Capítulo Veintiuno: Piezas encontradas (Parte II)
Capítulo veintiuno: Piezas encontradas (Parte II).
—Pero aquí estás solo.
—No, no lo estoy —Se acerca y me da un suave empujón para que me deje caer sobre mi espalda.
Sube sobre mis caderas a horcajadas, una de sus manos acomoda mi cabello y sus dedos tiran hacia abajo una de las tiras de mi sujetador dejando mi hombro totalmente desnudo y aflojando un poco la copa de mi sujetador. Trago. De nuevo comienza a fotografiarme.
—Tengo a Matthew, que viene con una gran familia que me adora, a Alexander y su excéntrica madre. Ahora también, por un tiempo, tengo a mi molesto hermano menor que me recuerda a las cosas buenas de Austria —Miro directo a la cámara porque quisiera ver a sus hermosos ojos en este momento—. Y si me dejas, también te tendré a ti en mi vida.
Mis labios se entreabren y tomo una profunda respiración, él captura el momento y luego baja la cámara. Su mirada es fuego, sus ojos oscurecidos y su respiración es agitada.
—No estoy solo, niña buena. Me gusta en donde estoy y justo ahora, me gusta demasiado.
Me pide mi mano con la que no sostiene la cámara y cuando se la doy, hace algo atrevido. La lleva a donde se siente duro: su entrepierna.
—Puedo notarlo —Es lo que susurro.
Ríe y toma otra fotografía antes de ponerse de pie con rapidez, tomándome por sorpresa. ¿Qué ha sucedido? ¿Por qué se aleja? No quiero que lo haga.
—Ahora vuelvo, no te muevas, por favor.
Escucho la puerta del lugar ser abierta. Mi mirada se mantiene en el techo y mis manos sobre mi estómago desnudo. Los latidos de mi corazón son rápidos, mi agitación acelerada y mis piernas inquietas ante la evidencia del deseo entre ellas.
No percibo sus pasos acercarse, pero me doy escucho cuando cierra la puerta detrás de él y pasa el seguro. Me incorporo sobre mis codos y me doy cuenta de que no lo escuché venir porque ya no trae zapatos...Tampoco camisa.
Veo el torso y pecho de Edmun en todo su esplendor. Él es toda dureza y músculos. Un ligero vello castaño tinta su pecho y hace su camino por los duros y marcados abdominales que me hacen querer contener la respiración. El pantalón negro cuelga muy bajo sobre sus caderas, dejando a la vista el elástico de su bóxer y unos muy marcados oblicuos.
Él camina hacia mí y de alguna manera esto se siente como un momento decisivo. Es increíble a la vista. Edmun en verdad es toda una obra de arte.
Se agacha y su vista va desde mis pies a mi rostro. Nota mi agitación y sonríe, aunque él también está afectado. Edmun y yo hemos estado dando vueltas uno alrededor el otro, parece un eterno "juego previo" como lo llaman, pero eso me alegra. Nos tomó tiempo llegar a este punto, pero hoy puedo decir que me siento totalmente cómoda y muy lista para dar rienda suelta a la pasión que nos ha ido consumiendo desde el principio, una que ha ido incrementando sin piedad alguna.
Me da una sonrisa en todo su esplendor, es su arma secreta, una que no ve la luz muy a menudo. Y luego alza su mano mostrándome un pequeño paquete de aluminio. Inhalo y exhalo, mi cuerpo tiene muchas reacciones en este momento.
Este es un nivel de deseo superior a cualquiera que haya experimentado. Estoy a la expectativa, ansiosa de lo que viene.
— ¿Quieres hacer esto, niña buena? —murmura con voz enronquecida. Asiento—. Dame las palabras.
Aclaro mi garganta y mi voz suena afectada como la suya.
—Estoy lista para ello, quiero hacerlo.
Son todas las palabras que él necesita para dejarse caer de rodillas entre mis piernas, el preservativo es dejado a un lado de mi cabeza y luego el cuerpo de Edmun baja hacia el mío. Su peso entre mis piernas se siente delicioso y estimulante, dejo escapar un suave gemido. No hay palabras, pero hay muchas sensaciones.
Su nariz acaricia la mía un par de veces y luego veo como esos ojos llenos de fuego se cierran antes de besarme, los míos también lo hacen. Mis manos van a su cabello y luego soy sensaciones.
Su beso es candente, estimula las emociones que ya se perciben. Es como fuego encendiendo todo a su paso, no se trata de chispas, es como meteoritos cayendo. Su peso se siente increíble y sus caderas comienzan un sutil vaivén que me da indicios de lo que vendrá después.
Deja de besarme, pero permanece a una distancia nula. Prácticamente compartimos nuestra respiración. Él me mira de una forma que no quiero que se detenga nunca. Me mira como si sintiera más de lo que sus palabras expresan, como si con su cuerpo el deseará hablarme.
—Quiero tus colores, Valerie —susurra contra mis labios su mano desciende y descansa sobre mi pecho.
Su pulgar acaricia una cima que se frunce más, me muevo debajo de él y sus caderas empujan contra las mías. Mordisquea mi labio inferior al tiempo que sus dedos tiran de la punta de mi pecho, gimo. Luego me besa y sus manos trabajan para descender por completo mi vestido y sacarlo de mí. Lo acuno entre mis piernas y me sacude cómo se siente contra mí. La presión entre nosotros se siente increíble.
Sus besos van desde mi barbilla hasta mi cuello, siento lametones, mordiscos y besos que me hacen dejar escapar sonidos que parecen estimularlo. Siento su dureza a través de su pantalón contra la fina y estropeada tela de mi ropa interior, solo me hace desear más. Mucho más.
Me besa y me toca como a un lienzo. Sus dedos son trazos lentos sobre mi piel que erizan mis vellos. Sus dedos delinean mis pechos sobre el sujetador y sus dedos, en particular, se deleitan con las puntas, tirando y pellizcando de ellas de una manera que casi me hace rodar mis ojos hacia atrás. Se siente como mucho fuego y por un momento siento que podría quemarme, pero esta es una manera increíble de arder.
Pero en algún momento se cansa de la barrera y es cuando sus dedos bajan de las copas de mi sujetador. Me sonrojo, pero no me avergüenzo de mi desnudez. De alguna manera, desnudar mi vida y palabras, hizo más fácil la confianza de desnudarle mi cuerpo. Besa el centro de mi pecho mientras desplaza su cuerpo más abajo para estar más cómodo en el momento que su nariz acaricia la punta erguida de mi pecho y luego la atrapa entre sus labios.
Me desarma a su antojo. Su boca es una cueva húmeda que devora mis pechos como el mejor de los manjares y sus dedos complementan el trabajo incluyéndose en el juego de placer que me otorga. Gimo, me retuerzo y con un agarre en su cabello lo pego más a mi pecho a medida que le da atención a cada uno de ellos. Hay murmullos de mi voz pidiendo más. Empujo mis caderas contra las suyas y siento la evidencia de mi deseo hacer más estragos en mi ropa interior.
Para cuando termina en esa área de mi cuerpo, hay sudor en mi frente y estoy muy cerca de alcanzar una cumbre de placer. Se desplaza por mi cuerpo con besos y pequeños mordiscos. Rio cuando besa mi costado izquierdo, un área donde soy muy quisquillosa, eso lo hace reír. La mordedura y le rasguño de su barba por mi piel es un extra agregado al placer. Todavía puedo sentir las cosquillas de esta sobre mis muy sensibles pechos. Cuando su boca llega a mi vientre bajo, me estremezco y él me da un suave mordisco.
Luego lo siento bajar mi ropa interior y muerdo mi labio inferior. Cuando está fuera, él me insta a abrir más mis piernas para acunarlo mejor y no me opongo, estoy nerviosa, pero el deseo puede más. Es por ello que cuando su boca aterriza en mi área más privada, no me escandalizo. No, yo gimo con fuerza y levanto mis caderas de las sabanas.
Quiero más de esto.
Quiero más de esta sensación.
Quiero más de Edmun.
Y él me lo da.
Sus labios y su lengua crean un caos de humedad y gemidos que no puedo controlar, me hace querer cerrar mis piernas pero al mismo tiempo quiero darle más espacio. Quiero que se detenga, pero también quiero que me dé mucho más. Siento tanto que duele, quiero alcanzar ese punto y mis dedos en su cabello lo instan a darme mucho más.
La boca de Edmun, junto a sus dedos, me da tanto placer que con un gemido ronco y profundo mi cuerpo se sacude en un espléndido orgasmo que amenaza en romperme a pedazos. Y él no se detiene, mientras monto cada ola de placer, insiste mucho más con su lengua, con sus labios, con sus palabras susurradas contra mi piel.
—Puedes darme más —susurra contra mi piel sensible—. Quiero que me des más —Continúa con su ataque.
—Por favor, por favor —Me escucho decir porque siento que si continúa besándome así, ahí, me desarmará por completo.
Ya me ha arruinado.
No hay manera en la que alguna vez en mi vida yo olvide el mágico asalta de los besos, boca y lengua de Edmun.
Él me da otro beso antes de tomar en cuenta mis suplicas caóticas y dejar su tortura. Sus besos comienzan a ascender y de nuevo se enfoca en mis pechos, cuando ha tenido suficiente, su recorrido termina en mi boca, en un beso que crea más cosquilleos en mi cuerpo.
Me deja ir, retrocede y se pone de pie deshaciéndose de su pantalón y bóxer. Él es más de lo que esperé, físicamente es la envoltura perfecta. Puedo ver el tatuaje de los tres asteriscos en su costado. Cuando se arrodilla de nuevo, lamo mis labios y estiro mis dedos, él se acerca y trazo el sencillo tatuaje que apenas y se percibe.
— ¿Qué...? —susurro mi pregunta
Él toma el preservativo y me observa luego a mis dedos en su tatuaje.
—Morí tres veces —dice y luego habla en alemán como si dijera algo importante—. Y he tenido tres oportunidades.
»Espero no morir ahora en una cuarta.
— ¿Por qué sería esta una cuarta?
Toma mi mano y donde lo percibo muy duro y firme. Bajo mi mano observando mis dedos envolverlo, trago.
—Porque podría morir de placer en este momento a manos de Valerie Evans.
No puedo evitar sonreír y de manera tentativa deslizo mi mano arriba y abajo con lentitud, gime. Eso me gusta.
—Esa fue una buena línea —admito.
Su mano se posa sobre la mía y lo observo, nos miramos fijamente a los ojos mientras su mano guía a la mía, me muestra cómo lo quiere. Cuando sus labios se abren un poco y deja ir un jadeo ante mi toque, eso enciende todavía más mi fuego. Libera mi mano cuando ve que no necesito que sea mi guía y gime sobre mis labios antes de besarme. Cuando se aleja, retira mi mano.
— ¿No te parece que llevamos meses en un juego previo? —susurra—. Creo que ya no puedo aguantarlo más, niña buena.
Asiento y lo observo hacer uso del preservativo, deslizándolo sobre sí mismo. Sus manos van a mis muslos, los acaricia y luego me atrae hacia él. Me da una sonrisa de costado antes de hacer que me incorpore y ubique sobre él, a horcajadas.
Su sonrisa se mantiene cuando su mano serpentea entre nuestros cuerpos y luego lo siento, presiona y mi cuerpo cede. Él se abre camino con lentitud en mi interior. Mi mirada se mantiene en la suya. No hay vuelta atrás. Finalmente, llegamos a este punto que no luce como un final. Se vislumbra como un principio.
