Capítulo Treinta y Dos: Lo siento, pero... (Parte I)
Capítulo treinta y dos: Lo siento, pero... (Parte I)
Cierro mis ojos, todo es silencio, mi respiración es agitada y luego escucho una risa ronca que bajo otro contexto me hubiese parecido encantadora. Abro con lentitud mis ojos y encuentro que él es quien se encuentra sonriendo.
—Luces muy asustada —comenta.
Lo estoy, estoy tan asustada qué no sé cómo moverme o hablar en este momento.
— ¿Qué demonios estás haciendo? —pregunta alguien detrás de mí—. ¿Qué son todos esos gritos sobre disparar? ¿A quién se supone dispararás y...? ¡Oh, por favor! Dime que no acabas de asustar a la novia de Moritz.
—Lo hice.
Unos pasos se acercan y luego desde atrás intentan levantarme del suelo, de inmediato grito de una manera en la que mi garganta quema.
—Joder, joder. No grites —Me dicen desde atrás, pero no puedo parar.
Una mano cubre mi boca y mi pecho se sacude con sollozos incontrolables, mi cuerpo tiene espasmos con fuerza. Estoy desequilibrada en este momento, no entiendo lo qué sucede.
—Maldita sea, te has pasado —dicen detrás de mí—. Mira cómo tiembla. Controla tu locura.
—Mi arma estaba asegurada. Pensé que ella sabía de todo esto —dice el tipo armado.
Él camina hacia nosotros y se agacha justo frente a mí, sonríe con lentitud y hace su gorra negra hacia atrás, de manera de que ahora puedo ver su rostro. Ojos claros y algo rasgados me observan con diversión.
—Hola, soy Niklas, cuñada.
—Bueno, Nik, ¿Por qué no vas y dices alguna otra cosa que pueda asustarla más?
—Uhmm, puedo hacerlo si me retas —Se encoge de hombros y se pone de pie—. Ahora, ella de verdad le dijo a alguien y ahora hay otro auto afuera.
— ¡Mierda! —Mascullan detrás de mí cuando muerdo los dedos que me silencian—. Eso duele. ¡Me ha mordido!
— ¿Quieres que le dispare?
—No, Niklas, no quiero que le dispares a la novia de Moritz.
—Tampoco iba a hacerlo —responde mientras me mira—. Estaba bromeando.
No es nada gracioso.
Gateo para alejarme y tiran de mi pierna haciéndome caer boca abajo, grito de nuevo.
—Mierda, mierda, de verdad lo siento. No quería lastimarte —dice el hombre detrás de mí.
—Voy a vomitar —anuncio para que me suelte y por fortuna lo hace.
Me siento y volteo a verlo mientras tomo profundas respiraciones. No tardo mucho en reconocer a uno de los hermanos de Edmun, aquel que vino luego de Dietmar: Lorenz. Él me da una sonrisa que luce culpable y alza sus manos; vuelvo mi vista a Niklas.
Lo detallo abiertamente, tiene rasgos similares a sus hermanos y resulta tan atractivo como ellos. Él me da la espalda y camina hacia el ventanal frontal, hace a un lado la cortina y mira.
—No mentía cuando decía que ella le dijo a alguien —anuncia—. Hay un carro afuera...Un tipo está bajando. ¿Es amigo o enemigo de Moritz?
—Edmun no tiene enemigos —digo, él voltea a verme y enarca una ceja.
—Como si fuese amigable —dice—, por supuesto que le caería mal a muchos. Es desagradable.
— ¿Enemigo o amigo? —Me pregunta Lorenz.
—Amigo, amigo. ¡Es Matthew!
—Bien, entonces, ¿Si lo dejamos entrar no gritará como tú? Porque me duelen los tímpanos con tus gritos y no necesitamos a más personas con histeria.
—Déjalo entrar, Nik. No lo apuntes con el arma. En minutos te has cargado toda la vida que Moritz tiene aquí. Estas personas desconocen de su vida en Austria.
Veo a Niklas ir hacia la puerta, la abre y la cierra detrás de él, pobre Matthew. Vuelvo mi atención a Lorenz, me está viendo.
—Tu hermano está loco —Es lo primero que digo cuando logro tranquilizarme y recuperarme de toda esta locura.
—Lo sé, pero aunque no lo creas, él le cae mejor a las personas de lo que lo hace Moritz —Me garantiza.
