halagó All Might, dándole al chico de gafas un pulgar arriba.

A pesar de algunos gruñidos, todo mundo hizo lo que le dijeron. Gohan se encontró casi al final de la fila, detrás de Kouda y enfrente de Todoroki. A pesar de no poder percibir el ki, podía sentir la mirada del chico con heterocromia fija en su espalda, y tuvo que suprimir el impulso de gruñirle. Podía entender por qué el cabeza de petardo estaba furioso con él, ¿pero cuál era el problema de Todoroki? ¡Jamás había hablado con él antes!

Afortunadamente, Gohan no tuvo que pensar mucho en eso, ya que su turno llegó rápidamente. El número que le tocó fue el 5, lo que significaba que su compañero sería quien sacara el 6, y estarían en el Equipo C.

- Creo que seremos compañeros. – dijo una voz educada detrás del híbrido saiyajin. Sorprendido, giró la cabeza para encontrarse con la bella sonrisa de Yaoyorozu Momo.

- ¿O-oh, así que tú sacaste el número 6? – preguntó, a lo cual la chica de pelo oscuro asintió. Gohan sintió que sus mejillas tomaban un tinte rojo y se rascó detrás de la cabeza. – Ahh, eso es genial. Me dará gusto trabajar contigo. – añadió inclinándose y teniendo cuidado de no mirarle el escote.

- Igualmente. – respondió Yaoyorozu con el mismo gesto.

Completadas las introducciones, Gohan desvió la mirada de su compañera y respiró profundo. ¿Qué diablos le pasaba, qué fue esa reacción suya? Nunca se había sentido tan nervioso ante alguien desde que se presentó por primera vez a su clase el primer día de primaria, ¡y en ese entonces solo tenía nueve años! Perturbado, rápidamente sacudió los pensamientos fuera de su cabeza. Con suerte, podría olvidarse de ese rato tan vergonzoso una vez que iniciaran el ejercicio.

Ya con todos los equipos sorteados, All Might metió la mano en un par de cajas con marcadas con "Villano" y "Héroe". – Los primeros equipos que lucharán serán... ¡estos! – exclamó sacando las letras D y A.

Gohan abrió los ojos de golpe. Eso significaba que Bakugou e Iida irían contra Midoriya y Uraraka. Al ver a su amigo peliverde, notó que estaba visiblemente paralizado. Una reacción apropiada, considerando las circunstancias.

- El Equipo A serán los héroes, y el Equipo D serán los villanos. – aclaró All Might. – ¡Todos los demás, diríjanse a la sala de monitores!

- ¡Sí señor! – coreó toda la clase.

Gohan pasó junto a Midoriya le puso la mano en el hombro. – Oye, no dejes que te descontrole, y no pierdas la cabeza. – le advirtió. – Sé que será difícil mantener la sangre fría, pero recuerda que solo es un ejercicio al final. No vale la pena salir lastimado en esto.

Midoriya tragó saliva, pero aun así asintió. – T-trataré de tener eso en m-mente. Gracias por el consejo, Son-kun.

- Cuando quieras. – Gohan sonrió. – Buena suerte.

Hecho eso, el híbrido saiyajin se alejó y se fue con el resto de la clase. Al poco rato, Yaoyorozu se le acercó y empezó a caminar junto a él.

- ¿Está todo bien? – inquirió la chica. – Midoriya-san se veía muy intranquilo.

- Ahh, nada importante. – replicó Gohan, restándole importancia con la mano. – Es solo que ya tiene historial con el cabeza de petardo, es decir Bakugou. Solo fui a darle algunos consejos, es todo.

- Eso fue muy amable de tu parte. – comentó Yaoyorozu, sonriendo ligeramente. Gohan evitó su mirada, tratando de ocultar el rubor de sus mejillas.

- Je, no fue nada. Solo ayudaba a un amigo. – Por dentro, sin embargo, dio un respingo. ¡Otra vez! ¿Qué tenía esa chica que le hacía volverse un manojo de nervios cuando le hablaba?

La pregunta dio vueltas en su mente hasta que llegó a la sala de monitores, la cual, haciendo honor a su nombre, contenía un gigantesco monitor dividido en varias pantallas. Cada una mostraba una parte diferente del área de batalla, que era simplemente un enorme edificio industrial con numerosos corredores estrechos. Desafortunadamente, no había audio para retransmitir con las cámaras.

- ¡Ahora, comencemos el entrenamiento de combate de persona a persona con los equipos A y D! – anunció All Might por un mini-micrófono, de pie enfrente de todos los estudiantes reunidos. – Todos ustedes deben prestar mucha atención. Puede que hasta aprendan algo de ver esta batalla.

Gohan endureció su expresión y observó detenidamente el monitor. Pese a su siempre presente preocupación de que algo pudiera salirse de control, se sentía genuinamente curioso de ver de lo que Midoriya era capaz de hacer. De todos los de la clase, el peliverde era el único cuyo Quirk seguía siendo un completo misterio.

No pasó mucho antes de que Midoriya y Uraraka se deslizaran por una ventana en la planta baja y procedieran con cautela por un corredor. Sin embargo, no llegaron muy lejos antes de que Bakugou los emboscara, dando un salto desde otro corredor y mandándolos al suelo con una ráfaga explosiva.

- ¿Un ataque sorpresa? ¡Eso no es de hombres, Bakugou! – protestó Kirishima.

- Un ataque sorpresa también es una estrategia viable. - intervino All Might. – Es mejor olvidarse del concepto de pelear limpio en una batalla donde su vida está en la línea, porque los villanos harán lo que sea para tomar cualquier ventaja.

Gohan entrecerró los ojos al ver a Midoriya y Bakugou intercambiando amenazas entre ellos. Bakugou se lanzó de frente a ejecutar un gancho de derecha, pero Midoriya fácilmente le atrapó el brazo, y rápidamente lo lanzó sobre su espalda. Esto arrancó gritos de asombro del resto de la clase, mientras que el híbrido saiyajin se permitía una leve sonrisa en el rostro. La forma en como hizo el lanzamiento fue muy buena: no tenía idea de que Midoriya conociera un poco de artes marciales. Y tampoco parecía haber utilizado su Quirk.

Luego de que Bakugou se recuperó y volvió a incorporarse, él y Midoriya se trabaron de nuevo en otro duelo verbal mientras Uraraka observaba confundida. Entretanto, otra pantalla mostraba a un visiblemente irritado Iida de pie solo en el cuarto con la bomba, que estaba hecha de papel maché.

- ¿Qué está diciendo Bakugou? – inquirió Kirishima. – No hay forma de saberlo con solo las cámaras y sin sonido.

- Está hablándole a su compañero por un transmisor inalámbrico. – replicó All Might, señalando un dispositivo azul en su propia oreja. – Pueden llevarse eso, el plano del edificio y esta cinta para captura. – Cogió un pequeño rollo de cinta de un contenedor que tenía al lado. – Una vez que enrollen a sus oponentes con esto, ¡probarán que los capturaron!

Ashido frunció el cejo. – El tiempo límite son quince minutos, y los héroes no saben dónde está el arma nuclear, ¿verdad?

- ¡Sí!

- ¡Entonces los héroes están en clara desventaja aquí! – señaló la chica de piel rosa.

- Así es, pero eso es lo que hace este tipo de prácticas tan importantes. – intervino Gohan, atrayendo la atención de todos sus compañeros. – Es cierto que los villanos tienen una ventaja abrumadora, pero eso refleja lo que normalmente ocurre para los héroes. A menudo, los villanos tienen todo el tiempo del mundo para hacer un plan, colocar trampas e inclusive escapar antes de que los capturen. Los héroes, por otra parte, tienen que responder a los crímenes de los villanos en el calor del momento, y hacer sus planes sobre la marcha. Esa es la realidad del mundo en que vivimos, desafortunadamente, y uno de los desafíos que tendremos que afrontar constantemente.

El pequeño discurso hizo que varios de los compañeros de Gohan le observaran con los ojos muy abiertos, para su incomodidad, y Ashido pareció sentirse desanimada. – Es cierto. Ahora que lo dices tiene sentido.

All Might simplemente se rio por lo bajo. – ¡Excelentemente expuesto, joven Son! ¡Los héroes deben ser capaces de darle la vuelta a la situación sin importar el predicamento en que se encuentren! ¡Esa es una de las cualidades que esperamos enseñar aquí en la U.A.!

Después de eso, la clase volvió a observar el encuentro en el monitor. Midoriya y Bakugou habían empezado a pelear en serio mientras Uraraka escapaba, posiblemente para ir tras Iida. Midoriya bloqueó una patada de Bakugou e intentó usar la cinta de captura en el pie del rubio, pero un puñetazo explosivo que este esquivó después le permitió escabullirse.

- No está mal para un sujeto que ni siquiera usa su Quirk. – lo alabó Satou, acercándose al lado de Gohan.

- Sí, ese Bakugou no es ninguna broma. – añadió Sero.

- Ni soñarlo. – gruñó Gohan para sí mismo, observando con atención como la pelea entre los otrora amigos empezaba a tornarse en un juego del gato y el ratón, siendo Bakugou el agresor. Entretanto, Uraraka e Iida finalmente habían hecho contacto, y parecían estar en un punto muerto entre ellos.

- Por cierto, qué buen discurso el que hiciste antes. – le susurró Satou a Gohan. – Si no te funciona lo de ser héroe, quizás tengas futuro en la política.

Gohan casi se ahogó ante la sugerencia. – No gracias. Preferiría retirarme a vivir en las montañas como ermitaño... quizás escribir un libro o algo así.

- Eso también serviría. – se rio Satou.

- ¡Joven Bakugo, detente! ¡¿Estás tratando de matarlo?!

El grito repentino de All Might asustó a los dos chicos, y lo siguiente que vio Gohan fue a Bakugou jalando un seguro de su guantelete con forma de granada y disparando un torrente de llamas por todo el pasillo contra Midoriya. Los vidrios se hicieron añicos y la pared de cemento del edificio salió volando en pedazos. La explosión resultante fue tan grande que hasta se pudo oír en la sala de monitores. Para acentuar la severidad del daño, el suelo se sacudió como si hubiera ocurrido un terremoto.

Al cesar la sacudida, Kirishima fue el primero en decir lo que todo mundo estaba pensando. – ¡Ese imbécil! ¿Qué no entiende que esto es solo un ejercicio?

All Might ahora se veía en pánico, y su sonrisa usual se vio reemplazada por un gesto sombrío. – ¡Joven Bakugou! ¡Joven Midoriya! – gritó a su micrófono.

Gohan sintió que el corazón se le aceleraba, pero mantuvo la vista fija en el monitor, aguardando desesperadamente a que el humo se dispersara para ver si Midoriya se encontraba bien. Cuando al fin lo hizo, revelando que el peliverde estaba tendido en su espalda, suspiró de alivio. Midoriya jadeaba fuertemente y su traje estaba hecho jirones, pero fuera de eso estaba ileso.

Aun así, ver el estado en el que estaba su amigo le hizo sentirse furioso, y apretó los puños mientras entrecerraba los ojos. – Bakugou... ¡maldición, eso es llevar las cosas demasiado lejos!

All Might pareció estar de acuerdo con ello. – Joven Bakugou, la próxima vez que uses ese movimiento, detendré la pelea y declararé que tu equipo pierde. – lo regañó por el transmisor, con un tono bastante grave. – ¡Lanzar un ataque a gran escala en interiores contradice el propósito de proteger tu escondite en primer lugar! ¡Ese es un plan estúpido tanto para héroes como villanos, y se te descontarán puntos por eso!

Afortunadamente, el regaño bastó para que Bakugou se calmara (al menos para sus estándares), y lo siguiente que hizo fue lanzarse hacia Midoriya con una mirada furiosa. Pero antes de que este lo pudiera golpear, utilizó una explosión en su mano para impulsarse por encima de su objetivo. Esto le dio oportunidad de asestar un golpe a la espalda de Midoriya, enviando al peliverde a revolcarse en el suelo.

- ¿Qué diablos fue eso? – jadeó Kirishima. Gohan frunció el cejo.

- Engañó a Midoriya para que lanzara un contraataque, y luego usó una explosión en el aire para alterar su trayectoria en el último momento, atrapándolo con la guardia baja. Eso requiere un excelente tiempo de reacción y control de sus movimientos. – Era una técnica muy similar a la que usaba su padre antes de dominar bien su habilidad de vuelo, aunque se veía ligeramente más impresionante gracias a las habilidades de Bakugou.

- Para poder acertar un golpe de esa manera luchando contra la inercia dice mucho de lo bueno que debe ser su control sobre sus poderes explosivos. – añadió inteligentemente Yaoyorozu.

Kaminari silbó impresionado. – Ese sujeto puede ser un patán arrogante, pero debo admitirlo, en batalla es toda una bestia.

Gohan tuvo que estar de acuerdo a regañadientes con el usuario de electricidad. La pelea entre Bakugou y Midoriya ahora se había convertido en una paliza unilateral, con el segundo de los dos siendo lanzado por todos lados como un muñeco de trapo. Midoriya eventualmente logró arrastrarse hasta una pared y apoyarse en ella, pero el espacio abierto donde peleaban implicaba que no tenía donde cubrirse de su oponente, que avanzaba amenazadoramente hacia él.

- Diablos, ese Bakugou de verdad es implacable. – gruñó Satou. – ¿Por qué Midoriya todavía no ha utilizado su Quirk?

Gohan se encontraba pensando lo mismo. Sabía que Midoriya tenía problemas para controlar sus poderes, ¿pero qué tan malo podía ser eso que le impedía atacar cuando estaba acorralado de esa forma? Midoriya tenía que tener algún plan bajo la manga... ¿verdad?

Lo que pasó después dejó a todos en la sala totalmente estupefactos. Midoriya le gritó algo a Bakugou, y luego se lanzó de frente con el puño listo. Una sensación de alerta golpeó a Gohan en la boca del estómago cuando vio el brazo de su amigo ponerse al rojo vivo y brillar de manera ominosa. Sin amilanarse, Bakugou respondió de la misma forma, listo para recibir el ataque de frente. Una atmósfera tensa se apoderó de toda la habitación, y todos los presentes observaron el espectáculo conteniendo la respiración.

- ¡Sensei! ¡Tiene que ponerle fin a esto! ¡Ya fue suficiente! – gritó Kirishima, suplicándole a un tembloroso All Might y rompiendo el silencio.

El héroe legendario apretó los dientes y movió el micrófono hacia la boca. – ¡Ya basta los dos, detén...!

Pero antes de que All Might pudiera terminar la oración, Midoriya le gritó algo por el transmisor a Uraraka, y la chica se agarró de un enorme pilar. Luego lanzó un tremendo uppercut hacia el aire, deteniendo el puño sin apenas rozar el guantelete de Bakugou, y generó un pilar como un tornado que atravesó los múltiples pisos del edificio y reventó por la azotea, siguiendo imparable hacia el cielo. Las ventanas se hicieron añicos, la tierra retumbó y los escombros volaron por el aire, provocando un caos en toda la escena que hizo parecer la explosión de Bakugou como una simple bengala en comparación.

Para darle crédito a Uraraka, mantuvo la compostura lo suficiente para usar su Quirk en el pilar que estaba sujetando para reducir drásticamente su peso. Su siguiente movimiento fue levantarlo como si fuera un bate de béisbol y hacer un swing en la dirección de Iida, enviando los escombros errantes en el área a volar hacia él. Aunque el estudiante con armadura se movió para defenderse del asalto inminente, Uraraka tomó ventaja de su distracción para flotar encima de él y agarrarse de la bomba, efectivamente terminando el encuentro.

