CAPÍTULO 27
🌹¿Hablemos de esta hermosura de video?👆🏻💖✨ Me emociona mucho. Tanto la canción, como la interpretación te transportan a otro mundo. La música es importante mientras escribo, me inspira. Y Natt1722 💖 siempre crea magia con la estética y traducción que da a las canciones. Sin decir, que en este caso hay un significado mucho más allá de ello🌠.
⋆NAOMI⋆
Seis días atrás
En el descanso entre clases me gusta sentarme en las mesas al aire libre. Estamos en pleno verano, y disfruto de la calidez del sol, su luminosidad que le da vida y color al paisaje.
Dakota faltó a clases, prefirió quedarse estudiando para el examen que tenemos en unos minutos, así que llevo un buen rato sola, haciendo tiempo. No me molesta demasiado la soledad, no es que sea alguien solitaria, pero tampoco he sido alguien de muchas amistades.
Abro el cuaderno, y mientras escucho música intento hacer un dibujo. No sé nada de esas cosas, por lo cual solo se trata de una manera de matar la ociosidad.
Sobre el cuaderno se forma una sombra, lo que me hace levantar inmediatamente la vista.
Holly.
Deja su bolso sobre la mesa, y se sienta frente a mí.
—¿Qué haces sola aquí? —me pregunta, en tanto toma el cuaderno, y alza una ceja al ver el dibujo—. Está horrible —sentencia.
Suelto una carcajada.
—Matando el tiempo... No pensaba hacerlo profesional, no soy buena en estas cosas —sonrío.
—Sí, eso puedo verlo —suelta el cuaderno sobre la mesa.
Lo arrastro hacia mí.
—Mmh... Tienes un brillo extraño en tus ojos —me dice.
Muerdo mi labio inferior. Tengo expectativas por esta tarde, y también algo de ansiedad. Es un momento que anhelaba hace mucho tiempo.
—Estoy algo ansiosa de que termine la jornada. Veré a JJ.
—Lo ves todos los días —achica los ojos con indiferencia.
—Sí, pero... creo que hoy podría pasar algo bueno... no lo sé, creo que me pedirá que sea su novia, y si no lo hace, se lo pediré yo —sonrío con suficiencia, sé que no le agradará nada.
—¿Te has vuelto loca? —Es justamente la reacción que esperaba— ¿Piensas hacerlo tú? ¿y encima te vestiste así? —Me indica con un dedo.
Es un vestido ajustado y escotado.
—¿Por qué no podría hacerlo yo? Ay, no ¿encuentras feo mi vestido? —Llevo las mano al pecho como si se tratara de la peor ofensa.
Holly se cruza de brazos.
—Sabes que no me refiero a eso.
—Lo sé, pero estoy jugando.
Ella no sonríe ni un poco.
—Yo no. De esa manera, nadie te tomará en serio. Y aparte, JJ es un imb...
—No digas algo malo de JJ —le pido— es la persona más hermosa que he conocido en la vida. Si lo conocieras tanto como lo conozco yo, lo entenderías. Tú... sabes lo que le ocurrió, todos se enteraron, ese incendio salió en todos los titulares... pero lo que le hizo su madre, yo no lo sé... admiro mucho a las personas que a pesar de todo el sufrimiento que llevan en su corazón salen adelante —hago una pausa— Y por eso a ti, te admiro mucho también. —Tomo su mano, Holly se aleja.
—¿Qué podría tener yo en común con alguien como él?
Lo dice con desafío, pero yo suelto una pequeña risa.
—¿La verdad? me lo recuerdas un poco. Claro, cuando tenía tu edad.
—Mmh... —desvía la mirada— como si me importara.
Se forma un leve silencio. El lugar está vacío, lo cual fomenta esa sensación de quietud extrema.
Me quedo un poco perdida en tanto reparo en el comportamiento de Holly. La conversación con Fox regresa a mi cabeza. Lo destruido que estaba en el apartamento en una confesión que se extendió por muchas horas. Habló de cómo se conocieron, la amistad que forjaron. El tormento de Holly por sus padres y la rivalidad que le nació con Ezra, la manera en que calmaba ese dolor. Y cómo en aquella ocasión, estuvo a punto de decir mi nombre, cuando fue atacada en el instituto. Me partió el corazón.
La fiesta a la que asistieron, y esas burlas que nuevamente se hicieron presentes, logrando que él se nublara por toda su historia de vida, y por el cariño que le tenía a Holly. El tipo murió al caer por la baranda, y ese sería el inicio de una relación forzada y tortuosa. Holly se aferró a su amor, como si no existiera nada más en el mundo, y cuando quiso alejarse ya no pudo, porque tenía con qué retenerlo a su lado.
La relación con Ezra, y su dolor de sentir que traicionaba a hermana.
