Recuerdos de una primera cita
Taehyung se miró por segunda vez en la ventana de aquella tienda de zapatos, no estaba muy seguro de que su atuendo fuera el indicado para su primera cita con Jungkook, pero tampoco era como si pudiera usar cualquier cosa, no cuando se veía más hinchado de lo normal, agradecía que el frío estaba arribando, así tenía la excusa de usar esas sudaderas anchas, al menos eran bonitas, se acomodó el cabello y sonrió. Hace mucho que no experimentaba aquellas sensaciones de nerviosismo, en combinación con expectativa y anhelo, creyó que después de su ex, todo sería más duro, pero le agradaba saber que se estaba equivocando, que aún quedaba una esperanza para él, aunque la situación fuera demasiado complicada.
Le gustaba estar con Jungkook, demasiado, todo a su lado parecía tan natural, que a veces se preguntaba si era normal o correcto querer tanto a alguien en tan poco tiempo, ¿Sería parte de sus hormonas adolescentes? No lo sabía, pero de lo que sí estaba seguro era de lo mucho que disfrutaba estando a su lado, era un increíble alfa, tan atento y divertido, una parte de él habría deseado conocerlo antes.
Su omega tampoco era ajeno a todas esas sensaciones nuevas que estaba experimentando, al contrario, era algo que había llamado su atención desde el principio, con él, su omega se sentía protegido, su aroma le mantenía tranquilo, incluso podía decir que sus síntomas disminuían al tenerlo cerca.
Caminó hasta la parada del autobús, donde se habían quedado de ver, tuvo que rogar mucho a sus padres para que le dejaran salir, tendría que hacer muchas labores en casa, pero valía la pena el sacrificio.
Había pasado un bien tiempo desde la última vez que pensó en su ex, no quería hacerlo, pensaba que negando lo innegable podría retrasar lo inevitable, seguía sin odiarlo, porque comprendía la situación, sería egoísta si hubiera en él algo de rencor. Ellos eran unidos, cuidaba de él como si fuera un niño, pero en realidad eran pocas las veces cuando salían juntos, su ex era popular, un chico que llamaba la atención de muchos, ya sea por sus notas o su destreza jugando, siempre estaban rodeados de amigos, salvo esas pequeñas ocasiones donde podían estar a solas, si eso pasaba, se la pasaban hablando del futuro, de lo que harían juntos. En ese entonces no sabía que nada en la vida era para siempre.
Se estaba acercando a la parada cuando miró a Jungkook, este estaba observando su celular distraído, eso le dio un poco de tiempo para mirarlo, de verdad que era apuesto, le gustaba mucho, tanto que su pecho se llenó de una fea opresión, no quería perderlo.
—Hola—dijo llegando a su lado.
Jungkook casi salta de la impresión, guardó en su bolsillo el celular y le miró con una enorme sonrisa, una que hizo que sus ojos brillaran. —Hola lindo—se acercó a darle un beso en la mejilla.
—¿Esperaste mucho? —preguntó con las mejillas a punto de estallar.
—No, acabo de llegar ¿Listo para una tarde divertida?
Taehyung asintió emocionado, la sonrisa de Jungkook siempre le contagiaba de aquel entusiasmo vivaz. —Sí, ¿Qué es lo primero que haremos?
—Iremos a comer hamburguesas, recuerdo que ayer dijiste que querías una—se encogió de hombros nervioso—. Después podemos ir a jugar un poco y terminar con un paseo por el parque, hay un lugar donde venden ricos algodones de azúcar ¿Te parece bien?
—Comida y juegos—dijo con una ceja alzada—. Estoy dentro.
—Recibí un correo de Jimin, ¿A cuántas personas piensa invitar a su fiesta?
—Conociendo a Jimin será a toda la escuela—suspiró—. Faltan dos semanas y no deja de hablar de ello, siempre que su padre viaja él hace una fiesta en su casa, me pregunto si su padre sabe o simplemente lo deja pasar.
—¿Y su madre o padre omega? —preguntó curioso con la cabeza ladina, en sus recuerdos no estaba alguna conversación en donde Jimin haya mencionado a su otro padre o madre.
