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CAPÍTULO 9

⋆EZRA

Éramos los responsables de haber arruinado el cumpleaños de Eleanor, y estábamos orgullosos de ello. Naomi tenía razón (nunca lo dudé) muchas chicas habían sido acosadas y vulneradas por Wes y Austin, y al ver el video se animaron a alzar la voz. En parte, estaba feliz de que ellos cayeran, pero me sentía incómodo y nervioso de que el resto de sus amigos siguieran en clases como si nada hubiera pasado. Al menos, habían conseguido el repudio de toda la comunidad estudiantil. Sin embargo, seguía siendo poco, quizás ellos no habían actuado, pero para mí eran cómplices de todo.

Nunca olvidaré todas las veces que se burlaron de mí por asumir que era gay al estar en un grupo de mujeres. Sus palabras siempre me atormentaron. Tampoco cada vez que acosaron a Naomi con comentarios repulsivos, ni sus asquerosas listas y su obsesión por hablar de las mujeres como si fueran objetos. Lo que pasó con Dakota fue horrible, pero era un problema que venía arrastrándose de mucho tiempo, solo que todos quisieron taparse los ojos con una venda. 

En eso pienso cuando a lo lejos veo pasar a Nolan, Caleb y Jason. Ellos se dan cuenta de nuestra presencia, estoy seguro de que nos maldicen con la mirada. Agradezco que Dakota no tenga visual en su dirección. No tengo dudas de que Naomi los observa y los asesina en sus pensamientos. No digo nada, no sería oportuno dado que Dakota irradia serenidad, es lo único importante por ahora. 

—La Universidad por fin activó el protocolo contra el acoso y abuso sexual —dice Dakota que está sentada frente a mí. Junto a ella, están Fox y Holly. Nos encontramos en la cafetería de mi facultad. 

—Me da rabia que tenga que haber un escándalo para que recién entonces decidan actuar. El día en que la sociedad deje de justificar a los agresores, y les crea a las víctimas, evitaremos mucho sufrimiento. Pero bueno... —Baja la mirada—. Al menos conseguimos un progreso... ¿Cómo te sientes? —le pregunta Naomi que está a mi lado.

—Mmh... mejor que antes. Ya hice la denuncia, junto con la mía son veinte... no debería saber eso, ya que rige un deber de confidencialidad, pero sabes que la información se termina filtrando —suspira— se abrió un proceso de investigación, realmente espero que tengan la sanción que merecen. —Toma un sorbo de café—. Por ahora, tendré acceso a apoyo psicológico prestado por el Centro de atención psicológica de la Universidad. Se supone que me acompañarán durante todo el proceso y también después que este acabe. De igual forma, se supone que la Universidad se encargará de denunciar los hechos que puedan ser tipificados por el Código Penal. 

—Estoy orgullos... —Naomi y Fox se interrumpen al hablar al mismo tiempo. 

—Bueno, parece que están sincronizados —sonríe Dakota. 

—Cosas de zorros —bromea Fox— pero hablando en serio, me hace muy feliz. Eres una tremenda mujer, por si aún no te has dado cuenta. 

Muevo mis manos; mi nerviosismo previo a plasmar mis ideas en palabras. 

—Yo me siento menos abrumado —intervengo— sé que lo que viene ahora tampoco será fácil... pero hiciste lo correcto. Y te veo más tranquila, Dakota y eso me llena el corazón, porque realmente no soportaba verte así... no miento si te digo que una parte de mí estaba sufriendo junto contigo. 

—Oh, Fox, Ezra. —Extiende una mano para tomar la mía, y con la otra sostiene la mano de Fox—. Gracias, chicos. Son increíbles. 

—El zorrito me interrumpió —dice Naomi— pero que sepas que estoy muy orgullosa de ti. Te quiero tanto que no podrías ni imaginarlo. Estaré acompañándote en toda esta etapa, en todo ámbito. Ya que también prestaré testimonio de lo que ocurrió. Nunca estarás sola.

—Gracias, Naomi. —Los ojos de Dakota se humedecen—. Siempre te he admirado tanto, me gustaría ser como tú algún día.

—¿Qué dices, Dakota? ¡Tú brillas! ¿Quién no quisiera ser como tú? Esa es la verdadera pregunta. 

—Ay, no tengo palabras para agradecerles a todos. En verdad, tengo mucha suerte de tener amigos como ustedes. Gracias por lo que hicieron en la fiesta, gracias por ayudarme. 

