CAPÍTULO 23
⚠️Este capítulo contiene escenas +18.
⋆NAOMI⋆
El calor de mil infiernos se hace presente, es tan abrumador, que por un segundo considero que podrían ser las tinieblas en la tierra, y seguramente yo sería la bruja que ardería con más intensidad. Sonrío ante ese pensamiento. Aquel bochorno, me recuerda los reconfortantes brazos de JJ, llevándome a la cama, y en cómo durmió junto a mí; el deleite de sus caricias, las ansias de hacer todo lo que no hemos hecho, pero que debe estar latente en nuestros pensamientos, mas no era el momento. Y aunque ahora intento enfocarme en él, debo reconocer que se trata de una protección, de una forma de salvarme y dejar a un lado los sentimientos negativos que tengo en este instante. Fue una noche larga, y entre todo lo que está pasando con mis amigos, y además los problemas con el grupo de Wes, el amor se siente algo lejano. Sin embargo, es en estas circunstancias que agradezco estar con alguien que me entiende tan bien, es decir, no es que realmente lo agradezca, no tendría por qué hacerlo, es algo evidente que debe haber en cualquier tipo de relación. No obstante, JJ es.... el tipo hombre que siempre quise a mi lado; fuerte y atrevido, pero también dulce y de buenos sentimientos.
Después de todo, somos más parecidos de lo que alguna vez imaginé. Me pregunto si en un futuro, yo también me calmaré como él... ¿será que con los años lo temperamental se quita? Doy pasos algo irregulares por la facultad, mientras le doy vuelta a ese pensamiento. Por un instante, pareciera como si estuviera jugando, dando un salto, y luego otro sobre cierta marca en el suelo. No me interesa si alguien me ve, necesito desestresarme un poco. Hay cosas que no se quitan, y con Mike solíamos jugar de aquella manera cuando salíamos juntos de compras. Bueno, él siempre quería que juguemos, incluso cuando yo ya no estaba tan interesada en niñerías. Mike, insistía en ver películas de Disney, y aún quería jugar a las escondidas cuando yo estaba... bueno yo estaba más interesa en leer en Wattpad, y no diré precisamente qué cosas leía, porque eso está en un oscuro pasado.
En una ocasión, cedí en su capricho de jugar a las escondidas con la única condición de que yo debía contar, y él esconderse. El muy tonto saltó de alegría, y estuvo horas escondido en la casa, mientras yo en vez de buscarlo, me puse a leer. «Hermanito, a veces te extraño, pero no me gustaría verte en este momento, ya que creo armarías drama porque JJ y yo haremos cosas. Sí, aquellas cosas por las cuales eres bien conocido, tonto».
Sigo caminando por la facultad hasta llegar a las mesas que están al aire libre. El cabello anaranjado de Ezra brilla más que nunca con los rayos del sol, y apenas me ve alza una mano.
Tomo asiento frente a él.
—Creo que hemos pasado tiempo sin hablar, ¿no?
Hay algo diferente en Ezra, no sabría cómo describirlo, pero se le ve más tranquilo, más relajado. Espero el bullicio alrededor nuestro, no impida que tengamos una conversación más íntima.
—Hemos estado un poco distanciados. —Lleva una mano a su cabeza—. Perdóname por eso... me enamoré de alguien... —admite, luego de unos segundos— y... eso ha hecho que... descuidara algunos lazos. Ha sido todo muy complicado Naomi... pero eres mi mejor amiga, y te quiero mucho.
Siempre he creído que sin importar qué diga Ezra, sonará dulce. Las pestañas largas y rizadas le dan un aspecto adorable. Y la forma en que habla, siempre tan pausada, como si estuviera considerando bien sus palabras, lo hace alguien gentil. Estoy segura de que el chico que está con él, debe estar profundamente enamorado de mi amigo, si no lo está sería un demente, porque es difícil no cautivarse con su forma de ser.
—Ezra, también te quiero demasiado. Yo lo entiendo... aunque bueno, eso de que es complicado... ¿te refieres a tu familia?
—No... es más complicado que mi familia, pero tengo esperanza de que lograremos resolverlo...
