Trabajo en equipo
Taehyung estaba nervioso, y no era para poco, ya que esa tarde iría al departamento de Jungkook a hacer el proyecto de carpintería, su estómago se removia a causa del nerviosismo y sus manos sudaban, estaba a nada de devolver el cereal que había comido antes de ir, se quedaron de ver en un parque cercano a la escuela, según Jungkook, su departamento no estaba tan alejado de la escuela. Por un momento pensó en cancelar pero no tenía su número para hacerlo.
Estaba cerca del parque, así que pudo verlo recargado en un árbol esperándolo. Paró un momento para tomar una bocanada de aire, porque estar con el alfa le atemorizaba, no porque Jungkook le pareciera una persona peligrosa, era más por el hecho de que se sentía a gusto a su lado, su omega parecía más tranquilo, por esos momentos breves donde habían estado juntos, la tristeza se había adormecido, sólo con su...ex...experimentó algo así.
—Hola Jungkook—dijo con una sonrisa tensa llamando la atención del alfa.
Jungkook miró a Taehyung con alivioz, por un momento llegó a pensar que este se había arrepentido y no aparecería, un pensamiento extremista siendo que Tae sólo había tardado cinco minutos de más de la hora acordada.
—Hola Taehyung—respondió con una sonrisa—. ¿No tuviste problemas en encontrar el parque?
—Ammm no...esta al lado de la escuela—dijo señalando el edificio cercano.
Jungkook se dio una palmada en la frente mental por ser tan tonto al hablar, rio apenado antes de asentir.
—Es verdad, soy muy torpe—bufó.
Taehyung no tuvo otra opción más que reírse del pobre chico, al parecer ninguno de los dos estaba tranquilo. —¿Nos vamos?
—Claro, está cerca, como a tres cuadras, fue un verdadero alivio encontrarlo tan cerca.
Comenzaron a caminar por la acera, iban lado a lado pero con una distancia considerable para no tocarse. Taehyung porque no estaba cómodo y Jungkook porque quería darle su espacio, aunque su alfa le gritara que le abrazara.
—¿Vives solo desde hace mucho tiempo? —preguntó Taehyung con el fin de romper con el silencio incómodo.
—Soy de Busan, allá está toda mi familia, mi hermano es cuatro años mayor que yo, es un cerebrito—negó con una sonrisa—. Lo admitieron en una de las mejores universidades de aquí, entonces se mudó a Seoul, yo estaba en mi ultimo año de secundaria, mi hyung se sentía solo así que vine a hacer el instituto aquí, hemos vivido juntos por mucho tiempo, este año tuvo la oportunidad de viajar a Canada por un año, en un intercambio escolar, vendrá para mi graduación.
Taehyung sonrió al escucharlo hablar de esa manera de su hermano. —Vaya, tu hyung suena como alguien increíble.
—¿Y tú Tae? ¿Cuál es tu historia?—preguntó lleno de curiosidad.
—Pues...mi familia se mudó aquí cuando yo era un bebé, somos originarios de Daegu.
—Como Yoongi Hyung —dijo con una sonrisa—. ¿Tienes hermanos?
—Sí —asintió con una mueca—. Tengo un hermano mayor...digamos que es un omega caprichoso, muy interesado en su imagen, el estereotipo de chico popular, todos le miran pasar con admiración, tiene locos a los alfas y parece que le encanta. Llama la atención a donde quiera que va...—paró al darse cuenta que Jungkook estaba riendo—. ¿Qué?
—Perdón —dijo dejando de reír nervioso—. Es sólo que pareciera que viene de familia, me refiero a que te acabas de describir casi por completo, ¿Sabes? Tú...levantas miradas, los omegas te admiran, algunos te envidian y los alfas...bueno, todos ellos matarían por estar contigo—esto último salió de su boca como un reclamo a aquellos que se atrevían a mirarlo de una forma nada educada.
Taehyung se volvió hacia el frente sonrojado, no estaba acostumbrado a que alguien ajeno a su círculo de amistad destacará eso de él, aunque para su sorpresa no le incomodó, sólo le apenó.
—Aunque pueda parecer así, la realidad es diferente, bueno, antes...no tenía esa atención, todo cambió cuando el presidente estudiantil, capital del equipo de fútbol y un chico demasiado amable y popular, quiso conocerme, la mayoría de las personas que ahora me conocen y admiran sólo es porque salí con el chico más asombroso de la preparatoria—se encogió de hombros restándole importancia como siempre hacia—. Esta bien, en un tiempo más se les pasará.
—Debe ser difícil ¿No? —preguntó Jungkook mirándole de reojo—. Bueno, a veces es más difícil olvidar a alguien, por la presión de la gente y...a veces, el tiempo no juega un buen factor para las relaciones.
El castaño comenzó a reír. —Si te refieres a que el tiempo hizo que terminaríamos, pues la respuesta es no, todo lo contrario, terminamos por cosas que ninguno de los dos pudo evitar—suspiró—. ¿Lo conocías?
—De vista—respondió Jungkook, quien analizaba las palabras dichas por el omega—. Nunca tuve la dicha de conocerlo, pero dicen que es una buena persona.
—Lo es—asintió con una sonrisa sincera, sus ojos se llenaron de melancolía, sin llegar a ser notoria para el alfa quien estaba internamente debatiéndose sus sentimientos.
—Es bueno que a pesar de la haber terminado la relación, hables bien de él. Muchos no logran hacerlo.
—¿Tú te incluyes? —preguntó con una ceja alzada.
—No—Jungkook negó con una sonrisa ladina—. A mis ex parejas las respeto mucho, además, no he tenido relaciones tan largas, hablo por mi mejor amigos, Yoongi, este siempre termina muy mal sus relaciones.
Taehyung comenzó a reír al momento que asentía. —Mi Minie es igual, por eso dice que es mejor la soltería a enfrascarse en una relación que no sabe si terminará bien.
—Creo que ellos se llevarían bien—asintió Jungkook.
—O se odiarian hasta la muerte—se encogió de hombros con una sonrisa divertida.
Poco a poco el nerviosismo inicial se fue disipando, ya no eran dos desconocidos ansiosos, uno por enfrentarse a un alfa desconocido después de mucho tiempo y el otro por estar cerca de la persona que desde el inicio lo hizo sonreír como un idiota enamorado, toda su interacción cambio, ahora eran dos personas en proceso de conocerse de una manera amena y divertida.
Llegaron a un complejo de departamentos, no era tan grande, apenas unos tres pisos, la fachada estaba un poco desgastada, pero seguía siendo mejor que muchos otros lugares, entraron, dirigiéndose a unas escaleras con el espacio necesario para que dos personas subieran al mismo tiempo, Jungkook sintió un vuelco al corazón, porque estar ahí lo hacia más real, agradecía haber tenido el tiempo suficiente para arreglar su pequeño departamento.
Llegaron a la segunda planta y Jungkook lo guió por un corredor, pasaron algunas puertas hasta que llegaron a la que tenía el número quince. Introdujo la llave y abrió.
—Pasa—dijo con una sonrisa.
Taehyung asintió y entró, había un pequeño espacio para quitarse los zapatos, lo hizo tomando el tiempo, estaba nervioso, no acostumbra a ir a casas ajenas de personas que apenas conocía. Cuando terminó se dispuso a entrar por completo, el piso era de madera clara, había una pequeña cocina a su izquierda, junto a un comedor de cuatro plazas, a unos pasos se encontraba una sala, con un televisor con consola y un escritorio con una computadora de escritorio en la esquina, la decoración era sobria, de colores naturales, negro, blanco y gris, algunas cosas destacaban por su color rojo brillante como la silla del escritorio. En la pared izquierda había una puerta negra, mientras que en la derecha había dos.
—Vamos a sentarnos—señaló la salita, de tres sillones, uno de tres plazas y otro individual.
Taehyung se sentó en medio de el más grande, abriendo casi al instante su mochila, para no mirar al alfa, el ambiente estaba impregnado con el aroma a chocolate que le ponía nervioso y hacia a su omega levantar las orejitas curioso.
—¿Quieres tomar algo? Tengo agua, té, amm...refresco de naranja y leche de banana—dijo mientras acomodaba uno de los cojines nervioso.
—Refresco de naranja está bien—le sonrió.
Aquella sonrisa hizo que el alfa sintiera su corazón palpitar con fuerza descomunal, se dirigió a la cocina, una vez estando ahí, soltó el aire que tenía retenido en el pecho, limpió sus manos sudadas en su pantalón y arregló su cabello, sí, estar al lado del omega que le robaba el aliento le estaba haciendo ser un idiota total,
Sirvió el refresco, regresando con dos vasos a la pequeña sala, en esta Taehyung, ya se encontraba con una laptop encendida y un cuaderno abrierto de par en par.
—¿Empezamos? —preguntó el castaño con una sonrisa recibiendo el vaso.
—Claro—asintió Jungkook hipnotizado.
Ambos pensaron que comenzando el trabajo, eliminarían ese nerviosismo, pero fue todo lo contrario, de vez en cuando Taehyung le hablaba explicando algunas cosas, que parecían tan fascinantes que se perdía en sus ojos, y Jungkook se acercaba a escasos centímetros señalándole algunas cosas, lo que hacía que el omega oliera su aroma a chocolate y se le hiciera agua la boca.
Llegó un momento en donde su instinto lo dominó, estaba cerca, muy cerca, hablando de cosas que no entendía, Taehyung mordió su labio inferior y se acercó a su cuello, olisquenado un poco, Jungkook se petrificó, pero no se alejó, continuó en esa posición, sintiendo la naricita de Tae cerca de su piel, su lobo, estaba desesperado, por lo que volvió la cabeza un poco a su dirección, y comenzó a hacer lo mismo, olisqueo su cabello, la fresa combinada con la nata hicieron que comenzara a imaginar un sin fin de escenarios de ellos dos compartiendo aroma, unos más indecentes que otros.
Le gustaba, estaba enamorado de aquel omega, hermoso e inteligente, Taehyung en cambio, no sabía por qué su omega tenía la necesidad de acercarse a ese alfa, estaba buscando protección, Jungkook le parecía muy apuesto, tanto que el color de sus mejillas se intensificaba.
—Te...tenemos que terminar—dijo el omega mirando la computadora, Jungkook creyó que se alejaría, pero se quedó muy cerca, tanto que sus brazos rozaban a cualquier movimiento. Ninguno pudo concentrarse en el trabajo.
La tarde pasó más rápido de lo que ellos pensaban, pronto, el alfa de gran tamaño comenzó a sentir hambre, estiró las manos sobre su cabeza, haciendo que Taehyung mirara de más los músculos de sus brazos y pecho.
—Esto es cansado, lo bueno es que nos falta poco ¿Quieres comer algo?
Taehyung miró la hora en la computadora engrandeciendo los ojos. —No puedo, tengo que regresar a casa, pasan de las siete. Si quieres puedo terminar lo que falta y...
—No, lo hago yo, no te preocupes, tú descansa, pásame la presentación por Facebook ¿Esta bien?
—Bueno, ammm....arreglaré esto.
Guardó el trabajo, cerró sesión y comenzó a meter las cosas en su mochila, Jungkook se levantó para estirar su cuerpo.
—Te acompaño a la parada.
Así fue como ambos salieron de su pequeño, pero acogedor departamento y se dirigieron a la parada del autobús, la cual, no quedaba tan lejos como Taehyung pensaba, estaba cansado y lo único que quería hacer era llegar a casa, comer algo y descansar. Al siguiente día se quedaría en cama hasta que se cansara. Ese sí era un buen fin de semana.
—Gracias por acompañarme —dijo con una sonrisa tímida.
—No tienes que agradecer, yo....ammm....aunque era un trabajo, me gustó pasar la tarde contigo....no quiero que esto suene raro de alguna manera y.....no creas cosas que no son...lo siento...olvida lo que dije.
Taehyung comenzó a reír de lo gracioso que se veía Jungkook tratando de dar explicaciones.
—Entiendo, a mi también me gustó pasar el día contigo, eres un buen chico...gracias.
Se miraron incómodos por unos momentos hasta que escucharon el autobús cerca, Taehyung fijo la vista en este, tomando con fuerza las cuerdas de su mochila.
—Nos vemos el lunes—dijo con una sonrisa encantadora.
Jungkook se acercó a él y llevó una mano a uno de los mechones castaños y rebeldes que estaba en su frente, lo acomodó detrás de su oreja.
—Ten un buen fin de semana Taehyung—respondió antes de dar un paso atrás.
Taehyung sintió a su omega, dar bronquitos, tan feliz como no lo había estado en mucho tiempo. Eso hizo que algo en él se preocupara ¿Por qué su omega actuaba de esa manera? Se despidió con la mano subiendo al autobús que se había estacionado, camino hasta uno de los últimos asientos y se sentó de lado de la ventana, recargando su cabeza en el vidrio, el cielo estaba listo para la puesta de sol, conectó sus auriculares al celular y escuchó música mientras llegaba a casa, un viaje de veinte minutos.
No dejaba de sentir ese nudo en su garganta, bajo en la parada, sacó de su mochila un neutralizador de aroma leve y lo roceo sobre su cuerpo y puntos de aroma. Caminó unas calles hasta su casa, semanas atrás estaría feliz de entrar, pero últimamente sentía temor.
—¡Llegue! —grito desde la entrada quitándose los zapatos.
—En la cocina—dijo una voz conocida.
Se encaminó a la cocina, encontrando en el proceso la sala vacía, en la cocina, limpiando algunos platos estaba su hermano mayor, el increíble Baekhyun, levantó la cabeza y sonrió.
—¿Cómo te fue? —preguntó con una sonrisa pícara—. ¿Es un lindo alfa?
—Deja eso—bufó desviando la mirada—. ¿Llegué tarde a la comida?
—Mamá y papá tenían hambre, pero tú plato esta en el microondas, te dejé postre en la heladera también—sonrió—. Te tocan los platos, yo lave el baño.
—Gracias Baek—sonrió amable, su hermano a veces era buena persona con él.
Baekhyun el omega que tenía un buen olfato, paso a su lado y le miró extrañado. No dijo nada, siguió de largo, Taehyung relajo su cuerpo antes de ir a revisar que había de comer, al abrir el microondas el olor a pescado y papas le hizo sentir una arcada. Corrió al baño y se hincó frente al inodoro devolviendo lo poco que su estómago tenía, terminó cansado, llorando y temblando. Limpió con el dorso de la mano su boca y bajo la palanca, se sentó en el suelo, recargando la cabeza en la pared, abrazó sus piernas y comenzó a sollozar.
Tenía miedo, estaba aterrado, no sabía que hacer, su vida estaba pendiente de un hilo, todo su cuerpo temblaba, no quería eso, no en ese momento, estaba arruinando su vida y lamentablemente estaba completamente solo.
—Si no lo pienso, no está ahí—susurró con lágrimas en los ojos a punto de desbordarse para crear nuevas—. No es real, no existe, no hay bebé.
Lamento la tardanza ¿Les eata gustando?
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