Esa noche...
Julio, hace nueve meses.
Taehyung mordía su labio inferior con fuerza, estaba mirando el conjunto que Jimin le había conseguido y que ahora estaba sobre la cama. Parecía que aquellas prendas le miraban juzgando, estaba incomodo, no creía que sería buena idea usarlo, porque jamás usaría algo así, en su vida lo había hecho, frustrado se acostó en la cama boca arriba, estaba triste, había pasado más de un mes desde la última vez que él y Namjoon tuvieron relaciones, después de eso lo habían intentado, pero el mayor estaba ocupado con los trámites para la universidad, lo entendía, pero se sentía triste y solo, Namjoon había dicho que le gustaría que fuera más abierto en el sexo, que intentarán más cosas como pareja, su error fue contarle a Jimin, quien le consiguió lencería demasiado atrevida, este le aseguró que su alfa estaría encantado con el regalo, pero Taehyung no se sentía tan seguro.
Era la noche, habría una fiesta de despedida en casa de Zico a honor de Namjoon, este le pidió permiso personal a sus padres, quienes aceptaron con la condición de que le cuidara, también estuvieron tranquilos de saber que iría con Jimin, grave error, porque ellos no sabían las locuras que hacía su amigo en las fiestas donde se intoxicaba de alcohol.
Cerró los ojos por unos momentos antes de tomar las bragas rojas y ponérselas, no lo pensó mucho, solamente se vistió con aquellos pantalones negros y la camisa blanca, llevaba encima una chamarra de cuero roja, se arregló bien el cabello y puso un poco de maquillaje en su rostro, tenía que guardar las apariencias, porque los ojos estarían en él al estar junto a Namjoon. Al final de cuentas era el novio del chico más popular, todos deseaban ser él, porque no sabían el peso que conllevaba. Pero, todo lo valía, porque amaba a Namjoon como jamás amaría.
Tomó su teléfono y bajo, sus padres no estaban, habían dicho que irían a una comida con unos amigos y Baekhyun posiblemente estaría metido en casa de ChanYeol. Para él estaba bien, siempre y cuando no llegaran con la sorpresa de un cachorro, no sabía cómo reaccionarán sus padres, ellos habían dejado claro que era lo peor que podrían hacer.
Salió cuando recibió el mensaje de Namjoon, cerró bien, y le sonrió, cuando lo vio recargado en el auto, con esa finta de chico malo que tanto le gustaba, se acercó para poner sus manos alrededor de su cuello, Namjoon lo apretó a su cuerpo tomándolo con fuerza de la cintura, lo besó con necesidad, ambos habían tenido demasiado tiempo lejos como para no aguantarlo más.
—Te ves precioso como siempre bebé—sonrió de lado—. Vamos.
Le abrió la puerta del auto y entró, Namjoon le sonrió poniendo en marcha el auto.
—¿Por qué en casa de Zico?
—Es más grande y sus padres no están, sabes que se pone demasiado salvaje.
—Sí—asintió.
Namjoon alargó la mano para ponerla en su muslo y apretar. —Tú y yo podemos escapar.
—Tal vez tanga algo preparado para esta noche—se encogió de hombros.
—Moriré esperando—le guiño un ojo—. Creo que he descuidado mucho a mi bebé, pero no te preocupes, lo voy a compensar, en unos años más nosotros estaremos viviendo juntos y haciendo el amor todas las noches.
—Desvergonzado—bufó con las mejillas ardiendo.
—Di que no lo deseas.
—Sabes que sí—sonrió sugerente—. Nosotros estaremos juntos para siempre.
—Así es amor. Por favor, no bebas demasiado ¿Jimin vendrá?
—Sabes que él jamás se perdería una fiesta con alcohol gratis.
—Jimin es un caso—rio por lo bajo.
Ambos bajaron al llegar a la casa, era temprano, por lo que los invitados y colados aún no llegaban, Namjoon lo tomó de la mano y lo llevó a través de la casa, hasta donde se escuchaban las carcajadas de sus amigos.
—¡Namjoon! —dijo Jackson rodeando sus hombros con el brazo—. Y su principito—le sonrió a Taehyung quien le regreso el gesto.
