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★Capítulo 19★


"Pero aún así, la parte más difícil es saber cuándo dejarlo ir..."

Babylon - 5 Seconds of summer

★★★

No tengo idea de cómo los días se movieron tan rápido, pero supongo que cuando apenas tienes tiempo para existir tampoco tienes cómo notarlo.

El primer show llegó demasiado pronto y todos estamos muy inseguros, las entradas se agotaron en horas, el lugar estará lleno y apenas tuvimos tiempo de ensayo. Jamás di un show tan largo, y los chicos menos, su experiencia es casi nula.

Siento mucha presión sobre mis hombros, Guillermo no deja de decir que soy el de la experiencia, que tengo que apoyar y guiar a los chicos, que los haga sentir seguros, que esté atento a todo...

¿Cómo voy a hacer? Mi mente apenas logra recordar las letras de las canciones.

El disco salió hace una semana, los números son muy buenos y es increíble lo mucho que han aumentado nuestros seguidores en redes sociales. Se siente abrumador y hermoso a la vez, pero la sensación de que es demasiado precipitado no me deja disfrutarlo del todo.

Yo sé que ese era el objetivo, simplemente crear una banda comercial que sea un buen negocio por un tiempo, y si llegamos arriba tan rápido es porque ellos así lo quisieron. Es solo que... no se siente real y no sé si así es como debería sentirse.

—¿Estás nervioso? —Dylan se sienta a mi lado y siento sus ojos sobre mí mientras yo tengo los míos en el teléfono.

—Es que no llegan, y quedan solo unos minutos —bloqueo la pantalla y me volteo a mirarlo—. Estás raro, ¿te sientes bien?

—Más o menos.

—¿Es por algo de lo que hablaste a solas con Guillermo recién? ¿Pasó algo malo? Esa chica... ¿cómo se llamaba? ¡Valeria! ¿pasa algo con ella?

—Valentina —me corrige—, y no, la discográfica no estuvo de acuerdo con el cambio, pero igual te van a dejar en paz. 

—¿Y a ti?

—Bueno...

El sonido de mi teléfono nos interrumpe y el rostro de mi mejor amigo en la pantalla me hace responder de inmediato.

—¿Dónde están? Salimos en cinco minutos —hablo de forma acelerada.

—Es que estamos intentando entrar por dónde nos dijiste, pero no nos dejan, nos piden unos pases y no sé qué.

Se suponía que Guillermo se iba a encargar de que esos pases estén en la entrada para ellos, pero al parecer fue demasiado complicado para él.

—Estaré allí en un minuto, por favor no se muevan ni un centímetro —le digo antes de terminar la llamada y ponerme de pie muy rápido.

Es un pasillo angosto, no sé cómo me las ingenié para correr sin caerme ni golpearme contra nada, pero antes de darme cuenta tengo al otro tipo de la discográfica en frente, ese del que jamás recuerdo el nombre.

—¿Por qué no dejan entrar a mi familia? —le reclamo— Guillermo dijo que los pases estarían allí, pero no están y...

—Intentaré resolverlo, ahora quédate aquí que salen en cinco —pone sus manos sobre mis hombros y las quito.

—No, quiero los pases y yo los llevo.

—Émile, tienes que cantar en cinco minutos, probablemente el show más importante de tu carrera, no puedes estar corriendo por los pasillos.

—No voy a cantar sin mi familia aquí, ya me dijeron que se iban a ocupar y no lo hicieron.

—Me ocuparé, tú solo...

—Podemos pelear aquí y seguir perdiendo el tiempo, o puedes darme los pases de una porque no voy a ceder.

—Qué terco eres —murmura mientras detiene a una chica que pasa por su lado y le habla—: Cuatro o cinco pases vip para Emile, lo más rápido que puedas.

Solo necesito tres, pero está bien.

La chica desaparece solo unos segundos y regresa con los cinco colgantes en su mano.

—Apúrate —me gruñe el tipo, justo cuando empiezo a correr.

Llego muy rápido, él de seguridad me impide el paso y tiene razón, si salgo voy a generar caos, así que solo le digo el nombre de mis amigos y mi mamá para que los deje entrar.

Segundos después la puerta se abre y el rostro sonriente de mis dos mejores amigos es todo lo que puedo percibir. Me gustaría tener tiempo para recibirlos como se merecen, pero resulta que tengo que dar un show en tres minutos.

Los abrazo a los dos a la vez y les doy un pase a cada uno.

—No digo nada porque me voy a poner a llorar —susurro luego de un segundo abrazo.

—Estas muy lindo —Lula me acaricia la mejilla y Fabri asiente para darle la razón.

