11 de mayo del 2023.

Venía de un chequeo con el médico, hace poco tuve una recaída y fui hospitalizado de emergencia, desde entonces voy a consulta todas las semanas.

Vengo escuchando música y jugando un videojuego cuando de repente mi madre detiene el coche, me quito un audífono y dirijo mi atención hasta ella.

─ ¿Sucede algo? ─ le pregunto.

Mi madre se desabrocha el cinturón de seguridad y se da media vuelta para verme con algo de dificultad, pues no voy en el asiento del copiloto, me gusta más usar los de atrás, no sé porque, siempre lo he preferido así.

─ Iré a la farmacia, necesito comprar toallas femeninas.

─ Está bien, aquí te espero ─ le respondo y me vuelvo a colocar el audífono.

Mi mamá sale del auto y vuelve a cerrar con fuerza, mi atención vuelve a estar en aquel juego hasta que me matan y pierdo todas las vidas; chasqueó los labios porque quiero seguir jugando pero sin vidas no puedo hacer nada.

Apagó el celular y me quedo solo con la música, esperando a que los minutos pasen y mi madre regrese al carro.

Esa era una mañana hermosa, habían muchas nubes blancas y el cielo azulado, un azul sano y alegre; pero lo que lo hizo más especial fue voltear mi rostro hacia afuera, justo donde había una fuente de roca.

Entonces lo ví.

Sonriendo de la forma más dulce que haya podido ver había un hermoso chico de piel clara, cabello teñido de rosa y estatura mediana, en sus manos sostenía lo que aparentemente eran semillas con las que alimentaba a las pequeñas aves, las cuales confiadas se acercaban a él a cambio de recibir un poco de comida.

Podía sentir los desordenados latidos dentro de mi pecho, pero esta vez estoy seguro que no es por un motivo doloroso, al contrario, jamás me sentí tan bien.

Puedo sentir mis pómulos arder en carmín, no logró apartar mi mirada de aquel cuerpo, me siento hipnotizado.

Nuevamente estoy mirando a la misma persona, diferente lugar, diferente sensación, pero teniendo algo en común, no soy capaz de dejar de sentirme atraído cual imán debido a aquella sonrisa.

─ Hey Yoongi, me escuchas ─ el sonido de dedos siendo tronados casi cerca de mis ojos me trae de nuevo a la realidad.

─ Que ocurre Kook ─ pregunto no muy contento, odio que haga eso y él lo sabe.

─ Te decía que dentro de dos semanas será la fogata, haremos bailes, quemaremos malvaviscos y también habrá dinámicas ¿vendrás cierto? ─ pregunta con emoción, incluso puedo ver cierto brillo en su mirada.

Ninguna de esas actividades me parece interesante, excepto por los malvaviscos, me encanta cuando son puestos al fuego y el sabor que les da.

─ Tal vez ─ respondo sin mucho interés.

─ ¡Yoongi! ─ chilla, a veces es como un niño pequeño.

─ No insistas o decidiré no venir ─ lo amenace achinando los ojos

─ No digas eso, te hace falta un poco de diversión ─ me tomó del hombro y comenzó a sacudirme lentamente, tan molesto e insistente.

Por suerte la clase da inicio y comenzamos a escuchar al maestro hablar por las siguientes dos horas y media.

A la segunda clase el maestro hace grupos de 6, pues según dice no hay suficientes libros y se deben compartir en grupos grandes.

Para mi mala suerte o quizás no, Jungkook llama al trío de omegas en el cual está incluido cierto pelirrosa, siendo un alfa de lentes el sexto integrante del grupo. Hacemos un círculo con nuestras sillas de modo que no ocupemos mucho espacio, pues hay otros tres grupos de 6 dentro de un salón pequeño.

─ No tengo ganas de escribir ahorita, Jimin me pasas la copia en la noche por favor ─ menciona el castaño, Jimin asiente sin pensarlo mucho y comenzando a escribir.

Si fuera él no lo haría, Taehyung no me cae muy bien que digamos, no desde que lo escuche hablando mal de Yoonbin, muchas veces ni siquiera se enteró que lo había escuchado.

