Capitulo 14: El día antes de la marcha.
Casi todo estaba listo para que mañana a primera hora llevaran a Akira, sus cosas, las esclavas y mujeres seleccionadas como parte del regalo.
La reina miraba que todos los trajes que quedaban por hacer fueran confeccionados meticulosamente. Las mujeres que irían al "Imperio" estarían limpias y con ropas antes de su marcha.
Los caballos adecuados, la comida, los soldados que irían todo absolutamente todo a su atenta mirada debía ser perfecto.
Y así era como el plan que ideó con varias variaciones, pero pudiendo ella sola dando las ordenes sin Mina.
Estaba exhausta no había dormido casi nada desde que llego la carta, pero debía exigirme mucho si quería que Akira fuera la afortunada de ser la mujer del "Emperador".
A pesar de estar enfadada con su nieta y por todo lo causado con todos, medio recapacitó.
Dejo a Ryû libre con vigilancia, a Mina en sus aposentos descansando y que la curaran por el método tradicional sin magia, a su hija y yerno haciendo sus tareas y por supuesto su nieta en su habitación con sus cosas, descansando y solamente podía salir al jardín junto a sus guardias personales.
Sabía que a pesar de todo lo que hizo y pasó no la privaría de la fiesta de esta noche que ha organizado para su partida.
La fiesta solamente se haría en la capital del fuego "Torch"("Antorcha"), donde fue azotada Mina. Lo están organizando todo para que haya música, bailes, teatro, comida y demás.
—No dejaré que el "Reino" de mi difunto rey caiga en ese desgraciado "Emperador", haré que Akira aún siendo mestiza destaque en todo lo que le he enseñado en estos últimos años —dijo en un susurro.
Una doncella vino para a avisar la de que llegó el jefe de la tienda "Mías".
—Buenos días mi reina he traído lo que le puede gustar más para su nieta Akira y si no el catálogo —dijo muy recto teniendo el catálogo en las manos mientras que sus trabajadoras sacaban el mobiliário.
—Gracias por venir, pero sabes que a primera hora se marcha así que no hay mucho margen al menos que me los traigas a la noche —la Reina muy firme con las manos entrelazadas.
—Por supuesto he detallado lo que se puede tener en el mismo día sin problemas y las existencias por si...
—No solamente será para Akira que lo utilice a su llegada —dijo muy altanera sonriendo.
El jefe de la tienda "Mías" solamente podía sonreír junto a ella.
Una vez todo listo miro cada prenda muy detenidamente señalando y diciendo cual utilizaría en cada caso:
1º Esta de color blanca para la "noche de bodas".
2º Esta roja cuando sea llamada.
3º Y esta para el momento que la vea, perfecto negra.
Necesito que haya varios tipo de prendas rojas para que llame la atención.
La lencería siempre llama la atención, siempre fueron las demás con ropa sin dejar ver nada a la vista. Esta vez será diferente cuando se presente una princesa de este modo lo seducirá.
Viendo que el hombre tenía una cara de sorprendido añadió una una víbora "ella sabrá hacer su cometido" y ahora largue sé. Todas las trabajadoras que eran tres se abrazaron mutuamente y el hombre se inclinó para luego recoger todo he irse corriendo.
Una vez que se fue entró una doncella para guardar la lencería negra, blanca y roja en el baúl que Akira se llevaría. Todo elegido por la reina mientras a la atenta mirada de como guardaba todo la doncella.
Una vez acabado miro a la reina para que esta le dijera que preparara todo lo necesario para Akira antes de ir a la fiesta. Y que 30 min. Antes sus soldados estuvieran en la puerta para que la acompañaran y hasta ese momento que no la molesten al menos que sea por que su nieta no quiera salir o algo más urgente.
La doncella entendiéndolo todo se inclino para salir a un paso muy apresurado.
Cansada la reina sin dormir desde que llegó la carta, salió de aquella sala con el pensamiento de ir a su habitación y encerrarse.
Echó un ojo a la mesa/vitrina que tiene los libros que hace años encontró a Akira intentando abrirlo.
Miró las flores de fuego volando enfrente de ella sobre la pared del lado izquierdo de la vitrina, para ver como se abrió la puerta secreta.
Entró sin más miramientos a la flor de fuego para luego cerrarse detrás de si la puerta.
Sé encendieron las luces y el fuego para ver todo el polvo que se acumuló con un chasquido de sus dedos el fuego de la chimenea con una pequeña brisa barrió la estancia. No solo para calentar en ambiente ya que las paredes eran de ladrillos y no estaba bien sellada del exterior.
