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24

Flavia

No puedo describir nada de él. todo es un verdadero misterio. ¿A dónde mira? ¿Cómo saber lo que piensa si no veo sus gestos? Está tan inmóvil como yo, un viento frío y fuerte azota de repente. Sus rizos se mueven y no puedo deshacer e de su hipnosis.

-Señor, la señorita Gina está aquí.-dice Hang y obviamente no entiendo nada.

El señor Gorikz lo mira y luego gira su cabeza al otro lado. Siendo curiosa también miró. Un auto blanco se detiene y un hombre abre la puerta. La joven que sale del auto es delgada de pelo corto. Camina de forma muy fina y segura a la vez. Como las modelos en la pasarela.

-Gracias por el té-me dice con su rostro hacia mí y después se marcha rápidamente.

-¡Oye!-la chica algo asombrada pone sus manos en la cintura mirando como él entra en el auto.

Cuando se ha ido miró a la chica de forma discimulada. Sus tacones altos, piernas finas vestido ajustado su pelo perfectamente cortado. Observándola bien luzco lo opuesto a ella en este momento. El bolso colgado en su antebrazo y sus accesorios que son hermosos y a juegos, la hacen lucir como una mujer empoderada. Su rostro, es...

-Ella es Paola D'Yanez-susurro sin poder creer lo que mis ojos ven.

Es una modelo muy vista en la tele y en las grandes pantallas de la ciudad. No soy fan pero tenerla enfrente me causa ilusión por conocerla. Ella se cruza de brazos y estira el cuello. Me hago la desentendida, desviando mis ojos al frente apenada de que se halla dado cuenta de cómo la observaba.

-¿Y tú quién eres?-su tono es algo dominante

-Soy Flavi...

-Me refiero...-me interrumpe-¿qué eres de él?

Pues debías haber preguntado eso.

-Nada, no somos nada-digo nerviosa.

Sus ojos me miran de abajo hasta arriba. Su escáner es demasiado evidente y me incomoda mucho.

-Como sea-se gira moviendo su pelo y se dirige al auto en el que llegó.

¿Pero qué...fue, eso?-impresionada con lo que acaba de pasar me voy sin más.

Ignacio

¡Maldita Gina! Justo cuando no podía apartar mi vista de Flavia. Pensando que tenía la oportunidad de decirle.
Cuando la ví bajar del auto solo pensé: Tengo que alejarme de esta peste.

-Ya estamos aquí-Hang me saca mis pensamientos y miro por la ventanilla.

Mi madre me ha llamado y pedido que viniera a este café. Uno privado donde no tengo problemas en mostrar mi rostro.

Me acerco y ella me mira como alucinada.

-Wao, que hijo más guapo tengo. Igualito a su padre.

-Mamá, porfavor...yo soy más guapo.-soy serio pero ella se ríe ampliamente. Mientras me siento-¿Para qué me has pedido venir?

-No te había dicho porque te conozco al igual que tu respuesta, no me pasaría todo el tiempo tratando de convencerte-me cruzo de brazos observando la seguridad de su plan.

Si ella lo dice es porque obviamente ya sabré cuál es la respuesta.

-Oh, hola querida...-agita su mano en alto enfocando su vista en alguien detrás de mi y al escuchar la respuesta de su saludo, resoplo.

Gina se sienta al lado de mi madre mirándome con una amplia sonrisa dejando ver sus dientes.

-¿Qué hace ella aquí?-ingoro a la joven presumida.

-La invité. Me dijo que quería almorzar contigo y ya que estoy aquí pues no le ví problemas.

-En fin, habla de una vez. Dime lo que ibas a decirme.

-Pues realizaremos una fiesta en el Hotel...

-No voy.-suelto interrumpiendola.

-¡Ay Ignacio no seas aguafiestas!

Lo dice la que invito a almorzar a Gina con nosotros-abro mis ojos mirándola fijo.

-Ignacio no seas así con tu madre. Ella quiere pasarlo con la familia y amigos.

Ay tú no te metas-tomo aire.

-Tienes algo en la cara.

-¿Qué es?-rebusca en su rostro apenada y se pone en pie-Con permiso iré al baño.

¿Funcionó?, ja que estúpida.¿Por qué van al baño para todo?-comienzo a reír a escondidas tomando agua.

La escucho toser. Al mirarla arquea una ceja a la vez que se cruza de brazos. Mi madre me fulmina con su mirada.

-¿Qué?

-Hazlo por tu madre-suplica pero su rostro es serio.

-¿Y si no qué?

Ella amplia sus labios en una sonrisa algo pícara. Como si tuviera un macabro y perfecto plan.

Ay. Algo me dice que se lo pensó bastante y sabrá cómo hacerme cambia de idea.