No entiendo los problemas que tenía con mi hermano, quizá era un amigo celoso, cual fuera el motivo es un omega poco tolerable para mí.

Jungkook parece que tampoco piensa hacer nada, lo supe desde que tomó el celular y ya no lo soltó.

Jin era otro, el omega también estaba con su celular en mano, solo que a este se le notaba de lejos que estaba chateando con alguien, pues no dejaba de sonreírle a la pantalla.

Ví a Jimin bostezar, sus ojos oscuros se volvieron acuosos y me pareció tan... tierno.

No caigas.

Me mantengo concentrado en lo que escribo o al menos eso trato pero eso se acaba cuando termino de anotar en mi cuaderno y ya no tengo nada más que hacer.

─ Yoongi, ¿tienes algo que hacer esta noche? ─ pregunta el chico de lentes, si no me equívoco se llama Sehun.

─ No ─ respondo, el chico de cabello oscuro y rizado deja el cuaderno de lado.

─ ¿Quieres vivir a ver las carreras de motos? Esta noche, a partir de las 9 ─ menciona como si ir a ver a drogadictos manejar a toda velocidad mientras arriesgan su vida fuera lo más interesante del mundo.

─ No, gracias, prefiero ponerme al día en los estudios ─ respondo simplemente.

El pelinegro forma una O con sus labios, luego sonríe apenado, la verdad no entiendo porque pensó que aceptaría o que lo motivó a proponerme algo así cuando no me conoce.

─ Lo siento, creí que querrías... es que ya sabes, a Yoonbin le encantaba ─ si lo que buscaba era llamar mi atención lo había logrado sin mucho trabajo.

─ Yoonbin no andaba en este tipo de actividades ─ corregí casi de inmediato.

Escuché una risa sarcástica, tenso mi mandíbula y miré a Taehyung quien parece un poco divertido.

─ ¿Qué es tan divertido? ─ no lo soporto, es tan odioso y pesado.

─ Me dio risa tu comentario, ¿no conocías a tu hermano acaso? Él vivía en esas carreras ─ responde con cierto aire de superioridad, como si se burlara al saber más que mí.

─ Yoongi... ─ Jin menciona con un tono más calmado, como si lo que menos buscara es alterarme ─. Los chicos no están mintiendo, nosotros vamos muy seguido y todos los fines de semana Yoonbin estaba ahí.

¿Porque todos parecen conocer algo de mí hermano que yo no conozco?

Amante... un gusto secreto por las carreras, ¿que más me ocultó Yoonbin?

─ Perdóname, no quería que te enteraras así ─ comenta Sehun aparentemente apenado, pero ya no se que pensar.

─ Yoonbin no tenía moto, ¿él participaba en esas carreras?

Ahora entiendo porque el enorme deseo de comprarse una, incluso comenzó a ahorrar para hacerlo, jamás imaginé el verdadero motivó detrás de eso.

─ La prestaba... me la prestaba a mí ─ lo ví titubear, creo que pensó demasiado si debía decirme eso último.

Me cuesta creer, comienzo a pensar que llevaba una vida secreta, miro a Jimin, él está cabizbajo y de nuevo está jugando con su collar.

─ ¿Tu ibas con él? ─ le preguntó, lo veo tensarse, pero se que capta que esa pregunta fue dirigida únicamente a él.

Mira a los alrededores, es como si quisiera verificar primero que alguien no lo escuche.

─ Fui solo una vez ─ menciona bajito, lo suficiente para que solo nosotros escuchemos.

─ Que lastima que nunca viste a tu hermano, vieras como corría, aunque claro, le gustaba tomar algo para sentir mejor esa adrenalina, tu me entiendes.

─ ¡Tae! ─ el regaño de Jin, le dijo otra cosa pero sus palabras se volvieron distorsionadas, comencé a sentirme mareado, asqueado y mí pecho dolía.

Me paré, el piso se movía bajo mis pies, necesitaba salir, sentía que me ahogaba y que me quedaba sin aliento, mí cabeza no procesaba aún bien todo, trataba de hacerlo pero dolía por el esfuerzo.

No era consciente de mis pasos, cuando vine a reaccionar estaba saliendo torpemente del salon.

Gracias por leer ♥