2
Esa noche, Zayn hizo un esfuerzo claro y calculado por tener una conversación a solas con su cuñada. Cenó con la familia en la parte central de la casa del rancho, donde vivía Molly con Zahir y los mellizos y después de cenar tomó una copa de brandy con su hermano mientras la Omega iba a preparar a los niños. Después los Alfas se reunieron con ella para la tarea importante de acostar a los mellizos.
Zahir y Molly les cantaron nanas y Zayn, que disfrutaba con su papel de tío, participaba siempre que recordaba la letra. Le gustaba aquella vida familiar. Le gustaba mucho. En su opinión, era lo más inteligente que había hecho nunca su hermano.
A las ocho, los niños estaban al fin metidos en su cuna, con la niñera en una habitación cercana y Zahir anunció, como todas las noches, que tenía algunas cosas pendientes y desapareció en su estudio.
Zayn aprovechó la oportunidad para preguntar a Molly:
—¿Tienes un momento?
Ella asintió. —Claro que sí. ¿Quieres un café?
—Muy bien — Zayn la siguió a la cocina.
Molly le sirvió una taza de café y se sentó enfrente de él con una infusión.
—¿Qué ocurre? —preguntó.
El Alfa decidió ir al grano.
—Dime todo lo que sepas de Liam James Payne.
Su cuñada lo miró por encima del borde de su taza.
—Taylor. Su apellido es Taylor. Se casó.
—Pero ahora es viudo.
Su cuñada lo miró con curiosidad.
—Mejor para ti, ¿eh?
—¡Vamos, maldita sea! ¿No puedes ayudarme un poco?
Molly dejó su taza en la mesa.
—¿A qué viene esto? ¿Tuviste a uno de los gemelos y ahora quieres completar la pareja?
Zayn dio un respingo. Negó con la cabeza.
—Eres muy directa.
—Eso me han dicho. Contesta a mi pregunta.
—No —repuso el Alfa—. No es eso. Esto no tiene nada que ver con Landon. Landon y yo... bueno, eso fue hace mucho tiempo.
Molly lo miraba con aire de duda.
—¿Quieres decir que es agua pasada?
Zayn asintió con la cabeza.
— Landon es feliz ahora. Quiere a Dirk. Y yo me alegro por ellos. De verdad.
—Pero tú lo quisiste, ¿no?
¿Lo había querido? Zayn no estaba seguro.
—Estaba loco por él, sí, ¿pero quererlo? Éramos unos críos. Landon quería vivir aquí, quería que hiciéramos la gran boda que va a hacer ahora y nos instaláramos en el rancho, donde se dedicaría a tener dos o tres hijos y me ayudaría a gastar el dinero del abuelo.
—Sigues dolido con él.
—No —contestó Zayn—. No es verdad. Sólo te digo cómo era aquello. Landon quería una vida tranquila aquí y yo quería marcharme. Rompimos y eso hizo posible que los dos tuviéramos lo que queríamos. Emparejarnos oficialmente habría sido un desastre. Él lo sabe y yo lo sé. No hay más que hablar.
Excepto por una noche que...
Zayn había ido a casa desde la universidad, para llevar a Landon al baile de graduación. La noche antes del baile, el Omega le había dicho que todo había acabado entre ellos, que querían cosas distintas y que lo suyo no funcionaba.
Zayn se mostró de acuerdo. Hacía ya un tiempo que pensaba que había llegado el momento de terminar, pero no sabía cómo decírselo. Y recordaba todavía la sensación de alivio que se apoderó de él cuando Landon le dijo que ya no quería ser su Omega.
Y entonces le dijo que tenían que ir de todos modos juntos al baile y Zayn pensó que era lo menos que podía hacer para agradecerle que le hubiera devuelto la libertad.
La noche que el Alfa tanto temía acabó siendo especial.
Acababan de romper y, sin embargo... el Omega lo atrapó en su magia y él se sintió más enamorado que nunca. El Omega lo conquistó, lo dejó sin palabras.
¿Pero ahora?
No. Todo eso había acabado hacía mucho. Cuando veía ahora a Landon sólo sentía un vago aprecio. Le gustaba. Era un Omega sonriente y alegre, demasiado pendiente de sí mismo, pero con encanto. Eran amigos, aunque no íntimos. Cuando lo veía, le resultaba imposible pensar que era el mismo Omega al que había tenido en sus brazos aquella noche hermosa e inolvidable.
