CAPÍTULO 53
⋆NAOMI⋆
—¿Cómo estuvo la semana, Naomi? —me pregunta la psicóloga.
Hemos tenido varias sesiones. Con cada sesión mis temores han ido quedando en el pasado. Destiny es buena profesional, muy buena. Me ha incentivado a hacer diferentes cosas. Ahora no temo tanto al salir de casa, ni tampoco sobre pienso las acciones de los demás. No ha sido fácil, pero intento seguir todas las tareas que me ha dado.
—Estuvo bien. El fin de semana con JJ fuimos a las cascadas —cuento emocionada.
Fue su idea. Amo que le gusten las actividades al aire libre. No habíamos tenido la oportunidad de hacerlo, dada las clases y luego todo lo sucedido. En cuanto me enseñó la ruta en su teléfono grité de emoción. Alquilamos un automóvil que él condujo y que aún se encuentra en el estacionamiento del edificio. Por algún motivo pidió más días de lo necesario.
Destiny es respetuosa, siempre me deja hablar sin interrumpir. Cuando termino, me hace diferentes preguntas para ahondar en aquellos puntos que podrían haber quedado en la nebulosa. La sesión siempre termina con un pendiente que jamás se convierte en una imposición. En la última ocasión, consistió en liberar todo lo que sentía por medio de la actuación. No se trataba de que fingiera un personaje, pero sí que exteriorizara el dolor, todo lo que estaba contenido. Lo hice cuando estuve a solas en el apartamento, Cookie fue testigo de ello. Y cuando terminé se acercó a mí ladeando la cabeza como si estuviera confundida. Sonreí. El aire entraba con menor dificultad por mis pulmones, como si me hubiera quitado un peso de encima. Destiny siempre causaba ese efecto en mí, tanto en las sesiones como en las tareas que me daba.
La sesión se me hace corta. Intuía qué temas intentaría tocar, mañana es el juicio, así que debe querer asegurarse de que me encuentre bien para hacerles frente a esas bestias. El informe que ella elabore formara parte de las pruebas en el juicio, al igual que el informe médico del hospital relatando las condiciones en las que llegué, y la grabación que se le fue enviada a JJ. Además el teléfono de Ezra logró ser rescatado y cuenta con las huellas dactilares. Tenemos varias pruebas. En teoría debería ser un caso ganado, pero no por ello me confío. Pensar demasiado en ello, no me desmotiva, estoy ansiosa de que sea mañana y de verlos retorcerse. Quiero justicia. Y si la justicia no existe, entonces yo seré la justicia.
¿Eso fue lo que dijiste una vez Wes?
Dijiste... "Lo que yo diga siempre será ley".
¿Quieres apostar? Ya no tienes voz, y verás cómo quienes te respaldaron caerán lentamente. Todos pagarán de una u otra manera.
Salgo del edificio. JJ me está esperando fuera en el automóvil que alquilamos para ir a las cascadas.
—¿Sabes qué me haría muy feliz? —pregunta una vez que ya estoy dentro.
Lo miro con curiosidad al salirse de la ruta camino hacia la carretera.
—Vamos, toma el automóvil —me incita.
Abro los ojos como platos. La llama que corre lento por mis venas grita de emoción. Le agradezco que lo primero que haga no sea preguntar precisamente por todo lo que está ocurriendo. No es que evada los problemas, pero agradezco la distracción y el que lo pasemos bien a pesar de que esta historia aún no se ha terminado.
—¡Veremos si salimos vivos de esta aventura! —grito, y Jonas ríe.
Sin dudarlo me bajo del automóvil e intercambiamos asientos.
—Eres hermosa —habla entre risas y entiendo qué es algún detalle que se me está escapando— debes ajustar el asiento, Naomi. No alcanzarás así.
En efecto, está ajustado para su tamaño.
—Se me olvidaba que eres un avatar, JJ. —Pongo los ojos en blanco.
Busco la palanca y acomodo el asiento al largo de mis piernas. Sigo sus instrucciones y pongo los pies en los pedales. No me da miedo. Al contrario, la adrenalina de tener yo el control me enloquece. Entiendo por qué quiere que lo haga, va más allá de la diversión propia del momento o que me desenvuelva en algo que sin duda es una herramienta. Quiere que sienta el poder, porque sí, uno puede sentirlo en cualquier actividad cotidiana. No es necesario hacer grandes cosas para que este te envuelva y te haga sentir segura de ti misma.
