Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

INTRODUCCIÓN

Muchas personas pasan su vida entera sin conocer su verdadera pasión. Otras, por el contrario, saben cuál es desde que son muy pequeños.

Yo entraba en el segundo grupo, ya que a mis 7 años de edad adoraba cantar.

Cantaba mientras estudiaba, mientras me bañaba y también mientras cepillaba mi cabello dorado, justo como lo hacía en este momento.

—¿Debería cortar mi cabello? —hablé, mirando mi reflejo en el espejo de la sala de estar—. Me pregunto cómo le gustará más a él... —divagué con las mejillas sonrojadas, pensando en cierto niño de 9 años que albergaba mis pensamientos hace mucho tiempo.

—¡Phoebe! —gritó una voz al atravesar la puerta principal.

Esa voz siempre me ponía los pelos de punta...

Y, a juzgar por su tono, no estaba de buen humor, así que rápidamente fui a esconderme detrás del sofá, aprovechando que no me había visto aún.

Con suerte ni se enteraría de que estaba aquí...

—¡¿Dónde estás, mocosa?! —rugió, arrastrando las palabras, mientras yo abrazaba mis rodillas cerrando los ojos con la esperanza de que no notara mi presencia o, incluso mejor, que olvidara mi existencia—. ¿Te estás escondiendo de mí? —inquirió a lo lejos. Al parecer, se estaba dirigiendo a mi cuarto.

—Psst, Pheebs... —susurró alguien desde la ventana, llamando mi atención.

—¿Caleb? —musité al ver a mi mejor amigo, aliviada.

—Ven rápido... Antes de que note que estás en casa... —me pidió, ayudándome a salir por la ventana junto a Zack, mi otro mejor amigo—. Esa estuvo cerca... —comentó Caleb cuando logré escapar de mi casa, divertido.

—Gracias por venir, chicos. —Sonreí.

—Siempre estaremos a tus servicios —añadió Caleb, besando el dorso de mi mano mientras me contemplaba con sus hermosos ojos azules, provocando que se ensanchara mi sonrisa.

Él solo tiene 7 años, pero estoy segura de que cuando crezca será todo un picaflor.

—Deberíamos irnos de aquí —sugirió Zack, ceñudo e indiferente ante la escena.

—De acuerdo —cedí, sintiéndome regañada por su oscura e inquisidora mirada. No sé por qué Zack siempre me hacía sentir así. Tal vez porque era dos años mayor que Caleb y yo—. ¿Y qué estaban haciendo? —indagué mientras caminábamos por nuestro vecindario.

—Nada —dijo Zack, desganado.

—Yo estaba jugando con Clara cuando Zack me avisó... —respondió Caleb.

—¿Te avisó? —repetí—. ¿Cómo sabías, Zack? ¿Estabas vigilando mi casa? —pregunté, curiosa.

—Claro que no, solo vi por casualidad —gruñó, esquivando mi mirada color avellana, incómodo.

—Entiendo... —musité, decepcionada—. ¿Y cómo está Clara? —indagué por la hermana pequeña de Caleb—. Hace varios días que no juega con nosotros —puntualicé.

—Papá le compró un teclado y ahora dice que quiere ser pianista —explicó él.

—¡Qué genial! —emití, emocionada.

—Estoy seguro de que será la mejor pianista del mundo —opinó Caleb, orgulloso de su hermanita.

—¿Tus padres la apuntarán a clases de piano? —indagó Zack—. Aunque solo tiene 4 años, tal vez sea muy pequeña...

—Papá dijo que lo hará pronto cuando comience su nuevo negocio —comentó—. Dice mamá que tendremos más dinero y que nos compraremos una casa más bonita. A ella no le gusta mucho la que tenemos ahora...

—¿Eso quiere decir que te irás? —pregunté, dolida y asustada, ya que no quería perder a Caleb.

—¡No! ¡Claro que no! —se apresuró a decir—. Siempre estaremos juntos, Pheebs —aseguró.

—¿Me lo prometes? —murmuré con ojos tristes.

—Sí, claro —respondió con una sonrisa.

—¿Y tú, Zack? —me dirigí a él, quien desvió la mirada, estoico.

—Claro —gruñó sin demasiado entusiasmo.

—¿Por el meñique? —indagué, ofreciéndoles mis pequeños dedos.

—¡Por el meñique! —selló la promesa Caleb sin vacilar ni un segundo.

—¿Zack? —insistí, buscando su oscura mirada.

—Por el meñique... —cedió finalmente ante lo cual sonreí con mucha alegría.

—Siempre estaremos juntos —concluí—. Uy, ¿saben qué deberíamos hacer? —emití, misteriosa.

—¿Qué? ¿Qué? —preguntó Caleb, intrigado.

—¡Una banda! —sugerí.

—¡Qué genial! —exclamó Caleb con su característico entusiasmo—. Yo quiero ser el guitarrista —aclaró, haciendo un gesto exagerado como si estuviera tocando una guitarra eléctrica mientras sacudía su cabello azabache.

—Yo seré la cantante —dije con convicción.

—¿Y tú qué harás, Zack? —indagó Caleb.

—Supongo que alguien debe tocar la batería —concluyó Zack, inexpresivo, acostándose en el césped recién cortado del jardín de la familia Shines, es decir, la familia de Caleb—. También deberían pensar en quién será nuestro líder...

—¡Yo quiero! —chillamos Caleb y yo al unísono.

—Fue mi idea —me quejé.

—Pero yo soy el guitarrista. El guitarrista siempre es el líder —replicó.

—Eso no es justo —rebatí.

—Yo no inventé las reglas —dijo, encogiéndose de hombros.

—De hecho, sí lo acabas de inventar —gruñí con ojos entrecerrados.

—Entonces dejemos que Zack desempate —emitió Caleb.

—¿Zack? —busqué su apoyo, pero él simplemente tomaba el sol, indiferente.

—En realidad, creo que yo debería serlo porque soy el más grande —opinó—, pero me da igual, así que decidan ustedes —agregó.

—¿Piedra, papel o tijeras? —sugirió Caleb.

—Se me da muy mal ese juego —me quejé, haciendo un puchero.

—¿Estás huyendo, gallina? —me provocó Caleb.

—¡Yo no huyo! —refuté, cruzándome de brazos.

—Tal vez Phoebe debería ser nuestra líder —dijo Zack de pronto, sentándose—. A ella realmente le importa. Tú solo quieres tocar la guitarra porque a las niñas les gustan los guitarristas —puntualizó.

—Y a ti te gusta Phoebe —contraatacó Caleb, dejando a Zack sin palabras—. Siempre le das la razón —argumentó, pero el niño vestido de negro que estaba sentado en el césped no prestó mayor atención a la opinión de su amigo, ya que estaba muy concentrado desviando la mirada mientras sus mejillas se tornaban de color escarlata y algo me decía que las mías estaban igual.

—¡Caleb! —nos interrumpió una hermosa mujer de cabello rubio y ojos ámbar.

—¡Ya voy, mamá! —respondió Caleb, corriendo hacia su casa—. Hasta luego, chicos —se despidió como si nada.

—Hola, niños —nos saludó la señora Gemma y Zack y yo nos limitamos a saludarla agitando nuestras manos.

—Gracias... —musité, tomando asiento a su lado en el césped cuando nos quedamos solos.

—Sabía que era importante para ti —se limitó a decir—. Siempre estás diciendo que quieres ser cantante. Sé que es tu sueño.

—Aun así... —murmuré con las mejillas encendidas.

—Tienes la cara muy roja —señaló él, mirándome fijamente mientras yo tragaba en seco, nerviosa.

—¿Te cuento un secreto, Zack? —dije de repente, jugueteando con mis dedos mientras miraba mi regazo.

—¿Qué? —articuló, atento.

—Ser cantante no es mi único deseo... Tengo otro sueño... —confesé tímidamente.

—¿Qué es? —indagó, expectante.

—Pues... —balbuceé.

—¡Zack, hijo! —lo llamó de pronto la señora Burn, su madre.

—¡Ya voy, mamá! —contestó, poniéndose en pie, dispuesto a marcharse—. Oh... Ibas a contarme tu otro sueño —habló, girándose para enfocarme.

—Olvídalo... No es nada... —respondí finalmente, avergonzada. Zack no se mostró muy convencido, pero aun así optó por irse a casa—. Mi sueño eres tú... —musité mientras él se alejaba.

-------

¡Hola, hola! :D
Ya comenzamos una nueva historia :D
Qué opinan de esta breve introducción?
Espero que les haya gustado y que disfruten mucho de este romance entre Phoebe y Zack :)
Hasta el próximo capítulo.
Chau, chau.
\(^.^)

PD: Díganme si no es lo más tierno que han visto hoy :")

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro