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Capítulo seis.-El problema de Liz.

Sin duda alguna la fiesta daba mucho de que contar. Casi todos los de segundo semestres habían ido.

De los 60 que era, fácil unos 40 sí que habían estado.

De todas formas las versiones no dejaban de ir y venir.

Un ejemplo: para Eugeo la fiesta había estado muy regular, se divirtió y todo...pero Alice no fue, cosa que lo deprimió un poco.

Para Klein fue la gran cosa, una de las mejores fiestas a las que había ido en su vida.

Para Yuuki fue algo increíble ya que conoció a un muchacho que se podía decir era el amor de su vida ya que la trato como a una reina...pero lo malo es que no se volverían a ver de seguro.

Asuna decía que la fiesta no fue nada, que había estado en mejores, que el chico con el que bailó no fue muy bueno, que solo quería aprovecharse de ella...en fin, simplemente algo que no valió la pena.

Y Kirito, hmp. De ese hombre mejor ni hablemos ya que casi no tenía que contar...excepto algo que ya todos sabían, no porque él lo haya dicho, no. Era algo ya de simple lógica.

El tipo iba a las fiestas únicamente por las chicas, o incluso por los hombres, en una ocasión estuvo con otro que era dos años mayor que él y que iba en la misma escuela, pero el chico si ya era abiertamente homosexual.

Dejando eso de lado Liz solo escuchaba rumores y rumores, todos sabían de sobra que fue con una mujer mayor que él, lo que decían es como la logró convencer.

Las historias que rodeaban a Kirito eran contadas únicamente con y por morbo, algo que solo alimentaba al mito viviente.

Que la chica ya estaba demasiada borracha. Que la convenció limpiamente. Que después de bailar ella quiso saber si era igual de bueno en la cama. Que fue en un hotel. Que en una esquina. Que fue en quién sabe dónde.

La que sabía los detalles al derecho y al revés justamente era Liz.

La curiosidad le invadió, claro...pero terminó pagando más de la cuenta por ello.

-Fue en el auto de la chica. –Las amigas de Liz dieron un jadeo de sorpresa al escuchar eso...todas excepto Sinon.

-Ojala le haya pegado algo. –Exclamó.

-Ella misma le dijo que se cuidara mucho, que era muy joven para ser padre. –Defendió Liz.

-Igual.

Yuuki veía a Sinon de manera preocupada, ¿Por qué estaba tan insistente en ese asunto desde aquel día?

-Ya dinos, ¿Por qué le deseas tanto mal? –Preguntó, compasiva.

-¿A ustedes les gusta que ese idiota se deslice sobre todas las chicas y presuma de ello?, a mí se me hace algo repulsivo, no sé cómo es que te puede gustar, Asuna.

-Kirito no me gusta ni mucho menos...pero es que vieras lo que puede hacer. –Asuna se llevó una mano a los labios mientras se sonrojaba.

-A eso me refiero, tiene a las chicas como sus pendejas, empezando por ti, su "chica favorita".

-Sé que es un gusano y un parasito...pero en el fondo Kirito tiene buen corazón. –Todas las chicas miraron a Liz ya que estaban desconcertadas por lo que había dicho.

-¿En verdad dijiste eso? –Preguntó Sinon, escéptica.

-Pensé que lo odiabas a muerte. –Dijo Asuna.

-Platique con él un poco...me dijo porque es un ninfómano.

Y como era normal, Kirito estaba con Haru solo que ahora en el salón de pintura.

-¿En verdad no piensas en las consecuencias? –Gimió ella.

-Y de ser así...¿Por qué no me detienes?

-No soy estúpida, ay...se siente muy bien para decirte que no.

-Ya lo sé, ya lo sé...solo dime cuando te vayas a venir, no queda mucho para el timbre de la entrada.

-Ay, si sigues así yo creo que ya no mucho.

Ni a golpes aprende, aunque el novio de Haru ya lo haya casi matado una vez...ella le dijo que su cuerpo podía ser suyo cuando quisiera.

Y así fue a casi un mes de aquella golpiza.

-¿Entonces por eso...? –Las chicas se quedaron mudas ante aquella confesión.

-Si...dijo que estaba convencido de casarse con ella...pero no pudo.

-¿Por qué no? –Preguntó Silica.

-No me quiso contar bien pero...a ella se la arrebataron de su lado.

-Eso no justifica lo que hace, ¿acaso a esa chica le hubiera gustado que su futuro esposo estuviera metiéndose con la primera persona que se le ponga en frente?

-Aún está muy triste por eso...ya tiene varios meses así.

-Que lastima por él, la verdad. Pero sigue sin parecerme algo correcto.

-Nunca dije que me pareciera correcto, ¿o si lo hice, Sinon?

-No...

Sinon se fue al salón de clases, para ella la conversación había terminado.

-¿No la han notado un poco extraña últimamente?

-Hace unos días le pregunté por qué estaba tan enojada con él, pero no respondió diciendo que era algo muy personal...

-Ella no suele guardar secretos, ¿debemos preocuparnos? –Preguntó Silica.

-Yo creo que sí. –Contestó Yuuki que era la más preocupada de las 4.

Ya saliendo del salón de pintura Kirito se estaba acomodando el pantalón mientras Haru se peinaba.

-Si mi novio se entera de esto créeme que te va a matar ahora sí.

-No le tengo miedo, ahora me voy acompañado siempre.

-¿Por tu novia?

-No es mi novia, es una amiga.

-¿Amiga?

-Si...¡no es una amante si es lo que crees, de verdad es una amiga!

-Eso no es común de ti, según yo tú no tienes amigas.

-Sería la única en todo caso.

-Siendo así, mejor llévate algo para defenderte, no creo que tu "amiga" pueda hacer mucho.

-Yo tampoco. –La chica empezó a irse. –Oye Haru.

-¿Dime?

-Es una amiga...pero quiero que sea mi novia.

-Jamás pensé escucharte decir algo parecido, Kazuto Kirigaya.

-Sinceramente me gusta mucho.

-Lo entiendo...llévala al mejor hotel de la ciudad si es que te gusta tanto.

Kirito solo sonrió y se fue a su salón, era hora de ver a Liz...aquella sin duda era su hora favorita.

Entrando a clase él estaba más que radiante, ¿y cómo no?, si acababa de haber tenido sexo estaba de muy buen humor.

-¿Cómo está la jefa del grupo?, hoy estas diferente, ¿adelgazaste?

-No...

-Hum...¿tu trasero es más grande?

-¡No!

-Entonces...¿te hiciste algo en el cabello?

-Se llama lazo, ignorante. Igual gracias por notarlo.

-Lazo...se te ve muy lindo, Liz.

-Gracias, ahora vete a tu lugar.

-Como lo mande la jefa. –Kirito tomó a Liz de los hombros y besó sus mejillas. –Nos vemos después.

Liz solo se limitó a fruncir el ceño. -¿Qué trae este idiota? -Se preguntó.

-¿Cómo está mi colega favorito?, ¿aquel que siempre me ha dado su amistad incondicional? –Kirito revolvió el cabello de Eugeo.

-¡Oye, no hagas eso! –Exigió.

-¿Y tú Klein?, ¿Cómo estuvo la fiesta de la otra vez?, ¿te divertiste?, me di cuenta que bailaste con varias chicas, ¿te besaste con alguna?

-¿Y ahora con quien lo hiciste? –Suspiró.

-Con Haru.

-¿En dónde?

-En el salón de pintura.

-¿Y me sorprende?...No, no me sorprende.

-Ya agarraste ese salón de burdel, ¿no te parece?

-Absolutamente, Eugeo. Solo han sido 5 veces las que lo he hecho ahí.

-Al menos no es el baño de los hombres, no me gustaría entrar y escuchar como este wey está cogiendo con solo Dios sabe quién.

-Oye, ¿prefieres que este amargado y molestándote a que este alegre y molestándote igual?

-Prefiero ninguna...si te soy sincero.

-Oh vamos Klein, no seas tan desgraciado.

Kirito se notaba más que feliz...Liz y Sinon no mucho.

Liz estaba un poco frustrada ya que ella no era la causa de su alegra, aunque en el fondo sí que lo era...pero no lo sabía.

Y Sinon...bueno, su secreto la seguía molestando todavía.

-Cuando hay silencio...a veces, solo a veces puedo escucharla...aún. –Recordó, cuando Kirito estaba en su regazo mientras aún estaba sanando de la golpiza que le dieron.

Era algo increíble pensar cómo es que sus emociones eran una montaña rusa. Cuando estaba triste de verdad se ponía a llorar como una magdalena...y cuando estaba alegre derrochaba alegría de tal manera que hasta se contagiaba.

Los tres amigos estaban divirtiéndose gracias a que Kirito llego a animarlos.

-¡Hijo de! –Klein le lanzó un lápiz a Eugeo.

-Toma esto. –Eugeo lanzó el mismo lápiz...solo que Klein lo logró esquivar, este le cayó a Alice en las piernas. -¡A-Alice!

-¿Hum?, ¿esto es tuyo?

-¡Si, pero fue un accidente, yo no, fue él, y es que, pero lo que paso fue!

Alice miraba confundida a Eugeo...¿Por qué se trababa tanto?

-No fue a propósito...¿me lo puedes devolver?, es el único que tengo.

-Claro, ¡pero a la próxima vez ten más cuidado! –Regañó Alice.

-¡Ya bésala! –Gritó Klein.

-¡Dile que te gusta! –Siguió Kirito.

-¡Callen-cállense los dos, perros hambreados!

Eugeo se regresó a su lugar completamente sonrojado mientras Alice tenía una pequeña risita.

-No pensé que fuera tan enojón. –Le dijo a sus amigas.

Eugeo escuchó eso perfectamente, razón por la cual se sonrojó un poco más.

-¿Qué te pasa amigo?, ¿de repente te pusiste como un tomate?

-Di una palabra más y te voy a cortar la puta lengua, Klein.

-Como digas gallina, igual dicen que si haces reír a una mujer la tienes conquistada.

-¡Cabrón, se debe de reír conmigo, no de mí!

-Pero igual cuenta, ya no seas tan marica.

-Espero que ustedes dos se pudran en lo más fondo del infierno.

Vaya que los dos chicos se estaban riendo de Eugeo. Como lo dijeron, si no se burlaban con él...sería de él.

Sinon estaba apretando muy fuerte su lapicero, ¿Por qué sería?

También casi era audible el rechinar de sus dientes por tanto apretarlos, ¿Qué le molestaba tanto?

-Oye...¿quieres que le diga que se esté en paz? –Preguntó Liz.

-Tardaste mucho para decirlo, solo hazlo antes de que se me reviente una vena del enojo.

Yuuki puso su mano en el hombro de Sinon, la cual inmediatamente le dio una fuerte palmada para que lo quitara.

Eso sorprendió a Yuuki de una mala manera...la hizo sentir mal.

-Sinon, ¿te sientes bien? –Preguntó Silica.

-Tan perfectamente como siempre. –Daba la impresión de que Sinon estaba por explotar.

Liz fue al asiento de Kirito y le puso una mano en el hombro, se acercó para secretearle algo.

-¿Qué le hiciste a Sinon que está muy enojada contigo?

Kirito hizo un poco la cabeza para atrás y arqueó las cejas.

-¿A ella?, no le hice nada. Oh a ver espera. –Se puso a recordar. –No, no le he hecho nada.

-Es que en serio está enojada contigo, ¿le dijiste algo?

-Tampoco, ahora que lo mencionas no le he dirigido palabra alguna.

-¿Entonces por qué será?

-No tengo idea.

-Por lo que haya sido...mejor quédate tranquilo y en silencio que no dudo que se levante a darte una santa madriza.

-Bien, me calló, me calló.

Liz regresó a su lugar.

-¿Y qué te dijo? –Preguntó Sinon.

-Que se estaría callado.

-Gracias, te debo un favor.

Todas las chicas se preguntaban qué era lo que le pasaba a Sinon, ella claro que odiaba a Kirito casi en el instante que supo de él...solo que ahora daba la impresión de que lo odiaba todavía más.

Definitivamente no había medida alguna para contar el increíble e inconmensurable odio que le tenía ahora. Pero la pregunta no sería el cuanto lo odiaba, ¿si no porque ahora aún más?

Cual fuera el caso Liz quería descubrirlo para saber si había alguna forma de ayudarla.

Eugeo aprovecho que era la entre clases para poder hablar con alguien a quien le debía una explicación.

-Oye Alice...¿puedo decirte algo? –Inmediatamente después de decir aquello, Alice le sonrió con mucha confianza.

-Claro, ¿es por lo de hace rato? –Contestó.

-Si...quiero pedirte una disculpa por eso...a veces los adultos salen mal parados por los niños.

-¡Quisieras puto! –Gritó Klein.

-A eso me refiero...

-No te preocupes. Si te soy sincera se me hizo algo muy chistoso...solo que a la próxima no te pongas tan rojo.

Eugeo sentía como se estaba ruborizando...vaya que los nervios se estaban apoderando de él.

-N-no me puse rojo.

-¡Cómo no, maricón! –Gritó Kirito.

-¡¿No tienes nada mejor que hacer que meterte en mis conversaciones?! –Farfulló Eugeo.

-¡Ya cállate y dile que la quieres desnucar!

-¡Cá-cállate, n-no tengo por qué decirle eso!

Alice hizo una expresión de confusión.

-¿Entonces si quieres hacer eso que dicen?

-¡N-no, ¿Cómo, cómo crees? –Eugeo estaba sudando de los nervios y estaba rojo como un tomate.

-Te dije que no te pusieras tan rojo la próxima vez. –Alice sonrió.

-Mejor te hablo cuando mis idiotas amigos no estén.

Klein y Kirito chocaron los 5.

Pero Liz los interrumpiría jalándole la oreja a Kirito.

-¡Duele, duele, duele!

-¡No te dije que te estuvieras en paz!

Todo el salón se había callado...pero luego muchos dijeron: "Uhhh".

-Uh, que eres puto Kirito.

-¡Uh, que se la pelas!

Kirito se soltó a reír ya que ese era un chiste que tenía con Klein y Eugeo.

-Está bien, ya me calló, me calló.

Lo que pasó después fue el receso, Eugeo y Alice se fueron aparte.

-Bueno, ya estamos solos, ¿Qué era exactamente lo que querías platicar conmigo? –Preguntó Alice.

-Bueno...¿sabes cuándo es la próxima fiesta? –Eugeo sentía perfectamente cómo se estaba sonrojando.

-Claro, es el próximo fin de semana, ¿Por qué preguntas?, ¿Kirito no te lo había dicho?

-Si me lo dijo...pero lo olvide.

-Pues ahora lo sabes. –Alice lo golpeó suavemente en la frente con su dedo. –Quizá así no se te olvide.

-N-no creo olvidarlo si me lo dices tú.

-¿Y por qué?

Eugeo abrió los ojos de la sorpresa. –No bueno...es que tú lo dices un poco más claro, Kirito solo se la pasa diciendo que hará en la fiesta que no me dice cuando van a ser.

-Entiendo...¿sabes si irá solo?

-¿He? –El pequeño corazón de Eugeo se hizo polvo como si Thanos hubiera dado otro chasquido.

-Si...es que estoy interesada en saberlo.

-¡¿He?! –Se seguía rompiendo todavía más.

-Es que una amiga quiere ir con él.

-Ah. –Eugeo dio un pesado suspiro de alivio. –Me parece que no...aunque no sabría decírtelo ya que no me ha dicho nada al respecto.

-¿Podrías preguntarle por mí? En verdad te estaría muy agradecida. –Alice se acercó un poco a Eugeo.

-Ca-claro, sin problemas.

-¡Muchas gracias Eugeo!

Alice le dio un beso a Eugeo en la mejilla.

Cuando ella se iba corriendo, Eugeo supo que era su oportunidad.

-¡A-Alice, espera!

-¿Hum?

-Que-quería saber si podría ir  contigo a la fiesta. No te preocupes por mí, no soy lo que han gritado mis amigos.

-Claro que me gustaría, ¿pasas por mí a las 9?

-Pe-pero la fiesta empieza a las 9.

-He observado que siempre llegas una hora después del inicio de la fiesta, por eso te lo digo.

-Ah, claro...entonces mañana 7 a las viernes.

Alice rió un poco.

-Lo dijiste todo mal, es el sábado a las 9.

-Es-es que estoy nervioso.

-Me doy cuenta. Nos vemos Eugeo.