Miró a su cuñada.
—¿Qué sabes de Brody? El marido de Liam no podía ser el padre de aquél niño, ¿verdad?
Molly suspiró... y al fin empezó a hablar.
—No. El chico no es de su Alfa. Él era un poco mayor que Liam. Se casó con él hace seis o siete años, cuando Brody tenía dos o tres. Se rumora que nadie excepto Liam sabe quién es el otro padre.
—Aparte del otro padre, claro.
Molly frunció el ceño.
—Puede que no.
—¿Crees que el padre Alfa del niño no sabe que es su padre?
—¿Cómo voy a saberlo? Yo sólo sé lo que dice la gente.
—Y eso es lo que quiero que me digas.
Molly miró su taza y después a Zayn.
—Se rumora que fue un forastero que pasó por el pueblo a finales del último curso de Liam. Él desapareció una noche de mayo en uno de los coches de su padre. No era propio de Liam marcharse así. Ya sabes cómo era. Callado, tímido, salía poco con Alfas. A Heck le preocupaba que lo hubieran secuestrado y llamó a la policía para que lo buscaran. Lo encontraron en el arroyo Creek, con el coche aparcado al lado de la orilla, mirando el agua y llorando. Dijo que no había hecho nada malo y que no le había pasado nada, que sólo había conducido.
Pero cuando un par de meses más tarde se supo que estaba embarazado, todos en el pueblo asumieron que tenía que haber sido la noche de su desaparición, que debió conocer a algún Alfa que lo dejó embarazado y se marchó para no volver.
—Y cuando Heck se enteró de que estaba embarazado, lo envió a San Antonio.
—Así es. Y tengo entendido que allí vive bien. Viene muy poco por aquí.
Zayn se levantó a servirse otra taza de café.
—¿Ahora te gusta el hermano de tu antiguo novio?—le preguntó Molly—. ¿Quieres intentar convencerlo de que venga por aquí más a menudo... o, mejor aún, de que se quede aquí?
Zayn no contestó. No había necesidad. En los ojos de Molly leía que ella sabía que sí quería. Y era cierto.
[...]
—Papá te pone histérico, ¿verdad?
Landon se tumbó boca arriba en la cama de Liam, en la vieja habitación de éste. Era después de cenar y los demás veían la tele abajo. Landon se había quedado un rato antes de retirarse a su apartamento en Oak Street porque quería hablar con Liam.
Este se sentó en el borde de la cama.
—Sí. A veces sí. Cuando intenta imponer su punto de vista con Brody.
Landon se quitó los zapatos, tomó un cojín y se lo puso debajo de la cabeza.
—Nunca os habéis entendido —suspiró y miró a su hermano—. No puedo creer que te hayas teñido de rubio.
Liam se pasó una mano por el pelo.
—Sí, me gusta.
Landon asintió.
—A mí también. Te queda muy bien.
Liam le lanzó una mirada amenazadora. —No se te ocurra copiarme.
—Pero si a ti te queda bien, a mí tiene que quedarme de fábula.
Los dos se echaron a reír.
—Hazlo si quieres —cedió Liam.
—Puede que lo haga — Landon miró el techo—. Zayn te miraba hoy mucho en el restaurante. Y no se te ocurra decirme que no te has dado cuenta.
Liam no sabía qué decir.
—Es increíble las vueltas que da la vida — Landon continúo—. A Zayn le interesas. Se nota. ¿Qué piensas tú?
Liam apartó la vista.
—No pienso nada. Hacía siglos que no lo veía. Ya no lo conozco.
—Vamos, Li. He visto cómo lo mirabas tú y me ha parecido que también te gustaba. Y no me digas que no. Es verdad que fue novio mío, pero de eso hace siglos. Y te aseguro que no fue nada como lo que tengo con Dirk, y nunca me acosté con Zayn. No me gustaría imaginarte con un Alfa con el que hubiera estado yo, pero así...
— Landon.
—¿Hum?
—No necesito tanta información.
Landon le dio una palmada en el muslo.
—Oh, vamos. Eres demasiado introvertido. Siempre lo has sido. Tienes que abrirte un poco.
—Gracias por el consejo.
—¡Eh!, no te pongas tonto. Sabes que lo que digo es cierto. Y te echo de menos, te vemos muy poco. Casi parece que no quieres venir por casa. A veces pienso que si no te llamáramos mamá y yo y te diéramos tanto la lata, no te veríamos jamás.
Liam le tomó la mano a su hermano y entrelazó los dedos con él.
—Sé que no vengo mucho —musitó. Y se prometió en silencio hacer un esfuerzo para mantener el vínculo con su familia.
Landon suspiró.
—¿Sabes una cosa? Yo nunca me disculpé con Zayn por lo del baile de graduación. ¿Tú sí?
Liam parpadeó y sintió un nudo en el estómago. Soltó la mano.
—¿Y cuándo podría haberlo hecho?— dijó Liam dolido.
—Tranquilo. Es sólo una pregunta, — agregó Landon—Pero piénsalo. El pobre sigue pensando que fue al baile conmigo. Ya sé que no tiene importancia, pero deberíamos decírselo uno de estos días. Cuando pienso en aquella noche, a veces me pregunto qué se me pudo pasar por la cabeza para hacerle eso.
Liam recordaba muy bien lo que pasaba por la cabeza de Landon.
—Estabas furioso. Rompiste con él y viniste a verme llorando porque decías que habías visto que se sentía aliviado con la ruptura. Dijiste que odiabas ser tan perfecto y que todo el mundo esperara verte feliz y que te gustaría ser yo para que la gente no esperara tanto de ti.
Landon dio un respingo.
—¡Qué grosería! Yo no dije eso.
—Sí lo dijiste. Y después dijiste que no podrías ir al baile con una sonrisa cuando lo que querías era darle un puñetazo a Zayn por no quererte lo suficiente para emparejarse oficialmente contigo, casarse y vivir aquí. Dijiste que querías quedarte en casa a ver películas antiguas y comer palomitas y llorar a gusto.
Landon asintió con la cabeza.
—Y tú dijiste que te gustaría ir al baile...
El acompañante de Liam, un amigo estudiante de biología, se había puesto enfermo y a Liam además le gustaba Zayn en secreto desde mucho antes de que empezara a salir con Landon.
Landon sonrió. —Sí. Y entonces se nos ocurrió, ¿te acuerdas? —soltó una risita—. Todavía me admira lo bien que nos salió.
Liam estaba de acuerdo en ese punto. —A mí también.
Para ser dos gemelos tan distintos, resultaba sorprendente lo bien que se habían metido los dos en la piel del otro.
—Engañamos incluso a papá y mamá —comentó Landon—. Papá no dejaba de hacerte fotos con mi traje entallado y decirte lo hermoso que estabas.
Liam sonrió.—Y tú te pasaste la noche con mi pijama.
Landon se echó a reír.
—Mamá no dejaba de venir a verme para decirme que perderme el baile de promoción no era el fin del mundo. Y yo lloraba un poquito y dejaba colgar la cabeza como hacías tú en esa época y le decía que prefería estar solo. Y a ti te hicieron príncipe del baile.
—No, te coronaron a ti.
Landon hizo una mueca.
—Debo admitir que me puse un poco celoso cuando me enteré de que había ganado y no estaba presente en la coronación.
—¿Tú celoso? Jamás.
—Y tú volviste casi al amanecer. Y no me gustó que salieras con mi exnovio y te lo pasaras tan bien que no quisieras volver a casa.
Liam sintió un vacío interior, causado por la suma de tantas mentiras. Aquella mañana le había dicho a Landon que había ido a desayunar con Zayn y, como su hermano jamás habría podido imaginar que se hubiera ido a un motel con el Alfa, la mentira había funcionado. Pero Liam sabía que había traicionado a su hermano, aunque Zayn y él se hubieran separado el día anterior, aquélla era una raya que Liam no tenía derecho a cruzar.
Pero la había cruzado. Y a la mañana siguiente, todo empeoró aún más. Zayn volvió a la casa a suplicarle a Landon que volviera con él... y Liam sabía que lo hacía por lo ocurrido la noche anterior.
Landon le dijo que no.
—Y a la noche siguiente tú te llevaste el coche de papá y desapareciste — Landon lo miró con reproche—. Nunca me contaste qué pasó aquella noche con el padre de Brody; cómo lo conociste, cómo...
Liam levantó una mano.
—No puedo. Todavía no.
Ésa era otra promesa que se había hecho Liam. Le contaría también a Landon la verdad, pero sólo después que a Zayn.
Y esperaría a después de la boda para ambas cosas.
La boda significaba mucho para su hermano. Si se sabía antes que Zayn Malik era el padre Alfa de Brody, habría muchos cotilleos. Y eso ensombrecería el día importante de Landon.
Liam no quería que ocurriera eso. Zayn había vivido muchos años sin saber que era padre y podía esperar dos semanas más.
—¿Todavía no? —rió Landon—. Eso es un progreso. Antes te negabas en redondo.
—Bueno, estoy en ello.
Landon le dio un abrazo.
—Pues ya era hora.
[...]
El martes, Liam se topó accidentalmente con Zayn en Center Street, delante del bufete de él. Se saludaron y Zayn le preguntó si disfrutaba de su visita al pueblo.
—Mucho —repuso Liam. Miró su reloj—. Oh, llevo prisa, tengo que irme.
—Hasta luego, entonces.
—Sí, hasta luego.
Y se alejó apresuradamente. No podía creer que hubiera tropezado con Zayn cuatro veces en cuatro días. Aquello empezaba a parecer obra del destino. Como si sus remordimientos y su cobardía conspiraran para ponerlo en su camino a la más mínima oportunidad para darle ocasión de decirle lo que tenía que decirle.
El miércoles, Liam, Landon y Brody fueron a pasar la tarde al lago Longhorn. Liam miraba a su hijo jugar cerca del agua y sabía que se acercaba el momento de decir la verdad.
¿Cuánto tiempo querría pasar Zayn con él? ¿Cómo se tomaría Brody la noticia?
Esas preguntas, y las otras mil que lo atormentaban, no tendrían respuesta hasta que hablara con el Alfa.
Y eso no sería hasta después de la boda.
Decidió, por lo tanto, olvidar el tema por el momento y disfrutar de sus vacaciones.
El jueves por la mañana, estaba solo en la cocina tomando una taza de café cuando sonó el teléfono. Contestó sin pensar.
—¿Diga?
—Justo con la persona que quería hablar.
Liam se quedó en blanco.
—Ah... ¿Zayn?
—Así es. Y tú eres Liam. ¿no?
—Ah. Sí. Soy yo.
Zayn soltó una risita y Liam apretó con fuerza el auricular.
—¿A Brody y a ti les gustaría venir esta tarde al rancho? Haremos una barbacoa y Brody puede jugar con Simba. Y en los establos hay un pony de buen carácter al que puede montar. Prometo esforzarme para que lo pase bien.
Liam sintió un vacío interior de nuevo. ¿Por qué había hecho él a Brody el centro de su invitación? ¿Era posible que hubiera adivinado la verdad? El corazón le dio un vuelco.
Pero no. Nadie lo sabía. Excepto Andy. A él había tenido que decírselo antes de que se casaran. Sólo lo sabía Andy. Y estaba muerto.
¿Por qué, entonces, Zayn ponía tanto énfasis en que Brody se lo pasara bien?
Liam sabía por qué.
Él era un padre Omega soltero y, si un Alfa quería acercarse a él, tenía que dejar claro que entendía que Brody era una parte importante de su vida y sería una parte importante de la vida de cualquier Alfa al que él tomara en serio.
Cerró los ojos y respiró hondo.
—Liam. ¿Sigues ahí?
—Ah. Sí. Sí. Estoy aquí.
—¿Y qué me dices?
Liam tragó saliva y se arriesgó a preguntar.
—Llamas por Brody, ¿eh?
Zayn se echó a reír.
—Bueno, no del todo. También llamo por ti. ¿Quieres venir al rancho sobre las cinco?
Liam sabía que debía decirle la verdad ya. O rechazar la propuesta.
Lo sabía.
Pero lo que dijo fue: —Sí, iremos.
¿Qué les pareció? Alto drama que se va a armar jajs ✨
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