Aquella estancia solamente lo sabía su rey, Akira y ella, pero no creo que se haya dado cuenta hace años cuando salí y la regañé.
Me senté en una silla mullida de oro y terciopelo rojo para tener en frente la mesa de madera de "poplar", originario de donde nací de la ciudad de los "Guardianes del Fuego". Activé el mecanismo secreto para que un cajón del escritorio saliera y poder coger un libro que había en él.
La tapa negra vieja con algunos símbolos muy definidos de la magia blanca y negra. Me levanté con el libro abierto entre mis manos leyendo cada hoja. Para acercarme a las grandes vitrinas con ingredientes y seleccionando cada cosa que necesitaba mirando atentamente hacia el fuego viendo como burbujeaba mi antiguo caldero.
Sonreí para leer de nuevo las pócimas que realizaré para que Akira vaya como sea el "Imperio".
Estaba sentada en un taburete mirando a través de las grandes ventanas abiertas, teniendo un pequeño balcón con un muro bastante alto.
Nadie me podía ver, solamente podía notar el viento ondeando mi cabello enmarañado y suavemente en la espalda aliviando la sensación de quemazón por los azotes. Estaba bastante bien curada de los diez azotes solamente me quedaban tres azotes contando con la antigua mía, dejándome la por recordatorio.
Cierro los ojos para escuchar el leve canto de las aves cuando escucho una muy particular. Abro los ojos para ver unos fuegos fatuos que se convierte en un colibrí con el plumaje rosa mi pequeño "Iris"("Arcoíris").
Mi familiar se acerca a mi para rozarse contra mi mejillas, noto que para llegar hasta aquí ha pasado por un arcoíris por eso tiene ese tono.
Normalmente son azules por los fuegos fatuos, pero cuando utiliza algo de su vida pasada se les ve como eran antes. Por eso ha sido más rápido de lo esperado en su vida pasada murió donde más quería en un arcoíris, cazado por un depredador.
Luego se despegó de mí para cantarme de nuevo dándome a entender que la ayuda que pedí ha sido confirmada.
Entonces significa que tendré que hacer mi último paso para seguir con mi plan.
Quedaban dos horas para fiesta que ha organizado mi madre para mi hija, estaba nerviosa que las doncellas se encargarían de todo. Negándome que yo quería hacerlo se retiraron ya que no era algo grave, lo entendían.
Entre en el baño que mi hija estaba sumergida entera en la bañera con sales y hojas de pétalos rosas, amarillas y rojas. Vi como saco la cabeza para rápidamente abrazarla y pedirla perdón.
Akira no sabía por que su madre le pedía perdón, pero a la vez sería por que no hizo cambiar de opinión a su abuela. Sabía lo que dijo y aun así la quería.
Su madre sabiendo lo que pensaba le dijo que no se preocupara que seguramente ella lo sabía y que iba a intentar ir con ella en ese viaje.
—No me opondré a que vayas, pero que me deje ir contigo y poder ayudarte. Ni tu padre ni yo estamos de acuerdo en esto, pero te sacaremos de esta incluso si nos mata a ambos —su madre le dijo muy convencida con aquellos orbes cerúlos.
—Me niego mama te quiero y no dejaré que muráis por mi, debéis seguir vivos por si vamos a la guerra. Sabes tan bien como yo lo que puede pasar todas las oráculos ven como subo por aquellas escaleras hacia la mesa y luego es oscuro. Sabéis que llegaré si o si, pero luego no se sabe que pasará...— Akira se puso a llorar y su madre lo único que podía hacer es tss tranquila.
Era un sentimiento claro de que iba a perder a su preciosa hija, sin poder evitarlo pegué una patada a un libro. No me dí cuenta que era el favorito de mi hija lo recogí para poder examinarlo.
A eso escuché una voz detrás de mi diciéndome que no pasaba nada papa para luego ver a mi hija correr y abrazarme. Dando me cuenta la hora que era y estaba liada en una toalla y el cabello muy húmedo.
—Te he traído dos regalos hija —dije emocionado por ver como le sentaba y a la vez por que podría ser los últimos.
Su baúl no estaba ni preparado para su marcha, mi suegra ordenó en la mañana que lo hiciera y ni lo hizo. Mi preciosa Kina se acercó para que le dejara ver aquellos regalos para luego sonreírme.
Les encantará me dijo mientras que abrió el baúl que no era muy grande, lo justo y necesario le cabría.
Vi como sacaba toda la ropa del gran armario, la cómoda, el tocador, los accesorios de cabellos, collares, pendientes y así...