Finalmente ha soltado su contraataque y me he quedado totalmente desarmado.

-¡¿Qué has dicho?!

***

Luego de ese almuerzo con mi madre y Gina volví a la oficina. Felipe había seguido mis pasos cuando me vió entrar al edificio y ahora estaba junto al ventanal mirando la ciudad.

-La hija de la familia Wilson se casó hace poco-suspira-una menos para conquistar.

-No seas casanova-digo mientras miró la laptop.

-¿Irás a la fiesta de esta noche?

Me detengo y giro para mirarle serio.

-No lo menciones. Estoy obligado.

-Tu madre, ¿verdad?

-Son aburridas. Todos quieren conversar y yo solo escapar.

-Si, desde pequeño eres así. Ya sabía.

Tocan a la puerta y miramos entrar a Hang, quien se acerca.

-Señor. El capitán Hill le manda esto-muestra una memoria.

-¿El capitán Hill?-tomo la memoria mirándolo entre lo extrañado y sorpredido.

Pongo la memoria en la laptop y es un vídeo. Los tres nos miramos sabiendo de que se trataba.

Ahí estaba el junto a su hermana la capitana Hill. Miraba sus caras serías y sus ojos azules por igual. Era una información que nos concierne a los tres. Luego de 10 minutos se termina el vídeo.

-Desaparecela de la faz de la tierra.-le doy la memoria a Hang.

-Si señor.

-¿Sabes lo que significa?-Felipe me mira y yo estoy algo chocado pero claro que se lo que quiere decir.

-Hay algo más-miramos a Hang quien nos da un pequeño pero importante detalle.

Luego de escucharle...

-Alista todo, él irá a verla-digo serio y algo enojado.

Por un momento todo está en silencio, solo nos miramos y Felipe es el primero en reaccionar. La dichosa fiesta comenzaría en pocas horas.

***

Estoy en la ducha y escucho mi celular. Me da flojera apresurarme, así que lo dejó sonar. La insistencia me mata y cuando salgo luego de 5 llamadas.

-¡¡¡Dime mamá!!!

-Je je-se escucha apenada-...¿Vendrás? Recuerda lo que te dije si no venías...

-¡¡¡Si ya, no fastidies!!!

-Te espero.-la escucho reír y salirse con la suya.

Joder...Madres.

Tocan a la puerta y cuando doy permiso a la entrada, es una sirvienta. Ella se queda como paralizada observándome, se sonroja y mira al suelo.

-¡¿Qué?!-algo enojado.

Me miró dandome cuenta que estoy mojado y en la toalla. Las gotas de agua caen de mi pelo a mi cuerpo definido pero ahora lo es más y el tatuaje en mi hombro resalta.

-Vas a matarla de un infarto-entra Felipe y mira a la sirvienta-Puedes irte.

Esta indecisa, no sabe si hablar o quedarse callada o simplemente moverse. Al joven a su lado le causa mucha gracia y ríe a carcajadas avergonzandola. Nos quedamos a solas y Felipe quiere que me apresure. Mi padre también le ha llamado y texteado, esperan que vayamos sin falta. Me visto con calma y al salir del cuarto de ropa escucho un silbido de coqueteo.

-No solo te basta con matar a la sirvienta.

-Porfavor es lo más sencillo.

-No me jodas Ignacio, pareciera que es tu boda...

Tocan a la puerta y entra Hang.

-¿Listos?

-Vaya Hang te has puesto lo mejor de tu closet-dice sonriendo.

Miramos a Felipe.

-¿Tienes algún problema hoy?-ya comienza a picarme la curiosidad de que este tan burlón.

-Presiento que se viene algo grande. ¡Es fin de año! Porfavor tengas fe que será un año mejor.

-Ya empezó a hablar estupideces-reviró los ojos y me dirijo a la puerta. Salimos de la habitación y Felipe no se calla tras nosotros. Hang y yo nos miramos.

"Mejor ignóralo".

"Sí señor".

-Venga no me ignoren-dice como si leyera nuestras mentes.

Estando el auto Felipe sigue hablando y ya comienza a ser molesto. Por suerte no es lejos y llegamos en unos minutos.

Hang se baja del auto y bordea hasta mi puerta. Felipe se pone unos espejuelos y yo lo típico cuando estoy en público. Al bajar hay unos pocos periodistas y los flashes de las cámaras son insoportables. Los lentes oscuros bloquean esa luz pero no a las personas que quieren abalanzarse con sus miles de preguntas. Cuando entramos al lobby somos libres y se les prohíbe el paso a todos ellos. Los tres avanzamos y subimos por unas escaleras de mármol blanco y barandas doradas. Vemos las puertas de madera presiosa y dos hombres que custodian la abren en par, Hang y Felipe están a ambos lados.

Muchos ojos, demasiados para ser preciso-huelo la timidéz de ellos.

-Que fastidio. Ni siquiera quería venir¿Cómo fue que me deje convencer?-susurro.

(Recuerdo...)

-Si no vas hago los arreglos para que te cases con Gina en unas semanas.

-¡¿Qué has dicho?!

(...Fin del recuerdo)

Ah si, claro...ya. Me amenazó mi propia madre.

-Puedes quitarte las gafas y el cubrebocas-miro a mi padre empujando la silla con ruedas donde está sentada mi madre.

Si el lo dice es porque es seguro realmente-mi rostro queda al descubierto.

-Allí está tu prometida-señala mi madre sonriendo.

Miró al otro lado y ella está rodeada de mujeres. Esas que se presumen como si fuera una competencia, pero estas además parecen ser admiradoras de suyas.

-No me fastidies mamá, ya estoy aquí-ella se ríe y mi padre nos mira confundido.

-Uy, primo. Creo que ya te ha visto-susurra acercandose a mi oído.

-¿Como lo sabes?-pregunto y me arrepiento de hacerlo.

-Ignacio-una voz fina y alegre.

Joder-me giro y ella está hermosa pero no la soporto.

-¿Puedo acompañarte?-dice de una muy forma educada.

-No-suelto sin pensarlo antes.

-¡Ignacio!-musitan mis padres al unisono avergonzados.

-Tranquilos, ya me he acostumbrado-ella les sonrie-¿Cómo luzco hoy?-vuelve su mirada a mi.

-Hermosa-Felipe le contesta riéndose y tapa su boca con ella le mira. Gina busca una mejor respuesta en otra persona.

-Esta presiosa señorita D'Yanes-el asiático es serio con sus palabras.

Ella sonríe. Los padres se van a saludar a otros invitados. Los cuatro y se escucha una voz tras ellos.

-Ya había escuchado que daban las mejores fiestas...-una voz masculina nos habla desde atrás, me giro sorprendido y algo enojado-...los Gorikz tenían que ser.

No puede ser ¿qué hace él aquí?

-William-gruño fruciendo el ceño, me voy a acercar cuando Felipe pone su mano en mi pecho colocándose enfrente enojado.

-¿Qué haces aquí?-habla bajo y de forma grave mostrando parte de su ira.

Tiene una copa en su mano, lo que quiere decir que ya estaba cuando llegamos.

-Ah, pero no he venido solo, mi acompañante a ido...oh perdón, allí viene-su mirada cae fija sobre mi como todo un demonio-detrás de ti.

Giro un poco mi torso y miró justo detrás.

Su vestido es largo, azul oscuro. Su pelo negro toca sus caderas, delgada con una cintura estrecha. En su cuello cuelga un collar fino que resalta su tono piel blanca. Ella mira al suelo.

Me sorprendo demasiado, no lo esperaba. Se aceleran las pulsaciones de mi corazón cuando ella alza su cabeza y sus ojos me miran. Esos ojos que resaltan por encima de todo, haciendo que a mi alrededor nada importe, más que llamar su atención. Ella se acerca cada vez más y se que está confundida. Lo sé porque fruce el ceño cuando se detiene a unos pocos metros.

-Flavia-susurro sintiendo mi corazón se acelerce.

Me doy cuenta de la situación en la que estoy. De que no soy frente a ella la persona que talvez estaba esperando.

¿Qué hago y cómo se lo digo? No hay vuelta atrás supongo-camino hacia ella pretendiendo ser una invitada mas. William me estaba mirando y no quiero meterla en problemas.

-Tu, tu eres...¿te conozco de algún otro lugar?-su voz es baja y discimulada.

-Hola, finalmente nos conocemos, realmente-muestro una leve sonrisa. Miró sus ojos, reflejandome en ellos como un espejo.

-Estoy confundida, justo ahora-coloca un mechón de cabello tras su oreja-Es que te pareces mucho...luces como...

-Si crees pensar quién soy, estás en lo cierto.

-¿Qué?

Dios, es tan hermosa. Lo que me hace sentir con solo tenerla delante de mí...

-¿Tú eres..?-como si supiera pero tuviera temor de decirlo.

-Permíteme presentarme...soy Ignacio...Ignacio Gorikz. Más conocido como señor Gorikz.

Suavidad sus labios dejando que se despeguen lentamente y su expresión se me torna indescifrable de un momento a otro.

Está enojada, triste, alegre...muero por saber que está pensando justo ahora. Por favor di algo.

-Ignacio, ¿Gorikz?

Asiento afirmado su pregunta. Ella da un paso atrás y ahora si puedo darme cuenta por su rostro algo que no quería. Decepción.