Y... aunque Fox no había querido referirse al por qué de las burlas (más allá de que son personas sin cerebro, unos malditos desgraciados que si los hubiera conocido los habría insultado por horas), yo siempre he tenido mis sospechas del motivo que hace infeliz a Holly, así que lo insinué y él no lo negó.
Con eso bastaba.
Dios, me tembló el cuerpo todo el día, aún me siento algo débil. Interiormente me desmoroné con todo lo que reveló. Pero debía mantenerme fuerte, porque él estaba muy afectado. Y si te destruyes frente a alguien que está mal, solamente le causarás pesar, como si no existiera ninguna salida.
Sin embargo, cuando se fue, JJ me abrazó y se quedó a mi lado hasta que me quedé dormida. Me sentí tan mal de que hayan vivido situaciones así de horribles. Con tanta gente mala en el mundo, no lograba comprender, por qué mis amigos debían pasar por esas encrucijadas. Ninguno de ellos, merecía la vida que les tocó.
—¿Naomi?
Recupero la atención en el presente, en Holly.
—Holly....
—¿Mmh...? —Tiene su teléfono en las manos.
—Te quiero.
Pierde el agarre de este.
—¿A qué va eso? —responde con voz seca, pero hay conmoción en sus ojos. Aunque lo negara, sé que no le es indiferente—. Tú no me conoces realmente, Naomi. Únicamente por eso me quieres.
Sí te conozco.
Sé todo lo que has sufrido.
Y también sé todo lo que has hecho.
—Sí te conozco. Y te quiero. —No sé si queda implícito lo que significa, pero sus ojos se pierden en los míos. Se ve algo inquieta—. Lo que alguna vez... hayas hecho, me niego a creer que haya sido por malicia...
Holly resopla.
—Tú no tienes idea de nada.
Te equivocas.
Lo sé.
Y es lo que creo.
—Sí la tengo... Te conozco desde que éramos pequeñas... te conozco muy bien. ¿O crees que he olvidado el primer cumpleaños que pasamos juntas?
—¿Siquiera recuerdas ese cumpleaños? Porque tú y Ezra se emborracharon, por lo que yo recuerdo.
—Holly...
—Naomi, no puedes seguir viviendo del recuerdo de antes que me corrompieran, esa persona ya no existe. Incluso en ese entonces, toda esa odiosidad ya existía, solo que la guardaba en mi interior.
—No digas esas cosas...
—Es la verdad.
—Holly... lo que ya hicimos... no podemos cambiarlo, pero sí podemos tomar otras decisiones. El futuro es incierto, y abre tantas posibilidades. No importa lo que hayas hecho, lo que importa es lo que hagas de aquí en adelante.
—Naomi... —De pronto, se ve nerviosa.
—¿Dudas? Eso es porque en el fondo conservas esperanza. En el fondo, quieres que las cosas sean diferentes. Hay duda en tu corazón.
El teléfono ha dejado de importar se encuentra desbloqueado sobre la mesa. Y su atención está por completo enfocada en mí.
—Yo...
—Si quieres, podemos empezar de nuevo —le sonrío.
No lo comprende. Lo toma como si yo me refiriera a que estábamos peleadas o algo por el estilo. Lo cual no es el caso.
—Me refiero... a que me digas de qué manera... quieres que me refiera a tu persona —le aclaro— Si quieres... para empezar puede ser solo cuando estemos solas, pero no quiero seguir llamándote de una manera que te pueda causar tristeza.
—¿Qué...?
—Puede ser un secreto, si lo prefieres. O bien, —agrego al advertir indecisión— puedes tomarlo únicamente como una propuesta, y responderme más adelante. —Busco en mis cosas hasta dar con un papel. Tomo su mano y cuando se juntan lo deposito en la suya—. No vayas con el médico de tu familia, no te atreverás a dar el paso. Mike conoce a los mejores especialistas, guárdalo, tenlo. No es necesario que hagas nada ahora, pero no olvides que siempre podemos cambiar nuestra realidad, al menos podemos intentar que se acerque más a lo que nos haría feliz. Si algún día crees que te haría feliz, hazlo. No dudes, hazlo. Si es necesario esperar a que puedas irte de esa casa, entonces que sea en ese entonces, para que lo puedas hacer con calma, pero nunca dudes.
—Naomi... tú no sabes lo que yo en verdad quiero. Yo no quiero irme de mi casa.
No dice nada respecto a lo demás.
Solo le sonrío débilmente. «Quizá crees que quieres otra cosa, pero no creo que ese camino te lleve a ser feliz, solo te traerá sufrimiento. Y lo único que puedo hacer es intentar mostrarte el camino que creo te hará bien».
Repara en se trata de dos especialistas diferentes.
—Quiero que sanes tanto interiormente como en tu exterior. Solo... no lo descartes inmediatamente, por favor. Solo... ten presente este otro camino, y quizá, quizá algún día te lleve a ser feliz.
—Naomi...
—Hay conflicto en tu interior... ¿por qué? ¿crees que los demás no lo entenderían? Solo no lo entenderían las personas que no valen la pena. No tienes por qué vivir con ese sufrimiento... se puede cambiar si eso es lo que tú deseas, para que todo sea... como tú quieres. El por quién te sientas atraída no significa que debas permanecer en un cuerpo que sientes que no te pertenece. Son dos cosas diferentes, Holly.
Sus ojos se abren más de lo habitual.
—¿Eso es lo que te atormenta? ¿Lo que dirían las personas?
Se queda callada, mas se ve tan conmocionada.
—Si no te gusta tu nombre, puedes cambiarlo —continúo— ¿No has pensado en uno que te guste? —pregunto con suavidad.
Dos pequeñas lágrimas se deslizan por sus ojos.
—¿Qué pasa?
—No eres la primera persona que me lo dice... Tú te pareces tanto a Fox...
—Quizá... —sonrío— pero no me has respondido. ¿No has pensado en uno que te guste?
—No... en verdad, nunca lo he pensado. Siempre he estado únicamente enfocada en que lo odio.
Muy típico en ti.
—Bueno, desde ahora puedes pensarlo. Si lo odias, entonces no hay motivo para mantenerlo. Puedes cambiarlo, y cuando encuentres uno que a ti te agrade, me haría feliz ser la primera en enterarme.
Desvío la mirada a mi teléfono.
Tengo examen, y llevo quince minutos de retraso.
Con apuro guardo las cosas en mi mochila.
—Quisiera seguir hablando, pero se me hizo tarde, como siempre.
Holly solo levanta la mano en señal de despedida
Me levanto, y ya tengo la mochila puesta, cuando repentinamente me toma del brazo.
—Yo te quiero, Naomi. —Me abraza, el gesto me deja paralizada—. Y en el fondo te admiro, aunque mi necedad no me permita manifestarlo —murmura a la altura de mi oído— Sé lo que intentas hacer, pero ya es muy tarde. Y con lo que haré me terminarás odiando. No solamente tú, Dakota también, todos.
—Oye Holly, tienes una facilidad por decir que odias, o que todos te odian... ¿Por qué crees eso de las personas que te quieren? —La sostengo con fuerza—. Nunca te podríamos odiar, pero... si crees que los demás podrían llegar a odiarte por eso, significa que crees que es algo que está mal, entonces ¿por qué lo harías?
Toma distancia de mí.
—Porque ya es tarde... porque no puedo borrar de un día para otro, todo lo que me hicieron.
Holly, me duele.
—Yo... puedo entenderlo, pero... debes ver la realidad. Las personas que te lastimaron son malas, Holly. Nadie lo pone en duda. Pero otra cosa, es dañar a las personas que te quieren. Dakota, Oliver, Ezra, Fox, y yo te queremos...
—Naomi... no es lo mismo, porque aunque así fuera, yo nunca seré la prioridad de nadie. Todos ustedes tienen una persona que es su eje, la persona a la que aman, ¿por qué nadie me puede ver de esa manera?
—Esa persona llegará... y en tanto llega, me haría muy feliz que trabajaras en que esa persona seas tú misma. Todos deberíamos hacer ese intento... pero, si se hace muy difícil, si el camino se nubla demasiado, espero puedas confiar en mí. Hay duda en tus ojos, solo piensa en todo lo que te he dicho —agrego con dulzura.
—¿Y si no puedo luchar contra mis impulsos? ¿Me perdonarás algún día?
—Yo creo en ti.
—Entonces te terminaré decepcionando.
—¿Por qué? Yo no soy referente de nada.... soy una maldita zorra y una bruja, le desagrado a la gente ¿lo olvidas? Holly, yo te entiendo también soy una persona impulsiva, pero dejemos de hacernos daño entre nosotros.
—No es lo mismo... no...
—Si dudas, no lo hagas... Recuerda que puedes tomar las riendas de tu vida, recuerda... que tienes una voz que es importante —sonrío— es muy importante. Pero si haces lo que sea que tengas en mente, yo... me quedaré con el recuerdo de la niña que me invitaba a sus prácticas de tenis, y sonreía cada vez que movía la raqueta, mientras yo era un asco.
—Naomi....
—El futuro es incierto... pero yo ahora, pese a todo, estoy orgullosa de que estés aquí, de que hayas sobrevivido. Estoy orgullosa, hiciste lo que pudiste, siempre hiciste lo que pudiste... ¿sí? Nos vemos mañana —agrego ante su silencio.
