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5

El día de la boda amaneció brillante y soleado. El pronóstico del tiempo amenazaba con tormentas por la tarde, pero Landon declaró con ojos brillantes que el mal tiempo no se atrevería a arruinar el día más hermoso e importante de su vida.

La ceremonia tuvo lugar en la iglesia de la familia Payne, y la ofició el pastor Partridge. Los invitados soltaron exclamaciones de admiración al ver el lugar, donde las lilas y las rosas mezcladas con hiedra y cintas de raso blanco adornaban casi todas las superficies. A lo largo del pasillo y en el altar había más flores en floreros altos.La iglesia estaba a rebosar. Cuando empezaron a sonar los primeros acordes de la marcha nupcial, no cabía ni un alma más.

Tres niñas Omegas con vestidos de raso verde y el pelo adornado con cintas y capullos de rosa bajaron por la alfombra blanca que habían extendido dos de los testigos del Alfa antes de que empezara la marcha nupcial. Las tres sonreían con timidez y transportaban cestas llenas de pétalos rosas y verdes que lanzaban por el pasillo a su paso. 

A continuación iban las damas de honor de Landon, ocho Omegas amigas suyas con vestidos de seda color verde apio, cada una con un ramo de rosas y lilas. Las seguía Liam, en su calidad de padrino. Su traje era rosa palo y su ramo estaba formado por rosas blancas entrecruzadas de verde. Apenas había andado cinco pasos en dirección al grupo que esperaba en el altar cuando cometió el error de mirar a la derecha. Y allí estaba Zayn, en el sexto banco, con Zahir y Molly.

El Alfa le sostuvo la mirada y Liam estuvo a punto de tropezar, pero se recuperó al instante. Echó atrás los hombros y siguió su marcha lenta hacia el altar. El padrino Alfa le tomó la mano y lo acompañó a su puesto, al lado de él. La música sonó más alta y apareció Landon con un traje blanco como la nieve y un ramo hecho de lirios blancos, gardenias y rosas atado con perlas falsas. Un suspiro de admiración pareció brotar de todos al verlo. Era su momento y Landon sabía bien qué hacer con él.

En el camino, tenía ojos sólo para Dirk y, cuando al fin llegó a su altura, tendió su ramo a Liam y su prometido y él miraron al pastor. Empezó la ceremonia. Dirk vaciló un par de veces al pronunciar los votos. Aunque normalmente hablaba mucho, parecía acobardado por la solemnidad del momento. La voz de Landon, en cambio, sonó fuerte y clara, sin vacilaciones. Liam, a pesar de su determinación de no mirar, no pudo evitar girarse de nuevo hacia Zayn, en el sexto banco, donde lo esperaban los ojos del Alfa llenos de calor y esperanza.Y también promesas.

Lo miraba... como miraba Dirk a Landon y como Zahir miraba a Molly. Como si Liam fuera el único Omega en el mundo.

Increíble. Su sueño de tantos años atrás se había hecho realidad. Zayn Malik sólo lo miraba a él. Ahora lo veía. Él mismo se lo había dicho así al lado de la piscina. Lo veía y se interesaba por él. Y Liam tenía que reconocer que a él también le interesaba aquél Alfa. Era como un cuento de hadas hecho realidad. O lo habría sido... de no ser por el secreto y por su telaraña de mentiras.

Cuando los novios subieron a la limusina blanca que los llevaría al Club de Campo, se veían ya muchas nubes por el suroeste. La lluvia anunciada estaba en camino. Pero a la gente no le preocupaba nada el clima. El banquete tendría lugar en el comedor principal del Club de Campo y después habría baile hasta tarde en el salón adyacente. Una pequeña tormenta no iba a alterar el programa.

Zayn, que había salido de la iglesia primero, llegó al club mucho antes que los demás. Entregó las llaves del coche al mozo del aparcamiento y fue directo al comedor, donde había al menos cuarenta mesas redondas preparadas con manteles blancos, cristalería de bordes dorados y porcelana de china. En un extremo, sobre una plataforma, había una mesa rectangular montada para seis personas, los novios y los padres de ambos. Zayn supuso que Liam no se sentaría lejos de esa mesa.Y acertó. Encontró su tarjeta y la de Brody en la mesa de enfrente. A continuación empezó a buscar su lugar. Lo encontró diez minutos más tarde, justo en el centro del mar de mesas, con Molly y Zahir a su derecha. Tomó su tarjeta con el mayor descaro y la cambió por la de la persona que se sentaba a la izquierda de Liam. Una vez terminada su misión, se marchó al bar del club, donde pidió un whisky con hielo mientras esperaba la llegada de los demás invitados.

Veinte minutos después regresaba al comedor, donde empezaban a llenarse ya las mesas y los camareros circulaban entre ellas poniendo pan y mantequilla o sirviendo champán y refrescos. Un grupo tocaba música suave en un rincón. Liam y Brody estaban ya sentados. Zayn se detuvo en la puerta y los miró. Mientras miraba, el niño desdobló su servilleta y se la puso en las rodillas. Zayn sonrió. Estaba muy apuesto con su traje y su remolino de pelo justo en la coronilla. Él entendía mucho de eso, pues tenía uno justo en el mismo lugar y se veía obligado a llevar el pelo largo o muy corto para controlarlo.

Y  Liam. Zayn lo miró abiertamente, ignorante de todo lo que no fuera el Omega, y pensó que nunca lo había visto tan hermoso como ese día. El rosa le sentaba bien. Le recordaba a... Parpadeó. Y el tiempo pareció detenerse.

Regresó a una noche de mayo de once años atrás. Landon también llevaba un traje rosa ese día y había destacado por encima de todos los Omegas de la graduación. Habían bailado todas las piezas porque Zayn no permitía que se le acercara ningún otro Alfa. Aquella noche lo había cambiado todo... o eso creía él mientras sucedía. Aquella noche había decidido que no rompería con él después de todo, aquella noche no le importaba lo más mínimo el mundo ni los muchos lugares que tenía que explorar. Aquella noche sólo quería quedarse allí, con Landon en sus brazos.

Landon...¡Qué extraño!Podía verse todavía viéndolo girar en sus brazos. Landon...¿O no era él? Al recordar ahora a Landon sonriendo con suavidad y mirándolo aquella noche, no era a él a quien veía. Estaba seguro de eso. Bajaba la vista y...Veía a Liam en sus brazos. No podía ser. No lo era. Su mente le gastaba una mala pasada. Aun así, en el centro de su ser estaba seguro de que...Sintió un calor repentino. El aire lo oprimía y no podía respirar.

Y entonces Liam levantó la vista de la mesa donde se sentaba con Brody y lo vio. Y sonrió.¡Qué hermoso era! Y su sonrisa consiguió que todo volviera a la normalidad. El pasado no era el presente. Y Liam no era Landon. Casi estuvo a punto de echarse a reír de su idiotez. Seguramente era normal que, con lo que sentía ahora por Liam, pensara que era a él y no a Landon al que había tenido en sus brazos aquella noche. Pero, en cualquier caso, no importaba. De eso hacía ya años. Lo que importaba ahora era la sonrisa esperanzada en la boca suave de Liam.

Echó a andar hacia la mesa.

—¡Zayn! —el rostro de Brody se iluminó al verlo. Sonrió al niño.

—Hola, Brody. ¿Qué tal?

—Bien —el niño se metió un dedo en el cuello de la camisa—. Excepto por este traje —hizo ruido de que se ahogaba.

—Brody —dijo Liam con suavidad. Y el pequeño suspiró y se sacó el dedo del cuello.

Zayn le guiñó un ojo.—Pero te queda bien.

—¿Tú crees? —Brody se enderezó el cuello y alisó la corbata.

—Sin ninguna duda — Zayn se atrevió a mirar al Omega de rosa—. Y tú estás guapísimo.

—Gracias —sonrió Liam. El Alfa tomó la tarjeta colocada al lado suyo.—¡Vaya! ¿Qué te parece? Este es mi sitio.

La expresión de Liam indicaba que ya había leído la tarjeta.
—¡No me digas!

Zayn le mostró la tarjeta.—Me temo que sí.

Se sentó y se puso la servilleta en las rodillas. Liam se inclinó hacia él. —¿Dónde has puesto a Charlie Bowline? Antes ha estado aquí, parece ser que alguien le había dicho que se sentaba en esta mesa.

Zayn se giró hacia él y le sonrió.—El señor Charles Bowline se sentará con Zahir y Molly Malik. Si consigue encontrar su asiento, estoy seguro de que lo pasará muy bien. Zahir y Molly son muy divertidos.

—Charlie es el padrino de boda de Dirk, —murmuró Liam con tono burlón.

—Y espero que encuentre pronto su asiento —repuso Zayn.

Un camarero le llenó la copa de champán. Zayn la levantó y brindó con Liam.

—¡Eh, yo también! —Brody levantó su refresco de Cola.

Zayn chocó su copa con el vaso del niño.—Por el padrino, dondequiera que este.

Empezó a llegar la comida... mariscos, ensaladas y un plato de solomillo con patatas asadas. Y todo estaba muy bueno, aunque lo que más valoraba Zayn era la compañía. Conversaron con los demás invitados de la mesa, dos parejas de Abilene amigas de la familia de Dirk y una anciana encantadora, tía abuela del novio. Más allá de las ventanas, el cielo se iba volviendo gris, pero no importaba. Estaban todos a cubierto y se lo pasaban bien.

Ni Zayn ni Liam mencionaron la cita misteriosa que tenían el lunes en el bufete ni la conversación telefónica del domingo anterior. Ambos mantuvieron la conversación a un nivel amable y superficial.

El Alfa no tenía nada que objetar. Liam estaba a su lado y no podía pedir nada más. De pronto todo le parecía factible. Más tarde habría baile y quizá tuviera suerte, el domingo lo vería en la iglesia y en el restaurante y el lunes... bueno, Liam iría a su despacho a consultarle algo. Y él tendría una ocasión más de convencerlo de que debían pasar más tiempo juntos.

Cuando retiraron el plato principal, Heck Payne se puso en pie y golpeó su vaso de agua con el tenedor.

—Señoras y señores. Quiero decir cuánto significa este día especial para Enid y para mí...

Brody escuchó con paciencia varias rondas de brindis, pero para entonces ya otros niños empezaban a congregarse en el umbral de la puerta o a desaparecer en el vestíbulo principal. Brody se inclinó hacia Liam.—¿Puedo ir a jugar con los niños?

El Omega le dejó ir después de hacerle prometer que se quedaría en la entrada principal o en el salón de baile, donde él pudiera encontrarlo.

—No salgas fuera, lo digo en serio.

—No saldré, papi. Te lo prometo.

Media hora más tarde, cuando todo el mundo hubo hecho su brindis, Heck se levantó y anunció que el grupo de música se trasladaba al salón de baile. Fuera tronaba y los relámpagos iluminaban el cielo oscurecido. Heck soltó una carcajada.

—Estamos en Texas, amigos. Y ninguna tormenta nos va a estropear la diversión.

La multitud se echó a reír. Algunos aplaudieron. Zayn apartó la silla y le ofreció la mano a Liam.

—El primer baile es para mí —dijo. Y el Omega aceptó su mano.

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