Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

|25| VULNERABLE

   Inexplicable.

   Debe de serlo. ¿No? Sino, ¿casualidad? ¿Demasiada?

   Todo comienza a encajar poco a poco, al menos, todo lo que he llegado a conocer y lo recién descubierto. ¿Es posible que pueda ser una mera coincidencia? ¿Tendrá relación con lo que trataba de comunicarme Ura? Debe de serlo porque no soy capaz de encontrarle otro significado. Al menos, de momento.

   Nunca he tenido la costumbre de ponerme en primer lugar, ni siquiera de ser una persona egocéntrica o pensar que soy una entre un millón. Nunca destaqué por nada en concreto, ni por mis rasgos ni por mi personalidad. Y, aquí me encuentro, sin poder apartar la vista de estas dos palabras.

Meena Rakt

   Esa, soy yo. Mi nombre, mi apellido. ¿Quién fue esa mujer?

   Trato de obtener respuesta. Intento leer el contenido, pero no soy capaz de descubrir lo escrito. Las palabras escritas en cursiva son difíciles de leer y el idioma es diferente.

   —Giovanni —aparto la mirada del nombre, del mío—, ¿qué significa esto?—pregunto, en tono neutro.

   Suspira.

   —Antes de conocerte, solo un nombre que me provocaba mucha curiosidad —explica mientras le devuelvo el libro—. Después de conocerte... Un misterio. Puede ser casualidad, sin embargo, hay relaciones difíciles de explicar que parecen guardar un sentido que no soy capaz de entrelazar. Lo he leído varias veces desde que te conocí, Meena. He tratado de buscar un significado, pero todavía no he podido encontrarle ni un motivo. He pensando en varias hipótesis, pero ninguna me convence —busca algo en su caja fuerte, de dónde saca un cuaderno—. Busqué a un traductor experto en textos antiguos y me ayudó a resolver dudas que yo solo no habría podido. Y, de hecho, lo descubierto fue una locura, el principio de todo, lo que él trataba de contar mientras explicaba la piedra de sangre.

   —Cuéntamelo, por favor —le pido.

   Siento que nunca he estado tan cerca de la posible razón de lo que me sucede, incluso más de lo que me podría imaginar.

     —Primero, debo preguntarte algo, y tengo que advertirte que va completamente en serio —acepto, expectante—. ¿Crees en la magia, Meena?

   Lo miro, abriendo los ojos con sorpresa. No sé qué decir. No sé que opinar después de todo.

   —No lo sé Giovanni. Hace algunas semanas me hubiese reido de todo esto —hablo, sintiendo un cosquilleo nervioso en el estómago—, pero ahora... Quiero saberlo todo.

   Aprueba mi respuesta, comenzando a explicarme el por qué de su pregunta.

   —Segismundo era un poeta, un escritor, por lo que tenía una visión artística. Sin embargo, su gusto oculto por el más allá le era superior. En su libro lo menciona. Comenzó nombrando a Dios, pero pronto lo sustituyó con el que él pensó que tenía una fuerza superior. El príncipe de los demonios. La brujería de otros países o lo poco que se conocía de otros continentes en el SXV le fascinaba ya que durante milenios se habían documentado las diferentes religiones y él encontraba a Lucifer en diferentes formas y nombres, pero todos eran la misma esencia oscura que podía matarte si así lo deseaba o complacerte si lo beneficiabas. Segismundo optó por la segunda opción. Y, así comenzó su obsesión por el Dragon D'Oro. Él creía que era más que una leyenda, que en ese hecho fantástico residía una verdad y un poder inmenso que podía obtener si encontrabas las formas adecuadas.

   "Lo que trataba de contar Segismundo era la posible relación entre ese poderoso amuleto, la piedra de sangre, y el Dragón D'Oro. Él creía firmemente en la existencia de esos seres fantásticos, creados por Lucifer para poder permanecer en la tierra sin que Dios supiese dónde se escondía. Resulta intrigante de dónde pudo sacar la inspiración de dichas hipótesis. No obstante, en el final del libro, en la página que has leído, sale ese nombre.

   Meena Rakt. No se refiere a ella como a una persona, o al menos un igual, sino que en la única vez que la menciona por completo lo describe como una puerta a la verdad, como si fuese la clave a algo que no llego a descubrir. Otras veces sale la palabra Rakt, रक्त (sangre), significa sangre en hindi, como bien sabes, y en ocasiones se refiere a ello como a una persona y a medida que avanza el libro parece si hablase de un descubrimiento que relaciona con una poderosa magia".

   —Entonces, la Meena Rakt del libro, ¿era una persona o una metáfora?

   —Todavía no lo sé. Es lo que he tratado de averiguar y por eso mismo intenté encontrar el segundo volumen, el que tienen los D'abrosca. Estoy convencido de que en él se esconde la respuesta.

   —Pero, ¿hay pruebas de ello?

   —Lo único que sé es —dice, guardando el libro junto a su cuaderno y buscando otra cosa—, esto. Lo único que pude llevarme el día que asesinaron a Concordio Casadei en la Catedral Il Duomo de Verona. Estuve siguiendo sus últimos movimientos ya que después de una larga investigación, descubrí que Segismundo había escondido el segundo volumen en una parte oculta del Templo Malatestiano y Concordio era el que la custodiaba. Y, repentinamente quiso abandonar el templo e irse a Verona. Este fue el verdadero motivo por el que fui a tu ciudad. Para averiguar por qué se había ido y si tenía el libro, Y, así fue. Lo encontré y estuve a punto de intercambiarlo por otro libro, vacío por dentro, no obstante, no era el único esa noche. Arranqué una hoja y salí corriendo cuando aparecieron los hombres de D'abrosca para llevárselo. A día de hoy no soy capaz de darle un significado.

   Cojo la funda plástica en la que se encontraba un trozo de papel antiguo, como si hubiese sido arrancado. Es una oración a medias. 

    —¿Qué pone? —pregunto ya que el idioma es el mismo que el del libro, en latín.

   —Exactamente significa: La pureza... La sangre... Lo único puro —enumera. Y, tras escucharlo recuerdo fugazmente la carta de Ura.

   —Tengo que enseñarte algo.

   Desbloqueo mi teléfono en busca de la foto de la despedida enigmática de Ura, no sin antes ojear un correo electrónico del trabajo. Es horario de los eventos planificados de Vincent Tjäder.

   —Dame un momento —asiente, mientras entro en el documento adjuntado y leo con rapidez a las reuniones a las que deberé acompañar a mi jefe y sonrío al ver una de la más oportuna. Salgo del PDF y entro en galería.

   Le cedo el teléfono y la lee. Tras pocos minutos habla.

   —¿La clave está en ti, en tu sangre? —me mira, con duda.

   —Así es, es lo último que me dijo —resoplo, cogiendo mi móvil y lo guardo—. Tengo la sensación de que todo podría estar relacionado. ¿Crees que la respuesta a todo esta en el segundo volumen?

   —Tengo la certeza de que es así, pero debo hacerme con él... Pero, después de lo ocurrido...

   —Tal vez yo pueda ayudarte con eso —le digo, sorprendiéndolo.

   —¿Cómo?

   —He recibido la lista de eventos de Vincent, y uno de ellos será una cena que celebran dentro de dos semanas los D'abrosca en su villa.

   Giovanni niega.

   —Te he contado todo esto para que lo supieras. No correrás el peligro de involucrarte.

   Me levanto y me pongo delante suya.

   —Giovanni, ahora estamos juntos en esto —mi revelación parece impresionarlo, incluo yo me sorprendo por mi intensidad, pero soy consciente por primera vez de que esto es más serio de lo que jamás hubiese pensado—. Haré lo que sea para obtener respuestas —no parece convencido, incluso veo el arrepentimiento cruzar su semblante—. Te ayudaré a descubrir todo esto. Ahora trabajo con Vincent y estoy protegida. No correré ningún riesgo.

   —¿Y si Vincent te descubre?

   —No pasará —digo con confianza—. Así que, vamos a planificarlo todo.

***

    ¡Qué nerviosa estoy! Y, no parezco la única.

   Siento cómo me tiemblan ligeramente las manos a medida que avanzo. Lo peor que puede pasar es que me despida, ¿no?

   La semana había pasado con tranquilidad desde la última vez que había hablado con Giovanni sobre nuestro plan.

   Pensé en llamarlo en varios ocasiones. Cuando iba por la calle porque se me había ocurrido una nueva idea, otra al salir de una comida aburridísima con los socios de Vincent y mientras veía una película de comedia. Por muchas ganas que tuve, no lo hice ni una sola vez.

   Habíamos acordado olvidar el pasado y dejar nuestros asuntos privados ese día.

   —Por cierto, antes de que te vayas —me di la vuelta, terminando de ponerme la chaqueta, mirándolo—, quería que hablásemos de Ekaterina...

   Sonreí incómoda, restándole importancia.

   —Giovanni, es igual. Haré como si esa parte de la conversación no existiera —dije, fingiendo indiferencia, la cual me forzaba en sentir.

   Se aproximó hacia mí y no di un paso atrás—No quiero que hagamos eso. Ahora sabes la verdad y por qué tengo que estar con ella —explicó, dándome a entender a dónde quería llegar.

   Pude notar sus dedos rozando los míos y aunque no quise, rompí nuestro pequeño contacto y me crucé de brazos. Aun sabiendo que me iba a arrepentir, lo hice, sin compasión, sin pensar en mí, en él.

