Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Veintinueve: Sucesos de una boda. (Parte II)


Capítulo Veintinueve: Sucesos de una boda. (Parte II).


—Sin embargo, crecimos bien. Somos seis hermanos, todos vivos y todos con buenos corazones. Sé que ninguno de ustedes alberga mal en sus corazones.

Por mi mente pasa mi conversación con Niklas, sus tormentos y esos pensamientos que lo torturan.

»Tenemos heridas, unos más grandes que otros, pero vivo por estos momentos en los que puedo verlos y respirar hondo mientras digo: sí, todos mis hermanos están bien, no perdí a ninguno.

No lo decimos en voz alta, pero no es un secreto el por qué somos tantos hermanos. No quiero decir que mamá pensó en nosotros como repuestos, pero en una familia dedicada al crimen no se espera que todos los hijos lleguen a la edad adulta. Supongo que ver que somos seis hermanos con vida puede verse como una fortuna.

—Si algún día tú decides irte o hacer algo mejor de la vida de tu hijo, puedes contar conmigo —digo esas palabras que debí decirle a todos mis hermanos cuando hice mi vida aparte—. Me tendrás siempre.

—Esas son palabras significativas para mí, gracias, Moritz.

Acorta la distancia y me abraza, envuelvo mis brazos a su alrededor devolviendo el gesto y cuando veo al frente, observo a Luhanne sacudiendo su cabeza en negación hacia nosotros...Hacia mí. "No des muestras de afecto en público, no muestres tus puntos débiles" puedo casi escuchar su voz en mi cabeza, palabras que me dijo una y otra vez al crecer.

En mis veintiocho años de vida puedo decir sin ningún titubeo o rastro de duda que desconozco lo que es recibir un abrazo de Luhanne, pero está bien, si viniera en este momento con sus brazos abiertos, estoy seguro de que lo esquivaría y diría un: no, gracias, me produces alergia, viejo.

Le doy una lenta sonrisa y él se gira hacia Anton, nada raro que me ignore, seguramente le está diciendo a Anton cuánto odia que sacara a un imbécil como yo de su esperma, un clásico. Beso la frente de mi hermana mayor antes de liberarla de mis brazos. Permanecemos de pie lado a lado, Maurizio le da una mirada intensa y ella suspira.

—Te veo luego, hermanito. Trata de no hacer molestar a alguien.

—No puedo prometerlo.

Me da una de sus sonrisas suaves antes de caminar hasta su esposo. De inmediato él pasa un brazo alrededor de su cintura y la exhibe hacia otros. ¿Es lo que son las mujeres de mi familia? ¿Trofeos? ¿Accesorios? ¿Monedas de cambio?

No es lo que quiero para Fabienne.

—Desprecio a la basura italiana —Lorenz se detiene a mi lado, volteo a verlo—. Me duele el pecho por Livia y el destino que Luhane le dio.

—Deberías sentir dolor por ti —digo—. Si Niklas se casa, el siguiente en la línea eres tú.

Hace una mueca procesando mis palabras, veo cómo aprieta su mandíbula ante la idea, luego poco a poco se relaja.

—Lucharé hasta mi muerte —susurra—. No lo dejaré hacerme eso. Es lo único sobre lo que aun pretendo que tengo poder.

»Soñé y me estrellé, deseé aspiraciones comunes y simples que no se me permitieron alcanzar. Todo lo que me queda es poder elegir con quién despertar cada mañana y no pretendo dejar que me quiten eso. No por unir a familias, para cerrar disputas o tratos importantes. No los dejaré.

Su vista se mantiene al frente y cuando bajo mi mirada noto su mano cerrada en un puño, sus venas se marcan. Palmeo su espalda esperando que esa determinación y llama que arde en él, no sea apagada.

— ¿Sabes, Lo? —El que lo llame por su apodo parece tomarlo por sorpresa—. Si prometes ser discreto y astuto como sabes serlo, podrías visitarme cada poco tiempo.

—Lo dices como si fuese un privilegio —Sin embargo noto que sonríe, no puedo evitar sonreír también —. Alerta de princesa mimada acercándose.

—Escuché eso, idiota —dice ella.

Enarco una ceja hacia Fabienne, quien está llevando un vestido que parece una segunda piel y unos tacones que no entiendo cómo camina con ellos. Ella da un giro frente a nosotros, luciendo su vestuario en todos los ángulos.

— ¿No crees que...? —comienzo, pero ella alza su mano interrumpiéndome.

— ¿Qué? ¿No puedo llevar ropa corta o ajustada porque los hombres no se controlarán y se me arrojarán?

—No te la creas tanto, niña —La corto—. En realidad iba a decir que si no creías que te veías demasiado pálida vistiendo blanco, un fantasmita.

— ¡¿Qué?! —Parece horrorizada, Lorenz ríe.

—Además de que es de mal gusto usar blanco como la novia —declara Lorenz.

—Ah, pero esa es mi venganza contra Gesine.

—Qué mala eres —murmuro con sarcasmo.

Una mano se posa en mi hombro desde atrás y me sobresalto, volteo rápido y me encuentro con Niklas y su expresión serena. Mira todo alrededor y vuelve su atención a nosotros, se detiene en Fabienne, poco a poco le da una sonrisa de costada a nuestra pequeña hermana.

—De verdad quieres molestar a Gesine.

—Eso me hará feliz, Nik. Todavía puedes huir —Ella hace un puchero hacia él.

—Sí, todavía puedo.

Repentinamente ella da un salto y no entiendo cómo no cae con esas trampas mortales, aplaude y saca de su pequeña cartera su teléfono.

—Dejen que les tome una foto a los guapos hermanos.

No deja que les respondamos, ella solo nos obliga a ponernos en cada lado. Luego arma todo un alboroto llamando a Dietmar, quien llega hasta nosotros encantado con la actitud infantil de nuestra hermana.

—Moritz, pasa tu brazo por los hombros de Die —Me pide.

—No me apetece tocarlo.

—Oh, entonces sonríe.

—No me apetece hacerlo.

Ella frunce el ceño y luego suspira como si se diera por vencida. En última instancia, antes de que capture la foto estiro solo un poco la comisura de mi boca para la foto y ella da un grito antes de correr hacia mí y abrazarme emocionada. Mi corazón se calienta ante el gesto.

No quiero nunca más ser un desconocido para ella.

—Te ves bellísimo sonriendo. ¡Ah! Tengo una foto tuya sonriendo —celebra.

—Ven conmigo, Lorenz. Parece que quieren decirnos algo —Niklas asiente hacia Fabienne y hacia mí—. Nos vemos luego. Die, sin hacer ninguna locura, ¿De acuerdo?

—Soy un ángel.

—Por supuesto —rueda sus ojos y comienza a alejarse.

Los veo irse sabiendo que podrían a hablar de negocios, siento un brazo enlazarse al mío, bajo la vista y es Fabienne. Tiene una gran sonrisa en su bonito rostro. Es el rostro de la felicidad y la inocencia, lo que me hace sentir una inmediata necesidad de impedir que esa sonrisa sea borrada.

— ¿Puedes tomarme una foto? Prometí enviársela a alguien —Mascullo.

— ¿A Valeria? —pregunta Dietmar con una sonrisa socarrona.

— ¿Quién es Valeria? ¿Tu novia? —pregunta sin perder tiempo Fabienne.

—Solo toma la foto.

Ella se ríe y se divierte mucho diciéndome qué hacer para tomar una simple foto. Cuando está lista, me devuelve el teléfono y envío la foto a Valerie.


Edmun: trato cumplido. Espero la tuya.


Guardo el teléfono y escucho a Dietmar y Fabienne parlotear, debo admitir que es bastante entretenido y agotador teniendo en cuenta la cantidad de energía que parecen emplear en ello. Miro a mi alrededor, quedan pocos minutos para que la boda inicie, supongo que eso es todo, realmente va a suceder.

Entrecierro mis ojos hacia un invitado de traje negro, sus ojos parecen ampliarse con lentitud luego lleva una mano a su pecho y parece tambalearse, bajo la vista a su mano y noto el carmesí comenzando a mancharlas. El bastardo de Urian también se tambalea y solo me toman esos pocos segundos para entenderlo. Para captar lo que sucede.

