Capítulo 3+Epílogo: Er final.
El espíritu de Lars salió de su cuerpo para viajar a la dimensión de la gente muerta, observó dos puertas, una que conducía al cielo y otra al infierno. No pensó más de dos veces en su decisión de ir al infierno.
Caminó algo asustado por el suelo de roca volcánica y el resto del ambiente en llamas, hasta en encontrarse con un niño rata de lentes, de extrema baja estatura.
- ¿Eres el diablo?
- Niño rata adicto al Diablo 3, claro ggg -murmuró el niño.
- ¿No eras más grande?
- Noh, dioz me castigó por no ser unn gamer pro como él.
- Deja a mi negro en paz, po' oe' -le hizo la señal del dedo de en medio.
- Oc, con una condición, lince.
- Qué.
- Pásale este mensaje a Dios de mi parte -le entrega un papel.
- Oc.
Y Ulrich salió del infierno, entró a la otra puerta que conducía al cielo, vio a un ángel sentado a un lado del ascensor.
- ¿Eres Dios?
- No, último piso.
Tomó el asensor hasta el piso más alto del cielo, vio a un hombre muy alto y pelirrojo acercarse.
- ¿Eres Dios?
- Nah, idiota, soy tu amigo Mustaine, recién me bañé en agua bendita y ahora soy misionero de Diosito.
- ¿Eres...?
- Te llevo con él de inmediato.
Caminaron juntos hasta llegar a un enorme trono celestial:
- ¿Eres Dios?
- ¡Muy buenas, criaturitas del señor! ¿Dios de los niños ratas? ¡CY!
- El niño rata adicto al Diablo 3 te manda ésto:
Rubius apretó el puño con el kokoro roto.
- ¿Qué quieres?
- Regresar a mi casa.
- Mustaine te lleva.
- Uh, haberme dicho antes, pibe -Dave lo guió hasta una nube voladora donde ambos se subieron-. ¡Si yo voy por el mismo camino también!
Se detuvieron en una parada del purgatorio.
- Aquí me bajo yo, la siguiente es la tuya -y chocaron los puños para despedirse.
Se topó con otra nube que cargaba a James y a Jason.
- Chaa, culiao, ¿qué weá pasó? O sea, nos tiraron por la ventana, culiao, y ahora estamos todos muertos.
- Loco, vi a Dios -interceptó con sonrisa de drogado el danés.
- Uy, ¡yo también lo quiero conocer! -exclamó de manera poco masculina Jason- Dime, ¿cómo es?
- No sé.
- Uy, que bueno...
- Holaa, vengo a verle la cara a Dios -murmuró de colado Scott mientras volaba por el aire.
- No, tú no podi', vo' no te moriste -contradijo Lars.
- Bueno, chau -y se fue.
- Pero... ¿De qué hablai', weón? -Hetfield frunció el ceño- ¡Si Dios no exis...! -le cayó un rayo- ¡A la mierda!
- ¿Es que acaso no sabías que Diosito es el que todo lo ve y todo lo escucha? Uy, te castigço -comentó Newsted.
- Ah, weon, no wei', ¿entonces Dios es como Gran Hermano?
- Claro...
- ¡Me chupai el pico entonces!
- Yo me voy a la chucha, chao.
Con eso, su nube individual partió hacia el mundo humano, reviviendo. Regresó a casa, en la cocina contempló a Kirk totalmente sano cocinando con una olla burbujeante a mucha temperatura.
- ¡Larsito! ¡Ya estoy curado! ¡Hay que tener zerzo!
- Ehh... déjame pensar -lo meditó bien-, déjame pensar cuáles son mis necesidades fisiológicas, eh...
Lanzó la olla a la mierda y un rapidín por aquí.
*mientras tanto, con James y Jason, cuando llegaron a las puertas del cielo*
- Uy, ¿cómo funciona ésto? -consultó al ángel que los recibió- Quiero una habitación privada, con ventilación y vista panorámica.
- Lo siento, sólo nos queda una habitación y es doble de baño compartido.
- ¡Ni cagando comparto baño con este weón gordo! -bufó el rubio.
- Ay, pero no me dejes solito...
- Para ganarse un puesto en el cielo tienen que superar una prueba.
- Ya, dale.
*en una dimensión paralela a la normal*
- Ya po', guatón culiao apúrate en hacer los pedidos -gritó James al ver la larga cola del McDonnald's que se formaba-. ¿Qué quiere, señora?
- Una cajita feliz, las bebidas que sean de...
- ¡Coca cola! ¡No! ¡Fanta! ¡No! ¡Pepsi! ¡No...! -interrumpía el hijo hincha pelotas de la señora.
- ¿Esta comida es saludable para mi retoño? Es que yo lo cuido muy bien, y no sé si esta comida le puede causar algún daño...
- ¡Oe', atiende más rápido, rubio teñidoo! -se quejaba uno en la fila.
- ¡Apúrate!
- ¿De qué las bebidas? -insistió.
- ¡Con hielo! ¡No! ¡Sin hielo!
- ¿Pero es saludable esta comida?
- ¡Llevo esperando como una hora!
- ¡Pedí y pagué hace rato! ¿Dónde está mi comida?
- ¡Idiota, atiende!
El pobre no resistió más y sacó una escopeta de la nada, para ponerse a disparar a medio mundo. Suspiró agotado, caminó hacia la cocina y pilló a Jason más gordo de lo normal, devorándose las hamburguesas y otras cosas comestibles.
- ¡Ya cagamos, weón!
- Eh, Diosito, si nos escuchas... Como dicen: errar es de humanos y perdonar es divino. Como nosotros erramos como humanos, tú que eres divino, deberías perdonarnos.
Y fueron transportados hacia el infierno.
- Uy, uy, que miedo, me cago, me cago, uy... -se abrazó a su compañero.
- Ni se te ocurra pedorrearte aquí, cochino culiao.
- Ay, no, que miedo, que miedo -apretó el culo para evitar cualquier cosa.
- Para, gordo, no, aquí ni se te ocurra, por fa, no...
- Hola -dijo el niño rata adicto al Diablo 3.
- ¿Y tú eres el diablo, uy?
- Sí.
- Ah, pero James, es sólo un petizo de anteojos,¡eso no da miedo!
El niño rata digievolucionó a niño rata enfurecido, con cuernos y alas infernales.
Los dos metaleros gritaron asustados, de paso, a Jason se le escapó un pedo explosivo, que los mandó a todos a la mierda.
- Ugh -se tapó la nariz el niño rata-, ¡no vuelvan aquí, pueden seguir viviendo!
Y con eso, fueron transportados al mundo humano, entraron a la casa de Kirk y Lars.
- ¿Y los dos weones de nuestra banda? -cuestionó el baterista al notar que los cadáveres no estaban afuera.
- ¡Yo no hice nada! -trató de excusarse de inmediato.
- Holaa, vengo a sacar conclusiones -se metió Scott-: yo estaba jugando a la Playstation con mi sopita de arvejas, ellos subieron al cuarto de Kirk y no bajaron más.
- Holi -saludó Jason.
- Weeena -saludó James.
De la nada, Scott vomitó su sopa de arvejas, del asco, Jason vomitó también, James también, Kirk igual...
- Mira, negro, cómo te pinto la cara color esperanza.
Y con eso Lars le vomitó encima a Kirk.
Bueno, al menos ya todos volvieron a la normalidad, algo sucios, pero eso se limpia, ya todos podían vivir como siempre sin problemas ni dramas.
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