Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

|GIOVANNI|

   

P.O.V GIOVANNI DE ROSA

   Doy vueltas por la habitación, inquieto, arrepentido y tratando de controlar mis impulsos. No puedo con los reproches de mi conciencia.

   Le doy una patada a la silla, volcándola.

   Suspiro frustrado. Estoy divido.

   ¿Dónde se ha quedado mi nobleza?

   Necesito volver a su cuarto y decirle la verdad. Poder encontrar una salida y llevarla lejos de esta locura, sin tener que perderla. Sin embargo, otra parte de mí me retiene. ¿Será la prudencia? O, ¿acaso es el miedo?

   ¿Miedo a confesarle todo y que me odie por ser el causante (in)directo de sus desgracias? Sí, junto al terror de perder lo más valioso que tengo. No puedo volver atrás. Ya es demasiado tarde. La única forma de enmendar mi error ha sido pidiéndole que se marche de Rímini, por mucho que me haya costado hacerlo. Ha sido lo segundo más cobarde que he podido hacer, porque lo primero fue conocerla como lo hice.

   Aquella noche, en esa discoteca, no fue la primera vez que la vi. Ojalá esto no fuese la realidad y hubiera podido coincidir con ella en otras circunstancias.

Meena... ¿serás capaz de perdonarme algún día si llegases a descubrirlo?

   Esa noche tenía una sola misión, sola una y no fui capaz de cumplirla. Me dejé llevar y me arriesgué aún sabiendo que podrían haber consecuencias... Aunque, nunca me imaginé que fuesen estas.

   ¿¡Por qué tuve que darle mi número!? ¿Saber de ella? ¿Encontrarla en mis sueños y despertar pensando en lo que quería que pasase una y otra vez?

   Por eso, elijo esta opción. Que se vaya será lo mejor, que desaparezca de aquí antes de que nadie descubra lo que yo sí sé. A pesar de que sea egoísta es lo que la mantendrá viva. No puedo permitir que continúe en esta peligrosa ciudad. Arriesgarme a que él descubra lo que yo conozco.

   Meena todavía no es consciente de lo que puede suceder y lo catastrófico que será, para todos. Tengo toda mi investigación en mi casa de Rímini, en una caja fuerte, escondido en mi dormitorio, detrás de un armario. El único lugar en el que estarán a salvo los antiguos manuscritos. Él no debo encontrarlos. Jamás.

   Aquel día que huyó de mi casa de Verona, la fatídica noche que fue testigo del asesino del deán, me di cuenta de que lo estaban buscando, información. Información que tengo yo y nadie más. Él no puede saberlo porque no solo caeré yo, caerán ambas.

   Pero, ¿puedo hacerlo? ¿Soy capaz de pagar el precio? ¿No sentir vergüenza con mis actos? ¿Mi cobardía? Por fin he obrado como debí de haberlo hecho el primer día, conseguir lo que necesitaba de Meena y no volver a cruzarme con ella. Pero, tenerla cerca, verla sonreír y haber sentido esa electricidad... Pensé que si no lo hacía me arrepentiría de por vida, y ahora solo maldigo el momento en el que lo hice.

   Me acerco a la puerta y pongo la mano en la manilla de la puerta, indeciso.

   En el momento en el que decido bajar la mano, escucho un ruido proveniente del pasillo, concretamente de la habitación contigua. ¿Meena ha salido?

   Espero varios segundos, por si está en el pasillo. Cuento hasta treinta y la abro de inmediato, sin poder aguantarlo. Primero saco la cabeza y está despejado. Cierro detrás de mí y miro en dirección a las escaleras. Veo como desaparece por ellas.

   ¿A dónde va?

   Mi cuerpo se tensa ya que no tardo en comprender qué está haciendo y a dónde se dirige. No es la primera vez que pretende irse, sin embargo, en esta ocasión no puedo permitirlo, no todavía. Vincent no se puso en contacto con los D'abrosca y correría peligro. Deben de saber que estamos aquí. No se atreverán a cruzar los límites, ni siquiera andar por los alrededores. Habría una guerra.

   La sigo manteniendo la distancia ya que no quiero que nos encontremos con Vincent, que estaba muy ocupado con esa mujer. ¿Bianca? Hace rato, cuando bajé la vi llegar y supuse que mi estimado primo necesitaba una distracción. No obstante, me escondo detrás de la esquina cuando bajo las escaleras, ya que Meena se ha quedado mirando a la puerta del salón.

   Escucho un gemido femenino...

   "El rey del disimulo". Pienso, molesto de que haya decido justamente elegir una estancia pública en vez de un dormitorio de las plantas superiores.

   Sin poder siquiera reaccionar, Meena sale corriendo. Estoy a punto de hacer lo mismo, pero la voz de Vincent me frena.

   —Para —escucho su tono autoritario.

   —¿Qué pasa? ¿Prefieres que baje yo primero? —contesta esa mujer.

   —No —responde y me pego más contra la pared, evitando ser visto—. Lárgate, hemos terminado por hoy.

   —¿Qué? ¿Acaso no te ha gustado cómo me he arreglado o...

   Vincent no la deja hablar:—Bianca, lárgate, tengo algo que hacer. Sal por la parte delantera.

   —¿Me tengo que ir por un puto asunto tuyo? ¿¡Me vas a dejar así!? —grita enfurecida.

   —¿Con quién crees que hablas? —me preparo para intervenir, por si Vincent se atreve a ser más descortés, sin embargo, no es así—. Cuando vuelva no quiero verte aquí, ni a tu ropa barata.

   Sale del salón y va en la dirección en la que Meena desapareció. Va hacia la puerta trasera.

   ¿La ha visto? ¿Por que Meena se ha ido por allí? ¿Para evitar ser vista? O, ¿pretendía ir a otro sitio? Pienso en las posibilidades y caigo en ello. El laberinto. ¿Qué le hará Vincent si la encuentra?

   Salgo de mi escondite y en el camino choco con Bianca.

   —Aparta imbécil —se queja, levantando la mirada, sorprendiéndose en el acto.

   Su maquillaje está corrido y se le saltan las lagrimas.

   —Disculpa —murmuro, evitándola, pero me coge de la chaqueta.

   —Señor Giovanni, ¿qué hace aquí? —pregunta, limpiándose el rostro con la manga y provocando que mi impaciencia crezca.

   —Asuntos laborales, si no te importa debo irme...

   —Espere, ¿podría decirle al señor Tjäder que me llame luego? —asiento, nervioso, tratando de esquivarla, pero de nuevo, no me deja—. Y, ¿podría decirle que si no me llama, vendré mañana a la misma hora?

   —Sí, sí, yo se lo digo —contesto con rapidez, esperando que me deje en paz.

   —Ah, y señor Giovanni, ¿me podría decir si se me ha corrido mucho el maquillaje? Que me daría mucha vergüenza salir con esta pinta —suspiro y me rasco la nuca, nervioso—. ¿Usted me ve guapa? Se lo veo en los ojos, he visto cómo me mira cada vez que paso por delante suya... Sabe, prefiero a Vincent, pero usted también está muy bien —se aproxima a mí y me alejo de ella y veo la oportunidad de salir pitando de esta situación.

   —Gracias, pero no estoy interesado —le digo y salgo casi corriendo hacia la puerta trasera.

   Esa mujer, Bianca, no sabía ni que trabaja en nuestro hotel. Lo supe cuando la encontré recientemente con Vincent en su despacho a punto de mantener relaciones sexuales. Por su culpa me ha retrasado.

   Espero que no sea tarde. Debo encontrarla yo antes.

   Llego al laberinto, el rincón preferido de mi primo. Fue construido por nuestros abuelos, pero nunca supe por qué le agradaba tanto, incluso, podría decir que prefiere este jardín de setos a las lujosidades de la villa. Vincent sería capaz de esconder aquí un tesoro.

   El inconveniente de que sea su sitio favorito, es que lo conoce a la perfección, mientras que yo no dejo de volver hacia atrás. ¿Por qué de pequeño no jugué más aquí? Prefería leer a perder el tiempo en el jardín, por eso siempre su padre me tuvo preferencia.

   Antes de estar cerca del punto central, la fuente, escucho a Vincent y a Meena hablar. ¿Qué le está diciendo? Giro hacia la izquierda y llego a un camino sin salida, sin embargo, puedo escucharlos a la perfección.

   —¿Otra vez? ¿Con que me va a amenazar en esta ocasión? ¿Con mis amigos y familiares? ¿Con mi puesto de trabajo? —es la voz de Meena, parece enfadada—. He decido dejar mi puesto de trabajo. Me iba a molestar en dar un preaviso de quince días y esperar al final del mes porque soy una estúpida y quiero quedar bien con personas que no lo merecen. Pero, ya no me importa. Ya no me importa nada en esta ciudad. Ah, y no se preocupe por los vestidos que me regaló, uno se lo devuelvo, pero el otro posiblemente esté en la basura.

   Lo hará, se irá de aquí y todo es por mi culpa.

   Todas las veces que los encontrado juntos, sabía que no era por propia voluntad de Meena, por eso siempre he querido intervenir. Cuando descubrí que Meena iba a trabajar en el hotel, tuve miedo de que Vincent supiese en lo que andaba, que supiese algo más por las indirectas que nos lanzaba, sin embargo, pude ver que solo era por capricho. Ha visto que tengo interés en Meena y pretendía seducirla, pero no le ha funcionado. En ese sentido, me alegro que sea así, no soportaría ver a Meena con Vincent, despiadado y todo un narcisista con abuso de poder.

   —Adiós, señor Tjäder.

   Se despide Meena y oigo pasos, pasando por mi lado sin ser consciente de ello. Es mi momento. Doy la vuelta y trato de salir lo más rápido posible, tengo que hablar con ella y mantenerla lejos de Vincent.

   No obstante, después de dar varias vueltas y casi estar cerca de la salida, escucho lo siguiente:

   —Meena, y si te hiciese una propuesta que te cambiara la vida, ¿cambiarías de opinión?

   Silencio.

   Y más silencio.

   No puede ser, debo evitar esto. ¿¡Qué locura está pensando Vincent!? ¿Hasta dónde llegarán sus caprichos? Con Meena, no.

   Salgo a la luz, detrás de Vincent, Meena deja de mirarlo a él, posa sus ojos en mí.

   —¿¡De qué estás hablando!? —hablo, interrumpiéndolos.

   La sonrisa de Vincent se borra y Meena no parece alegrarse por mi intervención, todo lo contrario, me mira con seriedad y noto enfado en sus gestos. Debe de odiarme.

   —Giovanni, será mejor que nos dejes solos —lo ignoro, no pienso obedecer como acostumbro a hacer. Aprieta la mandíbula y se aproxima a mí—. No me hagas repetírtelo una vez más.

   —No —respondo, enfrentándolo, harto de él y sus demandas.

   —¿Crees que tienes poder por solo alzar la voz? Debiste de actuar así con los D'abrosca, no con quien te da cobijo —responde con mezquina burla—. ¿Recuerdas ese favor que me debes?

   —¿Por qué llegué a pensar que por una sola vez no ibas a actuar como siempre y me podías ayudar? Que no actuarías en base a sus intereses... —mascullo, odiándolo más que nunca.

   Se ríe y mira a Meena mientras me susurra:—Tú dejaste de tener opinión cuando hiciste el trato con él—abro los ojos con sorpresa. Lo sabe, Vincent sabe lo que pasó—. Así que, ahora déjame a solas con Meena y lárgate antes de que te entregue a Franscesco D'abrosca.

   Y, de nuevo, hago lo que me ordena, aunque, no cómo él espera. 



***

¡HOLAAAA! ¿Qué os ha parecido el capítulo especial desde el punto de vista de Giovanni? ¿Querréis otro para más adelante? Porque esta historia sigue en marchaaa. 

Estoy contenta con el resultado porque cuando comencé la novela solo iba a centrarme en el punto de Meena, pero creo que os merecíais algunas respuestas, aunque tal vez solo he creado más misterios... hehhehe.

Estoy atenta a vuestros comentarios y cómo siempre estoy agradecida por los votos, comentarios y apoyo que me dais, me motivan a seguir mucho. 

Por cierto, si tenéis tiktok, os dejo mi perfil para que le echéis un ojo a los reels que a veces hay adelantos y hay reels de los personajes principales! Es: neferet_45

Un super abrazo, Neferet💓💓💓

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro