Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

El peligro acecha


Sam advirtió del peligro que se aproximaba. Kirby detuvo su accionar para medir los movimientos del enmascarado y prepararse para huir o atacar. Necesitaba su arma, si quería salir viva de ese laberinto. No sólo eso, también necesitaba una mano amiga.
Kirby estaba tan aterrada cuando Ghostface corrió por ella con el cuchillo sobre su cabeza que dejó las llaves guindadas en la cerradura. Comenzó la persecución por los pasillos.
A sus espaldas, oyó el grito de Sam que la desconcertó por completo.
—¡No! ¡Tara, no la lastimes!

—Un momento, ¿Tara? —dijo girando la cabeza mientras corría por apenas unos segundos—. ¡¿Qué mierda?!

La agente se resbalaba por los muy pulidos pisos y Ghostface chocaba con las paredes en cada curva muy cerrada.
Sam, por su parte, maldijo ante la imposibilidad de no poder hacer nada allí encerrada. Todavía taladraba en su cabeza las palabras de Tara. ¿Qué clase de plan tenía? No podía encontrarles el sentido a sus acciones.

La visión de su padre se hizo presente en el espejo nuevamente.
—¿Me necesitas nuevamente?

—¿Ahora consultas antes de meter locas ideas a mi cabeza? No hiciste eso cuando ataque a Sidney.

—Al parecer no soy el único metiendo ideas locas a la mente de las personas. Alguien dejó bien jodida la estabilidad mental de tu hermana —una sonrisa retorcida se dibujó en su rostro—. Y creo que la causante eres tú misma, Sam.

—Sabía que tenía que haberme alejado de ella. No tenía por qué regresar...

—Pero lo hiciste y eso es lo que importa —declaró Loomis tratando de reconfortarla—. Ya lo hecho, hecho está. No puedes cambiar el pasado.

—Pero sí mi futuro...

—Ese es el espíritu, mi niña...

Por primera vez, Sam vio el reflejo de su padre no como un impedimento, si no como una verdadera herramienta. Sin levantar su cabeza, observaba fríamente los ojos de Billy. Él comprendía esa mirada. El cazador estaba planeando su ataque.
—Te daré mi apoyo, si lo necesitas.

—Jamás creí que diría esto... Te necesito, padre. Estoy sola. Ayúdame...

—Siempre, Sam. No estás sola—suspiró Billy asintiendo convencido y orgulloso—. Es hora de que tomes mi sangre como un don, no como impedimento. Vamos, sé que eres calculadora e inteligente. Sal de esta asquerosa prisión.

Entonces Sam sintió esa pieza que le faltaba. Caminó hacia el espejo del baño donde se hallaba el reflejo de su padre y se colocó frente a él. Él sonrió y ella propinó un puñetazo al espejo, que se trizó en miles de pedazos. El reflejo de Billy se vio por escasos segundos reflejados en los vidrios rotos hasta por fin desaparecer hacia lo desconocido.
Con el puño derecho ensangrentado y una mueca de absoluto dolor, Sam separó dos piezas puntiagudas y corrió hasta la cama para rasgar un trozo de sábana con este y vendar su herida. Con ambas piezas, se dirigió a someter la cerradura. Con las piezas puntiagudas, completó los espacios sobrantes de la cerradura y no se rendiría hasta liberarse.

Por otra parte, Kirby trataba de encontrar el camino hasta la sala donde se hallaba su arma tirada, sin embargo, una mala maniobra para una curva torció su tobillo y le hizo bajar la velocidad. Ghostface aprovechó esta ventaja para darle el primer tajazo en la espalda el cual rasgó su chaqueta negra de cuero y un poco de su piel. El sorpresivo ataque hizo que ella cayera al suelo de bruces y Ghostface se abalanzó, siendo su cuchillo detenido por el brazo de la rubia. Con una patada en su estómago, logró quitárselo de encima y volvió a incorporarse. Lamentablemente, el pasillo tenía una luz defectuosa, que provocaba que haya milisegundos de luz y oscuridad, provocándole un intenso mareo por la luz casi estroboscópica.
Ghostface aprovecho esto y la atacó una segunda vez en la zona de su muslo para evitar que escapara. Kirby soltó un grito de agonía y cayó al piso alfombrado de la sala contigua. Esa fue la oportunidad que necesitaba pues logró divisar debajo de una butaca la cacha plateada de su pistola y se arrastró para agarrarla. Ghostface aprovechó para apuñalarla nuevamente en la espalda baja a la altura de la cintura. Sin embargo, no contaba que Kirby había agarrado el arma y disparado tres veces. Tuvo que retroceder un poco. Sin embargo, ante el deplorable estado de la agente, quien se debilitaba con cada segundo transcurrido debido al dolor, la pérdida de sangre y el mareo por las luces, Ghostface pudo aprovechar para poder nuevamente ser él quien lidere la escena y despojar a la agente de su arma nuevamente, evitando los intentos de disparar de ella.

Kirby, con agonía en el rostro, contempló la máscara de su enemigo cada vez que este le apuñalaba. La fuerza de sus puñaladas crecía con cada repetición incluso haciendo que la sangre se le subiera hasta la garganta y mucosas. Con escasos movimientos, Kirby alzó ambas manos en súplica cuando Ghostface se detuvo para contemplar su hazaña.
Con sangre brotando de sus labios y ahogándole las palabras, ella sostuvo una agónica frase.
—La tercera vez. Definitivamente, esta vez fue la vencida.

Ghostface se puso en pie y la contempló agonizar. Al oír pasos irregulares acercándose y la voz de la hija de Loomis pronunciando el nombre de la policía moribunda, Ghostface desapareció sin dejar rastro.

Sam no estaba sola. Luis López le seguía el tropel con arma en mano. Ella se detuvo al ver a Kirby en ese horrendo estado: tirada en el suelo, cubierta de sangre, heridas terroríficas y ahogándose con su propia sangre.
Luis fue quien siguió hasta ella y la fue a socorrer. Al verlo, ella sonrió con las pocas fuerzas que le quedaban y si pronunciar palabra alguna, tocó una última vez el rostro de su reciente amor.

—Lo siento, Kirby. Fui un egoísta. Opté por venir aquí que ir por esos chicos...
Luis no creía la visión frente a él y rompió en llanto. Kirby luchaba para respirar y conectó miradas con Sam. Tenía que decirle su último mensaje. Con escasas fuerzas, señaló hacia el televisor de la sala asintiendo levemente. Sam, con lágrimas en los ojos vio la vida de Kirby apagarse luego de eso, falleciendo en los brazos de Luis.
Al ver que ya no respiraba, Sam se desplomó sobre sus rodillas y lloraba en silencio. Luis sollozó con la cabeza oculta sobre el pecho de Kirby por un instante. Sin embargo, aclarando su garganta y cerrando los ojos de su compañera, se puso en pie ante la sorpresa de Sam y, con la mirada sombría, dirigió su rumbo hasta la patrulla aparcada frente al hospital.
Sam lo siguió no sin antes darle la última señal de respeto a la agente fallecida.

Al notar que la chica lo seguía, el agente López abrió la puerta del copiloto y la invitó a entrar.
—¡Venga, rápido! Tus amigos están en peligro. Tenemos que actuar rápido si queremos encontrarlos con vida.

Sam sin decir ni una palabra obedeció al hombre y se sentó a su lado contemplando a un punto muerto frente suyo. Él, sacándola de su trance, cargó el arma de Kirby y se la tendió a Sam sin mirarla de vuelta.
—La necesitarás... Ella te quería con vida...

Sam solo la tomó con tristeza. Cuando la patrulla arrancó, Sam se derrumbó en llanto...

...

En otro rincón de la ciudad de Nueva York, tres chicos salían disparados de una camioneta Volvo vieja, enrumbando al gimnasio en desuso de la universidad, el cual se había convertido en una triste bodega.
Encabezados por la veloz Mindy, seguida por fornido Chad y al final, el gordito Alfie ahorrando el aliento para continuar su camino. Chad, armado con un bate de béisbol, Mindy cargaba un fierro para remover carbón y Alfie se dedicó a conducir, pero tenía un táser en el bolsillo.
Dejaron el auto en el parqueadero y corrieron por la universidad entre las aceras desoladas hacia el sitio marcado. Alfie con el corazón en la mano, reprochaba a sus compañeros.
—Es bastante estúpido esto. Nos estamos dirigiendo a su trampa.

—La vida de Tara puede estar en peligro. Si no quieres colaborar, iremos nosotros solos. Estamos bastante quemados para aguantar tus lloriqueos—reclamó Mindy—. Sigue viendo tu porno japonés o jugando con tu colección de cartas.

Chad, mucho más tolerante con su amigo, maquilló lo que Mindy dijo para que el gordito no se sintiera mal.
—Podemos apañarnos solos, Alfie. Mejor regresa a casa. Por cierto, gracias por traernos aquí a la universidad. Salvaremos a
Tara.

—Sí Alfie, mejor regresa a casa —aseguró Mindy colocando su mano en el hombro del chico—. Como ya sabemos, en las películas de terror siempre muere primero el de minoría racial o el gordito. En tu caso, se puede optar por la segunda opción.

Chad, a sus espaldas, palmoteaba su frente. Ay Mindy, ella nunca cambiaría.

—No tengo intención de abandonar a Tara. Ella me importa bastante.

—Igual, mucha oportunidad con ella no es que tengas —declaró Mindy burlándose, señalando a su hermano.

—Chicos, ¿pueden concentrarse? El gimnasio está cerca —irrumpió Chad harto de tanta estupidez, preparando su bate para enfrentarse a los problemas.

Entraron al gimnasio con Chad liderando el grupo y el bate alzado. Todo estaba bastante oscuro. Mindy, con la linterna de su celular buscó el interruptor de las luces mientras Chad y Alfie, uno tras otro avanzaban entre la oscuridad hacia un ruido de quejido que se oía en el centro del sitio. Un ruido espantoso, como si alguien se estuviera ahogando.
—¿T-tara? —Chad tenía el profundo miedo de lo que vería cuando se encendieran las luces.

Mindy dio con el interruptor correcto y la luz reveló de quién se trataba. Lola Vázquez, la chica amiga de Erin, líder de Kappa Rho, se hallaba con tres agujeros en el pecho y sangre cubriendo todo su cuerpo y ropa. Sin embargo, aún luchaba por su vida con el escaso aliento que le quedaba.
Chad tuvo que apartar la mirada un instante y Alfie bajó la cabeza. Una escena de impacto de verdad. Aun así, el impacto fue mayor cuando el grito de Mindy alertando del peligro, desacomodó a ambos jóvenes. Ghostface estaba frente a ellos, contemplando como ellos estaban sorprendidos por su hazaña.

Chad se mantuvo firme con el bate en la mano y de repente otro Ghostface hizo que Mindy se acercara al centro del gimnasio con los dos chicos. Acorralándolos como hienas a sus presas, ambos Ghostface esbozaban sus cuchillos de caza a sus víctimas y uno de ellos se acercó a Lola sin quitarle la mirada a los tres muchachos. La chica herida imploró en llanto que la deje en paz y ya no le haga más daño, pero el enmascarado no hizo caso, pues le cortó el cuello con su cuchillo, bañándole con su sangre toda la túnica. Mindy chilló de terror y Chad se armó de valor para atacar al otro Ghostface quien los esquivó por muy poco. Cuando esté que quitó, abrió paso hacia la puerta del gimnasio, iniciando la carrera por la supervivencia de los tres escapando de aquel sitio cerrado.
Esta vez, fue Alfie quien lideraba el camino, asegurando que uno de sus amigos vivía muy cerca de allí.
En el pánico, Chad y Mindy lo siguieron entre las callejuelas con los Ghostface pisándoles los talones.
El gimnasio estaba en uno de los confines de Blackmore, sin embargo, la vieja casona de Zetta-Omega, la fraternidad más antigua de Blackmore se hallaba muy cerca y Alfie aseguró que podrían perder a los Ghostface en sus pasadizos.
Entraron y cerraron la puerta tras de sí con picaporte y el fierro que cargaba Mindy.