— ¡Abajo! ¡Abajo! —Le grito a Dietmar y a Fabienne.

Empujo a Dietmar al suelo antes de que estallen los gritos y órdenes a mi alrededor, envuelvo a Fabienne en mis brazos mientras nos arrojo al suelo y escucho los disparos sonar. Mi respiración es entrecortada mientras con mi cuerpo cubro el de Fabienne. Los disparos que se escuchan son los que vienen en defensa de los que atacaron con disparos silencios al inicio. Siento pequeños golpes de las manos de Fabienne en mi espalda.

Hay gritos a mi alrededor, luego una mesa es empujada frente a mí y me doy cuenta de que se trata de Lorenz buscando la manera de cubrirnos, hay un arma en su mano y sangre gotea de sus dedos. Intenta darme una sonrisa.

—Un pequeño roce de bala en el hombro—Me dice, alza el arma—. Ya sabes, no esperaba tener que usar esto realmente —Su mano tiembla—. Bien, bien, esto estará bien.

Hay algo extraño sucediendo cuando siento liquido caliente en mi abdomen...Sangre. ¿Fui herido? Bajo la vista y me hago a un lado de Fabienne. Sus ojos están entrecerrados y con horror noto la sangre expandiéndose debajo de su pecho por todo el vestido blanco. Un hilo de sangre corre de su boca por su barbilla.

No. No puede ser.

— ¡Fabienne! —Grita Dietmar gateando hacia nosotros—. No, no. Osa bebé, no.

Llevo mis manos temblorosas a la herida intentando frenar el flujo constante de sangre. Dietmar está llorando, Lorenz está disparando y siento que el puto mundo me da vueltas. Bajo mi oreja a su boca y su respiración es demasiado lenta, demasiado escaza.

No, no. Mi pequeña hermana no puede morir. No así, no ahora. No tan joven.

Mi visión se torna borrosa y siento que no registro nada más que no sea ella. Quito mi chaqueta y la presiono de su herida. Me preparo para cargarla.

—Un médico, un médico —murmuro—. Necesita un médico.

No sé si los disparos se detuvieron, si alguien murió, si me cubren. Pero sostengo a Fabienne mientras me pongo de pie. Lorenz, entonces, nota lo que sucede y se paraliza.

—Abajo, abajo, Moritz —Me ordena.

—Necesita un médico.

—Maldita sea, abajo.

Estoy lo suficientemente aturdido para dejar que me obligue a agacharme de nuevo con Fabienne sangrando en mis brazos. Presiona un dedo de su oreja.

—Fabienne está herida, está gravemente herida —Trasmite con voz temblorosa—. Por favor, alguien venga a ayudar. ¡Está muriendo!

No, no puede morir. Siento una emoción rasgar mi pecho, cierro mis ojos con fuerza. No es real, esto no es real. Es una niña en medio de este lío, no es su culpa pertenecer a esta dañada familia.

—Suéltala. ¡Moritz! Suéltala —Me gritan.

Abro los ojos y hay hombres a nuestros alrededor intentando a sacar a Fabienne de mis brazos, lucho con ellos hasta que siento como me sostienen desde atrás, grito y lucho con fuerzas. No puedo dejar que la lastimen.

—Moritz, déjalos llevársela, necesita ayuda —Grita Lorenz sosteniéndome.

No. Suéltenme. Me duele. ¡Le duele! ¡Déjalo! —grito las mismas palabras que tantos años atrpas rasgaron mi garganta—. Por favor, suéltame. Déjame salvarlo. No más dolor ¡No!

»Déjame. Me duele, por favor, por favor. Basta. Basta ¡Ah! ¡Suéltame! ¡Déjalo!

Me duele. Me duele.

A él también le duele. Déjenlo. Déjenlo, por favor.

Jadeo en busca de aire sintiendo que me asfixio, mi visión es borrosa y experimento el miedo junto al dolor. Niklas aparece frente a mí y palmea con fuerza mi mejilla. Reconozco esta sensación de pánico, siento que me ahogo, no puedo respirar.