—La madre de Jimin murió—dijo con una mueca—. De hecho, casi se queda huérfano, cuando una pareja comparte una marca y uno de los dos fallece, hay el peligro de que el otro también lo haga, pero el señor Park luchó para quedarse al lado de Jimin, supongo que por eso le da todo lo que quiere.
—Vaya, pobre Jimin, no creí que algo así le hubiera pasado, me recuerda un poco a Yoongi, pero su situación es completamente diferente—estaba dispuesto a seguir hablando, pero el autobús había llegado, espero a que Taehyung entrara y subió detrás de él, pagaron con la tarjeta de acceso, y caminaron por el pequeño pasillo hasta los asientos de atrás, Taehyung se sentó cerca de la ventanilla y él a su lado, poniendo en sus piernas su mochila negra.
—No sé si mis padres me dejen ir a la fiesta de Jimin, pero en caso de que me dejen ¿Quieres que vayamos juntos?
—Oh, claro que sí—le sonrió aguantando las ganas de gritar emocionado—. Nunca he sido de ir mucho a fiestas, sólo cuando Yoongi me arrastra a una.
—Yo tampoco—se encogió de hombros—. Principalmente porque a mis padres no les gusta que me desenvuelva en esos ambientes y porque, bueno, no había tenido con quien ir, Hobi siempre esta con su novio y Jimin, realmente es un mal compañero de fiestas.
—Yoongi es igual de pésimo—bufó—. Pensé que ibas con...tu ex.
—No, él era un poco ¿Autoritario? En ese aspecto—hizo una mueca—. No es que fuera agresivo ni mucho menos, realmente era el rey de los pacifistas, pero, se preocupaba demasiado, por lo que dirían mis padres, si iba, no se despegaba de mí, realmente no dejaba que me divirtiera y sus fiestas con amigos, bueno eran de otro curso, nunca creí que realmente encajaba con ellos y no me equivoque, veme ahora, ninguno me habla.
—Ser popular es demasiado difícil, es mejor pasar desapercibido—rio por lo bajo.
—Jungkook tú no pasas desapercibido—dijo soltando una carcajada—. Al menos no por mí.
—¿Qué? —en ese momento todo su sistema operativo cerebral decayó casi por completo.
—Una vez entre al salón de música y te vi junto a Yoongi, él tocaba el piano y tú la guitarra, fue interesante, conocía tu rostro, pero no tu nombre.
—Vaya, si te digo que me fije en ti desde la ceremonia de bienvenida del instituto ¿Lo creerías?
Taehyung lo miró a los ojos, le sonrió con ternura, al tiempo que acomodaba la cabeza en su hombro, Jungkook suspiró, enlazo sus manos sobre sus regazos y colocó ligeramente la mejilla sobre su cabeza. Fue para ellos el viaje más tranquilo y satisfactorio que hayan tenido en su vida, Taehyung cerró los ojos deleitándose con el aroma de Jungkook, era como si su alfa quisiera arrullarlo.
Había muchas cosas rondando por la mente de Jungkook, una de ellas era la preocupación ante un inminente desenlace, se negaba a estar sin Taehyung, pero no podía apartar ese pensamiento, se la pasaba leyendo constantemente sobre omegas en estado, todo para facilitarle el trabajo, en la mayoría de la información, decía que a medida que avanzara el embarazo, el omega buscaría al alfa padre del cachorro ¿Y si eso pasaba? Él tendría que aceptarlo y hacerse a un lado, porque por más que lo deseara, él no era el padre de ese bebé.
—Creo que hemos llegado—dijo con un suspiro adormilado, movió ligeramente a Taehyung quien despertó con un puchero—. Vamos Tae.
—Perdón, creo que me dormí—susurró aún adormilado.
Jungkook besó ligeramente sus labios y acarició sus cabellos, antes de ponerse de pie y echar en sus hombros su mochila, le tendió la mano y ambos caminaron a la salida, cuando la parada estuvo cerca, el autobús se detuvo y los dos pudieron bajar.
Estaban casi en el centro de la cuidad, Jungkook se había pasado la noche buscando los lugares qué pensaba que a Taehyung le gustaría ir, así fue que dio con un establecimiento de hamburguesas que no pertenecían a alguna franquicia.
