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Capítulo 4. Hay calma en el Silencio

Mi brazo... ¿Realmente sigue conectado a mi cuerpo?

Puedo sentir cada hueso roto.

Cada músculo desgarrado.

Y frente a mí una calamidad nacida para nuestra muerte.

"¿Mi ‹Argovesta› no fue suficiente para debilitarlo? "

"¿Mis llamas no pudieron penetrar su caparazón?"

No puedo moverme.

Cada parte de mi ser duele.

Mi cuerpo cedió ante las heridas en el.

— ¿Dónde...?

Mi cabeza giraba para encontrarla.

– ¿Dónde está Ryuu-san?

Cómo una suplica realice mi cuestión al aire.

Sonido de huesos rompiéndose dirigieron mi mirada hacia el oscuro techo.

Impotente me quedé observando como devoraban a aquella luz en este infierno.

Ryuu-san...

Ryuu-san.

¡Ryuu-san!

"¡¡¡RYU-SAN!!!"

Haruhime: ¿Otra pesadilla...? – Acariciando el cabello del chico.

La misma escena de mis últimas noches.

Yo en los brazos de Haruhime-san, intentando aliviar la angustia que causaban mis pesadillas.

Bell: Sí... Lo siento.

Haruhime: Está bien, Bell-sama, me quedaré con usted... No hay nada que temer.

Bell: ... Gracias.

Mis ojos volvieron a cerrarse.

Con la esperanza de mantenerlos así hasta el amanecer.

"¡Bien! Oficialmente está es la bienvenida para Alfia-kun"

El grito alegre de Kami-sama era el protagonista del basto desayuno en nuestra mesa.

"¡Bienvenida a la ‹Familia Hestia›!"

Nuestras voces dieron la bienvenida a la nueva integrante al unísono.

Alfia: (Son muy ruidosos...) Lo agradezco.

Hestia: Espero que se lleven muy bien – Sonriendo.

Mikoto: ¿El capitán debería dar algunas palabras?

Bell: No creo que pueda decir algo que no hayamos dicho ya... Aún así quiero expresar mi gratitud por unirse a nuestra ‹Familia›, espero que podamos llevarnos bien en el futuro – Dijo con una sonrisa. 

Alfia: Agradezco todas sus palabras. 

X.X.X.

Nuestro desayuno continuo con una supuesta normalidad. 

La presencia de Alfia-san trajo consigo un poco de incomodidad en el ambiente. 

"Supongo que realmente no estábamos preparados para un nuevo miembro". 

Era algo normal, después de todo quien hubiera imaginado que alguien se uniría a nuestra ‹Familia› con nuestra deuda. 

Las horas pasaron, el desayuno y bienvenida ya habían finalizado.

Lili, Welf, Mikoto-san y Haruhime-san se prepararon para una visita a la Dungeon. 

Lili: Ya nos retiramos, Bell-sama.

Bell: Tengan cuidado

Pocos minutos después, Kami-sama partió rumbo a su trabajo y de esa forma, me quedé a solas con la señorita Alfia.

No parecía realmente interesada en establecer una conexión conmigo. 

Probablemente solo seamos un medio para un fin ante sus ojos. Es algo triste pensar así de ella pero, debo ser realista. 

"No obstante... No quiero ser realista si significa no crear lazos en mi Familia".

Debo actuar como un capitán. 

Bell: ¿Cómo se siente en nuestra Familia? 

Alfia: Bien. 

Bell: ¿Hay algo que podamos hacer para que se sienta más cómoda? 

Alfia: No es relevante. 

Bell: Ya veo... Esto, uhm ¿Hay algo que le guste? Me gustaría obsequiarle algo como muestra de agradecimiento, por haberme salvado aquel día – Dijo con una sonrisa. 

Alfia: ...Nada en particular. 

Bell: E-Entendido... ¿C-Cómo pudo hacerse tan fuerte? Realmente eso es algo que me interesa debido a qu-

Alfia: Entrenamiento. 

"¡Sus respuestas cortan más que las armas de Welf!"

Bell: Realmente es una persona de pocas palabras ¿no? 

Alfia: ...Pienso que no es necesario hablar demasiado. 

Bell: ¿Hay alguna razón por lo que piensa eso? 

Su pecho se infló antes de sacar una pequeña bocanada de aire por su boca, cómo respuesta a mis preguntas antes de contestar.