Recuperando el aliento, Chad reclamó al chico por su gran idea.
—Pensé que íbamos donde tu amigo.

—Lo siento, ya no podía correr más...

—¡¿Hablas en serio?! —masculló Mindy.

Alfie, antes de que Mindy lo moliera a golpes, explicó la razón del por qué los trajo hasta allí.

—Podemos escapar por el pasadizo secreto de Zetta-Omega. Hay algunos secretos bien ocultos en esta casona.

—¿Es en serio? ¿Existe de eso aquí?

—¡¿No lo sabías?! Se dice que este era el escondrijo de la mafia italiana. Por eso los pasadizos.

—No sabía eso —dijo Chad mirando todo a su alrededor.

En efecto, la casona era bastante antigua y estaba muy solitaria. Esa era la única fraternidad que no era disponible para los estudiantes, pues había sido adecuada como un museo de la propia universidad recogiendo todos los hitos y estudiantes estrellas que habían pisado el sitio.
Mindy, escaneando el sitio y las fotos enmarcadas del sitio, descubrió un hito fabuloso.
—¡Chicos, miren! ¡Es Gale Weathers!

Los dos chicos regresaron sus pasos y vieron la foto enmarcada donde estaba Gale junto a un grupo de chicos donde resaltaba en el pie de foto: "Club de periodismo-1984".

—¿Gale estudió aquí? —preguntó Chad sorprendido.

—Así parece... Tendríamos que preguntarle cuando la veamos...

Distraídos por la foto, no se percataron que, tras las sombras, Ghostface apareció atacando a Mindy por la espalda, ella apenas recibiendo el golpe. Un segundo Ghostface apareció atacando a Chad.
Alfie corrió hacia el cuarto aledaño, alejándose de los hermanos, gritando de terror. Sin embargo, un tercer Ghostface apareció impidiéndole escapar
—¡Maldita sea, vamos a morir esta noche!

Alfie retrocedió y el tercer Ghostface avanzó hacia él. Comenzó a implorar por su vida, como el alivio cómico de una típica película de horror, sacando las excusas más estúpidas y aleatorias que se le pudieran ocurrir, mientras retrocedía torpemente de su agresor. Ghostface sólo emitía un pesado respirar aterrador, mientras sus otros dos compañeros acorralaban a Chad y Mindy blandiendo los cuchillos, indicando que no podrían escapar.

Los hermanos contemplaron con horror lo próximo que estaba el gordito del asesino, cuando para su sorpresa, el chico giró para contemplarlos a ambos con una sonrisa burlona en el rostro.
—Creo que debo decir, ustedes son quiénes van a morir esta noche.

Chad y Mindy habían descubierto al traidor, quien siempre estaba con ellos. Ahora resultaba obvio que no podía haberlo hecho solo, pero la gran cantidad de Ghostfaces que los rodeaban los alarmaba en todos los sentidos. Entonces la teoría de Chad, su mayor temor hasta el momento había sido totalmente cierta: no se estaban enfrentando a sólo uno o dos asesinos, era un verdadero culto a la tan infame saga de películas de terror.

—Era bastante obvio, ¿no lo creen? —farfulló Alfie jactándose de su hazaña—. El alivio cómico de la historia resulta ser quien maquinó todo el plan. ¿Creo que eso no te lo esperabas, verdad experta en el género slasher?

A Mindy le hervía la sangre. No sabía si era por la traición de Simmons o porque no había notado del engaño que había caído y arrastrado a su hermano con ella.

Los Ghostfaces fueron cerrando el círculo aún más. Chad entonces propinó un batazo y fue atacado en el brazo y le dieron un puñetazo que le hizo tirar el arma y uno de los Ghostface lo alejó de él.
—No aceleres tu muerte, dañarás el espectáculo. Átenlos y tráiganlos a la biblioteca —dijo mientras los subordinados le obedecían.

—Maldito traidor y mitómano.

—Di lo que quieras, Mindy —respondió el chico mientras contemplaba como los inmovilizaban—. Eso no impedirá que mueras.

—¡¿Alfie, que hiciste con Tara?! —gritó Chad resistiéndose a sus ataduras.

—Está muerta. Ya desde hace mucho tiempo...

Chad enloqueció y tironeó sus ataduras tratando con todas sus fuerzas alcanzar a Alfie quien sólo ordenó con la mirada a uno de los Ghostface que lo acuchillaran en el abdomen. Mindy chilló de angustia y Chad se encogió de dolor.
—No hagas mucho escándalo —ordenó mientras caminaba hasta la biblioteca seguido por sus subordinados y los capturados—. Además, trata de mantenerte vivo hasta que Macher llegue.

A Mindy le recorrió un chispazo de horror por la espalda al reconocer el apellido. No creía lo que había oído.

Al notar su sorpresa, Alfie sonrió de forma maquiavélica.
—No sólo los héroes pueden tener su épico regreso...

Tras de sí, se hallaban dos personas atadas a unas sillas y con bolsas en la cabeza. Uno de los Ghostface se colocó entre ambas y esperó atento la orden de su jefe.
—Debo decir que estoy bastante orgulloso de lo que hemos llegado a hacer —declaró felicitando a sus colegas Ghostface—. No sólo trajimos a la nueva generación de protagonistas de Stab, sino que también tenemos...

Entonces el Ghostface levantó las bolsas de tela, revelando a Sidney y Gale amordazadas con un trozo de tela en la boca y unos cuantos moretones en el rostro.
—¡A LA VIEJA GENERACIÓN! —rió Alfie aplaudiendo. Los otros tres enmascarados lo imitaron—. Puedes preguntarle ahora a Gale sobre sus andanzas universitarias ahora, Mindy.

—¿Qué piensas hacer, asqueroso troll asesino? —respondió ella escupiéndole a sus pies.

Alfie, harto de la incompetencia de Mindy, le arrebató el cuchillo a uno de los Ghostface y se lo esbozó en el rostro a la chica quien enseguida se mostró nerviosa y guardó absoluto silencio.
—La mejor trama de Stab que puedas hacer. Tranquila, pronto sabrás todo y luego de eso, te arrancaré la lengua para que puedas callarte de una maldita vez por todas...

Entonces clavó el cuchillo en la mano de Mindy, atravesándola con su hoja. Ella pegó un alarido de dolor y Chad se retorció ganándose un puñetazo.
—Para que hagas match con Tara...

El Ghostface que estaba desarmado, activó el modulador de voz luego de haber revisado su teléfono.

Macher está en camino. Todo tiene que estar listo cuando llegue.

Alfie, sonriendo ante la noticia y saboreando el dolor de Mindy, se volteó hasta su compañero y declaró lo que tanto ansiaba decir:

—Es hora de que comience el show...

No me maten por lo que acaba de pasar en este capítulo. Era un mal necesario. RIP Kirby. Como dije varias veces en este fic, la tercera vez es la vencida y pues esta vez, Ghostface cumplió su objetivo. Sin embargo, ahora desenmascaramos a otro Ghostface, Alfie Simmons, el gordito amable que adoraba a Tara. ¿Les resultó obvio o fue tan obvio que lo pasaron por alto? ¿Qué opinan de su revelación? Además, mencionó a un tal Macher. ¿Stu Macher? Al parecer, la teoría de que no estaba muerto ha sido algo cierta...

¿Qué hay de Tara? ¿Ella mató a Kirby? ¿O fue otro miembro del culto? ¿Stu Macher? Muchas muchas preguntas deben tener en sus cabecitas, mis queridos lectores. En el próximo capítulo, responderemos algunas de ellas y también conoceremos los motivos de estos nuevos Ghostfaces o mejor, del naciente culto. Espero que me den sus más sinceras opiniones sobre el fic y sobre la apertura del tercer acto y clímax de la historia. ¿Qué creen que pasará ahora? Los leo en los comentarios...

Todavía les debo un capítulo más y el capítulo del siguiente miércoles, puede que vean una pronta actualización de este fic en el transcurso de los días.

Nuevamente, les agradezco su lectura y sus votos y comentarios. Compartan la historia para que más fans de Scream puedan disfrutarla. Agárrense que esto recién está comenzando...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro