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Capítulo 18

— ¿Nos vamos?

Levanto la vista de la computadora. Leonard se encuentra parado a mi lado, sonriéndome de esa forma que solo él sabe y que hace que mi respiración se acelere. Jessy ya se ha marchado. Yo me tuve que quedar un rato más.

—Sí, vamos. —le contesto mientras apago la computadora y busco mi bolso.

Bajamos en silencio y cuando salimos me viene una pregunta a la mente.

— ¿Quién llevará mi auto? —le pregunto mientras salimos por las doble puertas.

Afuera está nevando un poco, y Joel se encuentra parqueado frente a nosotros, mientras mi auto se encuentra a unos diez metros detrás.

—Yo lo llevaré. ¿Me das las llaves? —dice extendiendo la mano frente a mí.

Deposito las llaves en su mano sin protestar y monto rápido en el auto. Me estoy congelando aquí afuera.

—A mi apartamento Joel. —le digo mientras me recuesto en el asiento.

—Enseguida Kate. —me contesta mientras arranca el auto.

Quince minutos más tarde Joel aparca en el garaje subterráneo de mi edificio y Leonard a su lado. Se baja del auto, con una elegancia que jamás he visto y me entrega las llaves. Camino hacia el ascensor y presiono el botón de llamada mientras Leonard se encuentra parado detrás de mí.

—No me iré hasta que no te vea entrar a tu apartamento. —dice mientras yo pongo los ojos en blanco y niego con la cabeza.

La verdad es que veo todo esto como algo ridículo y totalmente innecesario. Las puertas se abren y entro en el ascensor seguida de Leonard. Presiono el botón de mi piso y las puertas se cierran. Es una suerte que solo sean cinco pisos. Las puertas se abren y camino hasta mi apartamento.

—Ya puedes marcharte. —le digo mientras saco las llaves y las introduzco en la cerradura.

—Hasta mañana Katerine. —dice mientras yo entro y cierro la puerta.

Lanzo frustrada las llaves de mi auto en la mesita del centro y Jessy sale corriendo de la habitación para ver que ha sido el estruendo.

— ¿Qué sucedió? ¿Te encuentras bien?

—La verdad, no, no me encuentro bien. —le digo dejándome caer en el sofá.

—Porque no me cuentas. —dice alentándome.

Sé que no puedo contarle lo de mi seguridad extra, no quiero preocuparla. Ya tiene suficiente con su padre enfermo.

—Pues a partir de mañana Joel me recogerá y me traerá.

— ¿Y eso?

—Nuevas órdenes del Sr. Price. —le miento.

Solo espero que no indague más.

—¿Solo eso, o quiere tenerte cerca más tiempo? —dice alzando las cejas sugerentes.

Ojalá fuera eso y no que mi vida corre peligro, según él.

—Lo nuestro nunca funcionará Jessy.

Sé que una relación entre nosotros será imposible. Él no quiere involucrarse sentimentalmente con nadie por miedo a que le hagan daño. Y si me está protegiendo en estos momentos, solo es una medida de precaución.

— ¿Él te lo dijo? Te dijo que no podían tener una relación.

—No me lo tuvo que decir, lo supe por la forma en que me miró cuando regresé del almuerzo, no creo que pueda tener una relación con una persona tan volátil.

No le he preguntado nada con respecto a nosotros. Y me gustaría mucho saber qué tipo de relación tenemos en estos momentos. Si es que tenemos alguna.

—Pero continúas estando enamorada de él. —lamentablemente.

—Sí. —contesto con un suspiro.

Estoy perdidamente enamorada de él.

—Por cierto. ¿Por qué estaba tan furioso? —me pregunta cambiando drásticamente el tema, tengo que inventar algo rápido.

—Se me olvidó enviarle unos papeles urgentes.

—Tal parecía que habías hecho algo mucho peor. —me dice mientras yo me quito los zapatos.

Si tú supieras Jessy.

—Voy a darme un baño y acostarme. —le digo mientras froto mi cabeza y camino rumbo a mi habitación.

Después del día de hoy necesito descansar.

— ¿No cenarás?

—No lo sé. —le respondo mientras entro en mi habitación cerrando la puerta.

Un baño, necesito un baño.

«El agua caliente siempre es un buen relajante para el cuerpo cansado.» —me digo a mí misma mientras me recuesto en la cama después de una merecida ducha caliente. He aclarado algo mis ideas, pero aún hay cosas que me gustaría entender de todo esto.

Me giro hacia la mesita y me coloco las gafas para después coger la laptop y encenderla. Necesito aclarar esto ahora. Necesito saber si significo algo para él como para que se preocupe tanto por mí y si cabe la posibilidad de una relación entre ambos.

De: Katerine

Para: Leonard

Fecha: lunes, 2/11/2015, 8:41 PM

Asunto: Preguntas que necesitan respuestas.

Necesito que me contestes algo, es importante para mí. Dijiste que no te interesa el romance, o una relación. Aunque también dijiste que no te acostabas con la misma mujer dos veces. Entonces quisiera saber, ¿dónde entro yo en todo esto? Porque la verdad es que no lo entiendo. Dices que te preocupa mi seguridad. ¿Nada más? ¿Acaso la otra noche no significó nada para ti? ¿Aún mantienes tu palabra de que no quieres una relación?

Katerine

Le doy enviar y espero. Miro fijo a la pantalla de la computadora. Estoy nerviosa y ansiosa por saber su respuesta. Diez minutos más tarde la alerta de un correo nuevo hace que preste toda mi atención a la computadora. Es de Leonard.

De: Leonard

Para: Katerine

Fecha: lunes, 2/11/2015, 8:51 PM

Asunto: ¿Nuestra relación?

Sí, tenemos una relación. Yo soy tu jefe y la verdad es que no me gustaría perder a un activo tan importante como tú. Eres la mejor asistente que he tenido en los últimos dos años. Te advertí que solo nos acostaríamos una vez. Solo fue una noche de sexo, buen sexo, nada más. No puedo tener una relación contigo, va en contra de mis principios. Nada ha cambiado. Me preocupa tu seguridad, eso es todo, no me perdonaría si algo te sucediese por un desliz mío. Y creo que Stella me mataría si te sucediera algo, sé que te tiene mucho cariño.

Leonard

Esto aclara las cosas. Continúa siendo el mismo imbécil de antes. Aunque cuando quiere puede ser amoroso, gentil, dulce y amable. También puede ser tremendo hijo de puta. Es cierto, el me lo advirtió. Pero pensé que al habernos acostado ya en dos ocasiones cambiaría algo. Me equivoqué.

Bueno eso al menos me da la respuesta que necesito. Tengo que olvidarlo. Olvidarlo de veras. Ya ha logrado lo que él quería, acostarse conmigo, ahora ya nada importa. Solo soy otra más de las tantas a las que les ha roto el corazón.

Limpio una lágrima que corre por mi mejilla. Ni siquiera me he dado cuenta de que estoy llorando. Limpio bien mis mejillas. No voy a llorar, no por él. No vale la pena. Apago la computadora y me quito las gafas poniéndolas en la mesita de noche. Apago la luz de la mesita y me acurruco en mi cama debajo del edredón. Cierro los ojos.

«No pensar más en Leonard Price. No pensar más en Leonard Price. »—y repitiendo esto me quedo dormida.

A la mañana siguiente, despierto con un hambre voraz. Esto me sucede por saltarme la cena. Y últimamente me he saltado muchas comidas. Estoy desayunando cuando recibo un mensaje de texto en mi teléfono:

Te espero frente a tu apartamento.

Joel

Lo olvidé. Ahora tengo guardaespaldas y chofer privado. Ya Jessy se ha marchado. Termino de desayunar, cojo mi bolso y bajo. Joel se encuentra parqueado justo donde me ha dicho. Abro la puerta de atrás mientras lo saludo.

—Buenos días Joel. —le digo sentándome y cerrando la puerta.

Pero cuál es mi sorpresa al ver que no voy sola en el auto. Leonard a mi lado me mira, mucho más que de costumbre. Lleva un traje azul oscuro al igual que la corbata y una camisa negra. Sus ojos me miran con curiosidad se puede decir. La ligera barba en su rostro lo hace lucir endemoniadamente sexy.

—Buenos días Sr. Price. —lo saludo.

Me sonríe de lado. A veces pienso que lo hace a propósito. Me encanta cada vez que me sonríe de esa forma. Pero hoy no voy a rendirme ante sus encantos. A partir de hoy, lo voy a olvidar. Solo es mi jefe y nada más como mismo él me ha confirmado en el correo de la noche anterior.

