CAPÍTULO 33
🌹Aaaah! Cumplí un añito en Wattpad, así que capítulo doble. Gracias por estar aquí❤️.
⋆EZRA⋆
Han pasado cinco días desde que Naomi no regresó al apartamento. Y así cómo ella no volvió, yo no volví a hacer el mismo. Con JJ pasamos noches en vela, ya sea buscando información por nuestra cuenta, o esperando noticias de la policía. Desde que lo conocí, siempre sentí cierta admiración por él; por la fortaleza que proyectaba, que también es una gran coraza. Quizá conmigo intentaba mantenerse medianamente estable, pero todas las noches, cuando creía que ya me había quedado dormido, lo descubrí en el cuarto de Naomi, llorando, con la única compañía de los aullidos de Cookie. Es alguien que oculta mucho lo que siente. Cada vez que lo descubrí en esa situación retrocedí, y regresé al cuarto con dolor en el corazón.
Desde que Melissa habló con los padres de Naomi, estos inmediatamente viajaron. Se quedan en un hotel cerca del edificio, y constantemente vienen a vernos. Dado que no hablamos de cualquier familia, sino de la familia Cranham, la noticia terminó en manos de la prensa, cosa que de seguro, con lo idiotas que son, no dimensionaron los desgraciados de Wes y sus amigos. Si querían jugar una broma, esto ya no es gracioso, dejó de serlo desde que ya pasó la cantidad de horas en que uno puede esperar "buenas noticias". Por otra parte, la intervención de la prensa ha sido un arma de doble filo. Da esperanza de que quizá los imbéciles recapaciten y la dejen ir antes de hacerle daño. Quizá es muy ingenuo de mi parte creer en eso, pero necesito pensar que aún no le han hecho un daño demasiado... grande. Y por otro lado, nos ha causado ira y más tristeza, porque es impresionante la cantidad de cosas que han dicho de Naomi, afectando su imagen.
No sé de dónde apareció tanta gente afirmando que la conocía, diciendo que era una persona problemática y promiscua. Hablan de ella, como si fueran sus amigos, revelando detalles de cómo era en la fiestas, asegurando que se emborrachaba, y que incluso se drogaba. Naomi nunca ha probado drogas, y las veces que se ha emborrachado, estoy seguro pueden contarse con los dedos de las manos. Hablan de cómo se vestía, como si de alguna manera, hubiera buscado lo que le pasó. Salen teorías tan ridículas, desde el narcotráfico, hasta que es una mujer caprichosa que quiere llamar la atención, y que cuando se aburra regresará sola. Redes sociales se llena de comentarios de que debió ser la pareja; el nombre de JJ se vuelve tendencia, en más teorías morbosas y simplemente... absurdas.
El televisor encendido se vuelve un eco de esas palabras, y Melissa toma el control con la intención de apagar a esas voces malintencionadas. JJ la detiene, mientras Mike y yo permanecemos quietos, yo recargado contra la pared, él en el sillón frente a JJ.
—Quiero escuchar qué dicen.
—Has escuchado cada palabra desde que empezaron, deja de hacerte más daño —le responde Mel.
—Malditos hijos de puta... —A JJ se le marca una vena en la frente— ¿Qué saben esos hijos de puta? ¡¿Cómo se atreven a denigrarla?! Después... que Naomi ha hecho tanto, es una mujer tan fuerte. Todo lo que dicen de ella... cómo se atreven a reducirla a eso... a decir toda esa mierda. No la conocen, no la conocen ni un poco. —Lleva la manos a su rostro, como si buscara despertar de esta realidad—. Naomi ama leer, así como le apasiona la actuación. Ama a su hermano, y a su familia...
Mike se quiebra y empieza a llorar. Melissa inmediatamente busca apoyarlo, pero no hay nada que logre calmar un terror tan grande como este. Se sienta junto a él, colmándolo de caricias.
—Lucha por sus ideales, es una mujer de convicciones fuertes, es feminista —continúa JJ— También es... un desastre en los deportes desde que era niña, y... lo es en la cocina —sonríe, con los ojos llorosos— es tan desordenada, en su cuarto nunca se sabe dónde es seguro pisar... Su lugar seguro son las estrellas —afirma— y ama, ama a sus amigos, al punto que se olvida de dedicarse tiempo a sí misma. Nunca llora, nunca la he visto llorar, ni en mis momentos de mayor fragilidad, ni cuando ella no se encuentra bien.