Alfia: ...Chico, no te metas en mi vida, se que piensas que debes crear una especie de conexión conmigo o algo parecido, sin embargo yo no lo deseo, limitémonos a actuar como equipo de exploración y listo. 

Sus palabras fueron tan frías como su mirada. 

El sonido de sus pasos resonaron en la sala mientras se retiraba lentamente. 

Fue ahí cuando puse atención a su atuendo. 

No parecía encajar con su personalidad. 

"De hecho... ¿¡No es la ropa de la chica que estaba preguntando por su ropa!?"

Esto no es una buena idea... Pero, puede ser una oportunidad. 

Bell: Disculpe... ¿Le importaría un combate de practica? 

Alfia: ... 

No dijo nada, solo me observo con sus ojos juzgadores, analizándome de pies a cabeza. 

Deteniendo su mirada en la férula de mi brazo izquierdo. 

Alfia: ...No considero que sea la mejor idea. 

Bell: Si no hago un poco de ejercicio no podré curarme del todo, además me gustaría que analizará mi estilo de combate.

Alfia: Escucha, no quiero crear una conexión contigo...

Bell: ¡Por favor! 

"¡Por favor, hermana...!"

Alfia: ...

"¿Por qué será...?" 

"¿Por qué este chico me recuerda tanto a ella?"

"¿Será esto una especie de prueba que me pone la vida?"

Alfia: Bien... Pero si no logras hacerme un solo rasguño no volveré a hacerlo. 

Bell: ¿Eh? P-Pero...

Alfia: (Hasta tienen la misma reacción...) Es normal, después de todo, básicamente me estás diciendo que te de consejos para mejorar tu eficiencia. 

Bell: Yo no dije eso...

Alfia: Pero lo pensaste. 

Bell: Bueno... Sí.

Alfia: Bien, en ese acaso, si logras golpearme una sola vez, incluso te entrenaré exclusivamente a ti.

Bell: ¿¡En serio!?

Alfia: Sin embargo, en el caso que ocurra lo contrario, no solo no te entrenaré sino que jamás podrás volver a pedírmelo. 

Bell: E-Entiendo... ¿Puedo poner otra condición? 

Alfia: Uhm... No dabas la impresión de alguien codicioso. 

Bell: L-Lo siento... En el hipotético caso de que sea digno de entrenamiento, si logró sorprenderla... ¿Podría acompañarme a un lugar...? 

Alfia: ¿Es para agradecerme el haberte salvado? 

Bell: Ugh...

Alfia: No eres bueno mintiendo, ni tampoco eres bueno para ocultar tus emociones, eso es malo tanto en el campo de batalla como en la vida. 

Bell: E-Entiendo.

Alfia: Y no es necesario que me agradezcas, lo hice porque así lo quise, no necesito una recompensa. 

Sus palabras resonaron en mi pecho como si de una brisa de primavera se tratase. Era como escuchar a esos héroes que tanto admiraba. 

Una sonrisa apareció en mi rostro junto con unos ojos de admiración por la persona frente a mí. 

Alfia: ¿Qué? ¿Por qué sonríes? 

Bell: No es nada... Es solo que fue una respuesta sumamente hermosa para mí – Dijo con una sonrisa.

Alfia: Ya veo... Entiendo ese sentimiento.  

Las palabras de la aventurera no eran mentira. 

En su mente solo se hacía presente un único recuerdo, uno de una pequeña niña sin la capacidad de cumplir sus sueños, pero con un deseo inquebrantable en su corazón. 

El dar a luz a una pequeña esperanza. 

Palabras bellas pese a un destino cruel. 

"Sí... Sus respuestas eran hermosas..." 

X.X.X.

Campo de entrenamiento de la Familia Hestia, ese era el escenario en donde estaba apunto de empezar una prueba para el capitán de la ‹Familia›. 

Las aves cantaban bajo la luz deslumbrante del sol de la mañana. 

Mientras que dos siluetas se encontraban a unos pasos de la otra. 

El chico se había vestido con su armadura tradicional, la cual ya era de repuesto, después del nuevo diseño de armadura de Welf. 

Empuño sus dagas con fuerza, su cuchillo negro azabache en su mano derecha y aquel cuerno de unicornio en su mano izquierda. 

La mujer a diferencia del chico, no vistió ni se equipo nada más que lo que ya tenía. 

Alfia: Empezamos cuando estés listo. 

Las palabras llegaron a los oídos del niño rebosante de determinación.

El danzar de una hoja en el aire fue el espectáculo previo antes de que iniciará el combate, junto con su contacto con el suelo.

El chico de un salto ya se encontraba atacando a aquella mujer con su elegante daga de unicornio.

Ella en comparación de los ojos determinantes del aventurero, permaneció cerrándolos con un rostro relajado.

Al estar a unos milímetros del filo de su contrincante, solo desapareció.

Sin dejar rastro alguno de su presencia.

Pero Bell ya no era un aventurero más.

Sus sentidos ya se habían enfrentado múltiples veces a la muerte misma.

Y fue ese mismo sentir el que lo hizo percatarse de la abrumadora presencia en su espalda. 

Por poco pudo lograr bloquear el ataque lanzado directamente hacia su nuca. 

"No está nada mal" 

Las palabras salieron de los labios de la hermosa figura frente a él. 

Con elegancia recompuso su postura, para que en un parpadeo solo se desvaneciera junto con el viento. 

El chico se quedo incrédulo ante tal situación, reviso en todos sus alrededores sin éxito.  Fue en ese momento, en el que sus sentidos se encontraban buscando a su contrincante con completa atención, cuando un enorme dolor se presento en su abdomen. 

Al bajar la mirada pudo observar como la mano de la fría mujer había perforado el abdomen de su capitán, como si de plastilina se tratase. No era tan profundo como para herir algún órgano, pero si lo suficiente para dejarlo incapacitado. 

"AAAHHHhhHAhh" 

El grito ahogado del chico resonó por cada rincón de la sede. Sus rodillas se postraron en el suelo, presionando con toda su fuerza la herida en su abdomen. Sin embargo, antes de que pudiera procesar lo que acababa de pasar, un nuevo dolor llegó. 

El cálido liquido recorrió su rostro, tornando todo de un color carmesí. 

Un ardor en forma de una perfecta línea recta sobre su frente era la prueba de que aquella aventurera de primera clase había realizado un preciso segundo ataque. 

Intento levantarse sin éxito. 

Intento limpiar la sangre en su rostro en vano. 

Fue hasta entonces que se dio cuenta del hecho de que ninguno de los "ataques" realizados por la peliplateada fueron al azar. 

El primer ataque que logró "bloquear" fue realizado para ver la reacción y velocidad del niño. 

En el momento en que obtuvo esa información, realizó su segundo ataque, perforando su abdomen, causándole un dolor insoportable. Él abdomen se encarga de generar gran parte de la fuerza, con él perforado, la idea de que volviera a ponerse de pie se había desvanecido. 

Aún con la pelea dominada no se limito y continúo con un tercer ataque. Causando un corte preciso en la frente del peliblanco, sangrando por encima de sus ojos, cegando por completo a su oponente.

Sin fuerza ni visión, la victoria simplemente estaba lejos de ser una posibilidad. 

 "¿Quieres continuar?" 

Bell se quedó helado ante esas palabras. 

El ya no podía hacer nada más que tapar su herida tirado en el suelo. 

¿Qué pasaría si le dijera que continuaran?

Solo una respuesta llego a su mente. 

La muerte.

Estaba seguro que moriría. 

Y en ese instante su mente lo regresó nuevamente a los pisos profundos junto con aquellas pesadillas constantes. 

Su cuerpo entro entró en un ataque de pánico. 

El miedo revolvió su estomago, haciéndolo expulsar vomito en busca de relajar su ansiedad. 

 Alfia: ...Tomaré eso como un no. 

Las palabras no llegaban a los oídos del muchacho que se encontraba temblando en el suelo. 

Alfia: (No hay duda... Generó un trauma) – Pensó la peliplateada. 

Cuando el miedo se había apoderado de sus pensamientos, él recuerdo persistente de aquellas personas que lo habían impulsado para regresar a la superficie, brotó. 

"Ponte de pie..."

Los pensamientos del chico resplandecieron en la oscuridad de sus pesadillas. 

"Debo ser mejor". 

El fuego sagrado de su espalda resplandeció con fuerza mientras que aquella habilidad tallada con sangre divina quemaba como nunca. 

Alfia: No tenemos que continuar, será mejor que lo deje-

Bell: ¡¡¡AÚN NO!!! 

Aquellos ojos sellados se abrieron con sorpresa. 

Bell: Solo una vez más, por favor.... 

Una sonrisa se presento en el rostro de la mujer. Conocía esa mirada, la misma que las ‹hijas› de Astrea le mostraron alguna vez. 

No había ningúna duda de que, para aquel héroe frente a ella, este combate ya no representaba un duelo amistoso, sino una prueba de su valía. 

El deber que se le fue otorgado por el destino había vuelto una vez más. La búsqueda por el nacimiento de un héroe capaz de frenar la calamidad del mundo. El convertirse a ella misma en una prueba para los futuros héroes. 

Aceptando esa determinación del chico, correspondió con esa misma intensidad, poniéndose sería en el combate, realizando una postura de ataque, algo poco visto en un monstruo que nunca lo necesito. 

Ella sabía que si se ponía sería el combate no duraría ni si quiera dos segundos, pero de nada servía que el chico durará si no evolucionaba. 

El miedo yacía con fuerza en él y ella lo sabía, él debía vencer ese mismo miedo, ser capaz de saltar hacía el vacío sin pensar en nada más. 

El coraje es necesario para ser un héroe, aún si no será capaz de rosarla, su verdadera prueba era caminar hacia adelante. Tragarse el miedo y la inseguridad. 

Y cuando Alfia estaba apunto de empezar... 

¡«FIREBOLT»! 

El grito del chico resonó con la misma intensidad con la que el fuego respandeció en su daga azabache. 

Las letras sagradas se iluminaron mostrando su crecimiento. Él sonido de las campanas no tardo en robarse el espectáculo, envolviendo todo en una blanca luz sagrada. 

Alfia: (¿Campanadas...?) 

El recuerdo de su propia magia la invadió. 

Y en ese momento de desconcerté, Bell aprovechó para atacar con toda su velocidad. 

Ataque que termino con un «Gospel» en su herida. 

Aún ante tal velocidad, la heterocromática fue capaz de reaccionar a tiempo. 

Noqueando al chico de un solo ataque. 

Sin embargo aquella daga ya no se encontraba en su mano. 

Sino que se encontraba cayendo sobre la cabeza de aquella maga. Quien pudo contrarrestar con otro «Gospel», solo para crear un impacto de ataques. 

Un «Argovesta» de cinco segundos versus un «Gospel» de la mejor maga del planeta, en el que era sin duda su mejor momento. 

El resultado sorprendió a la misma maga. 

Quien termino con un pequeño raspón en su mejilla causado por un guijarro que voló con la explosión.  Si bien era un daño apenas visible, para ella era muy significativo, había olvidado lo que era la "derrota". 

Y aunque fue la ganadora indiscutible del duelo, el verdadero ganador ante sus ojos no era otro más que el que yacía noqueado en suelo. Quien su supero su miedo y trauma para poder levantarse a pesar del dolor. 

Alfia: Tú... Eres lo que siempre busque, un héroe con un gran coraje y valentía, gracias por demostrarme que aún hay personas como tú en este podrido mundo. Y gracias... Por traerme esos hermosos recuerdos de mi hermana. 

Ella solo se agacho para acariciar el cabello del chico, contemplando su rostro extrañamente familiar. 

X.X.X.

Una hermosa voz llamándome. 

"Bell" 

Recuerdos sonantes como una balada de amor. 

Mi corazón se sentía cálido. 

Y por primera vez desde que volví de la expedición no tuve una pesadilla... 

"Veo que estas despertando... Tómalo con calma". 

La voz de la señorita Alfia comenzó a llamarme. 

Una enorme comodidad se hizo presente en mi nuca. 

Bell: Umm... ¿Dónde?  ¿Dónde estoy? 

Alfia: Te traje a mi habitación, no quise irrumpir en tu cuarto sin permiso. 

Ella se encontraba sentada en la silla frente a mí observándome con sus ojos ligeramente abiertos. 

La comodidad que sentía era por la excelente calidad de su cama y almohada, algo que se lo debemos a Kami-sama, aunque su decisión nos dejó casi en bancarrota. 

Bell: Así que... Perdí. 

Alfia: Así es, pero era algo más que predecible. 