Cuando Alice se fue, Eugeo se cayó sobre sus rodillas llevándose una mano a la boca.

-Maldita sea...espero no haberme visto como un perdedor.

La fiesta de la que tanto se había hablado era algo que ya había sucedido, solo que Kirito quería repetir la ocasión.

Prácticamente era una orgia en la casa con piscina.

No es necesario decir cómo es que Kirito logró convencer a la chica nuevamente, de hecho ahora estaba más que convencida.

Solo que había un problema.

Haru había discutido con su novio hacia muy poco y por el coraje ella le dijo que había vuelto a hacerlo con Kirito.

Algo que claramente no le agradó en lo más mínimo.

-¿Saben si ira a la fiesta? –Preguntó.

-Pues claro, si ese maldito fue el que la organizo.

-No tanto así, se cogió a la chica de la casa para que ella hiciera la fiesta.

-¡Suficiente!, solo quiero saber si ese infeliz irá.

-Suponemos que sí.

-¡Yo no quiero putas suposiciones! –El líder se enjuagó los labios. –Miren chicos, lo que haremos es un jodido crimen pero es la única manera en que ese idiota va a desaparecer.

Los otros 4 chicos se miraron sin decir más.

-¿Qué estas planeando?

-Muy fácil...

Todo estaba listo para la fiesta, ya era el gran día.

La buena fortuna le sonreía a Eugeo, bailaría con la chica que le gustaba y además la vería en traje de baño.

-Dios existe. –Pensó, con ganas de llorar de la alegría.

Lo bueno es que él era fuerte, presumiría lo musculoso que era a Alice, algo que quizá y un poco de suerte le daba algún punto extra.

El que ya estaba perfectamente listo era Kirito, que de hecho estaba llegando junto con Klein.

-¿Ya tienes pareja, Kirito? –Preguntó.

-No, pero la conseguiré en un santiamén.

-Haru va a venir, ¿quizá ella?

-No. Prefiero probar nuevas cosas.

Los dos estaban ya en la fiesta mirando todo lo que se pudiera.

De hecho uno de los cuartos de la casa estaba reservado única y exclusivamente para Kirito...vaya que ese favor fue muy bien pagado para tener tantas regalías.

Pero de todas formas algo estaba podrido en ese lugar.

Los 5 chicos habían llegado también con un único objetivo.

-Repasemos el plan.

-No lo sé...no me siento muy seguro de hacer esto.

-Esta es tu guerra, no la nuestra.

-Nadie se dará cuenta, y también es su guerra desde que accedieron a darle una paliza a ese malnacido, ¿quedo claro?

-Bien...si dices que ya ha pasado antes creo que puedo estar un poco más convencido.

-En marcha y con cuidado.

Liz estaba tranquilamente tomando un baño en su tina.

Todo perfectamente, Jazz a medio volumen, el agua a la temperatura perfecta y sobre todo: paz y tranquilidad.

Solo que algo interrumpiría todo, varios mensajes empezaron a llegar al celular de Liz.

-Como sea el estúpido de Kirito diciendo que vaya a su casa le voy a arrancar la cabeza. –Pensó.

Pero los mensajes eran de otra persona...pero no por ello menos importantes.

En resumen era Haru...pidiendo ayuda desesperadamente.

-Es mi exnovio, hace poco discutimos y salió nuevamente el tema de Kirito...está muy enojado con él y amenazó con matarlo, ¡pero lo creó absolutamente capaz, le he estado marcando a Kirito pero no contesta, ayúdalo por favor Liz!

Inmediatamente Liz mensajeó diciendo que lo ayudaría, se vistió como pudo y se puso en camino a donde era la fiesta...solo que forzosamente debía llevar traje de baño.

-Si es que el exnovio de Haru no lo mata...lo hare yo. –Sentenció Liz.

Esta sería la última vez que Liz le pasaría alguna estupidez así a Kirito...ya que estaba más que cansado de eso.

Su traje de baño no era muy complicado, un short y un brasier rosa, todo perfectamente bien.

Incluso para alguien más.

-¡Así, así! –Una chica gemía descontroladamente...aquí si ya no había problema de que alguien los fuera a descubrir.

-¿Te gusta?

-¡Si, sí que me gusta!