—Huele delicioso—dijo el omega una vez que entraron al lugar—. Comí algo antes de salir de casa, pero sigo hambriento, a este paso estaré demasiado gordo.
—La semana pasada estuviste vomitando todo lo que comías, yo digo que hay que aprovechar que tienes hambre, vamos a pedir, pide lo que quieras.
Taehyung le miró animado. —No quiero abusar de tu amabilidad.
—Bueno cariño, puedes hacerlo, tuve una buena pelea el fin de semana, así que tengo de sobra—le guiñó el ojo—. Cuando sea campeón mundial, te compraré todo lo que quieras, es más, una franquicia entera de hamburguesas.
—Oh, mi alfa será un campeón mundial, seré el omega más afortunado del mundo.
Pidieron sus alimentos, Jungkook pidió dos hamburguesas, papas y soda, Taehyung le hizo burla, diciendo que se suponía que él era el embarazado, tomaron asiento en una de las mesas y se miraron con una sonrisa.
—Todo lo que como se vuelve músculo—dijo con una sonrisa de suficiencia.
—Todo lo que yo como se vuelve grasa—bufó desanimado—. Es más difícil para los y las omegas mantenerse en forma, se supone que biológicamente debemos tener más grasa en el cuerpo por los cachorros. Es injusto.
—Yo no creo que te veas gordo, estas muy bien, pero si quieres cuando nazca el corazón de Tarrasque, podemos ponerte en forma.
Taehyung estaba por asentir cuando se dio cuenta de las palabras de Jungkook. —¿Corazón de qué?
Al darse cuenta que lo había dicho en voz alta, Jungkook enrojeció, llevó la mano a su nuca y rascó avergonzado. —Supongo que lo dije en voz alta, ammm...en DOTA, hay un ítem llamado corazón de Tarrasque, sirve para aumentar los puntos de vida y para la regeneración, pensé...que era algo...bueno, es tonto, lamento eso.
—Me gusta—dijo con una sonrisa iluminada—. Supongo que el cachorro aumentará nuestros puntos de vida, eso es algo genial ¿No?
—¿De verdad te gusta? —preguntó tragando en seco. Era imposible no estar emocionado.
—Sí, me gusta.
Por un momento Taehyung quiso pensar que las cosas eran así de sencillas, que Jungkook era ese padre primerizo que buscaba apodos para su bebé, como muchos otros, se sintió bien, imaginando que ambos estaban en eso juntos, dejando de lado el hecho de que lo estaba engañando vilmente.
Su pedido llegó y ambos, hambrientos, comenzaron a comer, Taehyung estaba feliz de que el cachorro, ahora llamado corazón de Tarrasque, le dejara disfrutar de una comida deliciosa, sin la necesidad de correr al baño, los disfrutaba, hasta que escuchó el sonido de la cámara, levantó la mirada con las mejillas llenas y miró ladino a Jungkook quien miraba su celular.
—Saliste lindo, eres guapo mientras comes, de hecho, lo eres en todo momento—le mostró la foto con una sonrisa.
—¿Por qué hiciste eso? —cuestionó curioso.
—Oh son los recuerdos, dijimos que documentaríamos todo para el cachorro, las fotografías ayudan a inmortalizar aquellos momentos felices ¿Verdad?
—¿Dónde estuviste hace dos años? —preguntó con un nudo en la garganta, sus ojos estaban cristalizándose, aquel momento era tan tierno, que le dolía en el alma.
—No importa dónde estuvimos, sino en dónde estamos ahora—alargó la mano y acarició su mejilla, limpiando aquella lágrima traviesa que había escapado de sus lindos ojos—. ¿Por qué lloras? ¿Qué pasa?
—Lo siento—negó limpiando sus lágrimas—. Estas hormonas no me dejan tranquilo—bufó—. Siempre he sido llorón, pero esto es demasiado.
—Bueno, eso no resta lo perfecto que eres—se encogió de hombros para seguir comiendo.
—Me gustas Jungkook—respondió tomando una papa frita.
Habían terminado completamente llenos, pero muy satisfechos, ambos iban tomados de las manos, se suponía que el plan era que después de la comida irían a jugar videojuegos, pero se sentían tan llenos que decidieron saltarse esa parte e ir directo al parque a caminar un poco.
—No puedo más—suspiró Taehyung terminado por sentarse en el pasto.
Jungkook le vio desde arriba sacando su celular, para tomarle una foto, después otra y otra, así hasta que hizo de ese momento una pequeña sesión fotográfica, se sentó a su lado, pero Taehyung, lo atrajo para acostarlo en el pasto, ambos rodeados de algunos arbustos, mirando el cielo despejado.
—Tae ¿Cuándo le diremos a tus padres? —preguntó nervioso Jungkook rompiendo con aquella burbuja de tranquilidad.
—No lo sé—suspiró—. Estoy tan tranquilo—le miró de reojo—. Es como si no quisiera que nadie más que nosotros lo supiera, no quiero tener que enfrentarme a ellos o a todo lo que se viene.
—Aunque amaría que este fuera sólo nuestro secreto, tenemos que decirles, ni siquiera me has dejado llevarte a un doctor, estoy preocupado Tae.
—Tengo miedo de que todo explote—su labio inferior tembló ligeramente—. ¿Y si al final me dan la espalda?
—Veremos qué podemos hacer mientras eso pasa—besó ligeramente su frente—. ¿Qué crees que sea? ¿Niño o niña?
—Sinceramente creo que un niño sería más sencillo de cuidar—rio por lo bajo—. ¿Tú que quieres?
—Lo que sea, será hermoso con el simple hecho de ser tu hijo—sus palabras salieron de su boca sin filtro alguno—. Imagino que va a tener tus ojos, y tu sonrisa, eso sería increíble. Será un bebé hermoso.
—Desearía que se pareciera a ti—dijo con melancolía.
Jungkook se volvió para abrazarlo. —Como sea será perfecto. Ven, vamos a jugar un rato.
Ambos se levantaron dejando aquel cómodo escondite, para ir a los juegos, Taehyung emocionado subió a uno de los columpios y espero a Jungkook para que le empujara. El alfa, corrió hacía él para comenzar a hacerlo, era divertido, ambos rieron, aquella parecía ser una perfecta primera cita.
Después de jugar un poco, darse algunos besos y tomarse fotografías, caminaron de la mano, directo al lago de los patos, en el camino, habían encontrado un puesto de algodones de azúcar, comprando uno, para comerlo en el camino.
—Jamás me había divertido tanto—dijo Jungkook con una sonrisa ladina—. Creo que es porque estás tú aquí.
Taehyung había dejado de brincar, para mirarlo animado, sus labios estaban rosas debido al algodón. —Creo que me casaría contigo Jeon Jungkook, tendría tus cachorros y te animaría en el ring.
—¿Acaso estás describiendo nuestro futuro? —se acercó para tomarlo de la cintura y terminar juntando sus labios, ahora, en un besó más profundo. Sus bocas se movían con parsimonia, Taehyung enredó sus dedos en los cabellos oscuros y suspiró sobre su boca, la sensación que le transmitía aquel momento hizo que sintiera algo extraño, al principió lo ignoró por completo, pero después, se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Su cachorro se estaba moviendo.
Se quedó quieto, Jungkook se separó y caminó al lago, dejándolo atrás, en completo shoock, deseaba gritar que su bebé estaba moviéndose, pero cayó en cuenta que, si lo hacía, la ilusión se rompería, sonrió a pesar de las ganas que tenía de llorar, miró como el alfa alargaba la mano al darse cuenta que este no lo seguía.
—Vamos Tae—dijo con una sonrisa brillante.
—Está bien—se acercó y tomó su mano, estaba triste, porque no quedaba mucho tiempo, recargó la cabeza en el hombro de Jungkook y rio—. Creo que sí me casaría contigo Jungkook.
—Yo sé que me casaré contigo Tae—hizo una promesa que no sabía si podría cumplir.
No estoy nada convencida de esta historia :C
Siento que no esta buena y que algo falta. Pensaré que hacer con ella. 😭
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