Cuando la realidad de lo que acababa de suceder finalmente caló en todos, Gohan se quedó sin habla. Cualquier conclusión que estuviese esperando, definitivamente no se parecía en nada a esto. Tragó saliva audiblemente y se limpió el sudor de la frente. Pensar que Midoriya tenía tanto poder... poder en bruto, sin refinar y que le causaba daño, pero sin duda un poder espectacular. Luego suspiró con tristeza al ver al peliverde y cómo tenía su brazo derecho hecho un desastre, con la piel enrojecida y casi arrancada. Eso era un problema.

- El equipo... – murmuró sin aliento All Might mientras el cuerpo flácido de Midoriya se desplomaba en el suelo. – ¡El equipo de los héroes... gana!

Nadie celebró la victoria del Equipo A. Por unos breves instantes, nadie dijo una sola palabra. La vista en los monitores era más que suficiente para pintar el cuadro de lo sucedido: Midoriya había caído inconsciente mientras Bakugou lo observaba estupefacto, y en la otra sala Uraraka vomitaba e Iida trataba de aliviarla. Una victoria pírrica, para bien o para mal.

- Perdieron la batalla, pero ganaron la guerra. – observó el estoico Tokoyami, rompiendo el silencio.

- Pero esto solo fue un entrenamiento. – agregó Asui.

- Supongo que tendremos que acostumbrarnos a estas cosas, ya que estamos en la U.A. y todo... – intervino Sero, soltando una risa nerviosa.

All Might se aclaró la garganta, capturando la atención de todos. – Mis jóvenes aprendices, por favor esperen unos minutos mientras chequeo la condición del joven Midoriya y escolto a los demás aquí.

Apenas se fue, el resto de la clase comenzó a poner atención al monitor, curiosos de lo que pasaría con el combatiente más herido. Al final, tuvieron que llevárselo a la enfermería en una camilla automática.

- Pobre Midori-chan, de verdad se hizo bastante daño. – suspiró Ashido, con aspecto deprimido.

- Sí, ¡pero su Quirk es de un nivel muy superior! – exclamó Kirishima, levantando su puño con excitación. – ¡Si puede controlar ese poder, será un monstruo! ¡Cielos, ahora no puedo esperar a mostrar lo que tengo!

Yaoyorozu cruzó los brazos y adoptó una expresión severa. – Aunque tienes razón en decir que Midoriya tiene un gran potencial gracias a su Quirk, deberías considerar la posibilidad de que nunca aprenda a controlar su inmenso poder. – explicó, apagándole el viento a las velas de Kirishima. Gohan entretanto se sorprendió de lo dura que sonó su compañera. – Es cierto, Midoriya posee un gran poder destructivo, pero miren lo que le hizo a su cuerpo. Un solo puñetazo le destrozó todo el brazo, y eso es decirlo amablemente. Más todavía, ese solo puñetazo lo dejó inconsciente.

Suspiró y respiró profundamente. – Si tratamos de aplicar sus habilidades actuales a una situación real de rehenes, o una pelea contra un villano, se estaría poniendo a sí mismo y a la gente a su alrededor en peligro. Dejando eso de lado, viendo el futuro inmediato, imagínense el daño que Midoriya podría hacerle a su cuerpo tratando de dominar su Quirk. Un paso en falso durante el entrenamiento podría dejarlo incapacitado permanentemente.

Kirishima para ese momento ya estaba visiblemente desinflado. – Lo que dices es verdad, ¡pero diablos, no quiero asumir lo peor! ¡Eso es demasiado deprimente!

Yaoyorozu suavizó ligeramente su expresión. – Tampoco yo. Solo estoy siendo realista. Como héroes, debemos tener presentes los resultados positivos y negativos de cualquier situación, sin importar lo desagradable que pueda ser.

Gohan quiso intervenir, y decirles que Midoriya había adquirido su Quirk tarde y no tenía mucha práctica con él, pero no pudo por respeto a la privacidad de su amigo. Una parte de él quería desmantelar esa evaluación fría y calculadora de Yaoyorozu pieza por pieza, pero no encontraba las palabras apropiadas para expresarse. Por mucho que le doliera admitirlo, tenía razón, así que mantuvo la boca cerrada.

Antes de poder seguir pensándolo, All Might regresó, con los tres combatientes todavía conscientes detrás de él. Uraraka se veía deprimida, con la cara todavía pálida por su ataque de vómito. Bakugou tenía los ojos ocultos bajo su flequillo rubio, con la expresión extrañamente neutral. Iida, que era el más expresivo del grupo, se veía completamente miserable.

All Might llevó al trío hacia el frente de la sala y los puso de cara al resto de la clase. Su cara entonces se abrió en una gran sonrisa. – ¡El jugador más valioso en este encuentro fue el joven Iida!

- ¡¿Q-qué?! – La quijada del chico de gafas se cayó del shock.

- ¿No es ninguno de los ganadores, Ochaco-chan ni Midoriya-chan? – preguntó Asui tocándose el mentón. La sonrisa de All Might se ensanchó.

- Hmm, bueno, ¿por qué creen que fue eso? ¿Alguien lo sabe?

Yaoyorozu levantó la mano. – Sí, All Might-sensei. Eso fue porque Iida fue quien se adaptó más al concepto del entrenamiento. Observando el encuentro, parece ser que Bakugou actuó por su cuenta a raíz de una obvia riña personal. Como usted lo dijo antes, sensei, es una estupidez lanzar un ataque a gran escala dentro de un edificio. De la misma manera, tomando en consideración el daño que recibió, y el daño que infligió a sus alrededores, el plan de Midoriya también fue muy arriesgado.

»En cuanto a Uraraka, ella bajó la guardia en medio de la batalla, y su ataque final fue muy temerario. Si hubiese tratado la bomba de papel maché como un arma real, no podría haberse arriesgado de esa manera. Iida se preparó para la llegada de su oponente, y asumió que tendría que pelear por el arma, lo que le hizo reaccionar tarde al ataque final. El equipo de héroes ganó únicamente porque tomaron ventaja del hecho de que este fue un ejercicio de entrenamiento. Prácticamente rompieron las reglas.

Mientras Iida derramaba lágrimas de alegría, Gohan se quedó estupefacto. Esta chica tenía buenas intenciones, pero era directa a más no poder, y tenía la inteligencia para respaldar sus afirmaciones. Hasta le pareció un poco intimidante. ¿En qué habría pensado cuando vio de lo que él era capaz? De hecho, ¿qué pensaría de él ahora mismo?

A juzgar por la mirada de All Might, este estaba igual de anonadado por la respuesta. – B-bueno, el joven Iida tuvo momentos donde podría haberse relajado más, ¡pero es una excelente respuesta! ¡Buen trabajo! – le dijo dándole a Yaoyorozu un pulgar arriba.

Sin embargo, Yaoyorozu no había terminado. Se puso las manos en las caderas y encaró al resto de la clase, como si estuviera por dirigirse a una asamblea. – Siempre debemos comenzar con lo básico para desarrollar buenos fundamentos. También debemos esforzarnos con todo lo que tengamos en el entrenamiento, o sino nunca seremos héroes de primera clase.

Toda la clase observó a la chica de pelo oscuro asombrada, y unos pocos estudiantes hasta la aplaudieron sin decir palabra, All Might se acercó de nuevo a las cajas de Héroe y Villano y se dirigió nuevamente a sus pupilos. – ¡Muy bien todos, es hora de cambiar de locación para comenzar el segundo encuentro! ¡Tomen este entrenamiento pensando en lo que acabamos de discutir!

- ¡Sí señor! – fue la respuesta de todos. El Héroe Número Uno metió las manos en las cajas y sacó otras dos bolas más. – ¡Segundo encuentro! ¡El equipo B serán los héroes, y el equipo C los villanos!

Gohan y Yaoyorozu intercambiaron una mirada de sorpresa, pero rápidamente se recuperaron del shock y se asintieron uno a la otra. Quienesquiera que fuesen sus oponentes, estarían listos para ellos.

Fue entonces que Shouji y Todoroki dieron un paso al frente, y el segundo fijó la mirada en Gohan de tal manera que casi hizo que se le helara la espina. Gohan, por su parte, tuvo que resistirse el impulso de gruñirle.

- "Oh, cielos."

Esta historia continuará...

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