CAPITULO 7 🚫
Milagrosamente hoy llego temprano a la Universidad, pero en vez de entrar me quedo afuera en mi Jeep, esperando a que lleguen mis "fuentes de información".
Después de 10 minutos de esperar en el auto me empiezo a desesperar por lo que decido bajarme del coche, de pronto visualizo un Mercedes que se va acercando.
Logan.
Y para mi buena suerte se estaciona enfrente de mi Jeep, mientras Logan sale del Mercedes yo termino de agarrar mis cosas del auto y lo cierro. Al ver a Nat con él me emociono, genial, mato dos pájaros de un tiro.
-Hola chicos – les digo mientras me acerco.
-Hola – me saluda Nat y me da un beso en la mejilla.
-Que tal Sharon – me dice Logan.
-¿Puedo hablar con ustedes un momento?
Ambos se miran. –Sí, claro – me dice Logan.
Mientras caminamos hacia la entrada de la Uni analizo lo que les voy a decir.
-Bueno, ¿Que saben ustedes acerca de Ryan y Damián? – les pregunto y observo sus reacciones, Nat tensa los hombros y Logan coloca su brazo encima de los hombros de Nat.
-¿Por qué habríamos nosotros de saber algo sobre Ryan y Damián? – me dice Logan, Nat no dice nada y solo mira el suelo pero sus hombros siguen tensos, algo pasa aquí.
-Mmmm bueno es que Damián me dijo algo que me desconcertó – les digo, Logan me voltea a ver tan rápido que temo que se haya lastimado el cuello, se detiene y me mira.
-¿Qué te dijo? – me pregunta sin quitarme la mirada de encima, Nat también se ha detenido, pero parece que los alumnos que pasan a nuestro alrededor son más interesantes para ella que la plática que sostengo con su novio.
-Bueno, ya sabes... – dejo las palabras al aire para ver si así cae y me dice que está pasando.
-No, no lo sé, pero si me dijeras creo que lo sabría – me dice mirándome atentamente.
Es inteligente el chico, no cayó en mi trampa.
-Me dijo que Ryan es malo, que me alejara de él, que no me convenía –le digo y no se me pasa desapercibida la reacción de Nat, ella tensa aún más sus hombros y aprieta su mandíbula, su reacción me desconcierta mucho.
-Bueno, realmente no sé porque Damián te dijo eso – me dice Logan mientras toma la mano de Nat, miente, él sabe algo que yo, obviamente, ignoro. Sé que no me dirá nada.
-Oh, es que como son amigos pensé que lo sabrías – le digo y lo miro directamente a los ojos, retándole a que me mienta.
-Pues no – me dice sin inmutarse con mi mirada –. Ahora si nos disculpas, tenemos que irnos – me dice Logan mientras jala a Natalia, pero esta se resiste y se me acerca.
-Por favor, hazle caso a Damián y aléjate de Ryan – me pide suplicante y toma mis manos entre las suyas.
-Pero ¿Por qué Nat?
-Solo hazlo Sharon, es por tu bien – y sin decirme nada más se aleja con Logan.
Joder, ahora más que nunca tengo que saber qué es lo que paso. A por mi última oportunidad.
Cuando entro al aula busco a Zed con la mirada pero no lo encuentro, espero y si haya venido. Hoy comparto clase con él, por lo que es mi momento para preguntarle sobre su extraña visita de ayer y sobre Damián y Ryan.
Tomo asiento alado de la puerta para así ver cuando Zed llegue. No espero mucho, 5 minutos después entra, antes de que pase de mi me levanto como un resorte y empiezo a caminar detrás de él.
-Zed – lo llamo pero no me hace caso –. Zed – le digo más fuerte, pero me ignorar –. ¡Zed! – le vuelvo a llamar, de pronto se detiene y me estrello contra su espalda, doy un paso hacia atrás para separarnos.
-¿Qué quieres Sharon? – me pegunta en tono brusco y se da la vuelta para verme, su tono y su mirada furibunda hace que mi valentía se tambalee, ahora no estoy tan segura de que interrogarle sea buena idea.
-Mmm, yo, bueno, quería preguntarte algo.
-No Sharon, no me preguntarás nada ¿Entendido? No sé qué es lo que pasa entre Damián y Ryan y tampoco sé porque mierda Damián te dio ese consejo ¿okey? – me dice sin alzar un ápice su voz pero sus palabras salen frías y tensas.
-Zed yo...
-No, ya no digas nada, solo déjame en paz, ya me has causado suficientes problemas – me dice y sin esperar una respuesta de mi parte se da media vuelta y se sienta al otro lado del salón.
-Bien – le digo aunque sé que ya no me escucha.
Me voy a mi lugar y durante toda la clase me la paso divagando en mis pensamientos, ¿Metí en problemas a Zed? ¿Con quién? En vez de obtener respuestas estoy obteniendo más preguntas, lo cual es frustrante, más aun cuando solo me queda 1 persona para más información, eso sin contar con que tal vez no me diga la verdad, pero bueno, solo queda esperar.
Antes de que acabe la clase ya tengo todo recogido y estoy lista para salir a buscar a Ryan.
-Pueden salir jóvenes – nos indica el profesor.
Me levanto rápido y abro la puerta antes de que incluso se levanten los demás, pero al parecer alguien también fue rápido porque antes de que incluso salga alguien jala mi brazo.
-Sharon – me llama Zed, pero yo jalo mi brazo de su agarre y sin voltear a verlo empiezo a caminar fuera del salón, lejos de él, no quiero que me siga diciendo de cosas –. ¡Sharon! – le escucho decir pero sigo caminando en dirección a las áreas verdes dónde están las mesas de descanso, al parecer Ryan se la vive ahí.
Busco a Ryan con la mirada por las mesas, lo encuentro rápido, esta sentado arriba de una mesa la cual se encuentra bajo la sombra de un árbol, se encuentra charlando con unos chicos pero no me importa y voy hacia donde está. Tal vez le estoy dando mucha importancia a algo que tal vez no sea importante, pero hay algo que me dice que siga investigando que aquí hay gato encerrado.
-Hola – saludo a la mesa en particular, en cuanto Ryan me ve, aparece una gran sonrisa en su rostro.
-Hey, hola Sharon ¿Qué milagro?
-Sí, bueno ¿Podríamos hablar un momento a solas?
En cuanto estas palabras abandonan mi boca de inmediato me arrepiento, todos sus amigos empiezan a decir cosas fuera de lugar, tales como "Vayan a la conserjería, ahí nadie los cachara" o "Llévala a un hotel, total, ya no tienes clases " las cuales me incomodan y hacen que me sonroje, Ryan al ver mi reacción les lanza una mirada fulminante a los de la mesa.
-Cállense todos ya – les dice y como si nada todos se callan.
-Ignóralos, son unos idiotas, vamos, demos un recorrido a la escuela mientras hablamos – me dice mientras se baja de la mesa y empieza a caminar hacia el interior de la Uni, lo sigo.
-¿Qué es eso que me querías decir?
-Yo... Bueno...no sé cómo decirlo – ya no estoy tan segura de que sea buena idea preguntarle sobre Damián y su relación, pero no me da ni tiempo de arrepentirme cuando el habla.
-Pues solo dilo – me dice mientras se recarga en la pared de un salón y me sonríe.
-Bueno, ¿De que conoces a Damián? – le digo apresuradamente, él solo me mira, pero a diferencia de los demás él no tensa los hombros ni nada, solo me observa.
-Pues lo conozco desde hace tiempo – responde sin decir nada más, básicamente como Damián.
-¿Se odian? – la pregunta escapa de mis labios antes de que pueda detenerla y me maldigo por decir siempre lo primero que se me viene a la mente sin antes haberlo sopesarlo.
-¿Damián te dijo que nos odiábamos? – me pregunta y levanta sus cejas, parece sorprendido.
-Bueno, no, pero parece que se odian, además de que Damián me dijo que me alejara de ti, que eres malo – esto último lo digo con voz baja, esperando que no me haya escuchado y me planteo en si decirle o no lo que me dijo Nat, pero de inmediato lo descarto, ese dato me lo guardare para mí.
-¿Enserio te dijo eso? – me dice y su cara es todo un poema, va desde la incredulidad hasta el enojo.
-Pues sí...
Ryan resopla. –Sharon, yo no soy malo, no le creas a Damián.
-Entonces ¿Por qué me dijo eso? – pregunto en voz inaudible, más para mí que para él, bajo la vista hacia mis zapatos.
-Pues no lo sé, pero no le hagas caso, yo nunca te haría daño – me dice y al ver que no le contesto pone un dedo bajo mi barbilla y me levanta la cara hasta que mis ojos se encuentran con los suyos –. Sharon, yo nunca te haría daño, eres una gran chica y yo sería incapaz de lastimarte – esto último lo dice con una sonrisa la cual causa que me sonroje.
Observo su rostro detenidamente, es muy guapo, sus facciones son muy masculinas pero a la vez suaves, lo cual le da un toque único, no sé, es difícil de explicar. Sus ojos son muy llamativos, son de un color poco usual, son como azul eléctrico, como el cielo antes de desatar una tormenta eléctrica, son hechizantes, podría pásame todo el día viéndolos y nunca me aburriría, y en estos momentos en sus ojos solo veo sinceridad. –Te creo, tus ojos me dicen que no mientes al decirme esto.
