★Capítulo 22★
"Tengo que sacarlo de mi sistema, tengo que sacarlo de mi pecho. Ya he vivido gran parte de mi vida, pero tengo que superar el resto."
Out of my system - Louis Tomlinson
★★★
—Empecemos por mi familia... Tengo una mamá y un papá, no hay hermanos. Mis abuelos viven en Inglaterra al igual que mis tíos y primos, puedo suponer que me quieren, pero no es una relación nada cercana —sus ojos divagan por el techo, la forma en la que habla de su historia como si no fuera suya me mantiene en silencio—. Entonces... siempre fuimos nosotros tres, viajando por todos lados. Nací aquí, pero mi papá viajaba mucho por su trabajo y nosotros íbamos con él, conozco gran parte del mundo, en todos lados tengo conocidos, pero jamás nos quedamos en algún sitio el tiempo suficiente como para hacer amigos de verdad. Así que todo se basa en eso desde el comienzo, yo, sintiéndome solo en muchos lugares del mundo.
Dejo un besito en su cabeza y acaricio su cabello, pensar en él lejos de mí y sintiéndose solo me hace sentir un vacío extraño. Sé que no me conocía, pero desearía haber podido darle todos los abrazos que nadie le dió.
—Cuando tenía como... cinco años, tal vez seis, mis padres comenzaron a tener problemas y nos vinimos a la ciudad por un tiempo. Siempre estaban gritando, no recuerdo qué decían, o cuál era el motivo, pero mi mamá venía a mi habitación todas las noches a dormir conmigo, ella solo... lloraba, me decía que mi papá era muy malo y que pronto íbamos a alejarnos de él.
—¿Por eso no duermes solo? ¿Dormías con tu mamá?
Dylan cierra sus ojos ante mi pregunta, como si fuera muy difícil de responder, voy a decirle que no tiene que hacerlo, pero él habla primero.
—En parte sí, pero en realidad... mi mamá me repetía tanto que papá era malo, que si alguna noche no peleaban y ella no venía a mi habitación...
—¿Te asustabas? —intento ayudarlo cuando veo que no encuentra las palabras.
Él asiente, muy lento y casi imperceptible.
—No podía dormir en toda la noche pensando que él le había hecho algo terrible y me iba a quedar solo para siempre. Tenía miedo, le tenía mucho miedo a mi papá, pensaba que la iba a matar.
—¿Con cinco años?
—Con cinco, con seis, con siete, con ocho... cuando tenía nueve por fin se divorciaron.
La verdad es que no tengo idea de cómo esto está relacionado con lo que pasó con Freya, pero tenga que ver o no, me alegro de que me lo esté contando, de que confíe en mí, de poder conocer todas las partes de él que hasta ahora desconocía.
—Te diría que debió ser difícil, pero en definitiva supongo que fue un alivio.
—Lo fue —sonríe apenas—. Pero solo por un momento, mi mamá no estaba bien, creo que nunca lo estuvo en realidad. Mi papá regresó a sus viajes y yo no quise volver a hablar con él, debo darle crédito porque nunca dejó de intentar, pero esas noches de absoluto pánico no se iban de mi mente y yo lo quería lo más lejos posible.
—Pero ahora sí hablas con él, ¿no?
—Sí, cuando crecí un poco necesité respuestas. Tenía como trece años cuando le pregunté a mi mamá qué fue lo que mi papá le hizo. Ella me dijo que le era infiel todo el tiempo, y que destruyó su autoestima. Le pregunté si la golpeaba, si la insultaba, o qué había hecho para que me diga cosas tan horribles de él. Solo respondió "¿acaso serme infiel no es suficiente?". Y supongo que sí... era suficiente para que ella lo odiara, pero ¿por qué involucrarme? ¿por qué meterme en medio? ¿por qué crecer teniendo miedo de un papá que siempre me había querido?
—¿Hablaste con él?
—Me tomó un tiempo... porque justo en medio estaba viviendo otra situación.
—Oh... ¿Hay más?
—Recién estamos empezando —asiente soltando una risita—. Probablemente no entiendes qué tiene todo esto que ver, pero está conectado, ya verás.
—Tú habla conmigo, no me importa si tiene que ver o no.
—Nunca hablé de esto con nadie, no pensé que tenía tanto que decir
—Te estoy escuchando, Bu.
—Okay, aquí fue el segundo punto en el que todo cambió: tenía un mejor amigo, uno que... me gustaba. Se lo dije a mi mamá y...
Él se frena, entonces recuerdo lo de hace un rato, lo que dijo sobre su mamá obligándolo a pedir perdón.
—No te apoyó —asumo por su silencio.
—No recuerdo lo que dijo, creo que hay algo en mi interior que se esfuerza por bloquear ese día. Pero recuerdo que me llevaba a la iglesia a pedir perdón y me inscribió en una de esas... ¿terapias de reconversión? Se sentía como una tortura, de verdad fueron momentos... fue una mierda, no quiero recordarlo. Un día los escuché hablando sobre darme medicación, y entonces me asusté y llamé a mi papá para pedirle ayuda.
De un momento a otro me siento ridículo por quejarme de mis madres, sé que el dolor de todos es válido, y que el hecho de que Manuela me abandonara también dejó marcas, pero antes de eso ella fue una excelente mamá. Las dos lo fueron, me dieron atención, validación y seguridad. Dylan no tuvo nada de eso, él siempre estuvo solo.
—¿Qué hizo?
—Se volvió loco, él... tiene mucho dinero, mucho poder, consiguió mi tenencia completa en solo dos días y desde ese entonces no volví a ver a mi mamá. Volví a viajar con él, y aunque el sentimiento de soledad y falta de raíces nunca me abandonó, mi papá siempre me apoyó con mi sexualidad, me pidió perdón muchas veces por no ver qué no estaba a salvo con ella y... no lo sé, creo que se esfuerza.
—¿Tienen un buen vínculo?
—No estoy seguro, siento que nuestra relación solo se basa en él tratando de reparar sus años de ausencia.
—Al menos lo quiere reparar...
—Sí, y eso nos trae hasta aquí —Contiene la respiración y siento su cuerpo tensarse junto al mío—, a su último intento de repararlo: Sixth.
—¿Cómo? —cuestiono lo suficientemente confundido como para apartarme un poco.
—Emi... él es... mi papá es...
—¿Qué es? ¿Qué pasa?
—Es el dueño de la discográfica.
La revelación de esa información se siente como cuando tienes todas las piezas de un puzle y no puedes conectarlas, pero entonces cuando entiendes, te sientes tonto por no descubrirlo antes.
Me quedo en silencio, solo intentando procesar. Él se pone nervioso por eso, y entonces me obligo a decir algo al menos.
—¿Hizo la banda para ti?
—Sí, quería apoyarme con la música, y me daba pánico que me lancen como solista así que... me dejó elegir a quienes y...
—¿Tú nos elegiste?
Mantengo la conversación solo para que no piense que estoy reaccionando mal, pero la verdad es que mi cerebro aún está intentando procesar.
—No a todos —niega y de inmediato adquiere un tono explicativo—: Mira, la discográfica está compuesta por tres socios, mi papá es uno de ellos, así que tuvo que presentar un proyecto para los otros dos y... allí eligieron a Guillermo para encargarse de nosotros, yo hice una búsqueda en la que propuse a Indra y Lú. Y Guillermo propuso a Freya, ella...
—La conoció en un concurso del colegio, o algo así, no recuerdo...
—Es su hija.
—¿Cómo? —mi ceño se marca en cuanto junto mis cejas, cada cosa que dice me deja más confundido—. ¿Freya es la hija de Guillermo?
Por eso la discusión, obviamente Guillermo no la estaba presionando, obviamente sus discursos están alineados, ella siempre va a apoyar lo que él diga, porque es su papá.
—Sí, y ella fue la que insistió por ti. La verdad es que en un principio dudé, no por tu talento sino porque me preocupaba tu forma de ver el mundo y que solo fueras una cara bonita, entonces escuché tus canciones y me di cuenta que no, que tú...
—Okay, espera, dame un minuto que me va a salir humo del cerebro —le pido mientras vuelvo a recostar mi cabeza en la almohada— ¿Cómo es que esto nos lleva a tú y ella besándose en el escenario?
—Mi papá dice que tú tienes un futuro brillante, y que ahora que ven el éxito en la banda sus socios están interesados en ti. Pero no sirves si estás con un hombre, tienen muchas pérdidas económicas y... me dijo que si yo me mantengo saliendo con una chica siempre, y tú no te relacionas con otros hombres, van a dejarte en paz. De otro modo podrían... ya no dejarte cantar, o arruinar tu imagen, yo solo quiero cuidarte, tienes un contrato y...
—¿Y tú también?
—No, yo no. Mi padre se encarga de todo, solo firmé un permiso de uso de imagen y puedo cancelarlo cuando quiera.
