Promesa
—¡El ganador por unanimidad es Jungkook!
Las ovaciones no se hicieron esperar, y es que todos habían sido capaces de ver el gran espectáculo que había dado, peleando con fuerza y energía, dándoles lo que más les gustaba, puro entretenimiento. Su brazo estaba levantado, su rostro cubierto en sudor, sus músculos tensos debido al ejercicio y su ceja abierta, pero eran los gajes del oficio.
Fue felicitado por su entrenador, por las personas que habían organizado la pelea y por su contrincante, un chico que venía de Japón, a quien le había ganado de forma limpia. Estaba emocionado, sólo una cosa hubiese hecho esa noche perfecta, tener a Taehyung ahí, pero debido a que no quería que este se desvelara ni que tuviera emociones fuertes, le pidió esperarlo en el departamento. Estaba ansioso por llegar a verlo.
—¡Vamos a celebrar! —dijo Yoongi emocionado, a su lado Mingyu le hizo segunda.
—No lo sé, tengo que ir con Tae.
—Sólo será un rato, ya sabes, es nuestra tradición—tradición dijo Yoongi tomándolo del hombro y ofreciéndole una cerveza.
—Sólo un par—aceptó tomando la botella. Estaba entusiasmado, feliz de haber ganado, así que no dudo en tomar la cerveza y después otra más.
Taehyung se había quedado dormido en el sillón de la sala mientras que esperaba a Jungkook, había intentado marcarle, pero este nunca contestó, pensaba que tal vez estaba muy ocupado, así que decidió mirar una película quedándose completamente dormido en la mitad de esta.
Podría descansar hasta la mañana siguiente de no ser por que algo le despertó, el sonido de la puerta hizo que se sentara en el sillón mirando el pasillo, sólo Jungkook tenía la llave, por lo que se levantó para recibirlo.
Para su sorpresa, sí era Jungkook quien había entrado, pero no lo hizo en las condiciones adecuadas, pues se tambaleaba de un lado para el otro completamente ebrio, apenas y podía caminar, se apoyaba en las paredes y reía como tonto.
Taehyung le observó con las manos en su cintura y el celo fruncido, si bien, sabía que era una tradición el beber después de una pelea, no se sentía cómodo de verlo en ese estado y mucho menos que le haya dejado tanto tiempo a solas. Estaba por decirle algo cuando casi cae al piso, se acercó a él y puso su brazo en sus hombros sosteniendolo de la cintura. Era pesado, así que sólo dejo que se apoyara, más no intentó moverlo.
—Mi bebé está despierto, ¿Me estabas esperando? Lo siento, le dije al pendejo de Yoongi que tenía que irme, pero ese idiota no le importó y me trajo hasta que le dio la gana.
Olía fuertemente a alcohol y arrastraba de forma graciosa las palabras, Taehyung rio por lo bajo, Jungkook frotaba la mejilla en su cabello, aspirando su aroma a fresas y natilla.
—Vamos a la habitación, camina—dijo con tranquilidad.
—Gané la pelea, gané buen dinero—dijo con una enorme sonrisa—. Te llevaré al cine mañana.
—Eso sería lindo—asintió.
Aunque Jungkook no podía caminar bien, sentía que aún este trataba de no cargar su peso sobre su cuerpo, agradecía que el departamento estuviese pequeño, así no tardarían en llegar a la habitación, se detuvo en la puerta unos momentos y prendió la luz, lo llevó a un lado de la cama donde este se sentó.
—Pásame tu pie—dijo alargando las manos.
Con una risa, Jungkook acató la orden, casi cae de espaldas, Taehyung le quitó la bota que no había sido capaz de quitarse en la entrada, dejó el zapato a un lado.
—La otra—dijo bajando el pie de Jungkook, quien elevó la otra pierna—. Listo.
Estaba por acostarlo, pero fue tomado por dos manos fuertes de la cadera, Jungkook miraba fijamente su vientre, llevó las manos a su sudadera y la levantó, dejando al descubierto su pancita, donde su pequeño cachorro estaba durmiendo. Los ojos de Jungkook parecían brillar, lo vio hacer un puchero.
—Osito, tú padre no es así, no quiero que pienses que soy un alcohólico, no lo volveré a hacer lo prometo—dio un pequeño beso en su ombligo—. Debes crecer bien, cuando estés aquí papá te llevará a jugar, te voy a enseñar muchas cosas, verás que serás el mejor, el más lindo, porque te vas a parecer a papi Tae, sí, tendrás sus hermosos ojos, diablos hijo, no sé que haré si tienes sus ojos, no podré decirte nunca que no, así que yo seré el papá buena onda, papi se encargará de lo demás.