-No lo hago y gracias por creerme – me dice, pero no le contesto, nuestros rostros están tan cerca que podría besarlo, solo bastaría un movimiento mío para juntar nuestros labios, solo unos centímetros y... Incomoda por el rumbo que están tomando mis pensamientos me alejo de su mano que aun sostiene mi barbilla –. Me tengo que ir, no tarda en comenzar mi próxima clase – le digo nerviosa,
-Claro, yo también me tengo que ir, ya acabaron mis clases por el día de hoy y tengo asuntos que atender, ya nos veremos – me dice y me guiña un ojo.
-Si claro, hasta luego Ryan – me despido de él y empiezo a caminar hacia mi siguiente clase donde sé que veré a Damián. Pero en cuanto doblo la esquina alguien me jala y me estampa contra el muro de un salón.
Damián.
-¿De qué estaban hablando tú y Ryan? – me pregunta y quita sus mano de mi cuerpo para posteriormente ponerlas a cada lado de mi cabeza, acorralándome, él está enfrente de mi clavándome su mirada, esperando mi respuesta.
-Yo.. Yo.. No estaba hablando con él.
"Mentirosa" me dice esa molesta voz de mi cabeza.
-No me mientas Sharon, acabo de verte con él ¿De que hablaban?
-De nada – vuelvo a decir, ese no es asunto de él.
-¡Maldita sea Sharon! Te digo que te alejes de él y ¿Qué es lo primero que haces? Ir corriendo hacia sus brazos, deja te lo vuelvo a preguntar ¿De qué mierda hablaban? – me dice y las últimas palabras salen casi como un siseo.
Okey, si quiere saberlo se lo diré.
-Como ni tú, ni ninguno de tus amigos estaba dispuesto a responder a mis preguntas mejor decidí preguntarle directamente a Ryan.
-¿Qué preguntas? –me pregunta y acerca su rostro al mío.
-De dónde se conocen tú y él, desde cuando y porqué se odian.
-¡Maldita sea! ¿Acaso esa es la educación que te dieron tus padres?
-¿Perdón?
-Sí, acaso ¿Tus padres te enseñaron a ser metiche? ¿A meterte donde no debes?
-¡NO! ¡Por supuesto que no! – le digo indignada.
-Pues no parece, tú misma me lo estás demostrando al meterte en mi vida, haber, dime ¿Por qué coño me estas investigando? He ¡¿Por qué?! joder, uno ya no puede dar consejos porque la gente ya te anda investigando como si fueras un jodido criminal, es eso ¿verdad?, es lo que soy para ti, un criminal – me dice y esto último lo dice tan cerca de mi cara que puedo distinguir las motitas verdes en sus ojos cafés, intimidada le contesto:
-No, claro que no, en ningún momento te vi así.
-Entonces ¿Por qué Sharon? ¿Porque insistes en saber algo que no importa?
-Por... ¡Por Curiosidad! – y porque siento que algo no cuadra, que hay algo que escondes, pero esto solo lo pienso y no se lo digo.
-Oh, Sharon ¿Sabías que la curiosidad mato al gato? ¿Si has oído ese dicho, verdad? – me pregunta mientras juguetea con un mechón de cabello que se me había escapado de mi coleta para después ponerlo detrás de mi oreja.
-Sí, lo he escuchado.
-Bueno pues haz de cuenta que tú eres el lindo gatito y yo la curiosidad, ya sabes, la curiosidad mato al gato – me dice y suelta una risa sin humor.
-Eso... ¿Es una amenaza? – le pregunto con voz temblorosa.
-No Sharon, tómalo más bien como una advertencia, ahora dime ¿Seguirás curioseando en mi vida, morenita? – me pregunta y me mira atentamente, todo lo dice tan calmado como si estuviéramos hablando del clima, sin en cambio yo estoy echa un manojo de nervios, al final la amenazada soy yo y no él.
-Yo... Yo... No, ya no me meteré en tu vida – le digo mientras siento como las lágrimas empiezan a hacer acto de presencia en mis ojos, no voy a llorar, no lo haré, me niego rotundamente.
-Buena chica – me dice pero no se aleja ni un centímetro de mí.
-Pero con una condición – me atrevo a decirle.
-¿Cuál? – me pregunta y me mira con ojos amenazantes.
-Que ni tú, ni ninguno de tus amigos ni amigas se me vuelva a acercar –él parece pensarlo por un momento para al final asentir.
-Bien, trato hecho, ni yo, ni Zed, Logan, Natalia o Verónica se te acercará ¿Trato hecho?
-Trato hecho – le digo con voz temblorosa.
-Bien, ahora vete – quita sus brazos de los lados de mi cabeza para que pueda salir, cuando empiezo a caminar él me dice:
-Y Sharon, toma en cuenta mi consejo – al ver que lo miro confundida él se explica –. Me refiero a que te alejes de Ryan, enserio – esta última palabra la hace sonar más como una amenaza que como un consejo, independientemente de lo que me haya dicho yo sé que él es él malo y no Ryan.
Yo solo asiento y sigo caminando sin mirar atrás.
¿En qué me he metido?
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