-Flavia déjame explicarte.

-No te me acerques.

-Bueno, bueno...-la voz de William se acerca hasta verle junto a nosotros-Déjame presentarles. Ignacio Gorikz, permítame presentarme a Flavia Stuart. Ella es la esposa de mi padre.

Una mano toca mi hombro y veo a Felipe ponerse a mi lado.

-Mucho gusto Flavia Stuart-Felipe es muy frío al decir sus palabras y va a extiender su mano pero le detengo tomándole por la muñeca antes que se den cuenta.

Intercambiamos mirada y al ver como suaviza su expresión me relajo un poco. Miró nuevamente sus ojos color miel que me miran y joder, me derrito. A pesar de estar sería y saber que no quiere está frente a mi, ni tan siquiera cerca. ¿Cómo puede ella hacerme sentir si?

-¡Muy buenas noches para todos!-es la voz de mi madre. Me giro para verla al frente junto a mi padre. Dando comienzo a la celebración por la que todos fueron invitados.

-Señor Gorikz, debemos ir a la mesa-Hang se nos une y me doy cuenta cómo intercambia miradas con Flavia. Ella parece escupir fuego pero lo actúa bastante bien.

-Nosotros también-William orgulloso se para al lado de ella y esta enreda su brazo en el de él. Juntos se alejan pero antes el se sonríe en mi cara.

Aprieto el puño y la mano de Felipe me la cubre a escondidas.

-Esto te lo buscastes tu, ahora te aguanta.

Sus palabras me golpearon con fuerza, por el simple hecho de ser totalmente ciertas.

-Vamos Ignacio-una mano delgada envuelve mi brazo.

Ahora no Gina-me suelto de ella y me alejo rumbo a la mesa donde estaríamos.

El salón está lleno de mesas redondas con enormes y llamativas decoraciones. Todos disfrutan del enorme banquete que mi madre personalmente supervisó para que fuera efecto.

A dos mesas, recto, justo frente a mi. Puedo verla. No ha comido nada y yo tampoco. Intercambiamos miradas todo el tiempo. Sus expresión es clara de que no quiere estar aquí.

Estás enojada. Lo siento Flavia. No me odies. Siento todo a mi alrededor caerse encima con su rechazo.

-Disimula un poco-Felipe me susurra. Me cruzo de brazo recostandose mi espada.

-No puedo seguir así. Con respecto a William algo se trae entre manos. Apuesto que que no vino con ella solo para presentarnos.

-¿Pasa algo hijo?

-Todo está rico tía, eres genial.

Mi madre le sonríe a Felipe y agradece su cumplido.

***

Luego de la cena es momento del postre. No comí nada y los dulces no me gustan. Así que será un fin de año con el estómago vacío.

Trato de verla pero ella no está. ¿Se fue? ¿Cuándo? Quiero levantarme pero adivinen quien me detiene.

-¿Qué quieres Gina?

-¿Te vas?

-No seas tan garrapat...-miro a mi madre con su expresión siniestra, joder-Solo iré al baño.

Abrochando mi saco salgo de la mesa y rodeo para atravesar el salón. Algunas personas me saludan y por educación solo les sonrió de vuelta. Escuchar sus voces y "señor Gorikz" en sus oraciones me causa incomodidad. Ni que fuera actor, cantante o modelo. Que fastidio.

Salgo del salón y camino mirando por todos lados. Me detengo cuando escucho a alguien llamarme y me volteo.

-Su padre le pide que vaya a verle.-reviro los ojos obstinado-Dice que es importante.

-¿Está en el salón todavía?

-No, está por allá.-señala por el pasillo.

Asiento y camino por el pasillo apresurado. ¿Para que querría hablar conmigo?...por allá ¿Qué clase de dirección es esa?

Hace frío no hay nadie en todo el pasillo. Miró al suelo y me detengo por instinto.

-Algo no está bien.

Escucho unos tacones y alzó mis ojos. Quién pensaba se había ido se acerca a mi luciendo cabizbaja. Mira sus manos entrelazadas juntas en su pecho.

-¿Por qué me hizo venir hasta acá?-le escucho decir y a unos dos metros de mi se detiene en seco.

Mira de abajo hacia arriba como si tuviera temor de quién pudiera tener en frente. Nuestras miradas se conectan.


-Flavia.-susurro y mi corazón vuelve a desbocarse en mi interior.


*******************

¡Oh por Dios!

¿Cómo crees que reaccione Flavia?

Se aproximan escenas dolorosas, amorosas y peligrosas.

Buajajaja.

¿Te gustó el capítulo?

Dame tu voto y continua leyendo esta historia que se pondrá mejor.

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