Taehyung sintió un escalofrío en todo su cuerpo, sentía mariposas en su estómago, esas que revoloteaban sin parar, acarició el cabello de Jungkook y este le miró desde abajo con ojos de bambi. Si Taehyung pudiera elegir, él hubiese querido que su cachorro tuviera esos ojos tan lindos y expresivos.
—Aunque—aclaró su garganta, volviendo a mirar y acariciar su estómago—. Yo sé, que...bueno, hay diferentes lazos, y el lazo de amor es mucho más grande que el de sangre, eres mi hijo osito, y siempre seré tu papá, cuidaré de ti y te voy a criar, buscaré que jamás les falte nada, yo estoy comprometido a hacerlos feliz, de la misma forma en la que ustedes me han hecho feliz a mi. No tienes de qué preocuparte, papá Jungkook estará a tu lado para siempre. Te amo mucho. Como amo a tu padre, que es lo mejor que me pasó, ¿Sabías que me enamoré de él desde el primer momento en que lo vi? Cuando nazcas y lo veas por primera vez vas a saber a qué me refiero, es imposible no amarlo y adorarlo. Porque es increíble.
Las lágrimas salían de sus ojos, Jungkook se dio cuenta de ello y lo acercó hasta hacerlo sentar en su regazo, le dio un beso en la mejilla y acarició con su nariz su cuello.
—Te amo Taehyung, siempre estaré a tu lado, sin importar nada.
—Prometelo—le miró con un puchero—. Prometeme que siempre estarás con nosotros y que vas a amarnos para toda la vida.
Jungkook sonrió tanto que sus ojos se arrugaron. —Prometo que dedicaré mi vida a amarte y a cuidar de nuestro cachorro, que siempre estaré a tu lado, y que mientras viva, haré hasta lo imposible para protegerte y que nada te va a faltar. Seré un buen alfa y viviremos felices por siempre. Porque te amo, y no hay nada que me haga más feliz que verte sonreír.
—Te amo tanto Jungkook—sollozo abrazandolo—. Siento que no te merezco, y haces cosas tan lindas, eres tan maravilloso, que no sé cómo pagartelo.
—El único pago que voy a aceptar es que sonrías.
Taehyung le miró como cachorro, tomó sus mejillas y comenzó a besarlo con ternura, aunque Jungkook estaba ebrio, se encontraba muy consciente de lo que decía, porque lo hacía con el corazón, ese que latía con fuerza por su adorado omega, quien cargaba a su cachorro. No importaba si llevaba su sangre, tanto él como su alfa habían decidido cuidarlo y amarlo para siempre. Porque el amor era el lazo más grande que compartían.
—Necesito dormir abrazado a ti—susurró en su oreja—. Necesito estar a tu lado Tae.
Taehyung rio asintiendo. —Vamos a dormir entonces.
Se levantó y le ayudó a despojarse de su chaqueta y Jungkook desabrocho sus pantalones, quedó en ropa interior y espero de pie a que Taehyung alzara las cobijas, se metió en la cama, el omega apagó la luz y después se metió bajo las mantas abrazando el cuerpo de Jungkook. El aroma a chocolate y fresas con natilla inundó cada parte de la habitación, suspiraron llenos de tranquilidad. Era ese su nido de amor.
Cuando Jungkook despertó esa mañana lo primero que hizo después de ir al baño fue correr a la cocina por un gran vaso de agua, estaba sediento y su cabeza dolía debido al alcohol, no podía dejar que eso se repitiera, ya no quería beber, las cosas habían cambiado al igual que sus prioridades. Cuando pasó al lado de la mesa, se dio cuenta de que ahí habían dos platos servidos, velas y una florecita. Se sintió terrible, casi quiso llorar de lo tonto que había sido, porque Taehyung le esperaba la noche anterior con la cena servida y él se lo había perdido.
Negó, era temprano, por lo que aún podía hacer algo, tomó su chaqueta, saliendo en la pijama que había tomado al despertar y pidió al cielo que Taehyung no se despertara.
Caminó rápidamente al supermercado que estaba cerca de su departamento, buscó en cada uno de los pasillos hasta que llegó a la sección de regalos, ahí habían algunas flores, osos y tarjetas. Miró buscando algo lindo, encontrando así una bola de cristal con una rosa púrpura adentro, era bonita, no dudo en tomarla e ir rápido a pagar.
Mientras regresaba con el regalo, pensaba seriamente si era el momento indicado para darle lo que había comprado hace semanas. Estaba nervioso, nunca antes pensó que su vida estaría pasando por ese rumbo, uno que tal vez lo había tomado por sorpresa, pero que adoraba, sus decisiones le hacían sentir tranquilo y feliz.
Taehyung aún no despertaba, lo cual le daba el tiempo necesario para realizar lo que tenía planeado, iba a calentar la cena que este había preparado y hacer los waffles que a Tae tanto le gustaban, con muchas fresas. Preparó la mesa, y satisfecho con el resultado fue a despertar a su dormilón.
Verlo dormir era tierno, posiblemente la imagen más linda que jamás haya visto, se sentó en la cama y acarició su mejilla.
—Es hora de despertar.
—Mmm—se quejó frunciendo el ceño—. No, dormir.
—Anda, se enfría el desayuno—apretó su mejilla hasta que vio que sus ojos revoloteaban despertando—. Buenos días.
—Yo quiero seguir durmiendo.
—Después de comer algo, ya es tarde, el osito debe tener hambre.
—Mucha—suspiró sentándose en la cama—. ¿Tienes resaca?
—No, nunca me da resaca—rio orgulloso—. Vamos.
—Cuando bebía, la pasaba muy mal por las mañanas—bufó levantándose.
Jungkook lo tomó de la mano y lo llevó a la sala. —Eso es mala suerte.
—Ni que lo digas—chasqueo la lengua.
Al llegar al comedor, Taehyung se quedó absorto por lo que estaba viendo, la mesa servida y caliente con lo que él había preparado, además de los waffles que le encantaba, sonrió en grande. Olía muy bien.
—Me siento mal por no haber llegado anoche, pero prometo que no se repetirá.
—Está bien—se sentó esperando que Jungkook hiciera lo mismo—. Podemos comerlo ahora.
Jungkook asintió. —Luce muy bien.
—Espero que sepa bien, lo hice viendo un video, de verdad soy malo en la cocina, papá siempre quiso enseñarme, pero resulta un desastre.
—Para ser tu primera vez luce muy rico.
—Si te intoxicas, no es mi culpa—se encogió de hombros con burla—. ¿Y esta flor? —preguntó tomando la bola de cristal—. Es muy bonita.
—Es tuya, un regalo.
Taehyung le miró con adoración. —La voy a poner al lado de la cama—asintió frenético.
—Hay algo más que quiero darte, pero no sé si deba esperar a terminar el desayuno.
—Ahora que me dijiste, dudo mucho que pueda esperar hasta terminar. ¿Qué es?
Sus ojos curiosos hicieron reír a Jungkook, quien tomó una enorme bocanada de aire, estaba nervioso, nunca antes pensó que haría algo como eso, bueno, tal vez no a su edad, pero, estaba seguro de que es lo que quería.
—Yo, cuando lo vi pensé en ti, y que me gustaría que lo llevaras, pero sólo es si tu quieres—sacó de su pantalón una cajita negra—. No es un anillo de compromiso, no aún, pero si de promesa—abrió la caja mostrando un anillo de oro blanco con un diamantito pequeño en forma de corazón—. La promesa de que pondré un mejor anillo en tu dedo y que estaremos juntos.
Taehyung miró el anillo y sus ojos se cristalizaron. —No sé como es que siempre me haces llorar, me encanta, lo amo y acepto esa promesa.
Jungkook tembloroso, tomó el anillo y lo deslizó en su dedo, le quedaba bien, y en su mano se veía aún más bonito.
—Eres lindo Tae.
—Dame un beso.
Ambos estaban dentro de su burbuja de amor, una que no querían que nada ni nadie reventara.
Yoongi miró a Jimin con preocupación cuando este subió a su auto.
—¿Qué es eso tan importante que querías decirme?
—Hoy fui a recoger a mi padre al aeropuerto—relamió sus labios nervioso—. Ahí, esperando, recién llegado estaba alguien.
—Muchas personas toman aviones ¿De qué hablas?
—Jimin, el padre del hijo de Tae está aquí.
—¿Qué? —preguntó confuso.
—Namjoon regresó.
—Mierda—susurró con los ojos muy abiertos
Esto se pondrá bueno xD 💜
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