— ¿Hola?- habló a través de la bocina del teléfono de la habitación

- ¿La pequeña y hermosa flor?- Sandro contestó

- ¿Es qué Sandro nunca está haciendo su trabajo?- se burló ella

- Es que Sandro ahora contesta las llamadas de la galería- rieron ambos -¿Necesitas algo, __________?

-Solamente quería pasar un rato, no sé si papá esté ocupado- se rascó la cabeza

-Oh, no, solamente está acomodando algunos cuadros viejos de la bodega, iré por ti, no me gustaría que algo te suceda

-Bien, te espero en la recepción, más vale que te apures o tomaré una tortuga, llegará más rápido- nuevamente rió, solían hacerse muchas bromas entre ellos

-Ya lo veremos, nos vemos ahí- y así ambos colgaron

Bajó a la recepción como había dicho, ahí encontró al joven Tchang.

-¿Tchang?, Creí que también había salido- su sorpresa fue grata

-No tengo nada que hacer afuera, como le había dicho, vengo desde hace tres años, ya no tengo que hacer turismo- la invitó a sentarse

-Tiene razón, lo mismo me pasa a mi- suspiró

-La entiendo, más aún con los problemas que tiene- la miró compasivo

-No se preocupe, puedo manejarlo- sonrió

- Sabe que cuenta con el apoyo de todos nosotros- también sonrió -y mucho más con el de Tintín

- Muchas gracias- se sonrojó un poco

Hablaron durante unos minutos, mientras ella esperaba, de forma increíble para ella, Sandro llegó antes de lo que había dicho.

-¡__________!- Sandro la llamó, ella volteó feliz

-Nos vemos más tarde, Tchang, disfrute su tarde- se despidió cortés y se fue con el muchacho

Tchang también la despidió, y miró como se iba, por desgracia no reconoció a Sandro, y se preocupó, pero luego pensó que si se iba ella sin preocupaciones entonces no era un desconocido.

-¿Lo ves, pequeña flor?, ¿Dejé a la tortuga 3 calles atrás- sonrió jugando con las llaves del automóvil

-No es cierto, la tortuga llegó cinco minutos antes que tú- ella se comenzó a reír, él también y rodó los ojos abriendo la puerta del copiloto

Ella subió y en cuanto él arrancó emprendieron camino rumbo a la galería, las conversaciones que tenía con Sandro nunca eran aburridas.

Cuando llegaron a la galería se dirigieron directo a la bodega donde estaba su padre.

Tintín, por su parte, quería volver al hotel, no estaba cansado ni harto de estar con sus padres, de hecho, extrañaba un viaje familiar, pues ya hacía varios años de eso. Pero quería saber de __________ y como estaba, sabía que estaba sola y le preocupaba.

Además, quería investigar más sobre la carta que había conseguido.

-Hijo, ¿Seguro no quieres algún helado?, Están deliciosos- le dijo su madre

-Seguro, mamá- sonrió

— ¿Estás bien, cariño?— lo miró —te veo un poco pensativo

—Son cosas aparte, no te preocupes— se rascó la cabeza

—Anda, cuéntame, aprovechemos que tu padre está viendo los relojes— rió

El suspiró y miró hacia un lado, pero no se negó a la persuasion de su madre.

—Es sobre la señorita __________, anoche hubo un gran problema, y la están buscando para llevársela— bajó la cabeza

Su madre veía el hombre en el que se había convertido su hijo, alguien de principios y valores inquebrantables, pero verlo así le recordaba al pequeño niño que crió.

—Hijo, me encanta estar aquí contigo, nos encanta a tu padre y a mi, de verdad, recuperar tiempo perdido contigo es el calor que necesitaba, pero si la joven está en un grave peligro, no me gustaría que no estuvieras ahí para ayudarla, no se me ocurre nadie mejor para apoyarla— tomó su hombro, los ojos de Tintín estaban llenos de asombro

—Mamá...

—Ve de vuelta al hotel, nosotros estaremos por aquí, ella pagó nuestra habitación por un tiempo más, no te preocupes— su asombro se transformó en un poco de lágrimas, tomó la mano de su mamá y le agradeció, pidió que le despidiera de su padre y junto con Milú salió echo una bala al hotel

—¿Oye, ya te conté de la vez que descubrí que la tinta china no se lava tan fácil?— Sandro sonreía —¿Y sabes que fue lo peor?, ¡Me cayó en la cara!, ¿Sabes lo difícil que fue hablar con las jóvenes que venían a la galería?— se llevó una mano al rostro

—La tinta sabía que era lo mejor para las jovencitas— ella rió —además, si alguien realmente quiere compañía, no sé fijaría en el color de su cara

—Siempre dices cosas como esas, pequeña flor... Por cierto, hablando de compañía ¿Y el señor Tintín?, Se me hace raro no verlo pegado a ti como suele ser todas las veces que te he visto está vez— soltó una risa burlona

—Sandro, deja de molestar a mi hija con esas preguntas— su papá lo fulminó con la mirada

—No, está bien papá, no te preocupes— sonrió —como sabes, sus padres están aquí, y salió a conocer la bella Verona con ellos— acomodó un cuadro

—¿Así que hace turismo?, Bien por él, ojalá le guste la ciudad— se encogió de hombros

—Hasta ahora le ha encantado, pero bueno ¿A quien no?, Me hubiera gustado acompañarlo— su sonrisa era más profunda, y él lo notó

—¿Prefieres recorrer la ciudad otra vez que ayudarnos a nosotros con los cuadros?— hizo una expresión exagerada de ofensa

—¡Sandro!— Carlton nuevamente lo regaño

—¿Qué tiene de bueno que nos prefiera después que a alguien que no conoce tan bien?

—¿Y que tiene de malo?— alzó una ceja —Ve a barrer arriba, ya vamos a subir estos cuadros

Sandro, vencido, subió molesto sin decir una palabra más.

—Papá, no tenías que hacer eso— ella lo miró

—No lo soportó cuando se pone así, parece que bromea, pero realmente no lo hace

—¿Por qué diría algo así en serio?

—Por qué tiene celos del señor Tintín, __________, Sandro es bastante celoso, ya deberías saberlo, igual que su padre: Fredo

—Bueno, no es ningún secreto que Sandro es muy celoso, desde niño, siempre que me comprabas un juguete nuevo se molestaba conmigo— suspiró —pero no comprendo sus celos hacia Tintín— su padre la miró —Digo, el señor Tintín— sonrió

El soltó una risa, y no dijo nada más.

—¡Papá!— se sonrojó un poco

—Sube estos pequeños lienzos, __________, dile a Sandro que los acomode— le entregó un par de lienzos no muy grandes

—Esta conversación no se acaba aquí— le sacó la lengua y subió

Tintín llegó al hotel cansado, pues corrió desde una distancia considerable.

Al entrar, se encontró con Tchang, quien se acercó a el inmediatamente lo vio.

—¡Tintín!, ¿Corriste una maratón?— bromeó

—Algo así— exhaló —¿Dónde está __________?— Tchang se puso nervioso

—Ehm, bueno, no sé cómo decirte bien esto...— miró a otra dirección un momento —se fue hace un rato con un muchacho, vino por ella y se fueron en un automóvil negro— Tintín lo miró con los ojos totalmente abiertos —no creo que haya sido alguien malo, ella iba riendo con él— sonrió aún nervioso

—¿Cómo era?— alzó una ceja

—Un joven alto, rubio y con una camisola beige

—Tchang, anoche conociste a Sandro, ¿No lo reconociste?— se cruzó de brazos

—Soy un poco malo para los rostros, señor reportero— encogió los hombros

Tintín desvió la mirada, estaba con su padre, y su amigo de la infancia, en un lugar rodeado de guardias de seguridad.

Entonces, ¿Por qué aún así se sentía preocupado?.

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*Se pone a actualizar fics cómo infeliz*

Jajajaja ojalá lo disfruten ❀