Los amigos de Namjoon siempre fueron amables con él, nunca había tenido algún problema, al contrario, si Namjoon no estaba cerca ellos trataban de animarlo y protegerlo. Había un par de personas más, Zico estaba sirviendo alcohol en unos vasos con hielos y una bebida azul, Minhyuk bebía una cerveza.
—Tenemos que inaugurar la fiesta—dijo Zico dándole un vaso a cada uno—. Por una noche inolvidable.
Namjoon miró de reojo a Taehyung y le sonrió con amor. —Bebe lento bebé.
Asintió, bebió un poco, el sabor al principio siempre era desagradable, él no bebía mucho, no sabía hacerlo, pero todos los demás lo hacían, así que bebió convenciendose de que esta a delicioso, así hasta que el sabor se volvió conocido, terminó y sonrió, Zico no lo dejaba en paz, le sirvió más, siempre decía que tenía que relajarse, y esa noche en especial Namjoon no le impidió beber.
—Anda, vamos a salir—dijo Yoongi bostezando—. Necesito alcohol y buenos culos.
—Últimamente estás muy caliente ¿Estás viendo a alguien? Siempre que te gusta alguien comienzas a hacer de todo para joderlo.
—El amor es una mierda, no soy como tú.
—No sé de qué hablas, yo no tengo pareja.
—¿Cómo carajo vas a tener pareja si siempre estás hablando de aquel muñeco de porcelana? Taehyung esto, Taehyung lo otro, oh es el chico más hermoso del mundo, es tan lindo awww, mira que bien se ve, de lo único que hablas es de él.
Jungkook rodó los ojos, Yoongi estaba en lo cierto, desde que entró al instituto había quedado enamorado del chico más hermoso de la escuela, era un sueño, tan apuesto, con un cuerpo que cualquiera desearía tener, pero lo que más le gustaba, lo que hacia que su corazón latiera con fuerza, era su sonrisa, la más hermosa, tierna y dulce que había visto en su miserable vida, era todo lo que deseaba, estaba completamente enamorado, su crush era perfecto, pero aunque lo deseara con fuerza, jamás podría tenerlo, porque este estaba enamorado y muy feliz en su relación de ensueño.
—Mejor cállate—gruñó—. ¿A dónde quieres ir?
—Al bar de siempre.
—Bien, vamos—se levantó y se colocó una sudadera oscura, sin camisa, Yoongi sonrió a lo grande antes de seguirlo a la puerta.
—¿Cuando se supone que se fue Jin?
—Fue con mis padres, regresará por unas cosas y después se irá al viaje de intercambio, lo voy a extrañar.
—Que bebé eres Kook.
Bajaron a la calle y salieron directo al auto de Yoongi.
—Deberíamos dejarlo aquí, es mejor a que nos metan a la cárcel.
—No seas miedoso, no es la primera vez que lo hacemos. Anda.
Subieron entre risas, el bar del que Yoongi hablaba no estaba muy lejos, el camino se volvió más rápido porque al parecer su amigo quería llegar pronto, bajaron confiados, entraron, siendo recibidos por la música, las personas bailando y el aroma a tabaco, se sentaron en la barra y pidieron una cerveza para comenzar.
—El amor apesta ¿Sabes?
—Ya dime quién es tu nueva conquista—elevó una ceja—. Debe tener algo especial para ponerte de está manera.
—Nada de eso, no es especial, es un puto desastre, es igual a mí—suspiró pesadamente.
—Conquistalo—se encogió de hombros—. Tal vez sea tú inicio de un final feliz.
—¿Cuándo harás tú eso con tu ángel?
—Es diferente, Tae no quiere nada conmigo, carajo, ni siquiera me conoce, somos dos extraños, pero, yo no dejo de verlo pasar y soñar con sostener su mano, he estado enamorado de él por dos años, pero se queda en lo que es, mi crush.
Yoongi asintió. —Sí, Kim Namjoon es un puto afortunado, es mejor que veas por otro lado, busca a alguien que este a tu alcance, porque a este paso esos dos van a terminar casados y con hijos. Si no es para ti, pues simplemente no lo es.
—Eres un asco dando ánimos.
—Se llama honestidad hermano—bufó—. Dame dos tequilas—le dijo al barman.
—Nos vamos a cruzar, recuerda que yo no puedo llevarte el ritmo.
—No seas bebé, anda, vamos a beber, olvidar esta noche y los corazones rotos ¿Trato?
Jungkook suspiró, ambos tomaron aquel caballito de tequila, brindaron antes de llevarlo a sus bocas y tomarlo de una.
—Trato—Jungkook no comprendía el peso de aquel trato.
—Vaya, hay muchas personas—dijo Jimin sin dejar de fumar y beber.
Taehyung estaba a su lado bebiendo más de aquel preparado, estaba sintiéndose cada vez más mareado, pero no dejaba de beber, le gustaba el sabor y eso lo mantenía ocupado de la sorpresa que había preparado para Namjoon.
—No creo que sea buena idea hacerlo hoy, Namjoon ha bebido mucho.
Sus ojos pagaron al alfa que estaba rodeado de sus amigos, quienes le incitaban a beber aún más. Jimin asintió.
—Tú marido va a estar tan ebrio que no se le va a parar.
—Jimin basta—suspiró.
—Estás demasiado tenso, así no podrás hacer nada. ¿Ya le mandaste el mensaje? Hay que acelerar un poco las cosas.
—Aún no, yo...me da pena.
—Dame el teléfono.
Taehyung se lo entregó, vio como redactaba el mensaje de "Nos vemos en media hora en la habitación de Zico"
—Ya está—dijo Jimin con una sonrisa.
—Realmente creo que no puedo dejar que me vea así.
—Necesitas relajarte, no es para tanto, toma más.
Le sirvió otro vaso, Taehyung comenzó a beberlo, sin problemas alguno, los nervios estaban matándolo, no compendia por qué si no era la primera vez que estaba con él, pero si la primera en donde intentaría ser más atrevido y sensual. Moría de la vergüenza.
—No puedo Jimin, me voy.
—Tae, relájate, no va a pasar nada malo, sigue bebiendo, para que te sueltes.
—El alcohol no está funcionando.
Jimin dudo por unos momentos antes de sacar de su chaqueta dos pastillas. —Esto podría hacerte sentir más relajado, pero son fuertes, olvídalo.
—Sí quiero ¿Qué es?
—Algo que te va a calmar y hacer que te diviertas—sonrió ya demasiado ebrio como para pensar claramente—. Anda tómalo, yo te cuido.
No era la primera vez que Jimin tomaba éxtasis, pensaba que no causaría mucho daño, sólo quería que se soltara, Taehyung la metió en su boca y bebió del vaso, Jimin sonrió, antes de beber más. Pensaba que nada malo pasaría, porque Namjoon siempre cuidaba de Taehyung, sin embargo, Namjoon estaba más ebrio de lo que alguna vez estuvo en su vida.
Yoongi seguía bebiendo, Jungkook trataba de seguirle el ritmo, por eso, en esos momentos se sentía dentro de una nube esponjosa, sus labios estaban dormidos y realmente no estaba pensando nada de lo que decía, simplemente reía como un estupido, nada estaba claro, en un momento estaba bebiendo, y al otro, miraban a Yoongi coquetear con una chica, más tragos y veía a alguien acercarse a su amigo de forma amenazadora, la chica tenía novio.
Se levantó tambaleándose, yendo al rescate de Yoongi, que tenía una lengua suelta para dar buenos insultos, pero sus músculos no eran lo sufieciente como para meterse en una pelea.
—Dile Jungkook, dile a este cabron que coma mierda—dijo antes de soltar una carcajada.
—Come mierda—rio de forma idiota.
El tipo no venía solo, estaba acompañado de otros dos, que sin dudarlo se acercaron, el primer golpe lo dio Yoongi, lo cual desencadenó una pelea de bar, Jungkook era bueno peleando incluso borracho, por lo que no le fue difícil golpear en la cara a esos idiotas. Defendiendo a Yoongi quien seguía bebiendo y coqueteando.
En un abrir y cerrar de ojos estaban en la calle, riendo tirados en el pavimento. Los habían echado.
—A casa—dijo Jungkook arrastrando las palabras.
—No quiero ir a casa—dijo sacando su celular—. ¿Dónde estás?...okey, nos vemos.
Jungkook le miró con una ceja alzada. —¿Quién?
—Mi Candy me dio la dirección de una buena fiesta, andando.
Todo lo que estaba pasando por sus cabezas esa noche sin duda era un asco, estaban tan ebrios que no les importó subir al auto y seguir la dirección de una fiesta desconocida, tampoco era como si fuese la primera vez que lo hacían, Yoongi sacó de la guantera otra botella que bebieron en el camino.
