Dia de las madres
No quiero que mi pasado me afecte, pero de cierta manera siempre lo hace. Busco maneras de cambiar. De ser diferentes, pero por más que intento, siempre es el mismo resultado.
La agonía de mis pensamientos, el miedo de que todo pase como paso la última vez me mata por dentro.
Tantos sentimientos encontrados imposible de contar imposible de entender.
A veces que solo quiero que apesar de todas mis cosas malas alguien se quede, alguien me demuestre que no hay nada de malo conmigo.
No se si algún día esa persona llegue, pero aunque apareciera creo que me sabotearia a mi mismo, a pensar de que no es suficiente, por que mi melancolia, le gana a mi felicidad.
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El secreto de los suspiros Capítulo 6"Día de las madres"
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Un nuevo día, un nuevo amanecer un tanto diferente al resto, uno donde sobresale a otros días de otras mañanas, un día especial donde se celebra la maternidad, donde este era su día especial, es su dia...
Los rayos del sol era reflejados en el rostro de una pequeña fémina que al tal fastidio sus cuencas fueron obligados ha abrirse.
Se levantó un tanto aturdida y con su brazo cubriéndose de lo rayos del sol sus cortinas se encontraban abiertas, y solo alguien pudo aberlas abierto.
Sus ojos dieron un gran brillo que con energía se levantó rápidamente de la comodidad de su cama se dirigió hacia la puerta donde un piso resbaladizo le espero donde se deliso apunto de caer pero eso no la detuvo.
Con su dos manos las puso sobre el suelo que le ayudó a tomar el equilibrio y cuando lo consiguió con su caderas agarro propulsión y corrió deslizándose por el agarradera de las escaleras.
Al tocar piso rápidamente se compuso ante un desequilibrio que al recomponerse tomó de vuelta su camino.
Una niña muy energética.
Susurros se escuchaban a poca distancia en donde se encontraba ella y sabía que ya se estaba acercando, y ahí fue donde la encontró.. a su madre.
Una mujer adulta joven con un pelo liso y bello de color rosa como la de su hija, bella y colorida, su piel como nieve blanca en su cuerpo era algo en lo cual envidiar. claro, cuando su padre es la envidia por tener a tal mujer como su esposa.
En un abrazo se encontraba aquella pareja de casados donde el esposo felicitaba felizmente a su esposa que recibía aquellas felicitaciones con mucha felicidad.
Un abrazo donde se vio interrumpido por un peso demás que en su pecho apareció.
Era su pequeña hija su pequeña Najimi que la encontraba abrazando tiernamente mientras que de sus labios salían las palabras "Felicidades Mamá".
-Vaya, parece que alguien se levantó con muchos ánimos -Expreso la madre con ternura hacia su hija en donde sus corazones daban latidos de felicidad, todo siendo observado por el padre que aún lado se encontraba.
-Me siento excluido -Hablo el padre con una lágrima comica sobresaliendo de sus cuencas.
La madre al obsevar mejor a su hija miro que aún estaba en pijama haciéndole se le tarde para la escuela.
-Mi pequeña sabes que tendrás que ir hoy a la escuela -Clamo la madre trayendo sorpresa a la Osana por que sus planes no estaban yendo por donde pensaba, era como si pudiera leer su mente, pero solo era que la conocia tan bien.
-Pero se supone que hoy es tu día Mamá, hoy teníamos planedo hacer cosas juntas -Najimi expreso con tristesa al no poder pasar tiempo con su madre en este día tan especial para ella en donde su madre solo podía verla con más ternura, supo que la crío bien. respetuosa, amable y bondadosa, era como una copia perfecta suya en su niñez pero la pequeña tenía algo más especial que ningún otro niño tiene, algo en lo que ella se sentía orgullosa de su pequeña.
-Lo se, pero también tus estudios son importantes, además de que tu padre y yo pasaremos tiempo juntos -Dijo mientras miro a su esposo que en vez de tener una ropa de casa, estaba areglado elegantemente listo para pasar tiempo con su querida esposa.
A pesar de que había razones, aún quería pasar todo el día con su familia, quería ir con ellos, pero sabía que sus padres tenían que pasar tiempo juntos y recordó que desde ase tiempo que no estaba solo los dos.