Now she wants to start talking. —Fox empieza a cantar—. "Go ahead, "when I'm walking. —Toma un mechón de su cabello y lo pasa detrás de su oreja—. Face the lie that I'm hawking "No, don't wanna, won't happen". Dakota is a rockstar. 

Me toma por sorpresa ese gesto. Mi pulso se acelera, no debería ser así, es el novio de mi hermana, pero no puedo evitarlo. Me asombra conocer estas facetas de él. En un inicio, veía a Fox como el típico hombre egocéntrico, que creía que podía hacer lo que quisiera. Con una extremada confianza y arrogancia que por momentos se me hacía desconcertante. Sin embargo, tenía su lado gentil y dulce. Me preocupa que quiera seguir conociendo más facetas de él. Es como si no lograra hastiarme, quiero más y más de él. 

«Te gusta Fox» No. Cállate voz en mi cabeza. 

Dakota se lanza encima de él y lo abraza. 

—¡Ay, basta Fox! Ya te he dicho que esos videos en TikTok me emocionan. 

Dakota se percata de mi expresión de confusión. Lo que había dicho sonaba como si no fuera algo nuevo entre ellos. 

—Me la cantaba el tiempo que me quedé en su casa, antes de quedarme dormida —me explica Dakota. Luego limpia las lágrimas que caen por su rostro—. No pretendo que el zorro se lleve el crédito de todo, pero Fox... gracias por tanto, significó mucho para mí. Te quiero, te ganaste mi apoyo incondicional. Aquí tienes una aliada de por vida. —Con un puño golpea su pecho como toda una soldada. 

Naomi y yo sonreímos mientras Fox acomoda su cabeza en el hombro de Dakota. Tenía razón con lo que mencionó cuando salimos juntos, parecen hermanos. De esos hermanos que se quieren y son cercanos, porque claramente Holly y yo no somos así. 

 Precisamente es mi hermana quien se ha mantenido en silencio durante toda la conversación.

Parece ser que sintió el peso de nuestras miradas porque finalmente le dirige la palabra.

—Debo pedirte perdón. Me equivoqué, pero mi intención no era mala. Por favor, ten eso presente. También tú Naomi, aunque eso ya lo hablamos. 

Dakota asiente, le dice que no se preocupe, que lo entiende. 

Reviso la hora en mi teléfono. Ya falta poco para que deba entrar a clases. Estoy a punto de levantarme cuando Fox vuelve a hablar:

—¿No se te olvida algo, Holly?

Holly se ve confundida.

—Le debes una disculpa a Ezra. —Mis ojos se abren por la sorpresa—. Le quitaste el habla por días solamente por no estar de acuerdo contigo. Eso no fue muy maduro de tu parte. —No me lo esperaba, para nada. Jamás le conté que Holly me había dejado de hablar durante esas semanas ¿Era verdad que ella hablaba de mí con él? Me siento confundido, especialmente porque me... agrada escuchar esas palabras. 

Holly en cambio, debe estar furiosa. De seguro, bajo su perspectiva no me debía ninguna disculpa. Ella jamás me ha pedido perdón por nada. Nunca en la vida. 

Fox la queda mirando fijamente ante su silencio. Achica los ojos, como si siguiera esperando que se digne a responder algo. Estoy seguro de que la cabeza de mi hermana es un caos en este momento. 

—¿Y? —insiste Fox. 

—Lo siento, Ezra —suelta de mala gana. Fox hace un gesto desdeñoso como si no estuviera conforme en lo más mínimo con su manera de pedir perdón.

—No pasa nada —respondo, antes de que Holly se despida, y se lleve a Fox con ella. 

Los veo perderse juntos, tomados de la mano. 

«No me gustan las demostraciones en público» Recuerdo sus palabras. 

Mi ánimo decae.

Ya no me siento tan feliz. 

⋆⋆⋆



Todos están durmiendo, aun así no puedo concentrarme. Mi atención se enfoca en las medallas que cuelgan a un lado de mi habitación. La gran colección que enorgulleció por años a mi familia. Me siento extraño e inquieto al ver que su boca desciende lentamente por mi cuerpo. Se detiene unos segundos en mi abdomen, dejando un rastro de besos húmedos. 

—No quiero... —Anastasia levanta la cabeza, pero ignora mis palabras. Su mueca traviesa pareciera decirme: ¿Qué hombre se negaría a esto? Juega con una mano, acercándola cada vez más a mi entrepierna. 

—Hablo en serio...  

