CAPÍTULO 51
⋆NAOMI⋆
—Hola, Naomi. Adelante. —Me indica el cómodo asiento frente a mí.
Doy pasos sigilosos hacia el sillón. De reojo veo a la mujer que también toma asiento en una silla. Se ve joven, su cabello lo tiene amarrado en un tomate que no es rígido, al contrario, está bastante desordenado con mechones que caen sueltos. Sopla sobre uno de ellos que cae en su cara logrando que este se levante.
Viste una camisa bastante colorida y un pantalón palazzo que me recuerda un poco a Dakota.
El recuerdo de mis amigos me inquieta un poco. Ezra, Holly y Fox repentinamente se regresaron antes de Australia. No dieron mayores explicaciones, dejándonos muy desconcertados a Dakota, JJ y a mí. Las deducciones fueron obvias, al encontrarse tuvieron una pelea. Holly no avisó que iría a encontrarse con nosotros, y quizá el reencuentro entre los tres fue incómodo. No estoy segura de qué ocurrió, cada vez que le marco a Ezra me responde algo apagado. Me calma con que Holly le está ayudando a sobrellevar todo y que por fin pudieron hablar las cosas. Pero por algún motivo no puedo quedarme del todo tranquila, es un presentimiento que tengo en el pecho.
—¿Está bien si te llamo por Naomi? —pregunta la psicóloga haciendo que regrese a tierra— Dime cómo te gustaría que te llame —agrega con una sonrisa amigable.
—Naomi está bien. Todos me llaman por Naomi.
—Bien, Naomi. Em... te pediré algunos datos para comenzar. —Toma el lápiz para rellenar una ficha.
Son datos básicos y personales. Respondo con facilidad aquellas preguntas que no involucran en absoluto lo que viví ni mis sentimientos. Básicamente consisten en mi edad, lo que estudio, con quien vivo e información de mi familia. Una vez que ya ha rellenado todo, me pregunta si antes he pasado por un proceso psicoterapéutico, y le cuento la experiencia que tuve con la psicóloga anterior conteniendo el nudo en la garganta.
Ella se da cuenta de que es algo que me incomoda y no sigue indagando en ello. Se presenta, su nombre es Destiny, aunque ya lo sabía. Mis expectativas son algo bajas, no porque no crea en sus capacidades, sus estudios son impresionantes, pero dado lo que ocurrió con la especialista anterior, no puedo estar saltando de emoción, menos con el motivo que me hace estar aquí en este momento.
—Me haría feliz que me tutees, por favor, Naomi —su voz es suave y dulce— hablemos de tú a tú.
—Bueno, Destiny. No tengo problemas con eso... —desvío la atención a los cuadros que hay en la habitación.
—Cuéntame, Naomi, ¿Qué es lo que te tiene aquí hoy?
—Es largo, muy largo. Toda mi vida... fue relativamente tranquila. No demasiados amigos, pero los precisos... En la escuela me sentía excluida, y tuve algunos problemas en el colegio católico dónde estuve. Con el tiempo las cosas mejoraron, Mike, mi hermano siempre ha sido increíble... —sonrío, y ella imita mi acción— mis padres también fueron muy buenos... no absorbentes, pero siempre me consintieron en todo lo que quería. JJ mi novio, es maravilloso... me ha ayudado demasiado... Mis amigos, como decía, son pocos... pero los amo y realmente siento que haría lo que fuera por ellos, eso a veces me ha llevado a ser muy... intensa, creo. Intento trabajar en ello, creo que es porque soy muy impulsiva, se me hace difícil abstraerme cuando algo me parece mal o me preocupa. Esa actitud... fue también lo que hizo que cuando vi cosas que me parecieron muy malas en mi entorno, no pudiera mantenerme callada...
—Bien, vamos por partes —dice con calma— primero quisiera preguntarte por tus amigos... ¿Me darías sus nombres, Naomi?
—Sí... Ezra Barratt...
—¿Qué hace él?
—Es estudiante... de arquitectura. Él es mi mejor amigo.
La veo tomar nota en su agenda.
—Dakota Horton, ella es mi amiga y compañera de teatro. Holly Barratt que también es estudiante de arquitectura y hermana de Ezra. Y Fox Grimes, él está a punto de ser arquitecto.
De seguro ha escuchado nuestros nombres, o al menos, ha oído de nuestros apellidos, pero cualquier impresión se la reserva.
—Muy bien, Naomi, dime... ¿A qué te refieres con estas malas situaciones? Dijiste que no pudiste quedarte callada. Me gustaría que me contaras a qué te refieres.
Suelto una pesada exhalación.
—Destiny, es fuerte hablar de esto... así que...
—Si sientes que no puedes hablar de ello, entonces me lo dices, Naomi, dímelo con confianza.
Asiento con la cabeza.
—Si se vuelve demasiado abrumador te diré Destiny. Está bien... Habían unos sujetos en la facultad... Wes, Austin, Caleb y Jason —decir sus nombres en voz alta es como soltar una maldición— ellos llevaban tiempo molestándome... sexualmente... es decir, cada vez que me veían en la Universidad decían estupideces, cosas obscenas o se burlaban de mí. Siempre les hice frente, y esa situación no me afectaba demasiado, sabía cómo sobrellevarlo y responderles. Pero un día —recuerdo esa maldita noche— se atrevieron a... abusar de mi amiga, Dakota. Estábamos en un club en una fiesta, ella desapareció... y junto con mis amigos la buscamos por todo el local. Cuando la encontramos, esos sujetos la tenían encerrada en el baño, y la habían besado y tocado... mientras ella estaba inconsciente. Ese fue el inicio de todo... —Siento la necesidad de hacer una pausa, y tomo la tetera sobre el escritorio sirviéndome una taza de té.
—Naomi, ¿esta situación fue denunciada?
—Sí, es decir, no con la policía... fue un tema a discutir. Me peleé con Holly... no quería que Dakota hiciera algo... quería que se quedara callada.
—¿Holly Barratt no? —Asiento con la cabeza—. Debió haber sido muy complicado.
—Totalmente, yo quería lo mejor para Dakota. Sentía que no hacer nada era quedarse de brazos cruzados, y... tuve un roce con Holly... —De pronto, la mano me tiembla. Siento angustia en el corazón.
—¿Cómo suele ser tu relación con ella? —indaga.
—Bien, nos conocemos hace muchos años, pero en algunos temas solemos tener diferencias. Es una persona con convicciones muy diferentes a las mías. Creí que le podía ayudar, pero más bien, parece que me he equivocado una y otra vez... Esa situación no me hace sentir bien... —reconozco repentinamente. Me toma por sorpresa el haber dicho algo cómo eso.
—Naomi, más adelante te preguntaré por esto que me comentas, pero ahora quisiera que regresemos a lo que ocurrió esa noche. Me dices que no lo denunciaron, ¿verdad?
—No, Dakota prefirió denunciarlo en la facultad... Nuestra Universidad activó un protocolo... contra el acoso y abuso sexual. Se supone que con la legitimidad que tienen, denunciarían a la policía en caso de que los hechos pudieran ser tipificados de delito. Al inicio tuve mucha esperanza... creí que nos escucharían, porque a raíz de lo que pasó... y en especial, de algo que hice para que Wes fuera expuesto... muchas muchachas se atrevieron a alzar la voz, denunciaron experiencias similares a lo que vivió Dakota. Sin embargo, a la hora de la resolución... les dieron una... sanción ridícula. Tuve mucha rabia...
Una cosa lleva a la otra, hablar de ello me hace derivar necesariamente en mi preocupación por mis amigos. Los problemas que tienen y la manera en que busco ayudarlos. El cómo me sentí los últimos meses respecto al actuar que tuvieron, mis pesares, y por supuesto, lo que ocurrió con Holly en mi apartamento. Lo que sentí cuando dijo que solamente se dedicaban al arte aquellos que no tenían más capacidades, y el que le angustiaba mi actuar porque a su criterio siempre quería que los demás giren entorno a mí. Mi tristeza al escuchar esas palabras, porque jamás he querido causar tanto daño a mis amistades, estoy muy arrepentida.
No interviene demasiado, me deja hablar a mi ritmo y toma nota cada ciertos segundos. Aunque no debe entender por completo a qué me refiero, ya que sigo omitiendo un episodio demasiado relevante del porqué estoy aquí.