Sabíamos que al menos el 90% de lo que había no le gustaba a nuestra hija y mas aún sabiendo que la reina también estaba haciendo el equipaje de Akira. Si no fuera porque le dije que la perdería por siempre ni le hubiera dejado llevarse nada.
Aunque realmente estaba perdiendo a su nieta al 100%.
Ayudé a mi esposa cogí dos broches que le encanta a nuestra hija el sol y el arcoíris, dos diademas una de "Rubí" y otra de "Moonstone", unos vestidos cómodos y lo demás lo escogió mi musa.
Luego vi como salió mi pequeña mirando todo lo que metimos por su mirada notábamos dos cosas:
La primera de haber acertado y la segunda que no quería irse, veía aquellos ojitos de color cielo apunto de llorar. Sabiendo eso me iba apresurar a decirle algo cuando mi Kina dijo elige peluche.
Akira se paso las manos por sus ojos para retirar las gotitas que salieron y mirar todos los peluches que tenía.
Y eligió uno su querido osito de peluche que le tenía un cariño abismal que se lo regalo alguien, pero no sabiendo quien mis padres se quedaron sorprendidos.
Ambos se miraron y luego sonrieron para que mi padre se acercara a mi y me diera una de las cajas la más pequeña extendiéndome la.
Akira cogió la pequeña caja para decir ¿Y la grande? su madre guardándola en el baúl respondió cuando no estés a la vista de tu abuela ábrela.
Asintió la princesa para abrir la caja de terciopelo dorada y encontrarse una cadena de oro que haría juego son su sol y unos pendientes con una bola de"ámbar" y dentro unos pequeños soles que giraban.
Encantando me el regalo abracé a mis padres diciendo muchas gracias, pero no quiero irme de vuestro lado.
Entonces pensé algo que no debía decir,pero lo dije.
—Mama y papa quiero decir algo muy importante....
Ambos padres se miraron para luego asentir y esperar a ver que decía su hija.
—Lo he estado pensando desde que las oráculos dijeron eso y es que no quiero que sea en vano así que...
Seguían esperando, pero preocupados viendo como lloraba su hija querían abrazarla cosa que ella negó con la cabeza.
—Si hay batalla quiero que viváis aunque huyáis de aquí y si muero..
—No vamos ha dejar que mueras haremos lo que sea así que tu tampoco te rindas.....
Mi madre estaba llorando y me acababa de gritar por la desesperación, pero sin querer hacerlo peor quise terminar mi frase.
—Quiero tener un hermanito o hermanita si muero o no —muy decidida dije para que mis padres me miraran sorprendidos por aquellas palabras.
—Prometerlo ambos.
La reina vio como la flor de fuego la llamó diciendo que quedaban 35min., apresurándose había hecho mas de lo que creía caminado rápido por la habitación se golpeó la pierna haciendo que algunas baldas viejas cayeran al suelo.
A eso hizo que las telas ya grises que tapaban dos cuadros se cayeron teniendo dos reacciones diferentes:
1º Le salió una sonrisa cálida recordando que aquel cuadro se lo hicieron junto a su rey en el día de su boda.
2ºUn profundo odio salió en su ojos para coger la tela llena de polvo y taparlo y rechinar sus dientes durante bastante tiempo.
Luego de eso cogió una canasta llena de las pociones y una carta para salir de aquella habitación secreta.
Dejando la canasta debajo de su gran cama matrimonial, para luego levantarse y ver lo sucia que estaba.
Llamó a una doncella con la campana cuando llegó esta le dijo que los soldados llevaban un rato fuera esperando y que necesitaba.
Sabiendo todo aquello dijo cambio de planes que llegará más tarde a la fiesta, así Akira podrá dar su última bocanada de libertad.
—Preparen mi caballo y que mis soldados esperen en el establo —dijo muy desinteresada.
Una vez se marchó la doncella se miró en el espejo con el pensamiento de que llevaría la carta en persona y para que nadie supiera de su marcha
antes de salir de la habitación mataría a la doncella y a los soldados después de la misión. Ya que esos son muy leales a mi hija y yerno.
Bajé para ver todos los soldados preparados le dí una botella de vino elfo a quien preparo mi caballo un joven no mas de quince años, diciéndome gracias mi reina e inclinándose sabiendo que se lo tomaría y a los minutos moriría.
Sabiendo dije no me hagas el feo y tómate lo tendrás sed ahora ¿no?, diciéndolo con una sonrisa en mi boca.
Se tomó un trago relamiéndose diciendo que muy rico que se notaban que eran hecho por los elfos.
Para luego partir por un pasadizo secreto que ni los guardias sabían hacia el "pueblo de los no deseados". Enviaba allí a pesar que luego podía utilizarlos para momentos peliagudos, de muertes, cacerías ,suplantar cargos o personas. Algún beneficio en concreto para haber llegado hacer este plan de hace años.
Llegué al "Pueblo de los no deseados", asesinos, bandidos,mercenarios y casi todo lo que te puedas encontrar.
Con un campo de energía nadie podía salir sin mi autorización o incluso entrar por la fuerza.
—Mi reina es demasiado peligroso entrar ¿Por qué no deja que vayamos nosotros y traemos a quien busca?.
—Quien quiero no se puede traer a la fuerza y menos entando en la taberna con más gusanos —dijo mirando desde arriba del pueblo fuera del campo campo en una pequeña colina.
Los soldados se miraron entre sí demasiado peligroso, pero si así lo deseaba ¿Quién la iba a contradecir? Nadie.
Bajaron la colina para entrar dentro del campo, todos los miraban, pero nadie se movían al ver la reina.
Llegaron a la taberna con el nombre de "Indeseables" en una chapa puesta oxidada.
La reina bajó del caballo y sin previo aviso abrió la puertas en par, los soldados se iban a poner delante, pero la reina dijo que no hacía falta.
Ellos retrocedieron con el pensamiento que no era la primera vez, el pasadizo, no tenía miedo jamás la vieron tan segura como ahora.
—Caballeros busco a un soldado y no cualquiera que sea fuerte y que obedezca mis órdenes. Por supuesto pagaré.
—Sabéis quién es mi nieta y también donde quiero llevarla ¿Cierto?.
—Necesito escolta, que la cuidéis y por su puesto que llegue al "Imperio" y luego no os preocupéis se quedará allí y podréis idos ¿Qué decís?
—Mi reina ¿Qué estáis haciendo? Nosotros podemos hacer ese trabajo, no cualquier rufián de este pueblo sin clase —dijo el capitán del escuadrón compuesto por seis contando con él.
La reina cansada de ellos por muchas cosas se giró dando la espalda a todos para dirigirse un tablón de anuncios hacia su derecha.
Cogió una hoja del tablón para decir:
—Este hombre es el que busco y "Yenze"("Hacedlo") —la reina dijo con una sonrisa y relamiéndose la boca.
—¿Qué dijo mi reina? —con una cara de sorprendido el capitán.
—Es una trampa de la reina quieren matarnos....
Todos al escuchar eso entendieron por que muchos de sus compañeros fieles a su hija y yerno morían cuando estaban con ella y ellos eran los últimos de su rompe cabezas de ideales soldados.
—Así que sabes la lengua de las ratas callejeras o lo que es de los grupos de ladrones, mercenarios e incluso algunos mestizos humanos que viven en algunas comunidades.
—Sí capitán lo se que has ayudado a esos vil salvajes y ahora lo pagarás "Babulale Bonke"("Matadlos a todos").
La reina sabiendo que pasaría salió por la puerta por la que entró para ver a quien buscaba.
Con una sonrisa se reflejaba en ella cuando escuchaba unos gritos de los soldados, como cortaban los cuerpos el olor de la sangre muchos puntos que hacía que se le pusiera la piel de gallina.
—Aquí tienes reparte el dinero y quedate con la otra bolsa te espero mañana antes de los rayos del sol, por cierto esta vez haz lo que se te ordena —la mirada de la reina era bastante para que casi cualquiera se cayera al suelo pidiendo perdón por el miedo, pero él ni lo hizo ni si quiera tenía una pizca de miedo ante su persona.
La reina subió al caballo para volver al castillo.
Puede que no fuera un plan muy bueno, pero el capitán de la guardia de Kina y Rokudo me dijo que me infiltraría entre los soldados para la marcha de Akira. Siendo ex-consejero y ex-mano del rey tengo muchos contactos que están a favor de salvar a Akira.
Y así haré esta todo en el cuartel escondido para cuando salga de aquí antes de los primeros rayos de sol, cambiarme y no habrá problema.
El único problema es despistarlos mas o menos lo tengo listo.
—Queda poco tiempo para la fiesta que por supuesto iré y recabaré mis últimos detalles con el capitán real y el capitán de la cuadrilla Kazuma.
Iremos muchos contra el plan de la reina, pero nadie sabe como saldrá esto.
Se que es pequeño el capitulo, espero que os guste tanto como a mi.
By Rinsawa
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