Juega con los bordes de su camiseta anaranjada.
—¿Estás bien...?
—Tuve una de las mejores noches de mi vida, Naomi. Y me acordé de ti... tú dijiste que sería diferente, soy feliz. Pese a todo... soy feliz.
Y comprendo qué implica lo que ha confesado, también el por qué debió mentir anoche excusándose con su familia de que estaría conmigo. No importa que mintiera, yo habría dicho que estaba con él una y mil veces. Haría lo que fuera por Ezra y su felicidad. Solo lamento que lo hubieran atrapado en la mentira, al haber ido a su casa, pero si no ha comentado nada sobre eso, debe ser que no tuvo problemas. Más vale señora, un minuto de paz en esa casa no estaría nada de mal.
—Me alegra, me hace demasiado feliz. —Me levanto, y me siento junto a él, dándole un cálido abrazo—. Mereces ser feliz, mi espíritu afín.
Escucho su risa mientras lo rodeo.
—Tú también mi espíritu afín.
Nos quedamos unos segundos únicamente abrazados. Que me permita ser parte de este momento tan importante en su vida me da nuevos ánimos.
—Ahora dime... —dice, tomándome por sorpresa— ¿Qué ocurre? creo que algo te pasó.
Me conoce. No es necesario que le cuente para que advierta que algo me tiene perturbada.
—Mmh... sigo un poco afectada por una discusión que tuve con Holly. —Paso mis manos por mi ajustado vestido rojo. Honestamente no es algo que me anime demasiado a contar.
Ahora con los ánimos más tranquilos, le he dado una vuelta a todo lo que dijo de Fox y su situación. Quiero hablar con él, pero... le creo a Holly... ella no lo entiende, pero pese a todos nuestros roces, y a pesar de que se niega a creer que la queremos. Yo siempre apostaría por ella.
Quizá muchos piensan que el motivo por el cual soy amiga de Holly, es porque es hermana de Ezra, y en parte, así inició nuestra amistad, no lo niego. No obstante, mi cariño hacia Holly es real. Y nuestras diferencias, nunca las he tomado demasiado en serio. Debe ser porque conozco perfectamente a sus padres, y eso me hace empatizar con su situación. Creo que muchas de las cosas que dice solo las repite. No tengo suficiente claridad de hasta qué punto en verdad, son sus convicciones, pero me gustaría descubrirlo algún día.
—¿Qué sucedió?
—Nada, tuvimos una discusión anoche, fui algo impulsiva también. Me conoces, lamento las consecuencias después. ¿Tú has hablado con ella?
Ezra desvía la mirada, lo cual ya me dice bastante de cómo está su relación de hermanos.
—Con Holly no hablamos... tuvimos una discusión hace bastante tiempo, dónde fue muy hiriente... —Recuerdo que el día que admitió por primera vez que era gay, me comentó que con Holly estaban peleados. Creí que a estas alturas, ya lo habrían resuelto, pero por su expresión pareciera ser todo lo contrario—. En su momento, no quise hablar de ello, porque estaba muy afectado... pero ahora, creo que sus palabras ya no me duelen. Holly fue ofensiva... dijo... que yo le daba asco y que su vida sería mejor si yo no existiera. Nunca te lo dije, porque todos somos amigos y era arrastrarte de alguna manera... ¿A ti que te dijo?
Tomo su mano y la acaricio con suavidad. Me duele que le haya dicho esas cosas, me duele mucho que el vínculo entre ambos esté tan quebrado.
—No te preocupes, lo mío en verdad, no fue nada —lo tranquilizo— a mí no me dijo nada malo —miento, y no estoy orgullosa de ello. Pero en parte, estoy consciente de que no debí haber sido tan insistente con ella, y aunque tampoco crea que merezco la última frase que me dedicó, contarle esa discusión sería únicamente avivar el conflicto que existe entre ambos. Esos no son mis deseos—. Lo lamento demasiado, Ezra. Me imagino cuanto dolió, debí estar para ti, últimamente me da la impresión de que he estado fallándoles a todos.
—No. Tú siempre estás —contesta— y de una u otra manera, todos nos apoyamos en ti... en su momento preferí callar, era imposible que lo supieras...
—Te quiero... —Tomo su mano con fuerza—. Y en serio, me duele lo que me dices de Holly... creo que ella vive algo que nos oculta. Por respeto a ella, y porque solo son suposiciones, no diré lo que sospecho. Pero creo que deberían hablar algún día, pienso... que podrían entenderse, en algún punto.
—Honestamente, en este momento, lo que menos quiero es hablar con ella.
Lo comprendo, y creo que a pesar de lo que dijo esa discusión aún le afecta.
—Ezra, eres una persona genial... eres sensible, buen amigo, de nobles sentimientos. Sabes lo que vales... y todos lo sabemos... Holly también. No la culpes... por lo que te dijo... sé que puede ser difícil, pero culpa a los responsables. Sabemos quiénes han engendrado esta enemistad. ¿Crees que podrías hacerlo?
—Sí puedo... porque yo tampoco soy ningún Santo —agrega decaído.
—Nadie lo es, quien esté libre de pecado que lance la primera piedra —digo en una sonrisa.
La suave risa de Ezra invade mis oídos.
En ese instante, me doy cuenta de que Fox y Dakota se aproximan a la mesa, ambos vienen abrazados.
—¿Momento sentimental? —pregunta Dakota, llevando un dedo a su boca en señal de asco.
Como siempre su estilo es espectacular. Un vestido negro Chanel y unos zapatos de tacón. El zorro por su parte, viste un look más desordenado y despreocupado, siempre la camisa abierta y las gafas en su cabeza.
¿En serio él podría ser un criminal? Se me hace tan difícil hacerme la idea.
—De seguro tú también los tienes a veces —le contesto— por algo venías abrazada del zorro.
Intento actuar con normalidad. En verdad, quiero normalidad, necesito paz. En este instante, lo más importante es Dakota.
—Sí, es un efecto que producen los zorros, porque a ti también te adoro.
—Los zorros controlarán el mundo —dice Fox, guiñándome un ojo.
Asiento, aunque no tan animada como lo haría habitualmente.
—Oye zorro, quisiera hablar contigo después de que se dé la resolución...
Él me observa intrigado, pero no alcanza a responder, porque Dakota capta por completo nuestra atención.
—Lo suspendieron —dice con serenidad.
—¿Perdón?
—Lo que escuchaste, en verdad, creo que quedará... en nada, o en una sanción que será una burla. —Fox la rodea con sus brazos, y ella reposa su cabeza en su hombro—. Los padres de Wes han estado hablando con el rector de la Universidad.
—Son unos hijos de puta —suelta Fox.
Ezra susurra una confirmación.
—Si ocurre algo así, yo me encargaré de armar un escándalo que no olvidarán en sus vidas. Haremos que nos escuchen.
—Te lo agradezco —murmura Dakota— pero no quiero que te involucres demasiado... son personas peligrosas.
—¿Olvidas con quién hablas? —una media sonrisa— siempre me involucraré y siempre ganaré.
Dakota me devuelve la sonrisa.
—Los quiero...
—Nosotros a ti —le responde Ezra en voz baja. Me percato que Fox deposita sus ojos en él con dulzura. Se me hace algo extraño, dado que nunca he visto que le dedique esa mirada a Holly.
El pensamiento se esfuma cuando Ezra me rodea con sus brazos.
—Extrañaba que pasemos tiempo juntos —confiesa Ezra.
—Pasaríamos más tiempo juntos si no se enamoraran con tanta facilidad —suelta Dakota— se han olvidado de mí, malditos idiotas.
—¡Dakota! Jamás nos olvidaríamos de ti —la contradigo.
Pero ella se limita a desviar los ojos.
—Tú, hermosa —le dice Fox— sabes muy bien, que te envío mensajes todos los días.
—Eso no lo sabía —comenta Ezra en forma tan espontánea, ¿ruborizándose sus mejillas...?
Sacudo la cabeza, el mal sueño me tiene alucinando.
—¿Por qué tendrías que saberlo? —pregunta Dakota a la defensiva— ya tienes una zorra, con amor, Naomi —suelto una risa, no me molesta que me diga zorra. Desde que Wes y sus amigos comenzaron a llamarme así, nos apropiamos del apodo, como una burla—. Es mi derecho tener un zorro también.
Ezra se cruza de brazos.
—Dakota... —murmura Ezra.
—Ezra, imagino que no pretendes tener a Naomi de mejor amiga, y a Fox como mejor amigo, ¿no? —le pregunta Dakota alzando una ceja, mientras tanto juega con su anillo de oro de Louis Vuitton—. No seas acaparador —lo mira con desafío.
Ezra le responde, pero no presto demasiada atención a ello, ya que a lo lejos, veo a Holly con Nolan conversando como si fueran amigos. Bueno, siendo sincera, él se ve bastante animado, y ella se mantiene indiferente. Ambos intercambian algo que no alcanzo a ver, y se despiden. Holly camina lentamente en nuestra dirección, aunque advierto que se ha tratado de una coincidencia porque al distinguirnos sus ojos se abren como platos.
Fox sigue abrazando a Dakota con fuerza, y Ezra mantiene su cabeza apoyada en mi hombro.
—¿Pasa algo, Holly? —pregunto con cierta preocupación. Cuando digo esas palabras, todos giran en su dirección, percatándose de su presencia.
—¿Qué podría pasar? —Deja su bolso en la mesa, y toma asiento a un lado de Fox. Sostiene su mano, produciéndose un leve forcejeo entre ambos, como si él quisiera soltarla.
Me siento incómoda al advertir esa situación.
Ezra se tensa a un lado mío.
—Hoy es un día radiante, ¿no? Los vi muy animados —dice Holly— ¿Cayeron los desgraciados?
Dakota le explica brevemente las últimas noticias sobre el proceso en contra de Wes y Austin, y cuando termina todos nos quedamos en silencio por unos minutos.
—¿Qué hacías con Nolan? —pregunto— por todo lo que hablamos... no comprendo el por qué...
—¿Nolan? es un buen hombre —asegura, interrumpiéndome— creí que las cosas habían quedado claras anoche.
Dakota hace una mueca, comprendo que ella pueda tener una opinión diferente de Nolan, mas se limita a quedarse en silencio sin exponer su molestia. Tampoco debe entender a qué nos referimos.
—¿De qué hablas? —le pregunta Fox, su voz menos segura de lo habitual.
—Nada, amor. Solo una pelea que tuvimos con Naomi, pero ya todo está aclarado, yo le dije cómo fueron las cosas.
Fox arruga el entrecejo cuando ella lo llama "amor", y recién ahora pareciera comprender el motivo por el cual quiero hablar con él. Se ve preocupado.
Me enfoco en Holly, ya que necesito aligerar una inquietud.
—Holly... quiero pedirte disculpas por lo de anoche —digo frente a los demás, aunque obviamente no comprenden el contexto. Tampoco debe tratarse del mejor lugar, pero necesito sacarlo de mi sistema, antes que siga rondando en mis pensamientos.
Usualmente, Holly se mantendría indiferente, demoraría su tiempo en que hiciéramos las paces. Sin embargo, por muy extraño que parezca, no se ve molesta conmigo.
—Yo también. Como tú dices, así son las cosas entre nosotras, pero siempre lo resolvemos. Tema cerrado. En verdad tenía otras cosas en mente en ese momento —dice, y comprendo que no debo insistir en aquello, y que realmente quiere dar por terminada esa conversación—. Ojalá algún día los desgraciados pidan perdón —agrega luego de unos segundos, desviando la conversación.
Asiento, en tanto Ezra comienza a guardar sus cosas, preparándose para marcharse.
—¿Ezra, a dónde vas? —le pregunta Holly.
Se queda paralizado, está claro que no se esperaba que le dirigiera la palabra.
—¿Realmente... te importa? —No lo dice de mala manera, es el tono de voz que usa cuando se siente confundido, o quizá algo nervioso.
—Somos hermanos, ¿no?