Intento levantarme, no lo consigo. Con su otra mano ataja mi brazo, el movimiento implica una súplica: "Por favor, no te vayas"

—No te quiere a ti. —Esa voz.

Fox.

—¿Qué...? ¿Qué haces tú aquí? ¡¿por qué estás en mi cama?!  

—Tú me llamaste, Ezra. Llevas tanto tiempo llamándome. —Está recostado a un lado mío. Con una mano sostiene su rostro. 

—¿Por qué sigues aquí? —le gruñe a Anastasia— lárgate, él solo me quiere a mí.

Anastasia pone mala cara, se va no sin antes lanzarnos unos cuantos insultos. 

—Fox... 

—¿Te gusto, verdad?

—Fox...

—Solo tienes que decir dos palabras y seré tuyo —sonríe. 

No estoy seguro de lo que estoy haciendo, pero me dejo guiar por sus hipnóticos ojos. Asiento con la cabeza.

—Soy... 

—Soy... —repito.

—Gay.

—Soy g...


Mis ojos se abren abruptamente.

Mi vista queda clavada en el techo de mi habitación. Cubro mi cara con una mano ¿Qué carajos fue eso? No debería soñar con él. Claramente mi mente ya está contaminada. Soy un ser repulsivo que sueña con el novio de su hermana. «¿Ezra qué diablos pasa contigo?». 

Paso la almohada por arriba de mi cabeza y la entierro en mi rostro. Suelto un grito ahogado. Estoy cansado de estos sentimientos que no debería ni quiero sentir, estoy harto de soportar estos conflictos internos. 

Tomo asiento en mi cama, levanto la cabeza y... ¡Qué mierda! Sufriré un infarto al corazón. Lo veo venir; estoy mareado, me falta el aire, siento un ardor en el estómago. Fox está en el respaldo de mi puerta ¿estuvo ahí todo el tiempo? ¿me estaba viendo dormir? ¡¿por qué me pasan estas cosas a mí?! 

—¿Qué... qué haces aquí? —Intento hablar normal. No creo que lo haya logrado, porque Fox curva hacia arriba la comisura de su boca. Se ve demasiado feliz.

No puede significar nada bueno.

—Lo siento, estaba en el pasillo y creí que me estabas llamando. —Mantiene esa maliciosa sonrisa. Reparo en su apariencia; viste un polerón color crema, con unas letras grandes en los brazos, y unos jeans. En su mano derecha lleva tres anillos.

—Estaba durmiendo —respondo en tono cortante. Quiero que se vaya de mi cuarto. Me siento demasiado incómodo, acabo de soñar con él.

—Si, después me di cuenta de eso. —Ladea la cabeza—. Hablas dormido Ezra. 

¿Qué acaba de decir?

¿Qué mierda acaba de decir?

¿Hablé dormido?

—Muy interesante, Ezra. —El rubor se extiende por mi cara. Abro mi boca con la intención de defenderme, de echarlo de mi cuarto. No alcanzo a hacerlo. 

Holly aparece detrás de él. Nunca me detengo demasiado en el aspecto de mi hermana, pero esta vez no puedo evitarlo. Su problema de miopía es tan severo que depende por completo del uso de sus anteojos. No obstante, en este momento no los trae puestos, por lo cual asumo que trae lentes de contacto. Se me hace muy extraño, ya que toda la vida rechazó la sola idea de usarlos. Luce maquillaje en el rostro, sutil y natural, tal como nuestra madre hubiera aprobado. Sin embargo, recuerdo cuanto se quejaba las veces que ella le pedía que se arreglara un poco. 

En seguida, toma a Fox de la barbilla y lo besa frente a mí. Es la primera vez que los veo besarse, y ya ha pasado un mes desde que lo presentó en la casa. Lo hace lentamente, como si se estuviera tomando todo el tiempo del mundo. 

Me siento... mal. Quiero que se vayan de mi habitación. 

Fox se aparta. No comprendo su expresión seria y melancólica. 

—¿Qué te pasó? Tu cara está roja. —Me señala Holly con un dedo. En sus labios, el leve asomo de una sonrisa. 

—Nada, creo que tengo algo de fiebre —miento. 

El semblante de Fox cambia por completo. Nuevamente adopta esa actitud arrogante. 

—Sí, Ezra está ardiendo —suelta Fox. 

Lo fulmino con la mirada ¿Qué pretende? ¿Cómo dice algo como eso?