—Buenos días Katerine, a la oficina Joel. —dice mientras mira al frente y aparta la mirada escrutadora de mí.

Me acomodo en el asiento separándome lo más posible de él. Lo que menos necesito en estos momentos es que su pierna roce la mía. Eso solo empeorará la situación que ya de por si es bastante complicada entre nosotros. Giro mi rostro hacia la ventanilla y no miro hacia él en todo el trayecto.

Al llegar a la empresa, está nevando un poco, y Joel aparca en el garaje subterráneo. Me bajo del auto y me encamino hacia el ascensor seguida por Leonard. Puedo sentir sus pasos detrás de mí. Al llegar a las puertas del ascensor él se detiene a mi lado.

— ¿Qué perfume traes puesto? —me pregunta mientras se inclina y presiona el botón de llamada.

Su pregunta me toma por sorpresa, pero le respondo.

—No uso ningún perfume. —contesto mirando hacia las puertas del ascensor.

He comprobado que es mucho más fácil lidiar con él si no lo miro a los ojos. Las puertas se abren y entramos en el ascensor. Leonard se para a mi lado, presiona el número 25 del panel y las puertas se cierran. Puedo ver por el rabillo del ojo como el cierra los ojos y aspira profundo. Entonces los abre, se gira hacia donde yo estoy y comienza a acercarse a mí.

— ¿Qué estás haciendo? —le digo mientras retrocedo unos pasos hacia atrás hasta toparme con el panel de botones. Estoy acorralada y no tengo escapatoria.

Su cuerpo se pega al mío. Sus manos presionan las mías a ambos lados de mi cuerpo para que no me mueva. Y su nariz va hacia mi cuello, puedo sentir su respiración jadeante que comienza a acelerar los latidos de mi corazón y eriza toda mi piel. Tengo que detenerlo, no puedo dejar que esto continúe, pero me es muy difícil si el sujeta mis manos.

Entonces siento sus labios y su lengua en mi cuello, chupando, saboreando mi piel. Sus manos sueltan las mías y entonces lo empujo para que se separe de mí. Él se queda observándome con la respiración agitada al igual que la mía. Entonces se acerca otra vez a mí y sus labios atacan los míos con ferocidad sin siquiera darme tiempo a reaccionar.

Esta vez no lo empujo. Me dejo llevar por su beso y sus manos que se deslizan tentadoras por todo mi cuerpo. No entiendo nada de lo que está sucediendo, pero no me importa. En estos momentos mientras su lengua se desliza dentro de mi boca y sus caderas me aprietan contra la pared del ascensor, no me importa nada más. Una de mis manos se enreda en su cabello mientras con la otra me aferro de su ancha espalda. Sus caderas me presionan contra la fría pared del ascensor dejándome sentir lo excitado que está en ese momento. Y se me escapa un gemido que él silencia mientras muerde levemente mis labios.

Siento las puertas del ascensor abrirse. Leonard separa sus labios de los míos, agarra una de mis manos entre la suya y me arrastra con él al pasillo. Solo entonces soy consciente de donde nos encontramos.

Leonard pone la mano en el panel y las puertas se abren. No presto mucha atención a las cosas, solo estoy concentrada en su mano cálida envolviendo la mía. Me sujeta fuerte como para que no escape. Pero esto está mal, no puedo dejar que esto continúe. Él no puede disponer de mí cada vez que le dé la gana como si yo fuera una puta. Me suelto de su mano y me detengo en medio de la habitación. Leonard se gira hacia mí y me mira entrecerrando los ojos.

— ¿Qué sucede? —me pregunta parándose frente a mí.

—No puedo hacer esto. —respondo mirándolo a los ojos y negando con la cabeza.

No puedo creer que esté diciendo esto. Pero él tiene que entender que estamos juntos o no lo estamos.

— ¿Porque no? —pregunta como si no fuera obvia la ecuación que tiene enfrente.

—Porque no puedes hacer conmigo lo que te venga en gana—lo enfrento—. Anoche me dijiste que no teníamos una relación, que solo fue una noche de sexo y hoy vienes y me asaltas a besos. No te entiendo. Si crees que me voy a prestar para tus juegos, estás equivocado. —le digo mientras le doy la espalda y camino hacia la puerta.