Me da la impresión de que esa frase conmociona a Ezra. Yo sé que toda su vida deseó que Holly lo viera como un hermano, que lo quisiera, y nuevamente confirmo que a pesar de todo el rencor que podría haberse formado entre ellos, ese deseo sigue latente. Sus ojos se humedecen, y el resentimiento que podría albergar su corazón queda desplazado, porque vuelve a sentarse. Como si la palabra "hermano" fuera un detonante.
Holly sonríe cuando Ezra se queda.
Y así, pasamos la última hora sin que ninguno de nosotros entrara a sus clases, riendo, intentando que Dakota no se sintiera desanimada. Aún faltaba que se diera la resolución, nada estaba escrito, la esperanza de justicia seguía presente. Pero también no se debía únicamente a ella que todos estábamos reunidos. Genuinamente queríamos compartir juntos, porque por más problemas que pudieran surgir entre nosotros, nuestro lugar seguro siempre sería nuestra amistad.
Después de todo, todos éramos estrellas resplandecientes.
⋆⋆⋆
Al salir de clases, fui directo a la librería Cleriffy. Es un poco divertido que JJ y yo nos juntemos precisamente aquí. Este fue el lugar dónde mentí por primera vez diciendo que él era mi novio, y ahora realmente estamos juntos. De hecho, se encuentra esperándome en el piso que funciona como cafetería.
El lugar está prácticamente vacío, paso a un lado del mesón dónde se encuentra el vendedor y me percato de algo que me deja perturbada por unos segundos. ¿En qué se está transformando este mundo? De seguro piensa que su asquerosa acción pasará desapercibida al estar vacío el lugar, pero lamentablemente vi lo que hacía frente a la pantalla del teléfono. Necesito borrar esa imagen de mi cabeza.
Avanzo más rápido que nunca a dónde se encuentra JJ, la manera en que me saluda, y toca mi mano, me ayuda a olvidarme de la repugnancia que vi.
En la mesa, hay una gran cantidad de hojas, debe estar corrigiendo evaluaciones.
—¿Mucho trabajo? —pregunto.
—Mmh... algo así, igual ya estoy terminando. Ya pedí por ti —una media sonrisa— capuccino, y una tartaleta de berries.
—Mmh... me conoces bien.
Tomo asiento, apropiándome de su trabajo. Suelto un suspiro.
—Eres un.... —me reservo la palabra, mientras avanzo hoja tras hoja— ya veo cómo has canalizado esa maldad, estás reprobando a todos.
JJ suelta una carcajada.
—Y no me arrepiento de nada.
—Mmh... eso veo.
Saco un libro de mi mochila, y me dejo llevar por la lectura. El aroma a cafeína y a libro nuevo es adictivo. Cuando ya ha pasado bastante tiempo, tomo el teléfono y pido una pizza, probablemente llegaremos con hambre al apartamento y por lo que recuerdo, no queda demasiada comida. Mientras la pido, desvío mis ojos a JJ, nuestras miradas se encuentran, y corto un trozo de tarta saboreándolo lentamente en mi boca.
—Hay lujuria en tu mirada —susurra JJ.
Bajo la mesa enredo mi pierna con la suya.
—En la tuya también. Ya sabes, esa mirada como si estuvieras pensando en ciertas cosas —agrego en forma insinuante.
—Reconozco que cuando se trata de ti, muchas cosas pasan por mi mente.
—¿Podrías decírmelas, no crees? Siempre puedes decirme todo, JJ.
—¿Quieres oírlas? ¿Aquí? —pregunta ligeramente divertido, observando nuestro alrededor.
—¿Acaso no te atreves? —Me dispongo a ser un puchero, pero gracias al cielo lo detengo. Puaj. Me recuerda a Mike—. Vaya, y yo que creía que...
—Te ves hermosa —murmura— toda tú, eres hermosa. Cualquiera moriría por estar contigo, y no lo niegues.
—Tampoco lo haría. —Lo observo con desafío—. Solo es la verdad —una media sonrisa.
—Claro que lo es —sus ojos verdes clavados en mis ojos azules— es solo que... —muerde su labio— me vuelves loco.
—¿Y si me lo demuestras? Se me ocurren algunas ideas...
—Naomi...
Presiono con más fuerza su pierna.
—A mí... se me ocurren algunas cosas...
—A mí también —responde— aunque... creo que empezamos a llamar la atención.
Observo a nuestro alrededor, encontrándome con la mirada del vendedor fija en nuestra dirección. Métase en sus asuntos, pervertido.
—No estamos haciendo nada malo —aseguro.
—Aún.
—JJ.
—Naomi.
—Siempre amaré eso.
—Yo también.
Entonces me inclino, llevando un dedo a su labio inferior, pasándolo por este.
—Me vuelves loca —digo, e introduzco solo un poco mi pulgar en medio de sus labios. Inmediatamente él se estremece, y sujeta mi muñeca.
—Basta, aquí no.
—Disculpen debo pedirles que se retiren —dice una voz ajena, volteo encontrándome con el vendedor a un lado de nosotros.
Vaya qué rápido.
JJ comienza a guardar inmediatamente sus cosas.
—¿Qué hicimos precisamente? porque este lugar está vacío.
—Comportamientos inapropiados —recrimina con voz seca.
—Mmh... entonces veo que tenía su atención puesta en nosotros. Disculpe señor, pero tiene el cierre abajo, y bueno, me percaté de lo que estaba viendo en su teléfono. Qué fea conducta que quiere que le diga. Estoy lejos de ser una Santa, y vaya que estoy orgullosa de ello, pero usted podría ser más consecuente ¿no cree?
JJ abre los ojos como platos.
—¿Disculpe?
—Lo que escuchó —le sostengo la mirada— ¿Quiere que me queje con su jefe?
A pesar de mis palabras, el hombre se comunica con los guardias, pidiendo que vengan y nos saquen del lugar.
Intercambio una mirada rápida con JJ, y él entiende a la perfección. Toma mi mano, y ambos corremos por la librería. Mientras nos siguen les levanto el dedo de al medio, JJ imita mi acción. Me duele el estómago de tanto reír. Seguramente nos tendrán por ladrones al haber escapado de aquella manera, pero poco nos importa.
Los minutos transcurren rápido, la adrenalina apoderándose de nosotros. En solo cuestión de poco tiempo, estamos dentro del apartamento. Nuestras respiraciones agitadas por la huida. Beso sus labios dulces, escapándose un gemido de mi boca.
Avanzamos lentamente, sin que Cookie aparezca, por fin entendió su lugar. El piso recibiendo nuestras cosas, su bolso, mi mochila, nuestras chaquetas.
—Naomi.... —gime mi nombre, mientras me posiciono sobre él. Ambos en el suelo.
—JJ no resisto más...
—Yo tampoco... eres hermosa, me encantas. —Juega con mi cabello. Sus manos bajan deteniéndose en mi cintura, me muevo, bajando mi rostro al suyo, besando sus labios, mientras sigo frotándome sobre él.
—Quiero... quiero... —repito— JJ estoy muy excitada.
Sus manos acarician mis piernas, subiendo lentamente por mi vestido. Su tacto es tan despacio, que se vuelve tortuoso. Entrecierro los ojos, mis mejillas ardiendo mientras sus ojos verdes se encuentran clavados en los míos, su expresión igual de excitada. Y entonces, su mano se detiene muy cerca de zonas prohibidas. Duda inicialmente, pero el comportamiento de mi cuerpo, toda yo, ruega por ese contacto, y yo nunca ruego por nada. Debe hacerlo, o lo mataré. Desliza su mano por debajo de mi ropa interior. Avanzando con cuidado, sin perder el contacto visual, su respiración agitada en tanto llega al centro de mí.
—JJ...
—Móntalos —pide. Sus dedos irradiando calor por todo mi cuerpo.
Su pulgar se desliza en mi palpitar, estremeciéndome, luego dos dedos arrasan conmigo en forma rítmica, descubriendo toda mi humedad. La combinación es perfecta. Jadeo en tanto los mueve con habilidad, y besa mi cuello. Mi corazón bombea con fuerza, a medida que los desliza con lentitud, escapándose gemidos de mi boca. Sus ojos concentrados en el movimiento de mis caderas, haciendo exactamente lo que me pidió, y entregándome por completo. Me vuelve loca, lo excitado que se ve únicamente haciéndome disfrutar a mí. Cuando mis caderas comienzan a apretarse contra su mano, él nuevamente presiona sobre mi haz de nervios, en un movimiento lento y circular.
—¡Ah...! —grito, y él me besa, mordiendo con suavidad mi labio inferior.
—Tus gemidos son arte, Naomi —murmura contra mi boca, hundiéndolos más profundamente. Nuestros labios únicamente rozándose, mientras yo me muevo al mismo tiempo que él, subiendo y bajando. La tensión volviéndose incontrolable, al borde de estallar por completo en llamas.
En ese instante, el timbre del apartamento comienza a sonar. JJ se detiene por un segundo.
—Pedí.... una.... pizza... —digo sin fuerza. JJ suelta una pequeña risa—, que esperen... que esperen...
—Te escucharán... —dice con diversión.
—No... mmh-me interesa...
—Lo que quieras —responde con una sonrisa.
Se desliza más profundo, y es como si me deshiciera con su tacto.
—¡Ah...! ¡JJ...! Mmh... —el sonido del timbre se vuelve más insistente. Lárguese, y deje la pizza en recepción. ¿No ve que estoy ocupada? Prioridades, por favor.
—Mierda...
Palpito, y me contraigo alrededor de sus dedos.
—JJ... JJ... —gimo su nombre una y otra vez. Siento demasiado, me encanta cómo lo hace.
Arqueo mi espalda, y mis piernas tiemblan en tanto cada terminación de mi cuerpo estalla en placer cuando nuevamente toca el centro de mí con su pulgar. Apoyo mi frente en la suya. Muerdo mi labio, y una risa algo nerviosa se escapa de mi boca. Me gustó demasiado. Advierto que él también quedó vuelto loco, al bajar y quedar sentada en su regazo, siento su excitación. No obstante, no intenta algo más, parece satisfecho al haber logrado que yo acabe.
Beso con suavidad sus labios. Y pese a mi cansancio, estoy por insultar al repartidor, porque sigue sonando el maldito timbre sin compasión.
—Pero qué mierda con ese imbécil —murmuro molesta.
Ambos nos levantamos, y nos acomodamos la ropa. Nos tomamos unos minutos para quedar medianamente presentables. En serio, qué fastidiosa persona. JJ me abraza por detrás, lo que hace que demos pasos irregulares hasta la puerta.
Pero al abrirla, me quedo paralizada al encontrarme con... Ay no.
Cabello rubio, ojos grises.
—Subimos la pizza, estaba en recepción —dice una dulce voz, que reconozco inmediatamente. Ella aparece a un lado de él, con un vestido vaporoso de flores blancas y rosas.
—Mike —digo.
—Naomi.
—¿Mel? —JJ suena desconcertado.
—JJ... —suelta Mel en un suspiro. Lleva una mano a su cabeza, porque sabe que estamos en una situación sumamente incómoda. Si no fuera por el momento embarazoso ambos se habrían abrazado, pero en este instante todos tenemos la atención fija en Mike.
Lo hace a propósito para ser el foco de todo.
No pienso permitirlo.
—Bueno, ya terminamos de pasar lista... gracias por venir —comienzo a cerrar la puerta, Mike la ataja.
—Tienen treinta segundos para explicarlo...
—Hermanito... —hablo antes que JJ— ¿Qué puedo decir? Nadie se resiste a Naomi Cranham —bromeo, esperando que se ría. De cierta manera, con esa frase lo estoy imitando.
Pero no se ríe.
Oh, jodida mierda, ¡Mike está serio!
Mierda.
Sí.
Definitivamente,
estamos en problemas.
𝑀𝓊𝒸𝒽𝒶𝓈 𝑔𝓇𝒶𝒸𝒾𝒶𝓈 𝓅♡𝓇 𝓁𝑒𝑒𝓇
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