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Reencuentro frustrado

Intentando ignorar lo que las palabras de Atlas le hacían sentir, Alai prefirió hablar para cambiar el tema de conversación y olvidar aquella especie de confesión que alteraba todo su ser.

—¿Estas con alguien ahora? —preguntó esperando que Atlas lo hubiese comprendido.

—No estoy con nadie Alai, de otra forma no estaría aquí contigo, lo sabes —dijo colocándose derecho y poniendo sus brazos a los lados.

Sus ojos la observaron fijamente y Alai pudo comprobar que estaba siendo sincero; en respuesta ella solo dio un leve asentimiento, su cuerpo relajándose visiblemente en el instante en que escucho esas palabras salir de boca de él.

Atlas no preguntó por la situación de ella, la conocía demasiado bien y sabía que de otra forma no estaría en este momento reunida con él. Dándose cuenta recién ahora de ello, se sentía como un idiota al haber pensado que ella podría tener algo con Martín y acceder a hablar con él.

Siendo conscientes de que ambos eran libres para hablar sin sentir culpa, e incluso aunque Atlas no lo hubiese demostrado como Alai, él también sentía alivio por ese hecho. Eran adultos ahora y finalmente podían arreglar sus problemas del pasado para así finalmente dejarlos en donde pertenecían.

Pero esa noche, una vez más tenían que revivir todo lo ocurrido tiempo atrás, para juntos buscar las respuestas y el perdón que se merecían.

—Intente buscarte antes Atlas, nunca respondiste —expresó Alai sin transmitir ninguna emoción. Aunque, con esas palabras ella acababa de reprocharle a Atlas por haber sido culpable de todo el tiempo que estuvieron distanciados.

—Lo sé. —Su voz fue un susurro teñido de arrepentimiento—. Hace unos meses me enviaste una solicitud de amistad —respondió pensando que esa era la ocasión a la que se refería Alai.

—No fue esa la única vez. —sonrío Alai mientras negaba con la cabeza.

Atlas la observaba con una expresión de duda en su rostro no entendiendo a que se refería, así que Alai continuó explicándose sonriendo ante ese recuerdo.

—Hace un par de años ¿recuerdas que nos encontramos una noche e intentaste hablar conmigo?

Atlas lo hacía, recordaba esa fría noche de invierno hace casi dos años atrás. Fue la primera vez que volvía a verla después que ella se hubiese marchado de la ciudad. También fue la primera vez en volver a hablar con ella después de haber terminado.

Una vez más, el club nocturno había el lugar en el que Atlas la vio esa noche de del mes de julio. Eran vacaciones de invierno y muchos jóvenes habían salido a divertirse a pesar de las bajas temperaturas que hacía afuera.

Esa noche Atlas vio a Alai cuando está regresaba de la barra con tragos para sus amigos: llevaba las dos manos ocupadas con vasos e iba concentrada en no derramar el líquido, esquivando a las personas que se atravesaban en su camino, pasando prácticamente por su lado sin advertir su presencia, él en cambio si la había notado. Reaccionando sin detenerse a pensar en las consecuencias de su acción fue tras ella para intentar hablarle.

— Espera, ¡Alai! —La llamo por su nombre para captar su atención por sobre el ruido que había en el lugar.

Alai escucho que alguien la llamaba por su nombre así que se detuvo sin saber de quien se trataba. En ese momento Atlas aprovechó para caminar la poca distancia que había entre ellos y acercarse a la chica.

—Alai —dijo estando ya frente a ella. 

Siendo consciente en ese momento de su arrebato, los nervios nublaron su pensamiento por lo cual no pudo pronunciar ninguna otra palabra. La adrenalina del momento estaba pasando y junto con ello, todo su valor para volver a hablarle a la chica.

Los ojos de Alai se iluminaron cuando lo reconoció. Sin embargo, ninguna palabra salió de su boca; se limitó a darle una nerviosa sonrisa a modo de saludo mientras miraba hacia el sector donde estaban sus amigos para verificar si alguno de ellos había notado la situación. De momento ninguno se había dado cuenta, seguían en lo suyo ignorando lo que ocurría a su alrededor.

Atlas fue consciente de la preocupación de la chica, sabía que si continuaba sin decir nada ella se iba a marchar para evitar que sus amigos se dieran cuenta de lo que estaba ocurriendo, así que reuniendo valor dijo lo primero que se le vino a la mente.

—No sabía que estabas en la ciudad —dijo Atlas felicitándose internamente ya que, dentro de todo, eso había sonado normal.

Alai lo miró confundida un instante, era raro que estuviera hablando con ella como si nada hubiese ocurrido entre ellos; negó con la cabeza apartando ese pensamiento para luego responder.

—Llegue hace un par de días por las vacaciones —explicó luciendo un poco incomoda y confundida con la situación.