«Pero que estás haciendo. Lo que más deseas es acostarte una vez más con él.» —me reprende mi subconsciente.

No. Tengo que olvidarlo, no puedo estar con el de esta forma. Por mucho que me cueste, no puedo estar con él así. Mi cabeza es un completo caos que se debate entre seguirle el juego o no. Cuando voy a salir por la puerta Leonard me agarra por la mano con gentileza.

—Espera Katerine—dice en un susurro mientras me gira y con su otra mano alza mi rostro para que lo mire a los ojos—. No te vayas. —dice en tono dulce y amable mientras me suelta la cara.

— ¿Qué quieres Leonard? —le contesto exhausta.

La verdad es que sus juegos me tienen cansada.

—Pedirte disculpas.

— ¿Disculpas? —inquiero alzando una ceja mientras acomodo un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—Sí, por comportarme como un imbécil la mayor parte del tiempo.

Vaya si hasta acertó con el apodo.

— ¡Ah! Entonces no siempre te comportas como un imbécil. —le digo acomodándome las gafas.

Leonard aún sostiene mi mano.

—No, solo cuando es necesario. —contesta muy bajo.

—¿Entonces tienes un desorden de doble personalidad? —inquiero con curiosidad.

—Algo así. —me contesta mientras puedo sentir como desliza los dedos en la palma de mi mano enviando un delicioso cosquilleo por mi cuerpo.

— ¿Porque me haces esto? —le pregunto suplicante.

—No pude resistirme a tu olor embriagador, casi estuve a punto de atacarte en el auto. —me dice mientras acerca sus labios a los míos y yo lo detengo soltándome de su agarre y poniendo ambas manos en su pecho.

—Simplemente, no puedes hacer esto y esperar que no sienta nada. No funciona de esa forma. Tengo sentimientos, y no me gusta que jueguen con ellos—le digo apartándome de él mientras camino al otro extremo de la habitación poniendo distancia entre los dos—. Ya lo hicieron una vez y no dejaré que lo hagan de nuevo. —esto último lo digo más para mí que para él.

—No pretendo jugar con tus sentimientos Kate. ¿Sabes porque te besé en el ascensor y te traje aquí?

—Para acostarte conmigo, creo que es bastante obvio. —le digo girándome hacia él.

—Sí, creo que lo es.

—Dijiste que no te acuestas con la misma mujer dos veces. —inquiero cruzándome de brazos mientras frunzo el ceño.

—Creo que eso ya no tiene solución, ¿verdad? —dice sonriendo burlón.

— ¿Entonces quieres una relación conmigo?

—No. Solo quiero acostarme contigo otra vez.

— ¿Por qué? —esa es la pregunta más tonta que le he hecho a alguien jamás.

—Porque te deseo Kate, como nunca he deseado a nadie. Pero el temor a que te suceda algo por culpa de mí pasado hace que me comporte como un estúpido—me dice mientras se sienta en la cama pasándose las manos por el cabello—. Disculpa si te herí con mi correo de anoche, pero tienes que entender que es probable que todo lo que yo haga o diga esté siendo monitoreado. —dice mientras yo camino donde él está y me siento a su lado.

¿Alguien lo está vigilando? ¿Por qué?

— ¿Qué quieres decir entonces? ¿Quieres una relación a escondidas conmigo?

—No. Solo sexo. Nadie puede saberlo. Te dije, y lo mantengo, no me interesa una relación con nadie.

—Pero me besaste en la noria, estábamos en público.

—Eso fue antes de acostarnos. No hay nada que desee más que acostarme nuevamente contigo. Pero debes saber que nunca tendremos una relación normal como las demás, no saldremos al cine o cenar con amistades. Nunca me quedaré en tu apartamento o tú en el mío. No puedo ponerte en peligro más de lo que debes estar ya.

—¿Y esa decisión no debería tomarla yo? ¿No debería decidir lo que quiero o no?

—Kate, si quieres estar conmigo es de esta forma. No hay otro modo.

¿No hay otro modo?

Él me está brindando la oportunidad de una relación con él, pero de una forma diferente a la que yo me imaginé alguna vez. No puedo tener una relación con el de esta forma. A escondidas. La verdad, no es lo que yo imaginé que sería. Solo nos encontraríamos para tener sexo, nada más. Sin involucrar sentimientos. Una relación vacía y sin sentido.

—No lo sé Leonard, no imaginó como será todo entonces. Nos encontraríamos a escondidas, aquí, para acostarnos. —le digo mientras niego con la cabeza.

—Di que sí por favor, y no tiene que ser aquí, hay otros métodos para encontrarnos a escondidas. —me dice tomando mis manos entre las suyas.

— ¿Otros métodos? ¿Acaso vale el riesgo? ¿Mi vida no corre peligro según tú?

—Sí. Tu vida corre peligro, pero sé que deseas esto tanto como yo, lo veo en tu mirada, en la forma en que me miras.

—Tu solo quieres sexo, yo también lo deseo, pero también quiero una relación. Conocerte, que me conozcas, salir, cenar con amigos, divertirnos. Lo que cualquier mujer desearía.

—Nunca me acuesto con la misma mujer dos veces, y contigo, aunque haya sido por un error, lo he hecho y deseo volver a hacerlo. Nunca he violado esa norma. Te estoy ofreciendo lo que nunca le he ofrecido a nadie después de —se queda callado por un momento mientras yo lo miro fijamente a los ojos—..., lo que te ofrezco es sexo sin compromiso ni ataduras sentimentales, ¿y tú no deseas?

—Lo siento, pero no puedo. —le digo mientras me suelto de sus manos.

— ¿No puedes o no quieres? —no le contesto y la pregunta se queda flotando en el aire entre nosotros. La verdad es que lo deseo mucho. Si fuera una relación, tal vez lo pensaría. En una relación uno arriesga el corazón gane o pierda. Pero no estoy dispuesta a arriesgar mi corazón y poner en peligro mi vida solo por sexo—. Entonces, ¿por qué te acostaste conmigo aun sabiendo que no me interesaba una relación, aun sabiendo que sería solo una vez? —me pregunta de repente.

—Un error. No estaba pensando con claridad y no me pude resistir a la tentación. Me dije a mi misma que solo sería una vez y después te olvidaría. Pero no estaba preparada para que sucediera todo esto. Y ahora tú vienes y me propones algo así—contesto agachando la cabeza. Tengo que pensar todo esto mejor, pero sé que no tengo el tiempo para hacerlo. Sí, lo deseo, estoy enamorada de él. Pero no estoy dispuesta a prestarme para la locura que él me está proponiendo. Quizás las personas que asesinaron a su prometida no sabían al igual que él que ya nos hemos acostado y mi vida no peligra como él dice. Pero si acepto esta locura, corremos el riesgo de ser descubiertos y con ello mi vida estará en juego. Sé que alguien me vigila y lo mejor es no darles qué pensar. Me levanto de la cama y lo miro a los ojos—. Discúlpame Leonard, pero no puedo hacer esto.

Ya he sufrido demasiado. Será más fácil intentar olvidarlo que involucrarme en una relación loca y sin sentido arriesgando tanto mi vida como mi corazón en el proceso.

—Katerine—dice levantándose de la cama y parándose frente a mí—. ¿Estás segura de tu decisión? Porque si sales por esa puerta debes entender que no habrá marcha atrás. Te deseo, pero no puedo obligarte a nada que tú no quieras.

—No lo estoy, pero es lo correcto. —le digo mientras doy media vuelta y camino rumbo a la puerta.

—Regresemos entonces. —me dice mientras camina detrás de mí.

Tomamos el ascensor y marco el piso 25. Saludo a Jessy con la mano cuando paso frente a su escritorio. Leonard viene caminando a mi lado luciendo imponente como solo él sabe hacerlo.

—Voy por su café. —le digo cuando llegamos a la oficina.

—Pide que me lo traigan por favor. —me dice mientras yo lo miro entrecerrando los ojos.

— ¿No quiere que se lo prepare yo?

—No Kate, a partir de hoy que me lo traigan a mi oficina. —dice mientras entra en su oficina dejándome con la boca abierta.

Definitivamente tiene algún trastorno de doble personalidad. Muy bien si así lo desea, pues que así será.

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Espero les guste este capítulo. ¿Que harías en el lugar de Kate?
Déjenme sus comentarios y no olviden dejar su voto.

Xoxo
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