Prólogo
A los 5 meses y 8 días después de la llegada de Bell, La ⟨Familia Hestia⟩ empezaría su primera excursión, en ella se enteran que Ryuu es acusada de asesinato en el piso 18, causando que se forme un grupo de cacería.
Bell al enterarse de eso, decide salvarla, cuando el grupo de cacería los alcanza en el piso 27, el Juggernaut aparece, cobrando las vidas de todos los cazadores presentes.
Bell y Ryuu terminaron siendo llevados hasta el piso 37 en donde comenzaron a vagar por dicho piso.
Mientras tanto las camareras de la señora de la abundancia, se disponen a salvarlos junto al grupo de expedición.
Sin embargo, terminarían separándose, siendo la ⟨Familia Hestia⟩ junto a Aisha quienes encontraría a los dos primero, pero en la huida, Udaeus los perseguiría causando la separación de Aisha debido a un derrumbe.
"¡¡¡Maldición nos alcanzara!!!"
Era todo lo que podía oír... Mis compañeros estaban sufriendo... Después de vagar durante días al lado de Ryuu-san en los pisos profundos...
Ya no tenía nada de fuerzas... El combate contra Juggernaut nos dejó bastante malheridos.
¿Qué debería hacer?
Quiero ayudarlos... Pero... Es imposible... No tengo fuerza ni si quiera para ponerme de pie.
Welf... Lili... Mikoto-san... Haruhime-san...
No quiero que mi ⟨Familia⟩ muera aquí.
¡Y no lo permitiré!
Reuní un poco de fuerza para poder tomar una poción del cinturón de Lili.
Ella estaba tan concentrada corriendo del jefe que no lo noto... Verti el contenido de la poción sobre mi dañado cuerpo.
Bell: Váyanse de aquí...
Welf: ¿Eh? ¡¿Pero de qué hablas Bell?!
Haruhime: ¡Bell-san está muy dañado, debe regresar!
Mikoto: ¡Así es Bell-dono!
Pude observar como una expresión desesperada se formaba en el rostro de mis compañeros, sus ojos me miraba con tanta preocupación.
Lili: ¡Bell-sama! ¡¡¡Ya deje de decir estupideces y venga aquí!!!!
Bell: Ryuu-san está inconsciente, ustedes están en las últimas y yo pronto perderé la conciencia... Solo sería un estorbo.
Welf: ¡Bell de que demonios estás habla-!
Bell: ¡SILENCIO!
Welf: Bell...
Lili: Bell-sama...
Bell: Soy su capitán, ahora obedezcan mi orden, encuentren a Aisha-san y váyanse de aquí.
Mikoto: ¡Bell-dono, dejarlo aquí ni si quiera es una opci-!
Bell: ¡¡¡CLARO QUE LO ES!!!
"Ahrg...."
Welf: ¡Maldición, ya viene! ¡Ya solo vamo-! – Comenzando a correr hacia Bell.
Bell: «¡Firebolt!»
Sin pensarlo dos veces, el chico uso su magia para crear un muro de fuego entre él y su ⟨Familia⟩, sus ojos mostraban su determinación, sin duda la idea de dejar que las personas que son importantes para él salgan lastimadas sin que haga algo le parecía repugnante.
Un alma de un color puro resplandecía con fuerza, la llama blanca que alimentaba su deseo de ser un héroe se manifestaba en su mano, mientras que las campanadas de una pequeña esperanza resonaban en el piso.
Sus compañeros se dieron cuenta de que no había nada que ellos podían hacer, se odiaban a sí mismos al ser inútiles para su capitán, tener que obligarlo a quedarse atrás para darles una oportunidad de escape los lastimaba.
Pero no desperdiciarían el esfuerzo del joven, no traicionarían su confianza. A su pesar comenzaron a correr hacia las escaleras que los llevarían a un piso más arriba, miraron atrás múltiples veces, la culpa que albergaba su corazón seguía ahí.
Un sentimiento de alivio apareció en el joven cuando observo como sus compañeros se alejaban cada vez más.
Bell: Esto es lo mejor...
La pureza del propio chico lo llevaría a hacer este acto considerado como suicida.
Los rechinidos se intensificaron, después de que sus compañeros se perdieran en la lejanía, aquel que era un Monster Rex había aparecido.
Udaeus se encontraba cara a cara con el chico, decir que no sentía miedo solo sería una mentira, el lo sentía, miedo a su muerte como cualquier criatura viva, lo único que lo mantenía aún de pie era el bienestar de sus compañeros.
Pensar en eso le daba la fuerza necesaria para no retroceder, para caminar hacia el "suicidio".
Levantando su mano iluminada por la intensa luz blanca de «Argonauta», el chico procedió a correr con toda la potencia que sus piernas le permitían, el único objetivo que tenía en mente era derrotar a aquel ⟨Monster Rex⟩ que amenazaba su seguridad y la de sus compañeros.
Disparo un potente Firebolt, logrando lastimarlo en gran medida, pero no fue suficiente...
Un golpe del monstro basto para mandar a volar el debilitado cuerpo del peliblanco, rompiendo varias paredes en el proceso, aquel destrozado aventurero de segunda clase yacía tirado en el frío suelo de aquel piso,
Sus sentidos estaban borrosos, un fuerte zumbido estaba siendo escuchado por sus oídos aturdidos, su vista estaba borrosa, su boca se encontraba seca, estaba luchando desesperadamente para no ahogarse con su propia sangre.
Fue ahí cuando lo noto...
El impacto fue tan fuerte que termino en lo que era una de las salas secretas de la Dungeon, una como aquellas que los Xenos le mencionaron en su momento, salas diseñadas para ocultarse.
Su vista se comenzó a enfocar poco a poco, hasta llegar al punto donde al fin pudo notar lo que tenía al frente o más bien... A quien tenía al frente...
En un Cristal se encontraba una mujer sumamente hermosa, su vestido estaba desgarrado, con un par de heridas extendidas por todo su cuerpo.
No lo comprendía, ¿Por qué una mujer estaría encerada en un cristal?
Él se hacía esa pregunta mientras seguía observando a aquella peliblanca.
"Su cabello es un poco menos blanco que el mío..."
Fue lo que se dijo a si mismo, por alguna razón aquella mujer le parecía tan familiar, un sentimiento cálido apareció en su pecho.
¿Por qué?
¿Por qué sentía este sentimiento por alguien que recién acaba de conocer?
¿Por qué el hecho de verla lo reconfortaba?
Las preguntas inundaron su mente.
Un recuerdo vago de sus sueños apareció, un sueño en dónde él vivía con una mujer del mismo color de cabello que la que tenía delante.
Inconscientemente acerco su mano hacia aquel cristal.
Dejando una mano de sangre en aquel color cristalino iluminado por las piedras mágicas de la zona.
El árbol detrás del cristal comenzó a brillar poco a poco, un hermoso color dorado iluminó levemente la sala.
El agua que recorría aquella habitación oculta, fue iluminado por los destellos de todas aquellas hermosas luces.
Un paisaje hermoso, con una mujer hermosa como protagonista.
Bell quedó asombrado por la escena delante de él, pero olvidó un detalle...
Undaeus, se encontraba detrás de él, los crujidos resonaron aún más que el sonido que producía el cristal.
Débilmente pudo ponerse de pie, usar un «Argonauta» una vez más simplemente era imposible.
Su conciencia ya estaba en el límite, no faltaba mucho para que cayera inconsciente.
Y aún a pesar de su estado... El decidió proteger a aquella extraña que se encontraba dentro de un cristal.
Lanzo uno de los últimos «Firebolt» que podía realizar para llamar la atención del Monster Rex, corrió lo más rápido que pudo para alejarse de aquella zona.
Al voltear hacia aquel cristal pudo notar algo... Se estaba rompiendo.
Tenía curiosidad, quería ver que pasaría si se rompiera el Cristal, pero no podía arriesgar a una persona por sus deseos egoístas, sus pensamientos se centraban en la seguridad de aquella mujer.
Hasta que una onda expansiva, causada por un fuerte golpe de Undaeus al suelo, le impacto mandándolo a volar nuevamente, estrellándose con la dura pared.
Curiosamente llegó a las escaleras, le causo un poco de gracia que llegó a ellas por medio de golpes hacia su persona.
Recuerdos comenzaron a llegar a él conforme observaba como aquel imponente moustro se acercaba cada vez más, recuerdos de sus amigos, de su diosa, de Aiz...