   —Giovanni, creo que no hay de qué hablar. Ahora debemos cooperar por un meta conjunta y todo lo demás no es relevante.

   —¿No te importa que tenga que comprometerme con ella? —su pregunta provocó que sellase los labios de la rabia que en realidad sentía en mi interior por esa maldita situación.

   Tenía suficiente con lo complicada que se había vuelto mi vida para añadir una relación amorosa, también complicada. Me negaba a ser la otra, a tener que compartirlo o verlo en los eventos públicos con ella. Ver lo que había sufrido Gabi por algo parecido con Roberto había hecho que ni siquiera dudase en rechazar cualquier unión parecida. Por mucho que quisiese estar con él habían muchos impedimentos y lo único en lo que debía pensar era en el libro de Segismundo y averiguar qué sucedía conmigo misma.

    —Me importe o no, va a seguir igual, Giovanni —contesté con seriedad—. Me duele pero no es nuestro momento. No te estoy culpando, pero quiero que mantengamos una relación profesional. ¿Podrás hacerlo?

   Asintió, poniendo distancia entre nosotros—. Será así.

   Y me fui.

   Los días posteriores pasaron con tranquilidad, de hecho, demasiada. No podía evitar ponerme nerviosa cuando veía a Vincent -lo cual eran prácticamente todos los días-, ya que temía que en cualquier momento sacase el tema y me obligase a contarle todo. Solo me atreví a preguntarle quiénes iríamos a la cena en la villa de los D'abrosca. Me contestó sin mirarme, que seríamos él y yo, junto a otros socios. Supuse que la presencia de Giovanni, después de lo ocurrido conmigo, no sería bienvenido. Tuve miedo por mí, sin embargo, sin necesidad de palabras, Tjäder me dio a entender que yo no sería un problema.

   Con el transcurro de la semana me calmé, comprendiendo que Vincent no nos había pillado. No obstante, esta misma mañana, mientras estaba haciendo la compra, vi que tenía cinco llamadas perdidas suyas.

   Me pareció extraño y solo pude preocuparme y pensar lo peor. Lo llamé pero no respondió, lo cuál provocó que fuese a pagar a la caja y saliera a toda prisa al Hotel Ljuv. En el trayecto mientras caminaba más rápido de lo que a mis pies les gustaría, trataba de evitar los pensamientos intrusivos. Todo tipo de ideas disparatas se me ocurrieron y llegué al hotel sudando. Me subí los leggins y volví a atarme los cordones de mis deportivas. Me daba vergüenza presentarme así, pero por primera vez nadie se fijo en mí y no recibí ninguna mirada desaprobatoria. No obstante, no pude evitar fijarme cómo todo el personal no paraba quieto. Las recepcionistas estaban todas de pie y haciendo llamadas o tecleando con rapidez. Habían limpiadoras retocando el polvo y los suelos, y algunos camareros atendiendo con una sonrisa forzada en la zona lobby bar. Me aproximo a los ascensores donde uno de los tantos botones me saluda con amabilidad, confundiéndome con un cliente, y me subo. Tras varios segundos, las puertas se abren y no grito de milagro. Varios hombres de Vincent se encuentran en medio del pasillo, bloqueándolo.

   ¿¡Qué está pasando hoy!?

   —No se puede pasar. Largo.

   Masculla uno de ellos, rapado y con unos ojos gélidos. Estoy a punto de rechistar y explicarle que trabajamos para él mismo hombre, pero aparece Niklas, cediéndome el paso.

   —Gracias —le digo, sonriéndole.

   No obstante, mientras los otros abandonan el piso, Niklas se aproxima con cautela a mí.

   —Espera fuera, Vincent está ocupado y es mejor no interrumpirlos.

   Me aconseja y se va, sin que pueda hacer preguntas.

   Camino hacia el despacho dispuesta a seguir la indicación de Niklas. Para mi sorpresa la puerta está entreabierta y no puedo evitar curiosear con quién está reunido.

   Sin embargo, para mi mala suerte y horror presencio lo que jamás creí ver.

   Veo perpleja como Vincent se toca la mejilla rojiza con los ojos repletos de ira.

   Le acaban de dar una cachetada a Vincent. 

***

¡Holiii gente lindaaa! ¡Espero que estéis super bien y os haya gustado el capítulo!

Va saliendo más información y aparecen nuevos personajes, más drama y acción. Heheheh, cómo me gusta, ¡espero que a vosotros también!

¿Qué opináis de toda la locura que le ha contado Giovanni a Meena sobre el libro de Segismundo? ¿Os gusta? ¡Espero vuestros comentarios y votos! Muchas gracias y un abrazo.💗

Neferet💗

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro