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II

Los hechos: haber fallado en Darkmount tuvo sus graves consecuencias. Lord Megatron estaba colérico de no tener en su posesión a Still; así que se fue en contra mía. No pude objetar nada de sus acusaciones ni defenderme de su castigo. Mi sanción fue benigna: mencionó que en situaciones anteriores había demostrado serle útil y; aun así, arrebató de mi lado a mis minicons; la única forma de volverlos a ver era "arreglando mi error"; y la única forma de hacerlo era asesinando al Hig Lord de Polyhex: Straxus; era una encomienda que no podía fallar. Mi situación en los posteriores ciclos fue amarga; los constantes ataques de sicarios mandados por Straxus, eran viles intentos infructuosos; con lo único útil que ofrecieron: un rastreador con la ubicación del último escuadrón restante y una placa con las órdenes de mi asesinato.

Seguí al último escuadrón; para la noche desembocaron a las afueras de Polyhex dónde se acoplaban los ciudadanos en un sector abandonado, sin recursos y condenado a la miseria.
En las calles, no contaban con una buena iluminación; eso me obligaría a acercarme a ellos. Necesitaba alejarme; disparar a distancia al principio podría estar a mi favor, acabaría entre dos a tres antes de revelar mi ubicación; un asalto directo no era opción, lo mejor sería entrar en un pasillo estrecho para perderlos y luego atacarlos de forma furtiva.

Los nueve sicarios merodearon por las calles con armas cargadas, era claro, estaban de cacería. Coloqué mi bláster en mi espalda para posicionarme en el techo de un edificio, ya tenía una adecuada distancia de ellos. Sin embargo no se movieron a un callejón como supuse; se adentraron a un edificio de doble piso. El trabajo se había complicado innecesariamente.

Bajé de mi ubicación lo más rápido que pude y retomé mi posición en el edificio continúo al que estaban.
Postura: Firme, con una rodilla en el suelo y la otra con el pede flexionado para soportar mi peso; mis servos sostenían el bláster de alto alcance en dirección al escuadrón y el dígito en el gatillo.

Movimientos enemigos: eledificio de frente estaba en plenas ruinas por lo que les fue difícil moverse;el segundo piso solo tenía por escaleras unos cuantos escombros.

Opinión: La pobre spark que debía estar ocultándose allí, posiblemente creyó que intentarían escalar ese montículo de escombros que los obligaría a subir de uno a uno; vulnerable a los disparos, sin embargo, hay otras formas de subir.

Uno de los sicarios lanzó una bomba a los escombros y el fuego vivo iluminó el lugar que tembló ante el incendio. Los escombros del techo crearon una apertura lo suficientemente amplia para acaparar un buen espacio para entrar en dónde con alta probabilidad podría estar su víctima.
Sentidos: Agudice mi óptica para captar cada movimiento, no debía perder ningún hecho.
Fueron acorralando a su objetivo, alzando sus blásters para matarlo.

Observación: que ironía de la vida; era él, el Autobot que me salvó la vida y justo cuando va a perder la suya; la superioridad numérica sería su fin.
A no ser... que interviniera. Guardé mi arma, no era el momento; ¿acaso consideré ayudarlo? No, él es el enemigo, mi misión no tenía nada que ver con él; salvarlo solo me retrasaría; sería una estupidez.

Sin embargo: el líder del escuadrón le dio un derechazo al Autobot que lo tumbó al suelo; rápidamente le propiciaron varias patadas consecutivas; intentó defenderse, a pararse para luchar, pero siempre era llevado al piso, a las pedes de esas basuras. Mientras yo seguía de pie allí.
Tomé mi bláster con una fuerza que lo hizo tronar; me posicioné, firme y disparé.
El jefe del escuadrón cayó desplomado en el piso; la conmoción me permitió otros dos más, la histeria: tres más, mientras la paranoia a un par y el terror al último.

Tras su caída, me levanté revelando mi posición al Autobot. Parecía que al verme lo tranquilizó.
Me subí a la ventana, saltar haría el trayecto más corto. El edificio continúo estaba lo suficiente cerca para que fuese viable. Tomé el impulso para saltar y me agarré de los bordes de la ventana; jalé de mí para así poder entrar.

El recibimiento: fue hostil ya que apuntó a mi cabeza con un bláster; así que creía poder luchar contra mí, pero yo no estaba aquí para pelear.
Cuando tomé mi fusil de alto alcance, él en reflejo cargó su arma, aunque tenía la certeza de que no dispararía; dejé la escopeta en el suelo a su disposición y con su pede la pateó a un oscuro rincón. Apretaba constantemente su bláster y con su servo libre me empujó con brusquedad a la pared para inspeccionarme. Pronto encontró lo que quería que descubriera: el localizador y la placa con órdenes de asesinarme, los analizó y los correlacionó con los muertos del lugar. Me observó reiteradas veces con el mismo número de veces que desvió la óptica. Luego me concedió mi propio espacio retirándose varios pasos atrás. Cruzó sus brazos con el ceño fruncido esperando cualquier movimiento de mi parte.

Le ofrecí mi servo: un choque de servos y con ello una alianza. Sufríamos la misma situación; ya debería saber quién mandó a los sicarios por su yelmo, debía ser consciente que eludir al señor de Polyhex no era posible. Una alianza era necesaria; no sería nuestra primera vez: aunque fue desastrosa, nos había mantenido con vida; además aún tenía que saldar cuentas con él, no iba a dejarlo ir con facilidad. Casi pude ver el esfuerzo que debía estar sufriendo para mover cada uno de los engranajes de su procesador para ver el truco en mi oferta, no lo había; él es solo una herramienta, así de simple.

Visión: por algún motivo me dio la espalda para estar de frente a las llamas provocadas por la explosión. Las llamas centellearon abruptamente, de una forma caótica.

Duda: ¿qué estará pensando?, ¿las consecuencias de nuestra asociación?, ¿posibles traiciones?, ¿o acaso estaría reviviendo lo ocurrido en Darkmount?, no lo entiendo, tan precavido y aún así había tomado la estupidez de darme las espaldas, ¿era el descaro de no considerarme una amenaza?, ¿o creía que no le haría daño alguno?

Acto: se condujo hacía mí y estrechó su servo con el mío aceptando la alianza.
Ya listos emprendimos nuestro viaje por un camino que nos hizo salir de ese edificio en ruinas, cuanto más nos alejábamos las llamas lo consumían todo. Serviría como distracción, una momentánea pero útil, a fin de cuentas.
Las calles de Polyhex fueron el camino donde nos ocultamos para no sufrir más inconvenientes. Nos tragaron las sombras de edificios vertiginosos dispuestos a dejarse caer sobre nosotros; mientras sus restos caían constantemente mientras nos movíamos.

Observación: el Autobot parecía errático, se movía con demasiada cautela a la caída de cualquier pequeño escombro, siempre volteaba a observar a todos lados, aún cuando descendieran justo en su óptica, pero noté que siempre se enfocó en mí, alerta de cualquier movimiento mío, ¿acaso creé que le permitiría ver mis intenciones?, ¿o que haría algo tan bajo como apuñalarlo por la espalda?

Pronto algo nos obstaculizo; el Autobot con una expresión en esencia frustrada en sus rasgos señaló con su cabeza una la colisión de dos edificios obstruyendo nuestro camino y solo había una estrecha entrada, de una dimensión que solo un minicon podría entrar en ella, solo un minicon...

Rodeamos los edificios, pero nos mantuvimos en nuestro camino original, no era buena idea alejarnos de ella. Pronto llegamos a un edificio que aún se conservaba en un estado relativamente óptimo pero que había sido abandonado.
Observación: no había mucho que destacar del lugar más allá de que parecía un lugar decente para refugiarse y descansar. Sí: lo era, el superficial chequeo que hicimos lo demostró. Mi servo recogió el óxido qué se había acumulado por el tiempo y el descuido; pero, el lugar estaba demasiado limpio para estar desolado, ¿sería porque había alguien aquí?

Descubrimiento: el Autobot se me acercó casi con precipitación para mostrar lo que tenía en su servo: un cubo, en específico uno con restos recientes de energon. ¡No estábamos solos!
Divisamos una fugaz sombra que ascendió por las escaleras.
Fuimos tras ella no obstante la perdimos por las derruidas escaleras.
Con nuestras armas cargadas, verificamos los cuatro puntos cardinales, nos podría atacar en cualquier momento, en cualquier dirección, con cualquier arma y no tenía dato alguno con que contrarrestarlo.
Azotamos puerta tras puerta, una por una, todas las salas estaban vacías hasta que llegamos a una donde la puerta estaba bloqueada. El Bot' señaló la sombra que sobresalía por muy poco fuera del marco, ¡estaba aquí!; pero ¿por qué habría trucado la entrada?, no era una forma eficaz de evadirnos, ¿una trampa tal vez? Debíamos de ser cautos.
Afirmé mi agarre en mi fusil; derribamos la puerta y al ingresar solo encontramos un grupo... de minicons.

Reacción: corrieron hacia la pared buscando algún refugio. Temblaban, en especial al vernos, supuse que era... esperable.
Razón: Polyhex pertenece a Straxus y su gente, posiblemente solo basura que denigra la causa les haya hecho algo; eso no puede seguir así.

En ese momento el Autobot alzó su barbilla indicándome la salida, quería que me fuera.
Me mantuve en mi lugar; no iba a irme, no iba a dejarlos.
Obstáculo: por su postura rígida e inflexible al igual que su mirada me mostraron su oposición. No importa, la prioridad era sacarlos; este no era un lugar para ellos. Lo empujé para apartarlo de mi camino.

Cuando me dirigí a ellos, él me jaló del brazo para alejarme e interponerse entre ellos y yo, en serio, se esforzaba demasiado para hacerme enojar. No teníamos tiempo: cuanto más pasé, más se acercaría el hecho de que Straxus se enterará que sus sicarios habían fallado. ¡Debía sacar inmediatamente a los minicons!, ¡esto no podía ser un hogar para ellos!

Lo derribé para deshacerme de él y fui tumbado hacía el suelo; ¡hasta aquí! Con una patada intenté soltarme de él, pero seguía firme y procedí a darle un codazo que desestabilizó su agarre, sin embargo, al levantarme se me abalanzó, caí al suelo mientras él se colocaba encima de mí. No, no iba a permitir que un simple Autobot me venciera, le forcé a invertir nuestras posiciones para someterlo, pero él se retorció para intentar zafarse de mí.
Ya en el suelo dejó de intentar separarse, pero, aunque tenía sujetas sus muñecas logró zafarse y alzó mi barbilla para que los viese, vi una imagen de la que era el culpable.

Los pequeños se habían refugiado entre ellos temblaban de miedo, miedo de mí... ¿En qué había pensado?, ¿cómo fui tan irracional?; cómo no pensé que era una amenaza para ellos por mi sola presencia.
Claro, él sabía el origen de su temor por eso me ordenó que me fuera. Acaso estaba tan desesperado por ayudarlos que ignoré lo obvio; no lo entendía, ¿cómo pude ser tan impulsivo?
En ese instante me llevé mis servos a mi cadera para checar que todo estaba bien, el localizador está bien, pero no lo que siempre llevaba consigo mío, un pequeño proyector holográfico.

Me levanté y salí de la habitación adolorido; no era mi lugar, los minicons no necesitaban una pelea en su situación, lo mejor era irme. Me senté a observar el pequeño proyector, ya no iba a poder observar la imagen que poseía, pero había posibilidad de repararlo; lo guardé cuando llegó el Autobot a tomar asiento a mi lado.
En el pasillo: los dos esperamos. La situación francamente fue denigrante, a él le sangraba la nariz y yo tenía un punzante dolor en la muñeca; los dos en el suelo, él mirándome de reojo como si no fuese consciente de eso, ambos iluminados por una mediocre luz del lugar que mostraba lo más patéticos de nosotros, sentados como si no fuéramos enemigos, y esperando ¿qué?, ¿qué estábamos esperando?

Contacto: el Autobot me sacó de mi pensamiento, al darme un par de palmadas a mi brazo y observé a la dirección en la que él veía con los ópticos bien abiertos... Uno de los minicons, allí estaba, asomándose del marco de la entrada a la habitación, era el bípedo azul.

Nos observó un instante antes que voltearse y tomar el servo del otro bípedo, el de negro; se dirigió con firmeza hacia nosotros seguido del león y el rinoceronte que parecían más dubitativos; pero me equivocaba al pensar que se dirigían a nosotros, en realidad se dirigieron al Bot'.
Se subieron a sus piernas y hombros; al parecer lo habían elegido como socio, así como lo fui yo con los míos. El Autobot por su parte se había mantenido inmóvil, debía estar en shock.
Estaba cohibido: no parecía estar presente, como si su mente se hubiese ido a algo remoto, horrible y conflictivo.

Sus servos trataban inútilmente por dar cobijo a los minicons, pero no había seguridad alguna en ellos, ¿acaso temía?, ¿a qué?, ¿a lastimarlos?, ¿a no ser el indicado?
Movió su cabeza y buscó auxilio en mí, a una pista de cómo continuar en sus ópticos turbulentos que en conjunto a su postura encorvada me confirmó mis dudas. Tomé sus servos para que los minicons estuvieran cerca de su spark, para que la sintieran.

Objetivo: tranquilizar; y como supuse había sido efectivo, como todas las anteriores veces con mis minicons. Estaban apacibles, casi tuve la impresión de que parecían estar seguros de que no les pasaría nada con el Autobot allí. Él por su parte asintió con la cabeza con una mueca que asemejaba a una sonrisa, posiblemente agradecido.

Sin ningún motivo quise acariciarlos,pero él se apartó alejándose de mí. Cierto, no era correcto... tomé distancia ypronto noté un brilló en la pantalla del localizador, al observar la pantalla...venían por nosotros.

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Dedicado a DanaJasminFuentes,DannaFuentesMallcu y a Kwihb891kbs como también aquellos que han votado en esta historia. También me quería disculpar por haber tardado tanto, más de un año; pero espero que la espera haya valido la pena.

Hasta el siguiente capitulo.

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