Se pone de pie y camina hacia mí, estira su mano tomando la mía y ayudándome a levantarme pasa una mano. Una vez estoy de pie, lo veo pasar una mano por su cabello.
—Lamento lo del arma, él no iba a dispararte —Hace una pausa—. Si no estás haciendo preguntas al respecto sobre por qué Niklas está armado, estoy suponiendo que lo sabes.
—No sé lo que sé —digo y parece desconcertado—. Necesito hablar con Edmun.
—Sobre eso... —Rasca su cien— no creo que sea posible en este momento.
— ¿En dónde está Edmun?
—Está en su habitación, pero...Uhm, está dopado con calmantes. Fui quien te envió los mensajes, porque en medio de su nube de calmantes, él no ha dejado de decir tu nombre...
No lo dejo terminar de hablar cuando parece que recupero las fuerzas de mis piernas y comienzo a dirigirme a la habitación de Edmun, Lorenz me llama, pero lo ignoro. Me detengo frente a la puerta cerrada y por un momento me invade la incertidumbre de si debo abrirla, sobre qué me puedo encontrar.
Tomo el pomo de la puerta y reúno voluntad para abrirla. De inmediato el olor a fármacos me golpea y lo primero que veo es a una mujer rubia que me mira con absoluta sorpresa. Deslizo mi mirada a la cama en donde sin camisa y con una sábana cubriéndolo hasta las caderas, se encuentra Edmun. Parece inquieto y desde aquí brilla en sudor, su abdomen esta vendado. ¿Qué le ha sucedido?
— ¿Quién eres? —Le pregunto a la mujer que se encuentra en la habitación, sintiendo unas ganas de proteger a Edmun de cualquiera que pueda hacerle más daño.
—Tranquila, ella está siendo su doctora y no habla inglés —Me responde Lorenz apareciendo detrás de mí.
Me alejo y camino hacia la cama. Edmun luce muy pálido, sus labios están agrietados y resecos, el sudor es abundante y parece que murmura, noto que algo de sangre traspasa la venda y cuando llevo mi mano a su frente, sisea y el calor contra mi piel es impresionante. ¡Está ardiendo en fiebre!
—Necesita ir a un hospital —digo lo evidente.
—No puede. Tiene heridas de balas.
«Heridas de balas » en plural. Balas. Armas. Llevo una mano a mi boca para reprimir el grito agudo que quiere escapar.
—Tiene fiebre alta y está pálido, podría estar contrayendo una infección, Lorenz.
—Sienna es una doctora con toda la palabra, ella está controlando esto. La verdad es que está mucho mejor de lo que estuvo en un principio. No puedes llevarlo a un hospital o decirle a alguien, él necesita mantener la vida tranquila que estaba llevando aquí sin levantar sospecha.
»Cuando se recupere, Niklas y yo volveremos a Austria y él podrá seguir llevando su vida alejado de toda esa mierda, por favor, déjanos hacer esto a nuestra manera —Hace una pausa—. Te escribí porque él no dejaba de llamarte, sé que esta es una posición difícil para ti, responderé cualquier duda que tengas sobre...Nuestra familia y lo que sucede.
— ¿Todo?
—Absolutamente todo.
Me siento en un lado de la cama y tomo la mano de Edmun, su palma está sudada y de manera sutil devuelve mi apretón de mano.
—Valer... —murmura antes de que empiecen de nuevos los susurros en otro idioma. Es evidente que tiene alucinaciones.
—Quiero que mis preguntas las responda Edmun. Si él muestra mejora esta noche no lo llevaré a un hospital, pero si sigue así, será necesario. Podría tener una fuerte infección y eso es peligroso —Miro a la tal Sienna—. Necesitas cambiar su venda, la sangre está filtrándose.
Tomo uno de los paños en agua y lo dejo sobre su frente antes de volver a sentarme y tomar su mano. Tengo una mezcla de emociones: felicidad, enojo, desconcierto, miedo...
—Pareces más serena de lo que pensábamos.
—Estoy aterrada, pero si finjo que esto no me afecta, no enloqueceré todavía. Ahora me enfoco en que él mejore, tiene muchas respuestas que darme.
—Lo entiendo. Iré a ver que Niklas esté siendo bueno con nuestro invitado.
—Lorenz —Lo llamo, él se detiene—. ¿En dónde está Dietmar?
—Italia —Esa es toda la respuesta que me da antes de salir de la habitación.
La sangre nunca me ha aterrado, así que ayudo a Sienna a cambiar el vendaje de Edmun luego de que ella la limpie y me haga ver las heridas de lo que tal vez fueron dos balazos. Mis ojos se humedecen ante el hecho de que alguien le hiciera tal daño. La doctora habla en alemán y no entiendo nada de lo que dice, pero trato de hacerlo con base a sus expresiones y luego ella sale de la habitación dejándome a solas con Edmun.
No le hablo, solo sostengo su mano y cierro mis ojos pensando en que muchas veces me subestimo. Aquí estoy, vine corriendo sin saber si era una trampa, fui apuntada con un arma, ayudé a limpiar heridas de balas y todavía me mantengo en pie. Soy más fuerte de lo que quiero creer, de lo que me doy crédito y estoy sorprendida de no estar corriendo lejos en este momento, supongo que es un lado de mí que desconocía.
Los minutos pasan y hay un momento en el que me preocupa el hecho de que Matthew no ha entrado a la habitación. Toco la frente de Edmun, parece que ha bajado un poco la temperatura, ya no murmura tanto; salgo de la habitación.
Encuentro a Matthew sentado en el sofá con Gring sobre su muslo mientras los hermanos se encuentra contra la pared observándolo. Todos me miran cuando aparezco, Matthew respira aliviado.
—Te dije que esperaras —Es lo primero que me dice.
—Él me hizo entrar —señalo a Niklas.
—Me declaro culpable —Se encoge de hombros—. Afuera parecía muy frío para hacerla esperar. ¿Por qué el loro está tan encariñado contigo?
—Porque paso mucho tiempo aquí —responde Matthew acariciando a Gring—. Eres igual de grosero y maleducado que tu hermano, supongo que es de familia.
—Gracias, siempre quise ser cómo mi hermano mayor —dice con ironía—. ¿Te vas a sentar o te quedarás de pie con esa expresión pesada en tu rostro?
Me doy cuenta que se refiere a mí, él luce como si estuviese agotado e irritado. Nos da un último vistazo antes de comenzar a caminar hacia el pasillo que lleva a la habitación de Edmun, casi lo sigo, pero Lorenz me llama.
—Déjalo. Él necesita verlo —Me dice—. Necesita confirmar que Moritz respira y que nada se está escapando de sus manos, necesita ver que todavía lleva el control de esta situación.
La incertidumbre me consume, pero cedo y tomo asiento al lado de Matthew, con mi índice acaricio la cabeza de Gring.
— ¿Por qué trajeron a una enfermera que no habla inglés? —pregunto.
—Para que no le dijera a alguien de aquí que tomamos prestado sus servicios —Matthew y yo lo vemos—. Bueno, tuvimos que invitarla a este viaje de improvisto.
— ¿Raptaron a esa mujer? —pregunta Matthew.
—No exactamente, le pagaremos.
—Sin duda, Edmun tiene mucho que decirme sobre su peculiar familia —masculla Matthew, luego me mira—. ¿Cómo estás?
—Confundida, conmocionada y algo entumecida.
—Sí, me siento exactamente igual. El otro tomó mi teléfono.
—Por seguridad —Lo defiende Lorenz, Matthew suelta un bufido—. Va a devolvértelo cuando te vayas.
—Supongo que cuando me vaya, significa "cuando me dejen ir."
—Eres muy inteligente, ya veo porque le agradas a Moritz —Sonríe—. ¿Eres el amigo que llevó de paseo a Die? Él habló de ti, dijo que eras un tipo genial.
—Dietmar es un buen chico.
—Lo es —El semblante de Lorenz se vuelve serio—, solo tuvo la mala suerte de nacer en la familia equivocada. Todos nosotros fuimos escupidos por el destino y terminamos en esta mierda.
***
—Esto no deja de sonar —Se queja Niklas alzando el teléfono de Matthew, luego masculla algo en alemán—. Me atormenta.
— ¿Podrías devolver mi teléfono? —pregunta Matthew y noto la manera en la que mira con recelo al hermano de Edmun—. La razón por la que suena es porque mi novia quiere saber qué demonios está pasando y si no respondo, ten por seguro que aparecerá aquí con un repertorio de insultos que nunca has escuchado.