Me aconseja respecto al triste sentimiento que me embarga. De lo preciado qué es el arrepentirse de las propias acciones y considerar el sentir de los demás. También de que analice hasta qué punto estas palabras puedan ser reales. Y que de cualquier forma, representan su verdad, que el sentir de cada persona proviene del cómo cada ser se explica las cosas a sí mismo. Y que son nuestras experiencias las que muchas veces determinan ese sentir. Asiento, aunque le temo a esos segundos en silencio, al episodio que he estado manteniendo en secreto.
—Naomi, la verdad es que me quedo con muchas inquietudes —continúa, buscando regresar al comienzo de la sesión— primero, quisiera referirme a cómo empezaste... dijiste que lo que vivió Dakota fue el inicio de todo, ¿no es así?
—Sí.
—¿Por qué ese lo consideras el inicio?
—Yo... —De pronto, me he quedado en blanco, porque cualquier respuesta que dé, no termina de sonar bien. He dicho que ellos llevaban tiempo molestándome. Sin embargo, he considerado cómo el inicio cuando Dakota salió lastimada. No me hago de demasiados rodeos, escapar de la realidad que ella me ha dejado ver sin necesidad de palabras es imposible—: Porque ahí se trató de ella. Mientras me molestaban a mí, no importaba, pero cuando se trató de ella fue diferente. Por eso fue el inicio.
Desvío la vista a mis zapatos, se me hace difícil mantener el contacto visual al hacer esa confesión. Es inevitable, los recuerdos vuelven a mí, así también como los cuestionamientos a si podría haber evitado este desenlace. Quizá siempre actué demasiado tarde.
—Bien, Naomi, veo que has pasado por situaciones difíciles. Por lo que me has contado, tengo varios puntos a señalar, que por supuesto, iremos profundizamos con el tiempo, si es que te sientes cómoda con mi manera de trabajar. Primero, creo que puede existir una cierta... inclinación, Naomi, a que exista un desequilibrio en tus relaciones personales. Me parece que eres una persona que está 24/7 para sus amistades, dejando a un lado sus propias necesidades. Cuando se hace esto, Naomi, se pueden dar diferentes situaciones. Por sobre todo, te deja en una situación muy vulnerable. También, tu anhelo por generar conexiones humanas, creo que te hace entrar en conflicto cuando te encuentras ante personas que no tienen los mismos valores que tú. Estos sentimientos pueden llevar a que a pesar de contar con una importante red de apoyo te sientas sola.
—Sí, me hace bastante sentido... —digo, y los ojos los siento vidriosos.
—Creo que internamente haces una clasificación, Naomi —sigue desarrollando su idea— A las personas que te interesan o a las que quieres, quieres conquistarlas, por decirlo de alguna manera. Es decir, anhelas agradarles, que les gusten tus ideas, y si esto no ocurre, Naomi, sientes muchas frustración, quizá incluso pierdes el sueño buscando la manera de que piensen como tú o te quieran.
—Sí... más de alguna vez —admito.
—El punto a trabajar aquí será el control —sostiene— Lo que piensen los demás, el si les gustamos o no, Naomi, es algo que escapa de nuestro control, no podemos hacer nada al respecto. Son seres aparte de nosotros, por lo tanto, es algo que no depende de ti. Puedes hacer muchas cosas, Naomi, pero finalmente es algo que recae en los demás.
—Sí, Destiny, lo sé. Y de verdad intentaba trabajar más en ello... de corazón...
Sin querer concentro la vista en los distintos artículos que hay sobre la mesa. En especial, de la réplica artificial de un enebro, en un precioso macetero pintado con glitter azul.
—Naomi, el que reflexiones sobre estos momentos es un trabajo muy valioso. —Me sostiene la mirada al recuperar mi atención—. Se ve que tú constantemente quieres ser una mejor persona. Buscas tus errores y tratas de enmendarlos. Sin embargo... ahora tengo más dudas, Naomi. Porque llevamos cuarenta minutos hablando y creo que hay algo más, que es otro el motivo que te llevó a estar sentada aquí hoy día.