—Pareces un rockstar.

La puerta se vuelve a abrir y mi mamá está allí, voy a abrazarla también, pero entonces noto que no viene sola y todo dentro de mí se siente paralizado.

—¿Por qué la trajiste? —susurro conteniendo la respiración.

—Es un momento importante, mi amor, de unión, no de peleas.

—Es un momento importante para mí, yo debería decidir quién me acompaña —reclamo, y aunque no tengo tiempo para discutir me siento muy vulnerable e invadido, yo no invité a Manuela, ella no debería estar aquí.

—Tenemos mucho de qué hablar, hijo —me dice dando un paso hacia mí—. He cometido muchos errores, pero por nada del mundo podría perderme el mejor momento de tu vida.

No le respondo, no sé qué decir. Estoy muy enojado, con mi mamá y con esa señora, pero no tengo tiempo para expresarme.

Pongo los dos pases en sus manos, sin saludos ni abrazos de por medio, y me doy la vuelta para correr al escenario.

Con los sentimientos arremolinados y la euforia a flor de piel, intento que la música llene mi cuerpo para olvidarme de cualquier cosa que pueda pensar o sentir además de eso.

Cuando llego los chicos ya están listos, nos demoramos unos minutos en los que me acomodan el sistema de sonido y aprovecho eso para hablar con Dylan.

—Perdón por irme así, Bu, era una urgencia, ¿podemos hablar de eso al llegar a casa?

—Sí, no te preocupes —susurra muy bajito, apenas lo escucho con los gritos que vienen de afuera—. Igual quería de...

—¡Treinta segundos! —grita alguien, haciendo que me sobresalte.

—Te quiero, mucho, de verdad —Dylan me da una sonrisita tímida, se ve asustado, yo me olvidé del miedo por el enojo de que mi mamá trajera a la otra señora sin mi permiso.

—Yo también, Bu. Todo va a salir bien.

El juego de luces está funcionando como en los ensayos, la diferencia es que esta vez están los gritos de miles de personas haciendo eco en nuestros oídos.

—¿Hasta seis? —pregunta Lú, estirando su mano hasta el centro.

—¡Uno! ¡dos! ¡tres! ¡cuatro! ¡cinco! ¡SEIS! —gritamos al unísono antes de subir las pequeñas escaleras que nos separan del público.

La primera canción está sonando, la banda en vivo me da el pie a romper el hielo con las primeras palabras abandonando mi boca.

El público desborda euforia, están gritando mucho, cantando la canción como si la supieran hace años, como si significara el mundo para ellos aún cuando solo lleva unos días acompañando sus vidas. Me encanta la sensación, la adrenalina recorre mis venas con tanta fuerza que creo que jamás en mi vida voy a querer abandonar este sentimiento.

Tenemos divididas las canciones para tener pequeños descansos, hay varias en las que cantamos los cinco y luego algunos dúos. El único que tiene una canción en solitario soy yo, y es "Tú, la música y yo", porque no me dejaron cantarla con Dylan y me negué a qué fuera con alguien más.

Es la penúltima canción del show, y no sé en qué momento pasó todo tan rápido como para que ya me toque cantarla.

Las luces bajan un poco y decido sentarme en uno de los parlantes mientras mis compañeros lo hacen al borde del escenario para hacerme los coros.

Me gustaría cantarla con él, escuchar su voz en mis palabras, que sea nuestra y que todos lo sepan. No se puede, así que me conformo con cantarla para él.

Está cerca, a solo un par de metros, pero como estamos en la misma línea y yo estoy mirando al público no puedo saber qué hace.

Tal vez sea el público cantando, las linternas de los teléfonos encendidas que parecen un cielo estrellado, la música resonando en mi interior o el hecho de que sus ojos azules están instalados en mi mente mientras canto, pero acabo de darme cuenta de que tal vez estoy enamorado.

Probablemente ya lo sabía, pero es la primera vez que canto esta canción para los fans, y que todos ellos estén conscientes de mis sentimientos me hace sentir cómodo y seguro.

¿Será demasiado voltearme y cantarle directamente? Solo un verso, probablemente algunas personas lo noten, pero podrían pensar que es una casualidad.

Antes de que lo haga, una ovación de sorpresa por parte del público me desconcentra, y entonces volteo.

Desearía no haberlo hecho, porque la forma lenta en la que mi cerebro intenta procesar lo que ocurre no me da tiempo de disimular mi reacción.

La mano de Freya está en el rostro de Dylan, lo está tomando del mismo modo en que yo lo hago, y sus... sus labios, están... Se están besando frente a todos, realmente está pasando.