"Ella subió a level 6 cuando venció al moustro que ahora le pondrá fin a mí vida..."
"Moriré por el moustro que ella logró vencer... "
"Maldición... "
"¿Por qué...? "
"¿¡Por qué soy tan débil!?"
La desesperación lo había alcanzado, el era un ser humano, sentía emociones, miedo, frustración, enfado por su debilidad, todas esas emociones negativas recorrieron cada parte de su corazón.
Y aún en esa sombra negra, en la abrumadora sensación de estar a punto de morir, pensó en ellos, su ⟨Familia⟩, aquellos que estuvieron a su lado, incluso en la situaciones más difíciles, una repentina motivación lo hizo esquivar el que sería su golpe final.
Bell: Aún si no puedo derrotarte... Aún si mis piernas tiemblan... Aún cada parte de mi cuerpo duela, ¡No pienso morir sin pelear hasta el final!
Gritando a todo pulmón, aferrándose a su cuchillo negro, corrió directo a lo que sería su combate final, pero de pronto...
"[Te odio...] [La compensación está aquí.]"
Escucho unas palabras, tranquilas pero imponentes, aquellas palabras con una voz familiar, pero a la vez desconocida, resonaron en la sala.
"[Destrúyelo todo con una prueba de mi pecado.]"
Volteando hacia la dirección de aquella voz pudo notar a la mujer que antes se encontraba dentro del cristal recitando una magia increíblemente poderosa, todos sus sentidos le advirtieron que se alejara de ahí, el podía sentir como aquella magia era más peligrosa que el Monster Rex frente a él.
Undaeus paso de perseguir al chico, a correr directamente contra aquella mujer, incluso ese imponente Monster Rex sintió el peligro inminente que presentaba dejarla terminar aquel hechizo.
"[Llora, santo campanario]"
Mirando directamente a un Bell moribundo, le entrego una advertencia antes de dispara su hechizo.
???: Chico, será mejor que te pongas a cubierto... «Genos Angelus»
Por poco pudo cubrirse detrás de una gran roca, antes de que una deslumbrante luz destruyera por completo a la enorme criatura que se encontraba frente a ella, pero la luz cegadora no se quedó ahí, pues comenzó a destruir poco a poco gran parte del piso.
Una vez que el resplandeciente brillo ceso, Bell con curiosidad por lo que había ocurrido, decidió asomar su cabeza.
Los pasillos... Los puentes... Los moustros... No había nada.
Solo había un enorme cracker, las paredes se encontraban agrietadas, los monstruos de la zona ya eran solo polvo, el paisaje era desolador, lo único que se podía observar era destrucción pura, ese hechizo no tenía otro propósito más que destruir.
Él lo entendió, entendió que la persona que estaba caminando tan tranquilamente hacia él, no era alguien común, mucho menos alguien que se pueda tomar a la ligera, estar asustado ante tal prueba de superioridad era normal, cualquiera lo estaría frente a alguien tan monstruosamente fuerte.
Pero miedo no era lo que su corazón sentía, sino una enorme calidez, la razón era desconocida por el propio chico, una cálida sonrisa se formó en su rostro lleno de heridas.
Bell: Gra...cias...
Fueron las últimas palabras que pudo decir antes de caer rendido ante la inconciencia.
—X.X.X.—
Anya: ¡Ryuu~nya!
Welf: Ustedes... ¡Las camareras del bar!
Chloe: Venimos en cuanto supimos lo ocurrido con Ryuu~nya
Lunoire: Un momento... ¿En dónde está Bell?
Anya: ¿Dónde esta el chico de cabello blanco~nya?
Welf: Qrg...
El herrero de la Familia Hestia apretó su puño en muestra de frustración, la cara de todos los miembros de la party se tornaron desesperadas, sus ojos reflejaban una intensa culpa que se grabaría en sus almas y corazones por el resto de su vida.
La falta de fuerza los frustro, las camareras eran ex-aventureras, por lo que conocían lo que significa esa mirada en sus ojos, la mirada que aparece una vez que dejas a un compañero atrás, el sentimiento de culpa y frustración reflejado en sus rostros era todo lo que necesitaron las chicas para saber lo que ocurrió.
Mikoto: Bell-dono... Se quedo atrás para intentar conseguirnos el tiempo suficiente para escapar del Monster Rex...
Lunoire: Escuchen, no podían hacer nada, solo hubieran estorbado, lamento ser dura pero es la verdad, hicieron lo mejor.
Chloe: Un Monster Rex en estos pisos... Solo se puede tratar de Undaeus~nya...
Anya: Nosotras iremos a rescatar al chico de cabello blanco~nya.
Lunoire: Ya escucharon, ahora retírense.
???: Iré con ustedes...
Haruhime: ¡¡¡Aisha!!! – Corriendo a abrazarla.
Welf: ¿Te encuentres bien?
Aisha: Sí... Aunque me tope con muchos moustros camino aquí...
Lunoire: ¿Estás segura de que quieres venir?
Chloe: Será peligroso~nya.
Aisha: Ese niño nos ha salvado más veces de las que quisiera en está excursión... Además, aún no le he encajado el diente.
Lili: Estamos en el piso treinta... Aún si salieran ahora, Bell-sama...
Welf: ¡Lili!
Lili: Él... No sé...¡No sé que haría si el muriera! – Rompiendo en llanto.
Mikoto: Todos nos sentimos así...
Maldición... En cuanto Bell y Ryuu se separaron de nosotros, comenzamos a buscarlos pero solo nos hundimos más en la desesperación...
Cuando nos separamos de Aisha por culpa de un derrumbe, nuestra esperanza de sobrevivir cayó por los suelos, hasta que finalmente pudimos verlos tumbados en el suelo...
Lunoire: Herrero, concéntrate.
Welf: Lo siento... Me perdí en mis pensamientos...
Anya: ¿Dónde vieron al chico~nya?
Welf: Lo dejamos en el piso 37... – Aparentando su puño.
Lunoire: Anya, Chloe, nosotras iremos a buscarlo, Aisha-san por favor escolte a su party a la salida.
Aisha: Bien, pero más les vale encontrar a ese mocoso.
Camareras: ¡Sí! / ¡Nya!
—X.X.X.—
Nuevamente me encontraba sumergido en la oscuridad...
¿Cuántas veces van ya?
Desde que pasamos la zona segura del piso 18 solo he podido descansar unos cuantos minutos gracias a que Ryuu-san estuvo ahí para cuidarme...
Ryuu-san... Ella estaba tan dañada...
¿Lograron encontrar a Aisha-san?
¿Habrán logrado salir?
Ah... Incluso muerto me preocupo por ellos... Me pregunto si el abuelo se sintió así por mí...
"Bell... Se llamará Bell..."
¿Eh...? ¿Qué fue eso?
Mis ojos se abrieron lentamente, la luz empezó a entrar en ellos, una silueta estuvo frente a mí, una de una mujer... Una mujer que estaba acariciando mi cabeza entre lagrimas.
La luz era deslumbrante, no podía verla claramente... Solo recuerdo aquellas lágrimas recorriendo su rostro, mi corazón dejo de latir... Sentía como toda una descarga de emociones recorrió cada parte de mi cuerpo y sin darme cuenta de mis ojos también comenzarían a brotar lagrimas.
Sus caricias reconfortaban mi corazón, quise estirar mi mano para tomar la suya, pero estaba tan débil que no pude hacerlo...
Lentamente mi vista se comenzó a enfocar, la habitación era la de un hospital, pero poco interés puse en el hecho de estar en la superficie, poco a poco su rostro se aclaro.
La mirada de aquella mujer era algo que no olvidaría... Esos hermosos ojos heterocromáticos miraron mis ojos rubís con gran tristeza.
Y antes de poder decir o hacer algo, fui privado de mi consciencia.
— Fin —
Buenooo aquí está el fic norteño, próximamente subiré también el BellxRiveria.
Curiosamente este Capítulo/Prólogo es lo mejor que he escrito JAJAJA, tal parece que mi sangre norteña se activo XD
Si tiene mucho apoyo seguiré subiendo capítulos, así que de ustedes depende jeje~
Por cierto el torneo de escritores ya está en la final, pasen por el torneo el 19 de noviembre, que será épica la final, son dos oponentes sumamente buenos.
¡Gracias por darme un poco de tu tiempo y leer este fic, en serio lo agradezco! Si te gusto por favor deja tu voto o algún comentario, eso anima mucho a seguir escribiendo, sin más que decir muchas gracias por leer.
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