—Hay algo más —concuerdo— esos sujetos... que le hicieron eso a Dakota... —De pronto, comienzo a sentir asco, mucho asco— ellos... quisieron vengarse de mí. —Mi mirada se apaga—. Cuando quedaron libres... fueron por mí... me echaban la culpa de que sus familias ahora los vieran con malos ojos, de las supuestas repercusiones que yo les había generado, a pesar de que yo veía que únicamente habían quedado impunes... Me engañaron, enviándome un mensaje del teléfono de Ezra... Me citaron en un lugar, y fui... pensando que sería mi amigo, pero era una trampa... Me subieron a un auto en contra de mi voluntad... —El nudo en la garganta vuelve a formarse—. Me secuestraron llevándome lejos, manteniéndome en condiciones deplorables... y me...
Es muy complicado.
—Naomi, recuerda que no es necesario hablar de algo que aún no te sientes preparada. ¿Está bien?
—Sí... pero puedo... hablar... creo, o al menos lo intentaré... Tiempo atrás se me habría hecho más difícil, pero estos últimos días, sentí el cariño y apoyo de los míos y eso volvió a darme fuerza... —Me tomo unos segundos— Wes, Austin, Caleb y Jason me v-violaron. Me sentí en la mayor tristeza y oscuridad, algo que jamás había sentido a esa intensidad... en toda mi vida. Creí que moriría... pero logré sobrevivir... Aún no lo entiendo, pero logré hacerlo. Aunque el mismo día que llegaron... que por fin fui rescatada... Austin... A-Austin Beirne —digo finalmente— él intentó violarme nuevamente, y yo... yo le... hice algo —no termino la oración— a veces aparece en mis pesadillas... la sangre... me digo a mí misma que fue en defensa propia, que quizá salvé a alguien... pero me perturba... jamás creí que haría algo así... Yo... Dios, todo fue demasiado difícil... porque también reconciliarme con mi cuerpo... No podía verme en el espejo... porque recordaba las huellas de todo lo que pasó, y las pesadillas de cómo me tocaron y cómo luchaba por no... por no ser violada... y... —Se me agita el pecho, y las lágrimas escapan sin control—. Destiny, jamás creí que me enfrentaría a algo así... a pesar de todo lo que estaba pasando a mi alrededor, no estaba preparada y...
—Naomi, nadie debería estar preparada para vivir algo cómo eso. Sé que en el fondo, tú también lo sabes... Estás con mucha angustia y no es menor. Lo que viviste, todo a lo que sobreviviste. Yo te agradezco la confianza, Naomi... En una primera sesión muchas veces se da una especie de descarga, si queremos llamarlo de cierto modo. Expulsamos todo lo que nos aflige. Pero, sin duda, tú has liberado todo lo que tenías acumulado, puedo verlo...
—Sí, no lo sé, hay algo en ti... que me transmite cierta confianza, perdón si no suena como algo que...
—No tengo problema con lo que me dices, me alegro de que sea así... Naomi, el camino no es fácil, pero tu disposición es extraordinaria. Trabajaremos en que nuevamente te sientas dueña de tu cuerpo. Eres suficiente, Naomi, y muy valiente. El silencio suele ser el poder de quienes se esconden, pero todo lo que implique soportar tú no lo callas. Hay mucha fortaleza en ti.
—Gracias, Destiny...
Ella también se sirve una taza de té, bebe un largo sorbo antes de continuar.
—Quisiera pedirte una cosa.
—Sí, dime.
—Te dejaré una especie de tarea.
—No me agradan mucho las tareas —confieso, llevándome un pañuelo a los ojos secando las lágrimas.
—No es una difícil, Naomi —asegura— durante la semana me gustaría que te grabaras a ti misma, en audio... Quiero que registres cosas de tu día a día. Sensaciones, Naomi. No es necesario que sean cosas demasiado profundas. Simples, pero que te hayan despertado una emoción.
Asiento, y sin querer mi vista se desvía al reloj. Nos hemos pasado unos minutos de la hora, aunque a ella no parece importarle. Me pregunta con qué sensación me he quedado y le digo la verdad, siento alivio al haber sacado todo lo que había en mi interior. Ella se ve satisfecha, es amable al momento de despedirse de mí. Y cuando salgo del edificio, Mike me está esperando fuera del automóvil.
—¿Cómo estuvo? —pregunta, y advierto la preocupación en su rostro.
—Mucho mejor que la anterior... la verdad estuvo bien. Quiero continuar con ella.
—Me alegro mucho. —Me abre la puerta del vehículo a pesar de que no es necesario.