La voz se me corta, es como si mi cerebro se desconectara y no logro entender nada de lo que pasa, solo sé que me duele.

La mano de Indra en mi pierna me trae de regreso a la realidad, no sé cómo logro que mi cuerpo actúe en modo automático para terminar la canción. No quiero volver a voltearme, no quiero sentir lo que acabo de sentir nunca más.

Termino la canción sin saber cómo lo hice, me obligo a bloquear mis sentimientos y pensamientos para poder cantar la última y despedirnos de la gente.

Todo pasa muy rápido, o tal vez mi mente se abstrae de todo para protegerme, tal vez no entiendo nada y solo quiero salir de aquí.

Soy el primero en bajar del escenario, tengo que encontrar a mis amigos y...

—Emi... —obviamente él iba a venir a mí, pero no estoy listo para esta conversación, quiero ponerme a llorar.

Su mano toma la mía para voltearme, giro mi cuerpo levemente y la aparto rápido, tal vez de forma brusca.

No lo hice a propósito, no me gusta que se sienta rechazado, pero no puedo soportar el contacto en este momento.

—No, no me toques —susurro y doy un paso hacia atrás—. Voy a... voy a pasar la noche con mis amigos en su hotel, necesito... yo...

—¿Me dejas explicar? —Sus ojos están húmedos, se ve muy nervioso mientras intenta contenerse para no acercarse.

—Yo sé que es falso, pero de todos modos necesito espacio.

Me estoy esforzando mucho por contenerme, luchando contra mis emociones porque en realidad quiero gritarle, de verdad quiero hacerlo, pero sé que no está bien.

—Yo no... no hay nada con ella, es difícil de explicar y...

—Te dije que eso ya lo sé, no quiero hablar contigo.

—Pero necesitamos solucionarlo —pide casi como una súplica.

—No sé si esto tenga una solución.

—¡Por favor, Emi! Es una mierda falsa, lo mismo que iban a hacer con Valentina pero con Freya, entiendo que te moleste, pero hay que hablarlo.

—Me hiciste quedar como un idiota, Dylan. ¿Cómo vas a hacer algo así sin avisarme antes? ¿Cómo vas a...? —La voz se me corta, pero trago de manera forzada y me obligo a continuar—: ¿Cómo vas a besarla en frente de todos mientras estoy cantando una canción que escribí para ti?

—Perdón, no me dejaron opción, yo te quise avisar y me dejaste hablando solo...

—Siempre hay opción, puedes decir que no, no somos esclavos.

—Es... es diferente para mí, no tenía opción, si la hubiera tenido...

—¿Qué es lo "diferente para ti"? Dime... dime por qué no tenías opción.

—No puedo, pero tienes que confiar en mí, yo te quiero a ti.

—¡Explícame! —exijo, perdiendo la calma— Porque siempre son secretos y estoy harto de la mierda, ¡estoy realmente harto de siempre tener que entender! Yo me estoy esforzando por ti, pero si no es mutuo ya no tengo nada más que hacer.

—¿Me vas a terminar por un problema de comunicación? —su tono es muy frustrado, mi pecho se siente vacío y la necesidad de salir corriendo de aquí solo crece— ¿Cómo no va a ser mutuo? ¿Qué dices? Si yo estoy enamorado de ti, eres la primera persona que...

—No hablo de eso, hablo del esfuerzo —lo interrumpo limpiando mis lágrimas antes de que salgan—. Tengo miedo, todo el tiempo, hay mucha mierda en mi cabeza y estoy luchando contra eso a cada momento para ser mejor para ti. ¿Y qué haces tú? ¡No confías en mí! No sé nada, de dónde vienes, quién eres, qué ocultas... solo te callas y pretendes que confíe en ti cuando obviamente tú no confías en mí.

—¡Te estoy cuidando! ¿Puedes entender eso?

—¡Yo no necesito que me cuides!

—Es lo único que sé hacer, Emi. Yo no sé querer de otro modo... no sé querer, no sé confiar, no sé nada.

Lo entiendo, quiero decirlo pero no puedo. Solo quiero irme hasta que lo que siento pase.

—Necesito mi espacio, me... me duele todo, no puedo atender tus emociones ahora, lo siento.

—No te vayas —su labio inferior tiembla y yo necesito volver a limpiar mis ojos—. No te hablo, no te miro si no quieres, pero no te alejes...

—No es así como funciona —niego, justo cuando una mano muy familiar se posa sobre mi hombro.

Me voy a romper, así de fácil, toda la armadura que estaba intentando construir se vuelve la nada misma cuando mis amigos llegan a mí.

