CAPÍTULO 56
⋆HOLLY⋆
—¿Holly? ¿Podemos hablar?
Nolan se asoma por la puerta de mi cuarto. Solo puedo pensar que Mary lo ha dejado pasar sin siquiera preguntarme al respecto. Ya la pondré en su lugar.
—Holly... ¿por qué no le has dicho a nadie la verdad? —inquiere. Y son tantas mentiras que no estoy seguro de a cuál de todas se refiere.
Aun así me toma por sorpresa que él se diera cuenta de una de ellas. A mi juicio es la persona que menos se imagina todo lo que he hecho.
No respondo, solo coloco cara de no tener ni idea de a qué se refiere lo cual tampoco es falso.
—El juicio... Días antes... vine por los nuevos dibujos que te había pedido. Te escuché hablando con tu padre... sin querer... Ese juez tenía fama de corrupto. No me siento nada orgulloso de lo que diré, pero al haber sido amigo... de Caleb y Jason sé que debieron intentar todo lo posible para asegurarse una condena amena. Estuve buscando y lo que suelen dar por delitos como esos son veinte años o poco más, y con un acuerdo que estoy seguro se intentó hacer... de seguro lo iban a disminuir. Sin embargo... el veredicto...
—Nadie debe saberlo. Solo lo sabrás tú, yo y...
—¿A dónde miras Holly? ¿De quién hablas?
—De alguien que seguramente nos está observando en este momento.
—¿Te refieres... a... Dios? —pregunta Nolan. Me detengo en su rostro pecoso, hay cierto desconcierto.
—No, aunque de cierta manera, quizá podría ser algo cercano a Dios, porque tal vez nos estará juzgando o entendiéndonos. No lo sé, tiendo más a creer que debe estar algo resentido conmigo, por hacerlo partícipe de tantas mentiras y también de tantos silencios ¿No es así?
—¿Me preguntas a mí?
Le basta pocos segundos darse cuenta de que no estoy hablando de él.
—¿Holly? ¿Con quién hablas?
—Me sigue a todas partes. Sabe todo de mí. Desde que era pequeña y quería tener compañía. No me veas con lástima Nolan. No estaba triste en ese momento, más bien, lo que pensé es que solo me necesitaba a mí misma para salir adelante. Mi mente y yo siempre seríamos capaces de lograr todo lo que quisiéramos.
—¿Por qué no Ezra?
—¿Serías amigo de la persona que te lo quitó todo? No, me corrijo. Él no me ha quitado nada, porque encima es tan bueno que todo siempre fue sin intención. Simplemente todos lo preferían a él por ser quien es.
—Holly... creo que todos deberían saber lo que hiciste.
—No —niego— ese día estaba nerviosa de que las cosas no salieran bien. Hubo dinero de por medio, y quería y quiero que Naomi crea que lo logró por sí misma al completo. Dio su mejor esfuerzo, merece creer en esa verdad. Además dudé en hacerlo... cuando me di cuenta de que estaban pasando tantas cosas, que Fox se estaba exponiendo a ser descubierto. No sabía si Wes alguna vez le contó todo lo de esa noche a Caleb y Jason y... me volví algo loca. No quería que Fox se arriesgara de esa manera. No sabía si intervenir o no, y si lo hacía el que saliera mi nombre y luego se buscara represalias me tenía inquieta.
—Por eso estabas así ese día...
—Sí.
—¿Aún te importa tanto Fox?
—Nunca me importó él. Solo me preocupaba por mí misma.
—Pero dices que...
—Por eso, Nolan. Solo me importaba el que yo pudiera tenerlo cerca. Tener su cariño.
La luz que entra por la ventana acentúa sus ondas doradas. Sus ojos se vuelven intensos.
—Holly, mejor no sigas... Me duele escuchar todo esto porque no sé cómo pasó, pero en algún punto del camino yo me enamor...
—Nolan... te mentí muchas veces —lo interrumpo— desde que empecé a interactuar contigo te he estado manipulando... Fox nunca fue malo conmigo, sí cambió, dejó de quererme, pero por todas las cosas que hice. Creo que en verdad alguna vez me quiso como... una amiga, así me veía. Pero yo lo quería para mí. Sé que eso suena mal y tampoco siento remordimiento al decirlo en voz alta.
