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CAPÍTULO 46

EZRA

—¿Llego en mal momento? —pregunto al ver a Naomi y JJ con el cabello revuelto y la ropa desacomodada. Me basta esa imagen para deducir que estaban durmiendo antes que llegara, y me siento algo culpable de ello. Me hubiera gustado llegar más temprano, pero me agregaron una clase recuperativa en el último minuto, o más bien, no me di cuenta de que la tenía hasta que estaba en la facultad.

Sigo siendo algo despistado.

—Para nada, no te preocupes —susurra Naomi en una sonrisa suave, que pareciera ocultar algo más.

Entro al apartamento, dejo mi bolso en el sillón más próximo. Naomi me quita la bolsa, ansiosa por el postre de frutillas que sabe viene en su interior. La conozco demasiado, sé que las ama profundamente. Va a la cocina en busca de dos platos y parte el trozo para que ambos comamos.

—Les daré privacidad —dice JJ, antes de besar su mejilla. Naomi le sonríe, y él se pierde lentamente por el pasillo, Cookie le sigue el paso.

—Veo que Cookie sigue enamorada de él —bromeo.

—Aún no comprende que la batalla la perdió hace mucho tiempo. Igual ahora somos más amigas que antes... parece que me extrañó un poco... ya sabes... —De pronto, su voz se quiebra.

—Todos te extrañamos demasiado, Naomi...

Ella toma asiento frente a mí. Está tan callada, que por un segundo temo que crea que nos hemos olvidado de ella, que no sufrimos durante su desaparición.

—Naomi... ¿qué pasa? ¿por qué no dices nada? —pregunto suavemente.

—Es solo que... no lo sé... todo ha sido tan extraño, Ezra. Tuve un mal día... demasiado malo... aunque JJ... él es increíble... él es capaz de convertir un día malo en uno cargado de esperanza.

Saca un trozo de la tartaleta llevándolo con deleite a la boca.

—Me alegra escuchar eso, pero... ¿qué pasó?

Naomi agacha la cabeza, parece algo nerviosa, como si se sintiera en conflicto.

—Ya no sé qué hacer, Ezra... siento que estorbo...

—Naomi... ¿Qué dices? Eres Naomi Cranham —digo, subiéndole el ánimo— eres una persona determinada, tú sigues tus convicciones, eres fiel a ti misma —le sonrío— dame un segundo —agrego, al sentir que me vibra el teléfono.

Es un mensaje de mi hermana.

Holly
¿Crees que le guste? Estoy por entregárselo a Oliver.

Abro la imagen, es una caja de bombones bastante finos. La caja tiene forma de corazón, y los bombones son variados, rellenos con chocolate, bitter y chocolate blanco.

—¿Por qué sonríes? —me pregunta Naomi. Una pequeña sonrisa se forma también en su rostro.

—Holly le dará un regalo a Oliver, chocolates, puedes imaginar lo feliz que estará.

Le escribo una respuesta en tanto Naomi me dirige nuevamente la palabra.

—Ustedes... están muy unidos, ¿no? —pregunta, cuando ya le he enviado que seguro le fascinarán. Darle chocolates a Oliver es llevarlo al paraíso.

—Sí —contesto— es cierto que no ha sido fácil, pero ninguno de los dos ha sido un Santo... yo cometí muchos errores, y me siento muy aliviado de que me haya perdonado y de la cercanía que hemos logrado formar...

—¿Sí...?

—Sí, Naomi. Tú sabes cuanto me importaba ganarme su afecto... yo... sueno tan patético, pero era lo único que deseaba, más allá del cariño de mis padres, yo quería que Holly me quisiera.

—Yo sé, Ezra, yo sé... sé que siempre has querido su cariño... y por favor, no digas eso, nada que venga de ti sonaría patético, Ezra. Eres tan bueno...

Tomo un sorbo de agua, y aproximo mi mano a ella, sin llegar a tocarla, pero a escasos centímetros de la suya.

—Te agradezco, Naomi... —suspiro— te agradezco por siempre estar... y estoy también muy agradecido con Holly... gracias a ella he podido seguir viendo a Oliver, no sé cuánto tiempo dure... Sabes cómo es mi madre... seguramente pronto se entere de todo y buscará la manera de alejarme de Oliver... Pero esos minutos lo valen todo, me alegran la vida, Naomi. Siempre estaré agradecido por ello...

—Me alegra...

Hay algo extraño en la forma en que lo dice, aunque no termino de entenderlo por completo, quizá solo es una impresión. Termino de escribirme con mi hermana, y cuando levanto la cabeza los ojos de Naomi se ven vidriosos.

—¿Qué pasa Naomi?

—Me siento mal... Ezra... ¿crees que interfiero demasiado en sus vidas? —pregunta tomándome por sorpresa.

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—Temo dar mi opinión, Ezra. Temo decir lo que creo. —Lágrimas corren por su rostro—. Quizá ya no estoy pensando bien, quizá mi manera de actuar es demasiado invasiva, quizá me equivoco. ¿Y quién soy yo, Ezra? Si no puedo ni con mi propia vida. —Se escucha agitada, su respiración se vuelve irregular.

—¿Qué dices, Naomi? —me incorporo de mi puesto, rodeándola con mis brazos— no suenas como...

—He perdido mi identidad, Ezra. —Llora suave en mi pecho.

—Escúchame. —Tomo su rostro—. Tú jamás, jamás, perderías tu identidad. Eres la persona que me acompañó durante tantos años, fuiste mi refugio, y yo seré el tuyo cada vez que lo necesites. Eres mi mejor amiga, te amo —le digo sin ningún pudor, porque sabe que no es en un sentido amoroso—, no los dejes ganar, Naomi. No escuches esas voces que te atormentan. Escucha la mía —le pido— escucha las voces de las personas que te aman. JJ estaría de acuerdo conmigo, estoy seguro de ello.

Naomi se aferra a mí. Me acaricia la espalda, y yo su cabello. Cualquiera que nos viera de lejos y sin conocernos, creería que somos una pareja, pero jamás nos hemos visto de esa manera. Ella para mí siempre ha sido una madre. Me parte el corazón verla tan vulnerable, pero la entiendo, lo que vivió fue demasiado fuerte.

—Quiero explicarte... necesitas saberlo... el por qué dejamos de venir... que no lo justifica... para nada... pero necesitas saber que no era por ti. He venido por mí y por todos, toma mi voz como si fuera también la de Dakota y Fox. Nos sentimos muy mal.

Sus ojos se detienen en los míos, se ve algo confundida, no debe imaginar lo que quiero decirle.

—¿A qué te refieres, Ezra?

Tomo una gran bocanada de aire mientras me armo de valor.

—Me siento culpable de lo que te pasó... —confieso— si hubiera sido más atento, más responsable... estaba... distraído... tan distraído... con... el novio de mi hermana... —se me corta la voz— que me olvidé de todo lo demás... soy una mierda de persona, Naomi... así me sentí... porque si hubiera sido más precavido... si hubiera sido un mejor hermano... podría haberlo evitado —digo, y no puedo dejar de llorar— y tenía esta angustia en el pecho cada vez que te venía a ver, pero ese día que te vi tan mal... me quedé en blanco, porque me di cuenta de cuánto te había dañado con mis acciones, con mis malas decisiones...

Ella rápidamente me toma del rostro, obligándome a sostenerle la mirada.

—¿Ezra... cómo puedes decir eso? Ellos ya habían acosado a tantas mujeres... Sabemos lo que le hicieron a Dakota en ese club... me amenazaron cuando finalizó el proceso llevado en su contra. Lo hubieran hecho tarde o temprano... estaban buscando la oportunidad, Ezra. Si no era con tu teléfono, habría sido de otra manera... pero eso lo planificaron con tiempo... fue una venganza, fue una crueldad —Su pecho se agita, pero intenta sonar firme. 

—Tenía tanto miedo de que en el fondo me culparas, Naomi —admito. Ella me mira con dolor— de que de alguna manera, cuando me vieras, pensaras que era responsable, y con todo derecho Naomi, porque yo me siento tan culpable...

—¡Ezra! ¿Cómo se te ocurre pensar algo así? No eres culpable de nada, Ezra... ¿cómo puedes torturarte de esa manera...? —Me consuela, abrazándome con fuerza.

—Fox se siente igual... Naomi, fue un gran error todo... sé que ya lo sabes... pero... me siento tan mal por todo...

—Ezra, los únicos culpables son esos... esas bestias —corrige— y por favor, ni se te ocurra pensar que algo en toda esa relación fue un error... ¿lo amabas, verdad? —Asiento con la cabeza—. Nada fue un error, el amor nunca será un error, Ezra.

—Naomi... —sollozo— nos sentimos mal... muy mal... Dakota también se sentía en conflicto por todo lo que vivió... pero ahora nos sentimos como unos imbéciles por no haber reaccionado, por ese día quedarnos paralizados. Perdón, Naomi...

—No hay nada que perdonar —murmura ella— Ezra... —Me obliga sostenerle la mirada nuevamente—. Ni en mis momentos de mayor oscuridad, nunca jamás les he recriminado nada. Ni incluso en esos días que estuve con esos monstruos, jamás pensé que ustedes tuvieran culpa de algo. Cuando pensaba en ti, en Fox, en Dakota, en Holly... —baja un poco la voz— siempre era con la esperanza de volverlos a ver, jamás con odio, jamás con recriminación, jamás con resentimiento. Nunca se me cruzó por la mente que pudieran tener culpa en nada... porque no hay motivos para creer algo como eso... Ezra, se me parte el alma.

—Igualmente perdóname, Naomi...

—Es que no hay nada que perdonar... —insiste ella— cuando te vi ese día... se sintió tan irreal... como si estuviera soñando... Lo que hicieron, el que me buscaran... Yo ya creía que mi destino estaba sentenciado, Ezra...

—Te buscaríamos por todo el mundo... No te dejaríamos a la deriva.

Su agarre se vuelve más fuerte, y sus lágrimas sé que son producto de la emoción...

—Gracias por decírmelo, gracias por explicarme el distanciamiento... me sentía sola... JJ es increíble... créeme que sí... pero en cuanto a mis amigos... me sentía muy sola, Ezra.

—Lo imaginé... y por eso necesitaba decírtelo. Realmente tenía la necesidad de hablarlo contigo... —Naomi se limpia las lágrimas—. Llama a JJ —le pido, y ella arruga el entrecejo.

Me hace caso, va por él. Y mientras lo hace, yo me levanto de la mesa. En pocos segundos ambos están frente a mí, puedo advertir la curiosidad en sus ojos.

—Si tienen planes tendrán que postergarlos... —digo, conteniendo la emoción— nos iremos de viaje. Con los chicos hemos pagado todo. Cinco días de vacaciones en Australia. Sé que no es mucho, pero sabemos que se viene el juicio y el tiempo se hace escaso... Que sea nuestro golpe de energía —propongo— creo que nos haría bien a todos...

—¿Naomi? ¿te parece bien? —le pregunta JJ a Naomi.

Ella lleva la mano a su boca de la impresión. Lágrimas caen por sus mejillas, pero esta vez no de tristeza, sino todo lo contrario.

—¿Bien...? No... esto suena... a algo maravilloso —sonríe, y su sonrisa es tan hermosa y genuina que parece la de un verdadero ángel.

JJ se conmueve al verla tan radiante, la envuelve en sus brazos, y a Naomi se le escapa una pequeña risa. Cookie corre alrededor de ellos con un juguete en la boca. Y por un instante, me siento el espectador de un final que podría haber sido muy feliz, espero esa felicidad llegue y se prolongue. Naomi la merece.

No sé cuál será el resultado de esos días aislados de nuestra realidad, pero tengo la esperanza de que volverán a unirnos.

Tengo la esperanza de que más que amigos, volveremos a ser una familia.







𝑀𝓊𝒸𝒽𝒶𝓈 𝑔𝓇𝒶𝒸𝒾𝒶𝓈 𝓅♡𝓇 𝓁𝑒𝑒𝓇

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