Su boca se acerca a la mía, siento su respiración. Mi corazón late acelerado y mi piel se encuentra cubierta de una capa de sudor al igual que la suya.
—Tú tienes mucho poder, Valerie Evans —susurra, su agarre en mis caderas se aprieta—. Tú eres pasión.
Y cuando él me insta a mover mis caderas, no me cohíbo. No hay inhibiciones. Sí, no soy una experta, tal vez no sea la mejor, pero tengo confianza en mí misma cuando guiada por sus manos me muevo sobre él, contra él, con él.
No me cohíbo de tocarlo, de las reacciones de mi cuerpo, de las palabras susurradas, de mirarnos a los ojos. Edmun no lo sabe, pero con esto él no me está quitando, me lo da. Es otra pieza cayendo a su lugar, es otra faceta de mí que me ayuda a descubrir. Es otro aspecto de mí del que me enamoro.
Me enamoro del momento, de la Valerie apasionada. Me enamoro de nosotros.
Los besos, las caricias, los movimientos. Sus susurros, los míos. Es la combinación perfecta. No importa si somos colores o una pintura en blanco y negro, en este momento somos solo arte: uno particular, único, diferente e increíble.
Mi cumbre de placer llega primero, él me alcanza un poco después con un agarre fuerte en mis caderas y un estremecimiento junto a un gemido ronco. Doy un pequeño grito cuando nos hace caer en la sabana con su cuerpo cubriéndome, luego nos hace girar para no aplastarme con su peso. Muerdo mi labio inferior para no reír porque no puedo contener las emociones burbujeantes.
No vine en busca de un momento perfecto, pero encontré uno muy cercano.
Me estremezco sintiendo la acaricia de uno de sus dedos contra mi columna vertebral y el movimiento solo hace más evidente que se encuentra dentro de mí.
—Eres pasión —susurra su voz enronquecida.
—Somos arte.
Su pecho se sacude con una risa, luego sale de mí y me hace a un lado para retirar el preservativo, lo deja a un lado en el suelo. Se gira para observarme. Le doy una pequeña sonrisa.
No sé en qué momento llegué a esta etapa en donde mi desnudez no me cohíbe, donde no deseo cubrirme y esconderme, donde me siento orgullosa de cada tramo de piel que muestro. En donde hago muy evidente que me amo a mí misma. Me encanta esta sensación de saber que nadie me amará en este mundo más que yo.
—Gracias por darme otra oportunidad —Y esas son palabras muy amables de su parte, una que no me esperaba.
—Gracias por confiar en mí, Edmun.
—Espero ahora tengas una mejor perspectiva del pintor que admiras, ya sabes, también sabe pintar sobre tu piel.
No puedo evitar reír y cubro mi rostro con mis manos. Escucho su risa y luego sus manos retiran las mías. Me observa, veo brillo en su mirada, no es burlona, no es hosca y tampoco es tensa. Es una mirada que me guardo para mí, para pensar en ella más adelante. Me besa y se siente tan bien que no quiero que estas sensaciones terminen nunca.
Finalmente, siento que me quedan pocas piezas de mí por encontrar y que sin darse cuenta, Edmun ha sacado de su escondite muchas de las suyas.
Pueden morir en paz.
Ustedes fueron como esa pareja que te presiona desde el inicio de la relación por sexo, literal. Estudiense, amigos, no pueden ir por la vida acosando autores por sexo como si fuesen adictos xD
Evidentemente si narraba Valerie no podía ser una escena cruda porque mi baby, no es así. Pero estuvo sabrosa, ¿A qué si?
En fin gocen y leánlo mil veces como planean hacerlo jajaja. Así que capítulo dedicado a todos.
Redes: Instagram: DarlisStefany / Facebook: Darlis Stefany /Saga Infonews de Darlis Stefany /Grupo de facebook: Stefflovers-Darlis Stefany /Twitter: Darlis_steff (adelantos, firmas, microrelatos, etc se enteran por esos medios).
Espero les guste.
Un beso.
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