—Alai, por favor ¿Podemos hablar? —preguntó Atlas dejando de lado toda sutilidad. En su interior suplicaba porque ella aceptara, aunque por su actitud parecía que su respuesta iba a ser todo lo contrario.

—No, no pueden —respondió Emma, quien se interpuso en medio de ellos luciendo entre indignada y enfadada.

Emma, al ver que Alai demoraba en volver de la barra había intentado localizarla con la mirada. Se sorprendió cuando la encontró hablando con Atlas por lo que sin pensarlo se dirigió hacia ellos, quienes no se habían dado cuenta de ella hasta que los interrumpió dispuesta a atacar con sus palabras a Atlas.

—¿Como te atreves a hablar con ella después de todo lo que le hiciste? Es que acaso no...

—¡Emma! Por favor ya déjalo —dijo Alai interrumpiéndola y entregándole los vasos a su amiga y así liberando sus manos—. No le hagas caso Atlas. Podemos hablar después.

Su amiga abrió la boca, lista para empezar a lanzar una sarta de insultos hacia él y hacía ella por interrumpirla cuando Alai la tomó por uno de sus brazos y empezó a tirar de ella hacía la mesa en la que estaban el resto de sus amigos. De esa forma evitando el espectáculo que Emma estaba dispuesta a armar.

De vuelta en el presente, Alai miraba expectante a Atlas esperando su respuesta, mientas él permanecía en silencio perdido en sus pensamientos.

—¿Atlas, lo recuerdas? ¿Recuerdas esa noche? —Volvió a preguntar esta vez más impaciente.

—No me hablaste. —Alai lo miró sin entender a que se refería—. Esa noche, después de que te llevaste a Emma no volviste a buscarme para hablar.

Ella lo miró apenada al sentir el reproche en sus palabras, sin embargo no respondió nada por lo cual Atlas siguió hablando.

—Te esperé Alai, lo hice. Luego me cansé de hacerlo así que volví a buscarte, pero ya te habías marchado. —Terminó Atlas mientras recordaba lo decepcionado que se había sentido al pensar que ella solo había dicho eso para deshacerse de él y evitar el escándalo que quería armar Emma.

—Lo sé y lo siento Atlas. —Se disculpó la chica por no haber regresado—. Pero no fue por lo que tú piensas.

—¿Fue por Emma? ¿Ella te dijo que no lo hicieras? —preguntó Atlas interrumpiendo a Alai.

—Fue por mi Atlas, ella no hizo eso —respondió Alai recordando lo enojada que había estado Emma después de que ella se la llevara prácticamente a tirones para alejarla del chico—. Al contrario, se enfadó conmigo porque le dije que no necesitaba que ella hablará por mí, que era lo suficientemente grande para tomar decisiones por mi cuenta. Luego de eso nos fuimos temprano, ninguna estaba con ánimos de permanecer por más tiempo en el lugar.

—Al menos ahora entiendo porque no le caigo bien —bromeo irónicamente Atlas.

—Bueno, tiene más motivos que ese para no caerle del todo bien —respondió Alai no siguiéndole el juego.

—Lo sé, sé que tenía razón en querer apartarte de mí —dijo en un susurro porque le costaba admitir ese hecho.

Alai prefirió explicar lo que había ocurrido después de su reencuentro frustrado en el club, así que continuó hablando para volver al tema principal.

—Después de esa noche te escribí un mensaje para que habláramos antes de que terminen las vacaciones. Nunca respondiste, ni siquiera lo viste. Supongo que lo borraste sin siquiera abrirlo.

Alai tenía una sonrisa triste en su rostro, aún recordaba la sensación de rechazo que había sentido en ese momento. Atlas solo la observaba con el rostro teñido de confusión.

—Así que terminaron las vacaciones y regresé a la capital. Poco tiempo después me enteré que estabas en una nueva relación y entendí porque no habías respondido el mensaje.

Él tenía razón en que ella no había regresado a buscarlo esa noche, pero unos días después si lo había hecho. Esa fue la primera vez en que ella intentó contactarlo.

Después de lo que ocurrió esa noche pensó que ya no tenía nada para perder, así que luego de arreglar las cosas con Emma y explicarle que ambos se debían esa charla para terminar las cosas bien y poder continuar con sus vidas sin los recuerdos del pasado torturándolos, su amiga entendió y le demostró su incondicionalidad apoyándola en la decisión de escribirle, así que lo hizo. Le escribió un mensaje a Atlas y este no respondió.

Poco tiempo después al finalizar las vacaciones ella regresó a la capital y mucho más tarde se enteró por Emma que Atlas tenía una nueva novia y como si no fuera suficiente con lo dicho por su amiga, la comprobación llegó con una publicación de una foto de ellos juntos en una red social.

Aún recordaba como su amiga la había mirado con una expresión de ''te lo dije'' en su rostro.

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