Kirito estaba tan enfrascado en el momento que accidentalmente le soltó una pequeña cachetada a su acompañante.

Pero ella respondería de buena manera.

-¡Si, pégame!

Después de sonreír, Kirito le dio algunas cachetadas más a la chica.

-¡Así, más lento, más lento! –Kirito comenzó a bajar de ritmo. –Duro, duro.

Kirito solo pudo hacer lo que la chica mandaba.

De otro lado de la fiesta Eugeo estaba bailando finalmente con Alice. Por fin su sueño se había hecho realidad.

-No pensé que supieras bailar tan bien. –Confesó Alice.

-Estuve practicando un par de semanas. Ya sabes, lo normal.

-Eso es lo que creo, muéstrame que tan bien lo puedes hacer.

-No me digas que no te lo advertí.

Eugeo estaba muy confiado de sí mismo, razón por la cual se puso a bailar como Jean Claude Van Damme lo hacía en Kickboxer.

Algo que hizo reír mucho a Alice, pero también le sorprendió para bien.

-Bravo, sí que sabes cómo bailar.

-Gracias, tu tampoco te quedas atrás...es más, ¿Por qué no me das unas lecciones de baile?

-¿De cuáles?

-¿Qué es lo que sabes?

-Tú pide. Salsa, hip-hop, rock, jazz, disco.

-He...tal vez un poco de Rock.

-Solo espera a que pongan la música, mientras tanto sigamos bailando normal.

Dicho y hecho...a pesar de que Eugeo estaba muy cansado no podía fallarle a la chica que le gustaba.

Los 5 chicos estaban esperando ver a Kirito lo más ebrio que pudieran.

-Cuando lo veamos que no pueda ni ponerse de pie...atacamos.

-Está bien.

El plan era simple...pero no por ello menos escalofriante.

Aprovecharían que Kirito estaba borracho para llevarlo a la alberca y ahogarlo...si alguien preguntaba qué había pasado era simple: se cayó y como estaba tan borracho no pudo nadar y se ahogó.

Nada podía salir mal excepto por algo...o alguien mejor dicho.

Liz estaba recién llegando a la fiesta.

No pasado ni un segundo y ya varios chicos le estaban silbando.

Ella se aguantó el enojo y disimuló lo más que pudo. Le mandó un beso al grupito de amigos.

Mientras paseaba por la fiesta los silbidos y los manoseos no faltaron ni de lejos...pero debía encontrar a ese idiota.

Fue que finalmente encontró a Klein besándose con una chica.

-Quien lo diría...ahora sí que es un protagonista. -Pensó Liz, sorprendida.

Cuando finalmente cesaron los besos,Liz fue con Klein.

-¡Liz!, vaya sorpresa verte por aquí.

-Oye estoy buscando a Kirito, ¿lo has visto?

Tras unos segundos de pensamiento...Klein tuvo el peor de los pensamientos.

-¡¡¡No!!!, ¡no me digas que lo estás buscando ahorita que esta borracho!

-¡¿Esta borracho?!, ¡con mayor razón debo encontrarlo, dime donde está por favor!

-¡¿Enserio?!, ¡vaya que me sorprende que lo busques para eso!, en todo caso toma esto. –Klein le dio un condón a Liz. –Úsalo con sabiduría. –Solo se limitó a guiñarle un ojo.

-Eres el más grande de los idiotas, ¡lo busco por que no está seguro aquí, no para hacer estupideces! –Liz arrogó el condón, molesta.

-¡Oye eso me costó dinero!...agh como sea, seguramente está en uno de los cuartos, busca el letrero que diga: "Reservado". Seguro está ahí.

-Gracias Klein.

Liz nuevamente paso por manoseos y chiflidos, cuando encontrara a Kirito le arrancaría la cabeza.

Cuando llego a la casa pasó por un lugar en donde había varias parejas besándose, algunas incluso del mismo sexo.

Estaba la barra llena de licores y cervezas, ya tenía las escaleras en la mira.

Solo restaba pasar por el pasillo de habitaciones, dentro de estas venían sonidos de gemidos y pujidos...algo que incomodo demasiado a Liz.

-Finalmente. –Ya estaba en el cuarto "reservado".

Liz pegó la oreja a la puerta y no se escuchaba nada, por lo cual la abrió...pero se llevaría una sorpresa.

Kirito tenía contra la pared a un hombre al cual estaba besando.

-¡Kirito! –Exclamó Liz.

-¡¿Liz, ¿qu-que haces aquí?! –Preguntó Kirito, alarmado.

-Ups...parece que nos atrapó tu novia. –Dijo el chico.

-Dile a tu amigo que se vaya...

-No te preocupes amiga, me voy por mi cuenta...déjame decirte que tienes un novio mara-villoso.

-¡No es mi novio!

-Ay pues que feo ya que eso me lo dijo él.

El chico se fue del cuarto dejando solos al curioso par.

-¿Qué haces aquí?

Liz no decía nada, solo miraba a Kirito.

-¿Qué te pasa?

-O sea, te gusto pero eres gay.

-¡No soy gay!...un poco bisexual tal vez. –Recordemos que cuando a Kirito le da hambre...se come lo que tenga a la mano.

-Me da lo mismo que seas, tenemos que irnos de aquí.

-Yo no me voy, ¿Por qué lo haría?

-El exnovio de Haru te quiere matar.

-Eso no es novedad.

-¡Te quiere matar enserio!

-Ah...ya veo, ¿pero por qué no quedarnos un poco más? –Kirito tomó a Liz de la mano y la arrinconó en la pared.

-¡¿Qué estás haciendo?! –Farfulló Liz.

-Nada malo. –Kirito comenzó a acariciar el rostro de Liz. –Te amo.

-¡Ya sé que me amas...pero esto es ridículo!

-Déjame hacerte algo que ningún hombre te ha hecho.

-N-no, Kirito estas muy borracho, no vayas a cometer una locura.

-¿Una locura?

-N-no solo es una locura, también es un crimen.

-¿Crimen?...¿por qué amarte sería un crimen?

Kirito se acercó a Liz de manera muy peligrosa y le dio un beso...uno con sabor a whisky y refresco de limón.

Eso era algo que Liz quería desde hace un tiempo, que Kirito le diera otro beso...por lo cual se dejaría llevar abrazándolo y respondiendo el beso.

Se besaron hasta quedarse sin aire, pero Kirito daría el siguiente paso desabrochando el brasiere de Liz...ella se separó de inmediato.

-No...estas muy borracho. –Liz se estaba tapando los pechos con los brazos.

-Si dices que no quieres estarías mintiendo.

-No estoy mintiendo...Kirito estas borracho y yo no estoy lista.

-Puedo decir que estaba muy ebrio para darme cuenta de lo que estaba haciendo.

-Lo haces...y no te volveré a hablar en la vida.

Kirito solo frunció el ceño.

-Esta bien...no te puedo obligar, además ya te había dicho que no te veía de esa manera...solo quería saber hasta dónde llegabas.

-¡Eres un! –Liz le dio un buen rodillazo en la entrepierna a Kirito.

-¡Agh!...ya te había dicho que ahí no porque de eso vivo.

-¡Me la debías, tuve que soportar que me silbaran, me toquetearan y que trataras de violarme! –Farfulló Liz al tiempo que se ponía el brasiere.

-Ni siquiera lo pensé...ay todavía me duele mucho.

-Ya vámonos.

Liz tomó la mano de Kirito e inmediatamente emprendieron la retirada del lugar.

-¿No lo han visto?

-Creo que al final no vino...

-Esta vez tuviste suerte, maldito.

Todo salió a la perfección. Liz salvó a Kirito de ser asesinado, (Literalmente), Eugeo bailó toda la fiesta con Alice, Klein se consiguió una pareja...¿Qué podía salir mal?

Una cosa solamente...pero no tenía relación alguna con la fiesta.

Era Sinon...estaba llorando en su habitación.

Se ponía la almohada bajo la boca para que no se oyera que estaba llorando.

Estaba sufriendo muchísimo por algo...pero solo ella sabía la razón.

____________________________________

Qué hay de nuevo, viejo?

Les gusto la escena del beso de Kirito y Liz?  A mi se me hizo romántico
Ahora, ¿que estará ocultando Sinon, que la hace sufrir tanto hasta el punto de llorar?
Ya lo veremos la próxima semana.
Se despide

-Arturo

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