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CAPÍTULO 54

NAOMI

El relato empieza. Me preparé mentalmente para este momento, para escucharlo todo. 

—Durante un día del mes de julio año dos mil veintidós alrededor de las cuatro y media de la tarde en calle 111 Lingmoor los acusados, Caleb Watson y Jason Federline procedieron por medio de la fuerza a ejecutar actos constitutivos de delito en la víctima, Naomi Cranham, nacida con fecha veintiséis de noviembre año dos mil uno, de edad veinte años. Empujándola y llevándosela contra su voluntad en un automóvil particular patente: PKY9322, hasta el hospital abandonado a las afueras de la ciudad ubicado en Bunkers Hill, Aberford, Leeds. En ese lugar, fue retenida contra su voluntad constituyéndose el delito de secuestro. Además de ello, durante esos siete días Naomi Cranham sufrió agresiones físicas, verbales y psicológicas. Los acusados procedieron a realizar tocamientos indebidos, accediendo a ella carnalmente por vía vaginal, constituyéndose el delito de violación ilícito en grado consumado. 

Gavin menciona los hechos con distancia y frialdad, y puedo entenderlo, no espero que las personas se compadezcan de lo que me ocurrió. Al contrario eso me molestaría. Además sé que está cumpliendo con su trabajo. Pero lo que para él es simplemente un caso más, para mí es volver a escuchar lo más fuerte que he vivido en la vida. 

Respiro profundo e inevitablemente me detengo en ellos. Están nerviosos. «Sí, tengan miedo. No volverán a salir a la calle». Volteo una vez a ver a JJ, quien se encuentra justo detrás de mí. Su mirada lo dice todo; me apoya, me tranquiliza, me da fuerza. 

Estoy bien, me siento fuerte. A pesar de todo, no lograron destruirme. Y hoy les terminará de quedar claro a estas dos escorias que siguen respirando. 

—Su señoría —habla mi abogado— primero que todo, para comprender la magnitud de este caso, es necesario analizar las actitudes de los acusados los meses previos a los hechos narrados. —Hace una pausa para beber agua—. Naomi Cranham, siempre ha sido una joven que destaca entre sus pares por ser libre, teniendo un fuerte sentido de la justicia que la hizo defender a sus pares ante situaciones de abuso por parte de los acusados. Caleb Watson y Jason Federline venían realizando actitudes similares de manera sistemática. Tanto ellos, como sus amigos, Wesley Harrington y Austin Beirne, tenían múltiples víctimas. Hechos que pese a haber sido denunciados ante la Universidad de Macrinchaft, fueron ignorados por las autoridades. Estas declaraciones, las cuales fueron incorporadas como prueba dentro del juicio, comparten un punto en común con Naomi Cranham. Las víctimas tenían sentimientos de vergüenza, de culpa y asco. Incluso queriendo normalizar lo sucedido. Muchas de ellas, temiendo la posición de poder con la que contaban las familias de los acusados. 

Relata lo que ocurrió aquella noche en Artemissa's Bay. Así como también las denuncias que se hicieron posteriormente por distintas chicas de la Universidad. 

Una vez que termina de exponer esas situaciones regresa a lo que pasó ese día. Desde el momento que salí del apartamento y la motivación que tuve para hacerlo. Que había sido citada por Ezra, o al menos desde su teléfono, el cual fue sustraído por Jason, Caleb y sus amigos. Siendo en ese lugar, abordada por todos ellos, quienes contra mi voluntad me subieron al automóvil. 

—En palabras de Eleanor Baker —continúa mi abogado— testigo que vio el momento en que la víctima fue atacada: "Naomi gritó y luchó, pero Wes ejerció más fuerza empujándola dentro del auto y ahogando sus gritos con un pañuelo. Luego de eso, perdió el conocimiento". Quedando claro las circunstancias en que Naomi Cranham fue llevada al lugar dónde la mantuvieron retenida por siete días, viviendo en situaciones deplorables. Humillándola y sometiéndola constantemente a agresiones. Siendo el penúltimo día el que los acusados proceden a consumar el delito de violación. Como se puede ver, su Señoría, el desenlace de este caso es la consecuencia de la falta de acción por parte de las autoridades. Una sensación de falta de justicia y desesperanza, que hizo creer a los acusados que podían estar por sobre la ley, escalando en la magnitud de sus delitos, siendo Naomi Cranham la última de sus víctimas. Estos hechos, sumado a las pericias realizadas en el lugar y a los testigos permiten desprender el cómo los acusados visualizan al género femenino. Caleb Watson y Jason Federline cosifican el género femenino, viendo a las mujeres como una especie de trofeo.

Les sostengo la mirada en todo momento. Caleb se da cuenta de ello y agacha la cabeza. Puedo ver el movimiento repetitivo de su pierna, así como también la mano de Jason que no para de temblar. 

—La tesis que la defensa ha intentado crear, no es más que el reflejo del problema que hoy en día tenemos en nuestra sociedad, respecto a los graves prejuicios y estereotipos de género que se encuentran en esta. Nada tiene que ver la ropa que usaba la víctima aquel día, la cual se aprecia en el video recopilado por la cámara de la calle 111 Lingmoor y ha sido utilizado para juzgar y criticar a la víctima. Tampoco la intimidad en su vida sexual. Se ha creado una especie de "perfil" del cómo supuestamente debiera ser una víctima, siendo considerada Naomi Cranham alguien que no calza con esa imagen. Sin embargo, ninguno de estos factores, el vestuario que típicamente usaba, ni el cuantas parejas sexuales haya tenido, implica un consentimiento anticipado para que los acusados cometieran los actos previamente narrados. Caleb Watson y Jason Federline utilizan la fuerza, aprovechándose de aquella ventaja con respecto a las víctimas para llevar a cabo las agresiones sexuales. De manera que, solicitamos que al momento de fallar, además de las pruebas entregadas en juicio, se tenga en consideración la perspectiva de género, de manera de superar aquellos prejuicios y estereotipos de cómo debió comportarse la víctima ante estas situaciones. 

Se refiere tanto a situaciones cómo la que vivió Dakota, que se le fue imposible resistirse y entregar consentimiento debido al estado de ebriedad en el que estaba en esa fiesta. Su situación en sí no daba abasto como denuncia en este caso, ya que sus agresores están muertos. Pero, refleja lo que vivieron otras chicas de la facultad con Caleb y Jason, tocamientos y besos en contextos de clara agresión sexual. Así como también, el que no denunciara la última amenaza y ataque previo al día que me secuestraron. Hechos que han sido utilizados para crear una línea argumental cruel y descabellada en que se ha dado a entender que yo me fui por voluntad propia con esos repugnantes sujetos. Como si el video no fuera suficientemente claro en mi oposición a querer subirme al automóvil. 

—De esta manera, daremos un paso más en resguardar la igualdad de género. Tan necesario, su Señoría, para evitar la concurrencia de ataques reiterados como los expuestos. Es efectivo que la conducta de ambos acusados es la de un depredador sexual. Ya que en todas las actuaciones que tuvieron se aprovecharon tanto de la situación, su sexo, y superioridad en cuanto a fuerza física para atacar a mujeres. Siendo el caso de mi representada el más emblemático y cuyo nivel de violencia de los acusados alcanzó niveles de magnitud grotesca ante esa sensación de impunidad de sus actos. Todos los antecedentes hacen plausible el relato de la víctima. A estos efectos, el examen biológico entregado por el hospital, también la ayuda psicológica recibida por la profesional Destiny Murray.  El registro de las cámaras de seguridad. El teléfono encontrado de propiedad de Ezra Barratt con los correspondientes análisis y huellas dactilares. Los archivos de los teléfonos de los acusados con las correspondientes conversaciones vía WhatsApp, el registro de llamadas telefónicas eliminado, y la grabación enviada a Jonas Reed. Corroborado por los testimonios de testigos, que con sus declaraciones y sumado a todo lo anterior no cabe duda de la comisión del delito. Por todo esto su Señoría, condenamos a los acusados en virtud del artículo 350 de nuestro Código Penal a la pena máxima, esperando sea acogida nuestra petición por el tribunal. 

Dado que ha terminado su alegato, el juez da pase a la intervención de la defensa. No quiero escucharlo, mas no queda de otra. 

—Bueno su Señoría, claramente nos encontramos ante la contraposición de dos versiones —habla lentamente— Este caso se ha convertido en mediático producto del poder que tienen ambas partes, tanto Caleb Watson y Jason Federline como Naomi Cranham. El problema, es cuando ese poder se utiliza para distorsionar la veracidad de los hechos, creándose una especie de personaje para representar a los acusados. 