Todas sus palabras cavan y llegan a mi corazón. Tiene razón, y es lo que más me duele. Por eso no resisto escuchar todo lo que se está diciendo de ella. Su existencia no se reduce a si iba o no de fiesta, a con cuántas personas estuvo, o el tipo de ropa qué usaba. Y aun así, aunque se tomaran como ciertos los rumores, no es razón para hablar así de alguien que se encuentra desaparecida. No ayuda en nada. ¿Cuál es la intención con denigrar a la víctima? ¿No debería estar buscándose al responsable? ¿Por qué las personas son tan crueles? ¿No piensan en que hay familia, amigos, pareja, que leen y escuchan todas esas estupideces? ¿No tienen sentimientos?
—Nunca me equivoqué... —murmura Mike— en creer que tú la amarías de verdad.
JJ levanta el rostro.
—La amo cómo no te imaginas, quizá... no lo demostré lo suficiente, pero la amo con toda mi alma.
—Yo también la amo —intervengo— no de la manera cómo tú la amas... pero como una amiga, una hermana, y como una madre —admito en voz alta, aunque me dé un poco de vergüenza— siempre me ayudó demasiado, y estoy seguro de que gracias a ella, logré resistir esos años en que no conocía el amor. Antes de que F... —Fox. Pero duele el solo decir su nombre— antes de que esa persona especial apareciera en mi vida, creo que lo único que me mantuvo en pie fue Naomi y Oliv.
A pesar de lo apagado que está JJ, cuando se detiene en mí, hay un pequeño brillo en sus ojos, algo en lo que dije le provocó un buen recuerdo.
—¿El guardián del osito chip? Solía hablar de él —JJ me toma por sorpresa— lo defendió de tu madre cuando estuvimos en tu casa. Naomi decía que le gustaba actuar, hablaba de que en un futuro tendría un teatro y daría cursos para niños como Oliver.
Sonrío junto con él. Muy típico de Naomi.
—JJ... —habla Mike, quien lleva mucho tiempo con el teléfono en mano— lamento todo lo de redes sociales. —Sé que se refiere a todas las estupideces que dicen de JJ, las teorías son horrorosas, y es difícil escapar de ellas, ya que es de las primeras cosas que uno lee si busca el nombre de Naomi en cualquier página de noticias o de chisme.
—Me importa una mierda, Mike. Que hablen lo que quieran. —Sin embargo, sus ojos están hinchados de tanto llorar—. Solo quiero que Naomi regrese. Lo demás no importa. Me siento culpable de no haber estado en todo momento, de no haber insistido desde un inicio en que fuéramos a la policía. Con todo lo que viví debí haber sido más precavido. No puedo perdonármelo. Yo vivía con ella, no ustedes, y confié demasiado en que ella sabía lo que hacía, y no sé... qué pasó conmigo...
—Tomaron mi teléfono. Yo estaba demasiado distraído y no tuve cuidado. Si no hubiera sido por mí, Naomi estaría aquí —digo, logrando la atención de ellos sobre mí.
—Aquí ninguno de ustedes tuvo la culpa —interviene Mel— lo que están haciendo solo provocará más dolor. Sabemos que la justicia no funciona cómo esperamos. —Hay cierta insinuación en sus palabras, pero no deja de ser cierto—. Yo sé que es complicado, muchachos, pero debemos pensar en qué opciones tenemos. No permitiremos que se salgan con la suya, ¿no? Naomi querría que mantengamos ese pensamiento, estoy segura.
—Ciertamente eso es lo que ella querría —murmura JJ— pero no puedo evitar estar preocupado ¿Qué le habrán hecho a estas alturas? Eso me carcome la cabeza Mel... no puedo razonar, no puedo concentrarme en nada... —Su pierna tiembla—. Necesito que esté bien. Necesito... necesito... —se quiebra otra vez, y Mike junto con él.
Inevitablemente yo también siento lágrimas correr por las mejillas.
Melissa se arrodilla a un lado del sofá, buscando la mano de JJ.
—Aquí todos amamos a Naomi, pero debemos intentar pensar con la cabeza. Sé que es difícil, lo sé muchachos, pero si nos derrumbamos nos ganan. Como sea, debemos pensar en una manera de encontrarla, ya que la policía está siendo tan ineficiente... Ezra —dice, volteándose en mi dirección— ¿Tu teléfono tenía activada la localización, no? ¿Has intentado rastrearlo?
Lo he intentado y marca la misma dirección que nos comunicó la policía hace unas horas. El último mensaje fue enviado desde la calle 111 Lingmoor, ese debería ser el punto de inicio de la investigación. Sin embargo, conseguir las grabaciones de las cámaras lleva su tiempo. Por lo cual, luego de esa información quedamos nuevamente en nada.
—Sí, pero la localización no se actualizará si se mantiene apagado. La última ubicación que me aparece es la misma que maneja la policía. Tampoco sabemos si aún conservan el teléfono, o lo habrán botado en algún lugar... pero... me estoy fijando constantemente, ya que lo tengo vinculado a la Mac.
Todos se ven algo decepcionados. Yo también lo estoy, hemos perdido mucho tiempo. Una de las primeras diligencias de la policía fue allanar el apartamento. Forma parte del protocolo, pero no por ello, dejó de ser frustrante el que revolvieran todo el lugar, cuando nosotros sabíamos que lo que sea que le ocurrió no fue aquí. Se sintió horrible, y se perdieron horas que se podrían haber dedicado a investigar desde el punto dónde se perdió la ubicación del móvil. Por otro lado, las copias que Naomi dejó en la Universidad lograron ser recuperadas, y aunque deja a Wes y sus amigos como posibles sospechosos, no es prueba suficiente para acusar a nadie. La policía pareciera no tomarle demasiada importancia. Las familias de los desgraciados han permanecido en silencio, y la única declaración que dieron los Harrington es que Wes se encuentra en Puerto Rico con Austin. Las historias que han subido lo confirman, mas dudo que sean de ahora.
—¿Dijiste que ninguno de ellos vive por ahí?
Asiento. Por desgracia, conozco las casas de Wes y sus amigos, en este círculo todos nos terminamos relacionando. Sé que ese sector queda bastante distante de dónde viven, aunque puede ser precisamente parte de una estrategia.
—Piensa en si alguien de sus conocidos vive por ahí. Nos podría servir —insiste Mel.
Y por extraño que parezca la dirección sí me suena de algún lado, pero no estoy seguro del motivo.
⋆⋆⋆
Entro a la tienda con unas gafas que me recuerdan a Fox, necesito tapar estas ojeras, parezco más un muerto que un vivo. Lleno el carrito de bebidas energéticas, recuperar energía es mi prioridad en este momento, para seguir al tanto de cada detalle de la investigación. Paso los artículos por caja, tras la vitrina del vendedor empiezan las noticias sobre Naomi en la pantalla.
—Estoy muy impactado... —comenta el muchacho, pasando las latas— tuve la oportunidad de conocerla en el bar y....
—Te atreves a decir... —Me tenso por completo. Estoy cansado, muy cansado—. Una sola mala palabra de mi mejor amiga, y te prometo que... me iré sin pagar, y... le haré mala fama a este local ¿sí?
—¿Mejor amiga...? ¿Ezra? —pregunta. Y entonces levanto las gafas, dejando al descubierto mi agotamiento. Hay cierta lástima en él, y cuando subo la vista, a ese cabello rosa pastel comprendo quién es—. Estuvimos hablando semanas por internet, bueno, hasta que dejaste de responder —suelta una risa nerviosa— Cuando supe la noticia me preocupé por ti, pero no quería incomodar.
—Hunter... ¿Cómo... la conoces?
—Fue una coincidencia, ella estaba leyendo en el bar éxtasis. Es el bar de mi padre. Me acerqué a ella por el libro, platicamos un poco, y de alguna manera, salió tu nombre. Hey... ¿no pensarás tomarte todo esto en un mismo día, verdad? ¡No buscarás morirte, idiota! ¿Sabes la cantidad de azúcar que contiene esto? —Sostiene una de las latas mientras habla— Dios... es demasiada... Quizá debería evitar que las compres... —balbucea, retrocediéndolas y comenzando a presionar cosas que no entiendo seguramente para anular la compra.
—¿Qué... vendedor impide que le compren a la tienda donde trabaja? —pregunto ligeramente desconcertado— no pensaba... tomarlas todas de una vez, no estoy loco. Solamente necesito... recuperar un poco de energía, necesito... estar atento a ese teléfono...
Aunque no quiero, mis ojos se humedecen. Siempre se me ha hecho muy difícil controlar mis emociones, no importa si estoy frente a alguien con quién tengo confianza, o de un simple conocido. Siempre ha estado ahí. Desde pequeño, cuando me dejaban en el jardín y lloraba.
—Lo siento... soy una persona un poco eufórica... Mmh... yo entiendo, lo que está pasando con tu amiga es horrible... espero se encuentre bien. Solo hablé una vez con ella, pero me pareció única, por algo la recuerdo, bueno además habló de ti... pero ese ya es otro asunto —rectifica, concentrándose nuevamente— Eh, en media hora termina mi turno, ¿no quieres que te acompañe?
—Te agradezco... por lo que dices de Naomi. —Me restriego los ojos—. Hunter... la pasé bien cuando hablábamos, y tenía ganas de conocerte en persona. Esto es una gran coincidencia... pero no lo sé, creo que no es el mejor momento para sociabilizar... yo estoy pasando por muchas cosas...
—No sería por sociabilizar... —asegura, mientras yo guardo las bebidas en una bolsa— quizá necesitas alguien externo con quién hablar... Las semanas que hablamos la pasé genial. Nos llevamos bien ¿no? Sé que el contexto ahora será diferente, pero quisiera apoyarte, de verdad.
Medito en la idea, es cierto que podría hacerme bien desahogarme con alguien. Termino aceptando, aunque a él aún le falta un poco para terminar su jornada. Me quedo en un banco, esperando que acabe su turno.
Dado que perdí mi teléfono, compré uno nuevo, nada demasiado ostentoso. En momentos como estos, es necesario mantenerse comunicado con el entorno. Sin embargo, no puedo gastar demasiado dinero. Sé que mis principales cuentas fueron bloqueadas, y aún no busco un empleo, ni he pensado en qué haré con la Universidad. Son demasiadas preocupaciones, y me siento al borde del colapso.
Lo sostengo en las manos cuando este suena.
—¿Ezra?
Reconozco esa voz.
—¿Cómo...?
—Llamé primero a tu amiga, Dakota —me responde mi padre— quiero saber cómo te encuentras... imagino que no estás bien, ya habían pasado muchas cosas, y luego, pasa esto con Naomi. Lo lamento, hijo. Espero la encuentren pronto.
—Gracias... yo... me toma por sorpresa, siéndote honesto.
—Eres mi hijo... no creas que no me afectó todo lo que nos dijiste... Yo no sé, no puedo cambiar las cosas, y decirte que seré mejor padre después de todo lo que sucedió. Sería algo hipócrita de mi parte, pero quería que... me escucharas.
Sujeto con fuerza el móvil.
—Para mí lo vale... el gesto vale mucho.
—¿Tienes dónde quedarte? —murmuro una afirmación— igualmente, te abriré una nueva cuenta dónde te transferiré dinero.
—No es...
—Escúchame Ezra, no importa lo que pienses hacer ahora, necesitas un respaldo, más con todo lo que está sucediendo. Tu madre no tiene idea, ¿está bien? pero será algo que quedará entre nosotros, porque yo jamás dejaré a uno de mis hijos a la deriva. Ningún Barratt se quedará abandonado. No importa en qué lugar del mundo se encuentren, siempre recibirán mi ayuda financiera. Yo sé que no soy la persona más expresiva del mundo... perdóname si esta es la única manera en que puedo demostrarte que me importas.
—Yo... está bien, papá —reprimo el llanto, con el peso de la mirada de Hunter sobre mí— por favor, dile a Oliv que lo quiero.
—Le diré... —se toma sus segundos antes de volver a hablar— Oye, Ezra...
—¿Mmh...?
—Lamento si es incómodo que la mencione... pero Effie está muy preocupada por Fox, anoche no llegó a dormir. Si lo ves... dile que le hable, te lo agradecería.
—Cuenta con ello —corto la llamada.
Fox.
Es como si fuera imposible escapar de él. Siempre regresa de una u otra manera.
—¡Estoy listo! —grita Hunter.
La chica que ha tomado su puesto nos saluda y despide de nosotros con la misma energía de Hunter. Al parecer son amigos, ya que le guiña el ojo en lo que pareciera una insinuación que no comprendo por completo. Mientras caminamos reparo en sus accesorios; la argolla en su nariz, fina y plateada. El anillo con los colores del arcoíris en su dedo. Su piel se ve tostada por el sol. Es de mi estatura, y un poco más delgado que yo.
Llevamos unos minutos conversando, y me transmite lo mismo que por mensajes. Es espontáneo, y entusiasta. Incluso su ropa, un jersey color mostaza, pantalones de mezclilla, y zapatillas de lona, proyecta esa apariencia relajada y casual.
Caminamos hasta una cafetería. Como me quedo callado, él se explaya contándome de su vida. Algunas anécdotas, e historias vergonzosas. Comprendo sus intenciones, quiere alegrarme un poco y el gesto me parece dulce. Habla de su padre, y la administración del bar éxtasis, y luego, de su madre que siempre fue dueña de casa. Es hijo único, y consentido de la familia. A temprana edad les contó a sus padres que era gay, y lo abrazaron asegurándole lo orgullosos que estaban de él, por admitirlo libremente, y por tener la seguridad de confiárselos. Cuando le cuento mi experiencia de hace pocos días, percibo su semblante cambiar. Sin embargo, en vez de indagar en ello, hace preguntas que nadie haría. Consulta la cara que tenía mi madre, y cuando le detallo sus expresiones, él la imita, pero de una manera grotesca y exagerada, que termina sacándome una carcajada.
En medio de ello, me llega un mensaje de Dakota preguntándome dónde estoy, le escribo el nombre del café, y rápidamente vuelvo a enfocarme en la conversación. Porque de pronto, es como si estuviera en una realidad paralela, dónde no hay sufrimiento. No me olvido de Naomi, tampoco de Fox, pero es un ligero respiro, uno que no creí que podía permitirme. Sonrío tímidamente ante sus extravagancias. Y cuando advierte ese mínimo gesto, se pone más eufórico, como si precisamente ese fuera su propósito.
Le hablo de Oliver, y nuestra cercanía. Él me ayuda dándome ideas para que pueda seguir viéndolo. Me dice que si en la escuela acostumbraban a verme en sus actividades y reuniones, no les parecería raro si sigo yendo. Quizá durante un recreo, o a la hora de almuerzo, podría intentar darme una vuelta. La idea no me parece demasiado arriesgada, y me da un poco de esperanza. Sé que si voy a casa terminará en una mala experiencia, y lo que menos quiero es que la niñez de Oliver se vea manchada por mi culpa. Pero tal vez ir a la escuela podría pasar camuflado.
Termino de entrar en confianza y le cuento anécdotas con Naomi, como mi primer beso, la vez que nos emborrachamos en su cumpleaños, o cómo pasábamos las vacaciones. Él me escucha siempre con interés. Habla de Naomi con cuidado y respeto, mas también hace bromas sobre todos los relatos.
Y cuando bebo el tazón de chocolate caliente, y la rebanada de pastel, mi corazón se siente un poco más tranquilo.
Al salir del café, caminamos en el mismo sentido. Solo han sido pocos pasos cuando frente a frente nos encontramos con alguien que conozco bastante bien. Recién entonces, comprendo por qué Dakota me preguntó dónde estaba.
—Ezra...
Verlo me causa dolor. Y él repara en mí, luego en Hunter, y se ve molesto, muy molesto.
—Tú otra vez —le habla Fox a Hunter— dime, ¿es una coincidencia o qué?
—Tú... Ah... chocamos ese día —suelta Hunter.
—No entiendo nada.
—Cuando me junté con Naomi estaba hablando con él —explica Fox— se podría decir que ya nos conocemos, ¿no? —le pregunta furioso a Hunter— Sabes, con tus mensajitos nos has interrumpido en momentos mm... dónde no me gusta tener distracciones, ya sabes. —Abro los labios impresionado por lo que le está insinuando. Hunter por el contrario, suelta una pequeña risa—. Apareces coincidentemente en el bar dónde quedé de reunirme con Naomi, y ahora te encuentro con Ezra. Tú cara me sigue sonando de algún lado, como si ya te hubiera visto en otras ocasiones. Así que dime, ¿eres una especie de psicópata o algo así? Y si no lo eres, y solamente estás interesado en Ezra, te recuerdo que está saliendo con alguien, y ese alguien soy yo ¿Así o más claro?
Me toma de la camisa, haciéndome perder el agarre de la bolsa, arrebatándome un beso impetuoso y húmedo. Mis ojos quedan muy abiertos, los suyos se mantienen cerrados, deleitándome con sus pestañas.
—¿Qué haces...? —hablo en voz baja cuando nuestros labios se separan.
—Oh, déjà vu, Ezra. Sigue siendo el mejor beso que te han dado —dice muy bajito, provocándome un hormigueo por todo el cuerpo.
Es como si el tiempo se detuviera, y únicamente estuviéramos los dos. No me agrada que siga teniendo ese efecto, pese a todo lo que me he enterado. Es difícil, y duele demasiado.
—Bien, veo que ya terminaste —le responde Hunter. Tomo distancia de Fox, y recojo la bolsa—. Primero, a mí también me suena tu rostro, y al decir lo del bar, ya lo entendí. Tú trabajas ahí, ¿no? trabajas para mi padre, y si lo niegas, supongo que solo es cosa de días para que te vea nuevamente, a no ser que ahora renuncies. —Fox se ve furioso—. Dos, no soy ningún psicópata, pero sí, Ezra se me hace alguien muy interesante. Lo que me lleva al punto tres, nunca comentó que estaba saliendo con alguien. Ah, y lamento si me hice presente durante esos momentos. —Lo último lo dice como una provocación.
—¡¿Qué dijiste...?!
—¡Basta! —Me interpongo entre los dos—. No es momento, por favor... Ya tengo suficiente con que me echaron de casa, perdí a Oliver. Tú traición aún me duele —clavo los ojos en Fox— y mi mejor amiga está desaparecida. No necesito más problemas.
Hunter inmediatamente suaviza la mirada. Fox también parece calmarse un poco.
—Ezra, tenemos que hablar —insiste Fox.
—Lo sé... lo sé... —Paso mi mano por la cara—. Dame unos minutos con Hunter.
Cede, pero de muy mala gana, y no se distancia lo suficiente.
—Qué celoso... —habla entre dientes Hunter.
Vaya qué lo es. Agradezco que no sea una calle demasiado concurrida, o esta escena hubiera tenido público.
—Lo que dijo es verdad, yo... tengo algo con él, no te dije nada porque...
—No pregunté, tampoco toqué ese tema —me interrumpe— prefería vivir en la fantasía de que estabas soltero, no te preocupes.
Suelto una pequeña risa, me sorprende que sea tan directo en sus intenciones.
—No... yo podría haberlo dicho abiertamente, supongo. Pero no era tan fácil, es el novio de mi hermana. —Me doy cuenta de su impresión ante esas palabras—. Creí que no, pero al parecer sí pasó algo entre ellos, no lo sé. No quita que eso cambia por completo la imagen que seguramente te has hecho de mí.
—No... no... Ezra, me pareces alguien muy dulce. Em... nuestros errores no determinan quienes somos —agrega con suavidad— y no quiero entrometerme, pero creo que mereces un amor que no sea escondido...
—Te agradezco... pero Hunter, yo solo puedo ofrecerte mi amistad...
—Me basta con eso —sonríe, de una manera que parece genuina— cualquier cosa escríbeme, puedes contar conmigo para lo que sea.
Se despide de mí con un abrazo, que siento que podría ser escaneado por Fox, y antes de desaparecer por completo de mi vista, voltea una última vez, observándome con Fox. Hay anhelo en sus ojos, como si deseara estar en su lugar, como si para él, yo fuera alguien muy valioso. Es extraño porque por más que no siento la misma atracción que Hunter siente hacia mí, una parte de mí quisiera estar con alguien que me quiera más que lo que yo lo quiero a él, alguien con quién las cosas no sean tan complicadas y que pueda darle un poco de estabilidad a mi vida.
—Está bien, explícame qué fue esta escena —le digo a Fox, cruzándome de brazos.
—Perdón Ezra, no quería sonar así... pero entiéndeme por favor. Llevo días intentando hablar contigo, desde que pasó todo eso en tu casa, y luego con lo de Naomi... y no me dejas. He respetado eso, Ezra, pero no puedo quedarme tranquilo y perderte sin que siquiera tengamos la oportunidad de hablarlo. ¿No merezco la oportunidad de una conversación? ¿En serio? ¿Después de los meses que hemos estado juntos?
—Fox... no es eso... y por favor, no preocupes a tu madre. Mi padre me dijo que Effie está muy preocupada por ti, que no le hablas.
—Eso parece —responde a lo primero que he dicho. Todo lo relacionado a su madre lo ignora, igual como si no me hubiera referido a ella—. Me evitas, le creíste a otra persona que jamás te ha prestado atención ni cariño, antes que a mí, que he estado para ti desde el día que empezó esto entre nosotros. Que te he tenido en mi mente por años, desde que me salvaste ese día en la playa. Te he demostrado que te amo, Ezra, y te dije mi verdad de esa noche y la pusiste en duda así de fácil. No me pidas que sea prudente, porque no puedo, no lo encuentro justo.
—Es mi hermana, Fox... y ya hablé en profundidad con ella, y su versión de los hechos es muy diferente.
—Ezra, con todo el amor que te tengo, pero no puedes dejarte manipular tan fácilmente. Recuerda todas las veces que me bombardeaste de preguntas, recuerda aquellos momentos dónde escuchaste cosas, y las conclusiones que sacaste. ¿Cómo se te puede olvidar todo tan rápido por unas palabras endulzadas que precisamente son soltadas con ese propósito...? ¿En serio, Ezra?
Sé a lo que se refiere, y no he olvidado. La conversación entre ellos en el salón, cuando me escondí y alcancé a oírlos. Ella le decía que pasarían la noche juntos, ya que de todas formas debía ir al despacho de nuestro padre, lo cual sonó como una amenaza. Al igual que aquellas palabras de que ella era la única que lo amaba de verdad porque sabía lo que hizo. Después, la conversación con mi padre, confirmándome que Fox cometió un crimen, y que fue mi hermana quién le ofreció ayuda.
No lo olvidé.
Luego de que Fox huyera del apartamento, Dakota se fue a los minutos, y con mi hermana nos quedamos solos, dándose la ocasión perfecta para que mantuviéramos una conversación íntima. Le dije todo lo que quedaba en la nebulosa. No lo negó, y admitió que no estaba orgullosa de todo lo que había hecho, pero que ambos sabían un secreto del otro, y ante la amenaza, ella actuó a la defensiva, que así eran las cosas entre ellos, muy tóxicas, pero igualmente inseparables.
Fox suelta una risa cuando termino de explicarle todo esto. No me causa gracia.
—Perdón, pero es que no entiendo cómo le crees. No lo comprendo, Ezra. Sí, tiene un secreto, pero jamás le he amenazado con decirlo. No soy así, y tampoco es algo que me corresponda contar. De hecho, a eso nos referíamos cuando pasó todo ese escándalo en tu casa, eso fue precisamente de lo que hablamos esa noche que tanta controversia ha generado, le brindé mi apoyo, Ezra, y mira cómo terminé. De quién confías, es quién me ha amenazado con lo que sabe de mí.
—No, en ningún momento quiso decirme qué fue lo que hiciste. Así que tampoco hables así...
—Sabes, Ezra. Yo no sé cómo logró con tanta facilidad meterse en tu cabeza.
—Bueno, quizá es porque tú nunca me has explicado nada, deberías hablar, Fox.
—Es lo que intenté, incluso el día que tomaron el teléfono. Pero tú ya no querías hablar, y cierto... ¿por qué era que ya no querías hablar? ¡Por esta misma persona!
—¿Por qué ya no dices su nombre?
—¡Porque ya no soporto ese nombre! ¿Está bien? Júzgame si quieres, pero por culpa de esa persona, estoy perdiendo al amor de mi vida, así que me da igual quedar mal —resopla— Así que bien, ¿quieres saber la verdad? ¿con lo que me ha amenazado todo este tiempo? ¿quieres saber lo que hice? —No me da tiempo de responder—. Maté a una persona.
Es como si el sol ya no calentara mi rostro, como si el aire no entrara a mis pulmones, y la realidad se sintiera como un sueño. Enfoco la vista en él, y comprendo por la seriedad con que lo dice, por el dolor en sus ojos que se trata de una verdad, mas no puedo creérmelo. No lo creo. Cualquier cosa que haya sucedido, dudo que sea como lo está planteando.
—¿Qué....?
—O bueno, cada día intento convencerme de que no fue así, pero si no hubiera intervenido probablemente seguiría vivo, ¿así que en qué podría convertirme eso más que en un asesino? Lo golpeé en una fiesta, lo dejé muy mal, lo suficientemente destrozado para que al intentar incorporarse perdiera el equilibrio y cayera. El golpe lo mató, y vivo con ello desde entonces. Tu padre me ayudó, corrió mucho dinero, y pruebas falsas. Así que supongo que no soy demasiado diferente a las basuras que en este momento tienen a Naomi. ¿Me siento orgulloso de ello? Para nada. La verdad, es que no te merezco, pero aun así, Ezra, me da mucha pena que te dejes influenciar con aquella facilidad. Si le das ese poder a los demás, te terminarán arruinando, y si no me crees, piensa en todo lo que has perdido en poco tiempo, solo desde que empezaste a confiar en la persona equivocada. ¿Coincidencia? No lo creo.
—Yo... yo... no puedo creerlo. Y te lo guardaste para ti... todo este tiempo. —Me tiembla el cuerpo—. Lo sabe mi hermana, lo sabe mi padre... ¿por qué no confiaste en mí?
—Pasó antes de que nos reencontráramos, fue lo que me unió a esta persona. El motivo por el cual se transformó en una especie de trato, y me dejé manipular por tanto tiempo.
—Fox... yo... me atrevo a decir sin saber detalles, que no tienes culpa de lo que pasó. Te conozco mucho, y sé que jamás lastimarías a alguien en forma intencional. Algo debió haber pasado, o fue una provocación, o bien, un accidente. Pero no quiero que tengas esos pensamientos tan horribles, ni que afirmes que mataste a alguien. Estoy seguro de que las cosas no fueron así.
—Gracias...
—Fox... —intento acercarme— déjame abrazarte.
Y cede, aunque sabemos que es momentáneo, y una vez que nos separemos esa pequeña tregua colapsará por todas las dudas sembradas. Creo en lo que dice, creo en que mi hermana usó lo que hizo en su contra, y también creo en que él no tuvo responsabilidad en lo que sucedió, que el que ese sujeto terminara muerto debe tratarse de un accidente. Fox no sería capaz de matar a alguien. Aun así, lo que no puedo quitarme de la cabeza, es que pasaran cosas con mi hermana. Quizá eso no debería afectarme demasiado, comencé una relación con él, cuando creía que en verdad salía con ella. Sin embargo, el alivio cuando creí que era falso fue tan grande, que la verdad que me arrojó Holly ese día fue desgarradora. No soporto la imagen mental de que esa misma noche estuviera con ella, y que luego, tuviera el descaro de verse conmigo. Sé que debería confiar en él, pero las cosas que dijo fueron ciertas. Esa noche cuando llegué a la casa, él tenía la ropa desordenada, al igual que su cabello, y estaba nervioso. Además precisamente antes de irme de mi casa, los vi a ambos entrar a ese cuarto. Y que lo haya hecho aunque sea por salvarse a sí mismo, para que su secreto no sea revelado, no lo hace más fácil. No puedo perdonarlo, ni sacarlo de mi cabeza. Pese a ello, lo mantengo abrazado, sus rulos caen con suavidad sobre mi cabeza. No quiero separarme de él.
Cuando tomo distancia me quedo en esos ojos cafés que siempre me han vuelto loco, y nos deshacemos en un beso, que no quiero que llegue a su fin.
—Perdóname. No es por lo que me has confesado... lo que pasó fue un accidente Fox, nunca lo olvides —le digo, lágrimas caen por mi rostro, cuando me quito la pulsera de estrella, aquella que siempre conservé y que incluso ahora, la mantenía puesta. La dejo en la palma de su mano, y él la sujeta con fuerza.
—Qué lástima, Ezra, ¿Es por esa noche? —Asiento con la cabeza, mientras lloro—. Nunca imaginé que una mentira, podría oscurecer tanto la mejor noche de mi vida. Esa noche a la única persona que besé y amé fue a ti, si no me crees ya no puedo hacer nada.
—Ella insiste en lo contrario, Fox. Me dio muchos detalles, demasiados... —me quiebro al recordarlo. Se veía tan triste, como si realmente yo le hubiera arruinado la vida.
Detalles de cómo pasó todo mientras estaban en la casa, tan específicos y cargados de emoción que no podía parar de pensar, cómo no me di cuenta. Solo paró cuando yo se lo pedí. Ya no podía seguir escuchando.
—Sí, lo imagino —dice, con cierta ironía— Espero que algún día abras los ojos, por el bien de ti y de Oliver. También espero que Naomi regrese, no merece nada de lo que le está ocurriendo. Ella... sabía todo, Ezra, y cuando vuelva, y hablen, te arrepentirás de haberme dado la espalda...
—No te est...
—Lo haces, porque no me crees, y para ese entonces, será tarde, Ezra. Te amo, pero ya me cansé de toda la mierda de tu "hermana". Habría valido la pena, si al menos me hubieras creído, pero no pudiste —desvía la mirada— Seguiré cerca por Naomi, hasta que demos con ella, pero luego, desapareceré de sus vidas —sentencia— Adiós, Ezra.
No. No. No. No.
Duele demasiado. Se da media vuelta, y camina alejándose cada vez más de mí. Extiendo el brazo con la intención de atajarlo. Doy un paso hacia adelante con la intención de seguirlo, mas no hago nada.
Me quedo sin hacer nada,
como siempre fue toda mi vida.
Quizá no cambié tanto como imaginaba. Quizá sin las instrucciones de mis padres no soy capaz de tomar mis propias decisiones. Quizá sin ellos no sé qué debo hacer, cómo debo actuar.
Se supone ahora soy alguien "libre" ya no estoy bajo sus cadenas, podría vivir la vida que siempre quise...
Pero mi mejor amiga no está.
Ya no cuento con la risa de Oliver.
Y perdí al amor de mi vida.
Qué ironía los hilos del destino.
Tomo asiento en un parque, y saco el celular buscando una distracción. En la pantalla caen pequeñas lágrimas, incapaces de ser reprimidas ante el dolor que hay en mi alma. Abro Instagram, y es encontrarse con un sinfín de publicaciones sobre Naomi. Me siento peor, y deslizo las publicaciones por inercia. En medio de ellas, me sale una publicación de hace dos días de Eleanor, y entonces, algo hace click en mi cabeza, haciendo que mis pensamientos oscuros se detengan por un instante. Sigo mi instinto, y entro a su perfil, bajo en sus fotografías, hasta que encuentro la razón de por qué algo se me hacía extraño. En la ubicación de varias de ellas, aparece la calle dónde estuvo por última vez mi teléfono. De ahí me sonaba el nombre.
Con las mangas limpio mis lágrimas. Intento dejar a un lado mi tristeza por Fox, aunque es casi imposible, y voy por el automóvil en dirección a la casa de Eleanor. No digo que esté involucrada, pero podría saber algo al respecto que nos ayude. Toco el timbre, y cuando me encuentro con sus padres, advierto preocupación en sus rostros.
Cualquier ilusión es rápidamente destruida,
Eleanor no ha vuelto a casa, y ya han pasado seis horas sin que conteste el teléfono. Nadie sabe dónde está, y por cómo se ven sus padres, sé que están diciendo la verdad.
¿Qué mierda está pasando?
𝑀𝓊𝒸𝒽𝒶𝓈 𝑔𝓇𝒶𝒸𝒾𝒶𝓈 𝓅♡𝓇 𝓁𝑒𝑒𝓇
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