Aparcaron detrás de otro autos, tal vez, le habían dado un golpe al auto de enfrente, pero no les importó, habían demasiadas personas, bailando, cayéndose de borrachos y gritando, podían ver en el patio trasero cómo aventaban a un tipo a la piscina, entraron a la casa y buscaron más alcohol, Jungkook a ese punto ni siquiera sabía cómo hablar, estaba con ganas de vomitar, pero Yoongi le sirvió más vodka y sonrió.
Estaban en un rincón mirando alrededor, cuando algo llamó su atención, eran dos chicos que estaban arriba de la mesa de la cocina bailando de forma demasiado sensual, tragó en seco, veía borroso, pero el castaño movía demasiado bien sus caderas, necesitaba coger y su miembro muy despierto lo sabía.
Yoongi soltó una carcajada. —Ya vengo—dijo dándole la botella.
Lo vio en cámara lenta acercarse a la mesa y tocar el trasero de uno de los chicos, quien se volvió dándole una bofetada, para después sonreír y lanzarse a sus brazos. Alrededor todos estaban demasiado ebrios como para responder a esa escena.
Jungkook se fue a un rincón y comenzó a beber, hasta que la botella estaba por terminarse, relamió sus labios cuando una chica de buenos pechos se le acercó.
—¿Estás solo cariño?
—Que buenas tetas—dijo sonriendo.
—¿Quieres tocarlas?
—Bueno—se encogió de hombros.
Pero, cuando estaba por tocarlas alguien pasó a su lado chocando contra su hombro, se iba a volver para darle un golpe, sin embargo, el aroma lo paralizó, su boca se hizo agua, era un aroma delicioso a fresas frescas, relamió sus labios y lo siguió, ni siquiera podía distinguir por dónde caminaba, estaba tan borracho, que perdió de vista al dulce aroma. Frustrado caminó por ahí, buscando un baño, en el camino se topó con otra botella más llena y la tomó dejando la semi vacía, abrió la primera puerta que se trataba de un baño.
—¿Yoongi? —preguntó confundido.
Su amigo que estaba igual o peor de ebrio y ahora drogado por el aroma de su omega, le observó sonriendo, sin salir del chico que tenía a horcajadas sobre su cuerpo.
—Kookie, él es mi amor Candy.
—¿Por qué se ve así?
—Ni siquiera sabe quiénes somos—soltó Yoongi con una carcajada.
—Chico raro, vete. Estamos ocupados peleando mientras cogemos.
—¿Tienen una menta?
Jimin buscó en su bolsillo, y dio con lo primero que encontró, se lo tendió y Jungkook lo puso en su boca, eso no sabía a menta, pero dio otro trago a la botella.
—Te espero en el auto, quiero irme.
—Bien, adiós. Dame diez.
Jungkook salía de ahí, y mientras caminaba todo a su alrededor se volvía menos nítido, estaba caminando sobre algodón, había luces, colores que no conocía, la música se escuchaba más lejana, estaba perdiéndose, y entonces el aroma apreció de nuevo, estaba cerca de las escaleras, se tomó con fuerza, de la barandilla y subió, cada paso era una odisea, a medio camino olvidó por completo lo que estaba haciendo.
Llegó a la parte de arriba y se tiró en el piso, estaba demasiado confundido, pero el aroma se hacía más fuerte, suspiró y se levantó, entrando a la primera habitación que vio.
Recargó el cuerpo en la puerta, mirando alrededor, todo estaba más oscuro. ¿Dónde carajo se encontraba? Se preguntaba mientras bebía.
De repente, sintió unos brazos rodear su cuello, un cuerpo caliente junto a su pecho y unos labios sobre los suyos, que le hicieron abrir los ojos en demasía.
El aroma a fresas hizo que su boca se hiciera agua, tomó la nuca del chico enredando los dedos en su cabello y lo abrazó, dándose cuenta que este no llevaba camisa. Gimoteo, sus sentidos estaban nublados y su excitación creciendo.
—Espera—dijo separando el rostro—. ¿Quien eres? ¿Cómo se supone que morí y fui al cielo?
Taehyung quien estaba realmente perdido observó al chico, estaba mareado, pero aún podía ver que no se trataba de su novio, y su aroma—aunque delicioso—, no era el de Namjoon. Se alejó confundido.