Debo controlarme, lo sé, es su trabajo. Pero... maldito hijo de puta. Es lo único que puedo pensar. 

—Se les ha tratado de hombres que cosifican a la mujer y se les ha repudiado de manera pública por diferentes sectores de la sociedad, causando un terrible daño tanto para mis clientes como para sus familias. Incluso sin poder vivir plenamente el duelo ante la pérdida de sus amigos. Siendo por lo demás el velorio interrumpido por la Señorita Cranham y compañía, irrumpiendo y destrozando el lugar. ¿Por qué menciono este hecho su Señoría? Porque, inevitablemente se vuelve necesario hablar de la víctima. Nuestra intención no es perjudicarla ni responsabilizarla por los hechos ocurridos... —dice, pero yo ya siento mi cuerpo arder de ira—. Pero, sin duda Naomi Cranham es una persona que en más de una oportunidad ha demostrado tener arrebatos emocionales, sin importarle el daño que puede ocasionar a su entorno. Su falta de control de impulsos, así como de respeto no es algo a minimizar. 

—Ya... —escucho a lo bajo la voz de Fox por detrás mío. Lo ha soltado en forma irónica. Pienso igual que él. 

—Se ha mostrado una y otra vez un fragmento del video recopilado de ese día —prosigue su abogado— pero, en ese mismo video se puede ver la tranquilidad con la que Naomi Cranham camina cuadras en espera de encontrarse con los acusados. Quiero que por favor, se ponga énfasis en la calma con la camina. Va arreglada como si se hubiera preparado para salir con alguien. Por otra parte, se ha hablado de una serie de denuncias que hubo con anterioridad a los hechos ocurridos en julio. Sin embargo, ninguna de estas denuncias fue interpuesta ante la policía. Tampoco hay antecedentes de ese supuesto ataque que Caleb Watson, Jason Federline, Austin Beirne y Wesley Harrington hicieron en contra de Naomi Cranham en la Universidad de Macrinchaft. 

Sí la hay, a no ser que esa persona nuevamente haya actuado como un cobarde. Pero me prometió que... daría testimonio. 

—Se dice que se considere la perspectiva de género, pero lo cierto es que, primero hay que atender a los hechos objetivos. Y ante una amenaza que no ha sido probada, ni existe registro, más bien, pareciera ser que lo que sucedió fue lo siguiente: Naomi Cranham queda de verse con los acusados, quedándose unos días de fiesta. Y aquí quiero hacer énfasis en las sustancias encontradas en el organismo tanto de Caleb Watson, Jason Federline, Austin Beirne y Wesley Harrington: dietilamida de ácido lisérgico sumado a un alto grado alcohólico en sangre. Lo que explicaría la falta de discernimiento y consciencia al momento del día seis, su Señoría. Lo que también aclararía el desenlace. Procedo a citar los efectos del LSD en el cuerpo: "Desconexión de la realidad. Euforia. Pérdida del temor. Pensamientos aterrorizantes". Mientras que en la víctima no se encontró ninguna de estas sustancias en sangre, tal como señala el informe entregado por el hospital, por lo cual, se encontraba plenamente consciente de sus acciones en todo momento, su Señoría. 

El estar "consciente" no equivale a prestar consentimiento. Así como el hecho de que ellos estuvieran bajo los efectos de sustancias, no quita que lo planearon cuando estaban sobrios.

—Tiene que decir algo, esa tesis se cae por sí sola con todas nuestras pruebas, tranquila —me murmura rápidamente mi abogado, y aunque lo sé, no deja de causar una tremenda impotencia escuchar tanta estupidez junta.

El juicio continúa. Y cuando me toca prestar declaración, el someterme a esas preguntas que conllevan volver a revivir todo, ahora en profundidad, ahora saliendo de mi propia boca, es duro, mas es como si cada palabra que saliera de mis labios se juntara con las demás formando una verdad sólida, absoluta e inquebrantable. Le sostengo la mirada tanto al juez, como a mis agresores. Intercambio entre uno y otro. No les tengo miedo. 

Cuando llega su turno, deciden prestar declaración. Todo explota cuando le toca a Jason. Al momento de las preguntas, Jason colapsa al mostrarse una de las pruebas, el testimonio de Nolan. En su declaración da el día y momento exacto en que Wes, Austin, Caleb y Jason entre risas planearon vengarse de mí. 

—¡Eres una mierda! —Jason se levanta abruptamente del asiento y lo apunta con el dedo— ¡Te vas a arrepentir!

—¡Orden en la sala! —pide el juez. 

Se hace un receso. Lo utilizo para ir al tocador. Al salir, JJ me abraza fuerte. No intercambiamos palabra, sabe que en este momento solo queda seguir enfrentándolos. Cuando regresamos a la sala sé que el juez Gavin dará la sentencia, los nervios me carcomen por completo. 

—Por los argumentos expuestos se concluye por unanimidad —Gavin procede a leer—: que se acreditan los hechos revelados, siendo el veredicto de carácter condenatorio. Que el delito de secuestro se configura toda vez que se entiende este como, la privación de libertad hacia la persona, perdiendo su derecho y facultad de movilizarse, con independencia de contar con cierto espacio físico para que pueda desplazarse, por lo demás sujeto a límites que la víctima no podía transgredir. Convirtiéndose esta privación de libertad en el medio facilitador para consumar el ilícito de violación sancionado en el artículo 114 del Código penal. En consecuencia, se debe partir de la base que no se puede tocar a alguien sin su consentimiento. Los argumentos esgrimidos por la defensa no son válidos, toda vez que los acusados voluntariamente se expusieron al consumo de sustancias alucinógenas y depresoras del Sistema Nervioso Central. 

Bien, quiero gritar. Quiero gritar ante lo que estoy escuchando. Una sonrisa quiere formarse en mi rostro. 

—Por otra parte, los acusados venían cometiendo actitudes reiterativas constitutivas de acoso sexual y agresión sexual en razón de las pruebas recabadas catalogadas como prueba N°3 y prueba N°7 respectivamente. Luego, que respecto a la causa que nos conlleva a estar aquí presentes, tomando en consideración el material audiovisual enviado al correo electrónico, entregado por Jonas Reed, además de la extracción material de los teléfonos, todas las pericias llevadas a cabo tanto en el lugar de los hechos, como en calle 111 Lingmoor y el informe médico se tiene que, se acredita la declaración de la víctima. Por el contrario, de la argumentación de la defensa se desprende que, esta ha sido construida bajo estereotipos sobre el género femenino, manifestando sesgos y asignación de roles erróneos. No se puede deducir consentimiento por las circunstancias, forma de ser u otras características de la víctima. Así como tampoco normalizar el actuar de los acusados. El recaer en ello, o culpar a la víctima haciendo referencia a que ella fue quien se expuso a la situación, demuestra la gravedad en el cómo se aborda este problema en nuestra sociedad. Por lo tanto, quien actúa bajo esta premisa, lo hace fuera del marco legal correspondiente, y por tanto, siendo igualmente acreditado el ilícito de violación en grado consumado se estima por el poder que me confiere este tribunal, aplicar la pena máxima conforme a las reglas de nuestro Código Penal esto es pena de cadena perpetua sin derecho a beneficios penitenciarios. Sumado a ello, se sanciona al pago de la suma de 4.676 dólares por concepto de reparación de perjuicios. 

Jason Federline se ve consternado. Y cuando Caleb escucha la misma sentencia respecto a él es como si ambos estuvieran en otra realidad. 

No pueden creerlo. A pesar de todas las evidencias en su contra, aún creían que su posición los salvaría, pero no fue así. La felicidad que siento se apodera por completo de mi cuerpo y alma. Nunca cambiará lo que viví, sin embargo, es esperanza. Es sentir que alguien te está diciendo nuevamente "no fue tu culpa" y que por fin tendrán el castigo que merecen. Es alentador, es lo más cercano a un sueño. Porque cuando vives algo cómo esto, lo que menos quieres es que alguien más pase por lo mismo. 

Lamentablemente esta es una realidad en el mundo, una realidad que cada día sufren miles de personas. Sé que no por haber conseguido este veredicto se acabará, mas estoy segura de que si hubiesen quedado libres, yo no habría sido la última bajo sus manos. 

Hay gente que insiste en creer que las personas pueden cambiar y creo que sí es posible, mas no cuando se traspasan límites tan graves como los que traspasaron ellos. Nunca tendrán mi perdón. 

—¡Naomi lo siento! —me grita Caleb cuando se lo llevan. No obstante, sé que no está siendo sincero. Simplemente es el miedo hablando por él. 

—No te perdonaré nunca en la vida —le respondo con firmeza. 

—Pues yo solamente siento mucho odio —habla Jason entre dientes— siempre fuiste una pesadilla. 

—¿Por hacerles frente? Seguro que sí. Pensaste que lograrían callarme, se ve que nunca me conocieron ni un poco. Ninguna mujer merecía cruzarse con ustedes. Yo tampoco. No obstante, me siento orgullosa de haber logrado que los encerraran. Se van a pudrir en ese lugar. 

—Nosotros solo pagamos por otros —me debate Jason, a quien ya lo obligan a continuar la marcha.

—Puedes decirte eso todas las veces que quieras. Pero tú sabes la realidad, sabes la clase de monstruo qué eres. 

JJ, mi familia y amigos me rodean en un abrazo que se siente acogedor y reconfortante. 

—Eres demasiado valiente —susurra JJ en mi oído, acariciando mi cabeza. 

Una vez creí que había perdido mi valentía, que lo había perdido todo. 

Me hicieron creer eso, pero aquí estoy nuevamente. 

Salgo del tribunal, seguida por mis amigos. 

La prensa rápidamente se hace presente, mas yo solo tengo ojos para esa muchacha que aún sigue fuera. Pienso en ella cuando los micrófonos se posan delante de mí. 

—Hoy es un día... emocionante —digo— no solamente por la sentencia conseguida, sino porque tengo la fe de que se trata de un día de cambio, de avance. De construir un lugar dónde podamos sentirnos seguros y seguras. Esa seguridad solo existirá cuando haya justicia, cuando estos agresores estén dónde deberían estar, tras las rejas. Alzar la voz no es fácil, el dolor que conlleva esta exposición es desgarrador. Pero, una parte de mí decía que debía hacerlo, que al hacerlo, no solamente sería por mí, sino por todas aquellas personas que no pudieron por diferentes motivos... Yo fui una persona que sobrevivió, pero mi realidad bien podría haber sido otra, ese día si nadie hubiera llegado a detenerlos, quizá yo no estaría aquí. Quizá mi cuerpo estaría desaparecido. Luego, se mencionaría como un número más en las cifras de fin de año, y con el tiempo quedaría en el olvido, siendo únicamente recordado por una familia que habría vivido la pérdida. Sé que no por esto la justicia ha cambiado, pero hoy ha habido esperanza nuevamente, y si con lo que sufrí pude conseguir ese destello de cambio entonces no me detendré. Me entregaré en cuerpo y alma a ayudar en estas causas. Desde la posición que tengo, ayudaré en lo que pueda. Por quienes tuvieron miedo, por quienes no pudieron hablar, hoy yo grito ¡Basta! 

Se me unen las chicas que estaban con pancartas al inicio de la audiencia, quienes siguieron en pie hasta finalizar el juicio. El ambiente se vuelve alegre, una de ellas coloca música. Mis amigos también se ven felices. 

Me acerco una última vez a mi abogado, le agradezco por sus alegatos, fue indispensable para conseguir una sentencia favorable. Él dice que no es nada, que solo cumple con su trabajo, pero puedo vislumbrar también lo conmovido que se encuentra. 

En ese momento, Jonas me llena de besos. 

—Eres la voz de quienes callaron —susurra.

—Jonas... 

—¿Naomi estás llorando...?

—No me pidas que no me emocioné. Yo sé todo lo que implica esa frase. Yo sé... pero la verdad es que quienes deciden callar, también tienen una tremenda fortaleza y son personas demasiado valiosas, quienes juzguen a la víctima, son personas que no han entendido nada en la vida. 

—Lo sé, preciosa. Pero no me pidas que no admire todo lo que te atreviste a hacer, porque realmente te admiro. 

—Y yo a ti, Jonas. 

Su amor me acompaña durante el viaje de regreso a casa. A nuestro hogar. Cookie nos recibe repleta de energía. Y en tanto jugamos los tres estoy completamente segura de una cosa:

Me siento tranquila y en paz. 





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