Al ver la reacción de su pequeña hija, pensó en cómo hacer que su pequeña no estuviera deprimida, pensó y pensó, asta que su cerebro le hizo recordar los relatos de su pequeña hija.
-Además, si te quedas, vas a dejar a alguien esperando por ti, dudo mucho que lo quieras ver triste -No sabía aquien exactamente se refería, pensó y pensó, pero su mente le obligo a recordarlo, aquel cabello en punta de una peculiar palmera.
Su mente le dio un evento imaginario, en donde se vería al Son esperando por su llegada con aquel rostro perdido en las esperanzas.
-¡Son-Chan! -Clamo con sorpresa al haberlo olvidado completamente que rápidamente se solto de los brazos de su madre y rápidamente entró a la bañera por que el tiempo no esperaba a nadie.
No podía dejarlo solo, y dejarlo con Komi-San no era una opción, por que si había alguien que lo pudiera consolar debería ser solo ella.
Al ver la reacción de su hija la sorprendió, al parecer ese chico llamado Goku como su pequeña una vez le relato, se había convertido en lagun muy especial para ella, sabía, que eso no era de amigos, era de algo más, ella estaba sintiendo algo más que probablemente la este confundiendo por que nunca lo ha experimentado. ese bello sentimiento que poco a poco iba creciendo...
Flores florecian, las aves cantaban, las casas adornadas de Felicitaciones por felicitaciones. Todo visto por aquella que con prisa corría y obervava el festejo que en las casas se daban.
Temía no encontrarlo, su objetivo era encontrar a Goku en aquel lugar donde se despedían, en aquella calle que se parte en tres direcciones.
Al final, no lo encontró, pero siguió corriendo ahora con la esperanza de encontralo en el camino.
Corrió y corrió sin parar. un camino largo hacia la escuela.
A la lejanía, un reconocido pelo de palmera se encontraba caminando con su característica serenidad que con pasos lentos iba camino a su escuela.
Cada segundo que corría su silueta se dejaba ver más, asta verse por completo. Su corazón bombeada una y otra vez con mucha rapidez, debido al cansancio de tanto correr sin parar.
Con su última fuerza de voluntad grito su nombre -¡Son-Chan! -Grito y salto sobre el.
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en soledad, obervava el mundo a mi alrededor. este es uno de los pocos momentos que puedo respirar libremente y perderme en mis pensamientos sin distracciones.
Pero veía una vez más, en cada caza aquellos festejos donde se celebraba la fecha de hoy. Los Pensamientos volvieron hacer negativos una vez más.
-Este día, uno muy especial para mucho, pero para mi solo es uno en donde me obligan a recordar, me obligan a recordarla. No puedo hacer que paren, ya que se es una fecha en las que uno festejan con sus seres querido, y ami solo me toca observarlo, me toca observar su felicidad desde la lejanía. Soy ajeno a todo esto, solo quiero estar solo por que nadie a podido ver a través de mi.. -
Estaba tranquilamente caminando, inundado en mis pensamientos, asta que escucho mi nombre a la lejanía. Al dar la vuelta no me espero más que todo el cuerpo de la Osana caer encima de mi.
Solo pude sentir como mi cuerpo caía en el duro cemento del pavimento donde caminaba y creí por un momento que mi alma había salido de mi cuerpo.
-¡¡Son-Chan alfin te atrape!! -Expreso con alegría al lograr su objetivo y uno que otro jadeo ante el cansancio.
Se sintió aturdido, ese golpe no lo espero para nada y solo pudo obsevar como su amiga en su pecho se encontraba repitiendo su nombre una vez más.
Sin decir palabra alguna algo normal en el, se levantó del suelo para seguido sacudir su uniforme que de polvo se ha llenado.
Al terminar, estiro su brazo asía la Osana que con la mano abierta esperaba que la Peli púrpura la aceptase para ayudarla a levantarse.
Al entender la acción, tomó su mano y con su ayuda se levantó.
Los dos tornaron su camino, con serenidad donde el viento les pegaba al rostro, pero esta vez se sentía un tanto diferente.