No sé si Holly se lo cree o se hace la desentendida, pero se limita a agarrarlo del brazo, y salen de mi cuarto. Alcanzo a oír que le indica el lugar al que irán juntos de compras. No logro quitarme de la cabeza la extraña cercanía que he visto entre ellos. «Son novios, Ezra». Sí, pero siempre llamó mi atención que no se veía ninguna proximidad. No entiendo qué fue lo que cambió. No me agrada, no me gusta. Que se vayan y no regresen en un buen rato. 

En eso pienso mientras me cambio rápidamente de ropa; un polerón azul, unos jeans y zapatillas negras. 

Intento despejar mi mente jugando videojuegos con Oliver. Nuestros padres no están en casa, no me dieron detalles de qué tenían que hacer. Mi padre solo me señaló que debían atender unos asuntos legales. Lo agradezco, cuando ellos están en casa no permiten que actuemos libremente. 

Luego de unas tres partidas tomo mi teléfono. Naomi subió un video. Su cocina se ve hecha un desastre; recipientes y alimentos desparramados por la mesa. Su rostro y el de JJ cubiertos de harina, al igual que sus atuendos. Ella no para de reírse, le pide a JJ que pruebe su mezcla, lleva la cuchara a su boca igual como si fuera un bebé y en el instante en que la saborea, frunce el ceño. «Muy bien, estás aprendiendo» dice en una sonrisa que se ve forzada. En la descripción del video, Naomi escribió: Un delicioso kilo de sal. No creo que su intención haya sido subirlo por la "relación falsa", parece genuino. 

Bajo a los comentarios, y reparo en uno que tiene cuarenta likes, y es justamente de su hermano. Mike: ?

Estallo en una carcajada, y le envío un mensaje a Naomi: 

Ezra

Disimula que te mueres por besarlo, que hasta tu hermano ya se está dando cuenta.

Naomi

Mike no tiene derecho a decir nada, se hace el serio cuando a mi edad era un salvaje. 

Sí. En eso Naomi tiene razón. Mike, siempre fue todo un caso. Melissa, su prometida, tuvo mucha paciencia con sus berrinches. Aunque a decir verdad, si tuviera que decir quién es más dramático entre Naomi y Mike, creo que me tomaría un buen rato dar una respuesta. 

Ezra

Oye, no estás negando nada ¿Qué pasa? ¿Te gusta JJ si o no?

Naomi

jajaja no. 

Dejo el celular a un lado. Después de unos minutos la pantalla se ilumina:

Naomi

Me atrae. 

(Los minutos eran para agregar suspenso).

Apenas logro controlar mi emoción. No pensé que me respondería eso, solo era una pequeña intuición. La saturo en mensajes preguntándole desde cuándo, cómo se dio cuenta, si cree que él siente lo mismo. Naomi se limita a contestar que ahora no puede hablar bien, porque JJ está junto a ella, que me contará todo después.  

Con dificultad me despego de la pantalla. La noticia me pone muy feliz. Ha pasado demasiado tiempo de la última vez que Naomi se sintió atraída por alguien. 

Oliver me agarra del brazo, sacándome de mis pensamientos. Insiste en que siga jugando con él. Acaricio su cabeza y empezamos una nueva partida. Llevamos unas dos horas frente a la pantalla cuando Fox y Holly regresan. Oliver corre dónde está Fox y le muestra todos sus videojuegos. Lo idolatra igual como si fuera una especie de héroe. Por supuesto que él fomenta toda esa admiración, lo carga y lo hace girar. Le entrega un regalo; una de las figuras de acción que tanto le gusta coleccionar. No había necesidad de hacer nada de aquello... no me gusta que sea así, porque... me conmueve. 

Mientras ellos están en su propio mundo, Holly me pregunta brevemente por "mi fiebre", le digo que se trató de una falsa alarma, que ya me encuentro bien. 

«La enfermedad se llama Fox, y es difícil combatirla cuando está presente en cada momento. Vendería mi alma con tal de conseguir una cura». 

Comienza a oscurecer, y Holly propone que veamos una película. Oliver ya tiene sueño, se despide y se va a dormir a su pieza. Mi hermana me presiona para que me quede a acompañarlos. No me queda otra que aceptar. Estar los tres en el mismo sillón no es algo que en particular me agrade, solo puedo agradecer que Holly esté en medio de los dos. 

Poso mis brazos en el respaldo del sillón. La película empieza, es una de terror. No me gustan, pero bueno, ya estoy atrapado en esta situación. Entro en pánico cuando Fox también pone su brazo en el respaldo. Las luces están apagadas, Holly demasiado concentrada en la pantalla. Siento el roce de sus dedos. Mi cuerpo se tensa, no debería hacer eso, pero además no debería gustarme que haga eso. 

Siento que estoy perdiendo la cordura. 

—Iré por comida —digo antes de que Holly se dé cuenta de lo que está pasando. Necesito escapar de esta situación. 

—Buena idea, tráeme mis palomitas. 

Camino rápidamente a la cocina. Estoy sirviendo el jugo de naranja cuando escucho que Fox le dice a Holly que me ayudará.

—Puedo solo —murmuro apenas da un paso dentro de la cocina. 

—¿Qué pasa Ezra? 

Él sabe perfectamente qué pasa. 

Lo ignoro, y saco las palomitas de Holly. Mi hermana suele consumir productos especiales. En este caso, son palomitas con aceite de coco sin azúcar. Tomo un recipiente y comienzo a llenarlo con ellas. 

Escucho los pasos de Fox en mi dirección. No me giro, no quiero verle la cara. 

—Sabes lo que pasa, debes parar. No entiendo qué pretendes, pero no está bien. 

—Ezra, pensé que ya te caía bien. 

Sí, Fox me agrada. Lo que hizo por Dakota fue increíble. Sé que mis amigas lo quieren. Y quisiera realmente quisiera, controlar lo que sient...

No.

No siento nada por él. 

—Sabes que no me refiero a eso. —Arrugo el envoltorio de las palomitas—. Deja de acercarte de esa manera a mí. No es correcto, y tampoco me gusta. 

Fox se queda callado. Por un segundo, creo que quizás se fue de la cocina. 

—¿Descubriste la respuesta?

—¿De qué hablas?

—El día de la biblioteca... ¿Ya sabes la respuesta? 

Ese maldito día que lo arruinó todo. Si tan solo no hubiera ido a la biblioteca, si no hubiera hecho esa patética búsqueda en mi celular. Si no fuera tan torpe como para dejar que el teléfono se caiga de mis manos y lo vea Fox. Todo habría sido diferente. 

—Ya te dije que me gustan las mujeres.

—Ezra, me estoy cansando. —¿Quién se cree para decir eso?

—¿Qué...?

—Sí. Me estoy cansando de esperar. —En este momento agradezco seguir de espaldas a él, porque me están molestando sus palabras—. Es que no puedo entenderte Ezra, ¿Cómo no te das cuenta? 

—¿De qué? —Mi pulso a mil por hora.

No responde. No puedo verlo, pero tengo la impresión de que estuviera justo detrás mío ¿Por qué no dice nada? Me invade un aroma a cuero y granos de café. 

—¿De qué tendría que darme cuent... —La pregunta queda a medias. No consigo terminar. Sé que lo dije mientras me daba vuelta, mas ahora no puedo pensar en nada. Su boca se apodera de la mía. Mis ojos quedan muy abiertos al sentir sus labios sobre los míos. Me aflijo, intento liberarme del beso; golpeo su pecho, lo empujo. No consigo nada. Él sujeta mi cabeza, el peso de su cuerpo me acorrala contra el borde del mueble. No puedo... no puedo alejarme de él. Con sus labios abre mi boca, acabando con aquella tensión que he luchado por ocultar en tanto tiempo. Su intensidad aviva ese fuego que se extiende por cada parte de mi cuerpo; enloquezco con esa ferocidad, con el éxtasis de liberación ante este primer contacto. Cierro los ojos, me tiene, sabe que ya me tiene. Sus manos dejan de sostener mi cabeza, no es necesario. Cedo, dejo de oponer resistencia, me rindo ante él. Mis ojos se abren ligeramente cuando profundiza el beso, ante la sorpresa de ese empuje y presión tan jodidamente bueno. Me estremezco ante la fricción de sus caderas. De un segundo a otro, siento el roce de su lengua «Mmm» gimo en su boca. Sus ojos se abren, solo un poco. La comisura de su boca se curva sutilmente hacia arriba. Suelta una risa baja y breve que me condena. Nuestras miradas conectan mientras reposa sus manos en el mueble, dejándome atrapado entre sus brazos. Escucho su jadeo, antes de que vuelva a besarme, esta vez de inmediato, su lengua juega con la mía. El bombeo de mi sangre es tan fuerte que creo que en cualquier momento explotaré. Mierda, oh mierda, me gusta demasiado.

Lentamente toma distancia de mí. 