—Estás bien, estamos a salvo —Toma mi rostro entre sus manos—. No estamos ahí, nunca más estaremos ahí. ¿Lo entiendes? Este es el presente, no vayas al pasado. Estás aquí, ahora.

Me siento enjaulado, pero sus palabras llegan a mí. Estiro mi mano y lo atraigo hacia mí en un abrazo.

No estamos ahí. No estamos ahí.

Pero...Fabienne está muriendo.

Ella solo se está yendo. Estoy perdiendo de nuevo una parte de mí por esta maldita familia. Por Luhanne.

— ¿Cómo que no quieren atender a Fabienne? —escucho el grito de Dietmar.

Volteo y veo como Anton lo retiene para que no se acerque a Luhanne. Niklas también lo ve y vuelve su atención a mí.

— ¿Estarás bien?

Asiento con lentitud y me pongo de pie cuando lo veo caminar hacia Luhanne, Dietmar, Anton y Benjamin. Lorenz lo sigue y me es inevitable no ir con ellos.

Hace mucho no me sentía tan desorientado, fuera de lugar y ajeno a este lugar. Quiero ir a casa, quiero desesperadamente alejarme de este lugar.

—Es peligroso, nos expone cuando acabamos de recibir un ataque. Ella será atendida en la casa —sentencia Luhanne.

Me siento como un espectador, por alguna razón no consigo hablar y siento que mi mente se encuentra entre el presente y el pasado. Pero soy capaz de darme cuenta de que Luhanne no quiere que Fabienne, quien se encuentra en condiciones críticas, sea tratada en un hospital.

— ¡Está muriendo! —grita Dietmar luchando contra el agarre de Anton—. ¡Es tu hija, Anton! ¿Vas a dejarla morir?

—Fabienne va al hospital —dice Lorenz adelantándose. Niklas estira su mano y detiene que avance. Mantiene la mirada en Luhanne.

— ¿Van a dejarla morir? —pregunta con calma.

—Tenemos personal que puede intentar salvarla —dice Benjamin, el padre de Gesine y abro la boca para acabar con todo este circo y sacar a mi hermana de aquí.

Pero entonces Niklas estira la mano detrás de él y saca un arma, quita el seguro y con rapidez le dispara a Benjamin en la pierna. Todos nos sobresaltamos, incluso Luhane. Niklas asiente mientras Benjamin casi cae al suelo, pero alguien lo ayuda a mantenerse de pie mientras la sangre emana.

— ¿Ahora quieres un médico? ¿O también te tratamos aquí en casa donde podrías perder hasta la pierna? Y si la herida no es lo suficiente grave entonces tal vez podamos probar disparándote en el abdomen. ¿Te parece eso un buen trato, Benjamin? Total, el personal pude intentar salvarte ¿No?

— ¿Cómo has podido?

—Aun no eres mi suegro, Benjamin. Y primero van mis hermanos. Entonces, abuelo, ¿Llevaremos a mi hermana a un puto hospital o necesito seguir disparándole a las personas para hacer más válido mi punto?

Luhanne aprieta la mandíbula y no da la orden, Niklas suelta una risa y rasca con el arma su frente antes de apuntar hacia Luhanne y disparar muy cerca de su pie, ocasionando que salte.

—Tengo buena puntería, abuelo. Da la orden o haré que acompañes a Fabienne en la camilla.

—Crees que estás haciendo algo bueno, Niklas —Le dice.

—Niklas, por favor no hagas nada estúpido —dice Anton.

— ¿Estúpido? Estoy salvando a tu hija, estoy teniendo las bolas que te estás tragando en este momento, mi querido papá.

» ¿Van a castigarme? Debería tener un ascenso. Esto demuestra que soy leal a lo que creo ¿No? ¿Van a ponerme una bala por salvar a mi hermana? Además, apuesto a que a Benjamin no le molesta mucho mi disparo ¿Verdad? Después de todo no fue en ningún órgano vital.

—Eres todo lo que quiero para mi legado, Niklas. Solo por eso te perdono la vida ante esta insolencia —dice Luhanne.