Al llegar a su destino las clases pasaban pero no era igual. Un olor a melancolia podía olerse en el lugar. Algo que los corazones que llegaron a sentirlo se deprimieron cuando a segundos antes latía con felicidad.
La hora del descanso se dio y la pareja se encontraba en aquellos columpios donde una vez se dio su amistad.
La Osana se veia levemente preocupada por el Son, ese aire a melancolia le pertenecía a el. Actuaba raro a pesar de esta fecha tan especial.
Quería ayudarlo pero no sabía como o con que. Solo podía observarlo luchando contra sus propios sentimientos.
-Te veo triste. Cuando te veo así me dan ganas de abrazarte hasta que se vaya todo lo malo, hasta que lo olvides si no se va. -
-Te veo triste y me mata al pensar que no puedo cambiar esa sensación en ti. -
-Te veo triste y me rompe el corazón en mil pedazos, me dan ganas de reparar el tuyo sin importar si pierdo el mio. -
-Tus ojos se aguadan y me dan ganas de abrazarte hasta que sueltes todo lo que tenga que soltar. -
-Te veo triste ¿Lo estas? Aunque lo admitas o no, siempre estaré para ti; en las buenas, malas sobre todo en las peores. -
-Te veo triste, déjame estar aunque sea un poco más junto a ti.. -Todo aquello dicho en la mente de la Osana que no tenia valentia de expresarselo. Tenía que hacer algo. Cada segundo que pasaba sentía como la melancolia del Son los ahogaba sin poder respirar y se le ocurrió una forma de calmarlo, a él y su penosa alma.
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No podía dejar de pensar, en dejar de pensarla. No podía, desearía pasar esta fecha junto con ella como una familia como ella siempre quiso. Debía de ir a visitarla y claro que lo aria aunque le torturara más. Sentía frío más frío de lo que su cuerpo a sentido sentía que aquel frío le atrapaba lo atraparia y cerró sus ojos esperando que la oscuridad lo atrapará una vez más.
El frío que creyó consumirle paro, por alguna extraña razón se torno cálido; una extraña calidez lo atrapó en un caluroso abrazo, el frío se fue pero pronto regresaría.
Abrió sus ojos y ahí la observo. Aquel calor no era más que la Osana que la atrapó en su abrazo brindándole calidez donde su ojos se sorprendieron después de mucho tiempo.
El rostro de la Osona expresaba preocupación junto con tristesa al ver el estado del Son lo único que pudo hacer fue abrazarle por que pensó que eso era lo correcto.
-Te veo triste ¿Lo estas? -Aquello que hace poco pensó, le llegó al Son en forma de preguntas que al escucharla no sabía que responder.. no podía por que si hablaba sentía como sus penas se liberarian de su cuerpo. No podía, asi que su única respuesta fue corresponde al abrazo donde el viento jugo una vez más con ellos.
¿Donde estaba Komi-San? No se sabía pero no era importante. Este momento era de los dos y nadie más que ellos dos por que uno de ellos lo merecía.
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La familia Osana fuera de sus recintos se encontraban, el padre con un ramo de flores y la madre cargando a su pequeña hija.
La escuela terminó por ahora y eso significa que la tarde llegó. la pequeña se encontraba confundida de donde irían, por que el carro encendido estaba.
Su padre el ver la confusión que su hija se guardaba no tubo más remedio que explicarlo.
-Vamos a visitar a mi madre, de igual forma también es su dia hija mia -Expreso asia la pequeña Najimi con melancolia y nostalgia al recordar una vez más a su querida madre que siempre la llevava en su alma en forma de un collar rojizo.
La pequeña Osanana se sintió culpable, sabía que su adorada abuelita había ido al descanso donde su cuerpo duerme en una fría tumba donde el sol y la lluvia le daban y su único refugio es aquel ataúd con la que una vez se enterró.
Con todo listo la familia se adentro al carro y con las rosas en mano piso el acelerador donde se perdieron en el atardecer del sol.
En la entrada del cementerio donde es el hogar de los muertos pocas personas se encontraban en el lugar.
Sin más dilación, la familia se adentro donde el mismo atardecer que le brindaba calor dejó de hacerlo.
Con cada paso que daban, un aire frío les golpeaba. Los árboles se movían con un poco de brusquedad por el viento que soplaba con fuerza.
Después de una caminata corta llegaron en donde su madre descansaba. En su tumba esta escrito su nombre, con el nombre con el que vino al mundo, y con su mismo nombre se fue.
Estirando su mano con su ramo de flores, el padre puso aquel ramo en la tumba como un recordatorio que aun la recuerda a pesar de los años.
Juntando sus manos abiertas a la altura de su pecho, se puso a rezar con los ojos cerrados, deseándole que estuviera bien donde quiera que este.
No quería decirlo, pero se encontraba aburrida, sabía que esto era importante para su padre y sería muy grosera decir lo que piensa, así que se puso a obsevar el lugar con más detenimiento.
El viento soplo con más fuerza haciendo que las hojas de los árboles se calleran volando hacia la dirección del viento. Hoja a hoja pasaba delante sus ojos, como se iban y se perdían y otras caían. Pero hubo uno en particular que no callo o voló más allá. Una hoja aterriso en su nariz, una no muy común pero si muy visto. Una hoja color rosa que tan brillante se mantuvo aún cuando la agarro con sus dedos.
-Que preciosa -Pensó la pequeña al ver la hoja una vez más. Se preguntó de dónde vino y observo a su alrededor y encontró de dónde provenía.
Un árbol, no muy alto pero si más alto que los demás teñido de ese tinte rosa representandola como un árbol sakura que sobresalía más que los de más.
Sentía que la llamaba, el árbol la llamaba aún que no hubiera sonido alguno. Desde su interior la llamaba diciéndole entre susurros que de su compañía necesitaba.
Dejando que su curiosidad le ganase, camino al árbol sin mirar atrás perdiéndose a la vista de los demás.
Entre tumbas de muertos caminaba, donde sus pasos podían escucharse, pero eso no era importante. Su vista sólo seguía un punto, aquel árbol que su atención ha llamado. Cada paso que daba el árbol se hacía más grande dando a entender que su caminata pronto terminaria.
Una vez más los segundos pasaron, sus pasos finalmente se detuvieron. Su vistas no paraba de obsevar aquel árbol que de sus ramas más hojas sakuras lo adornaban.
Pero sus ojos pasaron hacer sorprendido, su vista logró ver algo más o.. alguien, que se encontraba bajo el árbol, no podía creer que esa persona se encontraba en este lugar que por un segundo creyó estar soñando.
Atrás suya más pasos de más de una persona venían hacia su posición. Entre los arbusto las pareja de casados salieron con cansancio y sudor sobre sus frentes, se tomaron un segundo para recuperar sus alientos que al recuperarse fueron hacia su hija.
-¡Mi pequeña! ¡¿Donde has estado?! -Pregunto la madre con desconcierto y preocupacion al no encontrar a su hija anteriormente que solo la dejó de observar un segundo.
Pero no hubo respuesta de la pequeña algo que la extraño, así que la observo con más detenimiento y observo que no paraba de mirar en un lugar en especifico.
Con curiosidad también decidió igual observar que era a lo que su hija le había llamado tanto la atención para no dejar de observarlo.
Lo primero que vio fue ver un árbol lleno de flores sakura que llenaba de color el lugar. No pudo pensar que aquel árbol era hermoso. Algo bello que logró crecer en un lugar como este. Pero eso no era lo que su hija obervava, así que bajando su vista ahí lo pudo ver.
Un niño.. Un niño se encontraba bajo las sombras del árbol donde su sombra lo resguardaba del sol. Un niño de pelos en punta con forma de espaldera. Su mirada se encontraba gacha observando una tumba que a sus pies se encontraba. El viento jugaba con su pelo no dejando ver sus ojos. No movía ninguna músculo, solo estaba ahí.. parado sin hacer nada, solo observando aquella tumba con aparente tristesa mientras las hojas rosas caian adornando mas el lugar.
Se preguntó quien era y por qué su hija parecía estar sorprendida por verlo.. pero ya no era necesario pensarlo mucho por que ella misma lo aclararia.
-¿Go-Chan? -Ahora comprendio todo, aquel chico no era nada más que nada menos que aquel chico que su hija pronunciaba su nombre con felicidad.
No estaban lejos de el, así que era fácil obervar quien era para la Osana, también por que ese cabello solo una persona podría tenerlo. Se preguntó por qué estaba aquí. Pero lo supo al obervar la tumba que debajo sus pies se encontraba. Una tumba tan cuidada que en su alrededor se encontraba unas cuantas flores rojizas y hojas sakuras que en su cabeza caían.
Aun que el árbol transmita emociones positivas como relajantes, parece que no era en el caso del chico. De pronto, sus labios se comenzaron a mover, donde por primera vez se le escucharía hablar desde lo más profundo de su ser. Todas aquellas palabras que se dirán solo serán dirigidas a ese ser querido que en su tumba descansaba.
-Cada día, te sueño a mi lado, haciéndome daño con tu collar en mi mano. Cada día es un día más en el que recuerdo tu sonrisa en la mía. Cuanto daría por regresar al pasado y poder haberte tratado como merecías, no sabes lo miserable que me siento ahora, si tan solo hubiera echo bien las cosas, la culpa no insistiria en hacerme sentir lo que estoy sintiendo ahora. -
-Mamá, si aún estuvieras con vida pagaría con la mía por todo el daño que sin saber te hacia. Todo lo que te hizo sufrir no fue más que culpa mía, por no tener el coraje o la valentía de protegerte... -
-Quiero volver al pasado, para volver abrazarte y pasar el resto de mi vida a tu lado, quiero volver al pasado y decirte que no te preocupes, que mientras estés a mi lado nunca nadie te hara daño..-
-Lamento tanto no haber podido protegerte, lamento tanto no hacerte pasar un buen rato, lamento tanto no querer quererte mientras tu corazón aun seguia con vida. -Palabras que se sienten, palabras que llegan al alma, palabras que penetro los corazones para quellos que escucharon. Aquellas palabras no sólo eran simples palabras, estaban llenas de lamentos, agonía, culpa.. arrepentimiento, demasiado para un niño, lo padres no evitaron pensar como un niño puede aguantar tanto.
Aquella tumba donde el cuerpo de su madre se encontraba, recibió una gota, no una de lluvia, si no una lágrima, lágrimas que fueron acompañadas por más. No había llanto, sólo lágrimas por que la batalla no era en el exterior, si no en el interior.
Lo comprendio, finalmente lo comprendio, ya sabía la razón de su comportamiento extraño de este día.
El no podía festejar como ella lo hacía, no podía sonreír en esta fecha como ella lo hacía. Cada vez que ella expresaba su felicidad por la fecha, era claro que le dolía, le dolía bastante por que el no podía decir lo mismo. Comrendio que fue egoísta con el, le expresaba su felicidad en todo el rostro y no pudo sentirse más miserable. Cada que ella le recordaba la fecha, lo lastimaba y el no hacia nada. Le hacia remarcada su felicidad cuando el no lo tenía.. Esta vez no fueron otros que lo lastimaron, no fueron otras personas, esta vez le tocó a ella lastimarlo cruelmente cuando el no podía defenderse....
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Esta vez, compartió sus lágrimas por que ella igual comenzó a llorar.
Los padres no podían creer lo que sucedía, pero era algo normal que no todos podían festejar esta fecha, pero ver a los dos llorar les apretaba el corazón. Aunque no lo conocieran sentían su dolor en el aire, el aire de melancolia apareció llenando el lugar de suma desesperación y tristeza. Aquel árbol también compartió su dolor junto con la naturaleza por que el viento comenzó a soplar con fuerza llenando de mas frío el lugar. Las hojas rosas caian sobre el como si el árbol le quisiera decir que ella estaba con el. Aquel árbol era de aquella tumba que de todos los demás estaba apartado, por que era la única que merecía tal árbol que el mismo planto que creció al pasar de lo años.
Árbol que en el se implanta el sufrimiento y que del sufrimiento del Son creció. El Son la hizo crecer.
Fin de capitulo 6.
Gracias por leer...
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