—¿Qué hiciste? —Llevo una mano a mi boca. Mis labios húmedos por su invasión. «Esto no se puede borrar. Ya no se puede borrar». Me encojo, mi frente se arruga ante la confusión, la vergüenza y el miedo. Holly en cualquier momento podría haber entrado, aún podría aparecer frente a nosotros. Ya le debe parecer extraño que tardemos tanto. 

—Negación check. —Dibuja un visto bueno en el aire—. Etapa superada.

—¡¿Qué hiciste?! ¡¿Por qué lo hiciste?!

Él sonríe sin mostrar los dientes. Coloca un dedo en su boca, haciendo un «Shhh...» Se ve demasiado contento, no hay rastro de remordimiento. No se arrepiente. 

—Ya tienes tu respuesta. Sé que es el mejor beso que te han dado, disfrutaste cada maldito segundo. 

Toma los vasos que había servido y regresa al cuarto de estar. Holly le pregunta por qué estoy tardando tanto. Él le responde «¿Ezra? Ah, lo encontré a escondidas comiendo de tus palomitas».

—¡Ezra, consigue tu propia comida! —me grita Holly. 

—Sí, Ezra ¡No te comas su comida!

Mis manos siguen tocando mis labios. El recuerdo de su boca persiste en mi mente. Se reproduce en un bucle infinito, imposible de detener.

Me toma unos segundos captar la insinuación, el juego de palabras. 

¡¿Cómo... cómo te atreves?! Me arde el cuerpo, pero ahora de ira. Te odio, te odio tanto, Fox. Todo esto es tu culpa. Maldito, desgraciado. 

Tomo el recipiente y voy a dejárselo a Holly. Se lo entrego sin mirarla a los ojos. De inmediato, me disculpo con que ya estoy cansado, y que me iré a mi habitación. Camino hacia la escalera, y antes de subir, miro una última vez en su dirección. Holly apoya su cabeza en su hombro mientras miran la pantalla. Parece una escena típica de una película romántica. 

«Nos besamos, nos besamos, nos besamos, nos besamos, nos besamos». 

Siento como si mi cerebro estuviera haciendo cortocircuito. 

Apresuro mis pasos por la escalera, como si de esa forma pudiera escapar de mis pensamientos.

—¿Qué te ocurre? —Me quedo paralizado frente a mi madre. 

—No... no me di cuenta de que ya habían regresado.

Se detiene en mi aspecto. De seguro, tengo las mejillas sonrojadas, debo verme nervioso e inquieto. Paso a un lado de ella, y cuando estoy por entrar a mi pieza me pide que la escuche. 

—Ezra, mañana quiero que te reúnas con uno de nuestros amigos, tiene muchos contactos que podrían ayudarte en unos años más. —Su tono serio y formal—. No olvides que tú eres el orgullo de esta familia —agrega al no obtener una respuesta inmediata de mi parte. 

Tuerzo una sonrisa, y hago un gesto afirmativo. 

Entro a mi habitación. A lo lejos observo la caja dónde guardo las cosas más importantes para mí. Es una caja forrada en terciopelo que cuenta con un candado. Me gustaría decir que ahí se encuentran recuerdos con mi familia, pero estaría mintiendo. Esa caja está repleta de preciados momentos con Naomi; regalos, secretos. Y ahora, también se encuentran ahí las fotografías con Fox. 

"Tú eres el orgullo de esta familia".

No lo soy.

Solo es una mochila, una carga que llevo en mis hombros. Una obligación que se me impone y recuerda cada día.

Me observo en el reflejo del espejo. Mis labios levemente hinchados, un poco más rosados de lo habitual. No me reconozco, no sé cómo fui capaz de hacer algo como esto. Jamás dañaría a las personas que quiero ¿Qué pasa conmigo?

Llevo mi mano una última vez a mi boca.

Besé al novio de mi hermana.

Mi corazón late demasiado fuerte. Ese límite no debía cruzarse, jamás debía cruzarse. 

Lo supe desde el primer día. 

Fox era problemas, y yo siempre he sido un imán para los problemas.


No logré mantenerme lejos de él. 


✰Hola!🌹 De aquí en adelante el drama prometido. Debía dejar todas las bases que explicarán cómo reaccionarán los personajes, y las decisiones que tomarán. También ninguna trama está al azar. Todo tiene un sentido y un punto de unión. Se conectarán directamente en un futuro. Muchas gracias por quedarte y por cada minuto de lectura. Tienes un lugar en mi corazón❤️ Entramos a una segunda etapa: 🌈💖🔥🔪✰.




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