Bell: Bueno, eso es cierto ja, ja, ja.

Alfia: Sin embargo, debo admitir que me impresionaste... 

Bell: ¿Eso significa...?

Alfia: Bueno... Soy alguien de palabra. 

Bell: ¡Muchas gracias! ¡Podemos partir de aquí mañana en cuanto se vayan todos lo miembros de nuestra Familia! 

Alfia: ...De acuerdo. 

Bell: Aunque no dispongo de mucho presupuesto tengo el suficiente para llevarla a una buena tienda, ya lo ver-

Alfia: ¿Qué pasó en la ‹Dungeon›? 

Bell: ¿Eh? 

La repentina pregunta sorprendió al joven. 

Alfia: Cuando te encontré estabas peleando contra ‹Udaeus›, parecías luchar con gran coraje, sin embargo eso no significa que no deje secuelas psicológicas. 

Bell: Pasaron muchas cosas... Prefiero no decirlo por ahora. 

Alfia: Entiendo eso.

Bell: Gracias por ser tan comprensiva. 

Alfia: Sabes... Normalmente no hablo demasiado porque encuentro mi propia calma en el silencio. 

Bell: ¿Eh? 

Alfia: ¿Por qué no lo intentas?

No comprendía muy bien a lo que se refería, pero por el resto del día solo nos quedamos callados. 

Sin atreverme a salir de su habitación me quede ahí mismo. 

Escuchando el sonido del viento, el cantar de los pájaros, nuestras respiraciones. 

Cerré mis ojos sin pensar en nada más. No tarde mucho en quedarme dormido, en el momento en que ninguna pesadilla llego a mi mente, me di cuenta a lo que se refería...

Realmente hay calma en el silencio.

FIN DEL CAPÍTULO


Buenaaas, espero que les haya gustado, se que es algo corto pero haré los capítulos de esta extensión por un tiempo, hasta que vuelva a acostumbrarme jsjs, 

Por si tenían curiosidad el total de palabras fueron 3.1k. 

Recuerden pedir su fic favorito y el día que se les facilite leerlo para tenerlo en cuenta. 

¡Gracias por darme un poco de tu tiempo y leer este fic, en serio lo agradezco! Si te gusto por favor deja tu voto o algún comentario, eso anima mucho a seguir escribiendo, sin más que decir muchas gracias por leer.


| 1 |

El Fanfic está ambientando justo después de la cuarta temporada del anime, sin embargo tiene ligeros cambios.

En este ¿Universo? La Familia Hestia se separó del grupo de la anfitriona de la fertilidad, además de que por un accidente terminaron en el piso de Udeus, después ya ocurre lo que está en el prólogo.

Estos cambios los contara Bell más adelante.

| 2 |

En la escena del duelo quería que Bell volviera a sentir la desesperación para que realmente se note un crecimiento en él al momento de continuar con el combate.

Por ende, en el borrador original, Bell había sufrido muchísimo más, al punto de casi llamarlo tortura física y psicológica.

Pero después de notar que no tenía nada de sentido que Alfia realizará tales acciones (torturar a alguien que le recuerda a su hermana xd) decidí hacer las cosas más leves, quedando así la escena.

| 3 |

Al igual que en la novela, Haruhime ha sido la encargada de calmar a Bell por las noches, por eso en la introducción ella se encuentra con él.

| 4 |

"Una enorme comodidad se hizo presente en mi nuca".

Con este comentario quería que creyeran que era una almohada de regazo para después vean qué realmente no era el caso.

Esto si bien es una pequeña broma, intenté impartir la diferencia de personalidades entre Alfia y cierto anhelo dorado de una forma sútil.

| 5 |

Así es, con If de Ryuu todo se me fue a la kk jajsjajs.

Más adelante pensaré que hacer, sino seguiré con mi boceto original, en donde Bell sigue con crecimiento acelerado pero cambiando su anhelo.

| 6 |

En todo la saga de Danmachi, canon y no canon, Omori solo ha hecho dos formas de diferentes de despertar la habilidad única de Bell.

Una siendo la que todos conocemos, anhelando alcanzar los pasos de su salvadora y la otra por el anhelo de traer un mundo en el que su tía no esté triste.

Siendo solo Aiz y Alfia las únicas que han despertado esa escritura sagrada en la espalda  del chico.

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