—Me mentiste —murmuro por lo bajo, recordando nuestro primer encuentro—. Hasta me dijiste que habías dudado antes de firmar...
—Sí, lo siento —dice y puedo sentir el miedo en su voz—. Freya y yo acordamos no decirle a los demás sobre esto, queríamos que todos nos sintamos iguales, recibir el mismo trato, ser amigos...
—Es mucho que procesar... —susurro cerrando los ojos.
Siento el nerviosismo y el miedo en la tensión de su cuerpo, y mi cerebro está muy lento como para reconfortarlo adecuadamente.
Su historia esta llena de personas que no lo amaron lo suficiente, o de la forma correcta. Su infancia fue inestable y llena de miedo, por eso necesita de mis confirmaciones todo el tiempo, por eso es inseguro, por eso me quiere cuidar por sobre todas las cosas.
—Dylan yo... —hablo muy bajito y lo siento contener la respiración—. Estoy muy orgulloso de la persona en la que te convertiste a pesar de lo que has vivido.
—¿Pero estás enojado?
—Enamorado de ti estoy, incluso más que antes.
Un suspiro de alivio se escapa de sus labios, algo entrecortado, como si quisiera llorar.
—Perdón por no decirlo antes, perdón por los secretos, y perdón por aceptar estar con ella. Quiero que... quiero que cumplas tus sueños, no quiero ser un impedimento para eso. Yo puedo tener lo que quiero siempre, pero tú tienes esta oportunidad... quiero que la cuidemos juntos, ¿me dejas?
—Si me prometes que ya no vas a ocultarme nada...
—Te lo prometo.
—Vamos a dejar de ser tan impulsivos y a cuidarnos los dos, ¿sí? Vamos a hacer que funcione.
Se voltea apoyando sus manos en mi pecho, quedando con su rostro sobre el mío. Está sonriendo, sus ojos están rojitos pero está sonriendo.
—¡Dios! Estoy tan jodidamente enamorado de ti —Deja un beso rápido sobre mis labios y vuelve a hablar—: Siempre pienso que vas a dejarme y tú solo... solo me abrazas más fuerte y me haces sentir seguro, incluso cuando acabo de desnudar mi alma frente a ti, todo se siente correcto contigo... yo te...
No se atreve a decirlo, pero sé a qué se refiere. También lo siento, también siento que todo es correcto cuando estoy con él.
—Yo también te... —respondo haciendo el mismo silencio dramático que él acaba de hacer.
Después de algunas risas y besos más, nos quedamos dormidos, exactamente en la misma posición en la que estábamos
★★★
Son más de las diez cuando mi teléfono me despierta con una llamada de Lula.
—¿Qué? —gruño apenas, sin abrir los ojos.
—Quiero desayunar —su voz suena alegre y descansada.
—¿Y qué te lo impide?
—Quiero desayunar contigo, no vine hasta aquí para desayunar sola —me responde en tono de regaño—. Ya saca tu culo de la cama, ¿estás con Dylan?
—Sí —mis ojos se abren apenas para observarlo dormir, se ve demasiado lindo, quiero cortar la llamada y darle muchos besos.
—¿Se arreglaron?
—Mhm...
—¡Emi! —odia que responda con monosílabos, pero en mi defensa me acabo de despertar.
—Me vino a buscar anoche, hablamos, me pidió perdón y lo arreglamos.
—¿Pasó algo más?
—Sí.
—¿Estuvo bien? ¿Te sentiste cómodo? —pregunta dando por sentado el qué.
—Me voy a casar con él y adoptar cuatro gatos.
—Acepto —murmura Dylan con una sonrisa de ojos cerrados que me derrite el cuerpo entero.
—Ya, pide el desayuno para los cuatro, nos levantamos y vamos —le pido a Lula y la escucho aceptar y pedirme que no tardemos antes de terminar la llamada.
—Buenos días —susurra Dylan mientras se acurruca en mi cuello para dejar un besito—. Me da vergüenza ir con tus amigos.
—¿Por qué?
—Por lo que pasó ayer... Ella dijo que le caigo bien, pero seguro me odia y él más.
—No, te juro que...
—¡Y tu mamá! Dios, vio todo, seguro me odia también. Arruiné la...
—Cálmate —lo interrumpo con una risa—. Nadie te odia, ¿cómo piensas que alguien podría odiarte? No tiene sentido.