Conduce por el camino habitual, y cuando solo faltan unas pocas cuadras, hace un movimiento repentino dejándome desconcertada. Se excusa con que tiene preparada una sorpresa, llevándome a una plaza que está rodeada de locales pintorescos. Bajamos y me enseña una heladería. No sé cuál de los dos está más emocionado. Solemos comportarnos como niños cuando estamos solos, siempre fue así.
Pido el que es de mix de berries y Mike se va por uno de vainilla.
Nos sentamos al aire libre, viendo a los niños que juegan por la plaza.
—¿Ya tienes una fecha nueva para la boda? —pregunto.
—Mel me ha hablado de la boda, pero la verdad... no he podido pensar demasiado en eso...
—Mike, por favor... no postergues algo tan importante por lo que a mí me sucedió.
—Prefiero tomarme mi tiempo, antes que hacerlo apresurado y no sentirme genuinamente feliz. No puedo estar feliz con todo lo que te sucedió, te adoro, eres mi hermanita. Fue muy difícil para mí procesarlo todo. ¿Cómo podría estar haciendo una celebración?
—Estoy aquí contigo, y te estoy diciendo que no detengas tu vida por mí.
—No lo haré, pero dejaré que pase el juicio para recién pensar en una nueva fecha. Vamos, que tampoco estoy tan apurado, ¿o crees que si dejo pasar mucho tiempo Mel terminará huyendo de mí? —bromea.
—Sería lo más sensato —lo provoco.
Mike suelta una risa.
—Hermanita, hermanita, los encantos de los Cranham son irresistibles. Las personas no escapan de nosotros.
Suelto un bufido.
—No lo sé, Mike, mejor no confiarse.
—¿Cómo que no lo sabes? ¿Acaso te críe de esa manera? Vamos, Naomi, si hay algo que amo de ti es esa encantadora autoestima alta que me encargué de cultivar por años.
Sonrío, no se ha perdido. Sigue ahí, dándome la garra para destruir a esos imbéciles en ese juicio. Pero, hay algo que sigue inquietándome.
—Estoy algo triste de haber afectado tus planes.
—Oye, Naomi, te prohíbo que te sientas triste por eso. Ahí yo me sentiría mal, lo mío es secundario, hermana.
—Hablamos de Mel, hablamos de tu matrimonio.
—Sí... hablamos de Mel.
—La persona que amas...
—Sí... amo a Mel, y a ti también. ¿Pero sabes? —baja la voz— a ti te amo desde mucho antes —me sonríe— así que tú eres prioridad. El matrimonio puede esperar. Lo que no puede esperar es el querer acompañarte en todo este proceso. El asegurarme de que retomes tu vida cuando tú te sientas lista. El verte feliz y amada. Y el que esos hijos de puta se pudran en la cárcel. Eso es el ahora, es nuestro ahora.
—Esa es mi realidad, y entiendo el que te afecte. Al revés estaría igual. Pero no me siento cómoda con...
—Cuando te hicieron eso, me lo hicieron también a mí. No es una metáfora ni nada por el estilo, realmente sentí que me lo hacían a mí. Estuve destrozado, Naomi, lamento ese día no haber actuado, ni haberme bajado de ese vehículo, pero estaba destruido...
—No te sientas mal Mike... —lo consuelo. No quiero que tenga esos pensamientos— Mike, fue nuestra promesa lo que me dio fuerza cuando... estuve ahí —digo a media voz. Sus ojos se vuelven llorosos, mas sé que hice lo correcto al confesárselo. Él me dio fuerza y esperanza en mi momento más crítico, aunque no estuviera presente en carne y hueso.
—La promesa en tu cuarto, de que lucharías hasta el final. La recordé en esa semana, y solo deseaba que la cumplieras, de que estuvieras viva y que pudieras cumplirla.
—Mike...
—Te amo hermana. Sin ti me muero. Por favor, ten una larga vida, ambos —agrega— que estemos un día en la casa de campo con JJ y Mel, y que todo este sufrimiento forme parte de un pasado muy lejano. Que tengas una hija preciosa, y yo ocho mini Mikes que anden corriendo por el prado.
—¿Ocho? ¿Acaso quieres volver loca a Mel? —Le doy un pequeño empujón—. Ven aquí, idiota. Te amo con mi vida.