—Bien, señaliza, Naomi —pide con suavidad para que regresemos a la carretera.
—Bien. —Lo hago, mas rápidamente juego con la palanca de cambios, acelero y giro sin mirar. Suelto una carcajada cuando freno bruscamente haciendo que nuestros cuerpos se sacudan. El automóvil se detiene, y volteo a ver a JJ. Mechones de su cabello se han ido hacia adelante y parece ligeramente desconcertado, mas cuando hace contacto visual conmigo ríe.
—Solo recuerda que es alquilado, Naomi. —Con su mano corre hacia atrás su cabello acomodándolo. No queda perfecto, pero se ve increíblemente sexy. No debería pensar demasiado en ello, o de seguro que mi conducción dejará bastante que desear.
—Recuerda que tengo el dinero para comprar el mundo —digo con cierta arrogancia— cualquier cosa que pase, prometo cargar con todos los costos.
JJ suspira.
—Adelante —hace una mueca traviesa— enciende el motor y continuemos.
Lo hago, intento ser un poco más precavida, pero es inevitable no emocionarme nuevamente ante sus siguientes instrucciones. La calle está despejada, y dada la pista podemos correr rápido. Me enseña cómo pasar a los siguientes cambios, el mecanismo es el mismo, pero me explica a qué velocidad debo pasar de uno a otro. Nunca pensé que conducir me emocionaría tanto. He estado acostumbrada toda la vida a los choferes, o a que alguien más conduzca. Es nuevo, pero me encanta.
Acelero como una desquiciada y sonrío al ver de reojo a JJ. Intenta disimular su miedo en una relajada expresión que conozco a la perfección.
Continúo al volante unos quince minutos, y cuando ya regresamos a la ciudad se lo entrego. Mágicamente está intacto.
—Mañana estaré en todo momento a tu lado —dice, y es primera vez en el día que toca el tema.
—No quiero que estés preocupado. No estoy mal JJ. —Su mirada se posa sobre mí—. En este momento me siento muy fuerte. Estoy preparada para enfrentarlos. ¿Y sabes...?
—Vamos a ganar —termina por mí.
—Vamos a ganar —repito, y sé que ambos lo decimos con total convicción.
Nadie puede con nosotros.
Abro los ojos. JJ me mantiene abrazada, nos quedamos dormidos en esa posición. Con cuidado quito lentamente sus brazos de mi cuerpo. Me levanto y voy por una ducha. Repaso en mi cabeza todo lo que me dijeron los abogados. Me explicaron con sumo detalle cómo sería la audiencia. También recuerdo las palabras de Destiny, sé que volver a verles la cara a Caleb y Jason será fuerte, pero es necesario. Daré lo mejor de mí, resistiendo y combatiendo, para que así nadie más tenga que pasar por lo que yo pasé.
Me coloco el conjunto de dos piezas que me dio Dakota para este día. Es bastante formal, pero Dakota tuvo el gesto de darle detalles pequeños que conmueven mi corazón. Por supuesto que el blazer es de mi color favorito. Un morado oscuro que hace juego con la falda negra con detalles en la costuras en tonalidades púrpuras. Por dentro del blazer, y algo oculto está un broche con la inicial de mi nombre.
«Dakys seguramente esto no te agrade nada». Tomo las zapatillas blancas y las agrego a mi atuendo. Me observo en el espejo. Coloco en el teléfono el tutorial que previamente ya había buscado, y comienzo a hacerme una trenza holandesa siguiendo todos los pasos uno por uno. No queda perfecto, pero me agrada el resultado final.
Cuando salgo, JJ ya está listo. Tiene el desayuno preparado, y Cookie juega alrededor de él.
—Tus favoritos —dice, y veo que ha hecho mi receta de los cereales con los m&ms. Una bomba de azúcar, justo lo que necesito.
—Y los tuyos —agrego, ya que sé que disfruta esos cereales.
Comemos entre risas y palabras de amor. Estamos tranquilos, como si estuviéramos convencidos de que nada puede salir mal. No esta vez. No de nuevo.
Mis padres y Mike nos pasan a buscar. Aunque no he recibido ningún mensaje sé que los muchachos ya están allá esperándonos. Y en efecto, cuando llegamos al tribunal mi corazón se acelera al ver la cantidad de personas fuera de este. Mucha prensa sin duda. Pero cuando bajamos y camino hacia la puerta veo a un grupo de mujeres.
—¡Naomi! —grita una voz en medio de ellas. Se abre paso lentamente y cuando queda a mi vista me aproximo a ella. Sabía que estaría aquí, es uno de mis testigos, pero la emoción igualmente me envuelve.
—Eleanor...
—Mira... —Con la cabeza señala a las chicas que se encuentran detrás de ella—. Vinieron aquí por su cuenta. —En sus manos sostienen distintas pancartas. Mensajes de apoyo, y mensajes de odio hacia las autoridades.
Me detengo en cada rostro sin reconocer a ninguna de ellas. No nos conocemos y vinieron aquí a apoyar la causa. A dar la cara frente a la prensa. Saben que saldrán en vivo y aun así han venido. Es primera vez que me siento así. Es la primera vez que me siento apoyada por mi género en circunstancias dónde no hay sentimientos de "afecto" de por medio. Ninguna es mi madre, ni mi amiga. Son mujeres que han sentido cierta conexión con el caso.
Son mujeres maravillosas.
—Naomi debemos entrar —me dice JJ en el oído. Y lo sé, debo hacerlo, mas no puedo dejar de observarlas.
Una de ellas se acerca a mí. Es la que se ve más pequeña de todas. Apenas debe tener unos catorce años.
—Naomi —me saluda— eres muy bonita.
—Tú eres preciosa —le digo, agachándome a su altura.
—Que te vaya bien. —Me acaricia las manos—. Yo sigo esperando el día que mi hermana regrese a casa.
La abrazo con fuerza. Los flashes de cámaras se posan sobre nosotras y exploto.
—¡Váyanse! ¡Un minuto de privacidad!
Insensibles. No todo es conseguir una nota, menos cuando se puede caer en una revictimización. Mike y JJ logran alejarlos, y en tanto siguen dispersándolos acaricio el rostro de la muchacha.
—Gracias por venir —murmuro— prometo que tendré a tu hermana presente en cada segundo. Ella está presente, y nunca descansaremos... hasta saber la verdad.
Ella asiente. Y cuando me alejo se me hace inevitable no girar una última vez en su dirección. «Prometo que te ayudaré».
Aguardamos en una pequeña sala. Me acompaña JJ, mi familia y amigos.
—Holly, te sudan las manos... tranquila —le habla Ezra, luego de intentar sostenerla.
Holly la aparta bruscamente.
—Estoy un poco nerviosa, nada más.
—Todo estará bien —digo con calma.
—Este juez no tiene fama de ser muy condescendiente en este tipo de causas —me debate Holly.
—Para todo hay una primera vez —sostengo.
—Mmh, sí.
—Estoy de acuerdo —interviene Fox, cruzándose de brazos— ganaremos y demostraremos que incluso los poderosos pueden caer. Y si ellos caen, entonces cualquiera.
—Mira quien habla... —murmura Holly.
Advierto la tensión. Creo no se veían en días.
Estoy por decir algo, pero Dakota da un paso hacia adelante. Ese gesto vale mucho, sé lo difícil qué es para ella involucrarse.
—No pelearemos ¿está bien? —Se voltea hacia mí—. El juez Gavin aprenderá a morderse la lengua por cualquier dicho o resolución anterior. Te lo prometo.
—Y yo me lo prometo a mí misma —sostengo. JJ intercambia una mirada conmigo a lo lejos.
—Los Cranham arrasaremos —sentencia Mike.
Él y mis padres me envuelven en un abrazo.
Sonrío sin mostrar los dientes.
—Como que me llamo Naomi Cranham —le respondo.
Las puertas se abren. Camino lentamente advirtiendo al juez frente a mí. En cuestión de segundos aparecen Caleb y Jason, y mientras toman asiento junto a sus abogados hacemos contacto visual.
Sí.
Hay mucho miedo en sus miradas.
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