—Igual tengo vergüenza —murmura con timidez—, quiero quedarme en la cama contigo todo el día.
—¡Pero si eres la persona más sociable del mundo! —dejo un beso en su cabeza y me aparto— Hay que bajar a desayunar, tengo hambre.
—No podemos bajar, amor.
Intento disimular la sonrisa por el apodo pero se me hace difícil, siempre nos hemos tratado de forma cariñosa, pero ahora se siente diferente.
—¿Qué?
—Que no podemos bajar, no deberíamos estar los dos en un hotel cuando se sup...
—No, no, lo otro.
—¿Lo otro qué?
—Me dijiste amor...
Dylan se incorpora a medias y ladea la cabeza apenas hacia un lado.
—¿Sí? —pregunta, bastante dudoso.
—Sí.
—¿Y te gusta?
—Tú me gustas —Jalo de él para obtener un beso entre risitas de ambos—. ¿Por qué no podemos bajar? Tengo hambre, y además quiero que salgamos a pasear los cuatro.
—No creo que nos dejen —niega él, un poco incómodo—. Juntos lo veo casi imposible, pero tal vez puedas ir tú con ellos.
—Pero quería que vinieras... —susurro dejando que la decepción se note en mi voz.
—A ver, déjame llamar a mi papá.
Suelta el aire lento y se termina de sentar en la cama, las sábanas se deslizan por su torso dejando al descubierto algunas marcas moradas que le dejé anoche.
—Wow, que... —balbuceo buscando la palabra correcta.
—¿Hermoso, sexy, caliente, hot? —se anticipa con una risa.
—Todo eso, sí.
—Y tuyo.
—Bueno, más o menos —me quejo rodando los ojos—. Las fotos que sube Freya no dicen lo mismo...
Volteo mi teléfono hacia él y le muestro una foto de dos manos entrelazadas que subió ella anoche.
—Ni siquiera es mi mano —se encoge de hombros con desinterés—. Soy tuyo, te dije, así que cállate.
—Bla, bla, bla. Ya llama a tu padre a ver qué dice.
Le doy una semi privacidad para que lo llame mientras voy al baño, aunque escucho perfectamente desde aquí, y las cosas no están yendo bien.
—¿Dijo que no? —interrogo varios minutos después, en cuanto salgo.
—No podemos salir sin seguridad, dice que sería muy tonto y arriesgado de nuestra parte.
—¿Y con seguridad?
—No hay nadie disponible ahora, tienen el día libre porque se supone que nosotros también.
—Mierda...
—Sí, además creo que no les gusta la idea de que salgamos juntos sin supervisión, no confían en nosotros.
—¿Te lo dijo? —Busco mi ropa en el bolso y batallo para que la frustración no me arruine el día.
—Dijo que hasta que no demuestre que puedo mantener las manos lejos de mi noviecito, prefiere que no salgamos solos.
—Noviecito... —repito con una risa.
—¿Somos noviecitos? —me interroga él, aprovechando la oportunidad.
—Tú ya tienes novia.
—No seas tonto, no es de verdad.
—Pero es real para todos —me encojo de hombros y por alguna razón le esquivo la mirada—. El día que sea tu novio quiero ser solo yo, no puedo con todo este caos.
—Lo entiendo —Su voz suena baja y suelta el aire de forma lenta.
—¿Te hace sentir inseguro? —me volteo hacia él y lo miro a los ojos, se ve asustado otra vez.
—Estoy inseguro todo el tiempo, y lo estaría aún llevando un título, no te preocupes, no es...
—Dylan si tú necesitas que...
—No, no —me interrumpe antes de que pueda decir algo—. Esto no es una presión para ti, no es tu responsabilidad, solo... te quiero, quiero estar contigo, es suficiente.
—Yo también te quiero y quiero estar contigo.
—Entonces hagamos eso, estemos juntos —me lanza un beso y se pone de pie para ir al baño.
En cuanto me quedo solo me invaden un poco las emociones, el caos en el que nos encontramos, lo inestable que se siente todo, y en cómo mierda voy a darle seguridad si ni siquiera yo la tengo.
Quiero que salga bien, me voy a esforzar porque así sea.
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Hola pupis 💙
Ando medio desaparecida, perdón. Ya me puse al día y volvemos a las actualizaciones semanales.
Esta semana no hay Social Media, porque como habran notado llevamos 3 capítulos en la misma noche y ya me parecía forzar el contenido. Para la próxima semana volvemos con todo 💙
Los amo mucho, gracias por la paciencia:)
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