— ¿Por qué todos visitan a Moritz? No es una persona agradable —Arroja el teléfono a Matthew y por suerte él lo atrapa—. Qué no venga, somos demasiados.
Matthew se pone de pie y camina hacia el jardín lateral pese que afuera el frío del amanecer está bastante intenso. No despego mi mirada de Niklas. Es sorprendente su atractivo así como su raro comportamiento, es difícil para mí obviar el hecho de que trae un arma consigo aun cuando luego de su broma, no ha vuelto a apuntarme.
Un bostezo repentino me invade, aunque no puede sorprenderme cuando son las seis de la mañana y tengo sueño acumulado de hace días. Cubro mi boca con una mano mientras bostezo y luego me estiro.
—Puedes dormir en alguna habitación, como novia de Mo...Edmun —Se corrige Niklas con una pequeña sonrisa llena de diversión—, debes estar muy familiarizada con las habitaciones de esta casa.
Todo lo que hago es observarlo, él deja finalmente de estar de pie y camina hasta sentarse a mi lado en el sofá, con una distancia considerable, que hace que de ninguna manera nos toquemos, me giro hacia él. Tiene grandes ojeras y sus ojos están rojizos, sin embargo, no queda duda de su atractivo. Supongo que éste hombre con su atractivo y locura es un arma letal para la humanidad, me es difícil sacar de mi cabeza que me apuntó con un arma y que de hecho lo consideró "una broma".
— ¿Estás enojada por la pequeña broma?
—No la llamaría una broma pequeña —digo y admito que mi voz es algo floja, porque él me asusta.
—Depende, en mi familia podría resultar de lo más divertido —Recarga uno de sus codos de su rodilla y apoya su barbilla en su mano.
— ¿Sería esto divertido para Edmun?
Su ceño se frunce y mira hacia abajo, hace una mueca con su boca y vuelve a observarme con sus ojos grises verdosos.
—No, a Edmun eso lo hubiese molestado, pero a él todo lo enfada, ¿Verdad? —Su acento es tan marcado como el de Dietmar—. Es raro...Eres físicamente todo lo contrario a Gesine.
»Eres sexy, pero de una manera diferente...Más inocente. ¿Cómo es que luces tan inocente y bondadosa? No tiene sentido, el mundo está repleto de escorias y sin embargo, te ves como algun pobre ángel que aterrizó en el medio de un infierno.
¿Debo tomarlo como un halago? Hay algo con certeza en sus palabras: esto confirma muy bien todas las sospechas sobre la familia de Edmun. Tengo la sospecha de que si pregunto, él responderá; me da la impresión de que nada le importa. Pero hay preguntas que quiero sea Edmun quien las responda.
— ¿Eres parte de ese infierno? —pregunto.
—Ardo en él —dice con seriedad— y generalmente arrastro a todos a el. No soy una buena persona —Se encoge de hombros restándole importancia—, tampoco soy confiable, algún tipo me dijo que era un puto loco y escuché a Anton decir, algunas veces, en mi adolescencia que yo era un desequilibrado.
— ¿Quién es Anton?
—Quién era Anton —corrige y hace una pausa, sin embargo sus ojos abadengos muchas emociones antes de que vuelvan a ser fríos—. Eso pregúntaselo a Edmun.
Paso súper rápido. Más tarde vuelvo con la segunda parte.
Recuerden que hoy en el en vivo estaremos hablando de esta primera parte, la segunda que vendrá y otras cosas. Será en la aplicación de YouNow en poco más de media hora (5:00 PM Hora Venezuela). Mi user es DarlisStefany.
Recuerden que si tienen fanarts o quieren saber cuando se actualiza (a veces Wattpad no avisa) la historia tiene página de facebook: Saga InfoNews de Darlis Stefany. Los adelantos en mis redes: instagram storie (DarlisStefany) y stories de facebook en la página Darlis Stefany. Mayormente para contestar, en el tiempo que trato de dedicar para ello, me encuentro más en mis mensajes privados de Instagram y en Twitter Darlis_Steff, porque se me hace más cómodo por esos medios. Ahora se suma que por YOUNOW (DarlisStefany) estaré haciendo en vivos los sábados para hablar de mis historias, adelantos, etc.
Espero les guste.
Un beso.
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