Capítulo 24
Le saco rápido la chaqueta de cuero, la dejo caer al suelo, y después desabrocho su camisa. Cuando se la voy a sacar aparta mis manos y me saca mi chaqueta junto con la camisa de una sola vez tirándola en el espaldar de una silla del comedor. Sus labios van hacia mi cuello y besa mi piel caliente y excitada mientras caminamos por la habitación.
No estoy prestando atención a nada. Tengo los ojos cerrados mientas me dejo llevar por sus caricias. Continúa besándome, haciéndome gemir, mientras me recuesta contra otra pared en su recorrido hacia algún lugar. Caminamos unos metros más hasta que siento algo detrás de mis piernas. Solo entonces abro los ojos y me percato que estamos en la sala de Tv.
Sus manos van hacia mis jeans zafándolos lo más rápido que puede. Los desliza por mis piernas junto a mi ropa interior, mientras sus labios descienden por ellas besando la piel que va quedando expuesta. Me saca los converse y los jeans y después sube dando besos por mis piernas. Enredo mis manos en su cabello y tiro de él mientras me estremezco de excitación.
Me besa el interior de ambos muslos y después salta hacia mi vientre. Desliza la lengua hasta llegar a mis senos, a los cuales ignora por completo, mientras con agilidad me saca el sujetador y continua su húmedo ascenso hasta mis labios. Rompo su contacto con mi piel y le saco la camisa tirándola al suelo. Sus manos bajan hasta mis nalgas, las aprieta y me carga para acostarme en los cojines y el sobre mí. Su boca regresa ferviente sobre la mía. Dirijo mis manos a sus jeans y los desabrocho tirando como puedo de ellos para bajárselos junto a los bóxers, dejando libre su erección. Leonard se separa de mí y saca un preservativo del bolsillo de los jeans.
—Ábrelo. —me ordena mientras lo observo deshacerse rápido del resto de su ropa.
Viene donde estoy y se acuesta a mi lado en el sofá. Tira de mi cuerpo para que me siente a horcajadas sobre él y me sonríe de esa forma que me hace perder el sentido.
—Te ves muy sexy desnuda sentada sobre mí, con solo las gafas y el cabello suelto—me dice mientras yo me ruborizo. Nunca nadie me ha dicho que luzco sexy con las gafas—. No quiero que te avergüences de tu desnudez—me dice levantando mi cabeza y sonriéndome—. Bien, ya me tienes desnudo, soy todo tuyo. Me dice colocando sus manos en mis caderas.
Apoyo las manos en su pecho y las deslizo hacia abajo por su abdomen definido. Puedo sentir como cada músculo se tensa a medida que yo deslizo mi mano, lento con un objetivo en mente. Miro debajo de mí donde se encuentra su erección, imponente dura y lista para mí. Me deslizo hasta sentarme sobre sus muslos. La tomo en mi mano y lo siento gemir cuando deslizo mi mano hacia abajo y hacia arriba. No tengo muchas ganas de jugar en este momento, lo que más deseo es sentirlo en mi interior. Pero ver como se endurece aún más ante mi contacto me hace querer continuar con mis caricias. Quizás en otra ocasión.
Me acomodo una vez más sobre su miembro y muevo un poco mis caderas sobre el buscando una deliciosa fricción. Mientras lo hago, saco el preservativo de su envoltorio muy lento. Contengo una sonrisa mientras veo su rostro descompuesto de placer. Me aparto un poco y se lo coloco desenrollándolo en toda su extensión hasta llegar a la base. Y con un movimiento rápido, que nos arranca un gemido a ambos, lo introduzco en mi interior.
Me inclino hacia adelante apoyando las manos en su pecho y comienzo a moverme, lento. Sus manos abandonan mi cintura y se apoderan de mis senos. Los aprieta y tira de los pezones haciéndome gemir. Me inclino más sobre él hasta que mis senos quedan al alcance de su boca. Y él no lo piensa dos veces antes de comenzar a chupar uno de ellos mientras tira del otro pezón. Esto solo hace que yo acelere mis movimientos. Cambia hacia el otro y le da el mismo tratamiento. Su boca caliente sobre mis pezones duros y erectos hace que me excite aún más. Mis gemidos poco a poco comienzan a volverse incontrolables y escapan de mis labios. Abandona mis senos y dirige sus manos hacia mis nalgas apretándolas con fuerza.
Deslizo mis manos hacia sus abdominales mientras me concentro en su miembro que entra y sale una y otra vez de mí. Gimo y me muerdo los labios. Necesito más de él. Apoyo las manos a los lados de su cuerpo y comienzo a moverme cada vez más rápido. Los movimientos comienzan a volverse descontrolados a medida que siento el orgasmo crecer en lo más profundo de mí. A cada segundo estoy más cerca.
Leonard gime debajo de mi mientras mis paredes se aprietan cada vez más a su alrededor. Me inclino sobre el ofreciéndole mis pechos una vez más y el juguetea con ellos nuevamente haciéndome jadear de placer.
No puedo más.
Apoyo las manos en sus hombros mientras me muevo más rápido. Me dejo ir con un grito de éxtasis. Puedo sentir como todo mi cuerpo tiembla de placer por debajo de la cintura. Todos los músculos de mi cuerpo duelen; las piernas, los brazos. Me dejo caer sobre el pecho de Leonard mientras continúo moviéndome, ahora más lento, con los últimos espasmos de mi orgasmo. Pero él no me deja ralentizar, sus manos están ahora en mi cintura y comienza a marcar el ritmo, incitándome a que me mueva otra vez. Entonces me inclino hacia el lado tirando de su cuerpo junto al mío, haciendo que el quede sobre mí sin salir de mi interior.
—Tu...turno. —le digo con la respiración entrecortada mientras él me sonríe y yo abro más mis piernas.
Leonard las toma y las levanta poniéndolas sobre sus hombros sosteniéndolas con firmeza allí. Y entonces comienza a moverse en mi interior con estocadas lentas y certeras.
Dejo caer los brazos hacia los lados, cierro los ojos y me agarro como puedo de los cojines mientras él me embiste una y otra vez. Sus movimientos son lentos y cortos, sin entrar por completo. Dejo escapar un gemido audible mientras disfruto el momento y la sensación que me provocan sus movimientos. Sé que él está disfrutando el ir lento. Pero lo que para él es disfrutar, para mí se está convirtiendo en tortura. Siento mis paredes volver a apretarse alrededor de su miembro y muerdo mis labios intentando acallar los gemidos intensos que quieren escapar.
— Abre los ojos, Kate—me dice entre embestidas y mis ojos se abren de golpe al escuchar sus palabras.
Mi mirada conecta con la suya en el instante justo en que entra por completo en mí haciendo que me aferre más fuerte a los cojines soltando una maldición.
—¡Joder! —grito mientras me muerdo el labio inferior.
—No te contengas Kate, déjame escucharte gemir—y dejo de morderme el labio, gimiendo fuerte—. Así, más alto. —me dice mientras respira ahora entrecortado con los labios entreabiertos.
Y con dos envestidas más me corro otra vez de forma gloriosa y con un gemido ensordecedor. Leonard baja mis piernas y se recuesta sobre mí. Enredo una de ellas alrededor de su cintura mientras con la otra lo empujo por las nalgas para que me embista más fuerte, más rápido, más profundo. Y él hace lo que le pido.
Me agarra por los hombros mientras entra y sale de mi interior ahora con embestidas mucho más rápidas y fuertes. Siento como mi cuerpo comienza a estremecerse una vez más. Grito y maldigo una vez más cuando otro orgasmo arrasa y nubla todos mis sentidos. Veo su rostro descomponerse de placer mientras suelta un gemido. Une sus labios a los míos y nuestros gemidos se mezclan silenciándose.
Estamos acostados en la sala de Tv, exhaustos y sudorosos sobre los cojines, mientras nuestros corazones laten frenéticos. Me encuentro recostada sobre el pecho de Leonard sintiendo los latidos de su corazón mientras el desliza una mano por mi espalda desnuda y yo la mía por su pecho.
—Ahora si tengo hambre. —murmuro sentándome de repente.
— ¿Más? —Leonard se incorpora apoyándose en un codo y me sonríe burlón alzando una ceja.
—Hambre de comida. —lo empujo por el hombro mientras río.
—Primero necesito una ducha.
Se levanta y se quita el preservativo que anuda y deja sobre una mesita. Se para al borde de los cojines, me agarra por los tobillos y tira de mí.
— ¡Qué haces! —grito mientras comienzo a reír tratando de resistirme.
—Llevarte hacia el baño. —me carga en su hombro con agilidad y mis gafas se caen al suelo.
—Pero no quiero bañarme, tengo hambre. —intento zafarme de su agarre mientras continúo riendo a carcajadas.
—Yo también, cuando nos bañemos comeremos algo, ya te dije que no pienso dejarte sola ni un segundo. —murmura caminando rumbo a su habitación.
No me baja hasta que no llegamos al baño y abre la cascada de agua sobre nosotros. Me pone una esponja en la mano y le vierte gel. Miro mis manos y después su cuerpo borroso frente a mí. Subo la esponja y comienzo a deslizarla por sus hombros, su cuello, él pecho, sus abdominales esculpidos, donde me detengo más de lo que debería. Sigo un camino hacia abajo con un objetivo, pero Leonard me quita la esponja de las manos y la lanza lejos cuando estoy por alcanzarlo.
Me le quedo mirando entrecerrando los ojos. ¿Qué está planeando? Veo borroso, pero me parece que me ha sonreído. Se vierte gel en las manos y comienza a lavar mi cuerpo. Subo mis manos hacia su pecho y las deslizo por el tatuaje que en estos momentos me parece solo una mancha borrosa. Deslizo mis manos hacia uno de sus hombros y entonces siento algo debajo de mis dedos en su hombro derecho. No veo bien lo que tiene, pero se siente como una cicatriz.
— ¿Qué te sucedió aquí? —pregunto mientras toco con mis dedos la cicatriz de al menos tres centímetros debajo de la clavícula.
—Un accidente. —me dice mientras aparta un mechón de cabello mojado de mi rostro.
— ¿Qué tipo de accidente? —inquiero con curiosidad.
—Un accidente de cacería, si buscas detrás en el omoplato encontrarás la herida de salida de la bala. —me dice girándose y yo curiosa busco con mis dedos y encuentro una cicatriz similar, oculta también por el tatuaje.
— ¿Duele?
—No, ya no. —me dice girándose y poniéndose frente a mí.
—Yo también tengo cicatrices. —le digo mientras lo siento reír contra mis labios.
—Ah, sí. —me dice mientras sus manos con gel me acarician ahora los senos a los cuales aprieta un poco.
—Sí, del accidente. Hicieron un buen trabajo, apenas se ven, tengo una... —dejo escapar un gemido.
Es muy difícil concentrarse en algo cuando sus manos me acarician de esta forma.
—No me digas donde están—me interrumpe—. Más tarde quiero descubrirlas por mí mismo. —dice mientras pega su cuerpo al mío.
—¿No íbamos a bañarnos para comer algo? —inquiero alzando una ceja al sentir su miembro listo una vez más para mí.
—He cambiado de idea. —me dice mientras cierra la ducha y comienza a besar mi cuello.
—No creo que me pueda mantener en pie. —le digo sosteniéndome de sus hombros.
Leonard me carga por las nalgas y camina conmigo fuera del baño. Me lanza hacia la cama y después viene sobre mí. Se estira hacia la mesita y coge un preservativo. Al parecer lo tiene todo planeado. O simplemente lo ha dejado allí. Lo abre rápido y se lo coloca. Se acomoda sobre mí y entra de una sola vez arrancándome un gemido de los labios.
—Esto será rápido, solo así podremos cenar algo, ¿de acuerdo? —me dice mientras yo asiento.
Se arrodilla en la cama y mientras me agarra por los muslos comienza a embestir rápido. Lo siento invadirme profundo mientras intento en vano controlar los gemidos. Me abandono al disfrute de otro orgasmo que sé que arrasará con todo mi sistema.
No se cuánto tiempo transcurre, no puedo pensar en nada que no sea en Leonard y en sexo ardiente, y en lo exhausta que estoy. Está acostado a mi lado, llevamos así ya un rato. Ninguno de los dos se ha movido. Siento su respiración a mi lado ralentizarse poco a poco. Mi corazón continúa latiendo desesperado. Mientras el esté a mi lado, no creo que cambie.
—Si quieres pasar por el baño, voy a ver si hay algo en la nevera o si nos pueden subir algo para cenar. —se levanta de la cama y desaparece.
Me levanto y me dirijo a tientas rumbo al baño, abro la ducha y me meto bajo ella. Encuentro la esponja y el gel y comienzo a bañarme. Creo que debo hacer ejercicio más a menudo, todo mi cuerpo está resentido por el reciente esfuerzo físico al que ha sido sometido. Y mi baño es interrumpido por unas manos enredándose en mi cintura y un cuerpo cálido y fuerte detrás de mí.
—Nos subirán algo para cenar, así que será mejor que nos demos prisa. —dice mientras besa mi cuello.
—No de esta forma, así creo que no terminaremos de bañarnos nunca. —respondo respirando con dificultad.
Sus manos descienden por mi vientre y acarician mi clítoris y mis labios hinchados y adoloridos por tanto ejercicio físico en la última hora.
—No me molestaría quedarme toda la noche bajo la ducha acariciando tu cuerpo y haciéndote gemir de placer con mis caricias—murmura seductor en mi oído mientras introduce un dedo en mi interior haciendo que me arquee contra su mano y se me escape un gemido—. Pero creo que lo dejaré para después que cenemos—saca el dedo y coge otra esponja con la que comienza a bañarse. Termino de bañarme, me envuelvo el cabello en una toalla y el cuerpo en un albornoz—. Te dejé las gafas en la mesita al lado de la cama. —me dice cerrando la ducha.
—Gracias.
Salgo del baño y me dirijo hacia la cama. Busco con la mano hasta que encuentro las gafas en la mesita y me las coloco. La cama está hecha un desastre, toda desordenada con los cojines por el suelo. A los pies de esta, sobre una mesita, está nuestra ropa doblada. Leonard lo debe de haber hecho.
Me acerco a la ventana y me siento en el balcón a mirar Central Park vestido por completo de blanco. Si no fuera por mi trabajo en TecFall o por Stella, me mudaría aquí. Me encanta New York.
—Linda vista.
Una voz hace que aparte mi mirada del panorama de New York y me giro hacia él con una sonrisa en mi rostro. Cuando nuestros ojos se encuentran me percato de que Leonard tiene el teléfono en la mano y me está sacando fotos. Lo miro entrecerrando los ojos.
—¿Siempre le sacas fotos a todas las mujeres con las que te acuestas?
—No, solo a las que se acuestan conmigo más de una vez—no puedo evitar reír ante su comentario—. Te veías muy hermosa ahí y no me he podido resistir.
Esto es lo que no entiendo de él. ¿Porque no puede ser así todo el tiempo?
—Solo por curiosidad. ¿Para qué quieres esas fotos? —le pregunto mientras él se acerca a mi lado con un albornoz puesto al igual que yo.
—Hablaremos durante la comida—tira de mi mano—. Vamos. —me conduce rumbo al comedor.
—Necesito vestirme. —le digo tratando de zafarme del agarre de su mano.
—No, no lo necesitas. El único que te va a ver soy yo. Además, para lo que tengo pensado después de cenar no necesitarás mucha ropa—sé que debo estar de color escarlata. Solo él puede lograr que una proposición como esa, prometa mucho. En el medio de la cocina hay un carrito lleno de diferentes cosas, al parecer Leonard no ha escatimado y ha ordenado de todo un poco—. Siéntate, yo pondré la mesa. —me pide mientras yo lo obedezco.
No le voy a discutir, estoy cansada. Leonard va poniendo todo sobre la mesa del comedor. Cuando se sienta frente a mí, comenzamos a destapar los platos. Pero mientras estoy comiendo me quedo pensativa. En unas horas regresaremos a Chicago. ¿Entonces qué sucederá? Nuestro vuelo sale a las 4:00 am lo que solo nos deja apenas cuatro horas para descansar algo y levantarnos para ir al aeropuerto. Lo que más me preocupa es que sucederá con nosotros. Si es que hay un nosotros, no tengo idea de en qué se ha convertido nuestra relación.
— ¿Tenemos una relación? —le pregunto de repente y el me mira pensativo.
— ¿Para ti que es una relación, Kate?
Buena pregunta.
—Para mí es estar con alguien que se preocupa por mí, que me entienda, que me apoye, que siempre esté cuando yo lo necesite y lo más importante, que me ame. —con él, lo último no lo tengo muy claro.
—Te vale con alguien que te desea y quiere protegerte. —dice mirándome fijo a los ojos.
Y valoro las opciones. Su primera oferta no se parecía en nada a la que me está ofreciendo ahora. Todo ha cambiado. Ahora me ofrece una relación, no como yo hubiese imaginado, pero es un comienzo.
—Sí, me vale con eso. —por ahora, contesto sonriéndole.
Al menos me desea, eso es algo. Y sé que el deseo y el amor van de la mano y uno da paso al otro. Tengo esperanza de que con el tiempo aprenda a quererme. Solo espero que no se canse de mí antes de eso.
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Espero les guste este capítulo. ¿Creen que Kate debe continuar arriesgando su corazón?
Déjenme sus comentarios y no olviden dejar su voto.
Xoxo
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