La familia Prosper
—Señor Tchang, me gustaría preguntarle algo— __________ se encontraba a solas con él anterior mencionado en una de las mesas de la entrada del hotel, Tintín había ido al aseo un momento, los tres estaban jugando diversos juegos de mesa
—¿Que sucede señorita?— el, un poco sorprendido la miró
—¿Quiénes son los padres de Tintín?— ¿Qué entrometida, verdad?, Pues sinceramente no lo preguntaba por malas intenciones o por el simple saber
Días antes había invitado a la señora Castafiore, al capitán Haddock y al profesor Tornasol para el festival del arte, pero lo hacía a espaldas de Tintín para que se llevará una sorpresa.
Pues también queria invitar a su familia junto con Tchang, pero fue una sorpresa grata encontrarlo ahí.
—¿Sus padres?, Bueno... Casi no le gusta hablar de ello— ella recordó el día que fueron a comprar los vestidos de gala en Vancouver
—Es verdad, no me contó mucho, ni siquiera sus nombres, ¿A usted sí?— se rascó la cabeza
—Algo, pero no creo tener más información que usted, no le mencione nada— se puso un poco nerviosa, ahora ella era la intrigada en su vida, como él en la suya —sus padres son Georges y Germine Prosper, viven en una pequeña casa de Bélgica, en Bruselas, es todo lo que sé, nunca quiere contar nada más— se recargó en su mano frustrado
—Muchas gracias, señor Tchang— ella sonrió satisfecha, al menos ya sabía sus nombres
—Si me permite saber, ¿Por qué le intrigaba tanto?— alzó una ceja
—Bueno... Cómo ve en poco tiempo es el festival del arte, me tomé la libertad de invitarlos a todos, y quisiera invitarlos a ellos también— sonrió nerviosa
—¿¡Cómo!?— abrió los ojos son sopresa, ella solo se encogió de hombros —yo creo que primero debería hablarlo con él
—¡Pero es una sorpresa!, Si se lo digo, ya no lo será
—Es mejor que sea un aviso a una sorpresa, señorita, se que sus intenciones son buenas, pero por algo no le debe gustar hablar de ellos, ¿No?— se cruzó de brazos mirándola, y justo iba Tintín en camino a la mesa
—Esta bien, lo hablaré con el— se limpió el sudor de las palmas
—¿Tenían una buena conversación?— Tintín se sentó alegre
—Algo así— respondieron al mismo tiempo, ambos nerviosos
—¿De verdad?— su sonrisa se suplantó por sospecha
—Si, es solo que yo ya estoy algo agotado, debería irme a acostar, llevamos jugando toda la tarde y parte de la noche— bostezó falsamente Tchang —Buenas noches a ambos, ojalá tengan una buena conversación— miró por última vez a __________ incitandole a hablar, cosa que notó el pelirrojo, pero él ya se había ido
—¿Qué sucede?— la miró
—Bueno... Je, je... Yo— le temblaban las manos y la voz, ahora se arrepentía de todo viendo la mirada de Tintín —quizá deberíamos subir a dormir, se hace tarde— se levantó rápidamente, pero con unas simples palabras se detuvo en seco y se quedó helada
—¿Hay algo que quiera decirme, señorita?— ella creía poder engañar a un reportero
—Yo... No, no, ¿Por qué?— volteó sonriendo
Tintín solía forzar a la gente a contarle las cosas con sus preguntas que se sentían como un filo de espada contra la pared, pero con ella no quería hacerlo.
—Bien, si no quiere decirme no la obligaré, que pasé una bonita noche— sonrió y comenzó a recoger las piezas de los juegos
Ella se quedó ahí de pie con una mano a la altura del pecho cerrada en un puño mientras le miraba recoger todo con la misma sonrisa.
—Señor Tintín— apretó más la mano
—¿Sí, señorita?— no apartó la vista de su actividad
—¿Quiere invitar a su familia para el festival?, Estaríamos muy complacidos mi padre y yo de que estuvieran aquí— sonrió nerviosa
Tintín detuvo toda acción y la miró.
—Claro, si gusta, no tiene que acceder si no— él la veía nerviosa, descifró lo que hablaba con Tchang
Aunque no era muy grato hablar del tema para él, verla nerviosa y con unas intenciones tan amables le hacía feliz.
—No se preocupe, señorita, no es necesario, aún así no creo que pudieran venir— volvió a guardar todo
—Bueno, podríamos enviar la invitación, mi padre insistió principalmente en invitarles— ahora él se puso nervioso
—¿D-de verdad?
—Si, hablé por teléfono con él en la mañana, dijo que le encantaría conocerles, y aunque bueno, le dije que no creo que usted gustará mucho de esa idea... Ya sabe— se encogió de hombros avergonzada —aunque yo quería que fuera sorpresa, pero, Tchang insistió en que lo hablara con usted mejor
—Bueno... Si su padre quiere pues, no me gustaría decir que no— sonrió, el señor Aberdeen aún lo ponía algo nervioso a pesar de ya haberlo conocido, supuso que quería conocer a sus padres con las intenciones de saber más del joven que acompañó a su hija
—¿En serio?— sonrió ella —bien, le avisaré a mi padre, muchas gracias señor Tintín— le sujeto el brazo con amabilidad y luego subió a la habitación
Tintín al verla feliz sonrió, pero luego recordó que tiene que redactar una invitación urgente al hogar de su infancia y su sonrisa desaparecido.
—¿Papá?, Sí... ¡Dijo que sí!— hablaba alegremente, Tintín entró a la habitación y ella volteó, el contrario solamente sonrió sin intenciones de interrumpir
Se sentó el la cama y suspiró, tomó papel y pluma para escribir la carta, no sabía que escribir con exactitud.
Ella terminó su llamada, luego se sentó también, pero en su propia cama.
Lo veía con los notables prejuicios al escribir, en ese momento confirmo sus sospechas sobre que algo no iba bien.
—¿Señor Tintín?— lo miraba
—¿Que sucede, señorita?— soltó la pluma y le miró
—¿Puedo preguntarle algo?— alzó una ceja
—Lo que guste, le intentaré dar la mayor ayuda posible
—¿Está todo bien con sus padres?... No me tomé por alguien entrometida, pero, creo que es algo fácil de ver— señaló el papel
Tintín suspiro de nuevo, apartó el papel y la pluma y se recargó en su mano mientras veía por la ventana que se encontraba entre ambas camas.
—Señorita __________... Le seré sincero, al conocer a su familia me impresionó ver qué a pesar de la distancia son bastante unidos, ni siquiera miles de kilómetros pueden separar su amor familiar— parpadeó con pesar, hablar con ella y viceversa ya no se sentía como hablar con un extraño —cosa que no es igual en mi antiguo hogar, a pesar de tenernos cerca, siempre estábamos separados...— por primera vez Tintín había accedido a hablar sobre sí mismo
Ella no dijo nada, le dejó en claro que era todo oídos ante su relato.
—Le pondré de ejemplo un día muy común en la vida de un niño; tiene una obra escolar en una semana, le avisa a sus padres muy emocionado mientras ellos trabajan, el mismo elabora su traje, aprende sus líneas y ensaya, cuando el día llega se da cuenta de que ellos no están, solamente está él, preparado para interpretar lo que tanto trabajo le costó...— Milú se acostó en su regazo, y él le acarició —y así fue hasta que creció y se pudo ir de casa, cosa que no le fue muy complicada, pues siempre estuvo solo y cuidando de sí mismo— se le notaba una mirada triste y nostálgica
Ella solía ser sentimental ante esa clase de situaciones, tenía los ojos cristalinos y no dudo ni un momento en abrazarlo con fuerza, rodeando su cuello con los brazos.
—Usted ya no está solo— él sorprendido aún no correspondía el abrazo, Milú se levantó y lo lamió del brazo que estaba de su lado
Fue entonces que correspondió, con felicidad, mientras sentía el cariño que le demostraba de quién estaba enamorado desde hace tiempo.
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Medio rellenito, pero tenía ganas de hacerlo ejeje
Muchas gracias a todxs los que apoyan la historia, leo sus comentarios y me hacen muy feliz! 💜
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