—No eres mi novio—susurró ladeando la cabeza.
—Ay ¿Por qué no? —susurró con un puchero triste.
Taehyung soltó una carcajada y se cubrió el pecho desnudo. —Ay no, ahora me viste así, no deberías verme así—lloriqueo.
—No llores, espera—dijo la botella como pudo en el piso y se quitó la sudadera dejando al descubierto su bien trabajado torso—. Ya está, estamos iguales.
No pudo apartar los ojos de su cuerpo, se sentía tan excitado que se acercó para tocarlo con las yemas de los dedos. Sonrió lleno de lascivia.
—Que bonito, sexy y bonito.
—Tú también eres bonito—acercó la cabeza a su cuello—. Hueles tan bien.
—Mi novio no viene, él tarda mucho—rio de forma infantil.
—Entonces yo seré tu novio mientras llega.
—Tal vez puedas ver sus sorpresa y me dices que te parece—suspiró alejándose, llevó las manos a su pantalón y lo desabrocho, bajandolo lentamente, Jungkook sintió sus mejillas arder y un tirón en su pene cuando vio sus piernas largas y la braga de encaje roja, sus ojos no se apartaban de esa parte de su cuerpo, tragó en seco, estaba deseoso de tocarlo—. ¿Se ve bien?
Jungkook se acercó a tropiezos a la cama donde se sentó, estaba tan mareado que veía al chico doble, puso una mano en su barbilla examinando con cuidado.
—A ver, date la vuelta—dijo en tono serio.
Taehyung asintió, riendo se dio la vuelta, su trasero estaba cerca de Jungkook y este pensaba que iba a desfallecer.
—Le va a encantar—asintió convencido—. Siéntate, vamos a esperarlo, quiero felicitarlo.
Taehyung se sentó a su lado, ambos bebían de la botella y esperaban escuchando la música de fondo, pasaron minutos, ellos estaban riendo, cantando juntos.
—Bebé, creo que no va a venir, que estúpido—negó bebiendo más.
Se volvió a ver el semblante del chico quien hacía un puchero tembloroso y sollozaba, Jungkook suspiró abrazandolo, lo pegó a su pecho y Taehyung se terminó sentando en su regazo.
—Él dijo que quería que fuera atrevido y más sensual y preparé todo para él, pero no viene ¿Qué me hace falta?
—No bebé, no llores—tomó sus mejillas acariciando—. Tú eres muy hermoso, te ves prefioso digo precioso, y carajo que tu trasero se ve muy rico, como una manzana, quiero morderlo, tú alfa es un idiota.
—Si lo es—lloró con más fuerza—. Maldito, maldito.
—Tranquilo, ¿Quieres que bajemos a bailar?
Taehyung le miró fijamente, se acercó y olisqueo. —Me gusta el chocolate. Quiero coger contigo, pero no eres mi novio, ay que músculos.
Jungkook rio ronco, relamió sus labios y bajo la mano a la cadera ajena, acariciando la piel cálida, sintiendo el encaje en sus manos que no dudaría en arrancar.
—Puedo ser tu novio ¿Cómo se llama?
—Ammm...—trataba de recordar, parpadeo un par de veces antes de sonreír—. Namjoon.
—Ah, conozco a alguien llamado así, lo odio, porque tiene algo que quiero. Quiero a su novio.
—Yo puedo ser ese novio.
—Me parece buena idea. ¿Te puedo dar un beso?
Taehyung sintió que su corazón latió con fuerza, miró fijamente sus labios, y suspiró, moría por besarlos, y no sólo él, sino que su omega estaba deseoso, esperando debido al aroma que tanto le gustaba, asintió con una sonrisa llena de picardía. En esos momentos todo se olvidó, quien era, donde estaba y sobre todo, Namjoon.
En lo único que se centraba era en el chico que estaba frente a él, que sin esperar más tomó sus mejillas y lo acercó para besarlo, fue un beso diferente, uno más profundo, donde movieron sus labios a un son espacial, donde sus lenguas se encontraron y acariciaron tratando de tener más, Taehyung se acomodó a horcajadas sobre su regazo, lo cual hizo que Jungkook enterrara los dedos en la piel de su cadera, llevando un escalofrío a toda su columna, se movió ligeramente hacia adelante trayendo una sensación de satisfacción completa, cuando su cuerpo rozó con el del alfa, que a esas alturas estaba demasiado excitado, tanto que era doloroso.
Sus instintos estaban al borde, abrazaba aquel cuerpo fuerte que lo envolvía sin problema alguno. Tomaba su impidiendo que se fuera. Taehyung estaba en las nubes, y sólo por unos momentos pensó que ese era su alfa, su omega estaba seguro que era todo por lo que había esperado, pero su parte humana era tan lamentable en esos momentos que no podía mantener la cordura, se estaba dejando llevar por sus deseos.
Taehyung se levantó, quedando en medio de las piernas del alfa, su pecho subía y bajaba, quería que lo viera, toda vergüenza había quedado atrás.
—Namjoon....quería que viera esto.
Jungkook llevó sus manos a la pequeña cintura, y bajo hasta su cadera que era más grande, formando una curva exquisita, parpadeaba perplejo, sin saber realmente lo que estaba pasando ¿Tal vez podría imaginarlo? La tela de la braga acariciaba su piel, sus piernas eran largas, se acercó y besó su vientre, no era cien por ciento plano, tenía gracita de bebé, que le hizo sonreír sobre su piel, besó y después pasó la lengua por el borde de sus bragas, sintiendo su excitación, y escuchando sus gemidos ahogados, dejó un par de chupetones en su vientre, e hizo que se volviera, dejando sus nalgas frente a su rostro.
Sus manos amasaron la carne suave que se movía, era exquisita, tanto, que no se contuvo de besarlo, lamia su piel y enterró ligeramente los dientes, Taehyung dio un pequeño salto debido a la sorpresa y miró sobre su hombro.
—Te dije que quería morderlo.
Soltó una carcajada y sin pudor, movió el trasera hacia el otro, Jungkook ya no pensaba, llevó la nariz por el encaje y lo hizo a un lado, mostrando su entrada, la cual besó, y lamió con el fin de prepararlo. Taehyung sentía sus piernas débiles, temblaba ante cada toque de sus labios, nadie le habia hecho eso, no creyó que fuera posible, se dejó ir entre gemidos, eran fuertes, desesperados. Así hasta que Jungkook bajo por sus piernas sus bragas y se levantó, desabrochando su propio pantalón el cual bajo junto a su ropa interior, llevó su glande hinchado a la pequeña entrada y la acaricio, llenándolo de su lubricación.
Se acercó a su cuello y suspiró, dando besos y dejando marcas en su nuca. Lamia el lóbulo de su oreja, estaban perdidos entre un placer inimaginable. Taehyung se volvió, aventó de los hombros a Jungkook quien cayó en la cama, y se subió a horcajadas sobre él, restregando sus nalgas sobre la erección, jadeando, aunque de repente se detuvo haciendo que Jungkook le mirara desperado.
—No podemos hacer esto—susurró ahogado—. Mis padres dijeron que sólo podía hacer esto con quien me casara.
Jungkook lo tomó fuerte de la cintura. —Entonces nos vamos a casar, mañana mismo, es más te llevaré a casa a vivir, tú eres mío.
—Pero...Namjoon...
—Déjalo, eres mío.
Taehyung se levantó ligeramente, dando chance de que Jungkook se enterrara en su entrada, gritó lleno de satisfacción, era grande y le encantaba, no se movieron por unos momentos, Jungkook estaba desesperado por cogerlo rápido, pero por alguna razón, esa noche estaba siendo muy diferente a las demás, Taehyung al estar listo comenzó a mover sus caderas de forma lenta y sensual.
—Eres tan...perfecto—susurró sin dejar de mirarlo, su rostro angelical le parecía conocido, pero su cabeza estaba hecha un lío.
Taehyung aumentó sus brincos y Jungkook elevaba la cadera para que las pretenciones fueran más profundas aún, ni siquiera le importó más manos del omega sobre sus hombros pellizcando su piel, el dolor hacia todo más excitante.
Se volvió dejándolo debajo, cuando sintió que se estaba cansando, esa noche en particular, Taehyung vivió un sinfín de emociones placenteras, porque aquel alfa estaba pendiente de su placer, realizó posiciones que nunca antes había intentado y que no sabía que podía hacer.
El alfa no estaba satisfecho, ni después de haberlo hecho tener dos orgasmos, Taehyung era un desastre.
Llegó nuevamente al clímax, dejando su esencia entre ambos cuerpo, Jungkook mordió la almohada gruñendo, al tiempo que tenía un orgasmo, y llenaba al omega con su nudo, Taehyung abrió los ojos en demasia, jamás había sentido un nudo, era demasiado y tembló de placer, el alfa más tranquilo le miró y le sonrió, aún quería marcarlo, pero su parte humana le decía que no era momento.
—Mi omega, te he esperado por tanto tiempo—gruñó de forma ronca, perdido.
—Alfa, por fin estás aquí, no me dejes—chillo.
Ellos, quienes estaban con sus sentidos obnubilados no se dieron cuenta que ese encuentro significaba el reconocimiento de dos almas destinadas. Se miraron a los ojos con una sonrisa cálida, antes de besarse de forma tierna, cuando el nudo estuvo listo, Jungkook salió de él y lo abrazó a su cuerpo, Taehyung estaba tan cansado y mareado que no termino en dormirse, Jungkook le siguió segundos después.
El sonido del teléfono lo sacó de su placentero sueño, abrió los ojos adormilado dándose cuenta que no estaba en su habitación, aún estaba demasiado borracho, pero el efecto de la pastilla había bajado, quería matar a Jimin en esos momentos.
—¿Bueno? —dijo respondiendo al teléfono que estaba en la mesa de noche.
—¡Maldición Taehyung! ¿Dónde carajo estás? Son las cuatro, mis padres no tardan en llegar, dime para pasar por ti.
—En casa de Zico—sabía que su hermano reconocería el lugar, porque no era la primera vez que pasaba por él.
—Llego en cinco..
Eso fue suficiente para que se levantara rápidamente y comenzara a cambiarse, porque cuando BaekHyun decía cinco minutos eran cinco minutos, se cambió y trato de arreglar su cabello, pero aún estaba demasiado ebrio para hacerlo bien, se volvió a la cama donde el cuerpo varonil estaba acostado boca abajo, subriendo su cabeza con la almohada, se acercó confuso.
—Namjoon, amor, me voy, te mando mensaje cuando llegue a casa.
—Mmmm—escuchó gruñir.
Sonrió y salió despavorido de la habitación, al bajar casi choca contra Zico quien le observaba confundido. No encontró a Jimin, aunque ni siquiera lo buscó, aún habían muchas personas en la casa, Taehyung no se detuvo a verlas bien, porque de hacerlo se habría dado cuenta de que Namjoon estaba inconsciente en el sillón. Salió al tiempo que el auto de Chanyeol aparcaba en la casa.
—Hola—dijo al subir.
—Mira nada más cómo vienes—bufó su hermano mayor—. ¿Y ese olor? Que asco, hueles a alcohol, tabaco y chocolate, es asqueroso, cuando llegues debes tomar un baño y...
Taehyung dejó de escucharlo, vio por la ventana cerrando los ojos y sonriendo, sintiendo las caricias en su cuerpo y los besos en su cuello, esa noche fue mágica y ni siquiera sabía la razón.
Jungkook se levantó molesto, primero, porque había aún mucho ruido, segundo, porque el aroma a fresas se había ido, gruñó, que cambió rápidamente, estaba mareado y muy alcoholizado, salió de ahí, buscando al omega, a su omega, su alfa estaba a la defensiva, bajo las escaleras lentamente, sin embargo chocó contra un chico que estaba subiendo al lado del otro.
—Fijate—gruñó mostrando sus dientes.
—Lo siento amigo, pasa—dijo sin dejar de mirarlo y después mirar a su amigo.
Jungkook estaba tan enojado porque no se encontraba con su omega que simplemente salió a buscarlo a la calle, camino sin rumbo, en un trance, donde su instinto estaba al frente, estaba mareado y cansado, por lo que no pasó mucho tiempo para que cayera al pasto de espalda, mirando a la luna. Suspiró cerrando los ojos y sonriendo.
—Cachorro—susurró antes de caer dormido, olvidando por completo lo que había pasado esa noche.
La razón por la cual no recuerdan nada, además del alcohol y que estaban drogados, es porque la mayor parte del tiempo su instinto estaba al frente, osea su omega y su alfa, porque son destinados. 💜💚
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