—Deberías sentirte orgulloso, abuelo. ¿No me enseñaste a tener agallas? Mira, abuelito, incluso puedo morder la mano de mi amo. Ahora, da la orden.

Luhanne a regañadientes asiente hacia varios hombres que rápido se ponen en movimiento. Dietmar corre hacia donde tienen a Fabiene y yo siento que perderé mi puta cabeza. Hay sangre en mi ropa como aquella vez, solo puedo escuchar disparos como aquella vez y siento dolor, como aquella vez.

—Camina, Moritz —Me ordena Niklas, Lorenz me obliga a hacerlo. Niklas apunta a Luhanne con el arma antes de sonreírle—. Siéntete orgulloso, Luhanne.

»Por cierto, Benjamin, dile a tu hija que lamentablemente se cancela la boda. Ah, si quieres menciona que te di un balazo en la pierna, no me molestará.

Lorenz prácticamente me arrastra mientras mi mirada se mantiene en Niklas. Él está putamente loco y algo debe estar mal en mí porque en el fondo siento alguna especie de orgullo de que luchara por salvar a nuestra hermana a su manera.

—Va a matarte —murmuro.

—Ahora solo importa Fabienne. ¿Qué tan mal está?

No me fijo hacia dónde vamos mientras Lorenz dice cuán mal se veía el panorama para Fabienne. Algun tipo aparece recitando el número de heridos y muertos, la seguridad está por todas partes y cuando quiero darme cuenta, estoy sentado en un auto con Lorenz y Niklas al volante.

— ¿Qué tal tu brazo, Lo?

—Rozadura. Arde y quema, pero solo necesito limpiar la herida.

Miro el brazo de Lorenz y noto la sangre gotear. Joder, joder. Esta vida me es ajena, esta es la vida que lleva mi familia un día cualquiera. Esta es la vida a la que debían condicionarme. Una llena de balas y delincuencia, terror y muerte.

No quiero que seamos cinco hermanos. Fabienne no puede morir. Ella tiene que estar bien, por favor.

—Ya llamaron al hospital para pedir discreción y tener todo preparado para Fabienne. Livia se encuentra bien, la basura italiana pudo protegerla —informa Lorenz quien no deja de ver su teléfono—. Cuatro muertos, diez heridos, cinco de ellos en estado de gravedad, incluyendo a Fabienne.

—Once heridos si cuentas a Benjamin —agrego de la nada, Lorenz voltea a verme con desconcierto.

—Gracias por tu aporte, Moritz —Luego ríe—. Esto es una puta locura, esto es enfermo. Mi hermanita está muriendo y no sé cómo asimilarlo.

En medio de sus risas las lágrimas comienzan a caer mientras su mano tiembla tanto que el celular cae. Me inclino hacia adelante, su asiento, y atraigo su cabeza a mi pecho. Su cuerpo se estremece mientras llora.

»Solo tiene quince años, es una niña —dice en medio de sollozos.

Noto las manos de Niklas apretar con fuerza el volante mientras una lágrima rueda por su mejilla. Mi propia vista es borrosa.

—Ella estará bien —garantizo, como si tuviese algún poder para volverlo realidad.

Porque ¿Cómo podría saber yo eso? ¿Cómo podría garantizar que Fabienne sobrevivirá a esta vida en la que nacimos?

—Es un auténtico desperdicio —dice Niklas con voz temblorosa, pero una leve sonrisa.

— ¿El qué? —pregunto.

—Que no tuviera la oportunidad de hacer algo dramático cuando dijera: no acepto.





Holissss, aquí la segunda parte jijiji.

Como ustedes, aquí, soy una víctima más viendo como estos bebés sufren.

Recuerden que si tienen fanarts o quieren saber cuando se actualiza (a veces Wattpad no avisa) la historia tiene página de facebook: Saga InfoNews de Darlis Stefany. Los adelantos en mis redes: instagram storie (DarlisStefany) y stories de facebook en la página Darlis Stefany. Mayormente para contestar, en el tiempo que trato de dedicar para ello, me encuentro más en mis mensajes privados de Instagram y en Twitter Darlis_Steff, porque se me hace más cómodo por esos medios.

Espero les guste.

Un beso.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro