CAPÍTULO 52
⋆EZRA⋆
Doy vueltas en la cama sin lograr conciliar el sueño. Es de día, pero desearía poder dormir y olvidarme de mi realidad. Hunter toca la puerta nuevamente, está preocupado y lo entiendo. Al vivir conmigo se ha dado cuenta del cambio en mi actuar.
—¿Sí?
—¿Qué pasó Ezra? —pregunta. Su cabello rosa está algo desordenado como si hace poco hubiera salido de la ducha.
—Holly... ella...
—¿Ella qué? ¿Le pasó algo?
—Se hizo un test de embarazo... —No puedo decir más que eso. Hunter saca sus propias conclusiones.
Se acerca a mí sentándose en la cama. Puedo ver su compasión y lástima.
—¿Es... seguro?
—Seguro... muy seguro, Hunter.
Me invaden unas fuertes ganas de llorar. Hunter está por consolarme cuando el timbre suena. Entre sollozos le digo que seguramente se trata de Holly, me envió varios mensajes y al no obtener respuesta debió preocuparse. Hunter se ofrece a abrir la puerta. En pocos segundos mi hermana se encuentra en mi cuarto. Hunter también entra, aunque se queda algo apartado de nosotros.
—Oye... —Abre las cortinas de la habitación con cierta brusquedad. Por un instante, me siento como un adolescente rebelde al cual su madre lo está regañando al día siguiente por ser un holgazán con resaca— ¿Crees que yo no me siento mal con todo lo que está pasando? pero la vida tiene que seguir, Ezra. ¿Al menos estás cumpliendo con tu trabajo?
—Puedo hacerlo de manera remota, y sí, jamás dejaría algo tan importante a la deriva.
Me siento avergonzado de que ella sea la que esté preocupada por mí, cuando debería ser yo el que actúe de esa manera. Un embarazo no es fácil, implica muchos cuidados y responsabilidades, no puedo ni imaginar cómo se debe sentir.
—Bien, me gusta escuchar eso. —Suena algo firme, pero luego afloja el tono—. Ezra, para mí también es doloroso... Dios, qué daría yo para no haberte causado este sufrimiento. Me siento horrible.
—Gracias... por preocuparte por mí... a pesar de todo el conflicto interno que debes sentir, Holly. Es muy valioso para mí.
Holly me abraza. Los botones del puño de su camisa se enganchan en mi cabello y me duele, pero cuando ella se da cuenta se encarga de quitarlos con cuidado.
—Siento que debería hablar con Naomi... —digo mientras ella me sostiene la mano— yo....
—No lo hagas, Ezra. —Me quedo algo desconcertado ante la dureza de su expresión—. ¿Acaso no sabes lo estresada que debe estar? Ya tiene demasiadas cosas en la cabeza. No la abrumemos con nuestros problemas.
—Sí... tienes razón... ella ya estaba preocupada... Me había dicho que me tenías que contar algo, pero nunca pensé que se trataría de algo así... Y que me vieras besándolo... —Mi respiración se vuelve irregular ante la culpa y remordimiento. De lejos veo a Hunter desviar la mirada.
—Naomi...
—Ella quería que tú me dijeras la verdad, así que no te molestes con ella, por favor, no me dijo nada.
—Sí, entiendo. Me alegra que me diera la oportunidad.
Me levanto, y antes de salir del cuarto Holly me agarra de la espalda. Volteo, y me rodea en un apretujado abrazo del cual me aferro como si no hubiera un mañana.
Le insisto en que se quede a almorzar con nosotros y termina cediendo. Hunter no habla demasiado durante la comida, lo cual me parece algo extraño ya que él siempre desborda energía, especialmente si yo me encuentro a su lado.
—Se me olvidó comentarte que Oliver reprobó un examen. —Holly mastica con deleite las papas que cuentan con una salsa de yogurt y cilantro que ella misma preparó en la cocina—. Fue un escándalo en la casa, mamá estaba furiosa.
Suspendo el tenedor en el aire, tomándolo con fuerza.
—Me da rabia que no lo deje tranquilo. Cualquiera podría reprobar, lo importante es motivarlo para que en el próximo dé lo mejor de sí mismo.
—Claro, además no todos contamos con las mismas capacidades —agrega mi hermana.
—Oliver es muy inteligente —le debato automáticamente, sonando algo a la defensiva.
—Sí, ya lo sé. —Se ve algo inquieta—. Pero es flojo, y eso es un problema.
—No me gusta cómo hablas de él —interviene Hunter, robándome las palabras. Había permanecido callado todo el rato previo— conocí a Oliver y es un niño alegre y muy capaz.
—Mi intención no era decir lo contrario —Holly esboza una sonrisa— yo estoy de acuerdo, y de hecho, me enfrenté a nuestra madre, Ezra. —Se me iluminan los ojos—. No tienes de qué preocuparte, yo cuidaré de Oliver. Está en buenas manos —asegura.
—Muchas gracias, hermana. Te quiero.
Es un alivio saber que lo está protegiendo frente a nuestra madre. No cambia en nada la situación, pero sé que calma la ansiedad de Oliver, y eso ya es bastante.
—Yo a ti, Ezra —me responde— Bueno, ya me voy a Kintova —se levanta del asiento—, el negocio no funcionará solo.
La acompaño a la puerta, y me despido de ella agradeciendo que la conversación haya sido amena a pesar de todo lo que está transcurriendo.
Cuando camino hacia la escalera me encuentro a Hunter esperándome. Se encuentra de brazos cruzados y pareciera estar en un debate interno que no termino de comprender.
—Ezra, no sé cómo decirte esto, pero no me fío de tu hermana. —Se lleva la mano a su cabello, reflejando la incomodidad de reconocer algo como ello.
—¿Qué? Oye, Hunter, yo aprecio mucho lo que has hecho por mí, pero no quiero que hables mal de mis hermanos. Holly tiene sus cosas, es cierto, pero es una buena persona, y no tiene culpa en todo lo que ha pasado.
—No diría esto porque sí, no soy alguien prejuicioso. Pero cuando te estaba abrazando arriba, mientras tú estabas mal, ella...
—¿Ella qué?
—Vi que estaba sonriendo.
Arrugo el entrecejo, perplejo de lo que se ha atrevido a pronunciar.
—Lo debes haber imaginado.
—No —contesta de inmediato— sé muy bien lo que vi.
—Es imposible —insisto.
—No lo es, porque lo vi, y confío mucho en lo que ven estos ojos. —Se señala a sí mismo, lo que me causa algo de gracia a pesar de lo incómoda que se está volviendo la conversación—. Oye, ¿y si es mentira? Ya sabes, lo del supuesto embarazo.
—No la conoces. Ella es alguien seria, no mentiría con algo cómo eso.
—Mmh, sabes, tú me gustas mucho, Ezra. Y aun así, a pesar de que me vendría bien correr a mi rival. —Me cruzo de brazos al escuchar eso—. Creo que no es cierto lo del embarazo. Quizá es una mentira, para que te creas que ese día estuvo con ella, ya sabes.
—No lo creo... Naomi me había comentado que Holly tenía que hablar conmigo, y eso fue antes de que nos viera —suelto un suspiro. Creo que más bien, Hunter quiere subirme el ánimo, incentivándome a que viva en una fantasía en que nada de esto es real—. Aunque me duela esta es la verdad y no puedo huir de ella. Acompañaré a mi hermana, no será fácil, menos con esa disposición de Fox...
Ninguno de los dos ha sabido nada de él. Pero creo que Holly ha intentado comunicarse por todos los medios, no es menor, ahora tendrán un vínculo que los unirá por siempre. Me decepciona que Fox actúe de esa manera, desapareciendo del mapa, pero también me duele el amor que aún siento por él.
—Entiendo, Ezra. Quizá me equivoqué. —Me da una caricia en el hombro.
Antes de que salga por la puerta dispuesto a empezar su turno en el negocio le dirijo la palabra.
—Hunter... ¿de verdad yo te gusto? Es decir, ¿siempre ha sido en serio?
No estoy seguro del porqué necesito reafirmarlo, tampoco busco encontrarle demasiado sentido. Quizá simplemente estoy buscando una distracción al desorden qué hay en mi vida.
—Claro que sí, eres mi tipo. Me gusta tu bondad y sensibilidad.
—¿Tú... crees que...? —La pregunta queda en el aire. Me arrepiento de siquiera formular algo como ello—. Nada.
Hunter ríe, aunque creo es una risa nerviosa.
—No es momento de pensar en esas ideas. Aunque vaya, qué honor que siquiera la idea pueda cruzar por tu cabeza.
—Hunter... —suelto una risa— gracias. En verdad, me has ayudado mucho, y me sigues ayudando.
Agradezco que no se lo tome en forma grave. No debo traicionar mis sentimientos, pero es verdad que a veces siento cierta tentación a estar con alguien que en verdad me ame, donde no todo sea tan complicado. Que pueda salir de la mano con esa persona sin sentir culpa, que no existan mentiras. Y sé que con Hunter puedo tener esa estabilidad.
—Me alegra, formo parte de tu club de fans, así que es lo mínimo que puedo hacer.
—¡Hunter! —Mis mejillas enrojecen— ¡No tengo un club de fans!
—Dile eso a todos los que te quedan mirando cuando vas al negocio. Más y más rivales, un día me volveré loco.
Entre risas me despido de él. Subo al cuarto y prendo el computador, debo avanzar con el proyecto. Me refugio en dónde sé que soy bueno, y me digo a mí mismo que saldré adelante. Si Naomi ha podido, entonces yo también lo haré, aunque sea haré el intento.
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