Confianza
- Ya estoy cansada, ¿Puedes llevarme de vuelta?- la joven bostezó
-Solamente déjame terminar el trabajo que me falta- Sandro ordenaba varios materiales y cuadros
-Sandro, tienes tanto trabajo que terminaré yéndome hasta mañana- ella rió
-Pues no estaría nada mal, ¿Qué tal si no te vas nunca más?- sonrió
-Si, ajá- rodó los ojos -Buenas noches, Sandro- se dió la vuelta
-¿Qué?, ¿A dónde vas?
-A hacer una llamada, ya vuelvo- fue al teléfono, se encontraba en otra habitación
Marcó el número de su habitación en el hotel, esperaba que contestará, y aunque tardo un poco, lo hizo.
-¿Hola?- se escuchó a través de la bocina
-¡Señor Tintín!, Lamento las molestias, pero quería pedirle un favor, estoy en la galería con mi padre y con Sandro, pero no pueden llevarme de vuelta, tienen mucho trabajo y- - no pudo acabar de explicar cuando el con una sonrisa contestó
-¡Por supuesto!, No hay molestias, estaré ahí en 10 minutos con un taxi- algo que también la hizo sonreír
-Muchas gracias, aquí lo espero- y así colgaron ambos
Ella volvió al mismo salón donde estaba Sandro, aún seguía trabajando.
-Tengo que decirle adios a él buen y trabajador Sandro- sonrió
-¿Te vas?, ¿Cómo?- volteó confundido
-Hablé con el señor Tintín, vendrá por mi en un taxi
-¿De verdad?, Está bien, Tu papá está arriba, será mejor que vayas a despedirte- acomodó una caja
-Lo haré, no tardó- corrió
Una vez que Sandro estuvo solo, hizo mueca de disgusto.
Llegó a la oficina de su padre, no había nadie más que su radio encendida, supuso que salió al baño o por alguna cosa, el balcón que tenía una hermosa vista a la calle estaba abierto, dejando entrar una brisa agradable.
Salió y se recargó en el barandal, mirando las luces que iluminaban el camino y escuchando la melodía que estaba en la radio.
A lo lejos podía ver lo que parecía ser un taxi, al no haber muchos autos supuso que debía ser Tintín.
Y no se equivocó, una vez que llegó, vio bajar a un elegante (a pesar de traer su ropa normal) y apuesto muchacho.
-¡Señor-- antes de lograr llamar su atención, alguien la sujetó por detrás y la jaló fuera de la vista del balcón
Ella luchaba por liberarse, trataban de dormirla con el trapo que tenía en la mano su captor.
Tintín no es nada tonto, así que miro al balcón cuando de reojo vió sombras que desaparecieron rápidamente, ingresó apresurado a la galería.
-Buenas noches, señor Sandro- se lo topó de camino -¿Sabe dónde está la señorita __________?- Sandro estaba de espalda a él, cuando lo escuchó rodó los ojos, pero volteó con una expresión neutral
-Arriba, se iba a despedir de su padre, le recomiendo esperar aquí- cargaba cajas
El estaba inquieto, tenía un mal presentimiento, pero no quería ser grosero con Sandro.
-¿Sabe si lleva mucho tiempo allá arriba?
-No, señor Tintín, he estado trabajando y no se ni que hora es- contestó irritado
-Lo siento, es que cuando llegué ví un par de sombras en el balcón, pero no había nadie
-Entonces le recomiendo dormir mejor
Tintín solía ser muy paciente, pero estaba llegando a su límite.
-Le aseguro que duermo bastante bien, y no eran imaginaciones mías
-Veamos, ¿Dice que vió dos sombras en el balcón pero no había nadie?- soltó la pesada carga que llevaba para discutir de frente -Si duerme bien, entonces ¿Qué ocasiona esas alucinaciones?
-Señor Sandro, no me estoy burlando
-Bien, siendo así vaya a sentarse para que pueda seguir con mi trabajo
-Le estoy diciendo que ví algo sospechoso en el balcón, ¿No piensa hacer nada?
-Amigo mío, la galería está muy bien vigilada, insisto que debería dormir bien- ambos ya estaban bastante molestos con el otro
-¿Quiere que le muestre lo bien que duermo, señor?- alzó las mangas de su suéter azul
-¡Ja!, ¿De verdad?, ¡Usted no podría ganarme!- apartó sus cajas -¡Ni si quiera- -fue interrumpido por un grito ensordecedor
-¡¡Tintín!!- venía de arriba
Ambos olvidando por completo su enojo se miraron pálidos y subieron corriendo como rayos.
Ella apenas había logrado safarse de su captor un poco para gritar por ayuda, estaba un poco mareada gracias al aroma del trapo.
-¡Alejate de mí!- lo empujó con una patada y trató de salir de la habitación, pero la logró atrapar, apenas logró resistir sujetándose del marco de la puerta
-¡Qué te alejes de ella!- Tintín le soltó un golpe a esa persona misteriosa
Ella cayó al piso de espalda y el captor retrocedió por el impacto del golpe y poco después cayó inconsciente.
-Detente ahí- Sandro lo tomó de los brazos con fuerza -ayudeme- miró a Tintín, quien tomó una soga que estaba cerca, luego lo amarraron
La chica aún mareada intentaba levantarse, pero no lo logro.
-¡Señorita!- Tintín la tomó entre sus brazos
-¿Está bien?, ¿No le hicieron nada?
-Ire a llamar a la policía y a buscar al señor Carlton, seguro está en la bodega- Sandro salió de la oficina mientras el contrario le asintió
-Lo siento, veo un poco mal, la verdad es que todo me está dando vueltas- se tomó la cabeza
Miró la habitación, encontró el pañuelocon el que intentaban dormirla, dejó con cuidado a la joven, lo tomó y olió un poco.
-La querían desmayar con cloroformo- lo dejó de nuevo
-Pues casi lo logran- se logró sentar
-¿Segura que está bien?- la miró de nuevo
-Creo que sí, solamente estoy un poco mareada- sacudía la cabeza intentando mirar un solo punto
-Tranquila, la llevaré con un médico en cuanto venga la policía- la tomó de los hombros para ayudarla a levantarse y mantener el equilibrio
-Bien, quizá no me venga mal una revisión...- se recargó en él
-Venga, déjeme sacarla de aquí y llevarla al sillón de afuera- caminaron hasta el pasillo donde estaba dicho mueble
Sentó a la joven, quien recargó la cabeza en el posa brazos cansada, había forcejeando mucho para poder liberarse, además de que estaba bajo los efectos de la sustancia.
-Quédese aquí un momento, iré a vigilar la oficina- ella asintió con pesar
-¡__________!, ¡Dios mío!- su padre corrió a abrazarla con fuerza
-Espera, papá, estoy... Mareada- sentía que regresaría la cena
-Oh, lo siento, pero ¿Estás bien mi flor?, ¿Qué sucedió?- ella procedió a contarle todo, aunque le costó un poco de trabajo
Tintín por su parte al entrar de nuevo a la oficina, el sujeto misterioso ya no estaba, lo único que quedaba era la cuerda y el pañuelo.
-¡Recórcholis!- miró la habitación vacía desconcertado, entonces entró Sandro detrás
-¿Dónde está?- corrió al balcón
-Pudo haber huido, pero tenemos pistas- se acercó al pañuelo -y aunque no son los mejores... Conozco a un par de oficiales de la interpol que pueden ayudar- el contrario volteó
-Llamelos, que vengan, dejaremos todo esto como está, ahora hágame un favor y lleve a __________ a descansar, le daré un número de una médico que puede ir a verla en su hotel- caminaron ambos para salir y cerrar la puerta
-Señor Aberdeen, llevaré a __________ a su hotel, llamaré a un médico que me recomienda Sandro para que vaya a verla allá - su padre asintió mientras le acariciaba el cabello a la joven
Agradeció su padre nuevamente la ayuda que le proporcionó a su hija, también agradeció a Sandro, este último los llevó de vuelta a su hotel.
Ayudó a la joven a subir hasta la habitación, una vez ahí, la recostó y arropó un poco, luego llamó al médico.
-El médico viene en camino para verla, señorita, espero no tarde- se sentó en su cama mirándola
-Muchas gracias- asintió ella viendo el techo
-¿Está bien?- se preocupó
-Muy bien- suspiró
-No quiero ser un entrometido con usted, pero no me suena a que esté bien
Ella no contestó, solamente seguía mirando el techo, pronto sus ojos se notaban algo cristalinos.
-A primera hora mañana iré al aeropuerto a comprarle boletos de vuelta a Moulinsart a usted y a los demás- se giró dándole la espalda
-¿Qué?- retrocedió un poco -¿De qué habla?- se levantó de la cama
Unas lágrimas comenzaron a correr por las mejillas de la joven, al mismo tiempo que intentaba contener sollozos.
-No quiero que sigas pasando ésto- abrazó su almohada
Se sorprendió aún más, en la manera que hablaba realmente le decía que algo estaba mal.
-¿Pasando qué?
-Todo este viaje, incluso desde antes no he sido para ti más que un problema enorme, aquel golpe, el robo de la galería, el festival y ahora esto- soltó lágrimas -por favor, solo quiero que termine...
Tintín suspiró, verla triste lo hacía sentirse de la misma manera.
-No has sido un problema en lo absoluto, jamás te he visto como algo así- se acercó a la cama -todo este viaje me ha encantado de pies a cabeza, a excepción de que quieran hacerte daño- ella volteó y se sentó en la cama
-Te harán daño si te quedas, será mejor que regresen a Moulinsart- sollozó
-No, no cambiaré de opinión en haber venido contigo- se sentó juntó con ella
Solamente recibió un gran y cálido abrazo, pero llenó de lágrimas y un gran llanto.
-No me iré- le acariciaba la espalda -nunca lo haré- la abrazó con un poco más de fuerza
-Gracias Tintín...
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Ola q tal
Vengo a actualizar este chulo fic con un chulo capitulo
Adio
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