Sin embargo, sigue inquieta, como si quisiera decirme algo más.
—Naomi, debo mantenerme lejos de ti —dice, en tanto lleva una mano a su rostro cubriendo sus ojos llorosos— siempre consigues llegar a mi cor... —balbucea.
—Eso es porque me quieres —ladeo la cabeza— ¿Quieres mantenerte lejos de mí? Veremos si puedes, porque soy como una peste, siempre estoy, y cuando no, siempre regreso —rio— ¿entonces mañana no...?
—Pienso faltar a clases estos días... —responde desviando la mirada— así que imagino que hasta la boda de tu hermano.
—¡Está bien! —contesto enérgicamente con una sonrisa. Los ojos de Holly se abren un poco, todavía caen unas ligeras lágrimas de estos—. Lo comprendo, mañana le diré a Dakota que estás enferma, si pregunta por ti.
Ella asiente.
—¡Hasta la boda! —Sigo mi camino.
—Adiós, Naomi —dice a mis espaldas.
⋆⋆⋆
Las clases terminan, y cuando salgo de la facultad él está esperándome, se ve tan sereno es como si estuviera perdido en los pájaros que vuelan; en el sonido y movimiento tan ligero. Transmite tanta quietud, y yo estoy a punto de alterarla. Aún no se ha percatado de mi presencia.
—¡JJ! —grito, corriendo hacia él.
Todo cae, todo deja de importar.
Me abraza y nos hace girar.
Un clásico entre nosotros.
—Estás hermosa.
Acaricio su rostro con las manos.
—Mmh... y tú... te ves bastante atractivo.
Me acerco a su boca, besando sus labios. Me pierdo en la sensación, en la brisa que agita nuestra ropa. Lo amo.
¿Por qué aún no se lo he dicho?
—¡Consigan un cuarto!
JJ me suelta, ambos reímos. Al voltear veo a Dakota que saca su lengua y lleva su dedo a esta en señal de asco.
Detrás de ella, caminan Fox y Ezra. Cuando Dakota se da cuenta de ello, se pone en medio, empujando a Ezra, provocando que el bolso se caiga de su hombro.
—Ezra, basta. Siempre quieres quitarme a los zorros.
—Dakota...
—Hay suficiente Fox para todos.
Ezra achica los ojos.
—¿Qué? —Fox levanta sus gafas.
Estallo en una carcajada. Todos enfocan su atención en mí.
Los segundos pasan.
—¿Naomi? —pregunta Ezra en una dulce sonrisa.
—Nada... nada, perdón. —Llevo las manos al estómago, de tanto reír—. Es solo que, son... increíbles.
Tomo la mano de JJ, porque también me refiero a él.
—Mmh... el amor te pone sentimental. —Dakota pone los ojos en blanco.
Levanto los hombros. Es cierto.
—Tú también lo eres —responde Ezra.
Fox me guiña un ojo.
Dakota los toma a ambos de los hombros, arrastrándolos, en medio de palabras de despedida.
—¿Pasa algo Naomi? —me pregunta JJ.
—Nada... —digo, mientras lo veo hacerse cada vez más pequeños a la distancia— solo que... estoy agradecida de...
Él me sigue mirando con curiosidad.
—¿A dónde vamos? —cambio el tema.
Sonríe curvando hacia arriba la comisura de su boca, mencionando únicamente que es una sorpresa.
Una invitación al glorioso teatro debe ser una de las formas de conquistar mi corazón y alma por toda la eternidad.
Me conoce tan bien.
Grité de emoción en cuanto sacó las entradas de su maletín.
Expectantes, esperamos a que dé inicio la obra, es una versión moderna de Romeo y Julieta.
—JJ, ¿quién lo diría? —Me inclino ligeramente hacia su butaca— ¿Te imaginas la cara que habrías puesto si años atrás te hubieran dicho qué estarías haciendo ahora? —rio— hubiera matado por verla.
—Mmh... ¿y qué cara habrías puesto tú? —mi risa se detiene— que en el futuro te enamorarías del bad boy, seguramente te habría dado un ataque melodramático ahí mismo.
Arrugo el entrecejo.
—JJ.
—Naomi.
—Bueno, probablemente habría creído que se trataba de una broma de mal gusto.
—Mmh... —murmura en mi oído— ya puedo imaginarlo.
Me estremezco.
—Bueno, mejor concentrémonos en la obra.
Mi repentino cambio se debe a lo que despierta en mí, esa atracción tan fuerte que se ha convertido en amor. No es el lugar propicio para iniciar fantasías que suelen habitar en mi cabeza.
—Un día, espero verte a ti. Tu serías la protagonista, sin duda.
—Claro, ese es mi papel... aunque si te soy sincera, me gustaría tener un teatro, y... daríamos muchas funciones. —Comienzo a hiperventilar—. Y Oliver sería parte de mi grupo de actores.
La idea empieza a tomar forma. Podría tener cursos de actuación para niños. Sería algo muy hermoso de hacer, creo que me llenaría de vigorosidad.
—¿El guardián del osito chip? —pregunta JJ. Recuerda perfecto esa noche.
—Sí, él ama actuar. Nunca había visto tanta pasión en un niño. Ezra siempre habla de sus funciones en la escuela, y me ha mostrado videos... es increíble —digo en una sonrisa. JJ solo me observa— ¿ocurre algo?
Sonríe suavemente.
—No puedo evitarlo... te ves tan radiante cuando hablas así... Naomi Cranham... ¿Qué has hecho conmigo? —Se reclina más en el asiento, como si le causara cierta gracia.
—No mucho... —admito— pero... prometo que estaré más presente que...
—Para mí, sí has hecho mucho. ¿No lo entiendes? No me importa si no hacemos algo nuevo todos los días, yo disfruto tu compañía, yo soy feliz estando a tu lado, aunque solo estemos en el apartamento con Cookie, o te acompañe a ver a tus amigos, o... durmamos abrazados. Yo soy feliz al tenerte, y contar con tu am...
Se detiene.
Tan quieto, tan esquivo toda su vida a lo que pueda implicar amar a una persona.
¿Cuántas veces habrá deseado amor en su vida?
¿Cuántas veces habrá odiado la sola idea del amor?
¿Le seguirá causando conflicto?
JJ quisiera estar en tus pensamientos. Conocer el flujo de tus temores y pasiones, y cómo se fueron uniendo, siendo la fuente de ambos el mismo sentimiento, el mismo anhelo, oscurecido por tanto tiempo, por corazones que carecían de humanidad.
—¿Es una palabra difícil de decir? —Nuestros dedos juegan—. Mereces tanto, mereces muchísimo más. Yo... te adoro.
Su rostro se acerca al mío, invadiéndome su aroma amaderado. Nuestros labios se juntan, en un beso que se siente atemporal, y aun así perdurable.
Las personas comienzan a quejarse y abuchearnos.
Rio contra su boca.
Envidiosos. Somos mejor que la obra y los actores.
Y mientras recuperábamos la atención en la función, con su mano unida a la mía, pensé...
Que quizá mi refugio siempre fueron las estrellas.
Quizá mis amigos siempre fueron un lugar seguro.
Pero ahora logro comprender, que JJ para mí significa más que un paisaje cargado de esperanza.
Y que por más que amo a aquellas estrellas resplandecientes,
Siempre habría una más trascendental, y conectada a mi ser.
Siempre sería su estrella.
Ya estamos cerca del edificio. Decidimos hacer una parada en el parque, que está prácticamente vacío. El sol acentúa el verde de las hojas y el pasto. Admiro las mariposas que se posan en las flores. Y el sonido de las ramas removidas por el viento. Creo que si uno cerrara los ojos, sería un momento digno de hacer perdurar en el tiempo. Aquellos de paz y tranquilidad, una pausa de lo que puede volverse la vida, recordando el regalo que esta es a su vez.
—¿Naomi...? —pregunta. Hemos tomado asiento en una banca—. Yo... quisiera hablarte de algo.
—Claro, dime.
—Te quiero hablar de mi vida...
Giro el rostro, perdiéndome en la serenidad que proyecta, pese a lo difícil que debe ser el solo plantearse hablar de ello.
—No tienes que hacerlo si no quieres, yo lo sé todo por Mike... y bueno, ya sabes.
—No sabes todo... hay algo que siempre quise... esconderlo, incluso de Mike. Mel lo sabe, porque ella es muy importante para mí. Ella me salvó.
—Yo sé lo importante que es Mel para ti... y si quieres que yo lo sepa, te escucharé...
Tanto Mike y yo sabemos de la conexión entre ambos. Es algo que admiramos y respetamos mucho. Espero mis amigos puedan sentir ese mismo vínculo en mí, y si nunca lo logré, espero al menos haberlos ayudado alguna vez cuando no se sentían a gusto con quienes eran, o cuando estaban en problemas.
—Susan... —Su madre. Siempre la mencionó por su nombre, incluso en ese tiempo. Después entendería el por qué—. Siempre... me mantuvo encerrado... alejado de todos, como si yo fuera una especie de monstruo. No sabía cuándo era de día ni de noche, a veces pasaba días sin comer...
Yo sé. Tengo presente esa noche en que Mike entró a mi cuarto, pidiéndome si podía quedarse conmigo, estaba muy afectado por todo lo que había descubierto. Me hizo hacerle una promesa esa noche.
—Era tortura, JJ, era tortura. —Sujeto su mano con fuerza—. Esa mujer estoy segura, que se encuentra en el infierno —agrego con furia.
—En su momento no podía verlo como tortura... —las palabras salen tan delicadas de su boca— creía que había hecho algo mal. Me preguntaba qué error había cometido para merecer eso. Ese lugar... me generó esa claustrofobia, y yo te estoy tan agradecido por las veces que me ayudaste. Eras muy joven...
—Me nació del corazón hacerlo, no agradezcas por eso. Cualquiera lo habría hecho y...
—Pero lo hiciste tú —termina— y... yo lo recuerdo con mucho cariño...
—Yo también...
Me pierdo en el paisaje, en tanto los recuerdos de nuestras versiones más jóvenes afloran en mis memorias. Casi podría vernos caminar por el parque, traslúcidos. Y yo seguramente, iría con mi camuflaje, en las misiones que tenía en ese entonces, dónde todo era más fácil. Y él caminaría a mi lado, fastidiado por mi arrogancia que chocaba con la suya. Y aun así, se creó un vínculo, de cariño y aprecio en medio de todas las burlas.
Sé que él también a veces debe pensar en esos momentos.
JJ vuelve a hablar, por el tiempo que se tomó, temo que sienta cierta aflicción.
—Logan —su padre— a veces se iba, desaparecía días enteros por trabajo. Y... en una de esas tantas ocasiones, ella fue a buscarme, quería que durmiera en su cama.
Siento un nudo en la garganta.
—Y yo... me sentí tan feliz, porque pensé que me estaba empezando a querer, que quizá podríamos ser una familia normal, y me quedé dormido junto a ella.... En medio de la noche me desperté sin ropa, y me sentía tan raro... no entendía, no sabía lo que significaba. Pero ella me tocaba y besaba y... decía que me gustaría. Que... si estaba duro era porque me gustaba... ¿me entiendes?
Me congelo.
—JJ. —Lo rodeo en un abrazo. Siento los ojos humedecerse y los cierro conteniéndolo—. Eres demasiado... fuerte, eres... Oh, Dios.
—Yo no podía verlo así, yo...
—¿Qué edad? —Tomo distancia, deteniéndome en su rostro.
—Doce años.
Solo un poco mayor que Oliver.
—Empezó de esa manera... —continúa— y por eso, se me hacía difícil... cuando estábamos juntos... Yo... claro que al crecer, he tenido sexo muchas veces, pero... hay cosas que no tolero, al igual que palabras ¿me entiendes? —sí entiendo a qué se está refiriendo— porque con ella empezó así, y no lo sé, esas primeras veces creo que me impactaron demasiado.
Me siento muy culpable si en una de esas ocasiones dije algo que la hubiera recordado. Lamentablemente creo que así fue, al recordar las veces que reaccionó mal.
—JJ lo comprendo, yo... perdóname, yo...
—Siempre fuiste linda. Y no tenías por qué saber, Mike no lo sabe además.
—Aunque lo supiera, no me lo habría dicho.
Él asiente. Mike siempre ha sido un buen amigo y persona, no hablaría de algo tan delicado así como así.
—Por eso, odié crecer... crecí demasiado rápido, y ella amaba mi cuerpo, que empezara a tomar apariencia de hombre, y yo sentía tanto asco. Poco tiempo después, comenzó a... solo fue cuestión de tiempo... y despertaba con la luz del amanecer, y yo estaba tan... tan destrozado porque aunque no entendía, algo me decía que estaba mal.
—JJ...
—Necesitaba que lo supieras... porque si quiero dar otro paso contigo, necesito que sepas con quién te estás metiendo y...
—¿Qué dices, JJ? No sabes... no sabes cuánto odio a Susan por todo el daño que causó, ni siquiera la puedo considerar un ser humano ¿Y sabes? estoy feliz de que esté muerta. Tú no eres responsable de nada, tú eres una víctima de lo que ella te hizo. Eres una víctima, JJ. Y no sabes, como hubiera deseado que alguien te hubiera sacado de ahí.
Cubre su rostro, mientras escucho su llanto.
Y es como si ese niño de doce años que vivía atormentado cuestionándose por qué lo mantenían encerrado y escondido, aún estuviera ahí.
Me levanto de la banca, y me arrodillo en el pasto.
—Oye, JJ... —Intento apartar las manos de su rostro—. Yo te adoro demasiado. Eres tan importante para mí. Me encanta tu fortaleza, tu fuerza, tu temple. Admiro cómo avanzaste todos estos años. Te transformaste en una persona tan madura, tan... no tengo palabras para expresarlo, pero eres tan valioso, JJ. Te quiero.
Limpio sus lágrimas.
—Eres el alma más bondadosa y pura que he conocido.
Sus ojos quedan muy abiertos.
—¿Cómo puedes decir eso? Tú conoces mi pasado. —Hay tanta incredulidad ante lo que he expuesto, pero es lo que yo creo de él.
Es mi verdad.
—Ajá, lo sé y lo creo. Un alma bondadosa no es necesariamente la que ha caído menos en actos viles. No justifico lo que alguna vez hayas hecho, todas esas feas peleas... ni el cómo asustaste a personas queridas para mí. Pero... fue hace tanto tiempo, y aunque estuvo mal, por dentro gritabas. Tu alma es bondadosa, porque fuiste capaz de detenerte. No es que hayas cambiado realmente... sino que ahora por fin pudiste ser tú. Y yo me siento irremediablemente atraída por ti. Por eso... y por más —Me pierdo una vez más en el verde de sus ojos— ¿Te gustaría... ser mi novio, Jonas? No estoy segura si será el mejor momento, pero... llevo días con la inquietud.
No reacciona inmediatamente. La sorpresa se hace presente en esos ojos llorosos, como si aún no se diera cuenta de lo maravilloso qué es.
¿Por qué no puedes verte como yo te veo?
—Yo también... —dice finalmente en una suave risa, mientras termina de limpiar sus lágrimas— Por supuesto que lo dirías tú...
—¿Por qué no?
—¿Por qué no?
Sonrío.
—¿Y bien...?
Su rostro se acerca al mío.
Sus ojos se cierran levemente mientras aprecia mi boca.
—Sí, hoy y siempre, sí —contesta, cerrando con un beso que altera todos mis sentidos, transportándome seguramente, a lo más cercano al paraíso. Y puedo sentir su alivio, como si al haber liberado aquella parte de su pasado, una máscara cayera al suelo, y ahora se sintiera libre y en confianza de hacer lo que tanto él como yo hemos deseado en tanto tiempo.
⋆⋆⋆
Entramos al apartamento. No decimos nada, pero queremos lo mismo.
Mi cuarto está bastante desordenado, mas a él no le importa. Pareciera ser que nada en mí le genera disgusto. Damos pasos algo irregulares hasta que mi espalda choca con el armario.
Abro con cuidado, los botones de su camisa negra. Dejando al descubierto su torso. Ya lo había visto antes, en aquella ocasión en que corrí a despertarlo. Las cicatrices y quemaduras de cigarrillos se hacen visibles a mi vista.
—¿Me dejarías...? —Toco con suavidad una de las cicatrices.
—¿Qué?
—Solo... no podemos borrar lo que pasó, pero... ¿me dejarías reemplazar? Un recuerdo triste, por uno feliz... solo si me permites. —Cierro ligeramente los ojos.
Levanto la cabeza, creo que no lo entiende completamente, pero susurra una afirmación.
Acerco mis labios a una de las cicatrices, depositando un suave beso. Beso cada marca, cada rigurosidad. Beso las huellas de quemaduras de cigarrillos, beso hasta el más minúsculo rastro de una herida. Despacio, atenta a si en algún momento prefiere que me detenga.
Lo hago con delicadeza.
Como si se tratara de algo sagrado.
—Naomi...
Elevo la vista. Sus ojos están entrecerrados, su boca sutilmente abierta.
Llevo las manos a la espalda en un intento de bajar el cierre del vestido. Él se aproxima, besa mis labios, mientras sus manos las lleva al cierre, bajándolo por mí, cayendo este al suelo.
Sus ojos se vuelven un lento baile que recorre todo mi cuerpo.
—Oh, Dios, eres tan hermosa... eres...
Se acerca a mí, besándome el cuello, mientras sus manos recorren mis muslos subiendo, y luego, sujetando mis piernas, llevándonos a la cama. Él sobre mí, en medio de ellas.
—Desde que empezó esta atracción entre nosotros —digo, la voz me sale algo débil— siempre me has excitado tanto... pero, lo que siento ahora, es más... es... siento como si estuviera en otro mundo...
—Siento lo mismo...
—Mi corazón late tan rápido por ti.
—Naomi...
Me incorporo ligeramente. Sus manos van a mi espalda, abriendo el sujetador, quedando este a un lado de la cama.
Los besos se despliegan por mi cuello en un descenso lento y tortuoso. Suspendiéndose en la clavícula, y luego a la altura del corazón.
—JJ...
No hay apuro, es una exploración lenta y suave. Estoy atenta a cualquier señal de arrepentimiento, de cualquier intención de detener todo esto. En verdad no hay prisa, mas siento que el abrirse conmigo le ha dado alivio, alivio y confianza. Por un instante, me pregunto si estará pensando en todo el camino que hemos recorrido hasta llegar a este momento. Su historia de vida tan alejada del amor, y ahora, viviendo esto juntos. Quiero que sea feliz a mi lado.
No se mueve, pero la mirada que me dedica es como si ya estuviera haciéndolo.
Sus ojos son tan hermosos.
El tiempo transcurre diferente con cada movimiento. Con cada instante en que nos dejamos al descubierto de una manera más íntima. Le pregunto nuevamente si en verdad lo quiere, su confirmación me llega directamente al corazón.
Es una experiencia diferente. Muy diferente.
Etérea.
Sublime.
El cuarto se llena de nuestros gemidos entremezclados en la nota más armoniosa que podría formarse. Me tenso ante la presión de su cuerpo contra el mío, enroscándome a su alrededor ante el frenesí. Rompiéndome, y robándome la respiración. El saber que es él, que lo estoy haciendo con él, es como si estuviera penetrando cada parte de mi cuerpo, a mí en su plenitud. Todo el mundo deja de existir, solo somos nosotros.
—Jonas... Jonas...
Me pierdo en la imagen de él, sus ojos que me llegan al alma.
—Te amo —dice, y todo es muy rápido. Todo es más de lo que podría haber imaginado.
Me pierdo, y él se pierde junto conmigo.
Su frente baja juntándose a la mía, ambos nos observamos con los ojos ligeramente abiertos. Sus mejillas igual están enrojecidas.
Es la primera vez que alguien me dice te amo, y se sintió tan real.
—Te amo, te amo, Naomi —repite, acariciándome suavemente.
Yo también. Pero creo que todavía no me siento preparada para decirlo, nunca había amado a nadie, y eso a veces aún me asusta.
Nos quedamos en la cama, en caricias y conversaciones íntimas. Los minutos pasan, convirtiéndose en una hora.
Siento tanta paz. Y puedo ver que él también se encuentra sumergido en esta, que algo ha cambiado en este encuentro. Que algo ha cambiado en todo este tiempo juntos.
De pronto, las conversaciones sobre el pasado se hacen presentes, invadiendo mi curiosidad respecto a su hermano. Nunca vi una imagen de él.
—¿JJ...? ¿No conservas alguna fotografía de tu hermano...? ¿Se parecía a ti?
Él sonríe.
—Sí, tengo una —admite— espera...
Se levanta de la cama y va a su habitación.
Demora pocos minutos en regresar con la fotografía.
La sostengo, pero al verla siento que se me caerá de las manos.
Cara redonda, ojos almendrados en color verde, cabello rubio.
—¿Naomi? ¿Qué pasa?
Mi dedo acaricia el rostro del niño.
Mantén tus ojos muy abiertos.
Nunca se detienen, día tras día van por una nueva presa.
Lo has hecho bien, y por eso están furiosos.
Estoy algo confundida.
—Yo... soñé con tu hermano.
JJ se ve igual de confundido, toma asiento en la cama a un lado mío.
—¿Qué? ¿Entonces ya habías visto una imagen de él?
—No, nunca. Por eso mismo te pedí una. Nunca había visto su rostro, nunca... Fue la vez que grité... y tú llegaste al cuarto...
Sí lo recuerda.
—¿Qué soñaste?
—Yo... preguntó cómo está.
JJ de pronto, se ve emocionado. Me alegra contar con alguien tan maravilloso que no piensa que estoy loca por estar relatándole esto, ni que le reste importancia por únicamente tratarse de un sueño.
—¿Eso fue todo? —pregunta, sus ojos se ven algo llorosos.
—No... eso solo fue el inicio... Mantén tus ojos muy abiertos —murmuro— Nunca se detienen, día tras día van por una nueva presa. Lo has hecho bien, y por eso están furiosos.
—¿Qué...?
Mi impulsividad quería bombardearlo de preguntas. Sin embargo, mi corazón se aceleró al escuchar un disparo proveniente de la casa. El sudor frío se extendió por mi frente y por mis manos mientras corría en dirección al lugar. De pronto, me encontré sola. Cada paso se volvió una tortura, el camino estaba rodeado de cuerpos; cuerpos de mujeres de distintas edades y yo me hundía, me perdía en medio de todos ellos. Me asfixiaba mientras los gritos se hacían cada vez más fuertes. Necesitaba llegar, necesitaba llegar...
—Fue un aviso, una advertencia —susurro, agachando la cabeza.
JJ rápidamente me abraza.
—Estás aquí, estás bien... todo estará bien —asegura. Su calor es muy reconfortante.
Me quedo apoyada en su pecho, refugiándome en su amor, y él en el mío.
No quiero separarme nunca de tu lado.
𝑀𝓊𝒸𝒽𝒶𝓈 𝑔𝓇𝒶𝒸𝒾𝒶𝓈 𝓅♡𝓇 𝓁𝑒𝑒𝓇
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