Él permanece mudo.
—Fingí que me maltrataba para que lo odiaras. Así como a él le dije muchas mentiras... actúe muchas cosas para mantenerlo a mi lado, pero eso nunca cambió el hecho de que solo sentía cariño por mí, no así amor. Lo manipulé para que aparentara tener una relación conmigo creyendo que en algún momento esa relación falsa podría despertar un sentimiento real para él.
—No lo justifico —murmura— pero a veces las peores cosas son motivadas por... el amor.
—No lo hice por amor —le debato— también manipulé a mis amigos. A Naomi le hice creer algo de mí que no era a pesar de que ella a su manera siempre intentaba estar presente en mi vida como una voz... A Ezra también lo manipulé para que creyera que quería ser una buena hermana con él y así evitar que estuviera con Fox. A Dakota también la manipulé cuando quería que se quedara callada por miedo a que nos echáramos encima a Wes y delatara a Fox, con lo que tú ya sabes...
Nolan sigue callado escuchando.
—A mi padre lo manipulé para que ayudara a Fox. A mi madre y abuela también lo hago para que sin darse cuenta yo me termine inmiscuyendo en Kintova.
—Pero el que lo digas ya dice much...
—No lo digo porque me sienta mal, Nolan. —Intento hacerle ver la realidad—. Lo digo porque estabas por decirme que me amas, pero no me conoces en lo absoluto. No soy quien tú crees, y tampoco es como que pretenda cambiar.
—Quizá si quieres cambiar Holly, quizá el que me lo digas es una primera señal de cambio.
—No lo creo Nolan, porque debería sentir algún tipo de remordimiento por todo. Sin embargo, no puedo sentirlo. Me fuerzo a hacerlo, pero no lo consigo.
—¿Pero entonces lo has intentado? —inquiere.
—Algunas veces. Cuando Fox me dijo que a quienes más decía amar eran las personas a las que más dañaba me quedé reflexionando un instante. Tenía razón, aunque tampoco es como si en verdad las amaba, creo. Me gusta decir que sí, pero más bien es un sentimiento de pertenencia.
—¿Hablas por Naomi también?
Y sí, es pertenencia me dice la parte racional en mi cabeza, pero siento un hormigueo cuando escucho su nombre o incluso cuando lo pronuncio. Todo empezó desde que creí perderla. Esa semana eterna.
—Me comporté horrible cuando la fui a ver esa vez a su apartamento —divago, pero él rápidamente me sigue el hilo.
—Sin embargo, yo vi cómo estabas cuando pasó todo... ¿entonces por qué la trataste mal?
—Lo que viste tampoco era sufrimiento como tal.
—Pero no te veías bien.
—Sí, pero, me pregunto si también era por ese sentimiento de pertenencia otra vez.
Nolan parece confundido, es como si estuviera dándole mil vueltas a lo que le digo.
—¿Y por qué la trataste mal, Holly?
—Porque... —dudo— yo... creo que cualquiera que lo hubiera visto desde fuera habría pensado que estaba molesta porque se habían arruinado los negocios con los Beirne, pero no era eso... dije muchas cosas para revolver la cabeza de Naomi, aunque sabía que estaba vulnerable, pero yo estaba enojada. Y cuando me enojo eso borra cualquier otra cosa y solo existe ese enfado, aunque no sea el momento, aunque sea la persona que más necesita contención. Simplemente así funciono. Sé que suena horrible, pero es como si algo estuviera dormido en mi cabeza, o quizá me importo tanto yo misma que eso borra la existencia de la otra persona en su momento. Soy una persona muy egocéntrica y... me la paso diciendo que los demás lo son solo para manipularlos, o quizá para que se lo crean en algún punto, porque si lo creen de ellos mismos, entonces no lo pensarán de mí. No lo verán.
—Holly... —Esta vez cuando dice mi nombre puedo ver que por dentro se ha quebrado. Está siendo mucho para él—. ¿Y... por qué estabas tan enojada con Naomi?
—Porque... es que no lo entenderás Nolan.
—Entonces que bueno que te importe un comino lo que sienta el resto, ¿no? —Sus ojos se vuelven vidriosos— ¿Qué importa lo que piense o si lo entiendo o no? Solo dímelo.
Razón no le falta. Ahora me cuestiono el por qué no lo pensé.
—Lo que pasó fue algo que no me esperaba... Y Naomi me importa, pero las personas me importan en la medida que me dan algo. Y no es que esperara algo de ella en ese preciso momento, pero... desde el día que desapareció comencé a tener un hormigueo extraño en el cuerpo.
—Describe con más precisión lo que te pasa con Naomi —pide.
—Y lo siento otra vez cuando dices su nombre. No sé cómo definirlo. Al inicio era fácil distinguir lo que me pasaba y que me sigue pasando, Nolan. Sentí mucha envidia, y sé que lo que estaba ocurriendo no era para querer anhelar su situación, pero todos estaban tan preocupados. Fox estaba tan preocupado y me seguía importando demasiado el que me quisiera, Nolan. Todos se movieron, incluso los amigos de Mike. Y fue inevitablemente pensar que si yo hubiera estado en su lugar, no habría sido lo mismo.
—Creo que estás equivocada. Creo que habría sido lo mismo, parecen buenas personas y tal como dices son situaciones muy graves...
—Como sea, pero no se trata solo de eso, es algo más... Es... una punzada en la cabeza. Me espanta el sueño. Me altera la respiración. Es desagradable, y busco la manera de callarlo, de espantarlo. Y lo odié, intenté todo para detenerlo. Alejarme de Naomi, desquitarme con Naomi, culpar a Naomi, pero nada lo borra. Vuelve a salir una y otra vez. No estoy acostumbrada y... no me agrada. Y...
—Holly, ¿lo que le pasó a Naomi te hizo sentir por primera vez... algo además de envidia, además del querer controlarlo todo?
—¿Qué dices Nolan? ¡No has entendido nada de lo que te he dicho! —Me exaspero, y llevo las manos a la cabeza sacudiéndome el cabello.
—¡Holly! ¡Escúchame!
—¿Te crees con el derecho a sacar conclusiones apresuradas sobre mí? ¡Ni sabías nada de mí! ¿Qué vas a saber tú? Un pobre diablo que no tiene ni dónde caerse muerto. Tan inseguro y patético que no era capaz de separarse de semejantes imbéciles. Únicamente por miedo, a pesar de ver todo lo que eran capaces de hacer. No vales nada, Nolan. ¿Y sabes? Estoy cansada de ver esas zapatillas grises desgastadas y viejas que siempre andas trayendo. ¿No te alcanza para más no es así? No sabes cuánto las odio.
Su vista se desvía unos segundos a sus zapatillas. Sus ojos se llenan de lágrimas.
—¿Crees que con eso podrás dañarme? Yo sé quién soy. No me podrías haber descrito mejor.
—Pero estás llorando, así que no te hagas el fuerte frente a mí. Ambos sabemos lo penoso qué eres y...
—No lloro por mí. —Mueve sus brazos como si estuviera desesperándose—. Lloro por ti ¡Me dueles Holly!
—¡Oh! ¡Qué bueno eres! ¿no? ¿Te sientes con el derecho a sentir lástima de mí? ¿De Holly Barratt? Primero mira quien soy yo y luego mira tu posición. Una pobre rata que...
—¡Holly! ¡Yo también he hecho cosas horribles! ¿Está bien? Tal como dices, me quedé viendo una situación que estaba mal. Fui esclavo de mi silencio, Holly... Y lo lamento tanto por cada cosa horrible que ellos hicieron y que yo no actúe. Porque no hacer nada es tan despreciable como hacer algo malo. Así como el actuar por los motivos equivocados —me confiesa— porque muchas cosas empecé a hacerlas por ti.
—¿Por mí maldito imbécil? Tú que...
—¿Te das cuenta Holly? ¿Te das cuenta del momento exacto en que has empezado a insultarme?
—¡No sé de qué hablas mierda!
—Estás actuando a la defensiva porque sabes que lo que te pregunté es verdad. Lo que le pasó a Naomi te hizo sentir algo, ya sea compasión, o dolor que te hizo ver que la quieres, o lo que sea al menos un mísero segundo y no quieres aceptarlo. Al contrario, quieres renegar de ello porque te da miedo. Holly yo siento una gran punzada en la cabeza. Mi respiración se altera, y se me quita el sueño cuando pienso en ti.
—Suena como si me tuvieras miedo.
Nolan ríe.
—Crees eso porque tú tienes miedo al sentir eso por Naomi.
—No intentes meter ideas en mi cabeza —suelto— y deja de decir su nombre.
—¿Por qué? —reacciona ante mi petición— ¿Qué representa Naomi para ti? —sigue insistiendo.
—Naomi...
—Sí, Naomi.
—Naomi...
—¡Hola! Te estaba esperando. —Se levantó las gafas—. Demoraste en salir de la sala ah. No te preocupes, yo siempre suelo tardarme para todo.
Me detuve en la niña frente a mí. Por un segundo dudé en si me está hablando a mí, o si alguien más se encontraba a mis espaldas, pero no tenía dudas de que había sido el último en salir.
—Disculpa... ¿Pero tú quién eres?
—¿Ah? ¿Qué? ¿Ezra no te ha hablado de mí? —De pronto pareció indignada—. Soy Naomi Cranham. Soy tu amiga.
—Pero... si es primera vez que hablo contigo.
—Ah, esos son detalles.
Arrugué el entrecejo ante su respuesta. Desde ese entonces, cada día estaba esperándome fuera de la sala de clases. Como yo no le hablaba se limitaba a caminar detrás de mí, como si fuera una especie de sombra. No me gustaba nada.
—Oye Ezra, tú amiga me persigue a todas partes —dije cuando entré a la casa— no me cae bien.
Ezra se limitó a poner una tímida sonrisa.
Esa actitud me sacó aún más de quicio, y tomé la decisión de que al día siguiente le pediría que me dejase de molestar.
—Oye... ¿por qué me vives siguien....? —Me volteé con firmeza.
—¿Aló? —Tenía el teléfono en su oreja—. Ah, ¿Qué quieres hermanito? Ah ya veo, estás furioso ¿no? Hey Mike, no es mi culpa que dejes tu celular a disposición de todos. Yo solo quise compartir la hermosa foto que te había sacado. Sí, sí, cómo no, nadie supera a Naomi Cranham, así que ya verás que si me la devuelves te la haré el doble.
—¿Era tu hermano?
—Sí, Mike es mi hermano. Es el mayor —volteó los ojos— ¿quieres ver la broma que le jugué? Vamos mira mi obra de arte.
—Sí, me gustaría —confesé de pronto, Naomi se vio ligeramente sorprendida.
—¡Claro! ¡Claro! ¿Te gustan las bromas entonces?
—No precisamente... pero a ver muéstrame lo que le hiciste a tu hermano —dije con algo de entusiasmo.
Me enseñó en el teléfono una imagen de su hermano durmiendo en su cuarto. Tenía espuma de afeitar por todo el rostro, así como una peluca en su cabeza.
—Me gustan los brillos, así que le tiré escarcha por todas partes. Dijo que por más que se duchara no lograba sacarlos por completo.
Llevé la mano a la boca buscando reprimir una carcajada, pero no pude.
—¿Le sueles hacer cosas así a tu hermano? —pregunté entre risas.
—¿A Mike? Claro, ¿crees que me dejaré vencer porque es el mayor? —Hizo una pose, imitando como si estuviera en una lucha libre—. Claro que no. Papá dice que yo soy su princesa. —Colocó cara de asco—. No sabe nada de mí.
De pronto, y sin poder controlarlo una amplia sonrisa se había formado en mi rostro. En ese instante me detuve en su aspecto. Vestía ropa de muchacho.
—Tú... ¿tampoco te sientes cómoda con...?
—¡Mira! ¡Mira! —Abrió ligeramente su sudadera, dejando ver que debajo traía lo que parecía el principio de un vestido verde—. ¿Y? A que te gusta, ¿no?
La verdad no me gustaba nada el diseño.
—No entiendo ¿por qué ocultas el vestido? ¿No sería lo más aceptado socialmente?
—¿Qué importa lo que piensen los demás? Ahora estoy en una misión eso es más importante. Debo ocultarme, o si alguien le va con el chisme a Mike me amenazará con quitarme mi tablet y quiero seguir leyendo BL.
—¿BL? —intenté procesar todo lo que decía, pero iba demasiado rápido.
De hecho, ya se había puesto las mismas gafas del otro día sobre sus ojos, y comenzó a correr por el pasillo.
Sin embargo, se volteó una última vez.
—¡Ah! ¡Casi se me olvidaba! ¡No te expliqué, lo siento! —me gritó del otro extremo del pasillo— ¡Pero me gusta leer de esas historias donde dos chicos se besan! ¡Chicoxchico, ya sabes! ¡Ya te enviaré una, no te preocupes!
¿Qué acababa de decir? Sentí las mejillas calientes y me fui a casa sin poder sacar de mi cabeza sus palabras.
Quería olvidarlas. Mamá decía que esas cosas eran del infierno. Dios que me seguía en cada paso dejaría de beneficiarme en mis metas.
Cuando entré Ezra estaba sentado frente al televisor.
—Oye... —dije antes de subir por la escalera— Naomi será mi amiga —sentencié— tiene algo.
—Genial, podemos ser amigos... los tres... —lo escuché a lo lejos, pero ya me había encerrado en la habitación.
Ni te creas tanto, hermanito. Haré que me quiera más a mí.
—¿Holly? —preguntó Nolan, insistiéndome.
—No lo olvides, Holly —Naomi me sonrió— ahora que tienes mi número puedes llamarme cuando quieras. ¡Y estaré! —Se llevó una mano a la cabeza como si se tratara de un regimiento—. Siempre le contesto rápido a mis amigos. Lo sé porque Ezra me lo ha hecho ver y bueno, era mi único amigo. Pero ahora tengo dos amigos, porque ¿ya me consideras tu amiga no es así?
Tocó con suavidad mi mano. Y asentí ante esa caricia.
—Holly... —persiste Nolan.
Siempre podrás contar conmigo.
Te quiero Holly.
No olvides que puedes cambiar tu realidad.
Me haría feliz que te quisieras.
No quiero seguir llamándote de una manera que te haga daño.
Si encuentras un nombre que te guste, quiero ser la primera en saberlo.
Haz lo correcto.
—Yo... no sé qué he hecho... suena tan hipócrita, porque sí que lo sabía en su momento y... ahora me preguntas esto, y no sé qué me pasa.
—Holly, yo sí sé. —Se acerca más a mí. Retrocedo, mi espalda choca contra la pared. Sus dedos se acercan a mi rostro, aunque no comprendo su intención—. Mira, ¿No te has dado cuenta? Estás llorando.
—No significa nada —digo inmediatamente— ya he llorado antes, por distintos motivos.
—Holly, son lágrimas reales.
—Tú no puedes saberlo.
—Holly estás temblando.
—No... —niego lo innegable.
Nolan se aproxima más, envolviéndome en un abrazo.
—Me pregunto... —murmura contra mi cabeza que reposa en su pecho— si Naomi se dará cuenta de cuanto impacta en la vida de los demás... A Ezra se ve que también le ayudó mucho.
—Al imbécil de JJ seguro que demasiado. Encima si me escuchara saltaría inmediatamente a defenderlo. JJ logró lo que quería, se la terminó llevando.
Nolan suelta una risa que me desconcierta.
—Qué infantil suenas. Realmente eres posesiva. Naomi durante mucho tiempo se veía muy preocupada por los líos tuyos y de tu hermano. También tengo culpa en ello, recuerdo mandarle mensajes porque estaba preocupado por mi pellejo, pero también estaba asustado por como creía era Fox contigo... ella siempre parecía muy preocupada en esos momentos. Creo que solo hace un tiempo empezó a pensar en sí misma y su relación.
—Sí, mejor no menciones más esa relación. ¡Y tampoco me mires así Nolan! —Lo aparto bruscamente— ¿No lo entiendes? ¿No te das cuenta? ¡Mierda! ¡Obvio que no te das cuenta!
—Sí, Holly, obvio no me doy cuenta de por qué repentinamente me insultas otra vez. Estoy haciendo el máximo esfuerzo en entenderte y con mucha paciencia.
—¡Pues que nadie te la pidió! ¡Y deja de decir ese nombre!
—¿Qué hay con tu nombre? Explícame.
—¿Dices que me amas, no es así? Pues no deberías. No cuando no sabes la verdad.
—Ya entendí que has hecho muchas cosas malas...
Me fastidia escuchar su voz.
—Cuando me enteré de la infidelidad de mi padre hacia mi madre, investigué lo más que pude a su amante, y quería vengarme de mi padre a través del hijo de su amante. Le hable a Fox desde un inicio para usarlo como una venganza —digo, volviendo al punto de origen.
—¿Ya? ¿Y?
Estoy empezando a sentir frustración. Nada bueno pasa cuando eso ocurre.
—Cuando quise que Fox sintiera algo por mí me encerré en el tocador de la escuela y fingí que me habían atacado mis compañeros. Incluso escribí insultos a mí misma con tal de que Fox sintiera pena por mí.
—Ya...
—Disfruté cuando echaron de la casa a Ezra. Disfruté cada segundo que lo vi sufrir.
—Vale.
—Le dije a Ezra que estaba embarazada de Fox, siendo que jamás hubo una relación entre nosotros, ni sexo, ni nada. Lo único que hubo fue un par de besos y siempre forzados o logrados gracias a manipulación.
—Ya entendí todo ese punto. No me hace gracia que hables de Fox.
Ignoro lo que ha dicho, que claramente esconde sus celos.
—Le hablé con desprecio a Naomi a pesar de que sabía lo delicado de su situación. Tampoco me importó no apoyarla, ni mi ausencia a ese viaje que hicieron en grupo. Me importaba mucho más tener la estima de la abuela, no porque la quiera, sino por mis propios propósitos.
—Sí, nadie te aplaudiría por eso. Fue horrible, pero dentro de todas las vueltas que te estás dando, intento entender el porqué.
—¡¿Y por qué quieres entenderlo?!
—¡Porque te quiero Holly!
—¡No debes quererme! ¡No cuando odio el nombre que has pronunciado, no cuando nunca me he sentido cómoda en este cuerpo! ¿Quieres que te diga todo crudamente? ¡Pues bien, maldito hijo de puta! —De pronto, no puedo parar de gritar—. ¡¿Qué sabes tú?! Me he ocultado toda mi puta vida. Al inicio creí que era por ese afán de querer ser como Ezra. Ezra tenía todo lo que yo quería, era el favorito, era al que todos amaban, al que siempre le salía todo bien. Odio tanto a Ezra. Lo odio demasiado. Deseo su infelicidad, ¡¿me entiendes?! Siempre lo hice. Y cuando era pequeña creí que esa envidia me afectó demasiado al punto de querer literal ser él. Me convencí por un tiempo de que eso era lo que hacía que yo deseara ser chico, me vi a mí misma muchas veces estando en el cuerpo de un hombre, pero siempre con la apariencia de Ezra, incluso tenía sueños así. Pero era un engaño que me hacía para no aceptar que yo... no es que desee ser Ezra, es que yo, yo me siento hombre interiormente. ¡¿Entiendes imbécil?!
—Oye... —Intenta tocarme, pero se lo impido.
—¡Qué jodida mierda sentirse atrapada en un puto cuerpo! ¡¿Tú qué sabes de eso?! ¡¿Qué sabe el resto de eso?! ¡¿Crees... crees que yo me toco, Nolan?! Algo que todos suelen hacer al menos de vez en cuando, ¿no? ¡Pues yo no puedo maldita mierda! ¡Porque cada vez que siquiera me acerco a mi entrepierna no puedo porque siento que no debiera ser así! ¡Jodida mierda! Y encima... encima... si alguna vez hiciera algo, solo piénsalo, Nolan. Ezra, se hizo el sufrido con su situación, pero piensa un segundo en mí. No es solamente cambiar mi apariencia, con todo lo que eso implica... Que por supuesto Ezra no tuvo que pasar por eso... Ezra solo debía aceptar que le gustaban los hombres. Pero... mierda... ¡¿Puedes siquiera dimensionarlo?! ¡Todo el puto mundo se va a reír de mí! ¡Nadie le encontraría puto sentido a que yo hiciera eso si igual puedo estar con hombres con la apariencia que tengo ahora! Porque nadie lo entiende, Nolan, ni yo lo entiendo, lo más fácil sería hacerme la estúpida de por vida. Con los padres que tengo, eso sería lo más sencillo. Debo morir con esta apariencia porque puedo pasar perfectamente por una persona hetero y normal a sus ojos. Qué puto sentido tendría hacer algo ¿Qué dirán? Ya puedo escucharlo —comienzo a reír— oh, su mayor sueño era ser un hombre gay ¡Y ni te atrevas a decirme lo contrario! ¡Porque aunque no pienses así, seguro alguna vez lo viste de esa forma!
—Basta... me está destruyendo —pide— sí tiene sentido que lo hagas. Quizá alguien ya te lo dijo alguna vez. —Los recuerdos de Naomi regresan a mí—. Son dos cosas diferentes... tiene todo el sentido del mundo que hicieras algo al respecto ¿Tanto te importa aparentar...?
—¡A quien le gustaría ser juzgada! Y mierda lo merezco, he hecho demasiadas cosas. Pero ese es el otro tema. ¡Hay algo mal en mi cabeza, Nolan! ¡Yo lo sé! Porque a veces es como si hubiera una dualidad dentro de mi puta cabeza. Algo que no está bien Nolan. Me importo demasiado a mí misma, y no es normal a esos niveles. No soy estúpida Nolan, sé que algo hay, no puedo conectar con las personas, no puedo sentir empatía cuando sufren, cuando se quieren acercar, porque primero estoy yo y escapa de cualquier cosa. Siempre quiero controlarlo todo. No puedo detenerme, Nolan, no puedo parar de mentir compulsivamente, ni de manipular las emociones de los demás. ¡En serio no puedo evitarlo! Soy demasiado arrogante, me frustro demasiado fácil, de una u otra manera siempre termino causando peleas. Soy la persona más insensible que ha pisado este puto mundo. Siempre estoy irritable y termino generando relaciones tóxicas y daño a quienes se me acercan. Y lo peor de todo, Nolan, es que me ves mal ahora, pero es por mí otra vez, no porque me afecte ver a mi entorno mal por mi culpa. Y eso Nolan... es una verdad absoluta...
Intenta acercarse nuevamente, pero lo empujo.
—¡Y ya sé lo que debes estar pensando! ¡¿no?! ¡Yo sé lo que pensará el puto y asqueroso mundo! Dirán oh... lo que sea que tenga, el puto trastorno que sea... —Mi pecho se agita y me desquito golpeando el pecho de Nolan— ¡Confundirán las cosas! ¡Creerán que es eso lo que me hace querer ser hombre! Dirán que estoy loca, se reirán de mí. Y no soporto que putos gusanos asquerosos se sientan más de lo que yo soy, porque yo siempre estaré por sobre todos, incluso por sobre ti! —Sigo golpeándolo—¡¿O no has visto esas películas de terror que son consideradas de culto, Nolan?! ¡Donde todos los putos enfermos de la mente tenían delirios de vestirse como mujer! ¡¿Crees que no pensarán que eso es lo que me pasa si me ven con apariencia de hombre?! ¡Es lo mismo solo que al revés! ¡No puedo soportarlo... No puedo soportarlo...!
—Te estás quedando sin voz...
—¡Es que no puedo entenderlo...! ¡¿Por qué es tan injusto?! ¡¿Por qué yo siempre he tenido tanta mala suerte y Ezra solo ha tenido suerte en su vida?! ¡Qué injusto! ¡¿Por qué deben colisionar esas dos cosas dentro de mí?! ¡Es como si hubiera nacido destinada a tener una vida horrible! Y lo peor de todo, es que no sé el origen... de lo que sea que pasa en mi cabeza, pero fue empeorando con los años. Y no puedo evitar echarles la culpa... Es imposible que la culpa esté en mí, nunca estaría en mí... ¡Todos ustedes tienen la culpa! —río ante lo inevitable qué es que nuevamente esas palabras salgan a flote.
Sin importar si lo planeo o no, no tiene caso, hay un agujero, un espacio en blanco, no puedo sentir culpa por nada.
—Mi relación con Dios se quebrará... —susurro.
No sé en qué momento mis rodillas han cedido, quedando en el suelo. Nolan me sigue abrazando, y cuando veo nuestro reflejo en el espejo no me veo a mí mismo. Es como si otra persona estuviera en este y no reacciona ni se comporta como yo lo hago. Es como caer de espaldas sobre tu cama y en vez de sentir tu espalda sobre esta, cayeras en un océano. Es como darle un abrazo a alguien y que luego esa persona nunca hubiese existido y terminaras abrazándote a ti mismo. Y al final de todo, está mi versión de pequeño. No sé qué piensa de mí, solo sé que parece decepcionado al ver todo el daño que he hecho. Me pregunto si será real o estará fingiendo.
—Yo te amo —murmura Nolan.
—Nolan... que no me siento mujer —reitero, pero repentinamente sus labios me invaden. Como si esa frase en vez de que le generara asco fuera un detonante. No sé con qué intención lo hace, quizá únicamente buscando la manera de calmarme.
Aunque, cuando me besa, no puedo evitar hacer la comparación a cuando lo hizo Fox.
Ahora entiendo la diferencia a cuando te dan un beso con amor de por medio.
—Yo también he hecho cosas horribles. Ya lo sabes. Y ni de cerca puedo decir que... he pasado por todo lo que has vivido tú. No quiero justificarte, porque sé que son cosas terribles, pero aun así te amo y eso no puedo evitarlo. Me tienes llorando desde que empezaste a gritar e incluso antes... Sé que soy un pobre diablo, pero te prometo que en verdad te amo... yo sí veo cosas buenas en ti. Quiero ayudarte.
—Nolan... aunque así fuera, de quien te enamoraste es una persona que en verdad no existe. Te enamoraste de un envase que no es real.
—Es que a mí no me gustas por el envase... —Hace una media sonrisa—. No me importa si eres hombre o mujer. Eso... de verdad no me interesa. Sé que no soy un Grimes, no tengo nada que ofrecerte... pero lo que te puedo dar es eso... que yo no te tengo miedo. Yo... quiero estar contigo.
—No lo comprendo.
—El que seas y el que te vieras exteriormente como hombre... no cambiaría lo que siento por ti.
—Aun así no cambia todo lo que he hecho. De hecho, mi hermanito abrió los ojos ¿No te lo conté? Naomi le dijo la verdad en la obra.
—No eres una persona tan mala. Yo te acompañé a comprar las flores para Naomi ¿Por qué después le dijiste a Ezra que se las entregue? Tu querías que te descubrieran.
—Eso es lo que tú crees. Jamás podrás saber cual es la verdad. Quizá todo lo que te he dicho es una mentira más para no quedarme sola.
—Pero yo elijo creer en que es una verdad.
—Lo que viste en mí, de lo que creíste enamorarte alguna vez solo es una cara —recalco— así como hago para cada persona, para que logren empatizar conmigo ¿Cómo puedes saber si no estoy haciendo lo mismo otra vez?
—Yo elijo creer que es una verdad —repite.
—Te terminaré destruyendo, Nolan.
—Qué suerte que no sea ningún Santo. Si pasa, entonces solo habrá caído todo por su propio peso. Destrúyeme.
Abro grande los ojos, porque no puedo creer lo que está diciendo.
En esta oportunidad yo lo beso, buscando otra vez euforia, placer, adrenalina. Aumenta mi temperatura corporal, así como también mi frecuencia cardíaca.
Estamos sobre el suelo y mientras estoy arriba de él, sus manos me acarician la espalda. Un gemido se escapa de mi boca cuando succiona suavemente mi labio inferior.
De un segundo a otro, un ruido me distrae.
Giro la cabeza viendo a Oliver detenido en el pasillo. Rápidamente el color de sus mejillas enrojece.
—Lo lamento... —comienza a balbucear— me acaban de pasar a dejar. Para llegar a mi cuarto sabes que debo pasar por aquí. No dejes la puerta abierta —sugiere.
—¡Piérdete, Oliver! —pierdo la compostura. Me levanto y arrojo contra él lo primero que veo—. ¡Siempre tan entrometido y chismoso! ¡Te odio!
Oliver sale corriendo en forma abrupta. Cuando salgo por el pasillo, lo veo tropezar una vez, pero sus nervios son tales que se fuerza a sí mismo a levantarse y así llegar de una vez a su cuarto encerrándose con llave.
Nolan rompe en carcajadas.
—Qué vergüenza. —Se tapa el rostro con una mano—. Lo habremos traumado de por vida. Pobre.
—Nada de pobre. Ese niño lo que menos tiene es de pobrecito. Entiende todo y sabe bien lo que hace, solo que se hace el tonto.
—Ven aquí —pide.
Y lo hago, aunque antes de ello cierro la puerta.
No vaya a ser que de nuevo aparezca ese mocosito.
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