—Yo no quería lastimarlo... —les dice Dylan, al percibir la molestia en los dos—. Yo lo quiero, pero no me dejaron opción.

—No nos vamos a meter —le responde Lula de forma muy fría—. Pero mejor respeta su espacio.

—No quiero que... no quiero que piense cosas que no son ciertas, no quiero que le duelan cosas que no tienen sentido.

—Yo sé que me quieres —le respondo aunque no me hablaba a mí—. Sé que Freya ni siquiera te gusta y sé que haces esto para que no tenga que hacerlo yo, pero no me alcanza. Estoy muy enojado contigo, no quiero hablar más.

—Lo siento, perdón, no quería...

—¿Justo esa canción, bro? ¿En serio se supone que no es intencional? —Fabri intenta hablar con calma, pero sé que si fuera por él serían otros los modos.

—No, se suponía que era en la última... yo tampoco me lo esperaba, ella solo... no sé si le dijeron algo distinto, nos hablaron por separado.

—Necesito irme —murmuro intentando terminar con esto de una vez—. Cuando tengas los huevos de explicarme la verdad y haya un motivo válido para hacerme sentir tan estúpido frente a treinta mil personas, volvemos a intentar esta conversación.

Un suspiro cansado y triste me da a entender que eso no va a ocurrir, que prefiere perderlo todo antes de confiar en mí.

Fabri envuelve su brazo por mi hombro y me guía para que me aleje. No pongo resistencia, mi mente solo quiere evadirse para no pensar, que otros hablen, que otros resuelvan, solo necesito sentirme ajeno a mi propio cuerpo.

Creo que Lula no viene con nosotros, probablemente se quedó hablando con él. Ellos me cuidan, ellos me defienden, ellos hacen todo lo que yo no puedo cuando sienten que puedo volver a caer.

Tal vez tengo dependencia, o tal vez solo soy yo dejando que me ayuden porque no puedo solo.

—Está bien, ¿si? —Mi amigo me detiene en medio del pasillo, rompe el contacto físico y busca mis ojos— Él va a pensar mejor las cosas y va a tomar la decisión correcta porque te quiere, no es por ti, el problema es suyo, no hay nada malo en ti.

—¿Estoy exagerando? —tengo la necesidad de preguntar.

—No, claro que no —responde rápido—. Volvió a tomar decisiones por los dos sin hablar antes, tienes derecho a estar enojado.

—Es que ni siquiera somos novios —lo justifico sin darme cuenta—. Él no me debe nada solo porque nos damos algunos besos en las noches, no tengo derecho a reclamar...

—¿Lo de ustedes solo son algunos besos en las noches? —pregunta con ironía.

—No para mí, de verdad estoy intentando que sea más, y a veces no puedo... Me asusta sentir, él me tiene paciencia, pero eso no significa que me deba algo.

—Tú tienes miedo de sentir, pero aún así sientes y te arriesgas; te mereces el mismo esfuerzo de su parte, o que lo intente, al menos.

—No quiero perderlo, Fabri —recuesto la cabeza en su hombro y respiro lento para no llorar—. Pero tampoco quiero ceder, la incertidumbre me hace sentir muy inseguro.

—Quiero confiar en que va a tomar la decisión correcta —me consuela una vez más—. Hiciste bien, no te tortures.

Mis madres llegan antes que Lula, con todo el drama me olvidé por completo de que Manuela estaba aquí, y como sea no tengo la fortaleza emocional para lidiar con ella ahora.

Si no me hubiera abandonado sería la persona perfecta para abrazarme ahora, estoy seguro de que sabría exactamente qué decir. Pero ahora ya no puedo confiar en ella, ya no hay seguridad en sus brazos, ya no hay seguridad en ningún sitio.

—No quiero hablar ahora —Una máscara de frialdad se adueña de mis expresiones. Necesito que Lula regrese, y que la gente de seguridad nos ayude a salir.

—Mimi —mi mamá Clara se adelanta unos pasos, pero anticipando mi rechazo se detiene antes de tocarme—. Perdón por no hablar contigo antes, si tan solo estuvieras dispuesto a escuchar...

—Se suponía que hoy era un día importante, un día feliz, pero al parecer todas las personas que quiero decidieron complotarse para cagarse en mis sentimientos.

—Nadie se caga en tus sentimientos, hijo —insiste.

Manuela se mantiene varios pasos detrás, en silencio, solo observando. De algún modo eso me molesta aún más, porque está pretendiendo que mi mamá arregle todo por ella, y no se lo merece.

Si quería verme hubiera pagado una entrada, lo hubiera hecho sin pretender mi atención. Si no fuera egoísta, hubiera pensado en mí antes que en ella.

—No quiero hablar ahora.

—No puedes evadirte.

Me pongo de pie y me dispongo a salir del pasillo, todo lo que siento está mal y no quiero hacerme cargo de nada ahora.

—Mira cómo puedo —respondo con ironía antes de alejarme de ellas.

________

La habitación de hotel de mis amigos se siente muy fría, extraño mi cama, extraño a Dylan. Los chicos me cuidan como si fuera un bebé, me dejan dormir con ellos y me escuchan hablar sobre lo que siento por mucho rato.

No era mi idea de pasar tiempo con ellos después de tanto, eso me hace sentir mal también.

Al menos mañana tengo el día libre, pensé que lo pasaríamos los cuatro juntos, que mis amigos lo conocerían, y que serían unos días de distensión después de tanto trabajo.

Al menos si me ocupo de llorar hoy, tal vez mañana pueda tener un buen día con mis amigos.

Mi teléfono suena, no voy a negar que estuve esperando que me escriba, aunque le pedí distancia, necesitaba sentir que quería esforzarse.

Futuro esposo ❤️ - en línea

Perdóname, no puedo con la idea de que me odies. Sé que hice todo mal y lo sigo haciendo, pero te quiero, eso es lo único de lo que no tengo dudas. Soy inseguro, y me cuesta mucho hablar de todo, pero yo confío en ti, si no confiara no te habría dejado ser mi lugar seguro.

Ojalá pudiera poner todas mis emociones en palabras como tú, ojalá supiera querer de una forma tan bonita.

Pero enséñame, no me dejes.

Siento el nudo en mi garganta oprimir con fuerza, quiero decir que no importa, que lo quiero y todo va a estar bien, pero sé que si cedo ahora solo haré crecer mis inseguridades. Necesito su sinceridad, no sus disculpas.

Observo a mis amigos dormir y me levanto muy lentamente para no despertarlos. Voy al baño y respondo desde allí.

Emi - en línea

No te odio, te quiero, pero cuando estoy enojado suelo ser muy hiriente, ni siquiera pienso bien. No te quiero lastimar.

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Pero, ¿estamos terminando?

Quisiera no tener que responder eso, quisiera que él simplemente esté dispuesto a esforzarse como yo.

Emi - en línea

Me hace sentir muy inseguro que me ocultes tantas cosas, intenta ponerte en mi lugar y piensa cómo te sentirías.

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Lo sé, sé que estoy mal, no sé cómo manejar esto. Es más grande que yo, me está superando.

Ojalá pudiera abrazarlo, pensar en que está luchando contra sí mismo y no estoy allí para apoyarlo me está haciendo sentir muy culpable.

Pero, ¿cómo voy a ayudarlo si no me deja? ¿cómo voy a apoyarlo si solo me oculta las cosas?

Emi - en línea

Eso es lo que no entiendes, o manejamos las cosas juntos, o doy un paso al costado. A medias no me sirve.

Piénsalo, y entonces podemos hablar y ver si estamos terminando o no.

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Perdón :(

Su respuesta corta me duele, esperaba algo más, que al menos me diga que lo va a intentar. Pero no, al parecer ni eso me merezco.

Emi - en línea

Eso significa que ni siquiera estás considerando la posibilidad...

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No, eso significa que te quiero tanto que prefiero que tú estés bien.

Emi - en línea

Ya está, Dylan. Dejaste las cosas claras.

Me duele todo, pero más me duele que me diga que lo hace por mí cuando obviamente solo está siendo cobarde.

Su respuesta llega solo segundos después, pero todo dentro de mí siente que nada de lo que diga va a tener sentido de todos modos.

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Lo pintas como si fuera fácil, pero no lo es, me siento vacío sin ti.

Emi - en línea

Está en tus manos, y estás tomando una decisión.

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Es fácil decir eso, tú pones las condiciones sin siquiera saber lo que está en juego, y yo tengo que decidir si te pierdo o te lastimo.

No entender a qué se refiere me agobia, y que me haga sentir culpable por mantener mis propios límites también.

Le envío una última respuesta antes de bloquear el teléfono y dar por terminada la conversación, no puedo con mis propias emociones, todo está siendo simplemente difícil.

Emi - en línea

Si me pierdes también me lastimas, Dylan, eso es lo que no ves.

__________

Hola Pollitos 🐣

Ay :(

No sé cómo llegamos a esto cuando todo estaba tan bien...

Necesitamos la perspectiva de Dylan, ¿no? Probablemente sí.

Los quiero mucho, no olviden ir a mis redes sociales a leer el Social Media ❤️

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