CAPÍTULO 36
⋆EZRA⋆
Regreso atemorizado al apartamento. Los padres de Eleanor fueron con la policía, en un caso que cada vez se vuelve más complejo y grave. Las conexiones son inevitables. Yo mismo intento encontrarle un sentido a la situación. ¿Será posible que Eleanor esté con Naomi?
Siendo honesto, Eleanor no le tenía demasiada estima a Naomi, pero de ahí a que esté involucrada en esto, apoyando algo tan terrible, hay bastante diferencia.
Apenas entro, les cuento las noticias a JJ, Mike, y Melissa. Cuando comento que Eleanor es la novia de Wes, todos sacan sus propias conclusiones. La situación es muy extraña.
—Lo que no entiendo es la diferencia de días —dice Melissa— si lo piensan, si formara parte de esto, ¿por qué esperaría hasta este día para ir con ellos?
—¿Qué insinúas? —pregunta JJ.
—Creo que aquí pasa algo más. —Melissa camina de un lado a otro, como si estuviera reflexionando acerca de alguna idea—. Desgraciadamente la certeza solo la tiene Naomi, en este momento. —Con las manos arruga los bordes de su vestido—. Pienso que quizá Eleanor está ahí, pero no porque esté involucrada. Tal vez al ser tan cercana a Wes, algo le pareció extraño, y se dio cuenta de que Wes no se había ido del país.
—No podemos descartarlo —digo— aunque si Eleanor sospechó algo, estoy seguro de que no le mencionó nada a nadie. Confiaba plenamente en Wes, y aunque haya visto algo, pienso que intentó convencerse a sí misma de que esa no podía ser la realidad hasta hablar con él.
Melissa hace una mueca que refleja tristeza. Lamentablemente eso no nos ayuda en el caso, aunque dejando eso de lado, espero de todo corazón que Eleanor se encuentre bien.
—Perdonen chicos —habla Mike, levantándose del sofá— no puedo pensar en nada... Iré al cuarto —agrega en un hilo de voz.
Mientras pasa a un lado de nosotros, reparo en JJ. En solo unas horas su apariencia ha empeorado. Tiene aspecto desaliñado, y en sus manos sostiene una prenda de Naomi, como si quisiera aferrarse a algo; al aroma que aún se debe encontrar en su ropa. Cookie está junto a él, su energía también ha desaparecido, la mayor parte del tiempo duerme. Cuando despierta generalmente se queda en el cuarto de Naomi, o descansa en la orilla de la puerta esperando su regreso.
Tomo mi brazo izquierdo, controlando mi nerviosismo, para darle palabras de aliento a JJ, mas el timbre empieza a sonar impidiendo que alcance a decir algo. Abro la puerta, dándole paso a una mujer hermosa, de una larga cabellera oscura. Sus rasgos son muy finos, destacando su nariz respingada.
—¿Ezra? Qué grande estás.
Medito por unos segundos de quién se trata hasta dar con la respuesta.
—¿Emma...?
—La última vez que nos vimos aún te veías como un niño. Lamento que nos encontremos en estas circunstancias.
—¡Emma! —se exalta Melissa, corriendo a su encuentro— qué bueno verte aquí. —Emma se acurruca en el hombro de Mel, abrazándola con fuerza.
—Por supuesto que vendría, apenas me enteré quise venir.
Mike debió escuchar el alboroto ya que inmediatamente hace acto de presencia. En cuanto Emma lo ve va dónde él.
—Perdónenme por estar tan desaparecida.
—Eso no importa... —la tranquiliza Mike— no te preocupes.
Mike se escucha tan apagado cuando suelta esas palabras. Advierto la conmoción en Emma al verlo de esa manera. Él siempre fue la alegría en su grupo de amigos, esa persona que se encargaba de animar al resto, es desconcertante verlo tan consumido por la tristeza. Luego, se detiene en JJ; la extrañeza se apodera de su rostro. Claro que la situación es espeluznante, pero le debe parecer raro que JJ esté al mismo nivel de devastado que Mike, parece fuera de sí.
—Estamos juntos —le dice JJ a Emma, como si hubiera leído su gesto de la misma manera que yo.
Antes de responder, Emma nos dedica una mirada a todos, hay impresión y un asomo de angustia en ella.
—Lo lamento, JJ. Sé lo que se siente esa incertidumbre.
Imagino que la situación abre viejas heridas en ellos. Cuando estábamos en la adolescencia, Naomi admiraba mucho a Emma, intentaba imitar su estilo, no por completo, pero en pequeños detalles. Cambió el color de su cabello, incorporando mechones de color rosa como los usaba Emma en ese entonces. Gracias a Naomi, conocí un poco de la historia de Emma. A su novio lo mataron, y pasó meses sin saber qué le había sucedido. Se llamaba Tyler y también era amigo de JJ, Mike, Charlotte y Adam.
Es verdad, quién mejor puede entender el infierno que está viviendo JJ, es Emma. Sus palabras no son únicamente un intento por empatizar, ella pasó por exactamente lo mismo.
—Él siempre está con nosotros —le murmura JJ.
Emma mueve la cabeza en una afirmación. Toma asiento en el suelo, tomando las manos de JJ que sigue en el sillón.
—Tyler y tu hermano cuidarán a Naomi. La traerán de regreso.
JJ acaricia la mano de Emma.
—Gracias, Emma. Intento aferrarme a eso, y a la mujer fuerte que sé qué es Naomi, pero por favor... lo que estamos hablando supera cualquier cosa. Y aunque, mi vida ha sido dura... demasiado dura... —su voz se quiebra— la verdad es que, es la primera persona a la que amo, y todo lo anterior pareciera no doler nada al lado de esto.
Mel es la primera en reaccionar, va dónde JJ, rodeándolo con sus brazos. Emma toma un poco de distancia, se acomoda su vestido grisáceo, quedando junto a Mike. JJ suelta un llanto desgarrador, y opto por caminar hacia la pieza. No es que sea indiferente a su dolor, todo lo contrario. Pero no quiero sentirme una carga más al quebrarme frente a los demás.
Me limpio las lágrimas con la manga, y abro la laptop, verificando si hay alguna actualización en la búsqueda de mi teléfono. Constantemente estoy revisando la localización, mas no hay nada nuevo. Sigue marcando exactamente el mismo punto. Me siento frustrado, y cierro la pantalla de mala manera.
Me recuesto sobre la cama. Pierdo la vista en el techo, abrumado por todos los pensamientos perturbadores que pasan por mi cabeza en este momento. Lloro suave, de manera que no pueda ser escuchado por nadie. Y pese a haber tomado una energética, quizá mi cuerpo ya no resiste más, porque lentamente mis ojos hinchados se sienten más pesados que nunca.
Todo mi cuerpo habla, necesito descansar.
Suspiro, y los cierro. No me doy cuenta de cómo me quedo dormido mientras lloro.
Es el mismo parque dónde solíamos reunirnos, o parece serlo. Pese a que se ve igual, algo se siente diferente. Quizá son los árboles que ya no son tan altos cómo los recordaba. O tal vez se debe a que soy capaz de percibir aquellos detalles que le restan algo de belleza.
Naomi me observa fijamente.
—¿Ezra? ¿Escuchaste algo de lo que dije? —inquiere, cruzándose de brazos, como si se tratara de uno de esos tantos regaños que me daba bromeando. Niego con la cabeza como respuesta, y ella aunque se ve exasperada, termina por repetir su idea—: ¡Que conseguí la botella, gracias a mis trucos! Por fin, podremos probar a qué sabe. Ya sabes que todo lo que hacemos, es para aprender, y que así no nos hagan tontos en el futuro, ah. Que sé que también mueres de curiosidad. Será épico, Ezra, será recordada como la travesura de mi cumpleaños —sonríe— Es importante crear recuerdos, son los que nos harán reír cuando tengamos arrugas, las que seguramente le saldrán a JJ en unos años más, por esa expresión que nadie puede borrar de su rostro. —Lo imita.
—Naomi... —La abrazo con fuerza, con toda la fuerza que logro reunir.
—Hey, ¿qué pasa? ¿estás bien? —Toma un poco de distancia de mí, buscando que en mi rostro no exista un rastro de lágrimas—. No me digas que otra vez tus padres quieren obligarte a ir a esos eventos, ¿quieres que los golpee, Ezra? —Se acomoda la gorra sobre su cabeza—. Puedo hacerlo si quieres. La verdad es que siempre que los veo, tengo ganas de hacerlo. Por lo mismo prefiero no verlos muy seguido.
Suelto una risa. Ella detiene los golpes al aire, imitando cómo se los daría a mis padres de tenerlos al frente. Estalla en una carcajada junto conmigo. Sin embargo, somos interrumpidos por una voz ajena.
—¿Naomi? —pregunta. Me doy vuelta, distinguiendo una silueta, que tanto su cuerpo y rostro está tachado con rayas, impidiendo discernir de quién se trata—. ¿Qué haces aquí? Tú deberías estar muerta.
Naomi pasa de la confusión a la ira en tan solo un segundo. Su impulsividad se hace presente rápidamente.
—¡¿Qué dijiste?! ¡Atrévete a repetirlo! —Naomi avanza un paso en su dirección, pero su rostro se descompone.
—¿Naomi?
La seguridad que siempre la ha caracterizado se apaga, dando paso a angustia. Observa sus brazos, deteniéndose especialmente en sus manos, como si viera algo que a mis ojos no es visible.
—Ezra... mi cuerpo se está pudriendo —murmura.
—No... no.... —niego con la cabeza. Sin embargo, por algún motivo que no comprendo, las bacterias se hacen presentes ante mis ojos. Su piel se torna de otro color, y un olor desagradable invade el ambiente—. ¡Naomi! ¡Naomi! —Apenas las palabras salen de mi boca, llevo la mano a esta, tapándola junto con mi nariz.
Intento acercarme a ella, mas no lo consigo. Es como si hubiera una muralla invisible entre los dos.
—Es tarde —asegura. El viento sopla, y su cabello no se mueve, como si fuera ajena al mundo, como si se tratara de una ilusión. De pronto, su boca está sellada, cosida en un hilo negro.
—¡Nunca! ¡Tú no eres así! ¡Tú luchas y sobrevives! ¡Te encontraremos! Naomi... Naomi... por favor... —digo en un hilo de voz, mientras sigo luchando contra la barrera invisible que no me permite el paso.
Su piel se deshace, dejando al descubierto la carne, y la impresión me hace gritar, una y otra vez.
—Solo era un trozo de carne —oigo otra voz detrás mío.
—¡Cállense malditos desgraciados! ¡Cállense! ¡Cállense! ¡Cállense! —Nadie me toma en serio, nadie me escucha. Me toco los labios, dándome cuenta de que también están sellados. No respiro, no puedo moverme. De un segundo a otro, suena un disparo y...
Tomo una gran bocanada de aire, con el pulso agitado, despertando de la peor pesadilla que he tenido en toda mi vida.
—Oh, Dios, Oh, Dios... —Mi respiración está alterada. Me suda el cuerpo. Y lloro ante la imagen de haber visto a Naomi así; aunque haya sido una pesadilla, dudo que sea algo que pueda olvidar fácilmente. El horror me mantiene perturbado. Sé que está hablando mi inconsciente; los temores ante lo que Naomi pueda estar viviendo. ¿Y si es tarde? ¿Y si mi mejor amiga ahora está muerta? La sola idea me aterra. Desearía regresar a ese atardecer dónde se despidió de mí bajo el sol, y tomarla fuerte del brazo, impidiendo que se vaya. Desearía haber sido más precavido en el vestidor, y haber cuidado ese teléfono con mi vida. Desearía que este mundo fuera diferente. Jamás había pensado demasiado en esa idea, aunque sabía que en Naomi solía estar constantemente.
Me incorporo en la cama. «Por favor, Naomi, aguanta. Yo sé que eres una luchadora. No pierdas la esperanza. Daría lo que fuera con tal de que salieras de dónde estés».
Voy al baño, y paso agua por el rostro. Mientras lo hago, Melissa toca con suavidad la puerta, le abro sintiendo el peso de su mirada sobre mí.
—Ezra... ¿Cómo te encuentras? Quizá... suena algo estúpido preguntar, sé que todos estamos mal, pero no puedo evitar preocuparme. ¿Se entiende a lo que voy, no? —pregunta un poco nerviosa— puedes desahogarte en mí, quizá te reconforte un poco, Ezra.
Bebo un sorbo de agua.
—Es un gesto dulce, Mel... Acabo de tener una pesadilla sobre Naomi...
Ella se apoya en el marco de la puerta, transmite calma, a pesar de que está viviendo el mismo infierno que nosotros. Siento que esa serenidad no podré recuperarla hasta tener noticias de Naomi. Es como si algo hubiera muerto dentro de mí.
—No eres el único... créeme que todos las hemos tenido, o estamos con problemas de insomnio. Tenemos medicamentos por si necesitas... descansar.
Niego con la cabeza inmediatamente. Quiero mantenerme lo más lúcido posible, nunca he tomado pastillas para dormir, pero su reputación me dice bastante del efecto que tendrán en mí. El problema no es que te hagan dormir, sino el efecto que se mantiene y te deja aletargado al despertar.
—Si cambias de opinión, por favor dime. Yo sé que todos queremos estar alerta, pero no dormir solo nos debilita —agrega con dulzura.
Asiento, aunque dudo que cambie de parecer.
—¿Los demás? —le pregunto al sentir tanto silencio en el apartamento.
—Salieron, em... la policía reunió las grabaciones, y bueno, Mike y JJ fueron... a verlas, debían identificar si quién aparece en la grabación es Naomi. Al menos, coincide con la fotografía que le entregaron, y la vestimenta que señalaron. Mientras dormías llegó Charlotte y Adam, no sé si los recuerdas... así que fueron todos juntos allá.
Escuchar aquello me da un poco de esperanza, significa que tendremos pruebas sobre quiénes están detrás de esto.
—Es un pequeño alivio. Me hubiera gustado ir...
—No te preocupes, ya ves que fueron todos. Apoyarán a Mike y JJ, así será —me asegura.
—Sí... ustedes son muy unidos, después de todo... —murmuro con cierta tristeza— ¿por qué te quedaste aquí?
Melissa repara en mí con curiosidad.
—Quería cuidarte. Ya iban muchas personas, y te ibas a quedar solo.
—No soy un niño, Mel —le digo, con el leve asomo de una sonrisa, o lo más similar a ello.
—No lo eres, pero te pareces un poco mí, creo. No te iba a dejar solo. ¿Qué te pasa, Ezra? ¿Por qué te veías tan triste cuando dijiste que éramos unidos?
Me da un poco de vergüenza admitir que me da dolor ver la amistad entre ellos. Habla mal de mí, y de mis sentimientos.
—Porque... ustedes no se veían en mucho tiempo, pero apenas surgió algo tan tremendo como esto, llegaron todos, apoyándose los unos a los otros. En cambio... nosotros. —Pienso en Dakota, Fox y Holly—. Estamos encerrados, viviendo cada uno su sufrimiento en soledad. Sé que todos estamos muy mal como amigos de Naomi, pero es como si no fuéramos capaces de hablar de ello entre nosotros.
—Pero... todos aparecieron ese día, aquí en el apartamento, apenas se enteraron. Quizá las cosas no son tan así cómo crees. Puede ser que tú te estás cerrando a ellos —sugiere con cuidado.
Tiene razón en lo que dice, todos llegaron rápido cuando supieron lo que le pasó a Naomi, pero no quita la amarga sensación que tengo en mi interior.
Salimos del baño, ella me sigue a pasos pausados hasta la cocina.
—Solo se dio ese momento para hablar de lo que sucedió, o creíamos pudo haberle pasado. Solo porque se trataba de noticias. —Tomo asiento en la mesa—. Pero al momento de hablar de nuestros sentimientos, de lo que estamos sufriendo, cada uno desapareció. Estamos muy separados, y quizá en eso influye los conflictos que teníamos antes de que Naomi desapareciera, pero no puedo evitar pensar, que sin ella, nuestra unión no existe. Y tal vez no debería decir estas cosas, porque fui yo quién precisamente alejé a la persona que amo, que también adora con su alma a Naomi, pero no lo sé, qué complejos terminamos siendo...
—¿El ser humano? Siempre lo es. —Toma asiento frente a mí—. No puedo darte una solución a lo que dices... —lleva una mano a su cabeza— lo que estamos viviendo es terrible, y el cómo reaccione cada uno es muy personal. Tampoco creo que se puedan forzar las cosas. Aunque quizá, a esa persona a la que te refieres... deberías darle una oportunidad. —Mis ojos conectan con los suyos—. Es en estas circunstancias... que necesitamos más que nunca el apoyo de las personas que amamos...
—Debería ser así, pero... a veces se vuelve difícil, más cuando terminas de abrir los ojos, dándote cuenta de que la persona que amabas no era quién creías.
Melissa se levanta abruptamente del asiento, dándome un abrazo. Sabe que lo necesito, y me aferro con fuerza a ella, conteniendo las lágrimas.
—No quiero entrometerme demasiado, pero te veo tan mal. Y sé que lo de Naomi nos tiene así, es duro muy duro, y por lo mismo, creo que si aún amas a la persona a la que te refieres, no lo tires todo por la borda, menos en este momento.
—Te agradezco el consejo, Mel, pero no es tan fácil. Me engañó, y eso no se olvida fácilmente. Mike tiene suerte de tener a alguien como tú.
Antes de que ahonde en el asunto del engaño, opto por hacerle una pregunta. No tengo energía para hablar de toda la situación con mi hermana.
—Puedo preguntar... ¿si siempre fue Mike? ¿Cuándo supiste que valía la pena intentarlo?
—No siempre fue Mike —confiesa— mi corazón era de otra persona, o eso creí al principio. Pero le di una oportunidad porque él me quería más de lo que yo lo quería a él. No sé en qué momento me terminé enamorando. —Lleva una mano a su cabeza—. Cuando ocurrió me di cuenta de que siempre se trató de él, aunque no lo tuviera claro desde un inicio. Pero el cómo lo haya vivido yo, no significa que en tu caso será igual.
Asiento, intentando formar una sonrisa, aunque se me hace difícil ver un futuro con Fox.
Yo sigo amándolo, y lo que siento por él nunca lo he sentido por nadie, pero me temo que en esta ocasión no será suficiente.
Suspiro, y decido hacerme un sándwich. Llevaba un par de horas sin comer. En medio de eso, me vibra el teléfono. Es Hunter que me ha hablado por Instagram.
Hunter
¿Cómo sigues? ¿Se ha sabido algo más de Naomi?
Ezra
Estoy mal, pero... hace poco recibimos la noticia de que se incautó las cámaras de seguridad. Ahora solo queda esperar.
Hunter
Espero las cosas se agilicen. Imagino lo desesperante qué debe ser.
Ezra
Mucho... lo peor es la impotencia de sentir que no puedes hacer nada. Cada vez estoy peor.
Hunter
Ezra, necesitas un respiro. Al darte un pequeño momento para ti, no le estás fallando a Naomi. Al contrario, te dará más fuerza. ¿Por qué no intentas ver a tu hermano? Debe estar inquieto, si ha visto las noticias. Sabe que es alguien muy importante para ti.
Medito en la idea. Es cierto que estar lejos de Oliver es algo que me debilita demasiado. Por otra parte, él quiere mucho a Naomi, y toda esta situación lo debe tener nervioso. Dudo que mis padres le expliquen lo que ha sucedido, o hablen del tema con él. Tampoco quiero que crea que al irme lo he abandonado.
Ezra
Iré. ¿Quieres acompañarme?
Cualquiera creería que un niño de la edad de Oliver a esta hora debería estar en casa. Sin embargo, mis padres lo han inscrito en mil actividades extracadémicas, que supuestamente le serán provechosas, aunque sé que él no está interesado en ninguna de ellas. Aunque son las seis de la tarde sigue en la escuela.
Hunter me responde que estaría encantado de acompañarme. Y es así, como rápidamente salgo del apartamento.
Ya estamos en la recepción de la escuela de Oliver, cuando me entra todo el nerviosismo de ser descubierto por mis padres. No obstante, es verdad que en la escuela siempre acostumbraron a verme. Por otra parte, ya le avisaron a la profesora de Oliver del retiro de clases, así que no puedo retractarme, y tampoco quiero hacerlo. El saber que estoy tan cerca de verlo le da un segundo de alivio a mi corazón.
—¡Papá! —grita Oliver, en cuanto me ve, corriendo hacia mí.
Lo agarro fuertemente, alzándolo en el aire. Lo extrañaba demasiado.
—Vi a Naomi en las noticias —murmura cuando lo estoy bajando. Hay una profunda angustia en su rostro—. ¿Qué le pasó? Yo la quiero mucho.
—Ella... —pienso bien en mis palabras mientras él me presta toda la atención del mundo—, es Naomi, puede con todo. Pero... sí, en este instante, no sabemos muy bien qué le pasó Oliv, solo que se trata de personas malas las que se acercaron a ella.
Él agacha la cabeza, enfocando su vista en sus zapatos y se balancea ligeramente hacia adelante y hacia atrás.
—El hombre más ruin que existe —habla en voz baja— es aquel que únicamente se siente bien dañando a otro, quién se aprovecha de su fuerza para abusar a quién subestima. Pero a veces son esas personas las que terminan sorprendiéndolos. —Hunter quién aún no ha tenido oportunidad de presentarse abre los ojos como platos. Pese a que yo conozco a Oliver mejor que nadie, no deja de impactarme su manera de hablar a tan corta edad—. Quiero creer que Naomi volverá.... pero no será la misma.
De pronto, es como si los roles se hubieran invertido, como si yo fuera el niño, y es Oliver quién me está dando la noticia, dándome esperanzas, pero siendo realista. Nadie ha querido referirse a eso. "No será la misma". Es cierto, nadie podría ser la misma persona al vivir un secuestro, sin decir todo lo que de seguro, le han hecho pasar. Me destroza.
—Le diré al osito chip que la proteja con sus poderes —agrega Oliver ante mi enmudecimiento.
—¿Poderes?
—Ha desarrollado poderes ¡Y ayudará a Naomi! —Comienza a dar vueltas en círculos.
Aprovecho que recupera su buen humor, para presentarle a Hunter. Al inicio, Oliv parece inspeccionarlo, luego, le da un apretón de manos con mucha energía. Rápidamente se llevan bien, aunque ese es un efecto que genera Oliver, es imposible que no sea bien considerado por quién lo conozca. Es un niño muy alegre y dulce.
Mi móvil suena, es una llamada de mi hermana. Cuando le menciono esto a Oliver, me sujeta con fuerza de la camiseta.
—¿Pasa algo, Oliv? —inquiero.
—Em... creo que sería mejor no decirle nada a Holly, ¿no lo crees? —Se queda en silencio unos segundos—. Podríamos ocasionarle problemas, si nuestros padres se enteran de que sabía de esto. ¿Y no queremos eso, verdad? —sonríe suavemente, ladeando la cabeza.
—Oliv... eres muy considerado, pero le avisé antes de venir. Me llamó cuando iba saliendo, pensé que sería mejor que lo sepa. Tranquilo, no le pasará nada. —Le sacudo la cabeza, acariciándola.
Contesto la llamada, y mientras hablo con ella, Oliver se aferra con fuerza a mí. Su agarre es tan firme, que es como si de pronto, temiera que yo desapareceré de su lado. Quisiera tener las palabras exactas para expresarle que eso jamás ocurrirá. Aunque ya no viva en esa casa, Oliver es mi vida. Él nunca saldrá de mis pensamientos. Su felicidad siempre será la mía. Le corto a mi hermana, quién me asegura que en este momento no se encuentra nadie allá, y que si quiero puedo llevar a Oliver a casa. Desde que me fui, quién asumió el rol de trasladar a Oliv es el chofer, pero me asegura que él no hablará.
Agradezco el gesto. Retiro a Oliv de la escuela, y nos vamos junto con Hunter. Me agrada cómo interactúa con él, aunque una parte de mí siente un gran déjà vu al verlos.
De pronto, creo que en Hunter estoy buscando a alguien más, y no puedo quedarme tranquilo ante ese pensamiento.
⋆⋆⋆
Recién está cayendo la noche cuando el apartamento se llena de gritos.
—¡Hijos de perra! —grita JJ apenas entra a este, tomando cada cosa que encuentra a su paso arrojándola y quebrándola contra el suelo. Mike a pasos temblorosos aparece detrás de él—. ¡Los mataré! ¡Los mataré!
—¿JJ...? —Melissa se aproxima a él, aunque se detiene. JJ está cegado en un ataque de ira.
—¡Aaaahhhhhhh! ¡Malditos hijos de perra! —continúa gritando, sin responderle a Melissa.
Mike se limita a llorar.
—¿Qué pasó? ¡¿Qué vieron?!
Intento prepararme para lo que dirán, pero mi cuerpo tiembla. Tengo mucho miedo.
—¡La vimos correr! ¡Y tratar de pelear con ellos en esa puta calle! ¡Estaba completamente sola, sin que nadie la ayude! ¡Imbéciles! ¡La subieron a un auto, y se la llevaron! Aún están siguiendo el recorrido con las cámaras, veremos cuánto más tardan. —Tira los vasos que se encontraban sobre la mesa, quedando el piso repleto de vidrio—. No puedo, Mel... no puedo... Quiero matarlos, necesito matarlos. —Una vena se le marca en la frente, y su voz es desgarradora. Se arrodilla en el suelo.
—Sí, es horrible... —Melissa se ve consternada— pero... no perdamos fuerza, es un avance. Ahora nos tomarán en serio con que ellos están detrás de todo...
A pesar de que es cierto, con esto se hunden queda más que claro que el viaje era una coartada. Aun así, no se siente como una victoria, todo lo contrario.
—¡Y una mierda! Ellos amenazaron con viol... Oh, Dios, no puedo... no puedo. —Golpea el suelo—. No quiero que ella viva el mismo infierno que yo. No quiero que la toquen, la imagen no la soporto. No permitiré que la toquen.... Me estoy muriendo... me estoy muriendo...
—Yo también, JJ. Yo también —dice Mike, quien se arrodilla junto a él— no entiendo cómo todo se fue a la mierda de un momento a otro. Ese mismo día estuve con ella, y reímos y todo estaba bien. Todavía quiero creer que esto es una pesadilla, porque que abusen de mi hermana me hace querer morir, JJ. Si no regresa no creo que pueda seguir viviendo... —llora desconsoladamente.
—Chicos... vamos, por favor —ruega, aunque se ve que Mel se está conteniendo— por ella hay que intentar tener esperanza. Por favor, no entremos en pánico.
Pero ya entramos en pánico, yo incluido, porque también comienzo a llorar. Es un golpe de realidad, todos sabíamos que ellos estaban detrás de esto, pero confirmarlo es abrir los ojos de lo que le pueda estar sucediendo a Naomi. Los segundos pasan, y aunque Melissa intenta contenernos, no es suficiente. Nada podría ser suficiente.
—¿Quiénes estaban? —pregunto, haciendo mi mayor esfuerzo en alejar esa imagen de Naomi peleando, intentando librarse de ellos.
Mike responde con voz temblorosa.
—Wes, Austin, Caleb y Jason. La policía habló de un supuesto testigo, alguien con quien se cruzaron cuando ya estaban en el vehículo... pero está de espaldas a la cámara.
—Espera... ¿Nolan no estaba?
—No había nadie más en el vehículo —asegura Mike.
Tomo rápido mis cosas.
—Es imposible que Nolan no supiera nada, hay que buscarlo ahora ya. Déjenme esto a mí, ¿está bien? —digo mientras salgo por la puerta.
—Yo también saldré —asegura JJ, a lo que Melissa lo observa con preocupación— no pienso quedarme más en este puto apartamento solo esperando. Iré a ese lugar de mierda, e intentaré buscar lo que sea.
—JJ...
—No te atrevas a decirme nada, Mel —dice JJ con firmeza— todos bien saben de todo lo que soy capaz, si intentan detenerme les haré recordar quién soy. ¿Qué? ¿Creen que de verdad me calmé tanto? Quizá he cambiado, pero la verdad, es que no tanto cómo se podría creer. Son esas pastillas las que me mantienen tan dócil, y adivinen qué, ya las abandoné.
—¡JJ! ¡¿Cómo puedes hacer eso de un día para otro?! ¿Sin consultarlo con el médico? Escúchame —intenta tomar su rostro, pero JJ le aparta las manos— claro que haremos todo por Naomi, pero no sacas nada con dejarlos, te haces un mal a ti mismo.
—¿Y tú precisamente me hablarás de eso? —inquiere. La mirada que le dedica da miedo. Es esa arrogancia que tenía JJ hace muchos años atrás.
Melissa retrocede un paso.
—Por favor, basta. —Mike se interpone en medio de ambos—. Deténganse, qué carajos... —habla entre sollozos— iremos los tres, y no nos haremos daño entre nosotros.
—Yo iré con Nolan. Nos reuniremos más tarde. —Me limpio las lágrimas, despidiéndome rápidamente. Sé que están tensos e inquietos, pero lamentablemente no puedo hacer nada. Mi fuerte tampoco son las palabras, ni animar a los demás. A duras penas, puedo con mis propias emociones. En este momento, lo mejor que puedo hacer es encontrar a Nolan.
Y ya sé con quién debo ir si quiero ubicarlo.
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