Me abraza con fuerza, dándome suaves caricias en la espalda. Terminamos de comer, y cuando me va a dejar al edificio se queda unos segundos viéndome mientras entro a este. Antes de ingresar al recinto, volteo, alzando la mano despidiéndome. Y esta vez se queda tranquilo con la certeza de que volverá a verme, de que estoy mejorando, y que mis garras de arrasar con todo ante las autoridades son como una llama que cada día crece más y más.
—¿Cómo estuvo? —pregunta JJ cuando me ve entrar al apartamento. Cookie juega alrededor mío.
—Muy bien...
Le cuento todos los detalles. Lo que hablé y las respuestas que ella me dio. La confianza que sentí a pesar de ser la primera sesión y que quiero continuar asistiendo. También que compartí con Mike, y que me siento más aliviada. Él se da cuenta de que estoy siendo sincera, que no me estoy guardando las cosas, que me estoy abriendo con él. Tal y como él hizo conmigo hace tanto tiempo en ese precioso parque.
—¿Entonces tienes ánimo? —pregunta con ligera diversión. Entiendo perfecto a lo que se refiere, y me parece una idea maravillosa.
Le devuelvo la sonrisa con el mismo ímpetu.
—Claro, claro, así que lo haremos ahora, ¿ah? Bien, ni pienses en escapar mientras me cambio de ropa.
—No lo haré. No tuve un buen día.
—¿Qué ocurrió? —pregunto desde mi cuarto. Me toma pocos segundos colocarme ropa deportiva.
—Estudiantes... réplicas exactas mías en mi peor tiempo.
—Auch.
—¿Será el verdadero karma? —pregunta algo divertido.
—No lo sé, si ahora te doy una paliza, seguro que sí.
—Un poco de compasión, Naomi.
—¿Ruegas por tu vida? —bromeo, una vez que salgo quedando frente a él.
No responde, pero mueve sus dedos en señal de que me acerque. Curvo hacia arriba la comisura de los labios en tanto me aproximo rápidamente a él. Doy patadas al aire, tratando de no golpearlo, aunque igualmente él esquiva con facilidad mis movimientos. Intenta atacarme, mas lo hace con mucho cuidado. Logro zafarme del agarre, y entonces, hago un movimiento no demasiado fino, llevando toda mi fuerza a las piernas, y con ellas lo hago caer al suelo. Antes de que termine de reaccionar uso las rodillas para aprisionar las suyas, arqueándome ligeramente hacia mi izquierda.
—Naomi... eres buena, muy buena.
Con el movimiento la capucha de la sudadera se me va hacia adelante. JJ levanta su torso apenas aflojo el agarre de sus rodillas. Me roba un beso cargado de adrenalina, que a la vez es dulce y tierno. Se lo devuelvo con la misma fuerza y energía. Mi pecho se agita mientras estoy arriba de él devorándonos con anhelo y amor. Me separo de JJ, sintiendo las mejillas calientes, excusándome con que debo darle de comer a Cookie, cuando en verdad solamente quiero dejarlo con ganas de más.
Cookie ladra en cuánto escucha su nombre, como diciéndome que más vale cumpla lo que he dicho. Sonrío ante esa audacia que tiene. JJ también se ve feliz mientras prepara la cena. Le doy su alimento a Cookie, y mientras JJ sigue concentrado en la cocina, me encierro en el cuarto presionando sobre el símbolo del micrófono en el teléfono.
—Hoy comí un delicioso helado, y empujé a Mike. —Los segundos siguen corriendo ante un inminente silencio que dura poco tiempo— Luego... —continúo— tuve una pequeña batalla con JJ, ¿quieres saber quién ganó? Ganaste tú —declaro orgullosa mientras veo mi propia fotografía en la esquina superior derecha. No me doy cuenta de cómo pequeñas lágrimas se deslizan por mi rostro, pero no son de tristeza, son de felicidad—. Te sigo queriendo, Naomi. Te quiero mucho.
Corto el audio, limpiándome las lágrimas ante el llamado de JJ que viene desde la cocina. Salgo y me dejo llevar por la emoción del momento, y por la juguetona Cookie que lucha conmigo por la atención de JJ. El tiempo transcurre más rápido de lo habitual, porque junto a ellos vuelvo a conocer el verdadero significado de la felicidad. Hay calidez en mi corazón.
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