Narrador omnisciente

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Luego de que Adrien se agachase y tomara la mano de Marinette, el rostro de la chica demostraba que estaba sorprendida aunque al mismo tiempo curiosa; sin contar que en el "público" gobernaba un silencio absoluto.

Marinette: T-Todos nos están viendo -susurro-

Adrien: Esa es la idea -le guiña el ojo-

Luego de lograr que la peliazul estuviese aún más ansiosa, Adrien le dio un beso en la mano, para luego abrir la boca y tomar aire con todo lo que pudo; quería que su voz se escuchase lo más fuerte y claro que fuera posible.

Adrien: Bueno, estoy aquí sólo para preguntarte algo...

Marinette: D-Dime.

Adrien: ¿Me concedería el honor de ser mi novia, My Lady?

Por parte de los demás se escucharon gritos de asombro. Por su parte, Marinette, temblaba con todo lo que podía, sonrojada. Cuantas veces se habría imaginado esa escena en sus sueños, pero esta vez, era real.

Marinette: ¡C-Claro que sí...!

Sus compañeros estaban aplaudiendo, como si ante sus ojos tuvieran un gran espectáculo.

Marinette: ¿Por qué me lo pides delante de todos...? Es vergonzoso.

El rubio la miró sonriendo. Ahora nadie más importaba, ambos se habían encerrado en su propio mundo, sólo importaba el otro. Adrien se levantó y se acercó lentamente al oído de la chica, para susurrarle algo.

Adrien: Porque quiero que todos sepan que eres sólo My Lady, y de nadie más.

Los ojos de Marinette se iluminaron. Se quedaron mirando un rato más, hasta que el timbre sonó anunciando el comienzo de las clases.

Adrien: ¿Qué tal si nos saltamos las clases?

Marinette: ¡Pero nos regañarán...!

No logró darse cuenta y Adrien ya la tenía sujeta de la mano, entrelazando sus dedos para comenzar a escapar.

Adrien: Déjalo pasar por esta vez~

Mientras caminaban procurando que nadie en la preparatoria los hubiera seguido, como si se tratara del destino un akuma se cruzó justo delante de sus ojos. Ambos iban a esconderse para transformarse, pero luego recordaron que ya lo sabían y rieron. Definitivamente así todo era más fácil.

Marinette: ¡Transfórmame, Tikki!

Adrien: ¡Allá vamos, Plagg!

Estaban listos para comenzar la pelea, como siempre, protegiendo juntos la ciudad como los héroes que eran... Dos enamorados héroes.

Chat Noir: Y yo que quería pasar un momento a solas contigo.

Ladybug: No te ilusiones, gatito. El deber nos llama.

Nuevamente se tomaron de las manos y comenzaron a avanzar. Era algo complicado permanecer así, pero realmente no se querían separar.

Cuando habían obtenido la victoria, aún con sus transformaciones, volvieron al tejado de la preparatoria en el que habían estado el día anterior antes de que sucediera todo. Ahora podrían presenciar el atardecer de una buena manera.

Se sentaron allí para observar con claridad; Ladybug tenía su cabeza apoyada en el hombro de Chat Noir, y él estaba apoyado igualmente en la cabeza de ella.

Ladybug: Sabes... Confío mucho en ti.

Chat Noir: Meow, me siento honrado.

Ladybug: No me dejes nunca, ¿si?

Chat Noir: No es como si eso hubiera estado en mis planes -sonríe- Las cosas buenas hay que cuidarlas.

Luego de eso supieron que no necesitaban hablar más. Estaban satisfechos, por fin todo estaba claro, por fin sus sentimientos y esfuerzos habían dejado la recompensa.

En sus mentes sólo querían pausar ese momento, que durara para siempre en sus corazones. En ese lugar todo empezó, así que tal vez podrían permanecer allí..., donde lo único que tenían que hacer era querer con todas sus fuerzas a quien estaba a su lado.

Por que ésa era la persona que más querían en el mundo. Y definitivamente no la iban a dejar.

Porque si estaban juntos, cualquier dificultad sería diminuta ante su amor. Un amor único...

El amor de Chat Noir y Ladybug.

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Fin.